Enero transcurrió con normalidad, así cómo las nevadas consecutivas qué caían sobre Inglaterra, dejando a su paso las calles y avenidas cubiertas de nieve y qué la gente retiraba con regularidad para mover sus autos y transitar.

Draco se convencía cada vez más en dar el siguiente paso con Harry: ser novios oficiales, y no tener qué esconderse de nadie, aunque le causaba cierta incertidumbre cómo reaccionaría el resto de su familia y la del azabache, sobre todo Lily Potter, quién a lo dicho por Harry, no estaba de acuerdo con el tema de qué él tuviera un novio y no una novia, pero su padre lo apoyaba, al igual qué Sirius, no obstante él sabía mejor que nadie lo mucho qué dolía no recibir el apoyo de la familia completa y tener qué enfrentar al mundo solo.

Y fue durante la tercera semana de Enero del año en curso, cuando Draco tomó la iniciativa de tener su primera cita oficial, y proponerle a Harry ser pareja. La cita sería en "The Camp Rock" el negocio de Sirius, esto a sugerencia de Harry para qué por fin conociera el lugar antes de comenzar el nuevo semestre escolar y les fuera más difícil cuadrar una fecha para visitarlo. Draco había accedido sin dudarlo, él haría lo qué fuera por verlo feliz.

Unos suaves toques en la puerta de su habitación sacaron a Draco de sus pensamientos y murmuró un amortiguado: "Adelante".

La puerta de madera se abrió, y su madre entró en su campo de visión. La mujer vestía un conjunto conformado por dos piezas; falda negra y blusa de manga larga aglobada del hombro en color vino, acompañados de zapatos de charol negros y medias del mismo tono.

—Llegaron por ti —dijo Narcisa.

—Salgo enseguida —dijo Draco.

—Hijo, sabes lo mucho qué te quiero y lo único qué me importa es qué seas feliz, y si lo eres con Harry por mí está bien —dijo su madre, adentrándose en la habitación de su hijo.

Draco sonrió complacido y se acercó a su madre para abrazarla.

—Gracias Mamá, no sabes lo mucho qué necesitaba de tú apoyo —dijo el rubio, apartándose del abrazo.

—Siempre lo tendrás hijo, yo te quiero y acepto tal cuál eres —Narcisa esbozó una sonrisa qué Draco correspondió.

—Te quiero mamá —dijo el rubio—, es hora de irme

—Qué la pases bien —dijo su madre.

Draco tomó sus cosas y salió de su habitación en compañía de Narcisa, quién acompañó a su hijo hasta el vestíbulo dónde se despidió de él y lo vio salir de la casa, una vez cerrada la puerta caminó hacía la ventana, se encontró con una tierna imagen:

Harry y Draco estaban abrazados en el medio del pasillo principal qué daba hacía la entrada de la casa, tuvieron una breve charla antes de caminar hacía el auto del azabache. Narcisa observó cómo Harry abría la puerta para él y lo ayudaba a subir, más tarde subía al coche lleno de nervios y una felicidad qué no había visto en Joseph las veces qué se encontraba en su casa y fue entonces qué se percató de la enorme diferencia entre ambos chicos: Harry amaba a Draco, por el contrario de Joseph qué lo único qué deseaba, Draco se lo había dado sin merecerlo.

No obstante ahora todo pintaba diferente y si su hijo era feliz, ella también lo sería.

Narcisa cerró la pequeña abertura de la cortina por la qué veía a los chicos en cuánto se marcharon y se perdieron de vista.

...

Soho era un sitio bastante iluminado, de principio a fin. Desde qué dieron vuelta en la amplia avenida se percató de las luces fosforescentes qué llamaban la atención de los negocios, así cómo edificios ajenos a la temática principal qué no dejaban de ser llamativos, además había todo tipo de parejas, y si no se equivocaba, en ese instante transitaban por uno de los bares más populares, el cuál era LGBTIQ.

—¿Te gusta? —preguntó Harry, disminuyendo la velocidad al pasar por ese lugar.

—Es interesante —admitió—, nunca he estado en un bar gay

—Yo tampoco, ¿quieres qué entremos? —preguntó.

Draco se giró rápidamente para mirarlo, si bien tenía ganas de asistir a un bar de esa temática no iba a desilusionar a Harry, esa noche su primera cita sería en "The camp rock".

—Podemos venir otro día, hoy quiero ir contigo a dónde quieras —murmuró Draco.

Harry sonrió y Draco sintió orgullo por su decisión.

Avanzaron un par de metros más hasta llegar al estacionamiento del café de Sirius y James. Harry entró por una de las puertas privadas, y se estacionó del lado contrario qué el resto de los coches, y el único qué estaba esa noche era el de Sirius.

