Dentro de la comisaria, entre gritos, señalamientos, groserías y un largo tiempo incómodo de acusaciones y levantamientos de actas, finalmente el policía pudo llevar a los chicos a casa, en tanto Milliardo se quedó detenido, de momento sin derecho a fianza, ya había llamado a su abogado y a la mañana siguiente comenzarían las investigaciones oficiales.
El oficial encargado, llevó primero a Wufei a su casa, acto seguido se llevó a la pareja de hermanos, tal como lo dijo a la señora Yuy, dejó el auto en la propiedad y él se marchó pidiendo un taxi.
Duo se negó a ir a un Hospital para valoración, y ya que no hubo acusación de abuso sexual, solo le tomaron fotografías a sus heridas, no hubo otro parte médico más específico.
En cuanto abrieron la puerta, Trowa despertó a Quatre, que se había quedado dormido en el sillón, el rubio apenas si se talló los ojos y aun medio despierto, corrió hacia Duo y le dio un efusivo y fuerte abrazo.
—¿Qué te hizo? ¿Estás bien? —preguntó alterado
—No te preocupes, estoy bien, yo solo —hizo una pausa para agarrar aire, estaba muy cansado— Quiero ir a dormir, por la mañana hablamos
El trenzado no dijo más y sin aceptar la ayuda de Heero, subió a su recámara, en cuanto se acostó en su cama, se quedó por completo dormido, estaba agotado.
—Será mejor que nos retiremos —comentó Trowa
—De ninguna manera, quédense que es muy tarde —miró la hora— Son casi las 3 de la mañana
—Pero —habló el rubio
—Nada de peros, les dejaré mi habitación y yo dormiré con Duo —explicó
—Gracias —Trowa agarró la mano de Quatre para que se retiraran, pero el más bajito no quería irse aún
—Espera amor —miró después a Heero— ¿Qué más pasó? Intuyo que algo malo
Él que solía ser muy perceptivo se dio cuenta que algo más que solo el secuestro sucedió
—Milliardo en venganza gritó a los 4 vientos lo que hay entre Duo y yo —confesó sabiendo que no iba a poder mentir
—Por Dios —se tapó Quatre la boca, sorprendido— ¿Frente a tus papás?
—Sí, pero solo Mamá escuchó, mi Papá fue golpeado por Milliardo y estaba un poco aturdido, no prestó atención
—Supongo no estaba muy feliz
—No hemos hablado, pero es verdad, no parecía contenta, en fin, yo también quiero descansar, si no les importa
—No, perdona que sea metiche
—Claro que no, te importa Duo y eso lo aprecio, no te disculpes
—Vaya, es amable —pensó Trowa, no conocía mucho de Heero, pero antes que fuera pareja de Duo, este siempre hablaba mal de él
—Les enseñaré mi habitación
—Descuida, yo conozco la casa —sonrió Quatre— Ve con Duo
—Bien, con permiso —pasando de lado a la pareja, subió inmediatamente a la alcoba
El trenzado ya dormía como todo un tronco, Heero subió a la cama y lo abrazó con fuerza por la espalda, sintiéndose aliviado de tenerlo ahí, sano y salvo.
Trowa y Quatre entraron también en la habitación de Heero, al mayor no le tomó tiempo quedarse dormido, pero el rubio tardó más debido a la siesta que tomó.
—Pobre Duo, pasó por mucho, solo merece ser feliz, espero sus padres sean comprensivos.
Con esa idea en mente se quedó dormido por fin
.
Poco a poco el trenzado se despertó, sintiendo felicidad de encontrarse en su habitación, aunque los malos recuerdos de la noche anterior acudieron a su mente. La humillación no iba a ser borrada con tanta facilidad, el otro hombre se portó como un verdadero patán.
Se puso los zapatos y fue al baño a echarse agua, al pasar por la habitación de Heero la vio con la cama muy limpia y ordenada, ya que él no lo era tanto, intuyó que sus amigos se quedaron a dormir ahí y que Quatre ordenó todo.
