Capitulo 58
Ambos oponentes se miraban sin pestañear, irradiando auras de poder que hubiera matado a cualquier mortal ordinario de solo estar cerca.
Este combate era todo para Issei.
Toda su frustración por ser débil, sus deseos de ser más fuerte para ayudar a sus amigos y no ser un estorbo, su destino como el Dragón Emperador Rojo.
Todo se materializaba en la forma de esta batalla y de su enemigo.
Rokudo Beelzebub representaba todo a lo que se había enfrentado Issei hasta ahora. Era un Demonio de sangre pura como Raiser, quería conflictos para su entretención sádica como Kokabiel, y era un adicto al combate como Vali.
Pero a su vez, también era todo lo contrario a ellos tres.
Aunque era arrogante, si entreno y llevo al limite sus habilidades como sangre pura, a diferencia de Raiser, aunque quería luchar y matar, no le interesaba una nueva Gran Guerra como a Kokabiel, y era un adicto a las batallas peor que Vali, que solo amenazaba pero en realidad no lastimaba a inocentes.
Por todo lo que su enemigo representaba, es que Issei no podía permitirse perder contra él. Tenía que ganar a toda costa, aunque le costara la vida.
Sin señal, Issei y Rokudo se lanzaron contra el otro, chocando sus puños a medio camino. El choque libero ondas de energía carmesíes y negras de cada lado por el cielo.
Ambos comenzaron a luchar ferozmente en el aire. Por la energía que liberaban al moverse por el aire, parecía como si destellos rojizos con tonos verdes chocara con destellos verde oscuro con tonos negros respectivamente.
Shun observaba como luchaban en el aire, ajenos a él. Había podido ocultar su presencia de Rokudo y ahora estaba asegurándose de llevar al Clan Gremory sanos y salvos a la casa de Issei, de donde fueron teletransportados.
El problema es que no podía llevarlos a todos a la vez, así que estaba llevándolos uno por uno, empezando con los más graves de salud. Hasta ahora se ha llevado a Kiba, Xenovia, Akeno. Ahora se llevara a Irina para seguir con Koneko y a ese ritmo.
Mientras él estaba en eso, Rías miraba con atención la batalla en el aire, algo que era difícil, ya que los dos se movían demasiado rápido para sus ojos. Por un lado, estaba maravillada con Issei, con lo fuerte en que se volvió y lo genial que se veía. Era como uno de esos cuentos de caballeros salvando a la princesa que a ella tanto le encantaba de niña. Por el otro, estaba preocupada por él. Rokudo ha demostrado ser un enemigo poderoso, muy poderoso como para jugar con ellos. Aunque Issei dividió su poder, aun le quedaba mucho sin usar y que apenas estaba sacando.
Issei lanzo un golpe que Rokudo atrapo con su mano izquierda, para que fuera su turno de lanzar un derechazo que Issei atrapo con su mano derecha. Ambos comenzaron un choque de fuerzas donde extendieron tanto como era posible sus alas para no dar su brazo torcer.
Rokudo sonrió de lado, y aprovechando que tenía las manos de su enemigo, movió su cola de escorpión y dirigió la punta a la cabeza de Issei, quien, pudo verla y mover la cabeza a un lado a último segundo, consiguiendo que el aguijón lo pasara de largo, fallando.
-Esa cosa es peligrosa- pensó el castaño, dando un rodillazo al estomago de su enemigo que apenas le afecto, pero fue suficiente para que se liberara y se alejara.
Rokudo estiro el brazo derecha y una gran cantidad de Círculos Mágicos rodearon y cubrieron a Issei por todas las direcciones.
-¡No caeré en eso de nuevo!- Grito Issei. Su guantelete izquierdo emano un brillo dorado desde la parte superior de la muñeca.
[¡Ascalon!]
La hoja de la espada mata-dragones se materializo y se alargo más de lo que era la hoja normal. Issei dio un giro de 360 grados, cortando los Círculos Mágicos que lo rodeaban, para luego hacer un giro de círculo completo en el aire, cortando los Círculos Mágicos que también lo rodeaban de arriba y abajo. Issei retraería la hoja de la espada, solo para lanzar un puñetazo al aire, extendiendo la hoja hacía su enemigo.
Rokudo esquivo la punta de la espada por pocos centímetros, a propósito, para luego lanzarse a gran velocidad hacía Issei, que retrajo la espada y volvió a guardarla en el interior del Boosted Gear al mismo tiempo que bloqueaba la patada de Rokudo al levantar su brazo derecho.
Pero la fuerza de la patada fue tanta que lo lanzo hacía el suelo solo por fuerza pura; pero Issei evito estrellarse al recuperarse en el aire. Al darse la vuelta, su enemigo ya estaba frente suyo, levantando dos de las cuatro patas de araña para golpearlo.
Issei pudo atrapar las patas de araña con sus manos muy apenas, pero la fuerza que estas tenían era tanta, que aun al sujetarlas desde las puntas, seguían empujando hacía abajo, a su cuerpo. Sus manos sangraban por el agarre en las puntas de las patas que eran tan filosas que traspasaron la resistencia mejorada de los guantes de la armadura.
-Ddraig, puedo lanzar un ataque desde cualquier punto de mi cuerpo en el que enfoque mi magia, ¿verdad? ¿Cualquier parte?- Le pregunto Issei a su compañero.
-[Si. Hazlo rápido antes que te mate]- respondió el dragón.
Cuando Rokudo se canso de que sus patas no tocaran al chico e iba a usar las otras dos patas de araña que tenía, un brillo esmeralda en medio de él y su rival capto su atención.
Un rayo esmeralda salió de la gema del pecho de Issei, golpeando de lleno a Rokudo y lanzándolo a varios metros lejos. Issei, no desaprovechando la breve ventaja que era tomar a su enemigo por sorpresa, se movió a gran velocidad y tomo a Rokudo por el cuello con su mano izquierda y comenzó a golpearlo en la cara con su mano derecha. Con cada golpe que le daba, le sacaba algo sangre por la nariz y la boca. La cantidad era poca, pero el que le pudiera sacar sangre significaba que sus golpes si le afectaban.
Con un aura verdosa rodeando el antebrazo blanco con gemas azules, Issei lanzo un puñetazo más fuerte que los anteriores que arrojo a Rokudo hacía abajo hasta estrellarlo contra el suelo. La fuerza con la que impacto creo un agujero con la forma de su cuerpo él enterrado.
Con un grito y propulsándose con los cohetes de su espalda, Issei se arrojo hacía su enemigo caído, tirando de su brazo izquierdo hacía atrás para preparar un potente golpe.
Pero antes de llegar, una cantidad de decenas, casi cien Círculos Mágicos de diferentes tipos surgieron como filas entre Issei y Rokudo. El Sekiryuutei no tuvo que pensar mucho para saber que eran para detener su golpe, o reducir el impacto como mínimo.
Pero no bastara. No reunió mucha energía para nada. Estaba cargado e iría con todo sin detenerse.
Su puño izquierdo impacto el primer Círculo Mágico, destruyéndolo casi al instante, y su puño siguió el tramo, destruyendo cada defensa mágica que cruzaba en su camino.
