Notas:

Aquí Vera ️

Bueno, aquí les traigo uno de los capítulos que quizás será de los más importantes e interesantes de esta obra.

Yo sé que este capítulo que están a punto de leer, los dejará deseando conocer más sobre lo ocurrido hace siete años atrás con Satoru y Utahime y de paso, les va revelar una gran sorpresa ️

Así mismo, aquí los que sospechaban de Katsumoto tendrán una respuesta a sus sospechas hacia este asistente.

Espero les guste este capítulo lleno de acción y de paso, se de a entender toda la información que se describirá aquí 👀.

Ahora sin más, vayan por sus palomitas y sus bebidas favoritas y disfruten del capítulo, el cual, también tiene una pequeña, pero muy pequeña referencia a algo visto en la película de Black Panther: Wakanda Forever. Veamos cuantos la descubren 👀

Comencemos ️


Capítulo 18. Tenemos A Alguien A Quien Proteger

"La verdad te hará libre, pero primero te enojará." - Gloria Steinem

17 de Julio.

02:15 p.m.

Tokio.

Lo que debería haber sido un día de descanso, se estaba convirtiendo en la peor pesadilla para Katsumoto.

El viaje en tren bala de Kioto a Tokio se había convertido en un tormento que se sentía eterno, y no era para menos, la energía maldita de Yuta asfixio al asistente en todo el camino. Llenándolo de un gran sentimiento de miedo y de angustia.

La ira estaba consumiendo a Yuta por completo, y eso se reflejaba en su mirada, la cual era fija y oscura, sus manos temblaban del mismo coraje que sentía por haber descubierto aquella verdad en Kioto. Aquella que agudizaba la herida de hace siete años atrás.

En cambio, Katsumoto estaba echo un desastre.
La adrenalina le recorría las venas como un torrente helado. Una oleada de pánico lo había invadido, acelerando su corazón hasta un ritmo ensordecedor. Incluso podía jurar que sentía que el corazón se le saldría por la garganta, ya que aquel latido retumbaba con fuerza en sus oídos. Su instinto de supervivencia gritaba en su interior, exigiéndole que huyera de ese lugar.

La llamada de Yuta a último momento para salir urgentemente a Tokio lo había sumido en una espiral de ansiedad.

El ir de improvisto a la capital de aquel país, sólo significaba una cosa y esa era, que Yuta ya había dado con su objetivo principal, el cual era encontrar a Maki Zenin. Esa había sido su obsesión desde que regreso del extranjero.

Katsumoto sabía que Okkotsu quería respuestas sobre lo ocurrido hace siete años atrás. Respuestas que de una u otra forma, él había ayudado a encontrar.

El sudor frío seguía bajando por la frente del asistente, así como sentía una gran tensión oprimiendo su pecho, de verdad la angustia lo consumía desde dentro. Y más que en ese momento, al fin habían llegado a su destino en aquella gran ciudad.

Por otra parte, Yuta debía ser fuerte para no perder la cordura. Sobre todo, porque sabía que la verdad estaba a un paso de ser revelada.

Ambos sabían que algo grande estaba a punto de ocurrir una vez pasaran por aquellas grandes puertas que le daban la bienvenida a todo aquel que entrara a la residencia Gojo con sede en Tokio.


02:30 p.m.

En aquel momento, él hechicero de grado especial y su asistente aguardaban en el vestíbulo principal de esa magnífica residencia. Esperaban a que un miembro del clan o que un sirviente los recibiera y les concediera el permiso para entrar.

Aquel vestíbulo tenía finas paredes de madera y una puerta corrediza con un hermoso dibujo de un gran tigre blanco por donde se dejaba entrar al área principal de la residencia.

Ese lugar contaba con algunos finos y elegantes sillones, en una de sus paredes colgaba un cuadro que fácilmente podría ser subastado por varios millones. Así como había varias mesas con floreros muy antiguos pero que tenían hermosos dibujos tradicionales. También esa habitación estaba adornada con una que otra lámpara con el escudo de aquel clan.

Yuta no podía estarse quieto, así que estaba de un lado a otro en aquel vestíbulo, caminando muy pensativo, mientras su mano derecha cubría por momentos su boca.

Parecía que estaba planeando algo o mejor dicho, que estaba terminando de organizar su siguiente movimiento y eso podía notársele en como su frente se arrugaba y sus cejas se juntaban.

Esa era una señal de qué él estaba analizando y repasando todo lo que iba a preguntar. Aunque eso no le quitaba la furia que tenía plasmada en la cara.

Por un momento, se detuvo frente al cuadro que tenían en aquel vestíbulo, el cual era uno de Sugawara no Michizane, donde se le retrataba en solitario a la orilla de una playa, mirando hacia el horizonte en una noche iluminada por una luna creciente con el mar a sus espaldas y un árbol con gruesas raíces a un lado de él.

Aquella escena era muy especial, ya que en el contexto histórico de aquella ilustración, retrataba el exilió de su antepasado, donde los rivales de aquel hombre conspiraron contra él para que fuera expulsado por ser considerado una amenaza para sus planes en el ámbito político.

Yuta sentía que tenía esa conexión y semejanza con su antepasado, ya que de una forma u otra, tanto aquel al que alguna vez considero como familiar, así como los "otros", quienes eran sus rivales, conspiraron para que él saliera de Japón.

Pero así como Sugawara había regresado para tomar venganza maldiciendo a sus enemigos, Okkotsu había vuelto para descubrir y revelar toda la verdad.

No podía despegar la vista de ese cuadro, estaba analizando una última vez si aquello que estaba a punto de hacer era lo correcto mientras sus manos sujetaron con fuerza la correa de la funda de su espada, la cual atravesaba sobre su pecho. Sentía que no debía despegarse de ella, ya que tal vez la usaría pronto.