Bajó a la cocina, dentro de ella estaban Heero y Trowa preparando el desayuno, mientras que Quatre esperaba sentado en el comedor, al ver a su amigo rápido se levantó y fue por él para sujetarlo suavemente del brazo
—¿Cómo estás? —preguntó mientras lo llevaba al comedor
—Bien, gracias —sonrió amplio
Miró hacia la cocina, su novio le sonrió y se miraron por un largo rato, luego el trenzado sintió la mirada insistente sobre él de su amigo y volteó a verlo, Quatre miraba con interés las laceraciones de su piel, estaba preocupado
—Estoy bien —tranquilizó el trenzado
—Ese maldito
—Estará encerrado al menos un tiempo, eso le enseñará —comentó Duo convencido
—Siéntense, ya está esto —avisó Trowa
El par de cocineros sirvió para sus parejas y para ellos mismos, los 4 se sentaron a la mesa y comieron en silencio, casi a punto de finalizar, escucharon la puerta de entrada abrirse, se trataba de la señora Yuy, parecía muy cansada.
La mujer se detuvo en el comedor y miró la escena, pero dirigió su mirada hacia la pareja de amigos de sus hijos
—Gracias chicos por su apoyo, pero ¿podrían retirarse? Tenemos asuntos pendientes aquí —expresó con seriedad, sin dirigir la mirada a los otros dos
—Sí señora —contestó Quatre, intentando ponerse de pie
—Termina tu desayuno querido —habló antes que se parara— Igual tomaré un baño mientras
Sin decir más, se retiró a la parte de arriba para tomar su baño, hubo silencio después de su partida, todos notaron la cara de tristeza de Duo, sintiéndose culpable
—Nosotros nos vamos —interrumpió el mutismo Trowa, pues ya él y el otro habían terminado de comer su desayuno
—Dejen, yo me encargaré —dijo Heero a la pareja cuando quisieron levantar sus trastos
—Entonces, hasta luego, mucha suerte —expresó el rubio
La pareja salió de la casa después de despedirse, ahí fuera se tomaron de la mano y comenzaron a caminar rumbo a su pequeña casita
—¿Crees que les vaya bien con ese asunto?
—Eso espero —respondió Trowa
Ya no hablaron más del tema y se retiraron.
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Una vez que terminaron de lavar la loza entre los dos, Heero y Duo se sentaron en el sillón de la sala, cerca uno del otro, ya no había nada que ocultar, solo quedaba enfrentar la realidad
La señora Yuy tardó en bajar, aun confundida y sin saber como manejar la situación, tomó su tiempo para armarse de valor
Finalmente bajó al primer piso, sus hijos estaban ahí, esperándola. Verlos sentados juntos se sintió como una apuñalada al corazón, era obvio que lo que dijo aquel tipo era verdad, esos dos chicos a quienes intentó criar como hermanos, tenían una relación más allá de eso
—¿Cómo está papá? —rompió el hielo Heero
—Bien, iré por él al rato, no fue grave —respondió aunque seca, luego lanzó un largo y doloroso suspiro— ¿Qué pasó anoche? ¿Por qué ese tipo dijo eso? —preguntó aunque la respuesta para ella era bastante obvia
—Para humillar a Duo —respondió el de ojos azules— Porque no soportó que lo dejara
La señora Yuy no dirigió ni una sola mirada hacia Duo, eso le dolió mucho, era obvio que lo odiaría, él llegó después, el único a quien consideraría hijo sería a Heero, era bastante claro
—Entonces lo asumo, que ustedes —tragó saliva con fuerza, como nunca— Son pareja
—Sí, nos amamos —respondió Heero sin titubear, queriendo agarrar la mano de Duo, pero este se acobardó, aunque no lo contradijo, no se dejó tocar
—¿Cómo pasó algo así? —preguntó, esta vez finalmente mirando al trenzado— Los hemos tratado igual, como a nuestros hijos, para que sean hermanos
—Perdóname —habló de nuevo Heero— La verdad es que, yo… a mí ya me gustaba Duo, antes que lo adoptaran —confesó, el trenzado volteó a mirarlo
—¿Qué? —inquirió la señora Yuy
—Que yo ya quería a Duo, desde hace mucho tiempo —lo miró, intentando encontrar su mirada de vuelta, pero el trenzado estaba mudo, avergonzado, entonces miró otra vez a su mamá
—Entonces es por eso, tú insististe en que lo adoptáramos, era para aprovecharte ¿es así? —cuestionó con horror
