Era la primera vez en su vida, que él podía sentir esto. . . .
Su cabello rojo llameante parecía brillar incluso más que las llamas que estaban ahogando a la capital en la miseria, sus ojos profundamente azules que siempre parecían contener algo que ninguna otra persona en el mundo es capaz de poseer, comprensión, heroísmo, eso es. Sin embargo ahora, solo podía ver, con esos ojos, la muerte y la miseria.
Él había perdido. . . no, fue completamente derrotado, aplastado, en toda la extensión de la palabra.
Sus ropas, estaban completamente en buen estado, pulcras, excepto por sus manos que estaban cubiertas de sangre, la sangre de Elsa, la mujer que peleo hasta el final, la mato definitivamente, convirtiéndola en menos que polvo, destruyendo su cuerpo aun nivel imposible para cualquier otro que no fuera él.
Su espada, una legendaria espada estaba en su cintura, pero no podía desenvainarla. El arma más poderosa que existe, con el portador más poderoso que existe, juntos crean la fuerza más poderosa que existe y existirá en este mundo.
Aun con esa terrible y abrumadora combinación. . .no logro hacer nada. Su espada ni siquiera salió de su vaina.
El eco de la cacofonía compuesta de lamentos, de gritos llegaba a sus oídos, y pudo escucharlos claramente a todos y cada uno de ellos, pero él no puede salvarlos.
Sus ojos están clavados en una escena.
El hombre responsable de todo esto, está muerto. . . pero no fue él quien lo mato. No, fue alguien más, pero él está muerto y eso era lo que importaba.
Aun así, las emociones que se arremolinan dentro del pecho de este joven héroe, no son de satisfacción o de alivio, nada de eso, solo puede sentir inconformidad, y odio, cólera irracional que subía por su garganta, pero no gritaría, no libera ninguna de las emociones que lo estaban golpeando, como si fuera la primera vez que siente esto, no es capaz de comprenderlo, ¿ estas emociones siempre estuvieron dentro de él?, tal vez, él las había bloqueado, las había echado en el fondo de su corazón, si se enojaba eso podría resultar en un desastre que traería la desgracia a todos, entonces el elimino esas emociones, las encadeno, las desterró en un lugar profundo, para poder ser un héroe, para poder ser el héroe que su abuela le dijo que seria. Para ser un digno sucesor, la única persona que merecía ser odiada era el, fue el sincero pensamiento dentro de su corazón, algo que mantuvo como una regla inquebrantable.
La duda, depender de otros, un héroe tiene que manejar todo por su cuenta, y de esa manera evitar el sufrimiento de otros, un héroe siempre debe de actuar de acuerdo a su sentido de la justicia.
La justicia. . Eso es, él debía de ser la justicia, todas sus acciones debían ser por y para la justicia, la justicia es el motivo de su existencia, la justicia es el motivo por el cual empuña su espada, la justicia. . . la justicia fue aplicada al hombre que hizo todo esto, pero él no está conforme, él quería matarlo, quería cumplir con su papel como héroe.
Pero él fracaso, no pudo proteger a la capital, no pudo proteger a sus camaradas, a los niños y niñas, a las mujeres, a los hombres, a los ancianos, el no pudo proteger a nadie, ni nada.
Fallo como héroe, fallo como el santo de la espada.
Reinhard lleva una mano a su pecho, y lo aprieta con fuerza.
No queda nada. Ni la capital, ni Lugunica.
Por su culpa, todo arde, por su culpa su abuela murió, por su culpa su familia se destrozó. Sin importar como lo veas, todas las desgracias son su culpa, su negligencia, su indecisión, sus decisiones, todo fue equivocado.
Cayo de rodillas en ese momento, siente como si su corazón estuviera destrozado, siente como su pudiera gritar de ira, frustración y tristeza, pero no lo hace, porque eso no es lo que haría un héroe. Y el solo puede ser eso.
― . . . ¿Por qué?
Su voz atraviesa la cacofonía de lamentos, y el crepitar de las llamas.
Ninguna de las batallas que había tenido, ninguna de sus acciones, tuvo un significado.
Reinhard, fallo en todo.
Pero no puede llorar, no puede desatar su frustración, no puede hacer ninguna de esas cosas indignas de un héroe, por qué entonces. . .entonces. . .pero viéndolo de otra manera, ya no hay nada que perder.
Reinhard aprieto sus puños con fuerza, y entonces golpeo el suelo, este es destrozado sin ningún esfuerzo, y fracturas se extienden por varios metros.
El héroe más fuerte, el santo de la espada, el maestro espadachín, aquel que es amado por el mundo. . .ha muerto.
Sintiendo su espíritu flaquear por primera vez en su vida, Reinhard no sabe qué hacer, ninguna de las vidas que se perdieron volverán, él no tiene ese poder, e incluso si lo tuviera, eso no sería justo, porque todas las demás vidas que se pierden en el mundo no podrían ser rescatadas, y la muerte forma parte del ciclo natural de las cosas, no sería justo que el interfiriera en eso, ese no es su papel, él debe de ser justo, impecable, debe de obedecer al reino, pero ahora mismo ese reino, es tragado por las llamas.