Rokudo sonrió al ver como los hechizos que invoco eran destruidos con facilidad por su enemigo. El chico era joven, pero tenía mucho poder bruto en su interior. Era una lástima que se estuvieran matando. Ya le caía mejor que Shalba. Aunque no es como si eso fuera algo difícil, la verdad.
Justo cuando Issei destruyo el último hechizo defensivo y estaba apunto de impactar su puño con Rokudo, el descendiente de Beelzebub, a una velocidad que parecía que se teletransporto, esquivo el puño y reapareció en el aire.
El puño de Issei impacto en el suelo por consecuencia, destrozando la zona de impacto y todo a su alrededor, levantando rocas del suelo que explotaron por la pura energía.
Issei chasqueo la lengua. -Bastardo escurridizo. ¡Deja de moverte para que pueda golpearte!-.
-Deje que me golpearas hace un momento en la cara para ver que tan fuerte te hiciste con todo ese aumento de poder. No fue una decepción, de verdad me dolieron esos golpes- exclamo Rokudo, limpiándose la sangre de su rostro con su antebrazo derecho. -En fuerza bruta, superas a Vali. Supongo que en idiotez también- agrego. -Creo que realmente puedes matarme si sigo jugando, así que...- se llevo una mano al cuello y se lo hizo tronar con unos movimientos. -Es hora de tomar esto en serio-.
¿Era una broma? A pesar de estar en esa forma y haber recibido sus golpes y lo atacaba a pelear, ¿aun no peleaba en serio?
Rokudo volvió a aparecer delante de Issei, intentando dar un golpe al torso que fallo cuando Issei golpeo su puño con el suyo propio, desviándolo. El Demonio puro no se rindió y lanzo otro golpe que Issei también esquivo al retroceder. Rokudo lo persiguió cuando lo vio ascender al cielo, volviendo a reanudar su combate en el aire.
Rías salto cuando sintió que Shun la levantaba en brazos al estilo princesa. Al mirar, vio que todos sus amigos ya habían sido evacuados, siendo ella la última.
-Espera...- dijo Rías débilmente. -¿Qué pasa con Issei?-.
-Él debe terminar su batalla- respondió Shun. -Pero no te preocupes, volveré por él e intervendré si veo que esta a punto de morir-.
Con eso, ambos salieron de esa dimensión.
Issei y Rokudo ni se enteraron. Estaban demasiado enfrascados en su lucha como para notar algo más.
Una lluvia de puños increíblemente rápidos se veía de ambos lados. Tanto Issei como Rokudo, esquivaban y bloqueaban docenas de ataques por segundo; pero, al igual que antes, se notaba que Rokudo tenía la ventaja por su experiencia y habilidad. Issei, a pesar del busteo que se dio, no estaba acostumbrado a batallas de tanta intensidad como esta, como si lo estaba su enemigo, por lo que sus reacciones eran más lentas y de último segundo. Ddraig tuvo que ayudarlo para bloquear y esquivar algunos golpes que iban a puntos vitales como la zona de sus riñones o corazón.
En uno de los muchos ataques, Issei tuvo que cubrirse de una patada con ambos brazos, siendo expulsado hacía atrás, siendo seguido rápidamente por Rokudo que lanzo una segunda patada con su otra pierna, pero esta vez, Issei pudo esquivarla al agacharse. En ese ángulo, le pudo dar un golpe en el estomago a Rokudo que le saco el aire, pero no pudo dar otro golpe porque tuvo que esquivar el ataque de su cola de escorpión.
-Si esa cosa lanza acido, si me voy a molestar- comento como queja.
Rokudo lanzo un hechizo de trueno que expulso a Issei hacía atrás. El hermano de Shalba se dio cuenta que su enemigo, a pesar de su falta de experiencia en combates, había comenzado acostumbrarse a su ritmo de pelea poco a poco.
Issei volvió arremeter contra Rokudo, que bloqueo su puño, liberando una pequeña onda de choque. Rokudo, en vez de atacar con sus puños, esta vez ataco con sus cuatro patas con golpes rápidos y consecutivos que, aunque no hicieron mucho daño, lograron cortar la armadura de dragón de su enemigo en pequeños agujeros, y hasta atravesar su carne, si el grito del chico y la punta de la pata inferior izquierda manchada en sangre era un indicio.
Issei gruño por el dolor de esa maldita pata que perforo su costado derecho. Ddraig cerró la herida antes que desangrara demasiado, pero esas patas se estaban volviendo una molestia, ya que aunque no golpeaban fuerte, si atacaban muy rápido, más de lo que él podía bloquear o esquivar.
Y si fuera poco, podía sentir como todo el poder que había acumulado de golpe empezaba a dejar su cuerpo poco a poco. A este ritmo, el poder con el que había podido rivalizar con su enemigo se iría, junto con sus posibilidades de victoria. Su primer pensamiento era de volver aumentar su poder, pero recordó la advertencia de Ddraig, y no sería bueno que su cuerpo fallara en este momento.
Necesitaba pensar rápido. Si la falta de energía no lo condenaba, sería la habilidad de su enemigo. La fuerza bruta no funcionara contra él.
-Espera...- recordó cuando transfirió la energía que cargo a Ascalon y el daño que le dejo a Rokudo, al punto de usar una Lágrima de Fénix para curar su brazo. -Si vuelvo hacer eso de nuevo, pero usando toda la energía que tengo, podría ganar-.
-[Ese sujeto sobrevivió a un impacto de Durandal que hubiera matado a cualquier otro Demonio. Aun con cargando todo tu poder actual en Ascalon, la probabilidad es baja. Y estoy contando que logres darle un golpe directo]- dijo Ddraig, opinando sobre el plan de Issei.
-¿Tienes otra idea para ganar?- Pregunto Issei, un poco molesto.
-[¿Sin acceder a la Juggernaut Drive? No]- respondió Ddraig.
-¿Qué hay de convertir mi cuerpo en dragón? Como sugeriste antes-.
-[Con el daño que tiene tu cuerpo, sería muy perjudicial. Eso podría matarme más de lo que lo hará los golpes de este sujeto. Y aun si sobrevives, estarías demasiado exhausto para siquiera moverte. Ya he visto que ha sucedido con algunos de mis portadores anteriores]-.
-Carajo. Si no fuera tan débil...- murmuro. Sacudió la cabeza. No era momento para pensar eso. Necesita soluciones, no quejas.
Toda esa conversación mental fue de segundos. Segundos en los que Rokudo se canso de esperar y volvió arremeter contra Issei, propinándole un fuerte golpe en la mejilla que le torció el rostro hacía un costado, generando otra pequeña onda de choque y que ese lado de su casco se fracturara.
Ese golpe en la mejilla solo fue el primero de una lluvia de golpes y zarpazos de Rokudo a la cara del Demonio Reencarnado, amenazando con destruir su casco.
Lejos de ser abrumado por la presión, Issei apretó los dientes ensangrentados de su propia sangre y freno el aluvión de golpes de su oponente, para luego propinarle una fuerte patada doble en el mentón a Rokudo, levantándolo varios metros en el aire y sacándole un chorro de sangre de la boca, que era la mayor cantidad que le había podido sacar hasta ahora.
