Parte 6

Era un nuevo día y una pareja disfrutaba de su cercanía, mientras dormían plácidamente abrazados. De repente, un golpeteo en la puerta perturbó su paz y armonía. Cruz hizo caso omiso y se acurrucó más entre las sábanas, mientras que Storm refunfuñó por la insistencia en la puerta. Se puso el pantalón, caminó somnoliento hacia la puerta y la abrió solo para encontrarse con McQueen. Levantó una ceja y preguntó incrédulo.

-¿Qué quieres?.

-No voy a preguntar que haces aquí. -Comentó un poco disgustado, la situación era muy obvia.

Storm olvidó que no estaba en su habitación.

-¿Está despierta?, necesito hablar con ella.

-Sigue durmiendo.

-Dile que me busque cuando despierte. -Se volteó y comenzó a caminar hasta que Storm llamó su atención.

-Oye...

El rubio volteó con pesadez, esperando alguna tontería por parte del contrario.

-Gracias.

McQueen se sorprendió, ¿Storm agradeciéndole?, ¡vaya!. Decidió saciar su curiosidad y preguntó.

-¿Por qué me agradeces?.

-Por contarle a Cruz lo del hospital.

-Sólo le dije la verdad.

-Ojalá Ray fuese más sincero.

Al parecer Storm quería hablar y él escuchar. Y de nuevo preguntó.

-¿Por qué lo dices?.

-El día del percance me engaño, me dijo que ella seguía en la carrera, si hubiera sabido que estaba en el accidente yo...

-Te hubieras detenido a ayudarla, perdiendo así la carrera.

McQueen terminó la frase y Storm sólo se le quedó viendo, luego continuó hablando.

-Todos los días fui al hospital con la esperanza de verla, pero estabas tú y no insistí porque... No puedo involucrarme en polémica, eso afectaría la imagen de IGNTR. Después de lo que hice, me dieron otra oportunidad, confiaron de nuevo en mí, y se los debo. Estuve buscando la manera de verla hasta que llegué a Sally. Es una mujer maravillosa.

-Si, lo es.

McQueen lo vio pensativo; ese chico estaba en un proceso de cambio, tal y como le había sucedido a él. Quizás Cruz había percibido ese cambio antes.

El rubio sonrió de lado y mencionó. -Cuando despierte, dile que me busque y Storm... Por favor ponte una camisa. -Después se retiró del lugar.

Storm sonrió y entró. Al cerrar la puerta, se encontró con Cruz, quien había escuchado la conversación entre ambos hombres.

Ella lo vio con una amplia sonrisa, mientras que él se acercaba para tomar su rostro y darle un beso. Al separarse, notó que llevaba su camisa para cubrir su desnudez.

-Tu jefe dijo que me ponga una camisa, el problema es que tú la traes puesta.

Ella rodeó con sus brazos el cuello del chico y le habló de manera sensual.

-Si la quieres, tendrás que quitármela.

-¿Estás segura?. -Le sujetó el trasero y la apegó más a su cuerpo. -¿Tienes tiempo?.

-¡Oh!, cierto, el sr. McQueen quiere verme.

La soltó y vió como comenzó a vestirse en forma rápida.

Cruz se puso de nuevo la camisa del chico. -Está me la quedó. -Sonrió de manera dulce, le depositó un beso y se fue.

~§~

McQueen y Cruz habían repasado la logística del día, él debía distraer a Sally en la tarde y en la noche llevarla a la cafetería de Flo para sorprenderla. Y que mejor manera de distraer a Sally que invitándola a dar una vuelta por Tailfin Pass.

Estacionó y bajaron en un lugar en el cual se podía ver toda la belleza del pueblo.

- Me encanta, sigue siendo tan hermosa. -Mencionó Sally, disfrutando de la vista.

-¡Al igual que tú!.

Sally se acercó al rubio y lo abrazo.

-Me gusta pasar tiempo contigo.

