Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.


Las palabras de su hermano provocaron un intenso calor en ella, observó a su alrededor, había demasiada gente, pero luego, en un instante, las palabras de Edward Lupin, golpearon en su interior, ¿con cuántos de esos nobles presentes, su hermano ya había estado de la misma manera en la que ahora estaba con ella?

—Vaya, sí que hay un gran cambio de actitud –comentó, cambiando su porte también.

—Bueno, no puedes culparme por ello.

—Solo dije que deberías controlarte un poco, no que te pusieras a la defensiva.

—Claro, es solo que cuando dijiste: que no te importaría estar rodeado de todos estos nobles, recordé el hecho, de que realmente estás acostumbrado a meterte con todos estos nobles mirándote –bufó.

—Oh, es eso –se burló –sí, he estado con alguno que otro de los nobles de este salón –informó –excepto con la novia, y su hermano –susurró en el oído de Lily.

—Entonces, no es que tengas tanto pudor…

—Yo, definitivamente no, podría desnudarme ahora mismo y caminar toda la noche entre todos estos sin importarme mucho, pero, hermanita, ¿tú podrías hacer lo mismo? Es más –añadió en un tono alegre –dime, ¿te gustaría mostrar todos esos gestos que haces mientras estoy dentro tuyo, o arremetiendo contra tu ser?

—N-No –aceptó avergonzada.

—Es por eso que te digo que te controles un poco, a mí no me interesaría, pero ¿a ti? Además, lo nuestro, es algo que quiero que quede entre las paredes de tus cámaras o las mías, bueno, entre cuatro paredes, no importa qué tan largas son, mientras nadie se entere.

Lily negó, divertida por las palabras de James, sin duda siempre encontraba la manera de bajar sus barreras, ahora realmente quería llevarlo consigo a sus aposentos y no dejarlo salir de ahí, por el resto de sus días, pero esa noche, para su desgracia, tendría que pasarla con Druella, desflorando a la reina, para así, poder tener descendientes dignos de James.

—La reina espera por ti, para bailar –comentó Lily, observando a la rubia, observar expectante a James.

—No va a pasar –comentó.

—Tiene qué, es tu esposa ahora, y además de eso, el salón está lleno de nobles aguardando por ti y ella, como sus regentes, compartiendo no solo un baile.

—Agh –gruñó, echando la cabeza hacia atrás como un niño regañado –odio cuando tienen razón, maldita sea el momento en que firmé ese tratado.

—Te ahorraste dinero en esa firma, y salvaste la vida de miles.

Cariño, ¿Realmente crees que me interesa eso de salvar vidas? –Negó –si eso me interesara, no me hubiese abierto camino al trono matando a nuestros padres y familia –le guiñó un ojo –y mejor me hubiese esperado a que el tiempo hiciera lo suyo.

—¿Realmente lo hiciste por llegar al trono y no esperar a que muriera? –Lo cuestionó.

—Tú no lo recuerdas, como era nuestro reino mientras él gobernaba, eso es lo que pasa.

—Pero no te importan las vidas de los demás –lo observó –es simple, quiero saber la razón por la cual, decidiste irrumpir y matarlos a todos.

—Ah –suspiró cansino –no hay un por qué, me aburrí de las cosas como estaban, realmente padre no era un buen rey.

—Sé honesto –pidió.

—Lo estoy haciendo, Lily, no tuve una razón de peso para usurpar el trono del Gran Harry Potter, ni para venir por los demás.

—Así que solo lo hiciste por demostrar tus habilidades.

—Si fuese esa la razón, me habría conformado mostrando mis habilidades en los festivales que organizaba nuestro padre, gastándose todos los impuestos del pueblo, créeme, me adelanté un poco a cortarle la cabeza a nuestro padre, ya fueran los plebeyos y esclavos, o los nobles, pero alguien lo hubiese hecho.

—Pansy parece tener una opinión diferente a ti –informó.

—Lo sé, pero eso era, porque era una rica privilegiada antes, y lo fue aún más, cuando decidió que Malfoy era insuficiente y decidió meterse a la cama de nuestro padre, un reino más próspero, en el que ella podía pavonearse por todo el castillo, dando órdenes, usurpando el lugar de nuestra madre.

—No es muy diferente a lo que estás haciendo tú, con tu ahora esposa –la pelirroja observó al trono más pequeño, que era ocupado por Druella.

—¿Es acaso que te estás comparando con Pansy Parkinson? –Sonrió divertido.

—Dime, ¿no es acaso que soy eso, tu amante? –Lo observó serio.

