Hola a todos y bienvenidos al reinicio de esta historia. Sé que muchos se preguntaran el porqué esta historia ha vuelto al inicio cuando debería de haber un capítulo dos. Lo que ocurre y es algo bastante simple de explicar, es que después de ver varias veces el capítulo anterior, sentí que estaba muy apresurado y que carecía de una calidad que le diera vida a la historia. Fue así que tras mucho tiempo pensándolo, llegue a la conclusión de que un reinicio de calidad era lo que ustedes lectores se merecían.
Antes de empezar, les aclaro que este no es el capítulo anterior mejor escrito, es un nuevo inicio. Tampoco se preocupen por aquel, lo volverán a ver y mejor escrito. Pero por ahora disfruten este nuevo inicio que espero les agrade.
Sin más que decir. Comencemos.
Guardián - Capítulo 1
Sueño de cambio
El ruido de los despertadores sonó para todos los miembros de la familia Loud. Ello sumado al aviso de sus padres, los cuales ordenaron que todos salieran de sus camas y empezaran con su rutina de cada mañana.
—Todo el mundo de pie, tenemos que estar afuera antes de que el camión nos pase —dijo Lynn Sr.
Sus diez hijos se levantaron de sus camas, mientras que Lily era sacada de su cuna por Lori quien maldecía en su mente el tener que seguir despertándose a esa hora en verano y teniendo que hacer toda esa rutina para poder ducharse con un balde y una jarra. Bajo las escaleras y tras entregarle a su hermana menor a su madre, fue en busca de los tantos baldes que su familia usaba a diario. Salió de su casa junto a su familia y se pusieron en la vereda, al igual que todos sus vecinos.
Las casas de aquel vecindario estaban en un estado calamitoso, no había casa que no tuviera el techo destruido, algún hoyo en la pared, las ventanas rotas o su vehículo familiar abollado. La casa Loud, tampoco era la excepción, ya que la misma estaba con el techo del ático destruido, las ventanas estaban rotas, la puerta del garaje estaba con un enorme hoyo y los muros de distintos cuartos estaban agujereados.
La falta de aquellos servicios básicos hacía que los habitantes de Royal Woods tuvieran que depender de ayudas como lo eran los camiones cisterna, los cuales pasaban todos los días y a distintas horas. La comida por su parte era repartida de forma gratuita en distintos puntos de la ciudad, del mismo modo que mucha gente que ya no podía vivir en sus hogares tenía un espacio en los campamentos para refugiados, donde a diferencia de lo que muchos podían pensar, eran lugares donde existía un buen ambiente. Desafortunadamente, aquello solo era un consuelo. La gente estaba agradecida por esas ayudas, pero no eran más que paliativos, ellos querían que los servicios regresaran, del mismo modo que ellos querían que sus casas estuvieran reconstruidas.
De regreso con los Loud, todos ellos estaban a la espera del primer camión de esa mañana, el cual avanzaba poco a poco dejándole su valiosa carga a los vecinos. Una vez este llego a donde estaban ellos procedieron a hacer lo de cada mañana, llenar los baldes y proceder a cargarlos hasta la cocina y el baño. Ahí el trabajo se dividía en dos grupos, Rita, Lucy, Lana, Lola y Lisa se encargaban de cargar unos cuantos baldes hasta la cocina, mientras que Lynn Sr., Lori, Leni, Luna, Luan, Lynn y Lincoln tenían que subir el resto del agua hasta el baño, lo cual era un ejercicio que todos salvo Lynn odiaban.
El proceso de esa tarea generaba perdidas todos los días, pues cargarlos escaleras arriba causaba que el agua saltara de los baldes y que con cada uno que subía la escalera y el pasillo se fueran mojando. Por suerte, cada mañana iban mejorando un poco más.
Para Lincoln, aquella era solo la mitad de su trabajo de las mañanas, ya que la otra parte consistía en ayudar a su vecino, el Sr. Grouse a cargar los suyos. Esto era algo que hacía desde que vio como su vecino tenía que cargar sus baldes uno por uno debido a que ya no tenía tanta fuerza.
—¿Cuántos son esta mañana?
—¿Unos ocho? —respondió su vecino.
—¿En serio necesita tantos?
—Ya sabes que me gusta prevenir. Mejor que sobre el agua a que me falte y tenga que esperar a que regrese el camión.
—Es cierto —dijo Lincoln tomando el primer balde.
El cargarlos representaban un trabajo duro para el peliblanco, pero se sentía bien realizándolo. Decía que cada día aumentaba su fuerza un poco más y de paso invertía su tiempo en algo provechoso en vez de esperar en una fila a que varias de sus hermanas terminaran de bañarse. Además, aquella labor tenía su recompensa, ya sea como una moneda o con algún paquete de galletas que el Sr. Grouse le regalaba. Esa mañana y tras haber cargado todos los baldes, el Sr. Grouse le dio una moneda de un dólar.
El peliblanco estaba por irse a su casa, cuando su vecino le dijo que se esperara.
—Oye hijo, los Vengadores Unidos van a dar una conferencia de prensa sobre la ciudad. ¿No te gustaría escucharla conmigo?
—¿Escucharla? —pregunto Lincoln.
—Pues sí. En la radio. Esa es una de las ventajas de tener algo que solo requiere de baterías en vez de conectarse a un enchufe.
—Claro. Me gustaría saber si hay buenas noticias.
El Sr. Grouse encendió el aparato, que por su sola apariencia le daban unos cuarenta años de antigüedad. Tras mover el dial de la misma a la estación que buscaba, se sentó en su sofá junto con Lincoln a la espera de que la conferencia empezara. No paso más de un minuto cuando una voz empezó a hablar.
—Buenos días a todos. Nos encontramos en la torre de Los Vengadores Unidos en donde la Srta. María Paula, miembro y vocera del grupo, nos dará noticias en cuanto a la situación de la ciudad.
