CAPÍTULO 12:

INTENTANDO NO CAER

Cuando Hinata llegó a su casa se sintió más cansada que nunca, ya lo había pensado antes, pero visitar la casa de los Uchiha solo hacía que su cariño hacia cada uno de los miembros de la familia aumentara y su situación ya de por si complicada solo se pusiera peor.

Se removió en su cama y avergonzada recordó los momentos vividos en la residencia Uchiha.

Cuando llegaron a la casa del chico el hombro de Sasuke se encontraba muy empapado a causa de la lluvia, mientras que ella no tenía ni una solo gota de agua, haciéndola sentir culpable.

—Lo siento—dijo arrepentida, pero para sorpresa de la chica en vez de soltar sus habituales monosílabos le dio un pequeño toque en la frente.

—Si no fuera por tu paraguas estaría empapado de verdad—dijo como si nada.

Mikoto, que estaba en el umbral del pasillo soltó un suspiro lleno de emoción. Al principio había estado bastante escéptica con todo el tema de la novia de Sasuke, conocía a su hijo y le dificultaba creer que salía con alguien. Pero apenas conoció a Hinata todas sus dudas desaparecieron, estaba segura qué no existía otra persona para estar con su pequeño.

Atrás de la mujer Fugaku también observaba todo, él a diferencia de su esposa no era el tema de una novia lo que más le había preocupado en primera estancia, ya que a él no le importaba esos temas, si salía o no con alguien era cosa suya, fuera chica o chico. Pero que su hijo mantuviera una relación con la hija de su enemigo jurado; no le sentó muy bien.

Claro que solo hizo falta una reunión con la chica para darse cuenta de lo diferente que era de Hiashi, incluso a veces le costaba creer que ese pequeño ser de luz hubiera nacido de un malnacido como lo era el patriarca de los Hyuga.

Pero lo que más le gustaba de la chica era su capacidad para que su hijo menor sonriera. Porque incluso el propio Sasuke tal vez no lo había notado, pero su habitual aura de amargura se suavizaba cuando la chica estaba presente.

—Son tan lindos—dijo Mikoto logrando sonrojar a ambos. —Iré por una toalla, esperen aquí—dijo la mujer divertida.

Cuando la matriarca de los Uchiha volvió trajo dos toallas. Le tendió una a Sasuke y la otra se la dio a Hinata. Que, aunque estaba muy seca por su pelo sí que habían llegado algunas gotas de lluvia a causa del viento.

Sin preguntar la mujer empezó a secar la melena de la chica.

Hinata sentía arder su cara más que nunca. Sabía que posiblemente lo que estaba empezando a sentir por Sasuke y su familia solo complicaría las cosas, pero ahora solo quería disfrutar del momento. Las cálidas manos de Mikoto la llevaban a su pasado, cuando su madre aún vivía.

Una vez estuvieron listos Fugaku se fue a la sala y Sasuke al baño, aunque se había secado prefería darse un baño para no pescar ningún resfriado.

Por otra parte, Mikoto arrastró a Hinata a la cocina, ya lo había pensado la otra vez, pero por como hablaba con Hinata acerca de sus secretos culinarios estaba convencida que la chica tenía muy buena sazón.

—¿Te parece bien si cocinamos juntas? —preguntó haciendo que Hinata asintiera al instante.

Nuevamente Hinata sentía una pisca de envidia por la familia de Sasuke, no podía evitarlo Mikoto desprendía el mismo calor que su difunta madre y sin poder evitarlo no hacía más que querer cada vez más a la mujer. De alguna manera y sin quererlo le hacía sentir que de nuevo tenía a su madre a su lado, la calidez que irradiaba aquella magnifica mujer la hacía sentir demasiado segura y comenzaba a temer que después que ella y Sasuke rompieran esos momentos desaparecerían.

Intentando borrar esas preocupaciones comenzó a cocinar junto a la mujer, ya se lo había dicho. Por ahora disfrutaría del tiempo con esa familia.

Sasuke una vez hubo terminado su baño se acercó al umbral de la cocina, que comenzaba a desprender un muy buen olor y quedó encandilado con la imagen que sus ojos presenciaban.

Sabía que Hinata era hermosa, pero con aquel delantal blanco la hacía ver como un hada. Además, que se llevara tan bien con su madre hacía que su corazón latiera aún más.