Reinhard se levantó, tiene que salvar a todos, tiene que seguir de pie, incluso si su corazón está destrozado, incluso si este ahogado por el odio y el resentimiento, debe tragarse esas emociones, debe de seguir adelante, como un héroe, es el más fuerte, por lo tanto, no puede rendirse.
Nadie le tendera una mano, nadie le ayudara, ni su familia, ni sus amigos que se han ido.
El héroe caído, comienza a correr, buscando sobrevivientes entre las llamas, y la primera persona que encuentra es una niña, estaba debajo de unos escombros de madera, sin perder el tiempo, rápidamente con su poder quitar los escombros y tomando a la niña con delicadeza.
La lleva a un lugar seguro, y la deja tendida con el mayor cuidado en el suelo.
Una mueca de dolor cruza la cara del pelirrojo, la mitad del cuerpo de la niña esta quemado en su totalidad, el olor de la carne y cabello quemado llega a su nariz, la niña jadea de dolor, y su respiración es irregular, probablemente respiro mucho humo, ella empieza a toser.
Pero Reinhard no puede hacer nada, las heridas son mucho más allá de lo que él puede tratar, y ella deja de respirar abruptamente.
Los ojos de Reinhard se abren y luego su mirada se vuelve sombría.
Aun así, no pierde el tiempo y vuelve a moverse, automáticamente, cumpliendo su papel, salva a unos cuantos, pero para otros ya es tarde, el olor de la muerte, la vista de un auténtico infierno, es lo único que él puede ver.
El héroe nunca fracasa, el héroe es inmortal porque siempre será recordado por sus hazañas que desafiaron al destino, pero cuando tu destino es ser un héroe y solo eso, y aun así fracasas, solo serás recordado por tu fracaso.
Este es el más grande fracaso de un héroe, esa es la muerte de un héroe.
Reinhard continúo corriendo, pero luego de unos minutos, solo pudo encontrar cadáveres, que se apilaban en montones, la sangre teñía las calles.
El finalmente se detuvo en medio de las llamas, y el humo.
Y él sabe que ha llegado el final.
Salvo a todos los que pudieron ser salvados, sin tomar un solo descanso corrió de un lugar a otro, con su inigualable velocidad, salvo a cientos de personas, tal vez miles.
Pero las vidas salvadas, palidecían en comparación con las vidas perdidas.
Reinhard se detiene y mira una vez más el resultado de su fracaso.
Entonces las emociones que golpeaban su corazón como si fueran las olas de una tormenta en medio del embravecido mar, por fin lo alcanzan.
Reinhard siente un odio incomprensible que lo llenaba por completo. Su rostro que siempre tenía una expresión amable, que siempre era serena, que siempre mantenía la expresión de alguien digno, se rompió, sus facciones se deforman mientras el odio y la frustración toman lugar.
Sus ojos azules, se entrecierran mientras el brillo de las llamas se refleja en ellos.
El odio tiene que ser dirigido a algo, a alguien.
Y Reinhard automáticamente, dirige este odio hacia sí mismo, como una respuesta natural, el corazón y los sentimientos de Reinhard, todo le dice que este odio solo puede ser dirigido hacia él mismo.
Como la muerte de su abuela fue su culpa, como su incapacidad para comprender los sentimientos de los demás, todo es su culpa, por lo tanto, este odio también debe de ser dirigido a él, el monstruo que nació para matar monstruos, pero incluso en eso fallo.
Reinhard van Astrea, el santo de la espada, decide que él es el monstruo que debe de morir, como una expiación por todos sus fracasos.
Lleva su mano suavemente a su espada, la legendaria espada que solo puede ser desenvainada cuando reconoce que su oponente es digno. Los dedos de Reinhard se envuelven alrededor de la empuñadura.
Y entonces, el tira de la espada.
Y esta sale de su funda.
Los ojos de Reinhard se abren ligeramente en asombro, por un momento sorprendido por el hecho de que esta espada haya decidido ser usada en este momento.
La única regla inquebrantable de esta espada es que solo puede ser usada cuando el rival lo merece. Eso es cierto, no, es más que cierto, es una verdad absoluta en este mundo.
La espada legendaria cuya hoja fue bañada con la sangre de innumerables y poderosos enemigos, la espada que paso de generación en generación, la espada que supera cualquier otra arma, santa, maldita, esta legendaria espada decidió que sería apropiado que ella sea la que arrebate la vida del ser más fuerte del mundo.
Una sonrisa amarga se dibuja en la cara del santo de la espada.
Este héroe caído, desde lo más profundo de su corazón, se considera así mismo con un monstruo el cual debe de ser asesinado.
Una paradoja en sí misma, que nadie más que Reinhard habría podido causar.