Observo el rostro melancólico de su antepasado, así como la noche desolada que le acompañaba. Así fueron muchas de sus noches en el extranjero, en completa soledad anhelando únicamente el volver a estar con Maki.

Yuta no podía quedarse con los brazos cruzados, sentía que Sugawara hubiera buscado la verdad a como diera lugar.

Sus manos siguieron apretando con fuerza la correa que cruzaba sobre su pecho. Su corazón le decía que debía tener aquella conversación con Satoru quisiera o no, y si este se negaba, no quedaba más remedio que pelear contra él.

Okkotsu llevo su mano derecha al bolsillo de su pantalón, y de ahi saco algo a discreción y se lo coloco en la muñeca derecha —Solo espero que todo esto salga bien— se dijo en voz baja, tratando de relajar los hombros.

Se giro a ver a su asistente, a quien todo este tiempo le dio la espalda.

—Katsumoto — Yuta lo nombro con voz muy grave.

El asistente estaba sentado en uno de esos finos sillones, moviendo su pie con desespero debido a los nervios por estar en ese lugar.

Aquel llamado hizo que este diera un leve brinco, poniéndose de pie rápidamente mientras sujetaba con fuerza algo entre sus manos.

—¿Si, señor?

—Perdona que te haya arrastrado a todo esto cuando claramente te dije que podías tomarte unos días de descanso — comento con voz serena.

El asistente trago saliva con dificultad. Trataba de ocultar su nerviosismo. Así como parecía estar ocultando algo más.

—N-No d-e-debe porque preocuparse— salió de su rasposa garganta —Es mi trabajo acompañarle y ayudarle en todo lo que más pueda— fingió estar tranquilo.

Yuta hizo un si con la cabeza.
—En serio, muchas gracias por lo que has hecho por mi hasta el momento— una pequeña sonrisa elevo las comisuras de sus labios — Sin ti nunca hubiera dado con Maki y mucho menos con mis hijos y por eso mismo, siempre te estaré agradecido.

Katsumoto hizo una reverencia, inclinándose bastante hacia adelante.
—Solo estaba cumpliendo... — titubeo un poco, mordiendo fugazmente el interior de su mejilla —Con la misión que usted me dio, mi señor— se reincorporó.

—De nuevo muchas gracias—Yuta tomo un respiro profundo.—Bien. ¿Traemos todos los papeles del caso del asesino de hechiceros? ¿Cierto? ¿Así como también los documentos que te pedí?— preguntó mirando como el asistente aferraba las manos y clavaba las uñas contra aquella pequeña carpeta de plástico donde llevaban los reportes más recientes, así como otros papeles importantes.

Katsumoto afirmo con la cabeza.
—T-todo está aquí como me lo ordeno— trato de sonar tranquilo. Trataba que el castañear de sus dientes no fuera audible.

—Muy bien. Porque necesitaré todas las pruebas que tenemos, así como toda la información que lograste conseguirme— comento Yuta, antes de girarse de nuevo a ver ese cuadro y seguir afinando las últimas preguntas y argumentos que estaba construyendo en su cabeza.

Así como también estaba planeando sus últimos movimientos en caso de que tuviera que pelear contra Satoru. Para eso tenía literalmente un as bajo la manga.

Aquello sería un plan bastante arriesgado, pero necesitaba respuestas del porqué Satoru lo alejo de Maki hace siete años atrás.

Por otra parte, por la mente de Katsumoto no dejaba de sonar las frases.
—¡ÉL YA LO SABE! ¡OKKOTSU YA SABE TODA LA VERDAD! ¡DEBO ESCAPAR DE AQUI! ¡ESTOY EN PROBLEMAS! ¡EL VA A MATARME! ¡ES MI FIN!— su mente gritaba con fuerza. Sus uñas se clavaban en el plástico donde estaban también los documentos sobre lo que había descubierto de la supuesta muerte de Maki y sobre los niños Fushiguro.

Su instinto le pedía huir. Pero no podía, además que sus piernas no le respondían.

Desgraciadamente escapar de ahí no era una opción, ya que si huía levantaría las sospechas de Okkotsu. Sospechas que venía ocultando bastante bien como se le había ordenado desde que le asignaron aquel trabajo como asistente del segundo hechicero más fuerte.

Katsumoto mordía su lengua, solo así detenía que sus dientes siguieran castañeando, tratando de controlar el ruido para que Yuta no le escuchara.

El asistente volvió a tomar asiento, solo así podía controlar el temblor que invadía todo su cuerpo, mientras seguían esperando en aquel elegante y antiguo recibidor de la residencia Gojo.

Y no era para menos, el aura que estaba desprendiendo Okkotsu era demasiado abrumadora por instantes. Era casi tan abrumadora como la de Gojo estando molesto.

Por algo eran parientes lejanos. Pero quizás aquella tarde cortarían lazos.

El hechicero de grado especial se giró hacia su asistente una vez más.

—Katsumoto...— lo volvió a nombrar con voz seria.

—¿Si señor?— pregunto el asistente volteando a verle.

Yuta volvió a tomar un respiro profundo. Trataba de tranquilizarse, debía comportarse "normal", simplemente tenía que disfrazar su ira. Incluso sobo sus muñecas, pero sobre todo, parecía estar acomodándose meticulosamente la manga derecha.

—Pase lo que pase aquí dentro. Por favor, te ordeno que no le reveles a nadie de la sede la ubicación de Maki y de mis hijos ¿Entendido? — dijo con bastante seriedad— Igual si llegara a pasarme algo una vez entre a hablar con Satoru. Por favor, quiero que les ayudes a huir del país. Tengo un conocido en África que nos ayudaría sin importar que ¿De acuerdo? Si llegara a pasarme algo, quiero que lo contactes de inmediato.

