Día 3: Luz de luna/brillo/luminiscencia
Vegeta siguió visitando la playa todos los días después de eso, no podía ser casualidad.
La sirena en cuestión que ya había podido ver dos veces, se había acercado ella misma para poder verlo de cerca en la segunda vez. Suponía que ella podía recordar que lo había visto el primer día.
No sabía de qué forma podría investigar más sobre eso si no sabía en qué momento o si es que lograría verla otra vez. Había muy poco que podía deducir de lo que había observado.
Se dirigió a la playa nuevamente con su bolso de cuero, aunque en esta ocasión había decidido ir a la playa que se encontraba prácticamente frente a su casa. La misma podía verse desde la ventana de su cuarto.
Aun así si suponía que no era una buena idea ir a un lugar diferente a donde estaba la sirena cuando la había visto las dos veces anteriores. Al parecer ella solía hacer aparición por allí, o al menos sus dos coincidencias con ella habían ocurrido en ese lugar.
De todos modos, su casa no estaba tan lejos del lugar del primer encuentro, había decidido salir un rato ese día aunque estaba cansado. Había sido un día largo para él, últimamente solo trabajaba, volvía y se iba a la playa por horas hasta que debía volver a su casa para cenar algo, ducharse e ir a dormir.
Se volteó para mirar su casa, al menos no había forma de que alguien lo estuviera vigilando desde allí ya que sus empleados no podían acceder a su cuarto, lo había cerrado con llave antes de irse.
Su casa tenía dos entradas, una que daba a la costa y otra que daba a la calle desde el otro lado de la casa, él había salido desde la puerta que daba a la playa. Solía estar cerrada casi siempre ya que solía ir a la playa directo del trabajo.
Sirenas-dijo para sí mismo mientras se sentaba encima de una toalla azul que había llevado ese día.
Había pasado por su casa antes para llevarse algunas cosas para estar allí un rato. Tenía un termo con café, su libreta e incluso una manta del mismo color de la toalla de playa, en la noche podía hacer frío allí.
Ya que tenía algo de sueño, le había parecido una buena idea llevar café para pasar el rato allí cuando le diera sueño. No iba a resignar tiempo de su investigación de ese tema solo porque estuviera un poco mas cansado por el trabajo de lo habitual.
Parece que no acostumbran acercarse a las personas...-dijo Vegeta para sí mismo, aunque recordó que la sirena se había acercado a él en primer lugar, además de que ella había ido nadando hasta el barco el otro día para verlo de cerca- Aunque no puedo saber aún si eso es una excepción- dijo haciendo referencia a su propia experiencia.
Escamas moradas, cabello azul, ojos azules, piel blanca idéntica a la piel humana...-anotó Vegeta mientras recordaba las características de la sirena. Le parecía imposible que una criatura así pudiera existir, incluso le había parecido que era más atractiva que cualquier mujer que hubiera visto.
Sacudió su cabeza al considerar lo que había pensado, ella era una criatura marina que estaba investigando debido a su particularidad. Había revisado muchos libros sobre eso desde que la había visto, no había encontrado nada sobre sirenas más que mitos y teorías.
Cabello que sana heridas más rápido que cualquier medicina, brillo inusual-recordó mientras seguía escribiendo, miró el broche que ella había dejado en las rocas ese día. Todavía lo tenía con él, incluso había hecho un boceto para tenerlo en su libreta.
Era curioso que las sirenas tuvieran accesorios para el cabello, era un caracol de un color particular que parecía haber sido tallado para ese propósito.
Recordó que la sirena había hecho algo extraño cuando había curado su herida, había abierto la boca como si quisiera gritar, aunque no había salido sonido alguno de ella. No sabía si las sirenas podían hablar, aunque varias de las teorías que había leído sobre eso, que no tenían demasiado rigor científico, solían mencionar que las sirenas tenían voces armoniosas.
Observó el mar por un par de horas, usualmente el poder de su gran curiosidad por la fauna marina lograba hacer que observara con suma concentración por horas, pero esta vez sintió algo de pesadez en sus ojos mientras miraba hacia allí. Probablemente había subestimado demasiado su cansancio en esa ocasión.
Se recostó y puso su cabeza en el bolso, puso la manta azul encima del mismo para que su cabeza estuviera elevada mientras seguía observando, aunque el sueño se apoderaba de él gradualmente.
