Disclamier: Los personajes son de S. M, y la historia es de mi completa autoría.
Paparazzi
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Pasan tres días desde la cena. Y estoy completamente sola en la casa. Bueno, no del todo sola porque ayer ha venido varias personas a limpiar y una mujer mayor llamada Sue, que es la ama de llaves ha venido estos tres días por la mañana para reparar comida al resto de los empleados y luego se va por la tarde a una casita pequeña que se encuentra detrás de la casa grande.
También Edward se ha ido junto a su familia; no ha vuelto y pienso que es lo mejor por ahora, porque así tengo la casa sola y puedo buscar algo en contra de ese engreido; debo admitir que ayer no sirvió de mucho porque fui al despacho y este de encontraba completamente cerrado.
Hoy por la mañana estuve pensando en que más lugares podría ir dentro de la casa. No pasó mucho tiempo hasta que me decidí ir a la habitación. Fui ahí para confirmar que esta abierta; casi grito de la emoción cuando descubrí que al girar la perilla está se abrió. Sin embargo no puedo meterme ahí a la ligera, pues podrían descubrirme. Así que decido esperar a que Sue se marche de la casa.
Decido regresar a la habitación en la que estoy instalada. Tomo mi teléfono y mis airpods porque después de que vaya a la cocina por algo de comer, iré a dar un corto paseo al jardín trasero.
Bajo a la cocina, donde se encuentra el ama de llaves.
—Buenos días — saludo animadamente.
Ella no está tan feliz de verme; desde la mañana después de la cena ella me ha dado mala cara y se ha comportado gruñona conmigo; tengo una idea de lo que pudo haber sucedido para que no sea del agrado de la mujer. Afortunadamente no me importa demaciado porque no estaré aquí por mucho tiempo.
—Es medio día y aquí el almuerzo se sirve a las diez de la mañana por muy tarde— gruñe.
Le doy una de mis mejores sonrisas.
—¿ Y es demaciado tarde para tomar café?
La mujer gruñe.
Tomo una taza y voy a prepararme el café; no me importa que sea medio día quiero un maldito café y voy a prepararmelo quiera ella o no. Laijer va detrás de mi y me quita la taza de las manos.
—No me agradas, pero tampoco voy a dejarte que mueras de hambre— dice ella. Toma un plato —. ¿Qué es lo que quieres comer? Puedo realizarte un omelette o lo que quieras.
La miro con una ceja levantada por un par de segundos; cuando ella se marcha yo busco comida y la preparo, dejo todo limpio después para que la mujer no se ponga más pesada. Pero no me molestariabque ella me preparará algo de almorzar.
—Un omelette estaría bien. Gracias. Aún así me gustaría tomar ese café.
Tomo de nuevo la taza y esta vez preparo el café.
La mujer cocina increíblemente bien. Cuando termino voy a lavar mi plato pero la mujer me detiene y dice que no voy a realizar su trabajo. Me lo quita de mala gana y lo lleva al fregadero. Aun así le agradezco antes de salir de la cocina para ir a la parte de atrás donde he visto una pisina.
Algunas horas después...
Estoy sentada en una de las tumbonas que hay frente a la picina. Tengo los airpods puestos a todo volumen mientras suena una canción de mi banda favorita.
El ama de llaves cruza el jardín en dirección a su casa. Se detiene por algunos segundos mientras me ve , pero no se detiene demaciado, sigue su camino.
Espero durante veinte minutos para asegurarme que la mujer no va a volver.
Me levanto y camino apresuradamente a la casa. Subo la escalera de caracol y voy directo a la habitación de Edward.
Me quedo parada en medio de la habitación, inspeccionando el lugar . ¿ por donde podría comenzar mi búsqueda? Me decido por los cajones de los buros a los costados de la cama;no estoy buscando nada en particular, solo alguna cosa que haga enfadar al señor idiota.
Media hora despues, estoy frustrada. No hay nada aquí. Lo maldigo en voz alta.
Estoy por rendirme, pero por último decido ir a su closet. Abro las puertas corredizas y las luces iluminan el lugar. Hay algunos gavetas de madera oscura donde hay colgadas un sin fin de camisas blancas y de otros colores. Más allá hay un estante con varios zapatos . Y un espejo de cuerpo completo.
¡Maldita sea!
¿De verdad no hay nada en este lugar?
Tomo una camisa blanca y la examino. Luego tengo una idea y la robo. Voy a la habitación en la que estoy. Coloco la camisa por encima de mi.
No pierdo el tiempo y me desvisto para luego ponerme la camisa. Me miró al espejo y me examino de pies a cabeza. No esta nada mal, aunque es un poco demaciado corto para mi gusto; esto podría servirme para los siguientes días.
¿Qué cara pondría Edward en cuanto me viera puesto esto? Seguro que frunciría en ceño y negaría con la cabeza con reprobación.
Sonrió como una loca al espejo, doy media vuelta y voy por una camisa más; pero no sin antes de poner una canción más y subir el volumen.
Estoy de regreso en el closet de el señor idiota. La música retumba en mis oídos. Estoy completamente sola y estoy de buen humor, así que me pongo a cantar y moverme al ritmo de la canción.
Voy a la gavetas donde he tomado la camisa y me doy mi tiempo para elegir una en color azul.
Camino lentamente de regreso y al llegar a las puertas corredizas, me doy media vuelta y hago un poco de twerking y canto mientras cierro las puertas. Pero de pronto me detengo en seco, pues tengo la sensación de que no estoy completamente sola. Me giro lentamente y me encuentro con los ojos verdes de Edward Cullen.
¡Mierda!
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Paparazzi
Hola de nuevo. Aqui un capitulo más, espero sea de si agrado.
Gracias