El asistente afirmo con la cabeza.

—En-entendido señor— Katsumoto trago saliva para tratar de deshacer el nudo que se estaba formando en su garganta.

Trato de controlarse, debía seguir actuando un poco más. Solo hasta que Satoru o Ijichi hablaran con Okkotsu.

Pero parecía que sus nervios por estar ahí, en ese momento junto aquel hechicero, lo harían delatar una verdad que se le había pedido guardar.

Su corazón no podía más. Debía decirle a Yuta todo lo que estaba ocultando y el cómo fue que realmente dio tanto con la tumba de Maki, como con el reporte sobre la muerte de esta y también el cómo descubrió que esos dos niños eran sus hijos.

Debía revelar quien fue aquel que le proporciono toda esa información.

—Señor... hay algo muy importante que debo decirle...— se atrevió a hablar. Su voz apenas y fue audible. El corazón se le quería salir por la garganta.

Yuta se giró una vez más hacia su asistente.
—¿Qué sucede? Katsumoto

—Yo...— Ya no tuvo tiempo de explicar aquello importante que debía decirle. Rápidamente se puso de pie al notar que alguien se acercaba.

La puerta corrediza se abrió, dejando entrar a Ijichi con su elegante porte, vestido como siempre de un impecable traje y junto a él, venía un sirviente del clan.

Aquel asistente ahora se veía más cansado y acabado de lo que Yuta recordaba, tenía más arrugas en la comisura de los ojos y también en la frente. Así como también ya tenía algunas canas adornando su cabello, producto del estrés que Satoru le seguía provocando aún con el pasar de los años.

Pero no solo el estrés provocado por el albino había hecho que ese hombre se viera mucho más grande en edad.

Ijichi desde hacía siete años atrás, se había convertido en el líder y en el principal director asistente de la sede. Aquel que tiene todo el control tanto de la información no sólo de las misiones, sino también de todo el personal y de los estudiantes que alguna vez fueron a la academia.

—Bienvenidos —Ijichi saludo amablemente, aunque se le podía notar el nervio a flor de piel debido a la energía maldita que desprendía aquel invitado— Okkotsu, n-no esperábamos tu visita así tan de repente— titubeo levemente.

Realmente le sorprendía ver a ese hombre ahí. Y por su sola presencia, sabía que Okkotsu estaba molesto.

—He venido a hablar con Satoru— contesto el hechicero de grado especial con voz firme —¿Se encuentra él en este momento?

—¿S-So-Sobre que vienes a hablar con él?— Ijichi preguntó camuflajeando su nerviosismo con curiosidad.

—Es sobre el caso del asesino de hechiceros. Tengo entendido de que Satoru quería un avance del caso y he venido a darle dicho avance y más ahora que ya tenemos los primeros resultados de la investigación. Además que he venido a hablar con él sobre algunos asuntos pendientes — respondió con total calma, su aura pesada cambió a una más "tranquila"

Debía verse y sentirse lo menos amenazante para que lo dejaran pasar.

Ijichi acomodó sus gafas.
—Entiendo, bueno... emm Satoru se encuentra un poco ocupado en este momento, pero...— su mirada se enfocó en Katsumoto.

Aquel joven asistente le hizo una muy sutil seña con la cabeza a su superior. Sus ojos reflejaban bastante miedo. El mensaje que quería transmitir parecía haber sido bastante claro.

—"Él ya lo sabe todo" —gritaba su expresión de total angustia.

Ijichi lo comprendió inmediatamente.

Se dirigió a ambos invitados—Entiendo, si es por este caso que él te asigno... entonces debemos avisarle que estas aquí.

Yuta afirmó con la cabeza—Si, por favor. Y díganle que es urgente lo que quiero hablar con él— respondió rápidamente.

Ijichi giro su rostro hacia el sirviente que lo venía acompañando y le hizo una seña con la cabeza— Por favor, da aviso sobre que Okkotsu está aquí.

—En seguida.

Así, rápidamente aquel sirviente entró en la residencia. Iría corriendo a avisarle a su líder que tenía un invitado.

Los tres hombres esperaron alrededor de siete minutos en aquel vestíbulo, los cuales, tanto para Ijichi como para Katsumoto fueron eternos.

Ambos asistentes intercambiaron algunos gestos y señas que tenían entre ellos para mandar mensajes sin que los alumnos o hechiceros supieran sus significados.

Aquel intercambio de miradas incomodas junto al silencio, fue interrumpido por el sonido de la puerta corrediza abriéndose una vez más.

El mismo sirviente había regresado e hizo de nuevo una reverencia.
—El líder Satoru pide que entren. Actualmente se encuentra esperándolos en el Dojo— dijo con total solemnidad.

Ijichi soltó el aire en una pequeña sonrisa para disimular el nervio que aun tenia.—Bueno, lo mejor será que pases para que hables con él directamente — Contesto muy amablemente — Los llevare hasta ahí—Les dejo entrar— Vengan, es por aquí.

—Muchas gracias Ijichi san— comento Yuta con una sonrisa, entrando en aquella residencia caminando detrás del líder de los asistentes — con permiso —Hizo una reverencia al sirviente.

—Adelante, y siéntase como en casa, líder Okkotsu— comento aquel sirviente muy educadamente.

Aquel título dejo una extraña sensación en Yuta. Tanta formalidad le hizo sentir incómodo.

Katsumoto antes de entrar e ir detrás de esos dos hombres, tomo un respiro profundo una vez más. Sabía que toda su misión había terminado. Y quizás con ello su vida.

Los tres hombres entraron a la residencia Gojo, la cual, seguía siendo muy tranquila la mayor parte del día, debido a que los sirvientes solo aparecían cuando se les llamaba o mayormente estaban ocupados en sus actividades asignadas.