Los Vengadores Unidos, los cuales se autodenominaban como "Los héroes más poderosos del planeta", eran un grupo de héroes que habían vivido en Royal Woods por mucho tiempo y que, en el año 2013, habían fundado el grupo como respuesta a un evento conocido como El Alzamiento. Desde ese año, aquellos héroes habían luchado para proteger el mundo de diversos peligros, del mismo modo que habían hecho muchas cosas por Royal Woods. Por tal motivo, toda la ciudad esperaba que esa mañana se dieran buenas noticias.
María Paula, una joven de cabello largo y castaño, la cual tenía entre veinticinco y treinta años, al igual que todo su grupo, el cual se encontraban detrás de ella, se colocó tras un estrado y tras revisar que los micrófonos estuvieran bien, empezó a hablar.
—Buenos días a todos los habitantes de Royal Woods. Antes de empezar, quiero trasmitirles a todos nuestro apoyo en estos momentos tan duros que les ha tocado vivir. Como bien saben, nosotros también hemos vivido en esta ciudad y por tanto parte de nosotros está atada a la misma. Sabemos que esperan que les demos una mano en lo que la reconstrucción de la ciudad se refiere y eso es lo que vamos a hacer.
Todos los habitantes de Royal Woods se alegraron en sus casas de escuchar aquellas palabras. Por fin se terminaría esa pesadilla que estaban viviendo desde hacía dos semanas.
—Pero —dijo para hacer una pequeña pausa antes de proseguir, cosa que no gusto a los oyentes— me temo que no contamos con los recursos necesarios para hacerlo en este momento. Desafortunadamente, nuestros fondos se encuentran muy reducidos y gran parte del dinero que tenemos apartado para las reconstrucciones urbanas se encuentra destinado a la reconstrucción de Londres y de otras grandes ciudades que han sufrido los estragos de la invasión eldrazi.
Todos en la sala de prensa empezaron a lanzar preguntas una sobre la otra, haciendo que nada pudiera entenderse hasta que se le dio la palabra a una periodista.
—¿Qué va a pasar entonces?
—Seguiremos apoyándolos como lo hemos estado haciendo estas semanas, tanto el reparto del agua como los puestos de reparto de comida seguirán funcionando.
—¿Qué vamos a hacer nosotros? – pregunto un periodista.
—Son libres de hacer lo que crean conveniente, pueden permanecer en la ciudad o pueden mudarse temporalmente a otras ciudades, les prometemos que una vez que Royal Woods esté reconstruida podrán volver a unas casas que seguirán siendo suyas.
—¿Cuándo van a encontrar al responsable?
Con aquella pregunta el líder del grupo dijo unas palabras que nadie escucho y toda transmisión en esa sala se cortó, dando por terminada la conferencia.
Lincoln se quedó en silencio junto con su vecino. Esperaban al igual que todos una noticia positiva, aunque en el fondo sabían que solo se estaban haciendo ilusiones, pues sabían perfectamente que el que eso ocurriera era algo casi imposible. Se la pasaron los últimos meses pendientes de aquella invasión de seres desconocidos, venidos de no sabían donde y en la que veían como varias ciudades eran atacadas y convertidas en terrenos llenos de cal y de bismuto. Por suerte, Royal Woods no se vio afectada sino hasta el momento final, cosa que no paso de veinte minutos y que no causó daños materiales.
Sin más que hacer, el peliblanco se despidió de su vecino, el cual le dio un par de monedas que no pasaban de setenta centavos y se fue a su casa. Subió las escaleras y cruzo el pasillo del segundo piso, el cual estaba en total silencio. Miro hacia la habitación de Lisa y Lily encontrando a la genio de la familia sentada en su cama sin hacer nada. Luego de verla unos segundos, fue a su habitación en busca de su ropa y su toalla de baño.
Un rato después, Lincoln bajo las escaleras para salir de su casa y encontrarse con Clyde, al hacerlo se encontró con su padre sentado frente a la computadora familiar, hablando con el líder de Los Vengadores Unidos.
—Gracias por no decir nada —dijo Lynn Sr.
—No hay de que —dijo un joven de cabello negro corto— dada la situación lo mejor es mantener todo bajo siete llaves.
—¿Alguien más sabe de esto?
—No. O al menos eso es lo que pienso, para mí solo lo sabe el grupo y ustedes, pero recuerda que no puedo controlar su vida personal.
—Pues hasta ahora nada hace pensar que alguien lo sepa. Así que podemos considerar que nadie ha dicho nada.
—Entonces todo está bien.
—Yo no lo diría así. La conferencia de esta mañana causo que mucha gente esté enojada.
—No te preocupes por ello, la torre está bien protegida y no hay forma de que entren. Golpearán con palos, tiraran piedras, harán pintas y tras un rato se les acabara la energía y se irán a casa —aquello estaba pasando en ese momento y a las afueras de su torre estaban unas doscientas personas protestando.
—Qué bueno. Por cierto, ¿Crees que debemos irnos a otra ciudad?
—No lo sé. Eso es cosa de ustedes, como dijimos, su hogar será siendo suyo cuando reconstruyamos.
—Gracias por tu sinceridad, Ricardo.
—De nada Lynn. Espero podamos hablar de mejores cosas pronto.
—Igualmente. Cuídate, amigo.
—Nos vemos.
Lincoln miró a su padre sin que este se diera cuenta y luego salió de su casa. Mientras caminaba rumbo al hogar de su amigo, este recordó el momento que inicio todo.
El verano apenas había comenzado y el calor todavía era tolerable. El sol en vez de torturar con sus rayos alegraba a la gente con su luz. Se podría decir que era un verano perfecto, uno que esperaban se mantuviera así hasta que llegara el otoño. El problema fue que hubo quien quiso que todo fuera así.
Lisa Loud, una mente brillante para su edad, dijo que ese clima estaba en un perfecto balance, lo cual la llevo a construir una máquina que controlara el clima y lo mantuviera en una temperatura adecuada. La idea era buena, todos odiaban sufrir por las altas temperaturas o por las nevadas de gran intensidad que se daban en invierno.