—¿Aprovecharme? No, no quise aprovecharme, estaba preocupado por él, porque estaba solo
—Heero —susurró sorprendido, esta vez mirándolo de reojo
—No quería que él sufriera, en algún orfanato o casa de acogida temporal, quería que se sintiera acompañado y querido, es todo, no miento —dijo sinceramente
—Por Dios ¿Qué hiciste? Hijo…
—Si tengo que dejar este apellido y esta casa, lo haré, pero por favor, cuiden de Duo. Me alejaré hasta que cumpla la mayoría de edad, lo prometo —pidió Heero, poniéndose de pie y agachándose casi 90 grados para suplicar
Tanto la señora como Duo estaban sorprendidos, ninguno esperó aquello
—Hijo, eres nuestro hijo, no harás eso —contradijo rápido
—Entonces el que se irá soy yo, pero por favor, no culpen a Heero, soy yo quien insistió con él, lo amo, pero si me tengo que alejar para no perjudicarlo, lo haré —esta vez fue Duo quien se levantó y luego agachó en señal de súplica
La señora Yuy miró a los dos con sorpresa, ambos se querían pero también se preocupaban el uno por el otro, jamás imaginó que algo así sucedería. Estaban dispuestos a separarse un tiempo con tal de obtener su aprobación
—Levántense —pidió la mujer— ¿Creen que soy una Juez? —inquirió apenada— Ni siquiera lo he hablado con su padre
Ambos chicos se irguieron pero permanecieron de pie, esta vez se tomaron de las manos
—Sinceramente no sé cómo sentirme ni qué pensar, pero si creen que los trataré como delincuentes están equivocados —respiró profundo— Es cierto que preferiría tener dos hijos y que estos se miraran como hermanos, pero no puedo mandar en sus corazones, eso es obvio
—¿Eso quiere decir…?
—Que no les pediré que se separen, no les prohibiré que sean pareja, pero puedo poner límites —se sonrojó un poco— Ustedes ¿han tenido intimidad?
—Sí —respondieron con honestidad los dos
—¿Aquí? —preguntó, aunque esta vez sí parecía enojada
—Sí —esta vez solo respondió Heero, mientras Duo se cohibió
—Nunca más, aquí jamás, respeten esta casa —ordenó con autoridad
—Lo sentimos mucho —hablaron al mismo tiempo
—Ni hablar —suspiró con agobio— Incluso si no tienen sexo, no quiero que duerman juntos, no se bañarán juntos, no se besarán frente a mí, no se traten como hermanos si no quieren, pero tampoco como pareja ¿entendieron?
—Sí, mamá —habló Duo, esperando la reacción, quizás ella le prohibiría hablarle así, pero no lo hizo, la señora solo suspiró
—Hablaremos con papá cuando regrese, iré de vuelta al hospital
—Gracias mamá, por entenderlo —comentó Heero, volviendo hacer una reverencia
—Bueno, me voy, compórtense ¿de acuerdo?
Ambos asintieron. La señora agarró su bolsa que había dejado en el perchero del recibidor y luego agarró las llaves, esta vez yéndose en su auto.
Quedó un silencio entre ambos por un tiempo, luego se miraron mutuamente y se dieron un abrazo, después un beso, al terminar se miraron a los ojos
—Falta la reacción de Papá ¿crees que lo acepte?
—No lo sé —suspiró el trenzado— Mientras, tendremos que pensar dónde iremos para hacerlo
—¿Solo piensas en sexo? —preguntó Heero
—Sabes que no —sonrió tímidamente— Es que justo ahora siento que te necesito mucho, pero seré fiel a mi promesa, no decepcionaré a mamá
—Habrá mucho tiempo para eso ¿sí? —se acercó y lo sujetó de las mejillas, luego le dio otro beso— Quédate aquí, saldré un momento
—¿A dónde vas?
—Casa de los Peacecraft
—¿Qué? —preguntó confundido
—No lo sabes, pero si te encontramos fue gracias a Relena, sabes lo que siente por mí, creo que es prudente darle las gracias
—¿En serio? —preguntó sorprendido, Heero asintió
—Entonces dale las gracias de mi parte también
—Lo haré
Se dieron un abrazo antes que Heero se marchara.
—Vaya ¿Quién lo hubiera dicho? Te juzgué mal niña —sonrió con alivio, si ella ayudó, seguro que ya no intentaría nada con Heero, aunque él confiaba mucho en su novio y sabía que jamás le sería infiel, pero al menos ya no la tendría tras él.
¡Hola! Gracias por leer, cómo creen que reaccionará el papá? lo aprobará también? Dejen sus comentarios, gracias!