Pero los pocos sirvientes que estaban cerca, empezaron a hacer una digna reverencia mientras Yuta iba caminando detrás de Ijichi.

Okkotsu se sentía demasiado extraño sobre todo cuando algunos de ellos le decían;

—Bienvenido líder Okkotsu.

Aquel título con el que lo empezaban a nombrar como si ya fuera el líder de algún clan, lo hacía sentir bastante incómodo, al mismo tiempo que tener todas las miradas enfocadas sobre él, siendo el foco de atención de algo que no deseaba, lo hacían sentirse completamente fastidiado.

Sentía que cada vez más y más, lo que le habían dicho Naobito y Naoya sobre que Satoru lo iba a nombrar como el siguiente líder de ese clan, se estaba haciendo realidad.


Los tres siguieron caminando por aquellos largos y tradicionales pasillos, donde se podían ver grandes salones y habitaciones bellamente adornadas con demasiadas cosas tradicionales, al igual que el suelo de estas estaban forrados de finos tatamis.

Así como también en su camino, notaron que había salas en completa tranquilidad y sin ningún mueble que adornara aquellos grandes y lujosos espacios.

Aquella casa a pesar de ser imponente, siempre se sentía vacía.

Por un momento, la idea de que todo aquello pudiera pertenecerle le empezó a comer la cabeza a Yuta.

¿Acaso todo eso sería suyo? ¿Acaso podría llevar a Maki y a sus hijos a vivir a ese lugar? ¿Realmente él estaba hecho para ser un líder? Esas preguntas recorrieron su mente.

La sola idea de que sus hijos corrieran por esos pasillos, jugando y riendo, así mismo que tanto ellos como Maki tuvieran un espacio seguro en aquella residencia era lo único que le calmaba el corazón en aquel instante, ya que aun sentía la sangre hervir mientras se acercaban al lugar donde Satoru lo estaba esperando.

Yuta también debía aprovechar para esclarecer el porqué realmente Satoru lo había llamado de vuelta a Japón. Si había sido por el tema del asesino de hechiceros o porque ya era momento de nombrar a su siguiente heredero.

Su mano de nuevo se hizo puño sobre la correa de la funda de su espada a la altura de su corazón. Realmente quería respuestas. Las cuales no tardaría en recibir.

Los tres hombres salieron hacia el hermoso patio central que tenía aquella enorme residencia.

Debían cruzar aquel jardín para así poder llegar a la zona donde se encontraba el dojo, que era utilizado por los miembros del clan para sus entrenamientos.

Caminaron por el hermoso jardín, lleno de árboles de varias especies, así como admiraron el magistral kiosko que adornaba armoniosamente el sitio, el cual se encontraba a unos metros de un gran estanque, el cual era atravesado por un tradicional puente de madera que llevaba a una pagoda de seis pisos, aquella antigua estructura representaba al clan.

Todo a su alrededor estaba en completa calma, así como sólo podía escucharse el ruido de los insectos.

Siguieron caminando por varios minutos más por aquel antiguo camino de piedra, hasta que llegaron a la entrada de un edificio antiguo de dos pisos con una fachada completamente japonesa.

Los tres cruzaron el portal de madera, el cual daba la bienvenida a esa zona. Siguieron caminando por el camino de piedras blancas hasta llegar a la entrada de aquel imponente lugar.

—Ya llegamos.

Comento Ijichi mientras se detenían a fuera de una gran y fina puerta de madera, la cual tenía el escudo de la familia Gojo tallada finamente.

Aquel lugar desprendía una vibra bastante pesada, realmente la energía maldita de Satoru invadía aquel lugar.

Ijichi tomo un respiro antes de girarse hacia los invitados.
—Lo ideal será que toques la puerta antes de entrar— comento acomodando sus lentes mientras unas gotas de sudor bajaban por su frente.

No sólo la humedad del ambiente lo hacía sudar junto al sol del verano, sino que también los nervios le empezaban a traicionar.

Yuta dio unos pasos hacia la puerta, pero antes de tocar, se giró hacia ambos asistentes.

— Se-Será mejor que nosotros los esperemos en la residencia— explicó Ijichi —Te prepararemos tu respectiva habitación, así como un espacio a la hora de la comida, la cual, no tardará en ser servida. Claro, si es que gustas quedarte esta tarde y esta noche aquí.

—Muchas gracias Ijichi kun y la verdad, después de esta charla me gustaría regresar a Kioto, ya que aún tengo mucho trabajo que hacer allá — comento Yuta con una leve sonrisa.

—Entiendo— respondió Ijichi acomodando sus gafas.

Después Okkotsu se dirigió a Katsumoto, quien le entregó la carpeta para después hacer una pequeña reverencia.

—Espero no tardar demasiado— dijo Yuta mirándolo fijamente —Gracias Katsumoto, puedes tomarte lo que resta de la tarde— contesto haciéndole una seña con la cabeza.

—E-está bien mi señor y gracias— dijo su asistente con los nervios de punta.

El que Okkotsu llegará a ese lugar, solo hacía que el ambiente se sintiera más pesado. Era como el choque entre dos galaxias, donde esos dos titanes estaban a punto de ver quien era el más imponente y capaz de devorar al contrario.

Yuta tomo un respiro, tomo la aldaba que en su base tenía la forma de la boca de un dragón, golpeando así tres veces aquella fina puerta de madera.

Los tres contuvieron la respiración mientras el silencio lleno el lugar por alrededor de un minuto, el cual fue interrumpido cuando por fin obtuvieron una respuesta que venía del interior del dojo.

—¡Adelante!— se escuchó la voz de Satoru provenir del otro lado de la puerta. Aquel fue un grito penetrante, pero para nada se escuchó amenazador. Al contrario, parecía por lo melodioso que sonó la invitación, que el albino estaba bastante alegre.