Sin darse cuenta, se quedó dormido allí, el atardecer hacía aparición nuevamente y una leve brisa marina acariciaba su rostro como si supiera que él descansaba allí apacible.
Los minutos siguieron pasando mientras las olas se movían en un ritmo natural que parecía ordenado por el cosmos, el viento soplaba suave y el sol se fusionaba con la línea del horizonte.
La noche llegó poco a poco, cambiando los tonos naranjas y rosados del cielo por unos morados finalmente decantando en los azules profundos y oscuros de la noche.
Las estrellas brillaban deslumbrantes sobre el hombre durmiente y la luna se posicionaba imponente de forma majestuosa en el firmamento nocturno.
Ya era de noche, Vegeta seguía durmiendo allí aunque solo había pasado una hora y algunos minutos desde que se había dormido. La noche era joven y la marea sólo había subido un poco con el pasar del tiempo tal y como se lo dictaban las órdenes del satélite natural de La Tierra.
De repente, una figura apareció en el mar, al parecer venía siguiendo el borde de la costa como si estuviera perdida. Una cola de pez se movía con audacia mientras se deslizaba entre las olas.
Cada tanto sacaba su cabeza solo un poco, lo suficiente para poder ver hacia la playa en busca de su objetivo. Buscaba con la mirada una y otra vez, había llegado más allá de la hora en la que habría querido salir a la superficie.
Había visitado la zona de rocas que había estado frecuentando las veces que había podido subir, pero no había encontrado a nadie al visitarlas. Las tantas ocasiones en que había ido no había podido acercarse cuando el sol todavía no estaba oculto.
Atravesó las olas con insistencia, como si algo le dijera que continuara con eso a pesar de que sabía que no encontraría nada, o más bien a nadie a esa hora. Su presentimiento la había estado engañando bastante seguido desde que hacía sus visitas a la superficie, todas las veces había creído que podría conseguirlo.
Vio una luz a lo lejos que había visto todas las ocasiones que había pasado por esa parte de la costa. Provenía de una construcción humana que estaban tan cerca del mar, hasta parecía sorprendente que alguien quisiera vivir tan cerca de él, aunque no era la única ya que había muchas a lo largo de la costa marina.
Se detuvo en una de las luces en específico, iluminaba una zona cercana al lugar con rocas que frecuentaba desde que había visto a un humano allí. La luz que iluminaba provenía de una casa que contaba con una ventana y una escalera que bajaba hasta la playa.
Miró hacia la playa sin creer en lo que veía, usualmente había personas en la playa de noche, pero nunca había visto a nadie en particular en esa parte. Solía frecuentarla debido a esa razón.
Se acercó sin considerar demasiado el peligro que podría representar para ella algo así. Su curiosidad la arrastraba hacia esa parte de la costa así como las olas seguían al vaivén inevitable del viento.
Una vez que estuvo muy cerca de tocar la arena seca se detuvo, sabía lo riesgoso que podía ser que ella dejara de tener contacto con el agua por completo.
A medida que se había acercado, había podido notar que allí estaba él. Era el humano con el que había establecido contacto hace varios días, pero parecía que él no se había percatado de su presencia en absoluto.
Lo miró por algunos instantes, estaba tan cerca de él. Por alguna razón el humano estaba casi tan cerca del agua que si la marea subiera solo un poco, lo mojaría de inmediato.
Sentía tanta intriga por él, por más que solo era un humano como cualquier otro podía sentir que había algo diferente en él.
Lo miró por varios minutos que para ella parecían segundos, él estaba completamente dormido rodeado de algunas cosas que parecía que le pertenecían. Ya que había visto humanos antes sabía que solían llevar cosas a la playa, aunque no sabía cómo se llamaban.
Miró su cara apacible y tranquila mientras dormía, a pesar de que sabía que era un humano parecía que podían tener similitudes físicas a pesar de las evidente diferencias entre ellos.
Reflexionó consigo misma mientras observaba al humano dormir solo iluminado por la luz de aquella construcción que estaba a algunos metros de él.
A pesar de que sabía que era algo absurdo, pensaba que el humano que ya había visto tres veces contando esa ocasión era alguien interesante, incluso había pensado que era apuesto ¿Y si él iba a la playa porque estaba buscándola a ella?