Harry se apresuró a tomar sus cosas antes de salir y abrir la puerta a Draco.

—Gracias —respondió el rubio.

—Con gusto —dijo—, te enseñaré un poco el lugar, ahora estamos en el estacionamiento privado qué es sólo para familiares, y la entrada es libre, no hay una sola persona, salvo un guardia qué me conoce

—Interesante —dijo Draco.

Harry sonrió y tomó su mano, Draco entrelazó sus dedos y caminaron hacía una escalera situada en la esquina del estacionamiento y subieron. Justo en el primer escalón había un pequeño balcón en el qué cómo bien dijo Harry, se encontraba un tipo corpulento, ligeramente calvo y de un bigote prominente qué daba miedo sólo verlo.

—Harry, ¿qué te trae por aquí? —preguntó el guardia, con voz más amable de la qué aparentaba.

—He venido a escuchar a la nueva banda tocar, mi padre y Sirius aseguran qué son un éxito —respondió Harry.

—Lo son, hay bastante público el día de hoy, aunque ustedes tienen el lugar de honor, no los molestaran y la vista es formidable con los nuevos cambios —comentó el hombre.

—Siendo así no quiero perderme de nada —dijo Harry—, por cierto él es Draco Malfoy Black, sobrino de Sirius

—Mucho gusto joven, Sean Linn —se presentó.

—Un gusto —dijo Draco.

—Adelante chicos, qué tengan buena noche —dijo el hombre y se hizo a un lado para dejarlos pasar.

Al entrar lo primero qué los recibió fue el caluroso clima, no obstante en la parte de arriba el clima era más fresco, al tener el aire acondicionado mucho más cerca. Las luces brillaban por todo el lugar, cambiando de tonalidad de manera automática, Draco quedó maravillado por la iluminación y el ambiente qué se creaba.

—¿Te gusta? —preguntó Harry.

—Me encanta —confesó Draco.

Caminaron un poco más por el pasillo principal qué daba hacía el balcón del primer piso que formaba un círculo, en el cuál la planta baja se podía observar, y se percataron de la gente qué llenaba el lugar esa noche, así cómo la pantalla en medio del escenario y qué colgaba de unos cables desde el techo del segundo piso hasta la planta baja. En ese instante un hombre de aproximadamente 30 años tenía el micrófono en las manos y deleitaba a los presentes con una canción pop rock: Every breath you take, si bien el hombre no cantaba mal, Draco y Harry estaban seguros qué había mejores voces.

La pareja se detuvo a orillas del barandal, disfrutando de la música y la compañía.

—Sirius y James han hecho un trabajo maravilloso —admitió el rubio.

Harry sonrió ampliamente.

—Gracias, le han puesto todo su empeño y dedicación los últimos meses, además aquí cerca hay un sitio de una temática similar —comentó Harry.

—Estoy seguro qué no se compara con este —aseguró.

El azabache le sonrió y los apartó un poco del barandal para qué nadie los viera.

—Te agradezco qué hayas aceptado venir conmigo —dijo Harry.

—Gracias a ti por invitarme —murmuró Draco.

La pareja fue acortando la distancia entre ellos, Draco posó ambas manos en la cintura de Harry mientras qué él rodeaba al rubio por el cuello, transcurrieron unos segundos antes de volver a juntar sus labios. No se habían vuelto a besar desde qué entró el año nuevo.

Era un beso lento y dulce, por primera vez tocaban sus labios con suavidad, cómo si fuera lo más delicado del mundo, lentamente fue tomando forma, sin perder la ternura del beso. Los chicos se besaron durante varios y largos segundos hasta qué la falta de aire les obligó a separarse. Sus ojos conectaron, mirándolos con adoración y una sonrisa en sus labios.

Harry abrazó a Draco y fue en ese instante qué su mirada paseó un poco por el lugar y a una distancia prudente de ellos se encontraba de pie observándolos un dúo qué él conocía perfectamente: Sirius y Regulus Black.

El muchacho se apartó con cara de susto y culpabilidad. Draco iba a protestar el por qué de su reacción y se giró por acto reflejo, mirando sobre su hombro, encontrándose con una figura familiar.

—¡Te dije Regulus qué Harry y Draco tendrían una cita! ¿No es este el lugar más romántico para eso? —preguntó el hombre observando a su hermano con notoria felicidad.

Regulus rodó los ojos.

—En realidad es cosa de ellos, no tendrías qué haber interrumpido —regañó Regulus.

—No interrumpí nada —se defendió—, ellos se apartaron, yo sólo comenté qué tenía razón

—Si-Sirius yo… —titubeó Harry.

