Xenovia, miro discretamente al chico que estaba sentado en el pasto verde, mientras la miraba entrenar con una sonrisa en su boca.
El chico no parecía alguien especialmente bueno para el manejo de la espada, también era diferente a la mayoría de los niños que había conocido en este lugar, en realidad ella no se llevaba bien con ninguno, o bueno casi nadie, solo tenía una amiga, y eso era porque ella nunca la dejaba solo, lo cual era molesto al principio, pero luego se acostumbró.
Al final acepto que eran amigas.
Moviendo sus ojos, volvió a mirar su espada de madera, todos los días hacia la misma rutina de entrenamiento, antes de tener que ir con los demás niños para estudiar todas esas cosas relacionadas a los demonios, ángeles caídos, y lo más importante sobre dios.
Ella siempre sentía disgusto por los primeros, pero tenía que aguantar, porque era necesario para poder luchar contra ellos.
Pero lo que más les gustaba, era escuchar sobre dios, sobre su amor infinito por ellos.
Una sonrisa floreció en su cara, mientras balanceaba su espada, sintiéndose contenta, siempre que pueda usar su espada para luchar contra los malos, ella estaría contenta.
Noto que el chico, no Reinhard estaba mirándola intensamente, eso no le molestaba especialmente, probablemente estaba admirando sus habilidades con la espada, ella no era arrogante, pero era la mejor en cuanto al manejo de espada, claro que estaba orgullosa, después de todo ella trabajo duro para volverse así de buena, algunos días eran difíciles, pero siempre encontraba la disciplina para seguir.
Solo Irina era casi tan buena como ella, pero ella no era tan disciplinada en cuanto al entrenamiento se trataba.
Cuando termino su rutina podía sentir el sudor bajando por su espalda, y sus manos un poco entumecidas, tendría que tomar una ducha rápida.
― Xenovia.
El chico la llamo, su voz tranquila, cuando ella se giró el chico ya se había puesto de pie y estaba caminando hacia ella.
― ¿eh? ¿Qué pasa Reinhard? ― inclinado su cabeza, miro al chico con curiosidad, la miro un momento y luego sonrió.
― eres muy buena con la espada. ― dio un cumplido de manera natural, Xenovia parpadeo un par de veces, luego sonrió ligeramente.
― por supuesto que lo soy. ― ella dijo mientras inflaba su pecho. ― después de todo tengo que ser fuerte para luchar contra los enemigos de nuestro señor.
La sonrisa del chico vacilo un momento, luego el simplemente miro hacia el sol que estaba asomándose entre las nubes, este lugar no era exactamente el más cálido del mundo, y la mayor parte del tiempo era bastante húmedo.
― ¿es por eso que te esfuerzas tanto?
― si. ― Xenovia dijo mientras dejaba caer su espada y se sentaba en el suelo. ― tengo que ser fuerte, es mi deber. . .
― ¿deber? ― el chico murmuro, pero no pareció ser una pregunta para ella, aun así, asintió sin decir mucho más.― como soy fuerte, tengo que volverme más fuerte para proteger a los más débiles, y para poder servir adecuadamente a nuestro señor.
El chico asintió ligeramente.
― ya veo . . . eres admirable. ― él dijo, ella se giró para mirarlo, sus ojos azules como el cielo estaban mirando más allá de ella, algo que no podía imaginar o comprender. ― supongo que mis motivos para ser fuerte son muchos más egoístas.
Él dijo mientras se giraba para mirarlo.
― ¿egoísta?
― si. ― sintiendo con una sonrisa en su cara, el chico dijo. ― por ahora solo quería proteger a una persona . . . . pero creo que tienes razón, los que son más fuertes tienen la obligación de pelear por los más indefensos.
La chica dejo escapar una pequeña risa, Reinhard la miro con curiosidad.
― ¿hablas como si fueras muy fuerte? ― ella comento con una sonrisa traviesa, Reinhard correspondió la sonrisa.
― tal vez estoy siendo un poco arrogante. ― Reinhard comento un poco avergonzado. ― definitivamente no soy tan fuerte como tú, supongo que por eso te admiro.
El comento con una sonrisa tímida, Xenovia miro al niño, y ella misma sonrió.
― . . . ― Xenovia lo miro un momento, luego se puso de pie con un salto, moviendo hasta quedar frente a Reinhard, ella extendió su mano al frente. ― tu mano.
― ¿eh?
Confundido el pelirrojo la miro.
― enséñame tu mano.