Él correspondió el abrazo y empezó a acariciar dulcemente el cabello de la chica. McQueen había olvidado apagar el estéreo del auto, de pronto se escuchó una canción romántica. Generándole una idea al chico, le ofreció la mano a Sally y le preguntó.

-¿Quieres bailar preciosa?.

Ella río divertida y aceptó la invitación, comenzaron a danzar y dar vueltas como en un vals.

-🎶 I can't describe your eyes, but they're as blue as the sea. Your heart, it beats, in perfect time with me.

Baby you know that I won't mind
If we get no rest, til' the sunrise
Until you make me fall in love again
As light shows your face, I could never be the same, I plan to love you all my life 🎶

-¿Por qué andas tan romántico esta tarde?, ¿qué es lo que quieres?. -Entrecerró los ojos y le dio sonrisa divertida.

-No lo sé. Tal vez sólo quiero un beso, una cena, una larga noche viendo la luna y las estrellas mientras estás entre mis brazos o que seas mía para toda la vida.

-¡Ya soy tuya!. -Le dijo divertida y le dió un pequeño beso en los labios.

-Eres lo mejor de mi vida. ¡Te amo!.

La inclino hacía atrás, se acercó a su rostro y mencionó mientras la veía directo a los ojos.

-Sally Carrera, ¿te casarías conmigo?.

Ella abrió los ojos en modo de sorpresa y se fue para atrás cayendo al piso.

-¿Estás bien?.

-¿Qué dijiste?. -Preguntó atónita.

-Que si, ¿estás bien?.

-Antes.

McQueen le tomó la mano y le preguntó de rodillas mientras ella seguía en el piso.

-¿Quieres casarte conmigo?.

-¿Estás seguro de tu propuesta?.

-¡Claro que estoy seguro!. -Y le acarició la mejilla con delicadeza mientras la veía con ojos de amor.

-¿Estás seguro que me amas y que no te interesa alguien más?.

-¡Oye!. -Levantó una ceja. -¿Qué pasa? ¿Por qué me haces esa pregunta?.

Ella se levantó con ayuda de McQueen y bajo la mirada.

-Storm tenía razón, no confío en ti, ni en ella.

-¿Ella?, espera, ¿de quién hablas?.

-Hablo de Cruz, ¿de quién más?.

-Podría ser de Lizzie, Mía o Tia, no has visto ¿cómo me miran?.

Sally lo vió en forma seria.

-No puedo creer que pienses que me gusta Cruz, la quiero y apreció mucho, pero es todo. Realmente la veo como a una hija de la cual estoy muy orgulloso.

-Es linda, joven y tienen muchas cosas en común. Pasan demasiado tiempo juntos y se que es de manera profesional, pero hablas tanto de ella y nosotros pasamos menos tiempo juntos. -Sally dejó escapar un suspiro. -Debo confesar que me aproveché de una situación por conveniencia, la incentive a estar con Storm, debí detenerla pero no lo hice, le dí herramientas y argumentos para seguir. Fue una decisión muy egoísta de mi parte.

McQueen levantó una ceja. -¿Herramientas?.

-Luego hablamos de eso, je, je.

-No sabía que te sentías así, ¿por qué no me lo dijiste?. -Tomó sus manos, la vió a los ojos y mencionó. -En verdad lo siento. Sally me encantas, gracias a ti mi perspectiva cambió, siempre me apoyas y haces que quiera mejorar, no podría cambiarte por nada, para mi eres perfecta y te amo.

La ojiazul bajó la mirada. -Lamento haber dudado de ti.

-Todos cometemos errores, lo importante es reconocerlo, aprender de ellos e intentar remediarlo, ¿no es así?.

-Es cierto.

-Entonces con mi propuesta. -La abrazo de la cintura y se acercó a su rostro. -Esta vez, ¿me dirás que si?.

Ella lo vió con ojos de amor y rodeó con sus brazos el cuello del chico.

-Monty McQueen. Sí, acepto. -Se acercó a sus labios y le dio un beso apasionado.