Negó con su cabeza aquel pensamiento, no tenía sentido que un humano estuviera buscando adrede a una sirena, mucho más porque usualmente la gente solía temerles.
Lo vio removerse en su lugar de repente y comenzó a titubear sobre qué debería hacer. Estaba al menos a un metro de él, aunque se había acercado un poco más ya que la marea se lo había permitido.
¿Qué haría él si despertaba y la veía cerca? A pesar de haber visto otros humanos no sabía cómo actuaban o qué pensaban de las criaturas que vivían en el mar como ella.
Por más que quisiera, tardaría un poco en poder volver al mar ya que estaba recargada en la arena mojada, no podría volver antes de que él despierte. Debía arrastrarse hasta estar en una parte más profunda del agua y poder nadar tan rápido como huir ¿Por qué confiar en un humano?
Vegeta abrió lentamente los ojos, aunque todavía estaba cansado al menos dormirse un rato lo había ayudado un poco. Al hacerlo, lo primero que vio fue a la sirena mirándolo de frente, aunque la vio voltear ligeramente hacia el mar, parecía nerviosa.
Se levantó de repente y la miró asombrado, no esperaba poder verla ese día. Mucho menos al cerciorarse de que se había dormido allí en la playa sin siquiera darse cuenta.
La situación era tan inusual que sentía que podía tratarse de un sueño que estaba teniendo al haberse quedado dormido mientras observaba el mar. Aunque no creía que él pudiera imaginar a una sirena tan idílica e hipnótica tal y como se mostraba ante sus ojos.
Espera- dijo Vegeta al ver que la sirena comenzó a hacer esfuerzo con sus brazos para poder volver a otra parte más profunda de la costa. Ella lo miró sorprendida al escuchar que le había hablado directamente-No te haré daño-le aseguró, aquella criatura se veía asustada de verdad.
Ella lo miró en silencio expectante, la actitud de él no se veía hostil, pero no sabía qué podía esperar de un humano. Aunque la mirada llena de curiosidad de él la hacía querer quedarse un poco más.
¿Cómo te llamas? ¿Siempre estás en esta playa?- le preguntó, la sirena asintió con algo de timidez. Recordaba que antes solía visitar otras partes de la orilla terrestre ocasionalmente, pero nunca había ido tan seguido a alguna parte así más que las últimas semanas en las que lo había estado buscando a él luego de haberlo visto la primera vez.
Vegeta la miró sorprendido al verla asentir, parecía que ella podía entenderlo.
¿Puedes entender lo que digo? -preguntó de inmediato, si no era así cualquier contacto que estableciera con ella resultaría inútil.
La sirena asintió, se veía asombrada de que él estuviera hablándole tan naturalmente. Aunque era la primera vez que se atrevía a mostrarse a un humano, sentía que él tenía algo diferente.
Vegeta la miró asombrado al verla asentir ante su pregunta, lo poco que le había preguntado ya había sido un avance muy importante en su investigación, aunque no quería intimidarla. No sabía tanto de las sirenas como para saber cómo tratar con ellas o si les temían a los humanos.
Mi nombre es Vegeta- le informó mientras se señalaba a sí mismo, ella lo miró sorprendida al escucharlo. Parecía que él quería hablar con ella, pero sintió cierta tristeza al mismo tiempo, ya era algo natural en ella.
Bulma se señaló a sí misma y tocó su cuello con ambas manos mientras negaba con su cabeza. Vegeta la miró pensativo mientras pensaba en lo que eso significaba.
¿Estás hablándome con señas? No puedes hablar- dijo Vegeta sorprendido, ella asintió al escuchar su deducción-¿Ustedes no hablan?- preguntó nuevamente, le pareció que tal vez podría estar siendo demasiado molesto con sus preguntas, pero no había otra forma de llevar esa conversación adelante.
Bulma se señaló a sí misma e hizo el mismo gesto que antes, le parecía tan extraño estar comunicándose con alguien terrestre, pero a la vez no había podido evitar ceder a sus preguntas, realmente parecía interesarle.
Vegeta suspiró pesadamente mientras pensaba cómo podría saber algo más teniendo en cuenta que ella no podía hablar. Dudaba que supiera escribir, al menos no con el lenguaje humano.