—No tienen qué dar explicaciones de tú vida Harry, ni tú querido sobrino, además yo no soy ningún tonto y me percaté de las miradas qué compartían en las festividades navideñas —alegó Sirius.

Draco se ruborizó, no obstante no se notaba gracias a la iluminación del lugar.

—Ustedes sabrán lo qué hacen con su vida, ya son lo suficientemente mayores y no dejen qué nada ni nadie les haga dudar o cambiar de opinión —aconsejó el mayor.

—¿Ya eres poeta hermano? —se burló Regulus.

—Siempre he sido una caja de monerías —alardeó Sirius.

Draco giró sobre sus talones, quedando frente a los dos hermanos, los nervios se crisparon dentro de su ser, no obstante la duda qué rondaba en ese momento su cabeza era más fuerte.

—¿Son hermanos? —preguntó el rubio.

—Sí, aunque yo soy más guapo —dijo Sirius— ¡Auch! Me dolió —se quejó cuando Regulus le propinó un golpe en las costillas con el codo.

—Esa era la idea —dijo Regulus, y volvió a prestar atención a la pareja—. Regulus Black, un placer

Draco estrechó la mano con la del hombre qué la ofrecía y comprendió entonces qué también era familia directa de él.

—Entonces, ¿también eres mi tío?

—Sí, qué pequeño es el mundo ¿No?

—Lo es —Draco sonrió con nerviosismo.

—¿Les puedo pedir un favor? —preguntó Harry.

—El que gustes ahijado —dijo Sirius.

—No comenten nada de esto a mis padres, yo mismo se los diré cuándo sea el momento —dijo Harry.

—No tienen de qué preocuparse —dijo Regulus—, su secreto estará a salvo con nosotros

—No lo duden —añadió Sirius—. Nosotros nos retiramos, qué pasen una buena noche, ya sabes cualquier cosa estaré en la cabina, no tarda en salir la banda y tú padre en llegar

—Gracias —dijo Harry.

—Les mandaremos a un camarero en un instante —dijo Regulus.

—¿Trabajarás aquí? —preguntó Harry.

—Así es, ahora qué al fin me titulé de la maestría en finanzas ayudaré al negocio familiar, además ya no vivo en Grimmauld Place, no fue fácil pero logré dejar esa casa llena de reglas y buenos modales —comentó el menor de los Black.

—Me alegra mucho —dijo Harry con sinceridad.

—A mi más, bueno los dejamos solos, disfruten su noche —dijo Regulus a modo de despedida.

Sirius les guiñó un ojo antes de dar media vuelta y dirigirse a la planta baja dónde se encontraba la cabina para supervisar el evento y quizá Sirius podría invitarle un chocolate caliente al hombre por el qué suspiraba.

—No me esperaba eso —confesó Draco.

—Yo tampoco, pero Sirius es una persona comprensiva y siempre me ha dado la confianza para contarle todo y deduzco qué me buscará para qué le cuente los detalles de cómo terminamos juntos —Harry se río y Draco le siguió.

—¿Dónde podemos ver mejor el evento? —preguntó Draco.

—Me gusta estar allá —Harry señaló una mesa en el medio, justo a la orilla, así cómo el resto de las mesas con el fin de despejar la pista de baile.

—Vamos

Harry los guio y Draco tomó la iniciativa para ayudar a Harry a sentarse, mientras qué el rubio tomó asiento frente a él en una mesa pequeña para dos personas.

—¿Crees qué tú padre nos vea? —preguntó Draco tratando de no sonar preocupado.

—No lo sé —admitió—, suele ir directamente a la cabina cuando llega, hay una puerta en la planta baja qué da a un pasillo directo ahí.

—¿Y sí nos encuentra? —preguntó.

—Le diré la verdad —aseguró, con plena tranquilidad.

Harry tenía claro qué a su padre no le importaba con quién saliera, era su madre quién le preocupaba su reacción, pero teniendo a James de su parte no todo podría resultar trágico.

...

Draco y Harry pasaron una velada romántica y divertida, y cómo lo prometió Regulus, les habían mandado a un camarero a atenderlos. La pareja cenó unas ricas hamburguesas con papas, la especialidad de la casa. Era tiempo para el postre y Harry sugirió algo diferente al volcán de chocolate qué siempre degustaba.

—Tráenos dos brownies de chocolate con helado de vainilla por favor —ordenó Harry.

—Espero qué esté tan delicioso cómo las hamburguesas —dijo Draco.

—La comida y bebidas son excelentes, Sirius ha supervisado cada cosa desde antes de abrir el café hasta el día de hoy —dijo Harry.

—Se nota

Draco no había probado en mucho tiempo una comida de restaurante tan deliciosa cómo esa. Siempre fue cliente de los mejores restaurantes de Londres y todo Reino Unido, no obstante esa noche se había quedado sin palabras al degustar comida rápida.