—Se ven muy felices juntas—la voz de su hermano mayor le hizo pegar un pequeño grito interno que no exteriorizó.

Por el contrario, solo le lanzó una gélida mirada logrando que Itachi sonriera.

—Hinata-chan parece una buena chica—dijo haciendo gruñir al menor. —No niego que tú y Naruto no hubieran hecho buena pareja, pero creo que te vez bien con ella también—soltó burlón.

Esta vez Sasuke no se molestó en contestarle, sabía que si decía algo solo soltaría algún improperio y estaba de bueno humor como para ahora recibir algún regaño de su madre por comenzar una pelea con su hermano.

—Si la he escogido yo, claramente es la mejor opción—respondió altivo sorprendiendo a Itachi, pero que sonrió al ver que su tonto hermano menor comenzaba a madurar.

Ajenas a todo Hinata y Mikoto seguían cocinando en coordinada armonía.

Cuando llegó la hora de la cena todos se sentaron juntos y la comida de ambas fue alaba a penas los tres hombres probaron un bocado. Hinata no podía dejar de sonreír, ya que no solo era Mikoto quien se había ganado su cariño, sino Fugaku e Itachi también.

De manera diferentes los tres comenzaban a convertirse en personas importantes para ella. Fugaku podía parecer bastante frío y distante como su padre, pero a diferencia de él, el hombre podía ser mucho más cálido, a veces se preguntaba si justamente era la presencia de Mikoto lo que hacía actuar así. No podía evitar preguntarse; si su madre siguiera viva su padre también sería así.

Itachi era un amor de persona, gracioso y elocuente, le encantaba hablar con él porque siempre podía aprender algo nuevo, era casi como hablar con una enciclopedia parlante, capaz de rebatir cualquier argumento.

—Definitivamente Hinata-chan se convertirá en una gran esposa—dijo Mikoto logrando avergonzar a la chica y ligeramente a Sasuke.

—Y una gran nuera—apuntó de pronto Fugaku dejando asombrado a Sasuke ya que su padre no era de dar cumplidos, así como así.

—Por no decir que una gran cuñada—dijo Itachi sumándose al carrusel de halagos.

La pobre chica no sabía dónde meterse, no solo por lo bien que le hacían sentir sus palabras, sino porque parte de ella comenzaba a desear que fuera real. De pronto la mano de Sasuke en la suya la sorprendió.

—Dejen de avergonzarla, ella sabe perfectamente lo genial que es sin que se lo digáis a cada rato—dijo Sasuke como si nada.

Hinata sentía que su cara cada vez se ponía mucho más roja, sentía que sus actuaciones con Sasuke cada vez dejaban de ser menos falsas y sus sentimientos por él no dejaban de aumentar.

Intercambiaron miradas, sin que ninguno de los dos se percatara de lo que comenzaban a sentir el uno por el otro.

oOoOoOoOo

Las fans del Uchiha estaban reunidas en una pequeña oficina, la cual servía como su sede de club fuera de la escuela desde hace un año. Habían tenido que organizar una reunión de emergencia a causa de lo que algunas de las miembros habían presenciado. El asunto de Hinata Hyuga comenzaba a tener mucho más peso del que le habían dado en un primer momento y sentían que ya no se podían quedar con las manos cruzadas.

El problema es que la chica había conseguido que el unido club se sintiera dividido.

—Chicas—llamó la presidenta del club, pero el bullicio no paraba. —¡Chicas! —dijo ya más enfadada usando el mazo que empleaban para las juntas.

El potente grito de Hotaru logro que las demás integrantes se silenciasen de golpe, todas le tenía mucho respeto a la chica, después de todo Sakura, Ino y Karin la habían dejado como responsable cuando ellas dejaron el club.

Después de la marcha de ellas tres se habían tenido que volver a organizar y sobretodo delegar nuevos roles para que el club funcionara tan bien como antes. Hotaru estuvo a la altura de las expectativas de los demás miembros, incluso mejoró alguna que otra cosa.

Por su parte Hotaru había disfrutado mucho del reto que le habían dejado, además su amor por Sasuke era sincero, sabía que el chico escondía más cosas de lo que se veían a simple vista. Además, él sin saberlo la había ayudado en más de una ocasión, por ello sentía que le debía muchas cosas al chico.

El problema es que, aunque aún amaba e idolatraba al Uchiha, sabía que su amor por él siempre sería algo platónico.