Quisiera preguntarte más cosas, pero no creo que sirva de mucho si no puedes responder- le informó él, Bulma sintió algo de tristeza al saber que la conversación con ese humano podía terminar, era algo lógico teniendo en cuenta que solo él podía comunicarse.
Por alguna extraña razón sentía algo que la hacía no querer apartarse ahora que había podido conocerlo.
Vegeta sacó del bolso que tenía allí el broche que ella había dejado en la playa aquella vez que se habían visto primero, no veía razón para que él siguiera conservándolo.
La otra vez olvidaste esto- dijo mientras se lo ofrecía, Bulma lo miró asombrada porque tuviera su accesorio del cabello. Aunque en el momento se había cerciorado de que lo había perdido ya lo había olvidado casi por completo- Gracias por curar mi herida aquella vez, aunque no sé porqué ni cómo lo hiciste fue algo útil- dijo como agradecimiento.
Ella lo tomó y le sonrió ligeramente, algo le hacía sentir que podía confiar en él.
Creí que tal vez habías estado viéndome en el barco porque pensaste que yo tenía esto. Me di cuenta que lo habías olvidado en las rocas la otra vez- mencionó Vegeta, al menos esa había sido su teoría para que ella hubiera estado buscándolo precisamente a él. Le había parecido demasiado conveniente que ella se hubiera acercado solo para verlo.
Ella le hizo un gesto bajando la cabeza a modo de agradecimiento, se puso el accesorio en el cabello donde lo tenía cuando se habían conocido. Estaba feliz de haberlo recuperado ya que le gustaba mucho.
¿Ustedes no suelen comunicarse con humanos?-preguntó Vegeta interesado, al menos podía hacer algunas preguntas de si o no.
Bulma negó con su cabeza de inmediato, ni siquiera se suponía que ella estuviera haciendo eso.
Tiene sentido, podría ser peligroso- respondió Vegeta- Yo solo estaba en la playa para obtener información, pero no pienso hacerles nada. No deberían mostrarse ante cualquiera, podrían querer cazarlos- le advirtió, Bulma lo miró sorprendida de que le dijera algo así, tal parecía que él no tenía esas intenciones.
Ella le sonrió al escuchar eso y asintió para que él supiera que había captado su advertencia.
Es una lástima que no puedas hablar, me habría gustado saber más de ustedes. Nosotros les decimos sirenas- le informó, no sabia si ellos sabían eso- Pero realmente no sabemos nada sobre ustedes, aunque tal vez sea mejor así. De esa forma no intentarán molestarlos- dijo pensativo, sabía que lo más seguro para ellos debía ser permanecer como criaturas mitológicas que no pertenecían a lo real. De esa forma podrían estar seguras, aunque no es que él hubiera querido investigar sobre ellas para cambiar eso.
Bulma lo miró sorprendida, tal parecía que él tenía una gran curiosidad por su especie. Sentía un gran malestar al no poder responder adecuadamente sus preguntas, aunque ya se había acostumbrado a que así fuera con todo.
Deberías ir más cerca del agua, la marea no ha subido aún- le recordó Vegeta, había notado que las escamas de ella se veían de un color distinto, pero no estaba seguro por la luz escasa que provenía de la casa debido a que estaba a unos cuantos metros.
Bulma miró las escamas de la parte inferior de su cuerpo pensativa, se estaban secando debido a que estaba en la arena húmeda pero el mar no llegaba a ella ya que bajaba por momentos.
Miró con cierta decepción al humano que la acompañaba, sabía que pronto debía irse y no tenía certeza de que volvería a verlo pronto.
Debes volver al agua-afirmó Vegeta mientras se ponía de pie- ¿Puedes sola?- le preguntó interesado- Tus escamas se ven rosa, deben haber cambiado de color porque están secas- le advirtió, recordaba que las escamas de aquella sirena solían lucir moradas y brillantes.
Bulma asintió, aunque no sabía nada de las sirenas podía notar que él tenía conocimiento de otras criaturas del mar.
Vegeta la vio hacer algo de esfuerzo para poder acercarse más a las olas que estaban un poco alejadas de donde estaban ellos. Pudo acercarse luego de algunos intentos ya que debía utilizar sus brazos debido a que no tenía piernas.