Ese día presento su invento ante sus hermanos en el patio trasero. Les explico a todos el plan y tras pedir un poco de música a su hermana Luna, prendió su invento y vio como un rayo celeste subió al cielo. El rayo poco a poco fue causando un cambio de color en el cielo, haciendo que se pusiera de colores violáceos y rojos. Sus hermanos y toda la ciudad vieron aquel espectáculo con asombro, se maravillaron con esos tonos cambiantes, lo cual era señal que todo estaba yendo bien. Según Lisa eso era la señal de que todo estaba funcionando. El plan de ella, era que aquel aparato fuera alterando la humedad del aire y haciendo que el clima fuera el ideal.
Parecía que todo iba a terminar bien y los problemas climáticos iban a terminarse desde ese día, pero no fue así.
El cielo se puso oscuro, los violetas, rojos y anaranjados pasaron a grises y negros. Lo siguiente que ocurrió fue que empezó a llover, la lluvia fue suave al inicio, pero poco a poco fue aumentando al punto que parecía que estaban derramando un océano sobre Royal Woods. Lisa intentó apagar la máquina, pero por más botones que apretaba y por más palancas que tirara estas no cambiaban nada. Mientras trataba de parar ese diluvio, a la lluvia se le sumó un granizo de gran tamaño, el cual caía con tanta fuerza que rompió las tejas de las casas, abollo los techos de los autos, e hirió a la gente que corría por su vida buscando refugio. Después vino una descarga de rayos que empeoro las cosas.
Para ese momento los Loud pasaron de pedir que su hermana apagara la máquina a tratar de romperla. La golpearon con piedras, con herramientas de jardinería, Lynn la golpeo con su bate de beisbol, Luna con su guitarra, Lana con un martillo y Lori le dio con un hacha. Pero el aparato estaba hecho para soportar todo eso y mucho más.
Tan crítica era la situación que Los Vengadores Unidos aparecieron para ayudar a la gente y evitar bajas entre los civiles, justo a tiempo para ver como de las nubes bajaban grandes tornados que empezaron a arrasar con todo a su paso.
Los que estaban en el cielo hicieron todo lo posible para desviar los relámpagos y para llevar los tornados al lago, mientras que los que estaban en el suelo evacuaban a las personas, ayudaban a los heridos y trataban de proteger a la gente de los escombros.
Al final, aquellos que estaban en el aire vieron el rayo que iba al cielo, se dirigieron hacia el patio para acabar con aquello que estaba destruyendo la ciudad.
—¡Golpe de fuego!
—¡Trueno del norte!
—¡La maldición de la reina!
Gritaron tres vengadores lanzando sus ataques más fuertes, destruyeron la máquina y bajaron listos para luchar contra el responsable, pensando que se trataba de un enemigo. Pero se quedaron asombrados al ver a diez chicos asustados y a una niña de cuatro llorando en el suelo.
—Esto debe ser una broma —dijo una vengadora quien vestía una armadura verde y cuyas manos emitían un brillo del mismo color.
—No lo es —dijo su líder, quien estaba vestido con una armadura verde y blanca, a la par que dos alas salían de su espalda —te presento a los Loud. Una familia digna de todo un archivo.
Luego de ello la ciudad termino con múltiples daños materiales como económicos. Los servicios de luz y electricidad se vieron gravemente afectados. El lado bueno de todo, es que no hubo víctimas fatales, únicamente hubo heridos, aunque ninguno de gravedad. En los días posteriores la gente exigió una explicación a lo ocurrido y pidió la captura del responsable, pero debido a que la responsable de todo solo tenía cuatro años, era imposible exponerla a la gente.
Desafortunadamente, para Lisa, se decidió castigarla de otra forma. Se la aparto de la comunidad científica de forma secreta hasta que cumpliera dieciocho años y se le puso un límite a los proyectos que debía de hacer, lo cual significaba que estaría fuertemente vigilada.
Regresando a la actualidad, Lincoln estaba junto con Clyde en casa de este. Su hogar si bien había sufrido daños, contaba con electricidad gracias a que su hogar tenia paneles solares, por lo que podían jugar videojuegos sin problemas. Mientras jugaban, Lincoln le pregunto algo a Clyde.
—Oye Clyde. Luego de todo esto, ¿no han pensado en mudarse?
—Para nada. Aquí tenemos todo y a todos, no lo soportaría.
—¿Incluso con todo esto?
—Pues… es cierto que no me gusta tener que cargar baldes de agua todas las mañanas, pero es algo que puedo tolerarlo.
—Por suerte aquí solo son tres. Eso facilita todas las cosas.
—Es verdad. Pero, ¿Por qué esa pregunta?
—Por nada. Es que con lo que dijeron Los Vengadores Unidos, que si uno quería irse podía hacerlo y luego podría volver a su hogar reconstruido.
—Pues eso es algo que no hemos pensado en hacerlo, pero en todo caso, si quisiéramos mudarnos. ¿A dónde iríamos?
La pregunta lo dejo a Lincoln pensando por unas horas. No tenía muchas ganas de irse, pero tampoco quería quedarse viviendo en esas condiciones hasta que la reconstrucción llegara en algún momento, después de todo, Royal Woods no era un punto de gran valor y no tenía una certeza de que su puesto en la lista de ciudades a reconstruir no fuera desplazado.
Durante la cena, la cual se hacía con velas, puesto que el generador no podía funcionar todo el día. Mientras cenaban, se tocó el tema del mensaje escuchado esa mañana y algunas de las hermanas de Lincoln trataban el tema con sus padres.
—Lo bueno de todo esto es que al menos tenemos su apoyo y que permanecerán con nosotros en todo momento. Después de todo su torre está en esta ciudad —dijo Lynn Sr.
—Papá, creo que literalmente eso no es tan cierto —dijo Lori.
—¿A qué te refieres? —pregunto Luna.
—Bobby me envió esto —dijo Lori mostrando su teléfono.
Todos miraron el titular del enlace que este le habían enviado a su novia y en este, todos leían.