Las patas inferiores de Rokudo fueron hacía Issei, pero esta vez el castaño estaba preparado. Atrapo las patas desde las bases antes de la punta con sus manos y las apretó fuertemente.
-¡Ya estoy harto de estas molestas patas!- Exclamo Issei. Al siguiente segundo, las doblo hacía arriba, fracturándolas, escuchándose claramente el sonido de los huesos romperse.
Por primera vez, Rokudo grito de dolor. Al ver su oportunidad de ventaja, Issei fue ahora quien lanzo una lluvia de golpes al cuerpo de su enemigo. Pecho, estomago, costillas, riñones, cara. No dejo parte en donde no había golpeado.
-¡Mocoso!- Mostrándose furioso por primera vez desde que empezó toda la lucha, Rokudo detuvo los golpes de su oponente con sus dos patas de araña aun buenas, para levantar los brazos sobre su cabeza, entrelazar los dedos de sus manos y dar un golpe de mazazo en la espalda de Issei que lo lanzo hacía el suelo y genero una onda de choque más grande que las anteriores.
Issei se estrello contra el suelo, levantando una gran cantidad de humo y dejando una marca con la forma de su cuerpo. Las alas de dragón se retiraron de vuelta a su armadura mientras el castaño se apoyaba en sus codos para intentar levantarse.
-[¡Compañero, rueda a un lado!]-.
Sin pensarlo, Issei hizo caso a la advertencia de Ddraig, evitando un hechizo de rayo de su enemigo que casi lo alcanza y lo hubiera dejado bastante mal si lo golpeaba.
-[Parece que romperle esas patas hizo que se enojara contigo]- comento Ddraig.
-Justo lo que faltaba...- se quejo Issei en murmullos. Apoyo las manos contra el suelo y se puso de pie de un salto.
Rokudo descendió y ataco con una patada descendente que Issei bloqueo con ambos brazos, pero eso lo dejo expuesto a la cola de Escorpión que se clavo en el pecho de su armadura, rompiendo la gema. Issei siseo de dolor. La armadura había amortiguado gran parte del aguijón, pero la punta había atravesado y golpeado su carne.
A pesar de eso, resistió y aparto la pierna con sus brazos para intentar tomar la cola y romperla como hizo con las patas de arañas, pero Rokudo la saco rápidamente y giro en el aire, ocultando sus alas cuando sus pies tocaron el suelo.
Ambos volvieron a la mecánica de golpes fuertes y veloces, esquivar y contraatacar; pero esta vez, Rokudo combinaba sus golpes con ataques de las dos patas superiores de araña y su cola de escorpión. Ante la nueva combinación, Issei se encontró más a la defensiva, aunque rápidamente trazo un plan que podría darle algo de ventaja.
Rokudo intento hacerle una barrida, pero fallo cuando Issei dio una gran voltereta hacía adelante. El Demonio no pudo prever la patada que le llegó por la espalda, siendo empujado arrastras unos pocos centímetros.
Issei aterrizo unos pocos metros de él, solo para verse obligado a esquivar unos Círculos Mágicos que aparecieron frente a él y lanzaron distintos ataques elementales.
-Puños o magia. ¡Decídete!- Exclamo Issei.
-¿Para que elegir solo uno si puedo tener ambos?- Respondió Rokudo, haciendo aparecer un Círculo Mágico del doble de su tamaño encima de Issei. Del círculo cayo un gran tempano de hielo.
Issei grito y con su puño derecho, golpeo y rompió en pedazos el tempano de hielo, aunque la zona de los nudillos se fracturo.
No solo esa zona, sino que por los constantes golpes recibidos, toda la armadura de Issei estaba dañada y fracturada en varias partes. Ddraig podría repararla, pero se ha enfocado en concentrar la energía reunida de Issei para que no se agote tan rápido y en curar su heridas antes que la armadura.
-[¡Atrás tuyo!]-.
Issei no tuvo tiempo a girarse cuando Rokudo, a su espalda, le tomo sus brazos y los tiro hasta él y le puso uno de sus pies en la espalda.
Rokudo comenzó a tirar con fuerza de sus brazos y hacer presión con su pie, ocasionando que Issei gritara de agonía y que Shun, que se mantenía oculto para no interferir en la lucha, sintiera ganas de salir y ayudarlo, pero se abstuvo de hacerlo.
-Me has divertido mucho más de lo que imagine, Issei Hyodou. Hace tiempo no me soltaba en una pelea- dijo Rokudo con respeto en su voz, sin dejar de tirar y ejercer presión. -Dragón Emperador Rojo. Si me escuchas, dile a tu próximo portador de mi, porque lo voy a buscar para enfrentarlo, y espero que me de una batalla tan buena como la de hoy-.
Issei grito de dolor. Sentía que le arrancarían los brazos en cualquier momento, si es que los huesos de su columna no se rompían antes de eso.
-Cuando termine aquí, mataré a tus amigos que te están viendo y... ¡¿QUÉ MIERDA?!-.
El grito de Rokudo surgió porque, al mirar en la dirección en donde estaban tirados los mocosos Gremory, ¡no estaban! Busco con la mirada en todas partes e intento sentir su energía, pero no había rastro de ellos.
-¡¿DÓNDE ESTÁN?!- Grito Rokudo, soltando los brazos de Issei.
Al ya no sentirse sujeto, Issei giro, apartando el pie de su cuerpo y golpeo a Rokudo en el estomago, arrastrándolo unos centímetros hacía atrás por el golpe que lo tomo desprevenido, y para su suerte, no era tan fuerte como Issei hubiera querido.
Rápidamente, Issei miro a donde Rokudo veía y suspiro aliviado. No sabe como, pero sus amigos lograron escapar. La Presidenta y Akeno eran talentosas para la magia, seguramente descubrieron como salir mientras él peleaba.
-[Fue ese Caballero Dorado que estaba con ustedes, el de pelo verde y que se parece extrañamente mucho a Hades]- dijo Ddraig.
-¿Shun-sensei los salvo?- Pregunto Issei. -¿Y donde esta?-.
-[Se esta ocultando para no interferir en la pelea. Quiere darte la batalla a ti]- respondió Ddraig.
Antes, Issei se hubiera quejado de Shun por no haber intervenido y ayudarlo para ganar. Ahora, se sentía agradecido por eso. Tal vez fuera la influencia de Ddraig o por pasar mucho tiempo con el viejo Tannin, pero realmente se hubiera enojado si se hubiera metido en su lucha.
-Espera...- Issei se dio cuenta de algo. -¿Tu de donde conoces al Dios Hades?-.
-[Albión y yo luchamos en una ocasión en el Infierno Griego hace mucho tiempo. Hades se enojo tanto que interfirió en nuestra batalla y peleo contra los dos y nos gano. Aunque ya estábamos bastante heridos y agotados tras luchar entre nosotros en ese momento]- relato Ddraig.
-¡Mierda!- Rokudo libero energía Demoniaca de forma descontrolada por la furia que sentía. -¡Esa perra Gremory se escapo! ¡Tardaré mucho tiempo en volver a tener una oportunidad como esta para matarla!-.
