Caminaba de un lado a otro en su oficina mientras terminaba de llamar con uno de sus accionistas más importantes. El trabajar con él había logrado que su empresa fuera de las mejores en cuanto a seguros de vida y vivienda y si todo salía bien, su plan de seguros médicos y autos iría por el mismo camino.

-De acuerdo, viajaremos dentro de un par de días para cerrar el trato. Muchas gracias-colgó sonriente ya que todo estaba saliendo a la perfección

Realizó las llamadas y citatorios pertinentes a sus colegas para realizar el traslado hasta que de pronto, al finalizar con la última llamada, recordó que debía buscar quién cuidara a su hijo.

-¿Cómo pude olvidarlo?-palmeó su frente-eres un tonto Yagi-se reprendió a sí mismo

Suspiró con pesadez ya que tendría que hacer otra ronda de llamadas.

Pasó varios minutos buscando quién le ayudara con su lindo niño pero sin éxito. Pensó en llamar a su ex mujer, pero sabía que tanto ella como su hijo se odiaban a muerte luego de que su retoño la descubrió estando con otro hombre, así que descartó esa idea.

-¿Y si...?-miró su teléfono apretándolo un poco animándose a llamar a esa persona


Bakugo Katsuki era lo que muchos consideraban "un cabrón de primera que sabe dónde golpear para hacerte mierda" y no era para menos.

El pelicenizo en sus tiempos de gloria fue el mejor luchador de la WWE y de Muay Thai. Violento, listo y ágil: prácticamente aterrorizó a sus rivales con su simple presencia.

Aunque ahora su físico distaba mucho de su pasado, el tipo seguía siendo atractivo tanto para omegas (mujeres y hombres) como para alfas.

Sin embargo, su actitud déspota y explosiva alejaba a cualquier infeliz que osara invadir su espacio personal.

No dejaba que nada ni nadie se acercara a él ni a su emporio deportivo. Nadie a excepción de cierto par de personas.

Estaba a punto de firmar otro contrato cuando una llamada interrumpió su concentración. Chasqueó la lengua con molestia para tomar su teléfono.

Vio en la pantalla que se trataba de su primo a lo cual contestó.

-¿Qué necesitas? Estoy algo ocupado

-Lamento llamarte ahora, pero necesito que me hagas un favor- dijo algo apresurado lo cual llamó su atención

-¿Qué ocurre?

-Es sobre Izuku

-¿Le pasó algo?-frunció el ceño con molestia

Pocos sabían que el pequeño Izuku era la adoración de Bakugo y de las casi inexistentes personas que tenían el privilegio de abrazarle o permanecer en el mismo lugar que él sin que salieran severamente dañados.

-No, tranquilo. Afortunadamente está sano- dijo rápidamente para tranquilizarlo ya que sabía que era capaz de matar a quien se atreviera a dañar a su "pequeño conejito" como le decía de cariño-sólo quiero pedirte el favor de que si puedes cuidarlo algunos días ya que tendré que viajar por unos asuntos de trabajo

-De acuerdo, lo haré porque no quiero que esté cerca de la perra de tu ex mujer. Esa porquería de persona lo hace rabiar y llorar de coraje-su ceño se acentuó más ante la mención de esa bruja arrastrada quien se atrevió a engañar a su primo con el puto jardinero

-En verdad te lo agradezco mucho. Lo llevaré contigo mañana a medio día

-Bien, nos vemos-colgó la llamada y continuó con lo suyo


El pequeño Izuku iba emocionado junto a su padre en el carro para ir a ver a su querido tío.

Muchos le decían que era una persona horrible y déspota, pero eso era una completa mentira. Su tío era bueno y cariñoso con él.

Arribaron a la casa de Bakugo donde dejaron las cosas del peliverde para luego dirigirse a la compañía del pelicenizo.

En medio del camino, recibieron un mensaje en el que mencionó que los esperaba en su gimnasio personal. Cambiaron la ruta de su destino hasta llegar a un sitio en el que se notó el cambio drástico de las calles. Se estacionaron frente al lugar indicado y bajaron.

Mientras, dentro del local se miraba a Katsuki dándole una rotunda paliza a un sujeto que se había atrevido a desafiarlo descaradamente.

Lo dejó inconsciente y lo arrojó bruscamente al suelo.

