Capitulo 4: Aceptación y Disturbios

-.-.-.-.-Los Angeles/California-.-.-.-.-.-

Apenas una suave brisa nocturna le acaricio la mejilla izquierda, una hermosa joven abrió sus ojos color miel lentamente, saliendo de sus pensamientos. Un hombre de traje negro se había parado detrás de ella, viendo como la joven estaba sentada al borde del edificio donde estaban y vía desde su posición a la Luna llena en todo su esplendor.

—Es una muy hermosa vista ¿Verdad? — le pregunto de manera suave, tratando de no asustarla por su repentina aparición.

—Sé a que has venido, Fury— le respondió divertida, levantándose lentamente y viendo de frente a Nick —y estaré más que encantada en acompañarte...— agrego sonriendo de medio lado —ademas, sabes bien que de todos modos no tengo otra opción— finalizo mirando a la Luna nuevamente y después a Nick.

—Juliet, si quieres puedes no aceptar... — le sugirió — no es como si estuvieras obligada a hacer esto, despues de todo le prometí a tu madre que te mantendría a salvo... —le contó, haciendo que ésta frunciera el ceño enojada.

—¿Tanto te cuesta llamarme por el otro nombre? — le pregunto molesta, provocando que Fury rodara su ojo bueno y acorto el espacio que había entre ellos.

—Solo si vienes conmigo... Taishita— le pidió, haciendo que la chica sonriera y le tomara del brazo.

—¿Vez que no era tan difícil?— le pregunto divertida, comenzando ambos a caminar hacia la salida.


-.-.-.-.-.-Washintong-.-.-.-.-

Reed Richards ya estaba comenzando a pensar, que el ir ellos mismos a buscar a sus pupilos no había sido una muy buena idea. Ya llevaba toda la mañana perdido en las calles de Washintong, buscando sin exito a una adolescente. ¡Ja!... menuda tarea se busco. Prefería mil veces pelear contra el , que tener que hacer de niñero.

Pero no se lo tomen a mal. No era que odiara a los jovenes (no todo el tiempo por lo menos), solo que no sabia muy bien como lidiar con ellos. Es decir, si Doom hacia algo malo, él solo tenia que mandar a Ben a que lo golpeara y asunto resuelto... Sin embargo, aqui ya no podia aplicar esa logica. Teniendo que ser muchisimo mas paciente de lo que acostumbraba a ser.

En eso él Sr. Fantastico volvió a ver la ficha y la fotografía de la adolescente que buscaba: "Melissa Chassier", de 15 años. Reed fruncio el ceño levemente... ¿Tan joven?. El no sabia que tan jóvenes eran los muchachos que habían aceptado los de S.H.I.E.L.D, pero halla ellos.

Suspirando con pesadez, estuvo a punto de retomar su búsqueda, si no es hasta que de pronto un fuerte griterío llamo su atención, haciendo que volteara y viera a un tumulto de personas que se amontonaban a las afuera de un Bar Caffe. Algo que innevitablemente preocupo a Reed, pues esto con frecuencia solo significaba problemas. Por lo que rápidamente evaluando la situación, comenzó a estirar su cuerpo hacia la esquina de la cuadra del enfrente, solo para ver que realmente no era la gran cosa. Solo una mujer obesa gritando algo sobre una chica que tenia en frente. Una hermosa jovencita de largos cabellos grises (casi blancos), vistiendo con unas holgadas ropas, que seguro la mataban del calor, y una cómica gorra del Merchandaing del Capitán America.

—¡Si, yo la vi, esta muchacha tenia orejas de gato sobre su cabeza! ¡Yo la vi!— exclamaba la mujer casi histerica, mientras apuntaba a la chica que no podia hacer mas que reir nerviosa.

—Señora, seguro el calor ya le afecto. No diga tonterías jejejeje (ñ.ñU)— respondío la muchacha preocupada, viendo de que forma podia salirse de esa situación —(joder, maldita mujer histerica... ¿porque rayos no fui más cuidadosa con mi gorra para que no se me cayera y se me vieran las orejas?)— pensó molesta tanto con la mujer como consigo misma.

—Disculpe, con permiso... — se hoyo de pronto de entre las personas, haciendo callar a la mujer escandalizada —Disculpe, quiero pasar... — cuando el tumulto de personas vieron que era Mr. Fantastico el que pedía pasar, rápidamente todos le dejaron el paso libre —Muchas gracias... — les dijo amablemente mientras se dirigía hacia la chica —Hola — le saludo cuando estuvo frente a ella.

—No voy a ir a ninguna estúpida escuela— le aclaro en seco y casi agresivamente, haciendo Reechards le viera confundido —Ya le dije a Fury que no quería saber nada de ustedes... —

— ... Si, lo sé — le dijo mientras asentía. Eso ya lo había leído en su ficha —Pero debes darnos una oportunidad— le pidió tratando de convencerla.

—¡No!. ya déjenme en paz — se negó enojada, cruzándose de brazos y dándole la espalda al hombre. Reed suspiro y le toco el hombro suavemente.

—Se que te sientes forzada a esto, pero solo te pido que nos des una oportunidad— le insistió, apretándole suavemente el hombro después de unos segundos al ver que la joven no decía nada — Y si no funciona, te prometo que dejaremos que vuelvas a Francia... ¿Que dices, Melissa? —le pregunto con suavidad, haciendo que la chica dejara de respirar y se diera la vuelta para mirarlo a los ojos.

—¿Lo dices en serio?— le pregunto con sorpresa.

—Claro, lo prometo. Entonces... ¿Nos das esa oportunidad?— le pregunto nuevamente, mientras le estiraba la mano y ella la aceptaba con un apretón.

En eso Reed la guió hasta un auto negro polarizado y se marcharon rumbo a Manhattan. Las personas de allí se habían quedado confusas, mientras la obesa mujer seguía gritando histerica sobre la "Chica-Gato".


-.-.-.-.-.-Cafetería de Malibú-.-.-.-.-.-.-.-

Jhonny comía su quinta donust con alegría. Había estado de un lugar a otro buscando la mansión de Tony pero no la encontró, así que con cansancio y hambre se permitió darse un descanso. Las mujeres del lugar no dejaban de cuchichear sobre la estrella famosa que comía en su cafetería, cuando de repente una chica de cabello negro y hermoso ojos verdes, entro al lugar vestida con un sucio vestido blanco, pareciendo bastante enojada.

—¡Jhonny!— le grito a la antorcha humana, corriendo a gran velocidad hacia él.

—(¡Hay no, la loca!) (o.o)— pensó con susto, metiéndose la ultima donust a la boca y saliendo del local rápidamente, para luego prenderse en llamas y huir.

Parecía que Jhonny había logrado escapar nuevamente de la muchacha. Pero por desgracia para él, Alice lo había tocado antes de que este se transformara. Sonriendo con una siniestra sonrisa, mientras lo vía irse.

—¡Llamas a mí!— grito ésta, encendiéndose en llamas también, para luego salir volando en busca de la Antorcha.