Xenovia insistió, Reinhard la miro un momento mientras levantaba su mano, la chica la tomo y la miro un momento, el niño con curiosidad observo como ella tocaba su mano con sus dedos, como si estuviera comprobando algo, luego de un momento ella dijo.
― tienes manos muy bonitas.
― oh . . . mmm
― no es un alago. ― ella agrego, luego ella extendió su mano y dijo. ― tócala.
Reinhard obedeció sin hacer preguntas, tomo la mano de la niña y se inmediato se dio cuenta de que estaba hablando, diferencia de las manos de él, las de Xenovia eran firmes, con cayos duros en la palma y en las yemas de los dedos, las manos de su padre eran iguales, resultado de incontables horas de entrenamiento con la espada, esta era una prueba, de la determinación, y el compromiso de la chica con su entrenamiento, con sus metas.
Reinhard sonrió ligeramente, si, definitivamente ella era más fuerte que él.
Xenovia vio la sonrisa en la cara de Reinhard, pero algo se perdió en el camino y ella pensó que estaba triste, moviendo sus manos las coloco en los hombros del niño, que en realidad era un poco más alto que ella.
― no te preocupes, te tomare como mi alumno.
― . . . ¿eh?
― no creas que le digo esto a todos, pero tú me gustas así que te ayudare a ser más fuerte.
Ella dijo, Reinhard la miro confundido.
― oh, en realidad no creo que sea una buena idea.
― ¿huh? ¿porque? ¿no te preocupes puedo volver muy fuerte incluso a alguien con unas manos tan bonitas como las tuyas?
― no, ese no es el problema. ― Reinhard comento con una sonrisa nerviosa.
― oh, ¿entonces qué es?
― bueno, no quiero atrasar tu entrenamiento.
― oh, no te preocupes por eso, solo tendré que entrenar más duros para compensar el tiempo perdido.
― justamente a eso me refiero, no necesitas preocuparte por mí. ― el chico refuto suavemente, ella casi se sintió tentada a aceptar eso.
― pero . .
― lo siento, creo que debemos de regresar, aun tienes que prepararte para las clases. . .¿verdad?. ― con una sonrisa el chico dijo mientras se daba la vuelta, Xenovia hizo una mueca, tal vez había sido muy insistente en el tema, probablemente uno de sus defectos era que no era especialmente considerada con los sentimientos de los demás, motivo por el cual solo Irina era su amiga en este lugar. Aun así, Reinhard se giró y la miro con una sonrisa, no había esa animosidad que se formaba con todos, el simplemente dejo pesar el tema como si nunca hubiera pasado, ella no estaba segura si eso la aliviaba o la enojaba.
― si, está bien. ― dijo finalmente.
Xenovia miro al chico, ahora estaba seguro que podía considerarlo un amigo, no era como Irina, pero eso estaba bien, no podría manejar alguien parecida a su amiga, la quería, pero había un límite para la paciencia de esta chica.
― mi nombre el Reinhard van Astrea, espero poder llevarme bien con todos.
Él dijo con una sonrisa en su boca, aunque estaba un poco nerviosito, no dejo que esa incomodidad se filtrara.
Frente a él estaban 8 niños.
Solo Xenovia estaba cerca de su edad, los otros eran un poco mayores, el más grande de todo probablemente tenía unos 13 años.
Al parecer 2 niños, y 6 niñas.
Uno de ellos tenía el cabello de color blanco y fue inquietantemente familiar, esperaba que solo fuera una coincidencia, el otro tenía el color de cabello negro, con una piel pálida.
Las niñas en su mayoría parecían más amistosas, al menos eso pensó, Xenovia estaba sentada en la esquina de la habitación, son una expresión seria, diferente a la actitud que tenía esta mañana.
― está bien, niños, este es un nuevo miembro, por favor trátenlo con amabilidad, Reinhard puedes sentarse en el asiento libre.
Reinhard asintió y se sentó, mirando a su alrededor el chico de cabello blanco, parecía desinteresado mientras miraba hacia otro lado, con la palma de su mano recargada en su mejilla.
― por ahora, tiene una hora libre para conocer mejor a su compañero, luego de eso, tendrá que asistir a la biblioteca para recibir su clase de la hermana samantha, por favor sean puntuales.
Cuando le mujer mayor que lo había guiado a este lugar salió de la habitación, los niños se arremolinaron a su alrededor
― bienvenido. ― la chica de 13 años lo saludo amigablemente mientras extendía su mano, Reinhard hizo lo mismo con una sonrisa. ― mi nombre es Julieta, sin apellido porque soy huérfana de nacimiento.
