Capitulo 2: Te protegeré señorita Aiz

Aiz Wallestein nunca hubiera pensado que estaría en cuatro y un hombre musculoso, pero fuerte de verdad un héroe. Le golpearía el trasero con su enorme pene.

Los sonidos de carne golpeando la carne combinada con sonidos de agua chapoteando, hicieron que los monstruos se quedarán viendo esta peculiar escena.

Kofa apoyando uno de sus pies en la cabeza pequeña de la chica y con su enorme pene erecto penetrando con duras estocados en la vagina rosa de la chica. Está únicamente gime del placer proveniente de su vagina.

—¡nyam! ¡nyahmm! ¡Ahaa! ¡Ah! ¡Ah!— la chica solamente daba lindos y eróticos gemidos.

Kofa continuo penetrándola y sin advertencia alguna libero por completo la carga de su pene en el interior de la vagina rosada que es una muestra de lo devastada que quedó.

Sacando su pene con un sonido de —plop— se sentó aún lado y respiro con felicidad, un aroma de sexo se puede oler.

Miro a la chica que está aún en la misma posición, con su trasero levantado y dando pequeños temblores. Un semen blanco y espeso comenzó a deslizarse de la vagina del espadachín, se deslizó por las piernas hasta llegar al suelo.

Fue una vista espectacular, Kofa se acercó y con una de sus manos tocó la vagina de la chica, la abrió y miro como se contraía por los ligeros toques que le daba.

Kofa al ver este estado de Aiz no pudo evitar preguntar —¿Te sientes bien, señorita Aiz?— preguntó con curiosidad y algo de preocupación.

No quería admitirlo, pero se dejó llevar y la penetró como un animal enfurecido, todavía recuerda los fuertes gritos cuando le levanto las piernas y alzó el trasero para embestirla de frente. Recuerda como logro meterle todo su pene de un únicamente empujón y las lágrimas de la chica.

Saliendo de sus pensamientos observo la cara llorosa de Aiz, además tiene unos ojos muy brillosos con lágrimas no derramadas. No, ahora derramadas.

Aiz de manera lenta se levantó y sintió un extraño líquido caliente en su interior, además de sentir una extraña sensación de un dolor fantasma como si algo la hubiera desbastado.

Los recuerdos llegaron y miro al hombre que la había penetrado como una bestia del sexo, miro alrededor y vio su vestido, aún lado también vio la espada. Sin dudarlo más trato de levantarse, pero un repentino dolor y desequilibrio entre sus piernas la dejo tambaleándose sin poder avanzar. Sentía que en cualquier momento las piernas se tendrían y caerá.

Kofa obviamente miro esto y sin dudarlo se acercó para apoyarla. Aiz se resistió y no quiso mirar a la cara a Kofa, este último lo supo. No la detuvo o calmo.

Aiz sintió la mano de Kofa apoyándola y con un poco de dolor trato de quitarla, pero no podía. Decidió levantar la vista y miro los ojos preocupados de Kofa.

Bajando de manera rápida la cabeza como un conejo asustado.

Aiz hablo — Puedes ayudarme a vestirme— dijo de manera vergonzosa en la voz.

Kofa levantó su vestido y después de unos momentos ambos completamente vestidos están listos para partir.

Sin previo aviso. Kofa levantó a Aiz al estilo nupcial y se la llevó directo al piso diecisiete. No dejaría a la chica así, va a bañarse y después la llevará a la casa. Además, aún falta como darle un plan de entrenamiento.

Kofa cuando vio cerca el agua, no pudo evitar hablar — Aiz, voy a crearte un plan de entrenamiento. Te ayudaré a llegar al nivel siete y cuando lo hagamos te llevaré a pelear contra el dragón negro, te protegeré con mi vida— dijo y se acercó con una Aiz perpleja con un rostro emocionado, un ligero rubor se manifestó y solo pudo decir — Hmmm— un pequeño murmullo para acercarse aún más al pecho de Kofa.