Un One-shot cortito para agradecer la invitación al #Sextember5 de la página Fanfics y Fanarts de Ranma Latino.

Está por demás recordar que los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi y que las situaciones descritas aquí son para darle gusto a la imaginación.


¡Uff que calor!

¡No, esa expresión no era suficiente para describir que parecía estar en el infierno!

Era pleno verano en Nerima y el calor sofocante parecía cocinarlos vivos, un verdadero suplicio. Los ventiladores no eran suficientes para todos los habitantes del dojo pero para su inestable fortuna la mayoría de ellos habían salido, ya fueran obligados por Haposai en algún tipo de bizarro entrenamiento o por conveniencia de tener compañeros que contaban con piscina en sus casas, de esa manera podía tener tres ventiladores a su alrededor dándole un poco de alivio.

De vez en cuando escuchaba leves movimientos en el piso superior, no comprendía cómo Akane podía estar encerrada en su habitación, si él, tirado en medio del piso del dojo, se sentía derretir. Quizás transformarse en chica le ayudaría a sentir menos calor, era en lo que divagaba cuando escucho que su prometida bajaba las escaleras. Pensó en ir a molestarla para distraerse un poco del agobiante clima, aparte recordó que Kasumi antes de salir a hacer sus misteriosos encargos les dejo paletas frías en la nevera. Así que ni tardo ni perezoso emprendió el camino con paso sigiloso para darle un buen susto a Akane, a quien encontró apoyada en una de las repisas de la cocina deleitándose con una de las dichosas paletas. Estuvo a punto de entrar haciendo un escándalo para ver la cara de molestia que ella ponía, eso le fascinaba, aunque después viniesen unos cuantos insultos y golpes, quizás era masoquista pero era la manera que tenía de interactuar con ella, aunque cuando le sonreía lo desarmaba por completo.

En silencio se quedó observando como ella degustaba aquel frío snack, ya en otras ocasiones la contemplaba sin que ella se diera cuenta pero en esta ocasión verla comer y disfrutar una simple paleta, ocasionó que la ya caliente temperatura aumentara unos grados más.

Su pequeña boca hacia el intento por abarcar la helada golosina mientras unos quedos gemidos se escapaban a la vez. Una fina línea se marcó en la curvatura de su cuello cuando una gota de sudor comenzó a descender. Las minúsculas prendas que usaba remarcaban los atributos que él no siempre estaba dispuesto a alagar pero que ya tenían tiempo volándole la cabeza. Esas hermosas piernas que a ella le gustaba tanto lucir cuando salía a pasear con sus amigas y que a él le hacian hervir la sangre al saber que algún tipo las viese expuestas así como ahora. Su respiración se torno algo densa cuando su mirar subió hasta toparse con los redondos y suaves senos de la peliazul y sabía perfectamente los suaves que eran puesto que en más de una ocasión los había palpado entre cada extraña situación en la que siempre se encontraban. Pero ahora notaba que se veían más grandes pues la playera de finos tirantes que traía ya no podía cubrirlos por completo y la muy tonta todavía no se había percatado de ello, de lo contrario no se hubiera atrevido a bajar así y mucho menos sin un sostén. Aunque para él estaba mejor de esa manera, podia deleitarse viendo como sus pezones se erguían mientras ella seguía concentrada en sus asuntos pero el gusto de observar sin ser descubierto le duró poco, y con un pequeño sobresalto que ocasionó que lo que quedaba de la paleta cayera en su pecho, ella notó su presencia.

Rápidamente trato de limpiarse, echándose un poco de agua pero esto solo aumento el desastre y para su infortunio su torso quedó empapado. Pero para él resultó bastante provechoso porque ahora podía ver mucho mejor a través de la húmeda prenda, ella no tardo en tratar de lanzarle lo primero que tuviera al alcance y decirle la conocida letanía de insultos, aunque sin mucho éxito porque él ya se había acercado lo suficiente para aprisionarla de frente a la repisa, tomando sus muñecas y apoyándolas también sobre la repisa.

En qué momento se armó de valor para tenerla en esa posición, no tenía ni idea pero ya no iba dar marcha atrás, para que negar lo que pasaba por su cabeza mientras dormía y soñaba con ella. Su hombría también ya estaba tomando el control de la situación pues Akane de pronto se quedó muy quieta, sopesando muy probablemente que el bulto que sentía trás de sí había aumentado su tamaño y firmeza, y se restregaba en su firme trasero. Al no notar que ella opusiera resistencia, le soltó una muñeca para poder amasar sus senos y erguir sus pezones, endureciéndolos aún más, provocando que ella gimiese.