Ella dijo, con una sonrisa inusualmente amplia en su cara, su cabello estaba atado en dos trenzas que caían a ambos lados de su cabeza, sus ojos eran de un color verde brillante, unas cuantas pechas salpicaban su rostro pálido.
― mucho gusto, mi nombre es Reinhard.
― van Astrea. ― una niña de cabello rubio brillante termino, girándose para mirarla a la niña que estaba sentada mientras miraba el escritorio frente a ella. ― Astrea, en la mitología griega es la personificación de la justicia en el mundo humano.
― oh, es así. ― Reinhard dijo, en realidad no sabía eso, así que fue interesante el hecho de que su apellido tuviera un ese origen en este mundo, era una ruto probable para investigar en un futuro, tal vez incluso lograra encontrar una pista para regresar a su mundo, o al menos de porque estaba en este. ― eso suena muy interesante, mmm
― Ofelia. ― ella murmuro un poco avergonzada.
― puedes ignorarla. ― dijo una chica de cabello castaña. ― es solo que le gusta mucho leer sobre cosas paganas.
Ella dijo.
― creo que eso sería grosero. ― Reinhard dijo con una sonrisa tranquila, se puso de pie y camino hacia Ofelia, ella lo miro insegura, era de unos 9 o 10 años, bastante hilarante que estuviera nerviosa por un niño menor que ella, ignorando eso, Reinhard extendió su mano. ― mucho gusto, Ofelia.
Él dijo con una sonrisa, la chica parpadeo un par de veces y correspondió el saludo.
― lo que dijiste, sobre mi apellido, fue muy interesante. ― él dijo con una sonrisa.
― oh, si . . supongo. ― la chica miro hacia abajo, luego lo miro de reojo. ― si quieres te puedo mostrar los libros de donde lo aprendí. . . ¡claro solo si quieres!
― eso suena bien, muchas gracias, espero que nos llevemos bien.
Cuando se giró, noto que las chicas lo miraban con un poco de desaprobación. El grupo de disperso, y no trataron de entablar más conversación con él. La sonrisa en su cara vacilo un momento, y pareció ligeramente triste.
― lo siento.
Ofelia murmuro desde atrás. Girándose hacia ella Reinhard solo sonrió.
El chico de cabello blanco dio un bostezo, y se levantó de su lugar saliendo de la habitación un momento después con un paso aburrido.
― ellas son así. ― el chico de cabello negro comento mientras recargaba si espalda en el respaldo de su silla. ― ignóralas, por cierto, mi nombre es julio.
Él dijo mientras cerraba sus ojos.
― lo entiendo gracias. ― el pelirrojo dijo con una sonrisa. Luego se giró hacia Xenovia, la cual estaba mirando con una ligera sonrisa en su boca.
― muy bien para ser tu primer día. ― ella comento con una sonrisa.
― he, supongo que sí, entonces estamos en la misma clase. ― ella asintió.
― solo hay 4 clases en este lugar, se podría decir que nos separan basándose en nuestro talento. ― ella dijo, Reinhard asintió ligeramente, en realidad no había sabido nada de eso.
― eso significa que eres alguien muy talentoso, para ser metido en nuestra clase. ― julio murmuro mientras abría uno de sus ojos y lo miraba.
Xenovia tuvo que asentir, sabía que Reinhard estaba en este lugar, pero no imaginaba que estaban en la misma clase, se sintió un poco avergonzada de decir que ella podía ser su maestra, al ver al chico admirar su fuerza, supuso que él no era tan fuerte o talentoso, después de todo la mayoría de los que tenían cierto grade de talento, no actuaban como Reinhard.
― por cierto, escuchaste lo que dijeron las hermanas.
― si.
― al parecer un niño venció a dos demonios, siendo muy joven.
― oh, escuche algo así, debe de ser alguien de una familia muy importante, o algo así.
― de hecho, escuche que era un huérfano como nosotros.
Algunas de sus compañeros comenzaron a hablar entre ellas.
Reinhard escucho esa conversación, mientras su ceño se fruncía ligeramente, obviamente eso no sonaba bien para él, al menos parecían no saber que esos rumores se trataban de él, o eso creía, de todas maneras, era demasiada coincidencia.
― ¿crees lo que dicen ellas? ― julio pregunto, con una ceja alza, mientras lo miraba.
― no sé qué pensar sobre eso. ― respondió el pelirrojo.
― es una estupidez. ― el chico dijo rápidamente. ― no importa que tan fuerte seas, es imposible que un niño huérfano logre derrotar a dos demonios por su cuenta, no tiene sentido, incluso si todos nosotros lo intentáramos no lo conseguiríamos.