No se quejaba, lo había aceptado desde el principio, entendía que jamás podría entablar otro tipo de relación con él. Además, la regla más importante del club era que Sasuke es de todas, ninguna podría atreverse a monopolizarlo. Así que como presidenta del club era algo que tenía más que claro.

Varias de las presentes lo habían seguido desde el preescolar, incluso algunas afortunadas como ella habían estado en la misma clase durante todo ese tiempo, lo habían observado lo más silenciosas que podían, ya que a veces el chico era demasiado candente como para evitar gritar por él.

Habían estado presentes en varias etapas de su vida, como su tiempo de lobo solitario, donde incluso se peleó con Naruto.

Amaban cada una de las versiones del chico, lo aceptaban tal cual era. Pero la presencia de Hinata Hyuga lo había cambiado todo. El Uchiha Sasuke que se mostraba con ella era uno que ninguna reconocía, uno que jamás habían visto, con actitudes que no parecían suyas.

—Hotaru-san, tenemos que hacer algo. No podemos quedarnos quietas, Hinata Hyuga ha de pagar por su ofensa—dijo la portavoz de las alumnas de primero, las cuales eran las más nuevas.

La rubia soltó un suspiro, justamente las más miembros más recientes eran las que deseaban vengarse de la novia de Sasuke, mientras que las más antiguas habían comprendido lo bien que le hacía la chica a él.

—No podemos atentar con algo que hace feliz a nuestro príncipe—dijo Ayame, quien era la portavoz de tercero.

—Es una ladrona—apuntó Kotohime, la portavoz de primero.

—¡Exacto! —secundo Kagero, la segunda al mando de las de primero.

De nuevo los gritos se hicieron presentes en la sala y el bullicio volvió a inundarla.

Hotaru al igual que muchas de las presentes se encontraba en una lucha interna, su parte más egoísta les decía que tenían que hacer fuera a Hinata, que solo se robaría a su príncipe. Pero su otro yo, el que amaba a Sasuke las alentaba a defender a la chica si con eso conseguían proteger la felicidad de su amado.

—¡Todas estamos aquí por un motivo! —dijo Hotaru de golpe. —Sasuke—apenas pronunció su nombre las chicas comenzaron a gritar a coro el nombre del Uchiha. —Todo este tiempo hemos sido observadoras y eso siempre nos ha bastado. Nosotras somos quienes más lo amamos. Por eso, si la Hyuga lo hace feliz no podemos interferir—dijo seria, una parte de ella le dolía decir aquello, pero también estaba convencida que era lo mejor.

Ella podía notar en la cara de varias miembros como no estaban de acuerdo con lo que decía, pero aún si varias estuvieran en su contra quería proteger la felicidad del chico que quería.

—¡No es justo, nosotras lo amamos más que ella! —gritó Kin, una de las miembros de segundo.

—Es por eso que no debemos hacer nada, si lo amamos de verdad debemos alegrarnos por él—dijo Sasame, una alumna de primero.

—Esto se decidirá por votación. Las que estén de acuerdo con hacer algo contra la Hyuga que levanten sus manos—dijo Hotaru.

Varias alumnas de primero comenzaron a alzar sus manos al igual que algunas de segundo y alguna de tercero. pero parecía que las palabras de la presidenta habían calado en varias, porque no eran tantas como pensaba.

—Las que quieran proteger la felicidad de Sasuke-kun que levanten sus manos —dijo con pesar y aunque a varias les costó más de la mitad de la sala levantó a favor de la petición. —Con esto, aceptamos a Hinata Hyuga como la novia oficial de Sasuke-kun. Podemos dar por cerrada la sesión —dijo dando un golpe con el mazo.

Se pudo escuchar algunos llantos, no era fácil aceptar la decisión que acaban de tomar, pero su amor por él valía cualquier sacrificio.

Otras solo miraron con rencor a la presidenta, no se pensaban rendir con su amado príncipe.


Notas de la autora: Bien, aquí estoy de nuevo, sé que estuve algo desaparecida, pero ya regresé. No sé si se esperaban estas reacciones por parte de las fans de Sasuke. La verdad es que esta historia pensaba hacerla muy cortita, pero se me está alargando más de lo planeado. De todas maneras, espero que les guste.

Gracias por todo.

Ya nos leemos