Notas:

Espero les guste el siguiente capitulo, ya que es igual de largo que los dos anteriores.

También les quiero dar las gracias a todos los que se preocuparon por mi salud. Tuve un fin de semana muy pesado ya que estuve enferma y por eso mismo no pude subir antes este capítulo, pero ya ando mucho mejor ❤

Así que cuídense del frio mis queridos lectores, sino acabaran en urgencias como yo por problemas respiratorios.

Sin más, que disfruten el capítulo, porque aquí Yuta se llevara varias sorpresas con el clan Zenin.


Capítulo 11. Alcohol y Cartas

"Los Niños y Los Borrachos siempre dicen la verdad"

15 de Julio.

11:50 a.m.

El agua de la regadera caía contra el cuerpo de Maki.

Se estaba limpiando el sudor y las pequeñas gotas de sangre que pudieron haberle quedado sobre el cuerpo a pesar de ya haber desechado la ropa que uso ese día para acabar con su víctima.

Aquella era su rutina de relajación después de una "Misión"

Sabía que ella ya estaba condenada y que quizás no tendría salvación. Pero eso no importaba, su venganza se estaba llevando a cabo y de paso, estaba saldando su deuda, la cual se suponía protegía a sus hijos hasta que estos tuvieran la edad suficiente para decidir si querían ser hechiceros o no dependiendo de si manifestaban alguna técnica.

Aquel trabajo de aceptar acabar con vidas ajenas lo había aceptado hacía tres años atrás cuando se había hecho aquel cruel trato donde su hermana debía regresar al clan Zenin. Maki sabía que el sacrificio de Mai no estaba siendo en vano y más que la vida tanto de ellas como de Megumi y de todos sus demás amigos, habían dado un giro drástico al proteger a esos pequeños.

Pasar de ser una futura promesa para la hechicería, a ser ahora una asesina para nada fue una decisión fácil. Pero era la única forma viable para que un "fantasma" como ella pudiera sobrevivir.

Mientras enjabonaba su cuerpo, no podía dejar de pensar en sus encargos, misiones y su trabajo normal que tenia de vez en cuando. Los cuales se dividían en tres:

El primero era su trabajo "normal", el cual consistía en dar algunas clases y entrenamientos a ciertos clientes que buscaban tener un cuerpo más fuerte. Esta era su fachada para la vida diaria y de paso para pasar desapercibida en la escuela de sus hijos.

Debido a su restricción y a su muy bien torneado cuerpo, la gente común creía que ella era una de esas madres que trabaja en algún gimnasio. Cosa que hacía muy de vez en cuando solo para mantener un perfil bajo y de paso seguir manteniéndose en forma.

Pero sus otros dos oficios eran enfocados a lo que mejor sabía hacer.

Las misiones más simples que realizaba eran aquellas donde tenía que eliminar maldiciones. Dichas misiones se hacían a escondidas de la sede o eran tomadas de algunos templos que no servían directamente a la escuela de hechicería.

Y sus encargos más elaborados se basaban en "investigar y eliminar"

Algunas de sus víctimas eran mandadas a asesinar por terceros, los cuales en su mayoría eran clientes que de una u otra forma conocían a Mei Mei de muchos años y sabían que trabajar con ellos era conseguir un jugoso cheque, ya que en el mundo de la hechicería también había mucha competencia e intereses de por medio.

Pero últimamente a los que ella estaba más enfocada en asesinar, eran aquellos a los que había investigado por años y quienes fueron los responsables de arruinar su vida junto al amor de su vida hacia siete años atrás.

Era increíble como los intereses políticos detrás de su separación con Yuta eran muy tensos incluso aun en la actualidad.

Mientras seguía tallando su cuerpo, Maki recordaba como esos hombres daban su último aliento, con la garganta abierta mientras la sangre brotaba de su cuello y boca. Recordaba el cómo todos ellos trataban de gritar pero se ahogaban con su propio dolor y sangre, en un comienzo no era una escena fácil de asimilar, pero ella ya se había acostumbrado.

De una u otra forma, le confortaba el ver como los ojos de todos aquellos quienes le habían arrebatado su felicidad con el amor de su vida, se abrían de sorpresa al ver que ella acababa con su mísera existencia.

Verlos luchar por mantenerse con vida, retorciéndose en el piso, tratando de buscar ayuda, mientras los apuñalaba en alguna otra parte del cuerpo o los golpeaba con fuerza hasta romperles los huesos, le hacían recordar el como algunos de ellos le dieron los mismos golpes al ser una niña dentro de su clan.

Era un tanto placentero el verlos tratar de pedir piedad antes de que ella les diera la puñalada final en el pecho, era una imagen que al inicio la perseguía pero que poco a poco se fue acostumbrando hasta superar las pesadillas.

Pero aún había algunos sueños que no podía olvidar fácilmente.

Maki seguía sintiendo el agua caer por su cuerpo, sus manos pasaron por su piel, aquellas caricias bajo el agua caliente le hicieron recordar al hombre con quien se había reencontrado la noche anterior después de siete años.

Aquel que alguna vez amo y a quien se había entregado en cuerpo y alma. Aquel con quien había engendrado a sus mellizos.

Yuta Okkotsu.

El mirarlo una vez más frente a ella, el que la hubiera tomado de la muñeca, el verlo a los ojos, el saber que había vuelto le había revuelto un poco el corazón y los sentimientos que creía haber enterrado hace siete años atrás junto con aquel secreto.

Maki sobo con cuidado su muñeca. El que el volviera solo la hacía sentirse confundida. Pero debía ser firme y más que él trabajaba para el "enemigo" o mejor dicho, con aquellos que les arruinaron la vida y les arrebataron la felicidad.

En aquel instante recordó que ahora aquel trabajo para nada lo iba a tener sencillo con él en Kioto. Ahora quizás Yuta iría tras ella, no sólo para estar cerca de Yurika y Yuudai, sino también para atraparla como asesina.

Maki puso su rostro bajo el agua de la regadera, mientras terminaba de enjuagar su cabello e hizo memoria de lo que Yuta le había dicho la noche anterior sobre "el asesino de hechiceros"

Tenía que sacarle la información que tuviera hasta ese momento para saber si debía cambiar su modo operanti o para averiguar si ella y Mei Mei estaban haciendo algo mal. Así que para eso, con la víctima de aquella mañana había hecho algo un tanto diferente al momento de matarla y de paso, había dejado un mensaje muy contundente.

Suspiro y cerro las llaves del agua. Trataría de sacarle a Yuta toda la información que tuviera del caso, aunque en el fondo, sentía miedo de tener que sacarlo de nuevo de su corazón, el cual anhelaba verlo una vez más.

— Debo alejarlo de nosotros...— se dijo en voz baja mientras exprimía suavemente su cabello— Aunque eso no le gustará para nada a los niños— volvió a suspirar.

Un toqueteo a la puerta del baño llamo su atención.

—Maki san — La voz de Megumi penetro aquella puerta — Voy a salir a comprar unas cosas y de ahí pasare por Yurika y Yuudai a la primaria. Tsumiki me dejo encargado que por favor te recordará sobre que ingredientes quieres que te compremos para mañana para la comida con Okkotsu senpai.

La peliverde suspiro mientras empezaba a secar su cuerpo con una toalla para después ponerse su bata de baño.

—Está bien y gracias Megumi. Creo que lo ideal será que los niños elijan que quieren comer para mañana. Supongo que a Okkotsu le agradara lo que ellos escojan — dijo sin abrir la puerta —Por cierto ¿Y los demás dónde están? Desde que regresé no los he visto — empezó a secarse el cabello con una toalla.

—Kugisaki, Inumaki e Itadori salieron a ver las carrozas y Tsumiki fue a visitar a una compañera que está de visita en la ciudad. Así que por el momento te quedaras sola en casa — comento Megumi desde el otro lado de la puerta.

—OK.

Por una parte, Megumi sentía que ella les estaba ocultando algo, quizás el haber visto a Yuta la noche anterior de seguro la traía confundida —Maki san, ¿Estas bien? Desde ayer en la noche te notas distante y hoy en la mañana saliste muy temprano sin decirnos nada ¿Paso algo?— pregunto aun desde el otro lado de la puerta.

—Lo estoy, es solo que estoy un poco cansada de lo de ayer— Maki gruño sin abrir la puerta — Solo me hizo falta dormir unas horas y no te preocupes, solamente salí a ver a unos clientes, ya sabes, quieren que sea su entrenadora personal y ese tipo de cosas, así que fui a darles una clase privada — mintió.

—Pensé que habías ido a una misión — explicó Megumi, recargándose a un lado de la puerta y con sus brazos cruzados.

—No, por el momento no he tenido misiones de ese tipo para "eliminar" maldiciones. Aunque siento que me voy a oxidar si no hago una de esas muy pronto — dijo ella empezando a cepillar su cabello.