Escucho un bufido proveniente de Xenovia, julio gruño con molestia, y le dirigió una mirada a la peli azul, pero no dijo nada más, se volvió hacia Reinhard.
― probablemente los rumores son exagerados.
― seguramente. ― admitió Reinhard con una sonrisa, luego miro a Ofelia que seguía mirando hacia abajo.
― entonces, Ofelia podrías mostrarme donde está la biblioteca.
El pregunto con una sonrisa, Ofelia lo miro, y una débil sonrisa tiro de las esquinas de su boca.
― s-sí.
Se levantó de su asiento, Reinhard se giró hacia Xenovia que lo estaba mirando con ligero interés.
― ¿vienes?
― claro. ― con un salto Xenovia se puso de pie, los 4 salieron de la habitación.
Julia era un chico de unos 11 años, era un poco reservado y casi siempre habla solo para decir su opinión sobre algo.
Ofelia por otro lado, no parecía querer hablar mucho, al parecer la mayoría de los niños solo llevaban algunos meses en este lugar, siendo entrenados para convertirse en lo que llaman "exorcistas" para luchar contra argeles caídos, demonios o cualesquiera cosas que amenazara a la humanidad, aunque humanidad era un término muy amplio, dado que solo en enfocaban en proteger los territorios que la iglesia tenía en diferentes países.
Una cosa que llamo la atención de Reinhard, fue que al menos por el momento, había demonios, ángeles caídos, y ángeles conviviendo en el mundo humano, cada uno con sus respectivos territorios, donde obviamente no se les permitía ingresar.
Eso fue peligroso.
Teniendo una relación tan tensa entre estas tres facciones, y aún lejos de llegar a un acuerdo de paz, las cosas podrían terminar muy mal.
Reinhard descubrió que decidir qué posición tomar en todo esto era difícil, en realidad lo más lógico al menos para él, seria no hacer nada, tal como en su mundo se le prohibido salir de Lugunica, tal vez lo mejor era quedarse al margen.
¿quién era el para intervenir en los asuntos de este mundo?
¿acaso un monstruo como el podría hacer algo bueno?
Pero dado que Asia estaba en la iglesia, Reinhard decidió que por lo menos debía de permanecer en este lado.
Obviamente no tenían una buena opinión de los ángeles caídos, luego de lo que paso, pero tampoco los odiaba.
Entonces solo protegería a Asia.
Al menos eso fue lo que pensaba, girando su cabeza miro a Xenovia que estaba caminando a su lado.
Ella sabía qué hacer con su poder, mientras que el no.
Volviendo al pasado, en el momento que el encontró su propio poder, luego de derrotar su padre, luego de matar a su abuela y obtener algo que le pertenecia, luego de robarse.
Nadie le enseño que debía de hacer con este poder, volviéndose alguien sobresaliente en todo, se convirtió en alguien deficiente en cuanto a su forma de ver el mundo.
Ni si padre, ni su abuelo, ninguno de ellos le mostró cual era el camino que debía de tomar, una dirección.
Había deseado ser un héroe como su abuela.
Pero . . . ¿realmente era lo adecuado para un monstruo que solo trae desgracia e infelicidad a todos?
No estaba seguro.
Ta vez solo era él aferrándose al recuerdo de su abuela, para aliviar la culpa de haberla matado, para aliviar su propia soledad, encontrando su camino siguiendo sus pasos.
Miro al suelo.
¿realmente podría convertirse en alguien que enorgulleciera a su abuela?
Esa fue la meta que tenía, y probablemente el único motivo por el cual no huyo de su casa, no abandono el legado del santo de la espada. Porque si lo hacía, sería como escupir solo la tumba de su abuela, porque si lo hacía entonces en realidad sería un monstruo en toda la extensión de la palabra.
Como su padre decía. Y aunque era parcialmente cierto, él no quería serlo.
Mirando hacia atrás, no pudo evitar preguntarse, ¿Qué haría su abuela?
Sintió la mano de alguien envolverse en la suya, moviendo sus ojos se encontró con la mirada de Ofelia, que lo miraba con preocupación en sus ojos.
― no hagas esa cara.
― ¿cara?
― si . . . no la hagas, por favor. ― ella dijo mientras caminaba más rápido, con la mirada en el suelo, y lo jalaba de la mano.
Reinhard miro la espalda de Xenovia con confusión, ¿Qué tipo de cara estaba haciendo?
Cuando entraron a la biblioteca Reinhard, miro el lugar con admiración.