Torre Resilient se inaugura este fin de semana: La nueva sede de Los Vengadores Unidos está lista para funcionar.
La noticia dejó a todos con una mezcla de emociones. No tenían claro si aquello era algo malo o solo se trataba de una noticia más.
—¿Dónde está esa torre? —pregunto Luan.
—En Great Lake City.
—En parte tiene sentido que quieran irse para allá. Esta ciudad debe de odiarlos luego de que declararan estar en la quiebra —dijo Lynn.
—No estamos seguros. Recuerden que ellos tienen distintas sedes —dijo Rita.
—Como sea, eso es un asunto de ellos. Nosotros tenemos que pensar en nosotros mismos —dijo Lynn Sr.
Un poco más tarde y ya listo para dormir, Lincoln se encontraba mirando su teléfono, cuando la puerta de su cuarto se abrió.
—¿Tienes un momento? —pregunto Lori.
—Claro. ¿Qué pasa?
—He estado pensando y creo que literalmente encontré una solución a nuestros inconvenientes.
—¿Cuál es?
—Irnos de Royal Woods a Great Lake City.
Aquella idea fue como un regalo venido del cielo. Conocía bien esa ciudad y ya no se sentía un extraño tras tanta visita hecha junto con Lori. Ronnie Anne estaba ahí, tenía una buena amistad con los amigos de ella, y la familia extendida de Ronnie Anne y Bobby le tenían un gran cariño. Todos esos puntos hacían que esa fuera una buena decisión, pero también había muchos puntos en contra, mejor dicho, cinco de ellos.
Pensó en Clyde, en Liam, en Zack, en Rusty y en Stella. Quería mucho a sus amigos y no se sentía feliz con la idea de dejarlos, tampoco sabia si sus hermanas y sus padres querían dejar sus vidas para empezar de cero. Pero miro la tabla de madera que tapaba la mitad de un hoyo en la pared de su cuarto, el cual servía como ventilación a falta del ventilador que usaba cada verano. Recordó todos los daños que su casa había sufrido y el carecer de luz y agua cada día de ese verano.
— Sí. Hay que irnos para allá. Ya sea por un tiempo largo o corto, nos irá mucho mejor allá que en esta ruina de madera.
—Entonces planeemos la forma correcta para convencer a todos. Literalmente no quiero seguir bañándome con una jarra, y sí, me gustaría estar mucho más con mi osito.
—Yo también quisiera ver a Bobby y me gustaría estar más tiempo con Ronnie Anne.
—Hagámoslo mañana en la cena. Quizás a las chicas les guste la idea.
Al día siguiente los dos se juntaron en la habitación de Lori a planear cada punto que tenían a favor de mudarse, para ello revisaron todas las estadísticas que tenia Great Lake City en cuanto a seguridad, transporte y costo de vida. Aquello fue complicado porque todo lo tenían que revisar únicamente con sus celulares, pero luego de un rato le fueron agarrando el ritmo y tras unas dos horas tenían todo lo necesario para convencer a su familia. Incluso consiguieron algunos posibles lugares para vivir ya que para sorpresa de estos, en aquella ciudad ya se estaban preparando para recibir a los habitantes de Royal Woods que quisieran irse para allá.
Esa noche, aprovechando que todos estaban ahí, aprovecharon para lanzar su propuesta.
—Hay algo que literalmente Lincoln y yo queremos decirles —dijo Lori.
—¿De qué se trata? —pregunto Rita.
—Pues verán. Dada la situación actual en la que vivimos y dado que el tiempo en que se tardara en arreglar, todo es algo desconocido. Lori y yo creemos que sería una buena idea mudarnos a Great Lake City.
Todos se quedaron en silencio, para ellos era como si les hubieran propuesto saltar de un puente.
—Me alegra que tengan iniciativa, pero…
—Pero eso sería algo que les conviene únicamente a ustedes —dijo Luna interrumpiendo a su padre.
—Es verdad. ¿Qué voy a hacer yo en ese lugar? —pregunto Lola.
—Lo mismo que haces aquí. Pero mejor —dijo Lincoln— aquí has ganado todos tus concursos de belleza, ¿No te gustaría tener una mejor competencia y demostrar más de tus habilidades?
—Pues sí.
—Ahí hay todo lo que a ustedes les gusta hacer. Leni, tú tendrías una gran cantidad de tiendas de ropa en donde comprar y tendrías a miles de personas listas para comprar la ropa que hagas.
—Por supuesto.
—Luna, ¿No te gustaría volver a tocar como lo hacías antes?
Desde que el servicio eléctrico se vio interrumpido, Luna tuvo que dejar gran parte de sus instrumentos, entre ellos su querida guitarra, que estaba esperando su regreso en un rincón. Además de que ella y su banda solo podían tocar en presentaciones acústicas, lo cual no era algo tan entretenido para ellos.
—Con todo mi corazón.
—Luan, ¿Literalmente no te gustaría volver a hacer Negocios Graciosos? —pregunto Lori.
—Sí. Sí quiero, tengo un montón de chistes guardados.
—Pues imagínate toda la gente que ha oído de ti en Great Lake City y que han deseado tenerte en sus cumpleaños.
A Luan esa idea la alegro bastante. Su negocio de fiestas estaba cerrado al no haber nadie quien quisiera festejar de la forma antigua.
—Lynn, imagínate la cantidad de público que tendrías en las tribunas. Ahí los lugares deportivos son mucho más grandes —dijo Lincoln.
—Pero sería empezar de cero en todo.
—¿Y acaso eso va a detenerte?
—¡Nunca! —grito subiéndose a su silla.
—No creo que haya algo para mí en una ciudad de ángeles. No estoy hecha para ello.
—De hecho, así como a veces necesitas de un respiro de la oscuridad, hay mucha gente en esa ciudad que necesita un respiro de tanta luz y marcialidad —dijo pasándole su teléfono para mostrarle imágenes de la subcultura gótica de esa ciudad.
Lucy sonrió tras ver las imágenes.