De esta forma, Maki tambien mantenía una fachada baja con Megumi y los demás, los cuales solo sabían que ella trabajaba como una entrenadora y de vez en cuando, hacia misiones de exorcismo, pero con personas muy pero muy cercanas a ellos. Así como también Megumi hacía de vez en cuando algunas de estas misiones en Tokio.

El azabache solo suspiro por esa respuesta —De acuerdo. Si necesitas algo no dudes en avisarme. Trata de descansar todo lo que puedas ahora que la casa estará vacía — comento antes de alejarse de la puerta del baño.

—Una vez más... Muchas gracias Megumi...— Susurró Maki. De verdad sin él a su lado, apoyándola con Yurika y Yuudai desde el momento en que nacieron quizás desde hace mucho se hubiera vuelto loca o simplemente no hubieran logrado sobrevivir y llevar una vida "normal".

Maki llevo su mano al espejo, el cual estaba empañado. Una vez limpio ese vapor, miro su cansado rostro.

—No sé por cuanto podré seguir ocultándoles todo esto...— Susurró mientras miraba el rostro de lo que se había convertido en los últimos años.

Sabía que quizás sus amigos y Megumi no comprenderían del todo el porqué estaba haciendo aquello. Quizás la juzgarían, pero aun así, quería tomar venganza por su propia mano ya que su rencor era lo que la movía en todo aquello.

Tampoco sabía por cuanto tiempo podría mantenerse a raya y estar fingiendo frente a Yuta y más que apenas su calvario con él apenas comenzaba y más ahora que él había dado con todos ellos.

Suspiro, su mente no podía dejar de pensar en él.

—Me pregunto que estará haciendo el idiota de Yuta en este momento...— se dijo en voz baja mientras empezaba a limpiar la máscara que usaba para sus misiones y para encubrir su identidad.

Maki y Mei habían elaborado un camuflaje y dependiendo de su tipo de víctima era el tipo de máscara que usaba.

Para las Víctimas encargadas por terceros usaba una máscara kitsune que le cubría completamente el rostro.

Pero cuando eran "sus" víctimas, usaba una máscara roja de medio rostro, la cual sólo dejaba al descubierto sus ojos color miel, aquella máscara, la cual Maki había elegido, representaba al demonio "Hannya"

Aquella asesina se identificaba con aquel demonio de la mujer que había sido "traicionada" por su amado y la cual estaba llena de odio y furia. Así como ella.

Mientras le quitaba las manchas de sangre, Maki no podía dejar de tener un raro presentimiento con el padre biológico de sus hijos.

Simplemente no podía dejar de pensar en él. Y eso podría arruinar sus planes.


Al mismo tiempo, pero en otro lado de la ciudad.

11:55 a.m.

Yuta había llegado a la residencia Zenin.

Se acomodo una vez más el traje tradicional que llevaba puesto para la ocasión.

Las camisetas principales que estaba usando, eran en tonos grises claros junto al Yukata que fue elegido en un color negro. Sobre sus hombros llevaba una túnica en un tono gris más oscuro, donde en cada hombro llevaba el símbolo de la aún academia de hechicería en color blanco. Esto para identificarse como un miembro de aquella escuela. Y su calzado constaba de unos zapatos negros.

En un principio, Yuta iría vestido con un traje elegante negro, pero por recomendación del señor Ijichi, tuvo que cambiarse de vestimenta a último momento, sobre todo si no quería meterse en problemas ni con la sede ni con ninguno de los clanes.

Así de estrictos se habían vuelto en aquella nueva sociedad.

Aquel traje tradicional se lo había conseguido Katsumoto a primeras horas de la mañana. Esto también con ayuda de Ijichi, quien se enteró por parte de la sede que Naoya Zenin había llamado a Yuuta Okkotsu a la residencia de dicho clan y por eso mismo decidió intervenir un poco para que aquel hechicero que regreso del extranjero no cometiera ningún error.

Aun así, esa noticia no tardaría en llegar a Oídos de Satoru.

Aunque Yuta no estaba acostumbrado a usar trajes de ese estilo, aquella mañana por protocolos debía hacerlo y más que dependiendo del líder al que se fuera a visitar, se debía ir de acuerdo a la ocasión. Y al parecer el líder del Clan Zenin era muy estricto en ese sentido y quería que todo fuera de acuerdo a sus tradiciones.

Katsumoto y Yuta seguían dentro de aquel automóvil, estaban estacionados afuera de la puerta principal. Donde ya los esperaban dos guardias de la unidad Kukuru.

—¿Está seguro de querer hacer esto, mi señor?— pregunto Katsumoto tragando saliva del miedo que le daba aquella residencia, a la cual, aún no ponía un pie y ya quería salir corriendo de ahí por la energía y la mala vibra que se sentía venir de este imponente lugar.

—Lo estoy— Yuta miro a su asistente por el retrovisor — No es necesario que me acompañes si no te sientes cómodo.

Katsumoto movió un poco la cabeza.
—Es mi deber acompañarlo como muestra de mi lealtad hacia usted. Además, yo llevo los detalles de esta investigación como nos lo pidió el líder Naoya.

Yuta peino una vez más su cabello. Se le notaba un tanto nervioso, a pesar que cuando estuvo viajando en el extranjero, también hablo y conoció a algunos líderes importantes y gente de altos rangos. Pero en aquella ocasión era diferente, era una cuestión de trabajo y de paso una cuestión un tanto personal.

—Bien, es hora. Solamente te pediré dos cosas Katsumoto. La primera es que me dejes hablar solamente a mí. Y la segunda, es que no quiero que comentes nada sobre los demás, ni de mis hijos ni de Maki— al decir aquello, Yuta lo miro con demasiada seriedad. Se veía demasiado amenazante a través de aquel espejo.— Mantente atento a todo lo que pase a nuestro alrededor y trata de no alejarte. Iremos desarmados para que vean que vamos solo a hablar.

—Entendido mi señor— contesto sintiendo que su vida dependía de todo aquello.

Katsumoto bajo primero del auto y fue a abrirle la puerta a Yuta, quien bajo de los asientos de atrás, mostrándose como todo un líder con porte y seriedad. Y como había dicho, iba desarmado ya que aquella se suponía sería una reunión "pacifica".

Aun así si necesitaba algún arma o se veía obligado a pelear, Rika estaría con él.

Aquellos dos guardias temblaron de miedo al sentir la presencia de este hombre. Quien tenía una mirada fría y asesina.

Pero aun así hablaron con voz firme y trataron de conservar la calma.

—Buenos días señor Okkotsu— hablo uno de los guardias. Sus piernas temblaban.

—Buenos días, he venido como me lo pidió su líder— comento Okkotsu con tranquilidad. Incluso enseñó las manos para mostrar que no venía armado.

Katsumoto hizo lo mismo, mostró el contenido de sus bolsillos y de paso demostró que sólo llevaba su tableta.

Aquellos guardias se miraron entre sí al notar que aquel invitado así como su asistente no portaban arma alguna.

—Adelante, pasen. Una sirvienta ya los está esperando para escoltarlos con el señor Naoya — comento el otro guardia mientras abrían la pesada puerta de madera tradicional de aquella residencia.

—Muchas Gracias — Comento con amabilidad el hechicero mientras ponía un pie en aquella residencia, la que fue el infernal hogar de Maki por tantos años.

Katsumoto solo trago saliva y pedía al cielo que salieran vivos de ahí.


12:04 p.m.

Una vez dentro, Yuta pudo observar lo majestuoso que era la primera parte de aquella residencia. Contaba con un bello y tradicional camino de piedras, el cual tenía hermosas lámparas tradicionales a su alrededor y podías ver los jardines y espacios que le rodeaban.

Donde terminaba aquel camino, estaba el recibidor principal, el cual era elegante y muy clásico. Parecía que aquel lugar tenía siglos de antigüedad.

La madre de las gemelas, quien era una especie de asistente e informante personal de Naoya, los estaba esperando en aquel tradicional recibidor.

A su lado se encontraba un hombre alto, de complexión fornida y cabellos oscuros recogidos en un chongo. Su pálida piel contrastaba con una línea negra que surcaba su nariz. Un aura extraña emanaba de él, haciendo dudar si realmente era un humano. El hombre permanecía en silencio.

—Sea bienvenido señor Okkotsu — comento aquella mujer mayor, quién le recibió con una reverencia.

—Muchas gracias por la invitación — contesto Yuta con la misma cortesía mientras él y Katsumoto hacían una reverencia como saludo.

Rápidamente aquel otro sirviente de cabellos negros también hizo una reverencia. Parecía estar muy atento a sus invitados.

—Acompáñenos, lo guiaremos a donde lo estará esperando nuestro líder, así que venga por aquí y no se separe en ningún momento de nosotros— comento aquella mujer guiando a Okkotsu por aquellos pasillos para adentrarse en aquel lugar.

