Capitulo 2: Con la Agente y el Millonario

-.-.-.-.-.-.-En algun departamento de la ciudad de Nueva York.-.-.-.-.-.-

Nos encontramos con un joven de unos 18 años de edad, durmiendo con calma en su habitación. Pues hoy no tenia ni la mas mínima intensión de levantarse temprano.

Aunque debería hacerlo.

No es que él fuera un vago ni nada, pero no tuvo una buena noche que digamos. Aun se cuestionaba a si mismo si había sido una buena idea el haber dejado que su prima lo manipulase para enlistarse en esa tonta Escuela de Héroes a ultimo momento. La verdad él estaba mejor solo, y tampoco sentía la necesidad de involucrar a otros en su extraña vida. Además, estaba casi 100% seguro que cuando vieran lo que él "realmente" podía hacer, los de S.H.I.E.L.D lo meterían en cautiverio directo al CUBO, o en el peor de los casos... a La Zona Negativa. Claro, si es que él antes no escapaba de ellos, para luego ir a encontrarse con su "querida" prima y darle un buen golpe por haberlo metido en ese embrollo.

—¡Arriba! ¡ARRIBAAAAAA...! ¡Los de S.H.I.E.L.D llegaran en unos momentos!— grito una guapa jovencita entrando a la habitación de repente, con una gran sonrisa en su rostro y una pequeña libreta en su mano izquierda.

—(Hablando del rey de Roma...)—pensó el joven, aun sin levantarse pese a lo que había dicho su prima. De echo, en lugar de eso solo se tapo mas el rostro y la cabeza con las sabanas —¿Sabes?, no creo que esto sea buena idea Mery...— le comento tratando de mantener su voz serena, aunque en el fondo sonara algo preocupado.

—¡Tsk! Claro que no Maykol...— le contesto chasqueando la lengua, restandole importancia a su opinion —esto sera una buena experiencia para ti... Y para mi también— agrego, sonando tan segura y a la vez autoritaria.

Ante ese comentario, Maykol resoplo y se destapo totalmente, para luego mirar serio a su prima y estar a punto de decirle sus razones del porque no quería ir a esa dichosa escuela. Deteniendose de pronto, cuando se fijo en lo que llevaba puesto, parpadeando varias veces y sorprendiéndose de que su prima se vistiera tan guapa para ir a un estúpido colegio. En eso carraspeo un poco y se sentó de medio lado, dejando su pie derecho caer suavemente a un costado de la cama.

—Mery, no es por nada pero... ¿Porque te vestiste así?— le pregunto, aun algo sorprendido. No era que le molestara ni nada, pero no iban a ir de paseo o algo parecido.

—¿Que no es obvio?... —le pregunto, haciendo que Maykol negara con expresión serena e inocente, demostrando que en verdad no la entendía. Logrando de esa manera que Mery resoplara y elevara sus ojos al techo de la habitación —Pues...— exclamo haciendo una pausa dramática, provocando a su ves que Maykol rodara los ojos— ¡Iremos a ver a los Vengadores! y tampoco es para menos, pero también estarán los 4 Fantasticos... Debo dar una buena impresión ¿No crees?— le contesto feliz haciendo que su primo sonriera de medio lado.

—Ahhh... Bien, tu ganas. Me vestiré, ¿así que podrías retirarte...? —le pidió amablemente. Haciendo que ésta pusiera una expresión de asco, aunque en realidad solo estaba jugando.

—Ni que estuviera tan loca para quedarme...— le respondió, saliendo de la habitación y cerrando la puerta.

En eso uno cuantos minutos despues, cuando se dio la vuelta para dirigirse a la cocina a prepararle algo de comer a Maykol, se dio un tremendo susto cuando vio de repente a una mujer de corta cabellera rojiza.

Ésta estaba sentada en el cillon individual de su sala tranquilamente, con sus piernas cruzadas y una soda en la mano. Traía consigo unas ropas negras que se encajaban muy bien a su cuerpo, llevando tambien unos zapatos de tacón y un sutil maquillaje. Pero lo que mas le llamo la atención de la chica, fue que sobre el hombro derecho de su traje portaba el escudo de S.H.I.E.L.D.

Rápidamente, Mery supo quien era aquella bella mujer a la que tenia en frente: Natasha Romanoff, mas conocida como la viuda negra. Encuentro que dejo totalmente congelada a la muchacha y si saber que decir, pues... no era para nada comun encontrarse en la sala de tu departamento a una famosa heroína que salvo al mundo de una invasión alienigena... ¿verdad?

Sin embargo al contrario de ella, Natasha no dejaba de verla de manera cordial, pues de algún lado se le hacia conocida, aun que la verdad no recordaba muy bien de donde. Comenzando a sonreirle de medio lado para suavizar el ambiente y estando a punto de romper ella misma el hielo, cuando de pronto Maykol salio de su habitación, dejandose ver por primera ves frente a la espia rusa.