Yuta dio un último vistazo a esos dos asistentes, antes de jalar la aldaba y por fin entrar en aquel lugar.

Una vez aquella puerta se cerró detrás de ese hechicero, ambos asistentes caminaron a paso rápido hasta salir de aquella zona por el umbral por el que habían ingresado.

Realmente no querían estar ni un minuto más cerca de ese lugar, donde la energía estaba bastante pesada que incluso asfixiaba.

Una vez se alejaron lo bastante de aquel dojo por aquel tradicional jardín, Katsumoto ya no pudo más y se dejó caer de rodillas, empezando así a llorar.

—Hice todo lo que usted y el señor Gojo me pidieron...— su voz se quebro— trate de fingir lo más que pude— sollozo, aquel llanto parecía ser uno de total desahogo, mientras sus lágrimas bajaban a mares por sus mejillas—Inclusive use la información que usted me dio Ijichi san... pero, aun así — sollozo de nuevo— Tengo miedo... la culpa por haberle ocultado tanto tiempo esta información a Okkotsu me consume...— su voz se desgarró por completo.

Ijichi soltó un suspiro de total comprensión, el mundo de la hechicería estaba lleno de secretos e historias y ellos como directores asistentes, debían muchas veces cargar con la verdad a espaldas de los demás, ya sea por mandato, por conveniencia o porque simplemente no pueden revelar la información.

Aquel líder de los asistentes se agacho con cuidado y puso su mano sobre el hombro de Katsumoto para darle algunas palmadas para que sintiera alivio.
—Hiciste un gran trabajo, sin tu ayuda, Okkotsu nunca hubiera dado con la verdad, una que el pobre necesitaba descubrir por su cuenta.

—¡Aun así tengo miedo!— su voz se rompió en un grito desgarrador— ¿De verdad, Ustedes creen que fue buena idea esto? ¿De verdad fue necesario que yo guiara a Okkotsu hacia ella, hacia Maki Zenin?— cuestiono mientras sus manos cubrían su rostro.

—Lo es, esos dos ya fueron infelices por siete años, y ahora más que nunca es cuando todos merecen encontrar la felicidad. Incluso Satoru, quien ahora también ya ha recuperado su libertad, tiene el deber de contarle toda la verdad a Okkotsu. Él también ha cargado con el secreto y la culpa de haberlos alejado durante tanto tiempo. Y no solo eso, sino que también ha cargado sobre sus hombros el tener que guiar este mundo de la hechicería, asumiendo el papel de líder que todos esperaban que asumiera y que ahora esperan que continúe siendo— Ijichi siguió consolándolo con su mano en su hombro — Así que si, tu ayuda ha sido fundamental para aligerar la carga y facilitar este reencuentro.

Katsumoto solo movía la cabeza negativamente, sus ojos se cerraron con fuerza mientras las lágrimas seguían bajando por sus mejillas y limpiaba su nariz con la manga de su traje.

—Aun así... esto no deja de ser agotador para mí... y más ahora que las investigaciones en Kioto siguen ya que debemos atrapar a ese sujeto que está matando a diestra y siniestra a los hechiceros... ¡Tengo miedo de ser el siguiente en su lista! ¡Las escenas que deja de sus crímenes son tan aterradoras!— Contesto sintiendo su pecho ser aplastado por la angustia.

—Lo sé y no nos queda de otra que resolver este caso — suspiro Ijichi bajando los hombros — Así que Okkotsu aún te seguirá necesitando más que nunca. Solo ustedes dos pueden resolver esto.

—Pero ya estoy cansado de fingir frente a Okkotsu sobre del como realmente encontré toda esa información de Maki Zenin y sus hijos— comento Katsumoto sollozando.

—Quizás después de esto ya no tendrás que fingir más— le ayudó a ponerse de pie — Aun así, por favor, no le digas a nadie en el cuartel general sobre que Okkotsu vino a hablar con Satoru y mucho menos, reveles nada sobre Maki Zenin ni los niños Fushiguro, solo unos cuantos sabemos todo esto y es mejor que se siga manteniendo en secreto...¿Entendido?

Katsumoto hizo un si con la cabeza mientras Ijichi le ayudaba a levantarse.

—Ven, vayamos con Ieiri san para que te dé un calmante...— suspiro— todos lo necesitaremos después de esto.

Katsumoto se puso de pie, se sacudió la tierra de las rodillas y solo pedía al cielo que Okkotsu saliera vivo y cuerdo de aquel lugar.

Ambos asistentes empezaron a alejarse más y más de aquel dojo, el cual sabían se convertiría en un campo de guerra entre dos titanes.

Katsumoto limpio una vez más sus lágrimas con las mangas de su traje—Por cierto Ijichi san... —Empezó a preguntar una vez entraron de nuevo a aquella parte de la residencia donde los pasillos se juntaban con la entrada del jardín —¿Había alguien más junto al líder Satoru dentro de aquel Dojo?— se detuvo un momento — Es que percibí la presencia de alguien más ahí dentro...

Rápidamente el rostro de Ijichi se tensó. Su mano fue hacia su frente, parecía que había recordado que alguien más se suponía estaba con Satoru ese día.

Se giro rápidamente al joven asistente —Solo espero que ese alguien haya salido a tiempo de ahí...— comento Ijichi tensando los hombros.

No había tiempo de averiguarlo, la conversación de esos dos ya había iniciado.


Yuta entro con paso firme en aquel edificio que sabía era usado exclusivamente para entrenar.

Lo recordaba perfectamente porque él llegó a entrenar con Satoru en un par de ocasiones en aquel sitio cuando apenas había entrado a la academia.

También recordaba lo doloroso que podría llegar a ser los golpes de su profesor, en especial si usaba azul para atraer lo contra su puño impregnado de su energía maldita.