Rokudo no podía culpar a nadie más que a si mismo de este error. Pudo matar a todos cuando quería, pero jugo con su comida y se le escapo. El problema de ser un loco de las batallas como él, es que cuando lucha en una pelea que verdaderamente lo emociona, pierde de vista todo lo que le rodea.
-Jeje...- se río Issei de él, consiguiendo que se enojara aun más. -Parece que la Presidenta y los demás te vieron la cara de tontos. Aunque eso ya lo tienes.
Rokudo lanzo un grito de frustración y rabia y se lanzo hacía Issei, lanzando una lluvia de golpes que Issei resistió al levantar sus brazos para bloquearlos.
Mientras resistía el ataque furioso e imparable de Rokudo, un recuerdo vino a su mente, una de las lecciones que Seiya le dio antes de que todos fueran al Inframundo.
FLASHBACK.
Estaban practicando una sesión de golpes. Issei lanzaba golpes a Seiya con toda su fuerza, sin usar del Boosted Gear. Seiya detenía los golpes con sus manos desnudas o los desviaba. Para él, los golpes de Issei eran muy fáciles de desviar, aun cuando este tenía fuerza mejorada al ser un Demonio Reencarnado.
En un momento, Issei retiro demasiado el brazo para lanzar un golpe más fuerte, pero se detuvo cuando el puño de Seiya se puso muy cerca de su rostro, asustándolo al no haberlo visto acercarse.
-Ya estarías inconsciente si no me hubiera detenido- dijo Seiya, bajando su brazo. -¿Sabes porque pude acercar mi puño hacía tu cara sin que lo notaras?-.
-¿Por que eres más fuerte y mejor que yo?- Pregunto Issei en respuesta.
-No. Porque hiciste un movimiento innecesario- señalo Seiya con el dedo el brazo de Issei, que estaba al nivel de su cabeza y su codo apuntando hacía atrás. -Al retirar el brazo muy atrás para dar un golpe más fuerte, te dejaste abierto para recibir un golpe que te hubiera aturdido y roto toda tu concentración, permitiendo a tu enemigo ganar la ventaja y la oportunidad de ocasionarte mucho daño-.
-¿En serio? Pero si solo lo hice durante unos segundos...-.
-En una pelea de vida o muerte, un solo segundo basta para cambiar definir toda la pelea- replico Seiya con severidad. -Siempre debes pensar con cuidado tus golpes, o no pensar y dejar que tu instinto te guie durante la lucha. Ambas opciones son buenas, pero lo que importa es, no malgastar energía, ni usar movimientos innecesarios, ya que si haces cualquiera de esas dos, te condenas a una derrota segura-.
Issei lo pensó seriamente. No podía opinar mucho, ya que no sabía de movimientos de pelea y combates, y como ese será su estilo de pelea una vez que aprenda a invocar su armadura a voluntad, sabe que debe prestar atención a todo lo que Seiya diga.
-Pero también puede ser una ventaja-.
-¿Cómo?- Issei miro confundido a Seiya.
-Puedes engañar a tu enemigo al fingir un mal movimiento o dejar abierta tu guardia a propósito para que ataque y entonces sorprenderlo con un nuevo ataque, pero eso ya es más arriesgado y avanzado para ti- dijo Seiya. -Otra forma de aprovecharlo es en tu enemigo. Cuando tu oponente piensa que te tiene acorralado y va a ganar, la mayoría comete el error de confiarse y baja la guardia y hace movimientos innecesarios. En esos momentos, tu puedes aprovechar para contraatacar y tomar la delantera del combate-.
Issei recordó su combate contra Raiser. El rubio no lo tomo en serio hasta que noto que tenía artefactos que lo podían dañar como la Cruz o el agua bendita, y había recibido varios golpes cuando se dio cuenta del error de confiarse. Fueron esos factores lo que le permitió a Issei ganarle a un tipo que era muy superior a él en ese momento.
-¿Y como voy a notar cuando un enemigo haga eso?- Pregunto Issei.
-En la mayoría de ocasiones que sucede algo así, tu enemigo creerá que va a ganar, o estará en un estado emocional alto, como enojado y te atacara con esa emoción. En ese tipo de situaciones, debes estar concentrado y esperar tu oportunidad- explico Seiya. -Es un poco difícil explicarlo con palabras, pero cuando llegue el momento, lo verás-.
FIN FLASHBACK
-Es como dijo, Sensei- pensó Issei. Aun con la presión y el dolor de sus brazos por todos los golpes que debía resistir, su mente estaba en calma, lo suficiente para observar a su enemigo. -Rokudo esta enojado y lanza golpes con demasiada energía y falta de precisión, a diferencia de todos los que ha dado antes. Solo debo esperar mi momento-.
Pero el problema es que no sabía cuanto soportaría. Su cuerpo estaba llegando al limite y no sabe cuanta energía le queda. El siguiente golpe debe ser el último. Ddraig dijo que era mala idea, pero poner todo su poder en un golpe concentrado en Ascalon era la mejor opción en esta situación.
Tras unos minutos acompañados de docenas y cientos de golpes de Rokudo por todo su cuerpo a gran velocidad, la oportunidad finalmente se le presento a Issei cuando Rokudo levanto un brazo para dar un golpe con sus garra. Eso dejo abierto la zona derecha de su cuerpo, un punto desprotegido al que apuntar.
[¡TRANSFER!]
Transfirió toda la energía que le quedaba a su brazo izquierdo, a Ascalon concretamente. Dejo que la energía sagrada de la espada cubriera todo su brazo que fue cubierta en un aura sagrada que fue potenciada por toda la energía transferida.
-¡TOMA ESTO!-.
El puño de Issei se estampo directo a donde apuntaba. Una onda de choque enorme se libero, junto con una onda de energía que salió por detrás del cuerpo del Demonio.
Rokudo escupió una gran cantidad de sangre que mancho la armadura de Issei, su rostro se contorsiono en una mueca de sorpresa y dolor antes de mirar hacía abajo.
El puño de Issei no solo golpeo el lado derecho del cuerpo de Rokudo, sino que lo había atravesado por completo. La Energía Sagrada de Ascalon, con todo el poder reunido de Issei y considerando que su brazo izquierdo era de dragón, mucho más fuerte que el de un Humano o Demonio... todo eso fue suficiente para atravesar la piel muy dura y resistente de Rokudo en su forma más poderosa.
-Te aprovechaste de mi ira para que bajara la guardia y esperaste tu momento... bien hecho, chico- felicito Rokudo, la sangre cayendo de su boca y del borde de donde Issei le atravesó el puño. -Sabía que eras el más peligroso del Clan Gremory y no me equivocaba; pero incluso en eso, superaste mis expectativas-.
Rokudo puso sus manos sobre los hombros de Issei como apoyo para empujar su cuerpo hacía atrás. Issei retiro su puño, sacándolo del cuerpo de su enemigo y viendo el agujero que le dejo.
Rokudo se tambaleó hacía atrás, pero se mantuvo erguido. Podría intentar usar su magia para curar la herida, pero no era cualquier herida: fue una herida ocasionada por Energía Sagrada. Aunque no atravesó su corazón, fue lo suficientemente letal como para matarlo. Incluso el mismo Sirzechs moriría de recibir un golpe así.