Ten cuidado cuando vengas a la superficie, los humanos no son seguros-le advirtió nuevamente- Aunque si tienes que salir por razones desconocidas de sirenas puedes hacerlo por aquí, yo vivo allá- le avisó señalando la casa que estaba a varios metros detrás de él- Y voy a la playa todos los días en la tarde- le aseguró.
Ella no pudo evitar sonreír al escuchar lo que le decía, al parecer él quería que volvieran a verse.
Desde un principio había pensado que tal vez lo de él era simple curiosidad por saber más, pero había sido alguien muy amable con ella a pesar de que no la conocía y era una criatura del mar. Incluso se había ofrecido a ayudarla a volver al agua.
Bulma le hizo un gesto de que ya se iba, aunque le hizo un ademán de que observara el mar cuando lo hiciera.
¿Qué va a hacer?-preguntó Vegeta confundido, había entendido sus señas aunque no sabía exactamente qué planeaba la sirena.
Bulma se sumergió en el agua nuevamente hasta que solo podía verse su cabeza, Vegeta la miró nadar por algunos segundos tratando de adivinar qué estaba haciendo, no entendía muy bien qué pretendía.
Luego de algunas vueltas en el agua, el cabello de ella comenzó a brillar como cuando lo había curado. El agua reflejaba el gran brillo de su cabello mientras seguía nadando.
Vegeta observó aquello fascinado, al parecer ella quería mostrarle algo más sobre las sirenas aunque no pudiera hablarle sobre ello. Por más que no supiera bien qué estaba haciendo era algo nuevo a investigar.
El resplandor mágico del cabello de la sirena en el agua era algo increíble de ver, los finos cabellos brillaban con luz propia mientras bailaban al ritmo de su movimiento y del de las olas a su vez.
No sabía si aquello tenía algún propósito, pero no podía negar que desprendía una misteriosa belleza inexplicable.
Se quedó mirándola mientras daba algunas vueltas más ya que parecía que eso era lo que requería lo que sea que estuviera haciendo.
Luego de que paró de nadar, ella se asomó un poco mas a la superficie del agua para saludarlo con la mano y con una sonrisa indicándole que ya se iba.
Vegeta devolvió el saludo de forma similar aunque menos sonriente ya que su expresión solía ser más seria. Era algo demasiado extraño para él haber pasado por algo así ¿Ahora conocía a una sirena?
Miró algunos segundos más el mar mientras pensaba en aquella sirena ¿Por qué una sirena se acercaría a él justamente? Nunca había sido alguien muy amigable y mucho menos interesante. Aunque ahora tenía un particular secreto que sólo le pertenecía a él.
Comenzó a recoger sus cosas del suelo en cuanto termino de indagar en su mente, aunque mientras lo hacía no podía dejar de preguntarse cuándo sería la próxima vez que la vería o si habría una próxima vez.
Luego de cargar todo, entro a su casa desde las escaleras que daban a la playa. Se dirigió a su cuarto directamente a pesar de que sus empleados quisieron indagar sobre dónde había estado, estaba perdido en sus propios pensamientos.
El encuentro con la sirena había despertado más dudas que las que tenía antes, ni siquiera había podido averiguar el nombre de aquella enigmática criatura del mar que tanta intriga le causaba.
Miró por la ventana del cuarto que tenía vista al mar mientras trataba de ordenar sus ideas ¿Cómo podría dormir sabiendo que aquella mítica criatura estaba allí?
Entendía muy bien que había muchas cosas que evitaban que pudiera saber más de ella y una de ellas era el hecho de que él no podía estar bajo el agua demasiado tiempo.
Eran mundos completamente diferentes, bien podría conformarse con volverla a ver si es que ella volvía a la superficie.
Se dirigió a darse un baño antes de dormir mientras lo reconsideraba algo más tranquilo, eso podría ser suficiente para él.
Buenas noches! He aquí el capítulo número 3 de este fic que se me ocurrió debido al #Mermay, aunque ya terminó pero aún así seguiré haciéndolo en la medida en que me de el tiempo ya que me involucre emocionalmente con la historia.
Si les gustó el capítulo por favor déjenme un voto o un comentario ya que eso me anima a seguir escribiendo.
Cuando comencé a hacer fanfics nunca pensé que llegaría tan lejos, muchas gracias por su apoyo a todo lo que hago siempre.
Nos leemos pronto.
Niebla~