—Una vez más gracias— agradeció nuevamente su invitado tratando de conservar su rostro serio.


12:06 p.m.

Aquella mujer iba tres pasos atrás de Yuta y Katsumoto, mientras el sirviente varón era quien los guiaba por aquella enorme residencia. Ya que aquella mujer tenía muy arraigada la creencia de que ella no podía caminar delante de ningún hombre, aunque este fuera un invitado.

Esos cuatro, pasaron por varios pasillos, y así ambos invitados fueron admirando aquel tradicional lugar, el cual tenía una vibra muy pesada.

La presencia de aquel hechicero de categoría especial era tan abrumadora para algunos, que algunos sirvientes del clan hacían una extrema reverencia al momento en que este pasaba. Bajando sus cabezas hasta que sus frentes tocaban el suelo.

Yuta también sentía la mirada pesada y juzgadora de aquellos que identificó como hechiceros y a quiénes supuso, eran los miembros principales de la familia de Maki.

Algunos de ellos, sobre todo los varones jóvenes y hombres mayores sólo lo miraban con desprecio mientras este caminaba por aquel pasillo, como fue el caso de Ougi, padre de las gemelas, quien no le quito su oscura y penetrante vista de encima hasta que dieron vuelta en una esquina.

E incluso hubo otros hechiceros que simplemente lo ignoraron al pasar, como fue el caso de Jinichi, quien estaba perdiendo el tiempo en uno de los jardines al lado de otros guardias mientras comía sandía y escupía las semillas.

Yuta trataba de estar tranquilo, aun así todas aquellas miradas sobre él lo incomodaban.

—Ahora entiendo a lo que se refería Maki con este lugar— Pensó al ver como en algunos lados de aquella residencia podía verse la marcada diferencia jerárquica entre sus miembros.

Noto como algunos cuartos y salas eran demasiado pequeños.
Además de que noto que aquel clan tenía demasiada servidumbre, entre ellos niños y mujeres de diversas edades.

Así como también observo como había a demasiados hombres, la mayoría de avanzada edad que no les daba buena vibra.

Incluso de re ojo pudo ver la dinámica de aquel clan. Supuso que aquellos que estaban en ciertas zonas que se veían bien acomodadas, eran hechiceros con algún grado o rango en especial, ya que donde estos estaban se veían que eran lugares lujosos, super ordenados y limpios.

Y aquellos espacios más pequeños y un tanto desordenados eran para la servidumbre.

Lo mismo noto con los niños y los adolescentes.

Aquellos que parecían ser los sirvientes los vestían con una camiseta blanca y con hakamas de diversos colores. Mientras aquellos niños y niñas que vestían bellos kimonos y hakamas super elegantes, debían ser aquellos que "heredaron" alguna técnica o tenían un talento especial, ya que estos estaban junto a los hechiceros adultos o junto algún sirviente que les cumplían sus caprichos.

—Definitivamente mis hijos están mejor afuera y lejos de las garras de este clan...— Pensó mientras apretaba los puños al ver aquellas escenas donde a los niños sirvientes los traían a las prisas e incluso le tocó presenciar, como una mujer golpeaba y jalaba del cabello a una niña por un simple descuido con una bandeja.

Desgraciadamente él no podía intervenir en aquella dinámica, la cual llevaba siglos acompañando a aquel clan.

Después de adentrarse por unos minutos más en aquella residencia. Los cuatro se detuvieron en un pasillo que daba a una gran y lujosa sala de té, la cual estaba rodeada de unos bellos jardines donde solo los miembros más destacados del clan podían ingresar.

Las puertas de aquella sala estaban completamente abiertas en aquel momento, dejando ver que aún no iniciaba aquella reunión.

Otro sirviente, quien preparaba la sala, salió y se dirigió en voz muy baja hacia aquella mujer. Parecía que le estaba contando algún secreto. Después hizo una reverencia y se retiró de ahí.

La madre de las gemelas se dirigió con Okkotsu.
—Me acaban de comentar que, por el momento, el señor Naoya está terminando unos asuntos importantes en otra parte de esta residencia. Pero no tardará en desocuparse, pero por el momento, pueden esperarlo en esta sala.

—Con su permiso mis señores, nosotros también regresaremos en un momento junto a nuestro señor — comento el sirviente de cabellos oscuros en una leve reverencia.

—De acuerdo, lo esperare aquí, muchas gracias — comento Yuta amablemente, pero sin perder la seriedad de su rostro. Era demasiado intimidante en aquel instante.

Aquel papel de hombre serio lo estaba interpretando muy bien.

En aquel momento y antes de irse por aquel pasillo. La madre de las gemelas miró fijamente a Yuta. Podría decirse que hasta lo barrio con la mirada, parecía que lo estaba analizando.

Y eso le llamo demasiado la curiosidad al hechicero de grado especial. Quien sentía que esa mujer tenía unos rasgos físicos muy parecidos a los de otra persona. Pero sus ojos se veían apagados, como si estuviera muerta en vida.

—Disculpe la pregunta señor Okkotsu, pero ¿Usted era compañero de mi hija, cierto?— pregunto aquella mujer con frialdad.

—¿Perdón?— Yuta estaba confundido por aquella pregunta.

—Hablo de Zenin Maki ¿Usted fue su compañero en la preparatoria, cierto?— pregunto esa mujer. Su voz se escuchaba seria, pero en sus ojos parecía ver un sentimiento de profunda tristeza.

Yuta afirmó con la cabeza mientras respondía —Si, lo fui.

Aquella mujer una vez más lo miro de cabeza a pies y después soltó un suspiro, el cual parecía una mezcla entre decepción y tristeza —Lastima...— Susurró.

El hechicero miro a esa mujer con seriedad, tratando de comprender lo que decía.

La madre de Maki siguió hablando.
—¿Sabe? La última vez que hable con mi hija mayor fue hace siete años atrás en una estación de tren ...— su rostro se veía un poco desencajado — Lo último que recuerdo que hablé con ella fue un poco sobre usted...— lo miro al rostro —Pero ahora veo que, mis palabras pudieron haber sido erróneas esa vez... con su permiso — solamente contesto aquello antes de irse por aquel pasillo junto al otro sirviente.

Aquello dejo muy confundido a su invitado.

Yuta ya no pudo preguntarle nada más, ya que esa mujer se retiró rápidamente de ahí junto al otro sirviente.

—¿Que habrá querido decir?— Susurró mientras llegaba a la conclusión de que ella debía ser la madre de Maki y de Mai.

Suspiro mientras prestaba atención a aquel lugar.

—Así que aquí es donde nació y creció Maki san — dijo en voz baja mientras admiraban el lugar.

—Es un lugar un tanto tétrico — comento Katsumoto en voz baja.

—Si que es como ella dijo alguna vez en la academia — rascó un poco su cabeza.—Es un lugar con una vibra muy pesada...

De verdad, agradecía que sus hijos no vivieran ahí. También agradecía el que Maki estuviera fuera de ese horrendo lugar.

Pero, lo que sucedería a continuación, le sacaría un susto al hechicero de grado especial ya que aquello sucedió tan rápido que simplemente le tomó con la guardia baja y no supo en qué momento sucedió.

Ya que sorpresivamente una persona lo tomó del hombro y con un movimiento muy rápido, imperceptible a la vista del ojo común, fue como si a Yuta lo hubieran congelado en una especie de cristal y después así rápidamente lo hubieran movido de lugar sin que él hubiera movido un solo músculo.

Ahora el hechicero invitado estaba dentro de la sala de Té. Había sido arrastrado hasta ahí sin que él se moviera ni un centímetro. Y todo fue gracias a una técnica maldita.

—¡Oh Vaya, tenemos un invitado!— dijo una voz muy alegre pero que delataba que era un hombre de la tercera edad.

Esa persona había tomado por sorpresa a Okkotsu. E incluso esa persona olía demasiado a alcohol.

—¿S-s señor Naobito?— pregunto Yuta confundido al ver a aquel anciano tomándolo de su brazo. El hechicero invitado tardo unos segundos en entender que ese hombre había usado su técnica para alejarlo de su asistente y arrastrarlo hasta dentro de la sala de té.

—¡Ven muchacho! Tú y yo debemos hablar un poco ¡Hip!— soltó aquel anciano jalando a Yuta de la manga de su capa hasta ubicarse en el centro de la sala, donde estaban unas zaisus y en el centro de estas sillas sin patas había una mesa de té, lista para la reunión.

—¡Señor!— grito Katsumoto a punto de entrar en esa sala donde su amo fue jalado por aquel anciano.

—¡No te atrevas a dar un paso más, hombre en traje!— advirtió Naobito girándose a ver a aquel asistente, al cual apunto con su dedo mientras su mano aun sujetaba una gran botella de madera llena de alcohol —Ni siquiera a mis sirvientes les tengo permitido entrar a esta sala sin mi autorización, así que quédate ahí un rato, debo hablar a solas específicamente con él— Naobito eructo.