—No, eres mi hermana, y hasta hace unas horas, no tenía ni madre, ni esposa, que fueran por derecho, las encargadas de llevar este castillo.

—No engañas a nadie –comentó negando –es lo mismo que con nuestro padre y su amante, en eso, sigues sus pasos, aunque no en lo demás.

—Voy a decir esto una sola vez –informó, acercándola a él –no vuelvas a comparar lo que tenemos con Pansy y nuestro padre –ordenó con una mirada fría, apretando las quijadas –a diferencia de ese ser mediocre, tengo el poder, la destreza y la voluntad de hacer todo lo que…

—¿Todo lo que quieras? –Negó Lily –sí, quizás seas el guerrero más valiente y fuerte, pero comprendes lo que es el honor y la lealtad, por lo tanto, llevas estos reinos de esa manera, tan diferente que nuestro padre.

Lily se alejó de James, hizo una reverencia, y se alejó rumbo a la mesa, para sentarse junto a su prometido, no se había fijado que tenía bastante tiempo bailando con el rey, así que las mujeres a su alrededor sonrieron satisfechas de que por fin podrían tener una oportunidad de bailar con su alteza, que dio media vuelta y ocupó su lugar junto a la reina consorte.

—¿Puedo hacerte una pregunta? –Pronunció Lily de la nada, haciendo que su prometido volteara a verla, confundido.

—Claro que puede, princesa.

—Dime, ¿qué sabes de la relación de mi padre con Pansy Parkinson?

—Bueno, la verdad, es que no me siento nada cómodo diciéndole algo al respecto, princesa.

—Eso quiere decir que las cosas eran bastante espantosas.

Lupin cerró los ojos, y suspiró con pesadumbre, no quería intervenir en asuntos del pasado, si bien, él era mucho mayor que la joven princesa, realmente desconocía que tanto recordaba ella, antes de que fuese desterrada del castillo y dejada en una villa lejana de casa; aunque ahora era cercana al reino del Centro, comparado con el reino del Noreste, el reinado original de Harry Potter, era bastante lejano.

—Realmente no sé cómo eso surgió –informó –solo sé que su padre descuidaba demasiado el reino, por ir con la señorita Parkinson de caravana a distintas partes del reino, ella ordenaba todo dentro del reino de su padre, dejando de lado las obligaciones de la reina.

—Mi madre, ¿qué hay de ella? –Cuestionó.

—Tu bisabuelo, Septimus Weasley, y el rey Fleamont, hicieron un pacto de compromiso, pero ambos fueron varones, así que el pacto pasó a la siguiente generación, pero tu abuelo Arthur, tuvo seis hijos varones, y tu abuelo James, pues… tuvo a tu padre, no fue hasta un año después, que nació la séptima hija de Arthur, Ginevra, y bueno –se aclaró la garganta –así que bueno, eso dejó a tu padre, comprometido con tu madre, que ninguno estaba enamorado del otro –aclaró.

—Eso justifica que mi padre a pesar de casarse con ella, se acostara…

—Princesa, sé que, por muy injusto, que eso parezca, es algo tan común en la nobleza, ninguno está unido por el amor, sino por una conveniencia, y sí, posiblemente diga que pobre de la mujer, que se queda en casa a esperar para ser preñada por su marido, aunque este disfrute de yacer con más, pero las cosas son así, y no van a cambiar.

—Es bueno saberlo –observó a otro lado.

—También hay hombres que somos fieles a nuestra esposa, y que si bien, iniciamos como compromiso, eso no nos impide ver la mujer maravillosa al a que nos unimos en matrimonio, no todos somos como su hermano, que demuestra a cada paso que da, el desprecio que siente por la reina Druella.

—Bueno, al menos él demuestra su desprecio por su ahora esposa, pero al menos no anda caminando por los pasillos de todo el castillo, pretendiendo ser un rey honorable con su mujer, cuando gusta de yacer con cuanta mujer se le pase enfrente.

Lily se puso de pie enfadada, observó a todos lados, pero no encontró a Scorpius, por el contrario, lo encontró de pie junto a Druella, su cara no demostraba absolutamente nada, pero la forma en que no observaba a ningún lado, suponía que no estaba muy contento de tener que cuidar de su propia hermana.

Después de un rato, la gente aplaudió, cuando James decidió por fin, llevar a su esposa a la pista de baile, la sonrisa de Druella era inmensa, realmente estaba feliz de ser la reina consorte, y bueno, ¿quién no sería feliz de ser la esposa de James?

—Tienes una muy mala cara –comentó una mujer a su lado.

—Oh, me duele la cabeza –mintió.