—Lana, literalmente hay un zoológico con una gran variedad de animales. Podrías verlos las veces que quieras —dijo Lori.
—¡¿En serio?! —dijo Lana entusiasmada.
—Sí. Estoy segura de que te gustara ese lugar.
Luego de decirle eso a Lana, Lori miro a Lisa y se preparo para decirle su argumento.
—No tienes que decirme nada —dijo Lisa— sé lo que hay en esa ciudad. Estoy de acuerdo con ello.
—Chicos, mudarse no es cosa de tomar tus cosas e irse, requiere de muchas cosas más y entre ellas está el saber como es el lugar al que uno quiere irse. Es verdad que esa ciudad es grande y tiene muchas cosas que impresionan, pero también tiene muchas cosas en contra —dijo Rita.
—Lo sabemos, mamá. Por eso es que literalmente nos tomamos el tiempo de ver todos esos factores —dijo Lori— para empezar, la inseguridad en esa ciudad es proporcional a la que hay aquí. Es cierto que es cuatro veces mayor, pero eso es porque es una ciudad más grande y según pudimos ver, la criminalidad solo ha afectado a un 15% de su población. Además, recuerden que aquella es la ciudad de Los Caballeros Templarios, lo cual es un gran disuasorio para el crimen. Y ahora que Los Vengadores Unidos estarán por ahí, eso mejorara.
—Con el tráfico tampoco hay problema. El subterráneo es un gran elemento para desplazarse con rapidez, incluso Ronnie Anne me enseño qué rutas tomar —dijo Lincoln.
Tras dar todos sus argumentos y ganarse a sus hermanas, Lori y Lincoln únicamente esperaban la decisión de sus padres.
—Debo admitir que también he pensado en esa idea. No a Great Lake City exactamente, pero sí he pensado en irnos hasta que todo se arregle. Pero no puedo inclinarme por esa idea, aunque quisiera, no tenemos tanto dinero y todos nuestros ahorros están enfocados en tener mi propio restaurante —dijo Lynn Sr.
—Y yo tengo que trabajar este o no la ciudad destruida —dijo Rita.
—Por lo menos consideren esa opción —dijo Lori.
—Lo haremos. Pero recuerden de que ese no es un paso que pueda tomarse tan a la ligera. Miren, dennos un tiempo para pensar bien en ello y daremos nuestra respuesta —dijo Lynn Sr.
Con ello quedo cerrado todo lo que esos dos hermanos podrían hacer, lo demás era cosa de esperar.
Al día siguiente, Lori estaba en la playa del lago con sus amigos Nataly Wind, una joven de cabello largo castaño, vestida con una ropa de baño rosado, y con su amigo Brynden Allegiance, el cual tenía el cabello marrón claro, así como una barba corta del mismo color, el cual vestía una ropa de baño de color azul y tenía una espada a su lado. Los dos tenían la misma edad de Lori y eran sus amigos desde hacía unos meses.
Los dos tenían habilidades especiales, Nataly era una alada, es decir, podía hacer crecer dos alas blancas de su espalda. Mientras que Brynden era un caballero, lo cual le permitía ser un experto con la espada, pudiendo anticiparse a los golpes de quien lo enfrentara cuando manejaba su espada, además de que podía curarse de forma inmediata del daño físico que recibía.
Los dos estaban tomando el sol en aquel lugar tras haber jugado en las aguas del lago, ante tanta calma, Lori se acordó de la charla que tuvo con su familia la noche anterior y les conto de aquello.
—La verdad es que suena como una buena propuesta —dijo Nataly— podríamos vernos seguido, o bueno, casi seguido. Sé que tú estarás en la universidad junto con Bobby, mientras que yo estaré aprendiendo a ser una templaria.
—Así que al final te decidiste por unirte a ese grupo —dijo Brynden.
—Sí. Estas alas que tengo deben de ser usadas para ayudar a la gente y no solo para ir volando de un lado a otro.
—Es literalmente algo muy admirable —dijo Lori.
—Gracias.
—¿Estás segura de ello? Recuerda lo que paso en Berlín —dijo Brynden.
—Lo recuerdo. Pero no es como que me vaya a pasar lo mismo. Los estudiantes no van a misiones si no hasta el último año. Por cierto, me hubiera gustado que vengan conmigo, estoy segura de que tienen mucho potencial.
—No gracias. Literalmente el campo de batalla no es lo mío —dijo Lori.
—Y yo no soy muy fan de esperar cuatro años para poder ayudar a la gente. Quizás me una a algún otro grupo, ahora que hay una gran cantidad de gente como yo, de seguro a alguien se le ocurrirá formar un grupo.
—Volviendo al tema. Deberíamos ir los tres a Great Lake City, estoy segura de que literalmente la pasaríamos bien en ese lugar.
—En eso tienes razón. Me gusta cuando los cinco nos juntamos —dijo Brynden.
Aparte de ellos tres, su grupo de amigos se componía también de Bobby y de Paz Harbert, esta última era alguien con quien Lori había tenido sus roces, ya que Paz había tenido sentimientos por el novio de la rubia. Por suerte, estas fricciones había desapareció y ahora estaban en una especie de "alto al fuego".
—Puedo pasarles información de lugares donde vivir, hay de todo precio y tamaño —dijo Lori.
—En ese caso espero convencer a mis padres —dijo Nataly.
—Y yo a los míos —dijo Brynden.
En otro lado de la ciudad, Lincoln se encontraba descansando en el parque con sus amigos Clyde, Rusty, Zack, Liam y Stella, bajo la sombra de un árbol. Estos habían estado jugando a lanzarse una pelota y evitando que toque el suelo, el motivo por el que eligieron ese lugar era porque el parque era uno de los pocos lugares de la ciudad que no sufrió muchos daños. Si bien hacía calor, no tenían otra cosa que hacer, ya que Juegos y comida Gus estaba cerrado hasta la noche.
—No puedo creer que este se haya vuelto nuestro juego favorito —dijo Stella.