Rokudo Beelzebub había perdido. Lo tenía todo para haber ganado, pero su sed de batalla y emociones fue lo que lo condeno.
No es que su enemigo fuera más fuerte que él, porque no era así, pero si fue más listo y astuto que él. Al final, toda la habilidad y experiencia no sirven de nada si no se tiene la determinación y la mente fría para usarlas.
Al ver que la pelea termino, Issei colapso y cayo de rodillas al suelo, su armadura cayendo a pedazos. Su cuerpo estaba maltrecho, con muchas heridas y sangre fresca en su ropa y cuerpo.
La energía salió del cuerpo de Rokudo como humo que se iba al cielo, volviendo a su apariencia normal y maltrecha.
-Así que así se siente morir, ¿eh?- Exclamo Rokudo. -No se porque tanta gente tiene miedo a morir, no se siente tan mal-.
-Lo dices porque eres un loco de las batallas- hablo Issei. -Pero muchos otros tienen muchas razones por las que vivir. Cosas que no han hecho y quieren hacer, personas que les importan y las que quieren ver, deseos que quieren cumplir... por todo eso la gente vive y lucha, para no morir. Por eso pelee contra ti-.
-Por cosas tan insignificantes y banales… ¿es que me derrotaste?- Pregunto Rokudo.
Issei alzo la cabeza y miro a Rokudo a los ojos. A pesar de su cansancio y fatiga, el brillo en sus ojos no era menos fuerte que cuando lucho contra él.
Durante su entrenamiento con Tannin, le pregunto que era un tesoro para un dragón, y él le respondió que variaba y dependía del dragón.
Issei ya sabía cual era el suyo.
-Si. Por que mis amigos son mi tesoro-.
Sonó muy cursi y cliché, pero era cierto. Desde que conoció a Rías y a los demás, su vida cambio. Ahora era más peligrosa y caótica que antes, pero también era más valiosa y preciosa que nunca.
Aun cuando la vida se le escapaba lentamente del cuerpo, Rokudo río, como si le hubieran contado un chiste que había escuchado pero que no perdía gracia
-Eres... muy ingenuo si crees que ellos realmente te consideran su amigo, Issei Hyodou-.
-¿Qué quieres decir?-.
Rokudo iba a morir, pero no se iba a ir así. Iba a dejar un pequeño regalo a la mocosa Gremory y su hermano que le traerían problemas a futuro.
-Leí sobre ti, Issei Hyodou. Un humano que fue asesinado por una Ángel Caído por poseer una Sacred Gear potencialmente peligrosa y que luego fue reencarnado en Demonio por la hija del Clan Gremory. Nunca te pareció que las circunstancias de tu reencarnación fueron... sospechosas-.
-¿A que te refieres?- Pregunto Issei, con el ceño fruncido en confusión.
-¿Cómo es posible que un Ángel Caído ronde por una ciudad que es administrada no por una, sino por dos herederas de familias nobles de Demonios? Y además, ¿cómo fue que Rías Gremory apareció justamente luego de que te asesinaran? Aun si sabían del Ángel Caído, ¿cómo sabían que tu eras su objetivo y no un pobre ingenuo al que usarían para satisfacer sus deseos y luego desechar?-.
Issei… no supo que responder a eso. Nunca se había puesto a pensar las circunstancias de su renacimiento como Demonio luego de que Raynare lo matara, solo estaba agradecido por seguir vivo y luego tuvo que asimilar su papel en su nueva vida.
-La Presidenta apareció por un Círculo Mágico en un panfleto que se me fue entregado antes de mi cita...- dijo Issei.
-Eso quiere decir que la mocosa ya sabía del Ángel Caído y sabía que tu eras su objetivo- señalo Rokudo. -Y aun cuando tenía la capacidad de intervenir y salvarte, no lo hizo. ¿Sabes porque? Porque eligió no hacerlo y espero a que te hirieran de muerte para que fuera más fácil reencarnarte. Porque seguramente ella pensó que serías alguien muy valioso para ella-.
-Pero la Presidenta no sabía que tenía el Boosted Gear hasta que fui a salvar a Asia- refuto Issei.
-Pero si sabía que tenías una Sacred Gear lo suficientemente peligrosa como para que Grigori enviara alguien a matarte- destaco. -Y ella, aparte de tener pocos miembros en su nobleza, estaba atada a un matrimonio político del que deseaba escapar como fuera y vio en ti, un joven idiota y pervertido, a una posible pieza poderosa y con unas palabras bonitas y su atractivo natural, eras fácil para ella controlarte. ¿No lo ves? Te dejo morir para usarte. Y no me hagas hablar de tu amiga rubia-.
-¿Qué tiene que ver Asia con todo esto?-.
-Qué por lo que se, tu ama no tenía deseo de salvar a tu amiga de los Caídos que claramente invadían su territorio. Ella estaba bien en dejar que mataran a una persona inocente y robaran su Sacred Gear mientras no la molestarán. Solo intervino cuando sus siervos lo hicieron, y aun así le saco provecho a la situación para obtener un nuevo miembro de su nobleza con una habilidad muy útil como el Twilight Heal. Dime si me equivoco en algo-.
Issei abrió la boca para decirle que se equivocara y se muriera de una vez... pero nada salió. Lo que dijo era cierto. Rías le había ordenado no ir a salvar a Asia, orden que desobedeció y termino por ir a salvarla en compañía de Koneko y Kiba, para que al final, Asia tuviera que ser convertida en Demonio para ser salvada. Tampoco puede negar lo útil que ha sido Asia para todo el equipo.
Pero al final, todo eso fue cosa suya. Rías no había tenido la intención de involucrarse con los Caídos o sus aliados renegados de la Iglesia.
-...¿Por que me dices todo esto?- Pregunto Issei, sintiendo un pozo de amargura formarse en su interior.
Rokudo tosió. Las siguientes palabras que diría serían las últimas.
-Por que... aunque pueden decir que te quieren y te consideran importante, la verdad es... que siguen siendo Demonios. Los Demonios nos regimos por nuestro egoísmo y codicia. Esta es nuestra naturaleza. No por nada representamos los 7 Pecados Capitales. La.. diferencia más importante entre tus "amigos" y los viejos Maou es que... mi grupo no esconde su naturaleza con... palabras bonitas-.
Tosió sangre, pero no se detuvo de hablar. Dirá todo lo que quería hasta su último aliento.
-¿Ya lo ves? Tú... solo eres una herramienta, un arma útil, para los Demonios. Dime, si tu no fueras al Sekiryuutei, ¿crees que todos te tratarían igual? ¿Crees que ella se hubiera molestado en dirigirte la palabra si fueras un humano corriente?-.
Issei quería decir lo contrario, quería decirle que sus amigos lo apreciaban y confiaban en él como persona, independientemente de los títulos que tenía... pero las palabras no salían.
Rokudo, con lo último de sus fuerzas, sonrió al ver que sus palabras fueron efectivas.
-Aunque Sirzechs y sus cercanos hablen de paz y coexistencia... siguen siendo Demonios. Y para los Demonios, no hay nada más importante en el... mundo que... sus... deseos personales...-.
Y con esas últimas palabras, Rokudo Beelzebub exhalo su último aliento. A pesar de las heridas, su cuerpo siguió de pie, negándose a caer.
-Murió de pie hasta el final. Para los Caballeros, eso es de respetar, independientemente del oponente- dijo Shun, saliendo de su escondite y caminando hasta Issei. Los pasos de sus botas se escuchaban claramente.
-Shun-sensei…-.
-Lo hiciste muy bien, Issei- felicito Shun, tomando al joven para levantarlo y que se apoyara en él. -Los revisaré a todos cuando estemos de vuelta. Deja que los adultos nos encarguemos a partir de ahora-.
Issei asintió vagamente. Las secuelas de la batalla, todas las heridas que tenía en su cuerpo y la fatiga finalmente lo habían alcanzado al ya no tener adrenalina recorrerlo. Lentamente, sus ojos se cerraron y su consciencia se esfumo.
Pero en los últimos vestigios de consciencia, las palabras de Rokudo resonaron en su mente y alma. Palabras que resonarían mucho a partir de este día.
(Con Ares)
El Dios de la Guerra estaba sentado en una silla de una gran mesa de comedor con varios asientos, alguno de los cuales estaban ocupados. Su hija, Hipólita y su estratega, Ophir, estaban detrás de él como una especie de guardaespaldas. De sus cuatro generales, solo confiaba en ellos dos para mantener la calma en este tipo de reuniones.
Y es que, en alguno de esos asientos, estaban siendo ocupados por unos recién.
-Me alegra que pudieran venir, viejos amigos. Hace mucho que no nos vemos, como unos... 2000 años, ¿no?- Hablo Ares con tono amable y cortés. a los tres individuos. -Veo que los siglos los han tratado bien. ¿Cómo les ha ido, Seth, Buluc, Esus?- Los nombro, mirándolos uno por uno al decir sus nombres.
Seth es el Dios Egipcio de la Fuerza Bruta y la Confusión, el Caos, las Sequías y el Desierto. Era hermano de Osiris, Isis y Horus el Mayor, tío de Horus el Menor y hermano-esposo de Neftis. Fue uno de los 5 Dioses nacidos de Geb y Nut. Fue conocido por matar y Osiris y repartir los miembros de su cuerpo por todo Egipto para convertirse en Faraón, que en esa época, aparte de gobernar a los humanos, equivalía a ser el Dios líder de todo el Panteón Egipcio, pero compitió con Horus por el puesto y termino perdiendo al final. Ares y él se conocieron cuando los Griegos se refugiaron temporalmente en Egipto ante el primer ataque de Typhon al Olimpo. Desde entonces se han llevado estupendamente.
Buluc Chabtan es el Dios Maya de la Guerra, relacionado con la destrucción y sacrificios humanos, conocido también bajo el nombre de Achuykaak y muy relacionado con el dios de la muerte de su Panteón. Buluc y Ares eran Dioses de la Guerra con ideas similares, así que era normal que se conozcan y tuvieran una buena relación donde compartían siempre la forma de matar a enemigos y librar guerras.
Esus era un Dios principal Galo del Panteón Celta, considerado una deidad de la naturaleza. Él formaba parte de la triada de los "Dioses de la noche" del Panteón Celta. A pesar de todo, nunca fue muy conocido como los Dioses principales del Panteón como Dagda, Lugh y Morrigan. Él y Ares se conocen porque Esus era un Dios sediento de sangre, cuyos sacrificios a su nombre era colgar a los prisioneros en los árboles y dejar que su sangre manchara el bosque. Un Dios así era alguien con el que Ares podía llevarse bien.
Seth tenía la apariencia de un hombre de unos treinta de piel muy oscura, cabello negro corto y barba de candado. Usaba ropas con grabados egipcios encima una armadura dorada que protegía su cuerpo. En su mano derecha cargaba el bastón con el que era representado y debajo del brazo izquierdo, estaba una mascara con la forma de una combinación de animales con la que siempre retratan su rostro.
Buluc tenía la piel bronceada y usaba partes de armadura en su cuello, brazos y piernas, dejando expuesto su torso y una túnica que cubría su parte inferior. Tenía puntos que le recorrían la cara y un palo atravesándole la nariz. En su mano derecha llevaba una mascara maya de demonio con flores verdes y rojas unidas a la mascara.
Esus tenía la piel bronceada por el sol, pero no tanto como Buluc. Tenía la apariencia de un hombre en sus treinta, de cabello rojo anaranjado con bigote. Él iba menos arreglado que todos los reunidos, vistiendo una túnica naranja que le exponía el pectoral derecho y pantalones verdes. En su mano cargaba un hacha. Su apariencia era el estereotipo de leñador.
Los tres Dioses dejaron sus mascaras y armas en la mesa, al igual que Ares dejo su lanza y casco desde que se sentó.
-Esperaba que Tezcatlipoca nos acompañara en esta reunión- comento Ares, viendo un asiento vacío.
-Olvídalo, él ya no es el mismo que antes- comento Buluc con desprecio. -Se hablando en el último par de milenios. Ahora es indiferente a todo lo demás y esta más interesado en la cultura humana como las armas de fuego, pandillas y esas cosas. Solo Taloc y Quetzalcoatl hablan con él hoy en día-.
-Es una lástima, pero al menos confió en que no dirá nada- comento Ares.
-¿Para que nos reuniste aquí, Ares?- Esus fue directo al grano. -El que nosotros nos reunamos sin que nadie lo note ya es demasiado complicado. ¿No deberías estar más ocupado con tu guerra con Athena?-.
-Como siempre, Esus, vas directo al punto. Por eso me agradas tanto- dijo Ares, apoyando los codos sobre la mesa y juntando sus manos. -Recientemente me enteré de conversaciones de sus Panteones sobre unirse a la alianza que las Tres Facciones Bíblicas y Athena han formado y están promulgando, enviando invitaciones a todas las partes del mundo sobrenatural. A mi me queda bastante claro que los Nórdicos y los Sintoístas se unirán a ellos, y aunque ahora se está considerando solo como una opción, se que los líderes de sus Panteones terminaran aceptando la oferta de paz. Por eso, no soy tonto al entender la ira y frustración que ustedes, como Dioses que disfrutan del combate y entienden los valores de la autoridad divina, deben sentir en este momento por haber sido traicionado por sus allegados ante la estúpida ideas de paz y el siquiera considerar a los otros seres sus iguales-.
Durante una buena cantidad de segundos reino el silencio en los que cada Dios asimilaba las palabras de Ares.
Un momento después, Buluc golpeo su mano contra la mesa. Por suerte, la mesa había sido reforzada lo suficiente para soportar el impacto de un Dios.
-¡Esos bastados cobardes y volubles!- Rugió en voz alta, liberando lo que sin duda era una gran cantidad de ira reprimida. -Ya es lo suficientemente malo que nosotros, los Mayas fuéramos anexados a los Aztecas hace siglos, ¿pero ahora quieren considerar una alianza con esos cuervos, palomas y murciélagos repugnantes? ¡No toleraré eso! ¡Yo soy un Dios! ¡No debo de relacionarme con seres inferiores como los Bíblicos que perdieron al suyo! ¿Paz, coexistir? ¡A mi esas mierdas no me interesan!-.
-Un sentimiento que comparto contigo, mi amigo- dijo Ares, sonriendo malvadamente ante la reacción de su contraparte Maya. Dirigió sus ojos a Seth. -Supongo que piensas igual que Buluc, ¿eh, Seth?-.
-Por supuesto que si- respondió el Dios de las Tormentas con el ceño fruncido. -No puedo tolerar que ese maldito de Horus realmente quiera aceptar esa alianza, cuando fueron los Bíblicos y su Dios los responsables de quitarnos a nuestros seguidores y obligarnos a retirarnos a nuestros reinos cuando él y su hijo murieron. Lo peor, es que Ra lo apoya y se que pronto enviaran un mensaje para discutir su ingreso a esa dichosa alianza. Es denigrante, ¡humillante!-.
-Y...- Ares incentivo a Seth a que continuara.
-Los humanos no han cambiado nada en milenios. Aun siguen con esas ideas de dominación y guerras sin que los Dioses intervengan. Para peor, hay humanos que desafían a los Dioses por encima de todos, actuando arrogantes y poderosos, creyéndose superiores a los Dioses, como esos humanos que pelean por Athena. ¡Un humano nunca debe enfrentar a los Dioses! ¡Es el peor pecado de todos!-.
-Totalmente de acuerdo contigo, Seth. Los mortales se han olvidado de su lugar en el mundo y han atentado contra los Dioses, un pecado imperdonable del que deben ser castigados- concordó el Dios rubio. -Es por eso que los llame aquí. Yo y mis... asociados queremos que sean parte de nuestro grupo-.
-¿Son ciertos los rumores? ¿Te uniste a la Brigada del Khaos?- Pregunto Buluc, sorprendido.
-Si, pero no a los grupos desordenados de Demonios, magos renegados y humanos que juegan a ser héroes, pero claramente no lo son. No, yo me uní al poder detrás de todos ellos, quienes esperan su momento de actuar y usan a Ophis como cubierta para actuar libremente hasta que el momento de revelarse llegue-.
-Deben ser muy poderosos para poder manipular a Ophis-.
-Ophis puede ser la existencia más poderosa del mundo junto con Gran Rojo, pero es un ser de mente estrecha y simple, lo que la hace fácil de manipular. Solo se le dijo que la ayudaríamos a echar a Gran Rojo de su hogar para que aceptara sin pensar- se burlo Ares del Dragón del Infinito. -Pronto, su utilidad terminara-.
-Déjame decirte que es raro que tu te unas a grupos, Ares- comento Seth. -Para este punto, pensé que ya habrías hecho una carnicería con Athena, aprovechando que no tiene ni la mitad de sus guerreros-.
-Puede que Athena no tenga todas sus fuerzas, pero la calidad de las que tiene lo compensan de sobremanera- admitió el rubio a regañadientes. -Las victorias de Athena contra los Dioses me ha obligado a replantear mi modo de combate en las guerras. No puedo invadir su Santuario de frente como normalmente haría, ya que solo condenaría mi ejercito a la derrota. Tampoco tengo un receptáculo que poseer en el Mundo Humano, y si rompo las reglas y desciendo a la Tierra con mi cuerpo divino, provocaré que Zeus interfiera directamente, algo que sin duda no quiero-.
Los otros dos Dioses asintieron, entendiendo la lógica.
Ares puso sus ojos en Esus, que había estado muy callado. -¿Por que tan callado, Esus? Eres libre de compartir lo que piensas-.
Seth y Buluc miraron al Dios Celta.
-...Puedo ver que has cambiado, Ares. Ahora eres alguien que entiende las necesidades de las sutilezas y cuando se necesita un enfoque directo- comento Esus, mirando al Dios y los dos guerreros que tenía detrás suyo. -Y disfruto de la sangre como cualquiera de aquí, pero quiero llegar al quid de la cuestión. ¿Qué es lo que deseas ofrecernos al unirnos a la Brigada del Khaos y a tus asociados?-.
Los otros dos Dioses miraron con interés a Ares, también interesados en la respuesta.
-Poder- dijo claramente Ares.
Eso confundió a los tres Dioses.
-¿Te refieres a las Serpientes de Ouroboros que Ophis le da a todos los miembros de la Brigada del Khaos?- Pregunto Seth.
-Si, pero no solo eso- dijo Ares. -Si no que también les daré los conocimientos necesarios para usar y manipular el Cosmos, la energía que yo y los Olímpicos dominamos-.
Para hacer más impacto en sus palabras, Ares levanto su mano derecha hacía ellos, formando la imagen de una pequeña galaxia en la palma de su mano. Seth y Buluc quedaron fascinados con lo que veían, al igual que Esus, pero en menor medida que sus dos compañeros y tenía una mirada más exceptiva.
-¿Por que darías un conocimiento que tu Panteón tiene tan restringido a nosotros?- Pregunto Esus con desconfianza. -Tu nunca regalas cosas, Ares, mucho menos algo que sabes que otros podrían usar en tu contra. ¿Qué es lo que planeas en realidad?-.
La desconfianza no molesto a Ares, de hecho, la esperaba.
-Decidí tomar una pagina del libro de Athena y hacer alianzas para potenciar mi poder. Aunque Athena a sus Santos, también cuenta con muchos aliados que irían a su ayuda si se los pide, y es algo que ni yo puedo enfrentar. Por eso me uní a la Brigada del Khaos, porque entendí que en la unidad también hay poder. Por que necesito aliados con fuerza semejante a la mía para lograr mis propios objetivos-.
-¿Y que objetivos son esos?- Pregunto Buluc.
-Matar de una vez por todas a Zeus y convertirme en rey del Olimpo-.
Eso no sorprendió a los tres. Cualquiera que conozca un poco a Ares sabe el odio y rencor que tiene contra su padre y cuanto desea destronarlo, pero no puede porque el poder de Zeus es muy superior al suyo.
-Pero aprendí por las malas que no puedo lograr ese objetivo por mi cuenta. Si quiero cumplir la profecía de Kronos y derrotar a mi padre, necesito aliados que me ayuden cuando el momento llegue. Las fuerzas del Olimpo están débiles, pero siguen siendo fuertes-.
Zeus no tenía a sus hermanos para apoyarlo, pero aun tenía Athena y al resto de Dioses. Ares sabía que, llegado el momento, su madre Hera y su amante Afrodita se pondrían de su lado. También tenía la confianza suficiente en su fuerza para derrotar en combate a Hermes, Dionisio y Deméter. Hestia era un poco difícil de adivinar, pero esperaba también tener la fuerza de derrotarla y Artemisa sería la más difícil, pero desde que abandono el uso del arco, su calidad de guerrera disminuyo.
Pero los que serían un problema serían Apolo, Heracles y Athena. Ellos tres son la mayor fuerza de su padre contra cualquiera que lo amenace.
Athena puede que tenga un cuerpo humano, pero la reencarnación actual de ella ha demostrado ser superior a muchas otras debido a todos los Dioses que ha derrotado. Ya había peleado contra Heracles una vez en el pasado, cuando este aun era solo un Semi-Dios. Aunque la pelea termino inconclusa, sin duda ambos son más fuertes que en aquel entonces, así que no puede subestimarlo. Y Apolo era el verdadero problema, ya que de todos los Dioses, era el más cercano en poder Cósmico a Zeus, superando incluso a sus tíos por poco.
Si Athena era el escudo de Zeus que protegía la Tierra de otros Dioses que querían destruirla, Apolo era la espada que Zeus había preparado para usar en caso que Athena o el propio Ares se revelaran contra él.
Una espada que sin duda usaría.
-Por eso, en contra de todo lo que creo, les ofrezco la oportunidad de enseñarles los secretos del Cosmos a ustedes tres, que son los Dioses fuera de mi Panteón en quienes más confío. Si aceptan unirse, no solo tendrán poder, si no también tendrán apoyo para cuando decidan ustedes mismos ocupar el lugar que se merecen como los líderes de sus Panteones-.
Ares supo que con eso ya los había comprado. Vio en las caras y ojos de Seth y Buluc como la idea de dominar el Cosmos para usarlo y conquistar sus propios Panteones era demasiado buena como para rechazarla, aun más teniéndolo como aliado. Pudo ver esa misma ambición en Esus, aunque aun había cierta dudas en él, pero no se echaría para atrás ahora.
-Pero...- les hablo antes que aceptarán. -Algunos de mis asociados no están seguros de si vale la pena traerlos a ustedes al juego, así que necesitan una prueba de que valen la pena-.
-¿Qué prueba?- Pregunto Buluc.
-La Facción del Viejo Maou esta planeando un ataque en coordinación con uno de sus espías para matar a la hermana del Maou Lucifer. Han estado matando a los herederos de las familias nobles del Inframundo Bíblico y ella sigue, pero es casi seguro que el plan haya sido descubierto y se vuelva una gran batalla. Ustedes se unirán a esa batalla y ayudaran a matar a la heredera Gremory, así como a cualquier otro miembro de alto rango de la Alianza que encuentren. Una vez completada la misión, serán aceptados-.
-¿Solo eso? Fácil- dijo Buluc.
-También, si es posible, que involucren a tantos Dioses sin nombre o títulos a la Brigada como puedan. Eso aumentara el número de miembros y su fuerza-.
-No es problema. Tengo a cientos de Dioses menores y sin título bajo mi servicio- dijo Seth, reclinándose en la silla. -También podría intentar convencer algunos Dioses para que ayuden. Estoy seguro que Sejmet participará si le explico. Hace mucho ha querido participar en un buen combate y salir del control de Ra-.
Ares asintió. -Perfecto. No podré enseñarles el uso del Cosmos todavía, pero se les dará una Serpiente de Ouroboros para la ocasión. Eso debería ser suficiente-.
-¿Y tu no participarás?- Pregunto Esus.
-Cuando ocurra el ataque, enviaré a mis hombres atacar el Santuario para que Athena no envíe refuerzos a los Demonios- explico Ares.
Los cuatro Dioses se pusieron de pie.
-Siempre es un gusto hablar de negocios con gente de ideas afines-.
(Más tarde)
-¿Fue cierto lo que les dijo, mi señor?- Pregunto Ofir, una vez que volvieron a la base. -¿Realmente les enseñara el uso del Cosmos a esos tres?-.
-Por supuesto que no- respondió Ares. -Espero que mueran durante el ataque que hará Shalba, y aun si uno sobrevive, lo mataré-.
-Entonces, ¿por que...?-.
-Fue idea de Pontos. No se que planea él con ese Demonio, pero querían meter a los Dioses a la ecuación y por eso me hicieron buscar a Dioses que aceptarían unirse a nosotros y pelear- sus ojos se posaron en su hija. -¿Tienes alguna noticia de lo que te pedí, hija?-.
-Si, padre- dijo Hipólita. -Mis espías confirmaron lo que sospechabas: parece que Loki esta tramando algo, ya que se le ha visto ir mucho a Jotunheim a ver al Rey de los Gigantes de Hielo, así como lo han visto ir a visitar muy seguido a Fenrir y hablar con él-.
-Eso quiere decir que se esta preparando para atacar a su padre e iniciar el Ragnarok- declaro Ares.
-¿Deberíamos observarlo?- Pregunto Ofir.
-A mi me da igual lo que hagan los del Norte. Si se matan entre ellos me parece bien, y si involucran a Athena, mucho mejor. Enfoquémonos en nuestros asuntos, aunque no esta de más tenerles un ojo puesto-.
-Como digas, padre- asintió Hipólita.
Ares miro a Ofir. -¿Cómo están los "especiales"?-.
Ese era un termino al que Ares había decidido llamar a un grupo específico y selecto de guerreros que recluto a lo largo de los siglos, que entre sus filas, eran únicos, no por poder o ser alguna clase de ser divino, sino por quienes fueron antes de que Ares los tomara.
-Alcmenes lo esta observando. Él dijo que son basura, pero que ya no le duelen los ojos al verlos- respondió Ofir.
-Ese es uno de sus mejores cumplidos, si no me equivoco- resoplo divertido Ares. -Dile que seleccione a tres de ellos, que los enviaré pronto atacar al Santuario-.
-Si, señor-.
Si Athena creía que este conflicto contra él sería igual a todos los que ha tenido hasta ahora, se equivoca mucho. Puede que ella sea la Diosa de la Estrategia, pero él dirigió ejércitos durante siglos antes y después de la Era del Mito.
Se llevaría una gran sorpresa. Esta es la última vez que lo subestiman.
N/A: Hasta aquí el capitutlo. Venía inspirado, así que salió antes de lo planeado, pero nadie se queja.
Ya la pelea termino e Issei gano, pero no porque era más fuerte, sino porque su enemigo se descuido al final. Me pareció adecuado para el nivel de ambos y no ver que Issei gano por guionazo o algo así.
Pero Rokudo no se fue en silencio, no, no, no. Le dejo una gran semilla de duda a Issei que lo carcomerá a partir de ahora y que servirá para el desarrollo de su relación con Rías.
Y también vimos lo que hace Ares. Él si aprendió de los errores de los Dioses que derroto Athena y esta siendo cuidadoso, teniendo que salir de su zona de confort y pensar. Empezando con una alianza con otros Dioses de ideas afines.
La mayoría conoce a Seth, pero estoy seguro que los otros dos no tanto, y es lo que planeaba. Me gusta usar a personajes no tan conocidos y darles algo de participación, ya que al ser pocos conocidos, se pueden moldear a la perfección.
Los metí para darles oponentes con los que pelear en serio a los Caballeros Dorados, ya que era momento de que tengan combates algo difíciles.
Y también parece que Ares esta planeando algo más y tiene a un grupo especial al que enviara algunos miembros. ¿Quiénes conforman este grupo? Acepto teorías.
El siguiente capítulo volveremos con Seiya y Amaterasu ganándose su corazón, en donde tendrán una cita mientras vemos lo que Kiki hace con la espada Kusanagi.
Sin nada más que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.
