Encanto y sus personajes son propiedad de Disney Studios

Por lo que recuerdo, hace muchos años que mi tío Bruno desapareció. Desde entonces, nadie en el Encanto de Colombia habla de él, y eso se debe a que consiguió un trabajo espectacular en el gobierno. Enserio, es decir, se hizo un detective internacional para el gobierno Colombiano. Está cerca de autos geniales, explosiones gigantes, disparos sin cuartel, chicas hermosas... cosa de la que se puede tener cercanía en cualquier lugar de Colombia en realidad, pero es que no han escuchado la historia completa.

Hace muchos años, cuando mis tíos y mi mamá tenían veinte de edad, pasó algo increíble. Todos le pedían a Brunito hermoso que viera sus futuros, reaccionando horrorizados, marginando a mi tío. Y entonces, él tomó una decisión, y se atrevió a ver, por primera ocasión, qué sería de su propio futuro. En su profecía, se vio a si mismo saliendo de Encanto, viajando por diferentes lugares, siendo un lobo solitario, tomando decisiones difíciles, y entonces... ¡le gustó mucho esa nueva vida que vio para él!

De inmediato hizo sus maletas y se fue, pidiendo a las mujeres de su casa que no hablaran de él con los demás, pues presentía que cosas grandes se aproximaban, y que debían mantener un bajo perfil, y así se hizo. Veinte años después regresó para hablarnos a todos de sus aventuras, comenzó primero como un detective de bajo rango, persiguiendo casos locales de robos y asaltos. Posteriormente, se supo que su don podría ayudar más que eso, y comenzó a recibir casos de asesinos en serie, terroristas, y así escaló al crimen organizado. A pasos agigantados se hizo muy famoso, tanto que llegó a nivel internacional, y vino a contarnos las hazañas de su vida para despedirse, pues pronto empezaría su primera misión en la distante Europa.

Todos nos alegramos por él, celebrando sus logros y deseando buenaventura. Por mucho tiempo soñé con algún día ser como él y salir del Encanto de Colombia, cruzar las montañas que rodean la tierra en la que nací y viajar, conocer todo cuanto pudiera, pero poco a poco mi sueño se empequeñeció, tanto que se volvió imposible. Me hice una clase de niñero en Encanto, siempre fui magnífico con los niños, y por ello me correspondía cuidar de ellos siempre que se requiriera en la comunidad. Muchas veces acepté que Mirabel me ayudara, éramos un gran equipo. Aunque poco a poco me sentí... desplazado.

Con la maduración del don de Isabela los cultivos fueron prósperos. Trabajaba muy bien en conjunto con el don de mi madre. Luisa ayudaba a recoger y trasladar las carretas de las cosechas, aunque también le gustaba tomarse el resto de la tarde libre. La tía Julieta continuó siendo la médico del pueblo. Mirabel poco a poco me eclipsó con los niños, igual que Antonio. En conclusión, me volví el primer desempleado de la familia. Perdí el sentido de mi vida.

Usualmente todos me llamaban para que me transformara en alguien, fuese para divertirle o cubrirle. Ese era mi propósito, transformarme en alguien más y nunca ser yo. Nadie quería ver a Camilo, nadie quería hablar con Camilo, nadie deseaba jugar con Camilo. Nadie necesitaba a Camilo, y tampoco lo querían. Tal vez no fui desempleado como niñero, tal vez me encargué de cuidar de mí mismo, y eso fue lo más difícil del mundo. ¿Saben lo difícil que es cuidar de alguien a quien no conoces? Es decir, ¿quien era yo? No estaba muy seguro. Lo único que sí sabía, era que estaba cuidando de aquel a quien nadie necesitaba.

Poco a poco me encerré en mi habitación, y salí cada vez menos. Sentía que no tenía nada que aportar a la comunidad, y... admito, puede que me haya sentido deprimido. Así que, decidí que tal vez, sería buena idea intentar conocerme un poco y aprovechar ese autoaislamiento que adopté a mis quince años.