Como si esto confirmara la determinación de joven, el levanta su espada, un brilló tenue comienza a emanar de ella, como si estuviera ansiosa por la batalla.
Reinhard cierra sus ojos un momento, luego los abre lentamente.
― Yo, Reinhard van Astrea, del linaje de los santos de la espada, asumo mi responsabilidad como miembro de la guardia imperial. . . . .
Reinhard apunta la hoja de la espada directamente a su cuello.
― Solo vete a un lugar alejado y muere, maldito monstruo.
Las últimas palabras que su padre, que le había dirigido, antes de morir. Hasta el final él fue culpado del estado de su madre, ahora también muerta.
― Reinhard-dono, usted y yo no tenemos nada más que hablar.
La forma respetuosa en que su abuelo, Willhen van Astrea el demonio de la espada, se dirigía a él, sin ningún tipo de familiaridad en sus palabras, reconociéndolo como caballero, pero no como su nieto, ni siquiera con una pizca de afecto.
Los dedos de Reinhard se aferraron con fuerza a la empuñadura de su espada.
― Estoy segura que te convertirás en un héroe.
Las palabras más amables que alguien le había dirigido, su abuela, ella había sonreído con tanta sinceridad, para ella él no era un monstro, para ella el solo era su nieto.
Aun con eso él la mato.
― . . . Lo siento, abuela, falle en todo lo que me propuse, como caballero, y como héroe, la cantidad de fracasos en mi vida no puede ser medida, ni contada. . .
Sus palabras no podían ser escuchadas por nadie, solo morían arrastradas por el viento, y el crepitar de las llamas a su alrededor. El humo negro se alzaba y cubría el cielo su totalidad.
La espada comenzó a liberar más partículas de luz.
― Incluso si esto no me redimirá, incluso si solo es una salida irracional, y sin sentido. . .espero que mi modesta vida, sea suficiente para pagar por todos mis fracasos. . .
Incluso mientras pronunciaba estas palabras, Reinhard lo sabía mejor nadie, la hipocresía detrás de las palabras que estaba escupiendo.
Él no morirá, después de todo es un monstruo entre monstruos, solo volvería a la vida, y todas las incoherencias que su boca estaba escupiendo no significarían nada.
Entonces con un movimiento que pareciera que lo había practicado un millón de veces, con elegancia, con la velocidad, con fuerza, un golpe perfecto, Reinhard apuñalo su espada directamente a su cuello...
Él es amado por el mundo, fue bendecido con un talento excepcional, con un poder abrumador, para poder mantener el equilibrio del mundo.
En pocas palabras, ser justicia.
Y la justicia castiga a todos los que violan las leyes del mundo.
Los cortara con su espada.
Los destruirá con su valentía.
El od lagune, la fuente de la vida, la vida misma, no, tal vez incluso más que eso, incluso más que el mundo.
Necesita un héroe que sea la encarnación de todo eso, la encarnación máxima de la justicia, pero este joven héroe que fue aplastado, cuyo orgullo y corazón fueron sacudidos, no puede cumplir con ese papel, no ahora, no de esta forma.
Entonces, la voluntad del mundo, tomo una decisión.
Para construir al héroe que mantenga el equilibrio, que sea la fuerza inamovible e imparable que barra con todas las injusticias, para crear a ese ser ideal, decidió desterrar al joven a un lugar donde pueda madurar, donde puede crecer y fortalecer, no su poder, sino su voluntad..
Su cabello era negro azabache, y su rostro era blanco como la porcelana.
Sus delicadas y finas manos jugaron con el cabello de su hija.
Era como una versión más joven de ella misma, fue lo que el padre de la niña le decía siempre que estaban juntas, y ella no podía decir que eso fuera una mentira, de hecho era verdad, y ella estaba feliz por eso.
Su hija de 9 años estaba durmiendo plácidamente mientras recargaba su cabeza en sus piernas. Su cabello era negro, su cara era tranquila y el suave eco de su respiración era constante y tranquilizador.
El día era agradable, y el sol brillaba en lo alto del cielo.
Era cálido, pero fresco gracias a las corrientes de viento que azotaban contantemente la casa.
Su hogar era una casa tradicional japonesa, compuertas corredizas, suelos de madera, y un techo compuesto de tejas.
Ambas, madre e hija estaban en la parte trasera de la casa donde había un hermoso jardín, donde su hoja jugaba todos los días.
Incluso con todas estas comodidades ella era una prisionera, un rehén, si bien esto era en parte por su propia seguridad, también fue obvio para ella que solo fue salvada gracias a quien era su hija, y quien era el padre de esta.
Incluso con eso, ella no se arrepentía de haberse entregado a ese hombre, porque gracias a eso, tenían una hermosa hija, que amaba con cada fibra de su ser. Incluso más de lo que llego a amar a su esposo.
Se escucharon pasos desde la parte de adelante.
Ella no se giró, solo había una persona que la visitaba, desde que estaba en este lugar.