—Yo tampoco. Creo que ni Lynn podría creerlo —dijo Lincoln.
—Es un juego divertido. Aunque no tanto como jugar en una granja llena de animales —dijo Liam.
—Es verdad. Por cierto, chicos. ¿Cómo están llevando esto de la ciudad? —pregunto Lincoln.
—Pues mi familia lo está llevando bien. Hemos sido autosuficientes desde hace mucho tiempo —dijo Clyde.
—Para mi es como si no hubiera habido problemas. No necesitamos de tantas cosas del mundo moderno —dijo Liam.
—En mi caso si es un poco complicado. El negocio sufrió daño y todavía estamos tratando de juntar lo suficiente para repararlo, pero es difícil. A la gente no le interesa tanto el comprar ropa de calidad cuando tiene que gastar en otras cosas más importantes —dijo Rusty.
—Mi casa no tiene techo y dormimos todos en una sola habitación —dijo Zack.
—¿Por qué? —pregunto Stella.
—Mi cuarto perdió una pared. Así que no me queda de otra. Por lo demás seguimos protegiéndonos del gobierno.
Llegó el turno de Stella y esta cambio su estado de ánimo.
—Mi familia está pensando en mudarse. A mis padres no les gusta vivir así y tienen razón, esto no es vida. No podemos seguir juntando baldes de agua para bañarnos y usar el baño y tampoco podemos pagar un generador.
—¡Pero somos un equipo, no podemos separarnos! —dijo Clyde.
—Lo sé. Pero no hay otra solución.
—Yo tengo un plan. Lo hablé con mis padres ayer en la noche y creo que puede ser la única forma de seguir juntos —dijo Lincoln.
—¿De qué trata? —pregunto Zack.
—Podemos mudarnos a Great Lake City, es una gran ciudad con todo lo necesario para vivir bien. Además de que hay muchos lugares para vivir y a buen precio.
—¿No es esa la ciudad a donde se mudó esa chica de la que me contaron? —pregunto Stella.
—La misma, por eso puedo dar fe de que vale la pena estar ahí.
—Yo he ido un par de veces para allá y puedo confirmar lo que dice Lincoln —dijo Clyde.
—Pues no soy muy fan de las grandes ciudades, pero quizás esa ciudad necesite una granja como la mía —dijo Liam.
—Y una tienda con trajes de calidad —dijo Rusty.
—Yo solo quiero un cuarto que tenga cuatro paredes. Aunque no me da mucha confianza el hecho de vivir en una ciudad donde pueda espiarnos otro grupo —dijo Zack.
—Entonces hay que convencer a nuestras familias de irnos para allá hasta que Royal Woods esté reconstruida —dijo Lincoln levantando los ánimos.
¡Sí! —dijeron todos animados.
Para Lincoln ese fue un gran momento. Su corazón se alegró mucho más que en otras oportunidades al saber que todos sus amigos, tanto los viejos como los nuevos estarían juntos de ahora en adelante. Esa alegría le duro hasta que llego a su casa y se dio cuenta de que aquel sueño tenía muchas variables a considerar y que en resumen era como disparar una flecha a cualquier dirección y esperar a que está de en un lugar apropiado sin causar daños a alguien.
Regresando a su casa se metió a su habitación luego de cenar y tomo su teléfono para comunicarse con alguien muy importante para él.
—Hola Lincoln.
—Hola Ronnie Anne, ¿Cómo va todo?
—Pues bien, aunque con mucho calor. Espero que ustedes estén bien.
—Tratamos de estarlo, pero es difícil.
—Puedes venir a casa, la oferta sigue en pie y aquí tenemos espacio para ti y Lori.
Anteriormente y luego del evento que causo la destrucción de Royal Woods, Bobby y Ronnie Anne les ofrecieron un espacio a Lori y a Lincoln, para ellos era un regalo venido del cielo. Le tenía un gran cariño y sentía algo por ella desde hacía un buen tiempo, pero por más ganas que él y su hermana tuvieron estos rechazaron esas ofertas, puesto que no querían abandonar a su familia.
—Sobre eso. Te tengo noticias.
—¡¿Aceptaron venir?! —pregunto Ronnie Anne, emocionada.
—Mejor aún, vamos a mudarnos a Great Lake City.
Ronnie Anne saltó de alegría y tiro su celular producto de la celebración que toda su familia escucho.
—¡¿Qué paso?! —pregunto Bobby entrando a su cuarto.
—¡Los Loud se mudan a Great Lake City!
Mencionar esas palabras hizo que todos los Casagrande entraran al pequeño cuarto y empezaron a inundarlo de preguntas. Entre tanta pregunta, Lincoln recordó que en realidad no tenía nada asegurado y que sus padres solo habían dejado todo en un "veremos", así que intento arreglar las cosas lo mejor posible.
—¿Lori no te dijo nada? —pregunto Carl a Bobby.
—No. O bueno no de esa forma, solo me dijo que estaba convenciendo a sus padres —respondió Bobby.
—¿Cuándo vienen? Necesito preparar una gran cantidad de comida para recibirlos —pregunto Rosa.
—Todavía no tenemos fecha, primero mis padres deben elegir una casa perfecta —dijo Lincoln tratando de bajar todo a tierra.
—Pueden elegir las que están del lado este, hay casas en alquiler que son bastante asequibles —dijo Carlos.
—Es donde está esa torre gigante, sería como estar en casa —dijo Héctor.
—Gracias por los datos. Estoy seguro de que a mis padres les ayudara.
—No hay de qué. Estaremos esperando con ansias su llegada —dijo Carlota.
La llamada terminó y Lincoln termino más enredado de lo que estaba al inicio.
A la mañana siguiente se le vino encima las consecuencias de todo ello.
—¡Lincoln! ¡¿por qué les dijiste a los Casagrande que literalmente íbamos a mudarnos?!
—No lo sé, estaba hablando con Ronnie Anne y simplemente se me salió sin querer. Juro que ni siquiera pude pensarlo.