—Sé que su prometido le informó quien soy yo –sonrió.

—Ah, sí, la amante de mi hermano.

—Era, su amante, desde que el rey regresó de la boda de Lorcan Scamander, no ha solicitado a ninguna fiesta privada, y, por lo tanto, tampoco mi compañía.

—Edward también dijo que, su familia reinaba un reino, lo cual, me parece un poco…

—¿Qué me volviera amante de tu hermano por voluntad propia? –Sonrió.

—Sí –aceptó Lily apenada.

—Querida, tú te has convertido en su amante por voluntad propia también, y es tu hermano de sangre –fingió inocencia.

—Y-Yo…

—Descuida, no hay nadie más leal a su alteza real, que yo –hizo una pausa –o quizás el hombre a su lado.

La mirada de Lily fue hasta Scorpius Malfoy, que había cambiado por completo su actitud, ahora en realidad estaba atento de todo a su alrededor, por el hecho de que James compartía el mismo espacio con Druella, en su vigilancia incluso, se dio cuenta de su charla con la mujer pelirroja.

—Nunca voy a traicionarlo, y sí, si te lo preguntas, sí, es porque lo amo, pero sé que él a mí no, solo ve en mí ya sabes, lo que ahora ve en ti –negó y suspiró –realmente no, James no movería ni un cabello por mí, contrario de lo que movería por ti.

—Lo que dices –negó divertida.

—James, realmente es capaz de darte todo lo que tiene, y realmente ni siquiera él es consciente de eso, eres afortunada y te lo dije, lo tienes a él, y, por lo tanto, estás segura, de mí y de muchos otros, que se han percatado que el rey tiene una debilidad, y esa eres tú.

—Insinúas que…

—No –negó –aunque sí –se burló –es complicado, ni Parkinson ni yo vemos todo claramente, pero sabemos que no eres tú.

—Desconozco lo que hablas –aceptó.

—Cuando James, estaba por asesinar a su padre, una profecía se presentó ante Pansy Parkinson –aceptó Elisheva –y se la dijo, es más, dejó de interponerse entre él y su amante, porque en el destino de tu hermano, estaba que tenía que ser él, quien comenzara a gobernar el reino del Noroeste, y no solo ese reino, unió los cinco reinos porque estaba en su destino, uno más grande de lo que muchos pudiesen pensar.

—Lo que dices suena muy ridículo –informó Lily.

—Quizás lo sea –admitió –pero acepta que a veces las cosas están destinadas a ocurrir, aunque no haya un gran propósito oculto en ello, era destino de James gobernarlo todo, subyugar todo y a todos, y su desprecio al mismo tiempo, ocasionaría que alguien cercano a él, va a traicionarlo.

—¿De qué hablas? –Bufó ofendida.

—El destino de James es hacer historia en todo lo que haga –informó –va a ser el más grande y temible de los reyes que tendremos jamás –se encogió de hombros –pero su fruto –sonrió –va a ser el más amado y querido de la historia, y después de ti, James será capaz de darlo todo, por él –negó –al final, no importará mucho quien sea su madre, para James, será sangre de su sangre, y va a ser suficiente para amarlo, en eso también –acarició el cabello de Lily –también es muy diferente a tu padre –se acercó a su oído –así que sí, agradece que masacró a tu familia y te dio una libertad que al final, terminarás agradeciendo de haber tenido, cuando tengas que unirte a Lupin y lo que éste hará de ti una vez que digan sus votos –suspiró –imagina cómo será la consumación de tu matrimonio, has tenido un hombre que te hace vibrar cada parte de ti, pero ¿Lupin será capaz de provocarte eso y más? –Negó –buena suerte en su matrimonio, princesa.

—X—

Aunque la ceremonia había sido un completo fiasco, las cosas se habían solucionado al final, el rey había bailado con ella el resto de la noche, aunque lo sintió un poco enfadado, suponía que era por como los plebeyos habían arruinado su boda con ella, no darle una boda digna de ella podría ser la razón por la cual estaba tan molesto, aunque intentó demostrar que todo estaba bien, le sonrió a algunos nobles, y contrario de la boda de Lorcan y esa chica, esta vez dedicó su tiempo a ella, a que le sirvieran bebidas y pasar gran parte del resto de la noche en la pista.

—Su alteza –comentó su dama principal –luce preciosa, el rey sin duda quedará sin palabras.