― Oh, Akeno-chan está durmiendo.
La mujer sonrió ligeramente.
― Sí, estuvo jugando todo el día, y se quedó dormida luego de un tiempo.
Ella dijo mientras miraba con ojos llenos de amor y ternura el delicado rostro de hija.
― Entonces tratare de no hacer mucho ruido.
El hombre tenía el cabello negro, era alto, y con una expresión dura en su cara, pero sus ojos eran tranquilos y amables.
― Lamento no haberlas visitado en mucho tiempo, pero últimamente las cosas se están complicando.
La mujer negó con la cabeza.
― No te preocupes por eso, Kento-san sabes que siempre eres bienvenido, más aún después de todo lo que has hecho por nosotras. No hay nada que yo pueda hacer para pagarte.
El hombre sonrió amargarte, al recibir las palabras amables y sinceras de esta mujer.
Camino y se sentó a su lado.
El hombre llamado Kento, estaba usando ropas propias de un exorcista de la iglesia.
Miro el rostro de la niña que dormía pacíficamente.
― No hay nada que agradecer, ver que Akeno-chan está bien, es todo lo que necesito.
Él dijo mientras dejaba de mirarla y en cambio miraba hacia el jardín.
― Por cierto, traje un regalo para ella.
― Oh, enserio, espero que no sean muchos dulces, sabes que ella se pone hiperactiva cuando los come.
El hombre trago saliva, al recibir la mirada de una madre molesta.
― si bueno. . .no traje muchos dulces . . .solo unos pocos.
La mujer lo miro con sus ojos negros, y luego de un momento sonrió ligeramente, mientras dejaba escapa un suspiro.
― Bueno no se puede evitar, después de todo aun es una niña.
El hombre sonrió, luego de eso ninguno de los dos, dijo ni una sola palabra.
Se sumergieron en un cómodo y reconfortante silencio.
Era como un sueño uno donde solo estaban ellos tres, para el hombre llamado Kento, esto era la felicidad.
Pero estaba seguro que para la mujer a su lado, ese no era el caso.
Luego de un momento, el decidió romper el silencio.
― Sabes, en algunos días va haber un festival en la ciudad cercana, Akeno-san y tú podrían ir.
Los ojos de la mujer miraron el rostro de su hija.
― Gracias por la oferta, pero creo que en nuestra posición actual eso no será posible.
El hombre hizo una mueca, luego dijo con una sonrisa.
― Yo podría protegerlas, me asegurare de que no pase nada, Akeno-chan aun es una niña, debería de disfrutar de estas cosas como una.
La mujer sonrió cálidamente, y miro al hombre con sus ojos amables.
― Aprecio tu preocupación, pero no puedo dejar que te arriesgues a ti mismo por algo como eso, tal vez después cuando las cosas mejoren.
Ella lo rechazo con delicadeza.
El hombre sonrió amargamente, y miro al cielo.
― Cuando las cosas mejoren, ¿huh?
Él pensó con melancolía. Finalmente se puso de pie.
― ¿Ya te vas? ¿No te gustaría quedarte a comer?
― Me gustaría, pero tengo que atender asuntos del trabajo. Mi jefe no es muy paciente que digamos. Me hubiera gustado jugar un poco con Akeno-chan pero tendrá que ser en otro momento.
Él dijo mientras se encogía de hombros.
Luego se dio la vuelta, mientras se despedía con la mano.
― Kento-san. ― La mujer lo llamo, y el la miro con curiosidad. ― Gracias por todo.
Ella dijo, él sonrió. Y se fue.
Shuri Himejima, volvió a acariciar suavemente el cabello de su amada hija..
Cuando el joven abre los ojos, solo puede ver que el cielo esta oscuro, y que hay unas millones estrellas bordeándolo.
Entonces el miro el cielo, su, mente en estado de confusión, estando en una situación inesperada estaba frente a él, por un momento puede pensar que estaba en un sueño, pero rápidamente lo descarto, algo en su interior le dice que esto no es un sueño.
El niño miro el cielo durante un momento, rápidamente se pone de pie.
Sus ropas estaban ligeramente sucias, se sacudió sus ropas con un movimiento automático, mientras hacía eso, buscaba en su mente los recuerdos de las últimas horas y tal vez una explicación de porqué estaba en medio de una pradera, cuando el sol ya se había ocultado.
Rápidamente niega con la cabeza, no importaba el motivo tenía que volver a su hogar, incluso si a nadie le importaba, su mismo padre le había dicho esta mañana que él podía ir a un lugar alejado y perderse, mientras gritaba sobre como era su culpa que su madre estuviera dormida.
El no pudo entender porque padre estaba tan empeñado en culparlo de eso, el no tuvo ninguna culpa en eso, podía aceptar la responsabilidad de la muerte de su abuela, pero sin lugar a dudas, incluso si razono mucho sobre esto, él no tenía ninguna responsabilidad sobre el estado actual de su madre.