—¡Y no pudiste pensar en eso antes! ¡Literalmente acabas de ilusionar en vano a muy buena gente!
—No necesariamente. Tenemos una esperanza de que sea verdad.
—Una muy pequeña. Una que todavía estaba lejos de hacerse realidad.
—¿Y qué les dijiste?
—Le dije a Bobby que nuestros padres tenían que pensarlo bien antes de dar una fecha. No fui capaz de decirle la verdad.
—Lo siento. En serio no quise que esto pasara.
—Lo sé. Pero debiste tener cuidado, ahora solo nos queda esperar a que literalmente nuestros padres acepten la idea de mudarnos, de lo contrario tendremos que pensar en una razón del porqué literalmente seguiremos aquí.
—Podríamos aceptar su oferta. Aunque nos duela hacerlo.
—Yo también quisiera, pero sería algo egoísta de nuestra parte. Se vería como si dejáramos un barco hundiéndose con todos en él.
—Tienes razón. En fin, recemos para que las cosas terminen bien.
Unas horas después, los señores Loud llamaron a todos sus hijos al comedor.
—Chicos, su madre y yo tenemos un asunto que debemos tratar con ustedes —dijo Lynn Sr.
—¿Qué sucede? —pregunto Leni.
—Estuvimos hablando sobre la propuesta que sus hermanos nos dijeron y pese a que al inicio sentimos que era algo muy extremo, decidimos que lo mejor para la familia es mudarnos a Royal Woods.
Todos se quedaron sorprendidos al escuchar esa noticia, sobre todo Lori y Lincoln, quienes en ese momento estaban rezando en sus mentes para que todo lo que querían fuera verdad.
—¿A dónde vamos a ir? —pregunto Lola.
—A Great Lake City.
Esas palabras hicieron que ambos hermanos saltaran de alegría como si acabaran de ver los números de su boleto de lotería en la televisión luego del sorteo.
Las otras hermanas todavía estaban procesando esa noticia. Les habían gustado las ideas que les dieron sus hermanos, pero la verdad es que tenían muchos pros y contras en cuanto a tomarse en serio esa idea.
—¡Literalmente es la mejor noticia que he escuchado en mi vida! —grito Lori.
—¿Cómo es que aceptaron esa idea? —pregunto Lincoln.
—Pues inicialmente no queríamos hacerlo por el tema del dinero, creía que nos iba a costar mucho alquilar una casa en donde vivir ahí. Pero la verdad es que eso lo pensaba únicamente porque no quería gastar el dinero que he estado juntando para tener mi propio restaurante. Hasta que caí en cuenta de que no valía la pena pensar en algo como eso cuando no tenemos ni agua ni energía y vivimos en una casa hecha astillas.
—¿Qué pasará con la escuela? —pregunto Luna.
—Eso depende de como vaya la reconstrucción. Si es rápida y todo vuelve a la normalidad para antes de que las clases empiecen volveremos y estudiaran como siempre, si no es así, entonces tendrán que ir a la escuela allá —dijo Rita.
—¿De qué van a trabajar? —pregunto Luan.
—De lo que sea. Su padre y yo podemos hacer cualquier cosa con tal de mantenerlos, obviamente la cocina y la salud dental son nuestras prioridades. Pero, ya hemos tenido varios trabajos y podemos adaptarnos con facilidad.
—Yo puedo poner un carrito de comida. Nos funcionó la época en la que ahorramos para vacaciones y creo que nos puede funcionar otra vez —dijo Lynn Sr.
—Yo puedo ayudarte —dijo Lori ofreciéndose.
—Pero y nuestros amigos. ¿Qué hay de toda la gente que conocemos aquí? —pregunto Leni.
—Seguirán siendo sus amigos, solo que un poco más lejos —dijo su madre.
—¿Cuándo nos vamos? —pregunto Lucy.
—No lo sabemos realmente. Mañana su madre y yo iremos a buscar casas en alquiler. Por lo que nos pasó su hermana hay un gran abanico de opciones, así que esperamos encontrar algo que se adecue a nosotros.
—Por mí está bien —dijo Lisa— no es como si pudiera causar algún daño ahí.
La antigua niña genio se puso de pie y se marchó a su habitación, el resto hizo lo mismo. El ambiente se volvió un tanto agridulce, por un lado, Lori estaba feliz de irse con su novio y Lincoln también lo estaba, pero no les gustaba el hecho de que sus hermanas estuvieran tristes. Él también quería a sus amigos y era por eso que les habían pasado la idea de mudarse, pero eso era todo. Ni siquiera tenían la certeza de que las familias de estos tuvieran las ganas y la economía para irse de Royal Woods, y si la tenían, que aseguraba de que tomaran Great Lake City como destino teniendo tantas ciudades que quizás les gustaran más.
De camino a su cuarto, Lincoln vio a su hermana Lisa mirando un libro de geometría en su cama. Al verla recordó que desde el día de la catástrofe este no le había dado apoyo alguno más allá del consuelo que le dio luego de que su máquina fuera destruida. Así que entro para estar con ella.
—¿Estás bien, Lisa?
—Sí. No tienes que preocuparte por mí, estoy en perfecto estado físico pese al clima y a la falta de…
—No me refiere a tu salud física. Hablo de como has estado en estos días —dijo sentándose a su lado.
—¿Cómo crees que voy a estar luego de que deje a la ciudad sin agua, energía eléctrica y de paso provoqué una gran cantidad de daños a personas inocentes?
—Lisa. Nadie murió.
—¡Ya lo sé! ¡Todas me lo han estado diciendo, hasta nuestros padres me lo han dicho! Me dicen que nadie sabe que fui la responsable y que se encargaran de que nadie sepa. Pero como quieren que esté tranquila y feliz cuando mi única amiga perdió su animal de felpa preferido cuando un tornado se lo llevo.
Aquello era algo que su amiga Darcy le había dicho cuando fue a visitarla y de paso aprovecho para ver el estado de la ciudad. Tuvo que aguantarse las ganas de llorar frente a su amiga, la cual pensó que estaba así porque le tenía cariño a la jirafa de peluche.