-¡Tío Katsuki!-una dulce voz llamó su atención a lo cual giró su rostro recibiendo de imprevisto un abrazo del menor

-Pelusita, estoy manchado de sangre y sudor. Voy a llenar tu ropa-comentó con una ligera sonrisa correspondiendo el abrazo

-Je, recuerdo que dijiste eso mismo cuando te presenté por primera vez a Zuzu-dijo con tono divertido recordando con humor que su primo casi se deshace de ternura cuando tuvo al menor en sus manos siendo un hermoso bebé de seis meses

-Cállate, si lo vuelves a decir lo negaré y te moleré a golpes-respondió hosco y algo apenado por lo dicho

-De acuerdo, cuida bien de mi pequeño omega-el pelicenizo abrió un poco los ojos sorprendido-lo siento por no avisarte, tuvo su primer celo hace poco y se presentó como omega. En sus maletas y mochila tiene todo lo necesario

-¿Bromeas? Ahora con más razón tengo suficientes motivos para golpear a los bastardos que se atrevan a coquetearle

-Katsuki, no empieces con tus celos-frunció el ceño ya que lo conocía perfectamente

-No prometo nada-lo vio virar los ojos con cansancio

-Cariño, pórtate bien con el tío Katsuki, ¿de acuerdo?

-Claro papi, lo prometo-dijo sin despegarse del abrazo del mayor

-Bueno, nos vemos en unos días. Cuídense-se despidió de ambos y partió rumbo al aeropuerto

-Ahora que ya se fue, nos divertiremos en grande-le sonrió al menor

-¿Qué haremos primero?

-Pues comenzaremos con...-su teléfono sonó provocando que diera un gruñido de molestia-Habla Bakugo, ¿qué quieren?

Su ceño se frunció más hasta el punto de estar molesto.

-Son la bola de inútiles buenos para nada, voy para allá. Y recen porque esto se resuelva o si no sus putos culos irán directo a la calle-colgó la llamada-lo lamento conejito, pero creo que será en otro momento

-¿Puedo ir contigo?-preguntó ilusionado

-Je, por supuesto. Verás cómo el tío Katsuki pone a esa basura en su lugar


Al llegar a la empresa prácticamente todos los empleados estaban con el alma en un hilo ya que el pelicenizo se notaba realmente molesto. Tan asustados estaban que nadie osó en preguntar quién era el lindo omega que lo acompañaba y parecía inmune a su aura y olor a muerte segura para el pobre diablo que cometió el error.

Dio con el responsable y lo tomó del cabello bruscamente para jalarlo hacia su despacho. Lo sentó en una de la sillas y lo observó jurando que el tipo estaba a nada de cagarse en sus pantalones del miedo.

-Habla...

-E...etiquetaron por error con otro precio a uno de nuestros conjuntos más vendidos-el hombre no se atrevía a verlos

El omega se sentó en la mesa del escritorio observando con diversión la escena frente a él.

-¿Cuánto es el precio al que se está vendiendo? ¡RESPONDE MALDITO IDIOTA!

-A... a un tercio de su valor s...señor-tembló más al sentir que el olor del alfa se hacía más denso

-Así que estoy perdiendo más de la mitad de mis ganancias-lo rodeó caminando lenta y tortuosamente como si estuviera a punto de cortarle la garganta

-Ya...ya se corrigió el error. So...solamente se vendieron pocas cantidades con ese precio-el tipo estaba a nada de orinarse encima

Izuku soltó una risita divertida notando enseguida que el hombre le estaba mintiendo

-Estás muy nervioso-comentó el omega llamando la atención de los dos-creo que se vendieron más unidades de las que dices ya que apenas tiene la mitad de lo que valen en su cuenta

-¿Por qué lo hices, Izuku?-sabía que era algo serio ya que solamente le llamaba así cuando lo ameritaba

-Porque acabo de entrar esta mañana para comprar uno de los conjuntos y aquí dice que se vendieron 200,000 unidades-señaló una captura de pantalla mostrando la cantidad de modelos vendidos-Bakugo Katsuki jamás dejaría que tal cantidad de dinero se le fuera de las manos

El hombre estaba completamente aterrado. El omega le sonrió maliciosamente.

-Así que en realidad estabas desviando fondos-el pelicenizo le sonrió tan sádicamente, que simplemente se escuchó un grito desgarrador de parte del hombre

Todos en la empresa tragaron en seco. Ahí va otro iluso que creía que podía robarle al dueño.


Después de hacer una limpieza exhaustiva de ratas de dos patas y severas amenazas al resto de los empleados, las cosas retomaron su rumbo.