Okkotsu dio unos pasos más hasta que por fin logró ver y detectar a Satoru.

Este estaba en el centro del Dojo, llevaba ropa deportiva que asemejaba a un maestro de artes marciales, vestía una camiseta negra y unos pantalones blancos. Así como unas zapatillas negras que se usaban para los entrenamientos.

Satoru estaba completamente sudado, con la respiración algo agitada como si acabara de hacer ejercicio o como si acabara de entrenar con alguien.

Yuta observo a su alrededor, no detectaba nada fuera de lo normal.

Únicamente le llamo la atención que en el suelo había dos botellas de agua y cerca de donde se cuelgan los bastones y espadas de madera, había dos toallas blancas.

Okkotsu en ese momento paso por alto esos detalles, ya que lo que más le llamaba la atención era el ambiente de aquel lugar. Sentía un rastro de energía maldita en el aire pero no lograba identificarla por completo debido a que esta se combinaba fuertemente con la de Gojo.

Definitivamente alguien más había estado ahí dentro con Satoru.

—Okkotsu no esperaba tu visita ¿Y bien? ¿Qué te ha traído tan de repente por aquí? — el líder de aquel clan lo recibió con una gran sonrisa, mientras hacía algunos estiramientos de brazos.

El hechicero de cabellos negros tomo un respiro profundo antes de responder a eso—Eh venido a traerte un avance sobre el caso del asesino de hechiceros que me asignaste— contesto con frialdad, mientras sacaba unas hojas de aquel folder de plástico en forma de sobre.

Satoru movió los hombros con desinterés —¿Así que viniste desde Kioto solo para traerme el reporte? Con haberlo mandado por correo o por mensaje de LINE hubiera bastado — estiro los brazos elevándolos sobre su cabeza—No importa, siempre serás bienvenido a esta residencia, las visitas sorpresa si que nos hacen falta de vez en cuando — soltó una leve risita —¿Y dime? ¿Cómo te ha tratado Kioto? — dijo acercándose a su invitado.

—Me ha tratado bien, diría que Kioto me trató mejor de lo que pensaba, hasta me ha dado sorpresas inesperadas— comento Yuta recordando un poco a sus hijos. Realmente el recuerdo de ellos le calmaban un poco y más ahora que tenía frente a él al culpable de no haberlos visto nacer ni crecer.

—Ya veo, bien veamos que tienes aquí— Satoru tomo los papeles con una gran sonrisa, era algo inusual que quisiera revisar papeleo, pero en aquel momento estaba más que interesado.

El sudor aún bajaba por su frente mientras daba una rápida leída a las primeras líneas.

Las pupilas azules de Gojo fueron de un lado a otro y después elevo la mirada hacia Okkotsu —Por cierto, me enteré que eliminaste a una maldición que estaba merodeando un centro comercial.

Las cejas de Yuta se elevaron de sorpresa. No se esperaba que Satoru estuviera enterado de aquel incidente.

Tomo un respiro, quería ya pasar a lo importante pero sabía que debía ir con calma si quería sacarle toda la verdad. Así que decidió seguirle la corriente.

—Si, así fue. Sucedió en mi primer día que llegué a esa ciudad.

—Y... — Satoru hizo una pausa, parecía bastante curioso con ese tema mientras miraba a su invitado.
—También me enteré que ese día salvaste a dos niños ¿Cierto?— preguntó directamente.

Yuta humedeció levemente sus labios antes de responder a eso—Asi es— suspiro— Si no hubiera llegado a tiempo, hoy una madre estaría llorando por sus hijos — contesto con seriedad.

Apretó su puño a discreción sobre la correa de su espada —Si no hubiera llegado a tiempo, no solo una madre estaría llorando por sus hijos, sino también un padre nunca los hubiera conocido...— se dijo mentalmente.

Satoru soltó unas carcajadas—Tu siempre siendo un imán de niños— regreso su vista a las hojas—Supongo que esos pequeños resultaron ser especiales ¿No?

Okkotsu no contesto a eso, pensaba en que quizás Satoru solo decía aquello porque esos niños podían ver maldiciones, y de paso, porqué debía guardar la mayor discreción posible.

Satoru noto ese silencio.
—Entiendo, veamos que tienes aquí—Dio unos pasos alrededor de Okkotsu, caminando vagamente por el dojo, ya que parecía que no podía quedarse quieto.

Yuta trago saliva mientras su mano derecha seguía aferrándose a la correa de su espada.

—Sabes que no era necesario que entraras a este lugar con tu espada— señaló Gojo dándole un rápido vistazo, notando como ese chico tenía su mano sobre la correa de esa funda.

—Lo siento, estando en el extranjero me acostumbre demasiado a siempre cargarla...— explicó —Uno nunca sabe cuándo alguna persona lo atacara por sorpresa... ya sea un conocido... o un enemigo — soltó aquello con frialdad.

—Hum— Gojo solo soltó ese ruido con desinterés mientras seguía mirando a su invitado —Pues aquí puedes estar seguro de que tienes más a un aliado que a un enemigo— hubo un serio intercambio de miradas, el cual no duro más de unos segundos.

—Seguro que si... gracias — contesto Yuta fingiendo cortesía.

Satoru regreso su vista a aquellas hojas y guardo unos minutos de silencio mientras leía el contenido de estas.

En cambio, Yuta no le despegaba la mirada de encima, mientras guardaba silencio y analizaba a su anfitrión, tratando de encontrar el momento adecuado para comenzar a cuestionar sobre el pasado.

—Veo que has avanzado un tanto en el caso, aunque por lo que dicen los reportes más recientes, este asesino sigue matando a diestra y siniestra— de nuevo su mirada se enfocó en su invitado — ¿Ya tienes algún sospechoso?— su mano fue a su barbilla mientras caminaba a un lado de este.