—Merezco que me hayan expulsado de la comunidad científica, por mí y hubiera hecho que me sacaran de por vida.
—No es cierto. No mereces pasar el resto de tu vida castigada. Todos cometemos errores, pero aprendemos de ellos y buscamos una forma de arreglarlos.
—¿Y como quieres que arregle la vida de toda esa gente cuando ni siquiera puedo pedirles perdón sin temor a que nos persiga una turba?
Esas palabras hicieron que a Lincoln se le ocurriera un plan. Uno que podría ser la clave para que todo saliera bien.
—Lisa. ¿Puedes hacer que un mensaje suene en todas las radios?
—Pues sí. ¿Pero eso que tiene que ver con esto?
—Mucho. Quizás no puedas ayudar a las personas reconstruyendo la ciudad, pero quizás puedas arreglarlo todo ayudándolos a tener nuevas vidas.
Lisa sonrío después de bastante tiempo.
—¿Qué tipo de mensaje quieres enviar?
Al rato, Lincoln se comunicó con Ronnie Anne para pedirle algo sumamente importante.
—Hola Lincoln. ¿Ya encontraron tus padres una casa?
—Aún no. Pero hay algo que quisiera pedirte y es sumamente crucial.
—¿De qué se trata?
—¿Podrías hacer un mensaje junto a tu familia diciéndoles a las personas de Royal Woods que Great Lake City es un gran lugar y que deberían vivir ahí?
El pedido dejo fuera de sí a su amiga, pero cuando Lincoln le explico sobre Lisa, sobre lo que le pasaba a sus hermanas y sobre que él tampoco quería despedirse de sus amigos de forma indefinida, esta entendió.
—Vaya. Te entiendo perfectamente.
—Por eso es que ustedes son las personas correctas. Tú viviste en Royal Woods y ahora vives en Great Lake City. Sabes de primera mano todo lo bueno que tiene esa ciudad y lo que fue adaptarse a vivir ahí.
—Pues espero que ayude.
Ese fin de semana, Ronnie Anne, Bobby y su madre grabaron un mensaje que luego Lisa, con ayuda de una máquina que invento, colocaron en las distintas emisoras de radio de Royal Woods. La radio se había vuelto una gran amiga de la población desde que muy pocos de ellos podían aún ver la televisión.
El mensaje, en el cual le recordaban a la gente de su antigua ciudad quienes eran y que había sido de su vida luego de mudarse, como eran sus vidas ahora y todo lo bueno que habían descubierto en su nuevo hogar. Con ello llamaron la atención de muchas personas, entre ellas a los amigos de los Loud. Obviamente, también atrajeron la atención de las autoridades quienes estaban buscando a quien intervenía la señal radiofónica, pero no pudieron descubrir que Lisa era la responsable de ello.
Mientras el comercial improvisado era pasado en las radios los señores Loud anunciaron que habían encontrado su nuevo hogar y que se mudarían el fin de semana. En esta oportunidad las hermanas Loud estaban de mucho mejor ánimo, ya que el plan de Lincoln fue un éxito y las familias de sus amigos ya estaban en planes para mudarse a Great Lake City. Pasaron los días en los cuales todos tuvieron que empacar sus cosas y prepararlas para cuando llegaran los camiones de mudanza, a la par que investigaban los lugares a los cuales podían ir una vez estuvieran en esa ciudad. Luego de tanta espera, el día de la mudanza llego. Todas las cosas estaban listas, las mascotas estaban listas y ellos ya están listos para subir a la van.
Los hermanos Loud salieron de la casa tras recordar los distintos momentos que vivieron en ella, todos ellos tenían lágrimas en los ojos, después de todo si bien no era perfecta y tenía miles de defectos, su vida estaba ahí. Fueron subiendo al vehículo uno por uno y cuando solo faltaba Lincoln, escucho varias voces llamarlo por su nombre. Se giró y vio a sus amigos llegando en bicicleta a toda velocidad.
-¡Esperen! ¡Todavía no se vayan! -grito Clyde.
-¡Chicos! ¡Gracias por venir! -dijo este corriendo a abrazar a sus amigos.
-No podíamos dejar que te vayas sin que te despidiéramos -dijo Stella.
-Pero si vamos a vernos pronto.
-Lo sabemos. Pero eso no quiere decir que no estemos contigo -dijo Rusty.
-Es verdad. Queríamos darte fuerzas en este momento -dijo Liam.
-Es gracias a ti que estaremos juntos -dijo Zack.
-Sí. ¿A quién más se le hubiera ocurrido interceptar la señal de radio? -dijo Clyde.
Lincoln se sintió conmovido y solo abraso a sus amigos.
-Voy a prepararlo todo para cuando lleguen. No sé cómo, pero ya se me ocurrirá algo.
-Lo sabemos. Estoy segura de que tú y tu novia tendrán buenas ideas -dijo Stella.
-¡Tú también!
Todos se rieron con ello y se despidieron de su amigo una última vez antes de que este subiera a la van.
-Tienes unos grandes amigos -dijo Luna.
-Lo sé -dijo Lincoln mirándolos mientras estos se despedían.
-Y ellos tienen como amigo a un guardián -dijo Lucy.
El vehículo poco a poco fue tomando velocidad y mientras avanzaba, los Loud miraban su ciudad despidiéndose de los buenos momentos que vivieron en esta y luego miraron al frente, hacia su nuevo hogar y hacia su futuro.
Y así, queridos lectores, termina este capítulo. Espero que les haya gustado el reinicio de esta historia, sé que por ahora no hay mucho que indique hacia donde va, pero les aseguro que desde aquí ya hay un rumbo definido.
En cuanto al siguiente capítulo, pues como les dije al inicio, ese será el capítulo que vieron antes, solo que más ampliado y con un ritmo menos acelerado.
Nuevamente, les agradezco por su compañía y espero verlos en el siguiente capítulo.
Nos vemos.
