Capítulo 20. Ebrio.
Azucena
El festival de Firenze fue algo hermoso por fin pude pasar tiempo en familia, pero ya solo me quedaba noviembre y diciembre para planear todo para poder salvarlos de un trágico final y ahora estaba con Leonardo practicando una actuación de lo mejor.
-NO…NO…NO- ya llevábamos muchas horas practicando y no podía convencer a Leonardo.
-Otra vez….Les doy solo dos horas para abandonar Florencia…- trataba de mirar con indiferencia y odio pero senti temblar todo mi cuerpo pensando como reaccionarían.
-¡¿Qué?!-
-Lo que escuchaste Pa…Giovanni Auditore –
-Ahhh debes sacarlo desde dentro concéntrate, las palabras que escojas deben doler pero solo detecto miedo en ti- Leonardo igual ya estaba cansado por todo esto.
-¿Como lo solucionare Leonardo? Cada que pienso en dañarlos con palabras quiero temblar y salir huyendo- me senté en el suelo mirando a la nada frustrada por la situación.
-Ahh no se que decirte eres alguien muy amable no se como eras en tu otra vida pero si ya viviste el dolor eso te puede ayudar a mantener esta actuación mientras ……el herrero ya tiene lo que me pediste- llevábamos una semana y media tratando de mejorar mis habilidades de actuación pero lo único que logre fue mantener mi postura de alguien malvado ¿por cuanto? menos de 6 minutos y si quería continuar con este loco plan necesitaba por lo menos soportar unas tres horas.
-Debo ir por ello también debo ir por el pedido de ropa que hice a ver si por fin ya lo tienen-
-Ve con cuidado Zu y cuando lo tengas necesitare de ti para saber mas a detalle como funciona el mundo- sin duda Leonardo era alguien muy curioso eso era bueno le transmitiría todos los conocimientos que pudiera, no se lo había mencionado pero puede que muera con este plan tan loco no importaba si ellos estaban bien.
-Claro…ya regreso- todo estaba funcionando bien ya faltaba poco para todo esto, caminaba por esas bellas calles de Florencia los niños corrían, las personas reían algunas mas locos peleaban por damas u vinos todo perfecto pero….
-¿Lo supiste?-
-¿Qué cosa? –
-La muchacha que fue encarcelada la violaron varios prisioneros y guardias-
-Pobre muchacha no debió negarse a darles el paradero de su hermano ese ladrón horrible- escuchar ese tipo de cosas mientras me escondía en ese callejón mirando ese charco, no me había puesto a pensar de que es lo que podría pasar en una prisión, Papá de seguro defendió a Federico y Petruccio ganando esa golpiza en el calabozo del palacio de la señoría pero ¿Las mujeres que eran encarceladas? ¿Qué les sucedía? Al parecer esa era la respuesta.
-Ahora la pobre no puede encontrar marido y le queda nada más ser cortesana-
-Al menos tiene trabajo escuche que su hermano la abandono y su familia no la volvió a aceptar-
-Que tragedia- y después sus risas lo normal divertirse del dolor ajeno que despreciables, esas palabras llegaron en lo profundo de mi mente ¿Eso me pasaría? ¿Seria violada en esa prisión? De solo pensar me daban escalofríos, y vuelve esos recuerdos de aquella mujer siendo atacada en aquel barco y de mi antigua vida siendo atacada por los mayores y no olvidar lo que Viere casi me hace, en todas tuve suerte pero que pasara cuando me atrapen ¿Me pasaría lo mismo? Pero Llenar mi mente de esas ideas no me ayudaran en nada asi que debía concentrarme en todo lo demás en ese alocado plan mío.
Fui por mis encargos con el herrero y el sastre ya tenía casi todo listo solo faltaba la parte difícil, la actuación incluso había conseguido una espada a un buen precio todo listo lo deje con Leonardo y aunque practique con el por unas horas mas decidí irme a casa, debía pasar mucho tiempo con ellos asi que al llegar tome todas las notas que había hecho y se las llevaría a alguien que le ayudarían y ayudaría a los demás en el futuro.