Éste era un chico con una estatura promedio, de un extraño cabello verde peinado a los lados con el flequillo desordenado y unos profundos ojos azules que miraban su chaqueta naranja abierta. Debajo de esta tenia puesto una camiseta negra, combinada con unos pantalones vaqueros azul oscuro, zapatos marrones y un par de guante del mismo color. Cuando el joven levanto la vista y vio a la agente, su expresión serena se contrajo, tornándose seria, aun que sin llegar a verse hostil.

—Gusto en verlo Sr. Shinogua. Soy la agente Romanoff y vine a buscarlos a usted y a su acompañante para irnos... se nos hace tarde— dijo Tasha, con voz calmada y levantándose de su lugar.

—Si, lo sé... Creo que la situación era algo obvia— le contesto con obviedad, mirándola a los ojos y haciendo que una leve tensión se creara entre ellos por unos segundos. Hasta que...

—¡HYAAAHHH...!— grito de pronto feliz Mery, haciendo que ambos se sobresaltaran girando hacia ella, para luedo acercarse a Natasha y tomarla de la mano —Es un honor conocerla Srta. Romanoff, usted es una gran inspiración para mi y para muchas jóvenes del mundo...— dijo con adulación, haciendo que Maykol se golpeara la frente con la palma mientras negaba.

Eso habia sido vergonzoso.

Sin embargo, al contrario de él, Natasha solo sonrió por la energia y actitud de la chica. Por lo menos parece tendría a alguien con quien charlar de regreso al HeliTransporte.


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-En alguna parte de la ciudad de Manhattan-.-.-.-.-.-.-.-.-

Una chica de ojos grises, largo cabello negro y algo quebrado caminaba por las calles de la ciudad con una alegre expresión en su rostro. Su caminar movía su cabello con gracia hacia los costados y su suave perfume a jazmines dejaba cautivado a los hombres que caminaban a su lado. Pero ella ni cuenta se daba, pues su mente viajaba lejos de la realidad y la razón de la felicidad de la joven "Alisson Barns", era que la habían aceptado en la Escuela de Héroes. ¡Ya deseaba poder comenzar y ser más poderosa de lo que ya era! y por si fuera poco, su mejor amigo, "Alexander Smith", también había sido aceptado.

—*Suspiro* Alex, aun no puedo creerlo ¿Tu lo crees? — le pregunto algo somnolienta, pero sonando emocionando en cada una de sus palabras.

—Alisson, yo tampoco puedo creerlo pero... — trato de contestarle, sin poder evitar soltar un largo bostezo al final. Haciendo que Alisson se detuviera a verlo, hasta que terminara y lo contemplara medio dormido —¿Pero hacia falta levantarme un Sabado a las 7:30 a.m?— le pregunto un poco molesto, haciendo que Alisson sonriera de medio lado avergonzada.

Ante eso Alexander bufo molesto. Odiaba que Alisson hiciera eso, pero no por que lo arrastrara con su entusiasmo, sino por que siempre luego de hacer estas cosas ponía esas expresiones hermosas, que hacian que él realmente no pudiera enojarse con ella. Rayos... aveces odiaba estar tan enamorado de su mejor amiga, siendo tan simp de ella, que si alguna ves ésta le pedía que la acompañara a Cuba, éste como idiota enamorada la seguiría sin dudar. Misma razón por la que ahora un pequeño rugido de su estomago lo sacaba de sus pensamientos.

Ellos aun no habían desayunado nada. Ya que Alisson de la emoción, le había sacado de su casa antes de que siquiera probara un pedazo de pan, teniendo ahora que soportar una tremenda hambre en medio de la calle. Algo de lo que estaba seguro que ella también sufría ahora, aun que intentara disimularlo. Por lo que carraspeando y mirando a Alisson por el rabillo del ojo, estuvo a punto de ofrecerle ir a desayunar algo antes de continuar.

Eso hasta que de pronto, al doblar la esquina de una cuadra, vieron que frente a la casa de Alisson había un auto deportivo descapotable negro estacionado, del que salia un hombre de traje gris con una corbata negra y unos anteojos de cristales violetas. Presencia que hizo que a la joven se le parara la respiración.

—Al fin llegan, me tenían esperándolos... — les dijo el hombre, mirando su reloj de mano con una expresión de sorpresa y falso enojo —15 minutos, que desconsiderados... Creo que deberían disculparse conmigo— les pidio parándose de medio lado, mientras se cruzaba sus brazos y esperaba las disculpas de los jóvenes.

Sin embargo sus palabras no parecieron llegar a ningunos de los dos. Pues mientras Alex solo se le quedaba viendo con cansancio, Alisson estaba practicamente en shock, sintiendo como si su corazón fuera a tener un ataque de lo rápido que latía y que muy pronto sus piernas flaquearían en cualquier momento. Algo que el muchacho no tardo en notar de su amiga, haciendo que comenzara a mirar de manera fria al hombre frente a ellos.

—Sr. Stark ¿Que se supone que hace aquí? Creía que un agente de S.H.I.E.L.D. vendría por nosotros... —le cuestiono con una voz rasposa, haciendo que Tony deshiciera su pose y lo mirara.

—Pues, creíste mal. Lamentablemente solo estoy yo para llevarlos al HeliTransporte... — le respondió con un tono algo burlón y una expresión de "Y eso a mi que".

—Voy a morir...— exclamo Alisson casi sin aliento, llamando la atención de ambos hombres, para luego sacar de su bolsillo su telefono celular y acercándose corriendo a Tony. Solo para luego de eso, abrazarlo de la cintura y apoyar su cabeza en su hombro, mientras levantaba el celular y sacaba una, dos y hasta tres fotos de ellos juntos. Todo para despues separarse de nuevo de él y mirarlo con los ojitos brillosos y las mejillas suavemente sonrojadas —Mis amigas morirán de celos cuando vean estas fotos ¿Puedes darme otra?— le pidio, aunque no espero la aprobación de Stark, ya que sin esperar ya le había tomado otra foto con el celular —Soy tu mayor fan Tony— le confeso feliz volviendo a abrazar al empresario.

Ante eso Tony sonrió con arrogancia y palmeo el hombro de la joven. Para luego separarla de él con suavidad y sonreirle de medio lado con egocentrismo.

—Oye, ¿Ya desayunaste? Porque cerca de aquí hay... —le preguntaba mientras señalaba con su mano derecha en dirección al centro.

—¡Si, claro que quiero!— exclamaba Alisson, viendo una oportunidad de oro. No siempre aparecían estas oportunidades, además de que estaba muriendo de hambre.

Alexander al ver tal escena sentía que su sangre hervía en rabia, y no paraba de maldecir en su mente al "pedofilo" de Stark, por invitar tan descaradamente a Alisson de esa forma... Bueno tal vez estaba exagerando, pero él sabia los sentimientos de Alisson hacia Tony y no quería que este se aprovechara de su... "amiga".

—(¡Aggh...!)— exclamo mentalmente sintiendo que su corazón se comprimía. Esa palabra siempre lo desanimaba. Sin embargo no tardo nada en recuperarse, para luego carraspear de forma fuerte, haciendo que Tony y Alisson voltearon a verlo —Creo que debemos irnos ¿No?— les pregunto encogiéndose de hombros, pero sin quitar su mirada de Tony, queriéndole decirle: "La tocas y te mueres".

Alisson sonrió nerviosa y carcajeo alto pero sin gracia.

—Jajaja, no le hagas caso... — le pidió volteando a ver a su héroe —Esta un poquito malito por el hambre hoy, jaja— le dijo sin emoción y nerviosismo, haciendo que Tony dejara escapar una risilla. La chica le caía bien.

—Si, ya me doy cuenta... — concordó, burlándose de Alexander y mirándolo de medio lado. Solo para luego volver a ver a la muchacha —Pero tiene razon, nuestra Cita-Desayuno tendra que quedar para más tarde. Hay que ponerse en marcha... — le explico, comenzando a dar de nuevo unos pasos hacia su auto, para luego al llegar, abrirle la puerta de manera caballerosa a Alisson. Aun que claro... solo estaba jugando con el par de adolecentes.

Alisson ante esto sonrió y siguiéndole el juego a su amor platonico, camino hasta él y le agradeció de manera antigua. Agachándose suavemente hacia adelante y tomándose la parte superior de sus pantalones blancos como su tuviera un vestido, mientras cruzaba su pie derecho por delante del izquierdo, luego de eso Alisson se subió al auto y Tony rodeo al coche y se sentó mirando a Alexander, pues él seguía en el mismo lugar.

—¿Que sucede?— le pregunto extrañado el millonario.

—Nada... — le contesto frío, caminando hasta el auto para luego dar un salto sobre él y sentarse en la parte de atrás. Una ves todos adentro del veliculo, este comenzo a moverse suavemente hacia la dirección apuesta al centro de Manhattan.

Alexander estaba muy enojado, ofendido y dolido. Alisson ya le había contado hace mucho que tenia un "pequeño" amor hacia Tony Stark. Pero antes realmente no le había tomado importancia.

Sin embargo ahora no habia manera en que pudiera ignorarlo. El mismo tipo que siempre le habia robado el sueño a Alisson estaba aqui ahora con ellos, haciendo ésta una situación por lo demas incomoda para él, no sabiendo incluso como actuar con el playboy multimillonario cerca.

Aun que eso si, en lo que a él respectaba, más le valía a Tony no tocarle ni uno solo de los precioso cabellos a Alisson, o se las vería con él.