Sus energías chocaban de poco en poco, en una especie de tira y afloja muy tenso.

El otro hechicero de grado especial soltó el aire en un suspiro de total frustración.
—Aún sigo buscando más pistas que me guíen al criminal. Aunque ahora que tenemos una clasificación de sus víctimas así como algunos patrones en sus ataques, ya entendemos un poco mejor su modus operandi y esperamos dar pronto con este sujeto— Miro a Satoru fijamente.

El albino soltó una pequeña risita de satisfacción al escuchar aquella afirmación. Parecía bastante animado.
—No por nada sabía que era buena idea el que regresaras a Japón para resolver este caso— de nuevo su vista bajo a las hojas.

—¿Y Solo para esto me trajiste de regreso a Japón? — se atrevió a preguntar controlando su voz que quería salir con furia— ¿Solo para resolver este caso?— cuestiono rápidamente, moviendo sus manos de un lado a otro.

—Inicialmente sí, pero una vez acabes esta misión de atrapar a este asesino, te encargaré una mucho más importante, de la cual, te voy a explicar más adelante — contesto Gojo pasando la hoja y girándose levemente para caminar al otro lado de Okkotsu. Parecía que el albino estuviera analizándolo también a él.

Yuta tenso la mandíbula. De nuevo su mano se hizo puño sobre la correa mientras miraba muy seriamente a Satoru. Su entrecejo estaba bastante fruncido. Su paciencia se estaba colmando mientras veía a ese hombre actuar muy desinteresadamente.

El albino detecto aquel cambio de humor de su invitado —¿Acaso algo te hizo enojar? Porque tu energía maldita se siente irregular— comento tomando su botella de agua del suelo mientras seguía leyendo aquellas hojas —Te he dicho que debes trabajar en esa manera tuya de desperdiciar la energía maldita, esas fugas tan repentinas son lo que hacen que los demás detecten tus cambios de estado— bebió un poco.

Okkotsu trato de relajarse, pero no podía, estaba frente a quien le separo de Maki. Su respiración era pesada.

Cruzo sus brazos sobre su pecho.—Lo siento, es solo el estrés de este caso lo que me tiene así de tenso— mintió, mientras apretaba su muñeca derecha con su mano Izquierda.

Satoru dejo aquella botella en el suelo una vez más y se puso a hojear desordenadamente. Ahora parecía bastante desinteresado en aquel reporte— En fin, sé que serás excelente resolviendo este caso — soltó cerrando el folder donde estaban esas hojas— Pasando a otro tema...

El albino siguió hablando, Ahora parecía muy serio y eso se reflejaba en su rostro y eso llamo la atención de Yuta.
—También escuche que el imbécil de Naoya te mando a llamar ¿Es cierto eso?— su vista se enfocó de nuevo en su invitado mientras daba unos pasos para ahora tomar su toalla.

El hechicero que venía del extranjero soltó el aire bruscamente de tan solo recordar todo lo sucedido en aquella ocasión.
—Si, me llamo hace unos días a la residencia Zenin.

—¿Y qué fue lo que te dijo ese imbécil? ¿Acaso hablaron de algo importante?— tenía tintes de intriga en la voz — O ¿Hablaron de este caso?— las preguntas escaparon de la boca de Satoru en un tono muy serio.

Okkotsu trato de controlar su pesada respiración.
—Así es— suspiro— El señor Naoya me llamo para que yo le diera un avance de este caso y más que la gran mayoría de las víctimas han sido de su clan— bajo los hombros y rasco su nuca —Aunque admito que estar en ese lugar fue bastante estresante, la verdad no quiero volver a poner un pie en la residencia Zenin...

Satoru soltó una carcajada muy escandalosa por lo dicho por el hechicero.
—Supongo que eso de que estén eliminando a su clan es su castigo— se secó el sudor de la cara con la toalla— Simplemente es algo que se merecían, aun así, buen trabajo Okkotsu, sigue así— le dio una palmada en el hombro —Si ya no hay nada más que discutir puedes retirarte o a no ser que quieras quedarte a comer y a dormir esta noche, siempre tendrás una habitación en esta residencia— estaba dispuesto a regresarle las hojas. Pero el comportamiento de su invitado cambió drásticamente.

—Gracias por la hospitalidad...pero...

—¿huh? ¿Qué sucede?— Satoru levanto una ceja al escuchar esa palabra.

—Aunque mi visita sorpresa se debe a algo más en realidad— respondió Yuta con total seriedad mientras su vista estaba fija en la carpeta que aun sostenían sus manos.

—¡Oh!— Satoru chasqueo la lengua —¿Y entonces, a que se debe tu visita tan repentina en realidad? ¿Acaso no venias a darme un avance de este caso?

—El venir a darte el avance solo fue un pretexto para que me dejaras entrar— comento Yuta apretando las manos sobre aquella carpeta de plástico donde aún guardaba unas hojas más.

—¿Entonces cuál fue el motivo principal por el que viniste? Okkotsu— Satoru se puso muy serio al notar que ese hombre sujetaba con fuerza aquella carpeta.

—En realidad he venido por respuestas que solo tú puedes darme, Satoru Gojo— su vista se elevó a su maestro.

—Explícate— Satoru se cruzó de brazos.— Además, es muy inusual que tú me llames por mi nombre completo — señaló.

Yuta tomo un respiró —Acontece que estando en Kioto— Empezó a explicar —me he topado con ciertas pistas muy interesantes que encajan con ciertas cuestiones pasadas que tienen que ver conmigo...— dijo con voz seria, mientras su mirada se centraba en la mirada azul de su anfitrión —Y con Maki.

Satoru rasco su mejilla. En sus ojos brillo una chispa de curiosidad pura.
—¿Cuestiones pasadas? ¿Cómo cuáles?— sonrió.