-Petruccio…Hola- su cuarto no estaba tan lejos y aunque aún era un niño pequeño bueno 13 años aun es poco, este preadolescente era muy listo y su amor por animales y las plantas lo hacían ser disciplinado a el mismo.
-Hermana…Por fin llegaste – siempre me recibía con un abrazo tan lindo y aunque no sabía de qué estaba enfermo a veces se ponía débil y no podía salir de la cama, pero según algunos doctores estaba mejor que otros niños, pero aun asi seguía muy débil incluso abandono la escuela por falta de fuerza asi que debía ayudarlo en lo más que podía y encontrar más medicinas para que el mejore o al menos alargar su tiempo de vida.
-Si…hoy tengo una tarea muy importante para ti- le mostré todos mis libros que de inmediato tomo con mucha felicidad en su rostro.
-¡¿Son tus notas hermana?!- su cara de emoción de tener algo mas que hacer que estar acostado la mayor parte del día lo alegraba era bueno mantener la mente ocupada en esta situación.
-No solo mías si no que también ….las de mi maestro quiero que las estudies y me anotes cuales sirven para el cansancio y reponer fuerzas recuerda te preguntare después- le mencione a el que asintió a todo lo que le dije y de nuevo volvió a su cama comenzando con el más grueso uno de los primeros libros que había hecho pero aun me quedaban mucho por aprender incluso aunque le daba medicina con efecto anti bacterial y de efecto anti inflamatorio no era suficiente por lo débil que seguía. -Volveré mañana asi que no te desveles mucho Ok-
-Claro hermana y gracias- verlo feliz era un gran alivio, me Sali de su cuarto ahora debía hacer unas cuantas medicinas asi que me fui a mi cuarto a ordenar todo el desastre que tenia, que horror deje todo de lado desde ese día….pero como no distraerse tu primer beso con alguien como Ezio no debo mencionar que las emociones que senti fueran malas al contrario fueron una explosión de felicidad, paz y un agradable hormigueo desde mi estomago hasta mi corazón, de solo recordar todo eso me hacia sentir calor…pero no debía distraerme necesito concentrarme en hacer estas medicinas concentradas sabia que Petruccio sabría que son y les ayudaría en el futuro de eso estaba segura.
Estaba desechando muchas cosas mientras calentaba alcohol con ayuda de una lampara de aceite algo no muy visto en este tiempo pero era mejor que usar carbón o leña, no iba a tardar mucho cuando un ruido fuerte se escuchó afuera de mi cuarto, al parecer alguien se cayó al salir vi a un muy feliz Ezio en el suelo y por cómo se veía parecía más una copa que una persona.
-¿Una tarde fabulosa?- pregunte mirándolo reírse dándose la vuelta quedando boca arriba.
-Ni que lo digas…mira lo que conseguí- ya entendía su felicidad pues me mostro una bolsa llena de dinero era más de lo que nos daban ¿Qué diablos hizo?
-¿De dónde sacaste todo este dinero?- el solo se reía tratando de pararse le ayude con eso pero en lugar de llevarlo a su cuarto lo deje entrar al mío, tenía fuego y si lo dejaría sin cuidado podía incendiar la casa.
-Una apuesta Zuu…¡Ja! Creyeron que no lo lograría-
-¿Tus amigos? ¿Qué apostaron?- ya me lo imaginaba pero aun asi quería saber.
-Quien se acababa medio galón de Hidromiel- ay no….a veces olvidaba que este tipo seria una leyenda en el futuro por culpa de estos problemas tontos de un joven.
-Un litro y medio de hidromiel- ahora estaba molesta eso podría causarle problemas
-Si….y gane- y comenzó a reírse como pude lo deje en mi silla ya sabía que podría darle, tome dos botellas donde una había un suero casero y una de agua con extractos de varias semillas que era muy amarga algo que odiaba, tome un embudo y lo coloque en una botella no quería derramar todo el brebaje encima de el.