Era increíble ver aún con vida a ese hombre, quien simplemente se veía más anciano.

Katsumoto miro a Yuta, quien le hizo una señal con la cabeza.

—Estaré bien Katsumoto, por favor, espérame ahí afuera — contesto tratando de conservar la calma.

—Si señor — el asistente solo obedeció y observo a esos dos a la distancia.

—¡Es más hombre en traje! ¡Ve y tráeme más alcohol! ¡Debemos festejar esto! Jajajaja — Naobito soltó una escandalosa carcajada.

—¡Hace años que nadie de otro clan o de la sede de hechicería ponía un pie en esta casa! ¡No desde que él idiota de Satoru vino a negociar la cancelación de la compra de Megumi Fushiguro hace más de diez años atrás!— Naobito soltó a Yuta y se empezó a sentar en el suelo sobre aquellas zaisus con aún buena agilidad a pesar de su avanzada edad, mientras daba un sorbo muy caótico a su botella, unos hilos de alcohol bajaron por la comisura de sus labios —¡Toma asiento Muchacho!— parecía una orden —¿Quieres un poco?— ofreció.

—No gracias, no bebo antes de una reunión — Yuta trato de sonar cortésmente mientras se sentaba en aquella silla frente a Naobito.

—Jajaja ¡No sabes de lo que te pierdes muchacho!— dijo el anciano dando un sorbo más a su bote tradicional en forma de calabaza, el cual estaba lleno de alcohol —Y dime ¿Qué ha traído al sucesor de Gojo Satoru a mi casa? — pregunto con curiosidad.

—¿Sucesor?— pregunto Yuta con confusión por el modo en como Naobito se dirigió a él.

—¿Acaso el idiota de Satoru aún no te nombra como su heredero? ¡Ja! Supongo que no tardará en hacerlo, ese rumor se está extendiendo como pólvora por todos lados— comento el ex líder moviendo sus brazos.

—Puedo preguntar ¿De cuál rumor está hablando? — cuestiono Okkotsu.

—El que dicta que Satoru Gojo se ha declarado incapaz de tener hijos y que por eso te ha traído de vuelta para que tu seas su sucesor— su mirada se centró en Yuta —¿En serio no lo sabias? ¿Con qué mentira te habrá arrastrado ese sujeto de vuelta a este país? — dijo Naobito con curiosidad

Aquello dejo confundido a Yuta, pero más adelante entendería el porqué de esas palabras.

—¿Y bien? ¿Vas a responder a mi pregunta del por qué has venido aqui?— cuestiono Naobito mirándolo.

Su anciano rostro estaba un tanto teñido de rojo y sus ojos se veían cansados. A pesar de estar con mucho alcohol en el organismo, parecía aún cuerdo. O quizás podría estar fingiendo. Aquello era tomárselo con calma y elegir bien las palabras exactas para no cometer una imprudencia.

—Bueno— El hechicero invitado empezó a hablar —su hijo, Naoya Zenin me pidió que viniera hasta aquí para tratar un tema importante— contesto Yuta observando a ese ex líder.

Naobito acaricio sus característicos bigotes.
—¿Así que mi hijo te llamo? ¿Eh?— salió otro eructo de la boca del anciano —¡Hic! ¿Supongo que debe tratarse de ese tema del asesino de hechiceros? ¿cierto?

—Así es señor — afirmó Yuta.

—¡Ja! Ese asesino es como una maldición que sigue a esta familia — Naobito movió su mano con desinterés mientras hacía un puchero — Ese tema viene persiguiendo a este clan por más de treinta años, supongo que alguien más ha tomado el lugar que le pertenecía a "ese sujeto" — dio un sorbo a su botella— Pero eso ya es algo que no me importa. A todos nos llegará el fin algún día ¡hic! Jajajaja

—Puedo preguntar señor ¿A qué se refiere con eso? ¿Por qué dice que este tema del asesino viene persiguiendo a su clan?— Yuta se atrevió a cuestionar.

—Por qué este tema es una mancha en nuestra familia y más cuando debemos pagar por nuestros errores y pecados. ¡Pero no quiero hablar de eso en este momento, eso te lo pueden decir los registros!— Naobito elevo la voz en un tono que parecía entre divertido y molesto —¡Y cuéntame muchacho, futuro líder del clan Gojo! ¿Qué ha sido de ti en estos años? ¿Tienes esposa o hijos aunque sea?— dio un trago más a su bebida.

Yuta se quedó un tanto extrañado y pensativo con aquello que había dicho aquel ex líder, quizás podría investigarlo por su cuenta una vez saliera de ahí.

—Bueno, yo estuve viajando por el mundo durante estos siete años y no, no estoy casado y mucho menos tengo hijos — contestó mirando a aquel anciano. Esperaba que su cuerpo no jugará en su contra y que aquella mentira no fuera descubierta.

Naobito examino la cara de Yuta —¿Así que siempre si te fuiste del país, eh? — bebió un poco más. En aquellas palabras había demasiada curiosidad.

—Así es señor.

—Supongo que — hizo de nuevo un leve puchero — Satoru y los demás se salieron con la suya en estos siete años Jajajajaja ¡Que astutos fueron al sacar las piezas del tablero Shõji!

—¿Disculpe? ¿A qué se refiere?— Yuta pregunto todo confundido.

—¡Nah a nada importante! Solo son cosas que dice un anciano sin importancia y más ahora que soy solo un jubilado digo puras tonterías — respondió Naobito con una risita mientras sus manos descansaban en sus rodillas.

Aquello dejo más confundido a Yuta. Debía resolver ese rompecabezas. Aun así parecía que Naobito sabía cosas y debía aprovechar esa oportunidad.

—Y dígame señor ¿Cómo ha estado usted en estos años? ¿Cuándo fue que se retiró del liderazgo de este clan? — pregunto Yuta tratando de sonar gentil.

Naobito dio un trago más —¡¿Acaso no me ves?! ¡Estoy como nuevo a mis casi 82 años! ¡Igual el alcohol ayuda mucho a soportar a los hijos, a los nietos y bisnietos! En serio el alcohol y así como las novelas, el anime y ciertos programas del streaming ayudan a no escuchar a toda esa gente— movió su botella de un lado a otro, haciendo que el líquido saliera y mojara el tatami.

—¿Y qué cuándo me retire? Bueno muchacho jaja más bien deberías preguntar ¡¿Cuándo fue que me obligaron a retirarme?!— Movió una vez más sus manos de un lado a otro —el ingrato de mi hijo menor, me insistió en que ya era hora de retirarme y eso fue hace tres años atrás, mi plan era dejarles este puesto hasta que me muriera pero — movió aquella botella con júbilo — esto pudo más que yo jajaja ese desgraciado supo cómo comprarme — refiriéndose a las grandes cantidades de alcohol que recibía al día.

—Entiendo...

—Pero si me lo preguntas— Naobito miro a todos lados para después mirar a Yuta de frente. Se inclino un poco al frente e hizo como si susurrara un secreto — en realidad mi candidato principal para ser el líder de esta casa siempre fue Fushiguro Megumi, pero este al parecer renuncio a ese poder— soltó una risita.

—¿Megumi iba a ser líder de este clan?— los ojos de Yuta se abrieron de golpe y exclamó con sorpresa pero en voz baja.

—¡Así como lo escuchas!— Naobito elevo la voz — ¡hic! Él tenía buena relación con el clan Gojo y el clan Kamo, algo en lo que yo no pude hacer, pero ese muchacho si ¡Pero! — aquel ex líder hizo unos gestos de disgusto. —¡De la noche a la mañana ese chico renuncio a eso!

Aquel anciano parecía estar tratando de hacer memoria, porque hasta su ceño se arrugó más.
— ¿Qué diablos habrá hecho Naoya para hacerlo desistir? ¡Ni idea!— Movió sus brazos con violencia — Así que no me quedo de otra que pasarle el liderazgo a Naoya jaja pero no soy idiota, se lo otorgue si SOLO cumplía con una simple condición— elevo su dedo índice en alto— la cual no ha podido cumplir hasta la fecha — hizo su pulgar hacia abajo como señal de desacuerdo y después acomodo una vez más sus bigotes — Aunque una parte de mí, supone que eso debe ser un Karma que ese ingrato estará pagando. Y la verdad, a mí me gustaría que ese idiota no tenga descendencia, ya no quiero más nietos jaja es difícil soportarlos.

—Ya veo, Supongo que usted debe tener muchos nietos ¿No es así?

—¡Por montones! Mis otros tres hijos desde hace muchos años que ya me dieron nietos y los primeros primogénitos de mis dos hijos mayores también ya acaban de tener hijos, así que en teoría ya soy bisabuelo. Calculo que he de tener ya unos once nietos y unos tres bisnietos jajaja tengo suficiente descendencia para largo— poso su codo en su rodilla. Parecía orgulloso de la familia que dejó.

—Felicidades, supongo que tener una gran familia es una "bendicion" para un clan respetable como el de usted — respondió Yuta, tratando de halagarlo solo por cortesía.

Eso había aprendido en sus viajes con Miguel. Sobre todo, con líderes que tenían bastantes hijos era un "halago" decir sobre su basta descendencia.

—Aunque hablando de niños...— Naobito paso de un semblante muy alegre a uno un tanto serio. Quizás hasta un tanto triste.

Hasta parecía que todo el alcohol se le había bajado de golpe que incluso parecía una persona sobria.

—Hay dos niños en especial a los cuales me gustaría conocer antes de morir.

—¿Dos niños?— Yuta elevó un poco una ceja.

—Así es. Estos vendrían a ser los hijos de una sobrina que hace años abandono el clan. Ellos vendrían a ser algo así como mis sobrinos en segundo grado, o mejor dicho, como mis sobrinos nietos — comento Naobito con la mirada un poco perdida por el alcohol — Son en teoría gemelos fraternos ya que fueron un niño y una niña, o eso escuche — hizo un leve puchero.
—Si es que esos mellizos están vivos, actualmente han de tener como entre siete u ocho años ¿O quizás tres? ¡bah! ¡No recuerdo sus edades!— rascó su mejilla mientras torció la boca.

—¿Mellizos? ¿Sobrinos nietos?— El hechicero trago saliva. Un rápido pensamiento de sus hijos se le vino a la mente.

—Si. Como dije fueron mellizos— Naobito acaricio sus bigotes —¿Sabes Okkotsu? Esta familia ha tenido registros de embarazos múltiples en el pasado. Así que embarazos gemelares tenemos en algunas generaciones jaja pero en esta ocasión fue muy seguida porque la madre de esos niños también tenía una hermana gemela.

—Puedo preguntar ¿Qué fue de esos niños? ¿Y de su sobrina?

—Ni idea —Se encogió de hombros —mi sobrina era un dolor de huevos, era una chica malcriada, rebelde y muy insoportable. Era considerada una deshonra dentro de esta casa. Y la llegada de esos mellizos podría considerarse lo mismo, aunque tengo entendido que por la sangre de esos dos correría una mezcla especial. ¿Sabes a lo que me refiero no? ¿No has conocido a dos niños así con una mezcla entre clanes?

Yuta trato de verse serio. —No señor, como dije apenas llegue hace una semana. Y no se a qué se refiere...

—¡Cierto! Como los vas a conocer si ni siquiera sabes de quien hablo jaja. Ellos dos serian una mezcla entre clanes. ¡Algo inaudito para mi linaje!—soltó unas carcajadas.

Yuta si sabía a quienes se refería, pero en estas circunstancias era mejor mentir.

La risa de Naobito se fue apagando
—Pero ahora que hago memoria. Recuerdo que la última vez que vi a mi sobrina fue como hace siete años atrás ¿O acaso fueron ocho? ¿O tres? ¡No recuerdo la fecha, pero recuerdo que si la vi una última vez!

—¿Recuerda el lugar donde la vio por última vez?— Yuta sonó un poco insistente con esa pregunta. Tenía un raro presentimiento.

—¿El lugar?— eructo.

—Si, ¿Recuerda dónde fue?

Naobito eructo de nuevo — NO. A veces ni siquiera recuerdo lo que hice ayer.

—Comprendo — Yuta Pensó en un inicio que quizás ese líder debía estar mintiendo o que quizás el alcohol le hacía revolver y confundir memorias, pero aun así quería saber más —Perdón que lo pregunte señor, pero ¿Qué fue de ella hace siete años?— cuestiono con curiosidad. De seguro Naobito sabía que más pasó hace siete años atrás.

—¿Hum?

—Hablo de la madre de los niños que menciona usted. De su sobrina...

—¡Ah! Bueno, lo último que supe fue que al parecer se casó o eso escuche, una vez que un inservible deja el clan se les pierde contacto — dio un trago más a su bote.

Pero Naobito seguía conservando su rostro melancólico. Parecía recordar algo más.

—Pero ahora haciendo memoria. Recuerdo que si hablé de algo importante con mi sobrina en aquella ocasión, si...— acaricio sus bigotes —Creo que eso fue unos meses después de enterarme de que estaba embarazada — llevo su mano a su barbilla— si fue como hace seis o siete años atrás para ser más exactos, esto porque recuerdo que en ese tiempo aun había problemas para decidir quién llevaría el control del mundo de la hechicería y yo tenía que emitir mi sabio juicio para ver si aceptaba al insoportable de Satoru en la cima — Hizo un puchero.

— ¡No recuerdo la fecha con exactitud, pero sé que hablé con ella cerca de la primavera! Como eso de mayo. ¡Si fue como en mayo porque recuerdo que fue antes de que alguien cercana a ella sufriera un accidente un poco después en ese mismo mes! Una maestra o algo así tuvo un accidente en una misión y eso escandalizó a todos en la sede— le dio un trago muy largo a su botella.

Yuta pensó que aquello era un signo de demencia senil o que tal vez era el efecto de tanto alcohol en el cuerpo. Quizás en esos vagos recuerdos podría descubrir algo más.

—¿Qué más recuerda mi señor?— pregunto Yuta con calma.

Naobito cerró los ojos, el alcohol parecía que lo estaba adormeciendo.
—Recuerdo que me encontré con mi sobrina en un lugar muy concurrido de gente. Creo que fue un centro comercial, ¡NO! — aplaudió para despertar —¡Mas bien fue en una plaza! ¡No, No, No!— trono los dedos, parecía estar esforzándose por saber dónde fue eso que decía — ¡Quizás fue afuera de la estación de tren! ¡En esas escaleras que están entre el centro comercial! Si por ahí fue — divago por un momento, realmente parecía perdido con aquello.

Dio un trago y movió su mano simplonamente.
— ¡Bah! Solo recuerdo que había un gran reloj y de paso, parecía que alguien había usado una técnica maldita porque el ambiente estaba cargado de esa sensación que tienen los dominios y esas cosas— elevo su rostro para mirar al techo y después beber más.

—¿Y Recuerda que le dijo a su sobrina? — Yuta empezó a sospechar sobre que algo más pasó en aquel día en que los separaron.

—Recuerdo que le dije algo como "¡¿En serio pensabas hacer eso de salir del país?! ¡Ja! No es muy de ti el ir detrás de un hombre y mucho menos caminar tres pasos atrás de uno. ¿Eso no sería romper tus tontos ideales de ser una líder? ¿Acaso él ya te hizo abandonar esa manía? O ¿Acaso solo te estas comportando como una perra en celo que quiere ser follada? Si es así, más patética no podrías verte y ¿Qué diablos vas a hacer ahora con eso?" — Naobito soltó una carcajada — Y creo que se enojó porque recuerdo que me gritoneo y me hizo algunas señas antes de alejarse...— se llevó la mano a la barbilla —aunque creo que iba acompañada de alguien más esa vez, si, iba con otra chica, pero no recuerdo el rostro de esa otra mujer. Pero recuerdo que llevaban muchas bolsas de compras en las manos— se encogió de hombros.

Yuta apretó los puños sobre sus rodillas bajo aquella mesa. Trataba de tranquilizarse, pero todo aquello lo dejaba más y más confundido y molesto. Definitivamente alguien debió haber hablado con Maki aquel día en la estación del tren. ¿Pero quién?

—Espere un momento ¿Ella dijo que quería salir del país? — pregunto Okkotsu con voz firme. Sentía mucha curiosidad.

Naobito eructo —La verdad no lo recuerdo, pero se veía muy decidida a ir detrás de alguien — rasco su frente —Lo último que recuerdo es que meses después de haber hablado con ella, me había enterado por ahí que estaba embarazada de dos niños. Que como dije, me gustaría conocerlos si es que sobrevivieron y saber más de ellos antes de que yo muera— termino de beber de su botella. — Aunque si al final murieron sería una lástima porque ambos podrían haber tenido mucho potencial.

—Perdone mi pregunta señor pero ¿Sabe si su sobrina sigue con vida?— pregunto Yuta.

— No. Tengo entendido que murió hace siete años atrás en un callejón. Ni mi cuñada ni mi hermano lloraron la pérdida de su hija. Así que yo fui quien le mando a compra una tumba en algún cementerio de aquí en Kioto para que tuviera un sitio donde fuera enterrada— Naobito agito su botella para ver si salía más alcohol de esta. — Quizás mande a hacer eso porque sentía culpa.

Yuta comprendió en aquel momento que Naobito pensaba y creía que Maki estaba muerta.

El invitado actuó como si estuviera desesperado.

—¿Podría decirme el nombre de ella? ¡Por favor!— Debía seguir fingiendo como si no supiera nada.