No paso mucho tiempo para que ella también comenzará a contonear sus caderas, esto lo alentó a continuar, derramando pequeños besos y mordidas desde el lóbulo de su oído, siguiendo la curvatura de su cuello y llegando hasta su hombro.

La respiración de ambos empezó a agitarse, ya no era suficiente solo tocarla por encima de la ropa, su miembro palpitante quería más y tomo la firme decisión de que iría por más. Con un rápido movimiento se la echó al hombro sin que ella pusiera demasiada objeción y subió las escaleras hasta llegar al ofuro donde la lanzo al agua, sin comprender realmente que era lo que había pasado ella emergió dando bocanadas, dispuesta una vez más a insultarlo pero antes de que eso sucediera, ágilmente la jalo de nuevo hacia él sacándola del agua sin que está lo tocase para apoderarse de sus labios y adentrarse en su boca.

Sus manos recorrían todo su cuerpo, no había curva por la cual no surcara, ella estaba empapada, la ropa se pegaba a su cuerpo, translúcida dejaba ver las pequeñas bragas que traía puestas y que deseaba arrancar de un tirón. Así que la desvistió como pudo para poder contemplarla a placer, no como la primera vez que la vio siendo unos completos desconocidos, ella trataba de cubrirse pero él se lo impedía, ante sus ojos era perfecta y lamentaba no habérselo hecho saber desde hacia tiempo pero los dos seguían siendo unos torpes en esos asuntos.

No demoró tampoco en desvestirse él mismo, mostrándole como lo ponía, poniendo una de sus delicadas manos sobre su caliente falo, nerviosa lo acaricio mientras volvían a besarse, hambrientos uno del otro.

Recostados en el suelo, comenzó a explorarla con una de sus manos, abriéndose paso entre sus muslos hasta llegar a su intimidad. Con suaves movimientos circulares avanzó a la entrada de su cavidad, introduciendo uno de sus dedos en ella, entrando y saliendo, aumentando el ritmo, añadiendo un dedo más para tratar de que no fuese tan doloroso cuando estuviera por completo dentro de ella.

Pareciera que Akane también había cobrado valor pues dejando de lado sus nervios, lo instó a qué se posara sobre ella y la poseyera, aceptando gustoso abrió sus piernas para disponerse entre ellas y de a poco fue abriéndose paso en su interior. Sabía que esto le causaba incomodidad pero ella le hizo saber que estaba bien y que podía empezar a moverse e incrementar sus estocadas.

No podía describir todo lo que estaba sintiendo, verla sonrojarse, su respiración agitada, escucharla pronunciar su nombre mientras el placer los embargaba.

Ella era todo para él, al principio trato de negarlo pero cuando creyó que la perdería para siempre su mundo se hizo pedazos por un instante y no iba a permitir que eso volviera a suceder. Y mucho menos ahora que había probado la felicidad de tenerla así entre sus brazos, lucia preciosa recostada en su pecho.

Después de lo que a él le pareció un pestañeo, se vio solo recostado en el suelo del baño.

¡No, no puede ser!

¿Acaso su mente nublada por el calor le había jugado una mala pasada, y todo fue un sueño?

La decepción comenzaba a reflejarse en su rostro cuando un balde de agua fría le cayó encima, sorprendido oyó una risita al lado suyo. Al girarse y alzar la vista se encontró con la culpable, que parecía más repuesta que él del acalorado encuentro que acababan de tener y que para su gran satisfacción no había sido un sueño. Era su venganza por lanzarla al ofuro, ya lo sabía, pero quién iba a pensar que su prometida y futura esposa fuera tan traviesa.

Luego de soltar el balde se puso a horcadas sobre él, acariciando los pechos que también ahora él tenía, lamiendo y succionando sus pezones.

¿Quién era la pervertida? Le dijo burlón pero agradandole su iniciativa. Ella le contestó frotando sus partes íntimas con las suyas, mientras seguía atendiendo sus senos, un gemido escapó sin que pudiera impedirlo.

Ella lo amaba completo, aunque a veces el detestara su lado femenino, y era lo que estaba haciéndole saber.

Sus labios se encontraron de nuevo, besándose con pasión volvieron a amarse, uniendo sus cuerpos de una manera distinta pero igual de candente que la primera vez.

..

La temporada de lluvia ha comenzado, el caluroso clima ha quedado atrás pero eso no significa que en cada encuentro entre ellos la temperatura no se eleve a más de cuarenta grados.


Ya extrañaba escribir, se que les debo capítulos de dos fics anteriores, no perdamos la esperanza que los termine pronto. ; )