Cuando se separaron el rubio comentó. -Oye, hay un inconveniente, el anillo... no lo tengo aquí.

Ella arqueó una ceja. -¡Vaya que lo planeaste bien!. -Y comenzó a reír.

-Es que... -Se separó de ella y comenzó a sobarse el cuello. -¡Voy a arruinar la sorpresa!. Hay algo planeado en el pueblo, Cruz, Mate y todos nuestros amigos se encargaron de planear algo romántico para este momento, pero yo quería hacer este momento especial, solos tú y yo, recordando el día en que me enamoré de ti y de este mágico pueblo.

-¡Eres adorable!. -Le sonrió. -Entonces vámonos.

El volvió acercarla a su cuerpo. -Sabes, aún tenemos tiempo. Podríamos aprovecharlo, ¿qué dices?. -La miró directamente a los ojos, levantó y bajó las cejas varias veces, insinuando su propuesta.

Ella soltó una carcajada. -Disculpa, pero tengo una cita con mi novio en la noche y debo estar presentable para él. Que tal, si me propone matrimonio.

-En la noche no te salvas. -Le dijo con picardía.

~§~

Cuando llegó la hora de su cita, McQueen y Sally se dirigieron al restaurante de Flo. El lugar estaba decorado con una temática romántica, en el techo había luces de navidad que deban un efecto cálido y agradable, una mesa con un mantel elegante, un centro de mesa con flores y una vela, al rededor de la mesa habían esparcido pétalos de rosa en color rojo.

Al sentarse, notaron la vajilla elegante y se preguntaron de dónde había salido. De la nada Luigi y Guido se acercaron a la mesa, al parecer serían sus meseros.

-La vajilla es patrocinada por Lizzie. -Mencionó Luigi con su singular acento italiano.

McQueen no podía creer lo que hicieron en tan poco tiempo, era una velada realmente hermosa y romántica.

-¡Vaya!, se esmeraron. -Dijo McQueen.

Guido les sirvió vino en unas finas copas y luego sirvió la cena.

-Flo se superó, esto es exquisito. -Mencionó Sally.

Cuando terminaron la cena, Guido le sirvio a Sally el postre.

-Alla mia bellissima ragazza Sally, dolce come te.

Era una bola de chocolate que al parecer debía romper. Luigi se acercó con chocolate caliente y vertió un poco sobre la bola, haciendo que se derritiera lo suficiente como para revelar en su interior un mini pastel fino adornado con frutos rojos y un anillo en forma de corazón de color azul.

Ella vio a McQueen de forma divertida. -¿Me quieres preguntar algo letritas?.

McQueen sonrió. -¿De dónde salió ese anillo?, su dueña debe estar buscándolo.

-Deberíamos buscar a su dueña, ¿cierto?.

Solo ellos comprendían su juego, mientras que Luigi y Guido voltearon a ver al rubio y le hicieron señas para saber por qué aún no había hecho la pregunta.

McQueen se levantó de su lugar, tomó el anillo y se arrodilló.

-Nuestra historia comenzó de la forma más inesperada, enamorarme y vivir nuevas aventuras contigo, es lo mejor que me ha pasado. Y así es como quiero que continuemos por el resto de nuestras vidas. Sally, ¿quisieras casarte conmigo?.

-No lo sé. -Puso un cara de duda.

Ahora sí, Luigui y Guido se mordían las uñas de los nervios.

Ella lo vió con ojos de amor y mencionó con dulzura un "si, aceptó", mientras le daba la mano para que le coloqué el anillo en el dedo anular.

Ambos se levantaron de su lugar, él la abrazo por la cintura mientras ella ponía sus manos en el pecho del rubio para luego juntar sus frentes.

-Hermoso. -Expresó Luigi y Guido comenzó a llorar.

La siguiente fase del plan era que, una vez que Sally aceptara, comenzarían los fuegos artificiales patrocinados por el Sargento. Había olvidado usarlos para el 4 de Julio, así que qué mejor momento que una propuesta de matrimonio para aprovecharlos.

Mate ayudaría al sargento a encender los fuegos artificiales, Cruz estaba ahí por logística y precaución, Storm sólo estaba ahí por ella, aún que igual había ayudado.

-Señores me informan que la dama aceptó. -Anunció el Sargento. -Mate comienza a encender uno por uno los del lado derecho, yo encenderé los del lado izquierdo.

Entiendo de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, no de izquierda a derecha, lo tengo. -Añadió Mate haciendo que el Sargento se confunda y golpeó uno de los fuegos artificiales que ya estaba encendido.

-¡Oh, oh! -Soltó Mate.

Este salió volando a una caja que tenía otros fuegos artificiales, haciendo que se enciendan los que estaban dentro de ella. Ahora los fuegos artificiales habían salido volando por todos lados, haciendo que tengan que esquivarlos.

Mate y el Sargento se cubrieron, Storm jaló a Cruz hacía el suelo para protegerla con su cuerpo por el incidente. Cuando todo terminó Storm le preguntó a Cruz.

-¿Estás bien?.

-Eso fue increíble. -Gritó Cruz.

-Si, fue estupendo y muy romántico. -Dijo Mate.

-Mejor que el 4 de Julio. -Añadió el Sargento.

-¿Están locos?, eso fue peligroso. -Gritó Storm.

-Nuestra labor terminó aquí señores, es hora de la retirada. ¡Descansen!.

Regresaron al centro del pueblo donde el único inconveniente fue la torre de neumáticos del puesto de Luigi. Rojo ya estaba tomando cartas en el asunto.

La gente estaba reunida ante aquel espectáculo, Incluyendo a Sally y McQueen.

Lo que se suponía que iba a ser una noche romántica se convirtió en un lamentable accidente. Cruz se sentía culpable, y Storm lo notó. Así que decidió llevarla a caminar para que dejara de pensar en ello.

-No fue tu culpa, ahora ven aquí.

La tomó de la barbilla y comenzó a darle pequeños besos de mariposa, desde su pómulo hasta su cuello, haciendo que la chica se ría.

-Basta, me haces cosquillas.

Acercó su nariz a su cuello, rozándolo suavemente e inhalando su fino aroma, lo que le provocó un agradable escalofrío en todo el cuerpo a Cruz. Luego, la atrajo más hacia sí y habló con un tono sensual.

-Te haré algo más que cosquillas.

Después de terminar de hablar, él atacó el cuello de la chica y deslizó sus manos debajo de su ropa, arrancándole de esa linda boca pequeños gemidos.

-Jackson espera, ¡Ahm!, ¡aquí no!.

-Es mi última noche aquí, déjame disfrutarte.

El móvil de la chica comenzó a sonar, y Storm se lo retiró antes de que pudiera responder. Detuvo su actividad, lo puso en silencio y lo dejó en el piso.

-¡Está vez no cariño!.

-Jackson, puede ser importante. -Remarcó al notar la insistencia de la llamada.

Storm giró los ojos y permitió que ella respondiera. Después de colgar la llamada, Cruz mencionó.

-Gale vino por ti.

-¿Qué?, ¡Maldito Ray!.

-Has pérdido dos días de entrenamiento, comprendo a Ray.

-Ay, por favor, de todos modos voy a ganar. Mi mejor rival ya no está en la pista, y vaya que es muy buena en todos los aspectos. -Mencionó esto último con una sonrisa pícara mientras la veía a los ojos.

Ella rió de manera divertida, luego bajó la mirada, no quería que él se fuera.

-Cruz, ¿puedo pedirte algo?.

Ella lo observó con expectación mientras él tomaba sus manos.

-Se que no puedo pedirte que vayas a verme siempre, pero me encantaría verte antes de cada carrera. Necesito de tu hermosa sonrisa para motivarme. Podría ser una videollamada, no tienes que ir al autódromo.

La castaña respondió con una sonrisa y un dulce beso en los labios, para confirmar que lo haría.