-Ya veo….que bien Ezio- un poco mas y estaría listo.
Estaba tan concentrada que no me percate que él ya había dejado de reírse acercándose a mi hasta que sentir como me abrazaba por detrás apretándome un poco, me sorprendió esa acción que casi suelto la solución que le estaba preparando por suerte logre dejarla en la mesa.
-Ezio….-
-¿Por qué me alejas? ¿Acaso me odias?- su estado borracho lo hacía más sincero y no era bueno aun que le diga el no recordaría nada al día siguiente.
-No te odio Ezio-murmure tratando de voltear pero solo senti como me apretaba más impidiendo que hiciera eso.
-¿Entonces por que?
-¿Por qué…?-
-Te besé y me alejaste como la peste …pensé que me corresponderías- su respuesta me dejo sin palabras comenzando a poner mi mente en blanco, con mis manos comenzando a sudar y enfriarse por los nervios de ese recuerdo.
-¿Corresponderte?- no lo entendía comenzaba a no pensar en nada, pero el me dio la vuelta obligándome a que lo mirara directo a los ojos, se veía dolido oh, oh.
-Mi amor por ti- su voz baja y su acercamiento junto con el hecho de que acaricie con tanta delicadeza mi mejilla me dejo indefensa -Pensando que al fin estaremos juntos- su aliento choco con el mi y sin dejar de mirarme me volvió a besar, sentía el sabor del hidromiel y sus ojos me miraran como si nada más existiera, me separo de la mesa y comenzó a llevarme a mi cama.
Me deposito en ella sin dejar mis labios acariciando delicadamente mi cintura sin prisa ni brusquedad solo ternura en sus movimientos, cerro los ojos disfrutando el contacto, pero yo no lo hice lo vi todo en su rostro bajando a mi cuello sacándome suspiros cargados de deseo…esto estaba escalando a un ritmo alarmante pero antes de hacer algo lo senti caerse aplastándome completamente al ver bien lo vi completamente dormido….
-¡Aaaa Ezio!- ¿Cómo podía dejarme asi? Y sobre todo hacerme esto como pude lo quite encima mío y me pare viéndolo con vergüenza y odio pero sobre todo la vergüenza por mis síntomas no podía negarlo me excitaba solo verlo y ….me excito malditas hormonas adolescentes…pero verlo ahí dormido en mi cama me hizo tener una idea loca en mi mente….lo amaba eso no lo negaba y aunque de ebrio me haya dicho que tenía amor por mi, puede ser una confusión pero eso solo me daban ganas de decirle todo pero no…solo me daría un momento egoísta y dejaría que esta pasión que sentía por el fuera complacida solo debía decidir que día.
Sali de mi cuarto arreglando un poco mi ropa debía llevarlo a su cuarto asi que fui por el único que podría ayudarme…Federico.
-Federico…¿Esta ahí?- toque su puerta aun no era muy noche asi que esperaba que lo este, escuche ruido y de pronto abrió la puerta con su ropa listo para dormir tenia el pelo mojado asi que no tenia mucho que se dio un baño…ups
-Si diga…¿En que puedo ayudarte Zusu?-
-Ezio esta en mi cuarto muy ebrio y muy dormido ¿Podrías llevarlo a su cuarto? - le pedí el solo se rio un poco y camino a mi cuarto siguiéndolo para llegar y encontrarnos a Ezio roncando algo leve.
-Vaya tenia tiempo que no lo veía asi de ebrio-
-Bueno enamorarse le ayudo, pero sus tonterías siguen igual- le dije y los dos comenzamos a reír por esto.
-Si enamorarse….-no se por que pero lo miro con lastima -Me lo llevo asi que tu descansa ya es noche-
-Grazie ….tu igual descansa- lo vi como lo levanto como un costal de papas caminando fuera de mi cuarto y al salir cerré mi puerta recordando todo…ese hombre solo será mi perdición.
