Hola hola! Ya tenía tiempo sin escribir y me animé. Este espacio será para subir pequeños fics de ideas con las que tengo. Pueden que algunas sigan la misma línea del tiempo y otras no.
Espero que disfruten estas historias! Y si quieren leer más (no lo recomiendo) tengo algunas en Wattpad con el mismo username.
Para mayor entendimiento. Nuestros rojitos tienen 17 años. Pareciera que no, pero sentí la necesidad de hacerlos de esta edad y mostrar la manera que la sociedad los hizo crecer tan rápido que sus acciones son de alguien mayor, con deseos y responsabilidades fuera de su edad.
Could never tell you what happened
The day I turned seventeen
The rise of a king and the fall of a queen
(Seventeen, Marina).
El ruido de la lluvia era lo único que sonaba en ese momento. No había nadie más con ellos, el desastre era tan evidente que la protagonista de esta cruel historia no deseaba ver. En su mente todo era un desastre a pesar de la increíble tranquilidad que había alrededor de ellos. Ella nunca se había imaginado ver algo tan surrealista. Tranquilidad y desastre. Cosa que encajaba en cada uno, la reina de la tranquilidad y el rey del desastre. Las manos de la chica temblaban del coraje, sus rodillas le dolían por estar agachada. Un trueno se hizo presente haciendo que la chica alzara su rostro para ver aquellos ojos.
Rojos como la sangre.
Se estremeció al ver como su rostro se iluminaba por el relámpago que vino después del trueno. Sus ojos brillaban pero a la vez se veían apagados. En sus labios se dibujaba una ligera sonrisa. Estaba a su merced y no había manera de que escapara de ese cruel destino, todo su esfuerzo fue por nada. Toda su vida fue ser el perfecto ejemplo de la sociedad, protegía a todo que necesitaba ser protegido y a pesar de todo salió perdiendo cuando menos se lo imaginaba. Solo podía darse cuenta de una sola cosa.
Era el ascenso de un rey y la caída de una reina.
Sin pronunciar una palabra, el chico se agachó a su altura para agarrar de manera delicada su barbilla. No esperaba un movimiento así.
—Al final tu esfuerzo no fue suficiente—pasó su mano hacia sus mejillas acariciando las mientras la veía con cierta pena pero su sonrisa tan maliciosa. El claramente era hijo del mismo diablo y hoy lo había podido demostrar.
Decidió no decir ninguna palabra. Era un desastre, tanto físicamente y mentalmente. La respiración de la pelirroja era ligera, solo podía enfocarse en verlo fijamente.
—Oh quería Blossom, tu peor error fue creer que eras invencible—acercó su rostro al de ella. Ambos podían sentir sus respiraciones—que lástima que olvidaste que soy igual que tu.
—Te equivocas, no somos iguales—lo miró con odio puro. Nunca había odiado a nadie, su empatía era tan grande que hasta al mayor criminal podía comprenderlo. Pero en ese momento comenzó a experimentar algo nuevo en ella, el odio.
—Lo único que nos distingue—tocó los labios de la chica con su pulgar estremeciendo a la chica—es mi sed de crueldad.
Los ojos del joven chico se iluminaron. Desprendían un hermoso y peligroso color escarlata. Blossom sabía lo que significaba lo cual solo comenzó a dar náuseas del susto. El chico se levantó y le extendió la mano. Dudo unos segundos en dársela pero le hizo caso, podía sentir su mano con la de él y sus náuseas aumentaron más. En sus manos corrían la sangre de los inocentes y ella lo había aceptado.
Miro a su alrededor. Fuego en todas partes, sangre bañando a la ciudad. Trago duro al ver los cuerpos de sus hermanas tirados como si fueran unos perros moribundos. Desconocía si seguían con vida, deseaba saberlo pero temía encontrar una cruel verdad. Pero no era lo único que la estremeció, también estaban los rowdy's restantes. Esperaba que estuvieran inconscientes.
—Brick—murmuró su nombre. El chico sonrió al escuchar su nombre ser pronunciado por ella—tu vida solo será arrebatada por mis manos—aquellos ojos rosas que solo mostraban dulzura habían desaparecido. El odio la consumía.
—No esperaría menos de ti—su sonrisa era tan retorcida y fue ahí cuando no lo pudo evitar y vomitó del asco. El chico solo la miraba con soberbia.
Ella volteó a verlo fijamente cuando terminó de vomitar. Estaba decidida, ella sería quien arrebataría su vida, de la manera más despiadada y cruel.