Druella sonrió al verse en el espejo, el fino camisón que su madre le había dado para la noche de bodas, le quedaba a la perfección, el color blanco era demasiado brillante, quizás quería que dejara en claro su doncellez, que había guardado al inicio, para cualquier noble de su reino, pero después, para nadie que no fuera James, a él lo quería para ella, fuese o no, gobernante de los cinco reinos, así cayera en desgracia y se volviese campesino, ella iría tras él, sin importar nada, e iba a darle los herederos más hermosos, poderosos, valientes y aguerridos que nadie más pudiese darle.

—Está todo preparado para cuando llegue su majestad –le informaron –nosotros nos retiraremos, vendremos mañana…

—No –pidió –déjenos a su majestad y a mí, pasar todo el día de mañana solos en la habitación, si se nos ofrece algo, le pediremos a los guardias que lo soliciten –sonrió.

—Como ordene, alteza –hizo una reverencia y se marchó.

La joven reina se sentó al centro de la cama, con el dosel alrededor, no podía con toda la felicidad, las mejillas realmente ya le dolían de tanto sonreír, imaginar a James llegando hasta sus aposentos, diciendo lo hermosa que se veía y que, por fin, después de tanto tiempo que tuvo que esperar, por fin sería suya, ya no había que tener compostura, por fin eran esposos.

Druella cambió de posición cuando la que había adoptado hacía unos minutos la cansó, su cabello resbaló, así que se lo acomodó detrás de la oreja con rapidez, no quería que James la encontrara despeinada, sonrió de nuevo, sacando el pecho con orgullo para que cuando él entrara la encontrara más encantadora todavía.

El tiempo avanzó un poco más, ella supuso que alguien lo había detenido en su camino para cuestionar de algunas cosas, ya que no estaría en el castillo durante un tiempo, puesto que irían de viaje de bodas.

La puerta se abrió lentamente, así que la rubia alcanzó a erguir la espalda, ya que se había encorvado un poco, por el cansancio de esperar por su esposo, pero ya por fin había llegado para poder consumar su amor y su matrimonio, la sonrisa se desdibujó cuando vio a una joven pelirroja entrar como si nada al lugar.

—No, no, espera ¿qué crees que haces? –Cuestionó ofendida cuando notó que algunas empleadas entraban detrás de ella.

—Ah, ¿Es que no le han avisado todavía?

—¿Avisarme qué? ¿Quién rayos eres tú? –La atacó enfadada.

—Oh, lo lamento, princesa, mi nombre es Elisheva, el rey me envió.

—¿Princesa? –Gruñó –creo que estás atrasada de noticias, el rey y yo, nos casamos, ahora soy la reina, así que dirígete a mí con ese título, sirvienta asquerosa –escupió enfadada.

Elisheva inclinó la cabeza de lado, puso los ojos en blanco y sonrió descarada, las otras mujeres comenzaron a guardar algunas cosas sin autorización de la rubia, lo cual la enfadó aún más, haciendo que saliera del dosel.

—Sí, quizás contrajeron nupcias hoy –murmuró Elisheva acercándose a la rubia –pero no han consumado nada ¿o sí?

—Qué te importa, maldita atrevida, haré que mi esposo, el rey, te mande azotar…

—Oh, sin duda es algo que el rey amaría –sonrió acercándose más a la rubia –me temo, alteza, que he fornicado más yo, con el rey, de lo que usted será capaz –sonrió.

—Eres una…

—Cualquiera, quizás –aceptó –pero el rey ha sido más mío que suyo –se encogió de hombros –debería aceptar la realidad de una vez, y aceptar que no hay nada ni nadie en todos los reinos, que el rey desprecie más que a usted, y su matrimonio.

—La envidia es la que habla, no puedes con el hecho de que James se casó conmigo, haré que te azote hasta que mueras.

—No lo hará –sonrió –lleven las cosas a los carruajes, la reina, estará lista en unos minutos.

—¿Lista para qué? –Bufó.

—El rey James, me ha ordenado que preparen sus cosas, y a usted, saldrá su caravana para el viaje de bodas, él se unirá en unos días.

—¿Ha pasado algo? –Cuestionó preocupada.

—No, es solo que… -La mujer pelirroja se detuvo en el umbral de la puerta –el rey prefiere pasar la noche de bodas con alguien que sí le interese –sonrió –descuide, majestad, prometo dar todo de mí, cuando él me posea por completo, con toda esa pasión de la que solo el rey James, es capaz de desbordar, es una lástima, que jamás vaya a saber lo que es tenerlo enterrado en lo más profundo de su ser –se acarició el cuello –el carruaje se marchará en 20 minutos, sino está lista, la dejará, y créame, el rey se unirá a esa caravana, esté usted o no en ella –le dijo adiós con un movimiento de la mano y cerró la puerta a su salida.