Pero su padre parecía nunca entenderlo, y lo único que hacía era gritarle, como si sus palabras no pudieran ser escuchadas solo hablando.
Reinhard se dio cuenta de una cosa más, cuando termino de sacudir sus ropas, había una espada, no, el conocía esta espada mejor que nadie, era la espada de su abuela, aunque actualmente era suya.
Él no la había tocado, desde la muerte de ella, había sido resguardada por la familia Astrea hasta que el tuviera la edad suficiente para portarla.
Pero sin ninguna duda, esta espada, la empuñadura, los grabados, sabia sin ninguna duda que esta espada, era la legendaria espada que el dragón divino volcánica le entrego al primer santo de la espada, entonces porque esta espada estaba tirada a su lado en medio de un prado.
Los recuerdos de la mañana eran claros para él, pero no podía recordar la últimas 4-8 horas de su vida. Al menos, eso logro suponer por el hecho de que era de noche en este momento.
Miro sus ropas una vez más, tenía unos pantalones cortos, y una camisa blanca, y alrededor de su cuello tenían un pequeño moño de color negro. Sus zapatos eran de color café, y estaban pulcros.
Por un momento trato de recordar con todas sus fuerzas, pero fue obvio que no lograría nada, es como si sus últimos recuerdos hubieran sido eliminados de su cabeza.
El niño no perdió el tiempo y se puso de pie, necesitaba volver a la mansión de la familia Astrea, cuanto antes y devolver la espada a su lugar designado, de lo contrario probablemente solo obtendría más odio de parte de su padre, bueno, incluso si no hacía nada, parecía que su sola existencia amargaba la vida de su padre.
El niño tomo al espada, con sus pequeñas manos, y entonces lo sintió, sintió como si hubiera estado sosteniendo esta espada toda su vida, como si la espada fuera una extensión de su cuerpo.
Sacudió su cabeza ignorando esa sensación y rápidamente comenzó a caminar, su sentido de la orientación era muy bueno y tal vez fue por eso que él lo noto de inmediato luego de dar una mirada alrededor no podía reconocer el lugar donde estaba actualmente, no había ni un atisbo de familiaridad incluso cuando sus ojos azules pasaron varias veces sobre todo el terreno.
El niño supo que algo andaba mal, desde el momento en que no podía recordar, pero ahora estaba más seguro de eso, aun con eso su rostro no mostro ni un ápice de preocupación un monstruo como él, no tenía nada que temer, su única preocupación seria no matar accidentalmente a alguien que intentara atacarlo.
Suspiro y comenzó a caminar, no tenían prisa por llegar a su hogar...
Ella cometió un error, se preguntaba mientras miraba por la ventana de su habitación.
Su cabello era de un rubio dorado que caía suavemente y le llegaba hasta la parte inferior de su espalda, sus rasgos fáciles eran suaves y delicados, como los de cualquier niña de su edad, sus ojos eran de un verde esmeralda, estaba usando un vestido de color azul, sujetado por un moño de color blanco que envolvía su cintura.
El vestido no era nuevo, de hecho, tenía varios agujeros y la tela estaba maltraída y desgastada por el uso constante, aparte de eso, era una de las pocas ropas que ella tenía.
La habitación en la que se encontraba no era grande, más bien era mediana, había una cama y solo eso. Ella estaba sentada en una silla, al lado de la única ventana de su habitación. La lámpara que se encargaba de iluminar la habitación, estaba apagado y la única luz que había en la habitación, provenía de la luz de la luna que entraba por la ventana.
La expresión de esta niña estaba teñida de preocupación.
Pensamientos variados habían cruzado su cabeza durante los últimos días.
¿Hizo algo malo? ¿Por qué todos se estaban alejando de ella? ¿Por qué fue separada de todos? ¿Por qué no podía seguir jugando y conviviendo con los demás niños del orfanato?
Ella no podía entenderlo, ¿fue tan malo lo que hizo?
Ella solo vio un pequeño perro que estaba herido, la sangre manchaba el costado del animal, y cuando ella lo encontró parecía estar sufriendo mucho, así que ella solo trato de ayudarlo, nunca imagino que sus deseos se manifestaran de esa manera, probablemente el error fue haberlo hecho en frente de la monja que dirigía el orfanato.
Ella la había llamado con la esperanza de que ayudara al perro, pero ella solo se limitó a decir que ya era tarde, y que lo mejor sería sacrificarlo para evitar que siguiera sufriendo.
Entonces ella se negó rotundamente y luego. . .
Ella bajo su mirada, desviando la mirada de la ventana, y en cambio miro el suelo.
Recordó los ojos de la monja mientras la miraba, ella tenía miedo, estaba sorprendida, estaba ansiosa, era la primera vez que ella veía tantas emociones en la cara de alguien, entonces ella supo que había hecho algo mal.
Luego de eso ella fue apartada de todo los demás y puesta en este cuarto, todos los días alguien venía a dejarle un poco de comida y cuando pregunto por qué tenía que estar en este lugar la única repuesta que recibió, era que habían enviado un mensaje a la iglesia, para que vinieran y observaran su peculiar habilidad.
Ella lo pudo entender.
Y desde entonces se había estado sintiendo ansiosa, al acostarse en la noche y al despertarse por las mañanas, solo podía sentir ansiedad.
No pudo evitar sentir que había hecho algo terriblemente malo.
Incluso escucho de uno de los niños la habían llamado bruja.
¿Por qué?
Ella no lo sabía, pero dolía, siempre pensó que todos eran amigos, los amigos no debían de llamarse esa manera.
Ella sintió como una lágrima resbalaba por su mejilla.
Y entonces volvió a mirar por la ventana.
Y entonces lo vio. . . ...
Reinhard estaba perdido, y eso era incomprensible para él.
Él nunca se había perdido en toda su vida, bueno, aunque tampoco es que él hubiera viajado a muchos lugares, pero era obvio que no tenían ni la más mínima idea de donde se encontraba, incluso había dado un salto para poder ver a la distancia, pero se dio cuenta que no podía ver nada familiar.
Aun así, logro ver un edificio que estaba a unos cuantos kilómetros, entonces el comenzó correr, el corrió, usando su increíble velocidad solo le tomo unos minutos llegar a las cercanías del edificio, Reinhard se detuvo lentamente cuando estaba a unos 50 metros del edificio.
Sus pies resbalaron en el suelo un poco, Reinhard apretó la espada en sus brazos.
Y por un momento se detuvo pensativo.
― Debería de ocultarla, mientras pido información. . . ― él se preguntó, no estaba preocupado en los más mínimo que alguien intentara robarla, más bien, quería ocultarla para que nadie lo intentara, el niño pareció meditar un momento. Al final, decidió dejarla en un lugar alejado, se acercó a un conjunto de árboles que rodeaban el claro en medio del que estaba el edificio, cabo un agujero con facilidad, y luego metió la espada en él. ― tal vez estoy siendo paranoico. . . .
Él se preguntó, pero algo le decía que esta era la decisión correcta, al final solo suspiro mientras cubría con tierra la espada.
Luego se levantó y sacudió sus ropas, que no estaban realmente tan manchadas.
Con tranquilidad comenzó a caminar hacia el edificio, podía ver algo de luz atreves de las ventanas, pero en realidad la mayoría del edifico estaba a oscuras. Entonces giro su cabeza hacia una ventana ubicada en el segundo piso del edificio, y vio a una niña de cabello rubio, mirándolo.
Ella se sobresaltó cuando noto que él se había dado cuenta de su presencia, y rápidamente se ocultó, Reinhard no le dio importancia a eso, aunque era una de las pocas veces que había visto a algún otro niño de su edad en mucho tiempo.
Camino hacia la puerta principal, que era de madera, y parecía que con solo un golpe de sus nudillos se caería en pedazos, Reinhard se paró frente a esta, y entonces la toco, golpeándola con todo el cuidado del mundo.
Hubo un momento de silencio, y finalmente logro escuchar el movimiento en el interior, luego de un momento las luces se encendieron y la perrilla de la puerta giro, antes de abrirse.
Reinhard miro hacia arriba.
Una mujer de mediana edad estaba al otro lado de la puerta, con una la luz de una lámpara iluminándola desde atrás.
Ella estaba usando una túnica, de color negro y algo sobre su cabeza que parecía un velo, con también era de color negro y blanco.
La mujer tenía ojos marrones, y una expresión confundida pero con rasgos amables.
Ella lo miro por un momento.
― ¿Qué hace un niño en este lugar. . . .?
Ella pregunto.
Reinhard abrió los ojos con asombro, no pudo entender ni una sola de las palabras que habían salido de la boca de esta mujer, aun así, pudo suponer lo que dijo por su tono de voz, y su expresión fácil.
Reinhard se sintió ligeramente ansioso. Entonces repentinamente lo supo.
Su mente fue bombardeada con un lenguaje nuevo, en un momento de necesidad, el logro comprender por completo el significado detrás de la las palabras de la mujer.(el power del guion XD)
Aun así, el no tenía confianza en poder hablar con fluidez. Pero de todas formas, ahora estaba más que claro que necesitaba información.
Entonces el abrió su boca, y comenzó a hablar con un poco de vacilación.
― Muy buenas noches, señora, lamento molestarla a estas horas de la noche, pero creo que estoy perdido, podría indicarme en qué lugar me encuentro.
El expreso sus dudas con fluidez, la mujer alzo una ceja con curiosidad.
Ella lo miro detenidamente, deteniéndose en sus ojos azules, y su brillante cabello rojo.
― Estas perdido. . . . ― ella dijo más para sí misma que para el niño. ― Bueno, que tal si entras, afuera hace mucho frio, además ya es tarde sería peligroso que estuvieras caminando a estas horas. Mientras puedes contarme tu historia.
― . . . . Está bien . . .
El niño dijo finalmente, la mujer sonrió con amabilidad y se hizo a un lado para que el niño entrara.
La mujer cerró la puerta, en realidad no era la primera vez que un niño llegaba a las puertas del su orfanato, pero normalmente eran dejados con al menos algo de ropa, o una nota, incluso habían llegado a dejar a un bebe en una cesta.
Ella supuso, que este niño fue enviado aquí por sus padres, bajo una mentira, era doloroso como los padres podían dejar a sus hijos de esa manera, pero también entendía que en ocasiones era lo mejor para los niños.
Al menos en este lugar, la educación y la comida nunca les harían falta.
Miro al niño que entraba con timidez al interior.
Él tenía ropas de muy buena calidad, y la mayoría de los rasgos que tenía sugerían que venía de una familia bien acomodada.
― ¿Tal vez en realidad está perdido?
Ella pensó, si ese fuera el caso, encontrar a sus padres no debería de ser un problema, el único pueblo cercano estaba unas cuantas millas de distancia, detrás de las colinas que se extendían por toda el área.
― Aun así, nunca he visto a alguien que se parezca a este niño. . .
Ella pensó, mientras conducía al niño a una sala.
Solo había un par de sillas y una chimenea que por el momento estaba apagada, normalmente la encendían en el invierno. Y faltaban unos pocos meses para esa época.
― ¿Quieres un poco de chocolate?
Ella ofreció amablemente.
El niño negó con la cabeza.
― No es necesario, gracias, solo quiero saber dónde me encuentro, para poder regresar a mi hogar.
La mujer asintió, y se sentó en una de las cillas, y el niño pelirrojo se sentó en la otra.
― Está bien, pero primero dime tu nombre, por cierto, el mío es Vanesa.
― Puede llamarme Reinhard.
La mujer lo miro un momento.
― Reinhard es un nombre peculiar, aunque es un buen nombre, de alguna manera calza muy bien con un niño tan educado como tú.
Ella dijo con una sonrisa. Reinhard se sintió algo incómodo, y decidió apresurar esta conversación.
― Disculpe, podría decirme en que parte de Lugunica me encuentro.
― ¿Lugunica?
La mujer pregunto mientras inclinaba la cabeza.
El corazón de Reinhard se apretó en su pecho, cuando la mujer pareció desconcertada.
Era posible que él no se encontrara en Lugunica, lo primero en llegar a su mente no fue el hecho de como llego a este lugar, sino más bien, la ley que recientemente fue probada. Su padre, todos los caballeros, y el rey habían sido muy claros, cuando le informaron sobre esta ley.
Si legaba a salir de Lugunica, sin autorización de las partes involucras, entonces era lo mismo que una declaración de guerra.
El niño miro al suelo, acaso por su culpa una guerra estaba a punto de suceder, por su culpa, mucha gente moriría innecesariamente.
Cuanto más daño seguiría provocando por el solo hecho de existir.
― ¿Qué es Lugunica, es un país extranjero o una ciudad?
La mujer pregunto, Reinhard detuvo sus pensamientos y la miro con incredulidad.
Ella no conocía Lugunica, y podía decir con total seguridad que ella no estaba mintiendo.
Pero eso no era posible. . . .
― Disculpe. . . ― Reinhard medito por un momento, cual debería de ser la siguiente pregunta. ― usted conoce a la familia Astrea. . .
El pregunto, en todo caso si esta mujer lo llegaba a asociarlo con la familia van Astrea, algo que ella probablemente hubiera hecho desde hace mucho, después de todo el color de cabello rojo y los ojos azules son rasgos característicos, el solo tendría que silenciarla. . . .
― Astrea, es un apellido muy peculiar, no creo haberlo escuchado nunca, ese es el apellido de tu sintió vértigo por un momento, ella no estaba mintiendo.
Pero eso tampoco era posible, la historia de la bruja de los celos y como el sabio, el espadachín y el dragón, la sellaron es algo que era contado a los niños incluso antes de que supieran hablar, para grabar el miedo en sus corazón hacia esa aterradora existencia.
Esta mujer no sabía sobre el primer santo de la espada. Pues no reconoció el apellido van Astrea.
― Disculpe, pero podría decirme en qué lugar me encuentro actualmente.
― ¿lugar?
Ella pregunto con curiosidad, pensó que la pregunta correcta seria en que parte del país se encontraba, o más bien cuál era la ciudad más cercana, o algo así, pero preguntar en que lugar se encontraba era extraño.
― Estas en una region de Europa.(esto dice la novela, segun recuerdo, y me da paja investigar esto XD )
La mujer dijo como su fuera lo más obvio del mundo.
― ¿Europa?
El niño repitió lentamente, encontrando extraño ese nombre.
El había leído muchos libros, al menos los suficientes como saber el nombre los países a los cuales tenía prohibido ir, las leyendas del mundo, y en ningún momento leyó algo de un país llamado Europa.
La mujer una vez mas no estaba mintiendo, pero eso no era seguro, otra opción podría ser que ella creyera lo que estaba diciendo, y había un gran diferencia entre creer y que fuera verdad lo que decía.
― ¿Entonces tus padres, como se llaman?
Reinhard dudo un momento, pensó que no serviría de nada decirle el nombre de su padre a esta mujer, el al ver la expresión en la cara de la mujer, el no pudo evitar decirlo, ella estaba preocupada por él, viéndolo como un niño, cuando fue la última vez que alguien lo había visto de esa manera.
― Mi padre se llama, Heinkel Astrea.
― Ya veo, aunque nunca he escucha ese nombre antes.
Reinhard asintió, de hecho, si lo que decía esta mujer era verdad, entonces él era un extranjero. Además noto el hecho de que no pregunto por su madre.
― Tu familia, está en el pueblo cercano.
Reinhard medito un momento, tal vez en el pueblo lograría encontrar más información.
― No lo sé.
El respondió con franqueza.
La mujer llevo una mano a su boca, meditando sus opciones, luego miro al niño con una sonrisa.
― Bien, entonces qué tal si te quedas a dormir hoy aquí, y mañana vamos al pueblo para buscar a tus padres.
― No quiero causarle problemas.
La mujer sonrió, y coloco una mano sobre el cabello del niño, como si eso fuera suficiente para calmarlo.
― No causas ningún problema, eres un niño muy educado, así que no debes preocuparte, mañana vamos a ir a buscar a tus padres, deben de estar muy preocupados por ti.
Reinhard casi sonrió amargamente, ante esas palabras, su padre nunca podría preocuparse por él, tal vez Grim, o alguna de las sirvientas se darían cuenta de su ausencia, pero incluso con eso su padre no se preocuparía en buscarlo, lo más probable es que estaría feliz si el nunca volviera a pisar los terrenos de la familia van Astrea.
― ¿tienes hambre?, ya es tarde, pero si quieres comer algo puedo preparar algo ligero.
La mujer ofreció con amabilidad.
― No es necesario, estoy bien.
Reinhard dijo rápidamente, la mujer asintió, y luego se levantó de la silla.
― Bien déjame preparar un lugar para que descanses esta noche.
La mujer lo condujo por un pasillo.
Reinhard examino ligeramente el lugar, habían un par de puertas a los costados del pasillo, y en el fondo había una escalera que el supuso llevaba al segundo piso de este edificio, que por cierto estaba mayormente compuesto de piedra.
― Lamento si te doy un lugar un poco apartado, pero no quiero despertar a los otros niños.
― ¿Otros niños?
Reinhard pregunto.
― Sí, este lugar es una iglesia, que también acoge a los niños que son abandonados en nuestras puertas.
Reinhard asintió ligeramente.
La mujer lo llevo a una habitación vacía.
― Esta habitación era de una de las hermanas que nos ayudaban, pero recientemente nos dejó para irse a otra iglesia, así que puedes usar esta habitación para dormir.
La mujer dijo mientras encendía una lámpara.
Reinhard miro fijamente ese objeto, durante unos momento, por un segundo casi realizo una pregunta, pero decidió no hacerlo.
La mujer acomodo la cama, incluso cuando Reinhard se ofreció a hacerlo por sí mismo, cuando todo estuvo listo, la mujer miro a Reinhard mientras se paraba en la puerta.
― Si necesitas algo no dudes en decírmelo, mañana después del almuerzo iremos al pueblo, no te preocupes estoy segura que encontraremos a tus padres.
El niño asintió, ligeramente pero él estaba empezando a suponer que eso no pasaría.
La mujer apago la luz, y Reinhard se acostó en la cama, no era parecía su cama habitual, esta era menos cómoda, pero él no se quejaría.
Había muchas dudas en su mente, pero incluso él sabe que no servirá de nada pensar sobre eso, podría haberse ido a buscar el pueblo por sí mismo, pero. . . se sentía bien ser tratado como un niño de vez en cuando, aunque el solo era un monstruo, que no merecía esa amabilidad, al final del día, incluso si él no lo aceptaba seguía siendo solo eso, un niño.
Cerro sus ojos, sintiendo por primera vez en mucho tiempo, calidez en su pecho.
..primera vez usando a este personaje XD, espero no cagarla demasiado, pero bueno obviamente cambie muchas cosas de historia del orgullo, como el hecho de que willhen no desapareció, solo murio, por eso reinhard lo recuerda, entro otros detalles que sinceramente me dio paja releer la novela para confimarlos XD.
gracias por leer.
bueno espero poder actualizar mas seguidos mis demás historias, y acabarlas de alguna manera porque en estos momento tiempo en con lo que menos cuento.
disculpen los errores ortográficos, pero solo le di una revisada rápida.
gracias a Zugo por ayudarme con esto ultimo.