Yuta tomo una pose de total seriedad mientras abría la carpeta.
—Bueno, estando en Kioto di con esta tumba — dijo furioso mientras sacaba rápidamente de la carpeta una hoja donde tenía una fotografía de aquella lápida que fue a visitar.

Satoru conservo su pose de tranquilidad mientras escuchaba lo que Okkotsu empezó a decir. Su invitado estaba demasiado molesto y eso se notaba en su pose y en sus palabras.

—No sólo Katsumoto me ayudó a encontrar la tumba de Maki así como su acta de defunción— saco la hoja que tenía la academia sobre ese incidente — ¡Sino que tanto el señor Naobito y Naoya me confirmaron que Maki está muerta!— Empezó a elevar la voz —¡Incluso Naoya me dijo que tu sabías todo esto! — movió con ira las hojas —¿Satoru, Esto es cierto? ¿Tú sabias que Maki había muerto?!

El albino suspiro mientras rascaba su cabeza.
—Vaya, parece que al fin diste con ella...— soltó un gran suspiro y después una gran sonrisa apareció en sus labios, parecía que estaba esperando aquella conversación —¡Perfecto! — se le notaba aliviado— si bueno, eso era algo que en realidad yo quería que tu descubrieras. Aunque supongo que ahora que diste con Maki, ya no tengo porque preocuparme.

Yuta abrió enorme los ojos al escuchar eso.
— ¿Cómo que yo descubriera? ¿Qué demonios tratas de decir?

Satoru movió simplonamente sus manos—Simplemente estoy diciendo que mi plan funcionó — Trono los dedos y después apunto con ambas manos a su alumno — tardo siete años pero funcionó.

—¡¿CUÁL PLAN?!— Yuta elevo aún más la voz.

El albino rasco un poco su nuca y trato de explicarlo de la mejor manera.
—Okkotsu, hay algunas cosas que son difíciles de abordar en este momento y más ahora que estas furioso. Pero solo puedo decirte que hace siete años atrás, yo solo estaba asegurando tu futuro. Bien dicen que "el fin justifica los medios"

—¿Y ESO INCLUÍA EL SEPARARME DE MAKI?— grito super molesto—¿TÚ PLAN ERA SEPARARME DE ELLA?

—Técnicamente yo no quería separarlos— movió las manos — Básicamente mi plan en ese entonces era que ustedes dos se fueran del país— soltó el aire con molestia mientras explicaba.
—Desgraciadamente "los otros"— entrecomillo con los dedos— se me adelantaron en unas cuestiones y por eso tuve que arrastrarte fuera de Japón. Para así asegurarme de que tu no cayeras en su trampa y así pudieras ser más fuerte para cuando llegara el momento adecuado— movió los hombros un poco y de paso, elevo un poco de nuevo los brazos. Parecía que se estaba preparando para volver a entrenar.

—Pero lástima que Maki no corrió con la misma suerte — llevo sus manos a sus caderas —Recuerdo claramente que antes de subir al tren, yo hable con ella— resoplo e hizo una mueca que termino en una sonrisa— Pero a esa chica sí que le gusta hacer las cosas a su manera jaja no por nada fue mi alumna y mucho menos dejara de ser una Zenin.

—¿ENTONCES ES VERDAD LO QUE ME DIJO MAKI SAN SOBRE QUE TU HABLASTE CON ELLA EN ESA ESTACIÓN DEL TREN HACE SIETE AÑOS ATRÁS? ¿ES VERDAD ESO DE QUE TÚ LE METISTE DUDAS PARA QUE NO FUERA CONMIGO? ¿TU SABIAS QUE MAKI ESTABA OCULTANDO ME ALGO IMPORTANTE?— Yuta grito, moviendo sus manos con furia.

Satoru elevo una ceja.
—Vaya, yo no he dicho nada sobre que ella estaba "ocultándote" algo importante y mucho menos dije que yo le metí dudas sobre ir contigo, además se supone que "los muertos no hablan" ¿Cómo esta eso de que ella te dijo algo así?— comento con curiosidad.

—Mierda…— susurro Yuta cayendo en cuenta de que hablo de más.

—Acaso ¿Todo eso te lo contó ella, no? ¿Ya sabes su versión de ese día, cierto? Porque si es así, entonces eso quiere decir que ¿Ya lograste dar tanto con Maki como con todos tus amigos? ¿Eh, Yuta? — Satoru tenía una gran sonrisa en el rostro.

Yuta había hablado más de la cuenta debido a su enojo. En ese instante se percató de su error.

—¡ESO NO ES DE TU INCUMBENCIA!— grito cambiando el tema— RESPÓNDEME SATORU ¿POR QUÉ NO ME DEJASTE IR A BUSCARLA? ¡¿POR QUE NO ME DEJASTE BAJAR DEL MALDITO TREN HACE SIETE AÑOS ATRÁS?!

Satoru suspiro e hizo una leve mueca
— Ya te dije una parte del porqué, ¿Qué acaso no me estas poniendo atención?— sobo el puente de su nariz.

—Pero sobre todo no te lo dije en su momento porque No lo ibas a entender Okkotsu — miro a su alumno con seriedad—Además, todo esto de que salieras del país lo hice por tu bien y el de ella...— comento este sin una pisca de culpa— Así como lo hice por el bien de tus hijos...

Yuta se congelo al escuchar aquello último.
—¿Qué dijiste?

A Satoru se le formó una gran sonrisa de felicidad—Me pregunto con que Maki habrás dado en realidad, si con la que dicen nuestros registro sobre que ella está muerta y enterrada en esa tumba— le apunto hacia aquellas hojas — o "con la del hospital", aquella que dio a luz a tus hijos, los cuales si no me equivoco ