Sena estaba extasiada, habían logrado vencer a las Esfinges, aunque había sido solo un poco el equipo había mejorado, se sentía tan orgullosa de todos ellos, ahora deberían enfrentar a los Alienígenas, la emoción de poder enfrentar a Pantera no la dejaba en paz, incluso en el futuro Pantera había sido uno de sus rivales más difíciles de vencer.

El ver a Pantera en ese vídeo la llenaba de emoción, pero no era el momento de perderse en sus pensamientos, dentro de media hora llegarían los americanos al campo de juego, ella ya sabía que ellos no les tomarían en serio, pero usaría ese partido para recolectar tanta información como le fuese posible.

Con cámara en mano Sena se sentó junto a los demás en una zona alta, tal y como esperaba los americanos empezaron a comer y charlar como si nada estuviese pasando, si bien ella estaba tranquila, los demás estaban furiosos por esa clara falta de respeto. Sena trató de apaciguarlos, pero sus palabras cayeron en oídos sordos, y entonces Sena lo vio, esa actitud tan desagradable del entrenador Apolo, lo había olvidado por completo, Pantera en este momento no era más que el recoge balones, y si quería jugar contra él, tenia que ayudarlo, le entregó la cámara a Mamori con una rápida excusa, la cual ni siquiera recordaba, salio rápidamente del lugar.

Después de encontrar y atrapar al maldito gato, Sena y Pantera estaban conversando muy tranquilamente, Sena tenía vagos recuerdos de ese evento, pero aún así le fueron útiles para encontrarlo, el partido acababa de terminar y Pantera ya había entregado al gato, Pantera se sentía muy feliz y agradecido con aquella bonita niña japonesa que lo había ayudado.

—Anooo, disculpa, ¿te encuentras bien?

—SIII—. Sena dejó escapar una pequeña risilla. —Quiero decir, sí

Ella se había presentado como la secretaria de los Deimon, y con una cálida sonrisa lo había ayudado, incluso había escuchado su historia sin criticarle, y apoyándolo para que siguiera esforzándose, había aparecido como un ángel, y atrapado a Hirari con rapidez y suavidad, si eso no era un ángel no sabía lo que era.

—Ya me tengo que ir, fue un placer conocerte.

Pantera solo la vio marcharse, sin poder apartar la mirada de ella, era tan pequeña y linda como una muñeca, y no pudo evitar preguntarse si tendría novio, cuando reacciono sobre sus propios pensamientos se sonrojo con intensidad.

No era momento para eso, tenía que prepararse para poder jugar contra Eyeshield, tenía que asegurarse de estar en forma, aún no sabía quién era su oponente, pero sea cual fuese su verdadera identidad él no se rendiría.

Sena se alejó con tranquilidad, para reunirse con su equipo, cuándo llegó lo primero que la recibió fue una pequeña riña de Mamori, la cual estaba enojada por haberse ido y no haberle dicho a dónde.

—Lo lamento Mamori-nee, pero parecía que Pantera-san necesitaba ayuda—. Toda la ira de Mamori pareció desvanecerse al verla con esa mirada afligida y con las lágrimas al borde de sus hermosos ojos castaños.

—No hay problema, pero la próxima vez avísame antes de salir corriendo de esa forma—.Le dijo en un tono muy afectuoso acariciando su cabello. Hiruma que las veía alzo su ceja, divertido de la forma en la cual Sena manipuló tan sutilmente a Mamori.

La reunión tan animada y caótica era vista por los alienígenas, los cuales fijaron su vista especialmente en la niña más pequeña.

Desde donde estaban pudieron ver el interés brillando en los ojos de Pantera, ahora las posibilidades de que Pantera jugará e impresionará a la chica que le gustaba ya no era de cero. Y con una sonrisa cómplice todos estuvieron de acuerdo, sea como sea, Pantera jugaría ese partido y sería la estrella.

Y así comenzó el partido, por un lado, estaban los Alienígenas confiados y por otro los Deimon, los cuales a pesar de sus dudas se mostraban como un frente unido.

Pero toda esa fachada se vino abajo cuando escucharon la discusión del entrenador Apolo y Hiruma, el pánico recorrió a ambos equipos, el temor de no poder quedarse en su país natal era abrumador.

La patada inicial dio origen a aquella batalla, con los alienígenas al ataque, todos recordaban el plan y estaban listos para cumplirlo. El juego inicio y los Alienígenas intentaron un pase, pero los Murciélagos atacaron con una carga. Sin embargo, la carga no fue efectiva y el pase cohete anotó un touchdown. Y con el punto extra de marcador registrada en e favor de los Alienígenas.

Ahora con desventajas los Deimon iniciaron el ataque, pero su ataque fue rápidamente detenido por el equipo contrario. Los ataques de los Murciélagos fueron inefectivos perdiendo así su oportunidad.

La línea defensiva de los alienígenas era incluso más fuerte que la de las esfinges, si querían poder completar un pase o realizar una carrera necesitaban detener a la línea.

Uno que estaba especialmente motivado era Jumonji, se aseguraría de ritmos tales a todos lo en serio que se tomaba el partido él y sus amigos. Y con toda su motivación salió adelante para realizar otra carga. Hiruma insistía en ellas a pesar de demostrarse lo inadecuadas que eran.

Permitiendo así qué los alienígenas volvieron a anotar, dejando el marcador en un sólido 1 favor de los alienígenas. El pase cohete o pase super largo les estaba causando demasiados problemas, pero nuevamente era el turno de atacar de Deimon, y esta vez decidieron usar una carrera, la cual como se esperaba estaría en manos de Eyeshield, Sena dejo a todos atrás on suavidad y gracia, movía sus manos de un lago al otro, de acuerdo a donde las necesitara para generar un pequeño muro, el impacto sorpresivo de sus manos los dejaba fuera de reacción durante un segundo, tiempo necesario para que ella tomara la delantera y anotara el primer touchdown de los Murciélagos. Marcador 14 a 6.

Con una sonrisa y un movimiento de su mano, llamo a Pantera que se encontraba sobre el poste para gol de campo*, Pantera podía sentirlo en todo su ser, Eyeshield lo estaba provocando y su sangre hervía de emoción por jugar.

~~~~~Extra~~~~~

Cuando Pantera regresó con su equipo, Homer le aplicó una llave en el cuello, mientras frotaba su puño contra la cabeza de Pantera.

—Así que te justan las japonesas—. Las palabras de Homer avergonzaron profundamente a Pantera, el cual trató de negarlo, pero tenía las mejillas tan rojas que solo provocaban las risas de los demás.

—Si juegas el partido de mañana seguramente la dejarás impresionada.

—¿Tú crees?

—Así que sí te gusta.

—No es así, solo te preguntaba si creías que el entrenador me dejaría jugar mañana.