—¡Pero si tú la conocías a la perfección muchacho! ¡Hablo de Maki! ¡Esa chica era una...!— Naobito fue interrumpido.

—¡Veo que ambos se están divirtiendo!— comento una molesta voz.

El líder actual de aquel clan había por fin llegado, interrumpiendo a esos dos. Detrás de Naoya entraron la madre de las gemelas, así como el sirviente que anteriormente los había guiado hasta esa sala al igual que entro un sirviente más.

Katsumoto por fin también pudo entrar, quien entró detrás de sus anfitriones.

—¡Un poco!— Naobito movió su botella vacía de un lado a otro —La verdad solo quería comprobar si los rumores sobre que tendríamos un invitado eran reales y de paso quería invitarle una copa — soltó una carcajada —¡Pero esto ya se acabó!— eructo —¡Traigan más Sake para festejar esta reunión!

—Perdona a mi anciano padre. Le gusta deambular borracho por toda la residencia — se disculpó Naoya mientras hacía unas señas a sus sirvientes para que ayudaran a su padre a levantarse de ahí.

—No tiene por qué disculparse, su padre es un hombre muy divertido — Yuta dijo aquello con voz tranquila.

—¿Tan rápido se acabó la fiesta muchachos?— pregunto Naobito con una mueca —Si Okkotsu y yo nos estábamos divirtiendo jajaja — empezó a ponerse de pie con ayuda de esos dos hombres.

—En fin— dijo Naobito una vez estuvo de pie y sintió sus huesos tronar y doler por la edad — es hora de ir a ver mi programa favorito, fue un gusto hablar contigo Okkotsu— miro al invitado.

Yuta se levantó e hizo una reverencia para despedir a ese anciano —El gusto es mío. Fue un placer hablar con un sabio y un ex líder como usted, mi señor — dijo por cortesía.

Naobito le dio unas palmadas en el hombro —Este chico me cae bien jaja — suspiro — Solo espero seas un buen líder— dijo alejándose de ahí mientras uno de los sirvientes lo acompañaba —Quiero que me lleven más alcohol y de paso la comida a mi habitación.

Naoya suspiro de molestia mientras miraba a su padre salir de esa sala y después miro a su invitado.

—Espero que mi padre no haya dicho algo imprudente. Es un hombre senil que a veces se la pasa diciendo idioteces y más ahora que es un líder retirado de avanzada edad. Se la pasa diciendo muchas cosas sin sentido.

—No tiene por qué preocuparse. El señor Naobito solo me estaba contando sobre su programa favorito y de algunas cosas que no le entendí del todo debido al alcohol, pero fue agradable hablar con él — mintió Yuta mirando a su anfitrión.

—Si como sea — contesto Naoya tomando asiento — mejor vayamos al grano que tengo más cosas que hacer. Como líder de este clan no me puedo permitir pasar por alto ciertas cosas que solo dañan mi imagen.

Yuta tomo de nuevo asiento frente a él y Katsumoto se sentó detrás de su jefe.

En cambio, la madre de las gemelas le preparó a Naoya un té y prendió algo de incienso para cubrir el olor a alcohol que había dejado Naobito. Mientras el otro sirviente solo estaba atento a aquella conversación mientras guardaba silencio.

—¿Sabes el motivo por el que te llamé, No es así Okkotsu?— pregunto Naoya con seriedad mientras daba un trago a su té.

Aquella mujer le sirvió una taza a Yuta.
—Gracias — la tomo por cortesía, pero no lo bebió y sin dejar de mirar a Naoya contesto a esa pregunta —Lo se. Se que me ha llamado por el caso que estoy investigando sobre un nuevo asesino de hechiceros.

—Bien. Entonces quiero que me des una explicación detallada del porque este asesino ha acabado con algunas personas de mi servidumbre — contesto Naoya con molestia —¿Que has averiguado sobre todo esto? — cuestiono con una mueca.—Quiero que me rindas cuentas con lujo de detalles.

Yuta empezó a explicar.
—En primera instancia y por lo que hemos averiguado en las escenas del crimen y de paso, de lo que hemos investigado de las víctimas, tenemos el principal factor de que este asesino no cuenta con energía maldita, así que se ayuda de herramientas malditas y algunas otras armas para acabar con sus víctimas, a quienes he clasificado en dos grupos.

— ¿Herramientas malditas? ¿Han identificado que tipo de herramientas u armas utiliza este criminal? — Naoya pregunto con curiosidad. Quizás alguna de esas armas podría ser las que desaparecieron de su almacén.

—Aún no logramos identificar las armas.— comento Yuta.

Naoya se llevó una mano a la barbilla, parecía estar pensando en algo y eso lo noto su invitado.

—¿Sucede algo?

—Si—el líder miro a su invitado —Me gustaría que averiguaras algo por mí.

—¿Y sobre qué quiere que averigüe?— pregunto Yuta levantando una ceja.

—Eso es sobre que armas son las que está utilizando este asesino, ya que del almacén del clan han desaparecido algunas de nuestras armas y herramientas malditas.

—¿Desaparecido?— pregunto Yuta muy confundido.

—Mejor dicho, estoy creyendo que "alguien" las ha robado. Como sabes Okkotsu, mi honorable clan es el que posee mayor cantidad de armas tanto con energía maldita como sin ella y hace poco en nuestro inventario notamos la desaparición de ciertas armas en específico— explicó Naoya.

—¿Está suponiendo que este asesino haya robado sus armas?

—Podría ser— comento Naoya muy molesto— Solo eso explicaría el porqué desaparecieron misteriosamente y más que es muy difícil entrar al almacén sin mi autorización. Así que me gustaría que investigues eso por mi, para saber si ese asesino las robo o fue alguna otra persona— dio un sorbo a su té — Y quizás así te ganes un favor por parte del clan Zenin.

—Entonces sería tan amable señor, de darme una lista con el tipo de armas y herramientas que han desaparecido. Quizás eso nos ayude a darnos una idea de que tipo de armas está usando este asesino.

—Te las enviare en otro momento. Pero por el momento explícame una cosa— Naoya tomo una pose de arrogancia — Comentaste que hay dos grupos de víctimas ¿Cierto? ¿Te refieres a que este asesino tiene dos clases de víctimas?

Yuta Siguio explicando — Así es, los hemos clasificado en dos grupos. El primero, son aquellos que tienen un patrón de marcas diferente en todo su cuerpo al momento de morir y ese grupo los hemos clasificado como "víctimas por encargo"

—¿Y eso que demonios significa?

El invitado le hizo una seña a su asistente para que este le pasara la tableta y así poder mostrarle la evidencia a aquel líder.

—Significa que estas víctimas fueron encargadas por un tercero para ser ejecutadas. En este mes, cuatro de las casi diez víctimas que lleva ese asesino no concuerdan con las heridas hechas hacia el otro grupo y de paso, suponemos que el modo operanti con el segundo grupo es diferente. Estas cuatro víctimas como principal característica post mortem es que no presentaban cortes en el cuello y de paso, dos de ellos ni siquiera eran hechiceros. Eran personas comunes, más específicamente civiles — mostro las imágenes de esas víctimas.

Naoya miro aquella evidencia.
—¿Y entonces en que categoría entran las víctimas de mi clan?— pregunto molesto.

—Las segundas víctimas las hemos clasificado como "Objetivos" ya que como el rumor se ha esparcido y confirmado, este asesino ha dado muerte a varios hechiceros que trabajaban tanto para la sede como para usted. Aunque aún estamos averiguando si algunas de las víctimas tenían una relación entre ellas y con el asesino.

Naoya miro las imágenes de sus sirvientes asesinados. Podía notársele el coraje en su rostro y en sus manos al ver a todas esas personas que reconocía.
—¿Y ya sabes si este asesino es hombre o mujer?

Aquella pregunta se le hizo extraña a Yuta, pero era algo que no habían considerado.
—Aún no sabemos el sexo de quien esté actuando en este caso. Pero destaca que debe ser una persona con una fuerza descomunal y una gran destreza física para matar de esta manera. Aunque también suponemos que este asesino pueda estar trabajando en conjunto con alguien más.

—Independientemente de si es un hombre o una mujer o cuantos estén detrás, recibirán el mismo castigo — comento Naoya muy molesto mientras regresaba aquella tableta.

Yuta guardo silencio ante esa declaración. El ambiente se sentía tenso y más después de haber mostrado aquellas imágenes.

—Y ¿Ya tienes claro el por qué este sujeto está matando a mi gente? — pregunto Naoya con un tono de fastidio.

Yuta suspiro un poco.
—Una disculpa por lo que voy a decir, pero yo tampoco tengo muy en claro que es lo que está buscando este asesino.

—¿Cómo es posible que el sucesor de Satoru Gojo diga eso? ¿Acaso no te estás tomando esta prueba y este caso con la seriedad debida?— cuestiono Naoya con la molestia saltando de su boca.

—Disculpe mi ignorancia pero, ¿Por qué tanto usted como su padre me han nombrado como el sucesor de Gojo sensei desde que llegue a esta su residencia?— cuestiono Yuta con confusión.

Primero Naoya hizo un gesto de molestia —¿Acaso no lo sabias Okkotsu? Al parecer Satoru está a un paso de nombrarte como su heredero. En otras palabras, tú serás el siguiente líder del clan Gojo al parecer — dio un sorbo a su te para después soltar en forma de burla —Y Por tu patética cara de sorpresa puedo deducir que él no te ha dicho nada.

Yuta estaba en shock por esas palabras.
—¿Heredero? ¿Yo como el siguiente líder del clan Gojo?— soltó con sorpresa que hasta su boca no pudo ser cerrada por completo.

—¿Acaso no sabías que por eso fuiste traído de regreso a Japón? — cuestiono Naoya con una sonrisa de burla.

—Satoru me había pedido regresar porque quería que le ayudara a resolver este caso. ¡En teoría esta era una misión! Él me había dicho que no tenía a nadie más a quien encomendar esto ¡Pero él Nunca me hablo de heredar el puesto!— expresó el invitado.

Naoya soltó una carcajada.
—¿Estás seguro de que no tenía a nadie más? O mejor dicho, ¿No crees que Satoru te está probando para saber si tú eres digno de ser su sucesor? Y qué mejor que resolviendo un caso de este estilo donde le puedes decir al mundo que tu heredero es mejor que los demás ¿No lo crees?

Yuta sintió demasiados sentimientos en ese instante. Pero sobre todo molestia con Satoru. Y eso lo reflejaba en su rostro, cosa que le causaba gracia a Naoya.

—Me pregunto qué otras cosas no te estará ocultando Satoru — dijo con sarcasmo mientras su codo lo acomodo en la mesa y su mano en su mejilla — Como de seguro él te está ocultando el hecho de que Maki san está muerta.

Un silencio inundó la sala. Las mentiras estaban en el aire. La tensión era demasiado palpable.

—¿Qué has dicho?— salió de la boca de Yuta. Tenía que seguir fingiendo.

—¿Acaso no lo sabias? Se nota que ese imbécil te está mintiendo — Naoya sonrió con maldad — Lo que has escuchado Okkotsu, la estúpida de mi prima ha muerto hace siete años atrás.

Yuta pensó que también Naoya al parecer creía que Maki estaba "muerta" así que debía investigar más. Así que tenía que fingir que apenas se enteraba de esa noticia.

—¿Cómo que está muerta?— Yuta ahogó un grito.

Naoya sonrió.
—Así es, mi prima murió hace siete años atrás. Supongo que se lo merecía por ser una cualquiera. Murió en un callejón, así como mueren las prostitutas, eso era lo que ella era, una puta— contesto con maldad, sin importarle que la madre de Maki estuviera ahí presente.

Aquellas palabras hicieron hervir la sangre de aquel que amaba a Maki con todo su ser. Las manos de Yuta se tensaron sobre las ropas de sus rodillas. Quería golpear a ese despreciable sujeto.

—Bella por fuera pero era un fracasó en toda la extensión de la palabra. Oh cierto, ¿Tú fuiste algo más que un simple compañero suyo? ¿No es así? Supongo que la disfrutaste antes de que muriera como la ramera que era — comento Naoya viendo si su invitado perdía los estribos.

Yuta trato de controlarse. Pero la energía maldita que desprendía era muy pesada. Así que Naoya supuso que Yuta no sabía nada sobre Maki y quizás podría ser un peón que podría más adelante manipular a su antojo. Grave error.

—Recuerdo que hace siete años atrás, antes de su muerte hablé con ella, recuerdo que parecía que iba a salir de la ciudad y en ese momento simplemente le dije algunas de sus verdades — comento Naoya jugando con su vaso de madera.

—¿Así que supongo que usted sabe de algunas cosas que pasaron en el momento en que me fui? ¿No es así? ¿Podría decirme que fue lo que hablo con ella?— pregunto Yuta con coraje.

—Solo se lo necesario. Aunque lo ideal sería que se lo preguntes a Satoru. Él sabe con mejor lujo de detalles todo lo que sucedió después de tu partida— contesto con una gran sonrisa —Pero si quieres que yo te cuente todo lo que yo sé y todo lo que hable con ella hace siete años atrás, primero deberás traerme la cabeza de este asesino.

—¿Estás diciendo que Satoru siempre supo sobre la muerte de Maki?— pregunto el invitado con mucha furia en su lengua.

—¿Por qué no lo confirmas tú mismo?— Naoya soltó aquella pregunta cargada de veneno mientras se ponía de pie y miraba a Yuta desde arriba con arrogancia.

Yuta apretó la mandíbula. Ese líder le estaba desesperando.

En ese momento, tanto un mensaje le llegó a la tableta de Katsumoto, el cual procedió a abrir ya que era de carácter urgente, así mismo un sirviente entró apurado a esa sala y fue directamente a hablar con Naoya a su oído. Incluso le entregó unas hojas.

El rostro del líder Zenin se tensó, parecía asqueado por lo que veía. Su rostro se tiño de un rojo por la furia.

Otro sirviente había sido asesinado. En esta ocasión fue una mujer.

—Señor, tiene que ver esto— susurro Katsumoto mostrándole aquel mensaje a Yuta.

El hechicero de grado especial tomó aquella tableta y observo aquella imagen de la víctima.

Esta víctima tenía los mismos patrones que los anteriores en su cuerpo, una herida en el cuello y una gran apuñalada en el pecho, pero esta vez le habían sacado los ojos y desprendido las muñecas de las manos.

Pero lo que más llamaba la atención era una nota que habían dejado en su pecho desnudo.

"Todos deben pagar por sus pecados, el Karma siempre llega y dos de los tres grandes clanes son los siguientes en caer. Ustedes hace años atrás despertaron al demonio, el cuál nació del rencor y la ira ocasionada por su ambición y envidia, es hora de que paguen las consecuencias"

—¿Qué habrá querido decir con esto?— pregunto Katsumoto con temor.

Yuta observo el comportamiento de Naoya. Sabía que él sí había entendido aquel mensaje.

Naoya arrugó con furia aquella hoja para después tirarla al suelo.

—Okkotsu, en serio quiero que atrapes a este insolente y me traigas su cabeza cueste lo que te cueste y una vez lo cumplas, responderé a todas tus preguntas y te contaré toda la verdad de lo que paso durante tu ausencia y de paso, podría intervenir por ti en algún momento — Dijo con molestia.

—Trataré de hacer lo que pueda y lo que esté en mis manos para resolver esto— comento Yuta mirándolo con seriedad mientras se ponía de pie junto a Katsumoto.

—Bien, puedes retirarte. Tengo más cosas que hacer — Naoya paso su mano por su cabello. De verdad se le notaba furioso.

Una vez de pie, Yuta junto con Katsumoto hicieron una leve reverencia.

—Aun así, gracias por la invitación a su residencia — comento Yuta por cortesía.

—Más adelante te volveré a llamar, para la siguiente vez quiero resultados — contesto el líder muy molesto —¡Tu! acompaña a nuestros invitados a la salida — comento al sirviente que los había acompañado desde que llegaron. En cambio, la madre de las gemelas se quedó al lado de Naoya.

—Como ordene mi señor — comento este hombre haciendo primero una reverencia a su líder y después se dirigió a Okkotsu —Por aquí mis señores.

Yuta dio un último vistazo a esos dos. No podía creer lo infernal que era ese clan. Aun así, sentía que aquel caso empezaba a ser más claro y que el pasado empezaba a tomar forma poco a poco gracias a las pistas que tanto Naobito y Naoya habían dicho en sus conversaciones.

El clan Zenin tenía algo que ver con aquel asesino. Y de paso, también tenían que ver con su separación con Maki.

—Síganme por aquí y no se separen de mi— comento aquel sirviente mientras los guiaba por aquellos pasillos donde no acabarían las sorpresas.

Aquel sirviente guio a Katsumoto y a Yuta a otra parte de la residencia. El hechicero empezó a notar que aquel sirviente no los estaba regresando por los pasillos por donde habían llegado a aquella sala de té y se percataron de que estaban tardando más en llegar a la salida.

Eso estaba poniendo muy nervioso a Katsumoto, quien también había notado aquel cambio de camino.

—Em disculpe — empezó a hablar el asistente con nerviosismo —Creo que a mi señor y a mi nos está guiando por el camino equivocado...

El sirviente se detuvo después de que los tres pasaron por otro pasillo. A su lado había lo que parecía ser un pequeño almacén con su puerta corrediza.

Aquel hombre se giró a mirarlos y empezó a hablar en voz baja—Solo los estoy guiando a donde otra persona muy importante quiere hablar rápidamente con el señor Okkotsu— dio un leve golpe en aquella puerta de madera. Parecía ser una señal.

—¿Quién quiere verme?— cuestiono Yuta con confusión.

En aquel momento, aquella puerta corrediza se abrió de golpe y una fina mano jalo a Yuta de su camiseta, y con ayuda del sirviente quien empujo al hechicero con la mano, hizo que este entrará en aquel pequeño almacén.

—¡Señ!— cuando Katsumoto iba a gritar, en aquel momento, el sirviente le cubrió la boca con su mano.

—¡No grites! ¡Por favor confía en nosotros! ¡Estamos de su lado!— susurro— Solo mi señora debe hablar con Okkotsu por dos minutos...

Katsumoto levantó las cejas por aquellas palabras mientras aquel sirviente le seguía cubriendo la boca.

Y así como dijo el asistente, dentro de aquel almacén había una mujer, una que sería una pieza muy importante para todo este caso.

Yuta tardo unos segundos en entender que había pasado y donde estaba. Las sorpresas para ese hechicero no se acababan dentro de aquella residencia.

—¿En serio eres tú? ¡wow! ¡Si que has cambiado un poco físicamente, pero sigues teniendo esa patética cara, Okkotsu!— dijo una voz femenina que se le hizo bastante familiar al hechicero —¡Aun así no hay tiempo!

Yuta observo que aquella mujer que estaba frente a él en aquel almacén y que vestía un kimono negro, típico de una mujer de alta sociedad, era Mai, la gemela de Maki.

—¿Mai? ¡Tu estas vi!— Yuta fue interrumpido ya que aquella mujer le cerraría la boca con su mano.

Él estaba sorprendido de saber que ambas gemelas seguían con vida.

—¡No hay tiempo de reuniones! ¡Tampoco podemos hablar fuerte! ¡Debemos darnos prisa! Así que solo respóndeme con un sí o no moviendo tu cabeza ¿OK?— dijo a regañadientes.

Yuta hizo un si con su cabeza. Observo un poco con detenimiento a esa mujer. La pobre se veía cansada. Tenía ojeras marcadas bajo sus ojos y noto que sus manos parecían estar manchadas de algo negro, quizás era tinta.

—De acuerdo ¿Ya tuviste noticias de Maki?— pregunto Mai mirando al hechicero, el cual hizo un si con su cabeza —¿Acaso ya la buscaste?

Okkotsu volvió a hacer un si con su cabeza.

—De acuerdo ¿Y sabes que ella sigue viva, verdad? — pregunto Mai quitando su mano de la boca del hechicero.

—Lo descubrí ayer en realidad... junto a lo de Yurika y Yuudai...— Susurró Yuta.

—¡Bien! Entonces — Mai empezó a buscar algo entre sus ropas, más específicamente saco algo de las telas de su kimono que cubrían su pecho.

—¿Q-Q Que haces?— Yuta pregunto todo nervioso mientras observaba como Mai sacaba unas hojas de papel que estaban dobladas.

—¡Pervertido! ¡No es lo que tu piensas!— gruño Mai. La pobre no estaba de humor ya que se sentía muy mal y aun se recuperaba de su pérdida de energía maldita y se sangre.

Aquellas cartas se las dio a Okkotsu con brusquedad.
—Supongo que el inicio de estas cartas puedes saltarte lo. Aun así aquí te explico en muy resumidas cuentas, una parte de lo que sucedió hace siete y tres años atrás después de que te fuiste. ¡Guárdalas muy bien y no las leas hasta que hayas salido de Aquí! ¿De acuerdo?

Yuta rápidamente guardo aquellas cartas entre sus ropas, ocultándolas muy bien —De acuerdo...

—Bien. ¡Ahora largo! ya después tú me ayudaras a salir de aquí, mientras yo te ayudaré diciéndote un poco de la verdad. Ahora ¡sal de aquí antes de que te descubran!— Mai abrió la puerta de aquel armario y lo empujo con rapidez.

Afuera Katsumoto y el sirviente vieron como Yuta fue empujado de ahí.

Una vez Mai entregó aquellas cartas, aun así con dolores muy similares a los cólicos, salió por la otra puerta que tenía aquel almacén, salió corriendo lo más rápido que pudo para regresar a su habitación antes de que alguien descubriera que no estaba ahí.

—Por aquí mis señores, ya estamos cerca de la salida — comento el sirviente con una leve sonrisa— Por cierto, mi nombre es Choso, pueden llamarme así sin ninguna formalidad.

Katsumoto y Yuta se miraron con confusión, pero el hechicero le dio una seña con la cabeza a su asistente para seguir a aquel sirviente.

No tardaron más de cinco minutos en llegar a la salida. A los cuales escolto hasta la gran puerta de madera.

Pero antes de llegar a la salida, aquel sirviente hizo una reverencia.

—Señores, hasta aquí puedo acompañarlos. Fue un placer que nos hayan visitado.

—El gusto fue nuestro y muchas gracias por su "hospitalidad"— comento Yuta en una reverencia.

—Buen viaje y por favor... cuídense mucho — Susurró el sirviente —Denle mis saludos a cierta mujer rubia muy floja.

—Así será — contesto el hechicero en una sonrisa. Rápidamente supo a quien se refería ese hombre.

Ambos invitados salieron de aquella residencia. En la cual, duraron poco más de una hora.


01:37 p.m.

Así en silencio entraron al automóvil y Katsumoto empezó a conducir hacia aquella escena del crimen a la cual habían sido llamados.

Un escalofrío recorrió el cuerpo del asistente mientras veía por el espejo retrovisor el irse alejando de esa zona.

—No quiero volver a poner un pie en esa residencia... es un lugar demasiado horrible— dijo Katsumoto en un suspiro.

—Ni que lo digas, con razón son un clan detestable— comento Yuta sacando aquellas hojas que Mai le entregó.

En ese momento donde observo que Katsumoto iba muy concentrado en conducir hacia la ciudad sin mirar hacia atrás, Yuta empezó a leer aquellas cartas en silencio.

"Okkotsu, no sé si para este momento donde estes leyendo esto, ya hayas dado con Maki, aun si no la has encontrado, en este punto debes conocer la verdad"

Ella está viva y ella dio a luz a tus hijos, unos lindos mellizos, un niño y una niña de nombres Yuudai y Yurika...

Pero hay algo más que debes saber y eso es que, en la tumba donde se supone están las cenizas de "Maki" si fue cremado el cuerpo de una mujer y más específicamente de una Zenin...

Debes saber que ella fue la primera víctima de todo esto...

Todo sucedió hace siete años atrás... en el día en que abandonaste a Maki... yo fui a buscarla, un instinto de hermana gemela me dijo que Maki estaba en problemas…""

Continuara…


Notes:

Espero les haya Gustado ❤❤

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Creen que alguno de ellos tres haya sido quien hablo con Maki en aquella estación del tren? O ¿Fue otra persona?

¿Qué le pareció la visita al clan? Solo puedo decir que este clan también tuvo que ver con la separación de esos dos y también tuvo que ver con que Megumi renunciara a ser líder.

Sobre los padres de Maki, NO ellos no saben nada de sus nietos y SI, ellos creen que su "error" (hija) está muerta.

Sobre Naobito, él en su momento se "enteró" sobre que Maki podría haber estado embarazada la última vez que la vio, pero al inicio él creyó que eso era solamente un rumor y meses después, a él le hicieron creer que ella está muerta, por eso se pregunta si el embarazo llego a término o no antes de que ella "muriera" en el callejón, quizás ya le anda ganando la culpa por la edad y por su alcoholismo. ¿Y como supo que eran mellizos? Bueno, fue por medio de uno de sus informantes, pero este ya fue eliminado por Maki. Si, ese informante es una de esas víctimas de este asesino de hechiceros.

Además que aquel viejo se guardó aquel secreto por siete años.

Y sobre Naoya, en capítulos anteriores, más específicamente en el capítulo 09 "Reencuentros Bajo Los Fuegos Artificiales", les dije la situación con Naoya. Por si no lo recuerdan, pueden regresar a leerlo.

Así que aquí, algunas mentiras servirán para seguir protegiendo a esos pequeños, pero recuerden que "el diablo esta en los detalles" así que se vienen más cosas con esta historia.

También más adelante hablare de la máscara que eligió Maki para su venganza.

Como pudieron notar, se viene el primer flashback de hace siete años pero contado por alguien que lo vivió en primera mano, Mai. Solo puedo decir que se viene algunas cosas interesantes que espero les gusten. Aun así estaré leyendo sus teorías.

Espero poder actualizar antes de salir de mi país, porque como algunos sabrán, saldré de mi país por un tiempo a finales de diciembre y regresare hasta finales de enero. Así que espero poder escribir algo antes de irme o en su caso, hasta que regrese a mi país.

Sin más, muchas gracias por todo, nos seguimos leyendo ❤

Sobre sugerencias sobre este fic u otros, no las ando aceptado, gracias