La biblioteca que estaba en la mansión de familia era grande, pero no podía compararse con lo que estaba delante de él, una enorme sala llena de estantes que llegaban hasta el techo, con miles de libros en cada uno de ellos, con pasillos extendiéndose hasta decenas de metros, probablemente en este lugar había decenas de miles de libros, Reinhard fijo sus ojos, y de alguna manera, tuvo un presentimiento.
Ofelia camino hacia las estanterías con una sonrisa en su boca.
― Reinhard. ― Reinhard camino hacia ella cuando lo llamo, llegando a su lado, la chica tomo un libro de color negro y letras en un idioma diferente al que había aprendido-
― esta es una versión en griego, de los principales mitos, creo que hay una versión en italiano, pero no estoy segura . . .
Reinhard asintió mientras miraba las palabras escritas en la portada, solo basto una mirada para el supiera lo que decía, esta vez el proceso fue más natural, más fácil.
Tomo el libro de las manos de Ofelia, que lo miro mientras el ojeaba las páginas.
Primero leyó los títulos.
Medusa, pandora, afrodita, Sísifo, Prometeo, Ícaro, Teseo, Edipo.
Mas nombre y conceptos curiosos pasaron frente a sus ojos mientras las paginas ondeaban en el aire, luego de un momento dejo que sus ojos se despegaran de las páginas. La mirada de Ofelia era, en el mejor de los casos, de absoluta sorpresa.
― sabes leer griego.
― ¿eh?, solo un poco.
― eso es maravilloso. ― ella dijo con un brillo de emoción en sus ojos, luego movió sus manos y tomo algunos libros más, tomo la mano de Reinhard y lo llevo a una de las mesas que estaban en medio de la sala, se sentó en las cómodas sillas que estaban colocadas de maneras matricula alrededor mesa.
― siempre he querido leer estos libros, pero no he podido aprender griego lo suficientemente rápido. ― ella se giró para mirarlo, con una sonrisa dijo. ― ¿podrías ayudarme a mejorar mi manejo del idioma?
― mmm. ― Reinhard lo medito un momento, no parecía algo malo, de todas maneras, y llegados a este punto, probablemente ella junto con julio, y Xenovia eran sus únicos amigos. ― claro.
Se sentó en la silla al lado de Ofelia.
― aunque solo tenemos media hora como mucho, antes de que comience la clase.
― oh, ¿Qué es lo que nos van a enseñar?
― mm, estamos viendo la historia de la iglesia desde moisés hasta Jacob, y también estamos aprendiendo a orar adecuadamente.
― ya veo.
― no es especialmente divertido. ― Ofelia admitió, mirando por encima del hombro, Xenovia estaba ocupada en otro lado discutiendo algo con julio, los dos no hablaban mucho, pero al menos podían mantener una conversación de vez en cuando. ― ¿ . . . te molesta que piense eso?
― no, en realidad aprecio que seas sincera conmigo. ― ella sonrió ligeramente.
― creo que es mucho más interesante leer sobre todo el mundo, y no solo enfocarnos en la historia de nuestra iglesia.
― puede ser. ― dijo Reinhard mientras tomaba un libro y comenzaba a leerlo. ― entonces, ¿Qué tan alto es tu nivel en estos momentos?
― bueno . . . ― Ofelia se inclinó hacia él, y movió su dedo hacia el libro.
Xenovia dejo de hablar con julio, y miro a Reinhard, una sonrisa se formó en su cara.
[Un mes después]
Xenovia sonreía mientras miraba al chico caminar, había pasado un mes desde que conoció a Reinhard, había llegado a comprender un poco más al chico, pero no lo suficiente, al menos eso fue lo que ella sentía, había una barrera entre ambos.
Pensó que Reinhard sería el primero en abrirse, pero eso no paso, sabía que necesitaba tiempo, pero parecía que tendría que esperar mucho más de lo que estaba dispuesta.
Reinhard se había negado obstinadamente a tomar una espada, o entrenar, lo que en realidad sorprendió a la mayoría fue que los instructores fueran tan complacientes con él, simplemente aceptado su decisión.
Lo cual no era para nada normal, cual le había preguntado a Reinhard sobre eso, el simplemente respondió.
Reinhard se detuvo, y la espero.
Ella sonrió, él siempre era considerado con todos, tal vez demasiado algunas veces, ella corrió hacia él y le dio un ligero golpe en el hombro, el chico se tambaleó un poco.
― ves, por eso tienes que entrenar. ― ella dijo con una mirada severa, que se rompió en una sonrisa. ― por cierto, recuerdas que Irina...
Continuaron caminando, para llegar al edificio principal.