—¿Qué te ha parecido? —preguntó Harry cuando terminaron el postre, de fondo la nueva banda tocaba algunas canciones, volviendo locos a cada uno de los clientes.

—Mejor de lo qué esperaba —admitió.

Harry sonrió satisfecho.

En ese instante la banda anunció al público qué visitaba esa noche "The camp rock" qué sacara a bailar a su pareja, mejor amigo o amiga, esposo/a, amante, cita o quién fuera para bailar una canción muy especial y romántica.

Los nervios de Draco se crisparon y Harry fue quién se dio valor para levantarse de su asiento y pararse junto al rubio.

—¿Quieres bailar? —preguntó, completamente sonrojado y más nervioso qué Draco.

—Será un placer —respondió el rubio, con un ligero toque de nerviosismo en su voz.

La pareja se encaminó al centro de la pista qué en realidad era el espacio entre el barandal y las mesas, no obstante era amplio para bailar, considerando qué eran los únicos qué ocupaban el primer piso del lugar.

La melodía comenzó a sonar y Draco posó ambas manos en su cintura, y Harry rodeó su cuello con los brazos, era su posición favorita al abrazarse, besarse y ahora para bailar. Los chicos se movían de un lado a otro a un ritmo lento, sus cuerpos estaban juntos, emanando un calor agradable y envolvente, en un punto de la canción todo a su alrededor desapareció y sólo eran ellos dos y la música haciéndoles compañía. Harry bajó sus brazos a la espalda del rubio para envolverlo en un abrazo y esconder su rostro en el hueco de su cuello. Draco cerró los ojos, dejándose llevar por el momento, no podía haber nada más perfecto qué él y Harry juntos.

Al terminar la melodía, se apartaron para mirarse, la escasa iluminación no impedía ver ese brillo en sus ojos, Draco se inclinó hacía Harry quién comprendió el mensaje y volvieron a unir sus labios en un beso hambriento, no obstante no duró mucho, Draco terminó el beso a los pocos segundos y volvió la mirada a Harry.

—¿Qué pasa? —preguntó Harry con un hilo de voz.

—Harry, yo… no me siento cómodo besándote y pensar si vamos a pedir perdón después o tomarnos atribuciones qué no nos corresponden —comenzó Draco.

—Pero yo tengo tantas ganas de besarte cómo tú —lloriqueó el aludido.

—Lo sé pero me refiero a qué quiero hacer las cosas bien contigo —dijo el rubio.

—¿A qué te refieres? —preguntó Harry, observando a Draco con devoción y eso no ayudó a su nerviosismo.

—Harry se qué esta es nuestra primera cita pero estoy muy seguro de lo qué siento y también soy consciente de qué nos queda mucho camino por recorrer y quiero hacerlo a tú lado, por eso hoy te pregunto —Draco sentía los nervios subir por la garganta y contraer varios músculos impidiendo decir una palabra más, no obstante tomó aire antes de continuar—: ¿Quieres ser mi novio?

Harry se tensó al escuchar tal pregunta, Draco tomaba sus mejillas y le miraba directamente a los ojos, los cuáles amenazaban con soltar lágrimas en abundantes cantidades.

Al ver qué Harry no le respondía, temió lo peor.

—Si quiero Draco, si quiero ser tú novio —respondió al fin.

A Draco le volvió el alma al cuerpo, en su rostro se dibujó una amplia sonrisa reflejando la felicidad qué sentía y volvió a juntar sus labios con los de Harry.

Su primer beso oficial cómo novios fue diferente a todos los demás, los sentimientos dentro de ellos tomaron mucha más intensidad y seguridad. Draco acariciaba las mejillas de Harry y este último pegaba más su cuerpo al contrario, aumentando la velocidad del beso, pero fue la falta de aire lo qué les obligó a separarse.

—Te quiero Draco —murmuró Harry.

—Te quiero más Harry

Volvieron a unir sus labios en un beso hambriento y necesitado, envolviéndose en un cálido abrazo.

*̥*̥

¡Hola! este capítulo es muy especial por qué al fin Harry y Draco son novios, tal vez parezca un poco apresurado pero es por el bien de la trama, jajaja, pediré disculpas desde ahora )': jajaja, no les daré spoilers pero... se viene... Me gustaría saber su opinión sobre ¿Cuál creen qué sea la reacción de Lily cuando se entere de la nueva relación?, y tal vez a más de uno no le guste pero a ellos no les importará ¿o si?... los dejaré con la duda, jaja. Agradezco infinitamente el apoyo 3 Nos vemos en la próxima 3 Ale 3