Siendo la hora de salida, todos fueron a sus casas saliendo al final el ex luchador junto con su sobrino.

-Iremos a comprarte más ropa. Me duelen los ojos con esos tonos pasteles que traes puestos-comentó subiendo a su auto junto con el menor

-Pero a mí me gustan, me veo bonito-comentó con un puchero que le pareció adorable al mayor

-Claro que te ves precioso conejito, pero mientras estés conmigo, me gustaría que uses otra ropa-le sonrió levemente

Indicó al chofer el lugar al cual ir. Siguió la ruta indicada y ambos bajaron a la tienda.

Rápidamente les saludaron y atendieron tomando medidas en cada uno. El alfa señaló el tipo de vestuario que quería para el pequeño omega y para sí mismo.

Teniendo todo listo, comenzaron a realizar lo pedido.

-¿Puedo probarme algo de aquí de la tienda?

-Claro conejito, sin problema-lo vio asentir y fue a buscar varias prendas

Se paseó por toda la tienda notando que estaban prácticamente solos. Su tío debió de haber cerrado esta y los alrededores para más comodidad.

Sin darse cuenta, salió de la tienda y llegó a otra la cual también estaba sola y le llamó la atención.

Al entrar notó que estaba lleno de juguetes sexuales y accesorios para el sexo. Caminó por los pasillos hasta llegar a uno donde se mencionaba que eran agrandadores de penes con diferentes formas y tamaños. Le llamó la atención uno en especial que tenía la forma del de un caballo pero en el glande tenía picos y el falo muchas bolitas.

-Veo que le llamó la atención-comentó una chica beta que le provocó un susto al menor-si gusta puede tomarlo. El señor Bakugo mencionó que todo el centro comercial está cerrado y puede tomar lo que guste ya que está pagado

-¿De verdad puedo?-la vio asentir con una sonrisa-muchas gracias

Tomó el objeto y prestó atención a las indicaciones de la chica. Entró a un tipo de vestidor cerrando la puerta tras de si.

Bajó la ropa interior con facilidad ya que traía una falda. Acomodó con calma y cuidado su pene y testículos dentro del agrandador. Lo encendió y comenzó a sentir que lo estimulaban.

-Tardará una hora en hacer efecto. Puede hacer varias actividades sin problema alguno. En cuanto termine, lo puede retirar o colocar que se fusione a su nuevo pene-dijo la chica tras la puerta

-Me gustaría dejar que se fusione, la textura de látex es muy suave-dijo viendo el artefacto

-Claro, no hay problema. Si necesita algo, llámeme-se retiró dejando en privado al omega

Pasaron varios minutos y decidió salir a caminar un poco por el centro comercial. Entró a varias tiendas de joyas, accesorios y demás.

Volvió junto a su tío el cual silbó divertido al ver a su conejito con un agrandador.

-Así que quieres pene grande pelusita

-Si, me gustaría saber cómo se siente y ve-le miró sonriente-Usa uno tú también, por favor-dijo haciendo ojos de perrito sabiendo que no se resistiría a ellos

-Bien, solo porque mi conejito lo pide-suspiró derrotado yendo a la tienda-diles que tomen la medida de tu pene, para evitar fallas

-Claro-lo vio salir y llamó a las costureras


Regresó con un agrandador el doble de grande y grueso que el del menor el cual era de color vino y tenía puntas más pronunciadas y afiladas en el glande y picos en toda la base y testículos.

Llamó a las costureras para que nuevamente tomaran medidas y rehacer su trabajo.

Pasó una hora e Izuku fue a buscar a la dependienta del agrandador para verificar que halla salido bien. La chica asintió dándole el visto bueno y el omega presión un botón pequeño el cual hizo que se fusionara el agrandador con el pene de manera perfecta.

-Ya está listo. Ahora es parte de tu pene y no se puede remover

-Me encanta-lo tomó en sus manos sintiendo el peso y la suavidad de su nuevo falo

Sonrió de lado y comenzó a masturbarse delante la chica a la cual en pocos minutos manchó con una gran cantidad de semen.

-Olvidé decir que ahora se triplicó tu producción de semen-dijo lamiendo los restos de este de su cara-felicidades, eres el primer omega con el pene agrandado

-Muchas gracias-se fue de la tienda

Poco después llegó Bakugo el cual trató a la chica de mala forma y casi la ahoga con su nuevo pene y la enorme cantidad de semen con que la llenó.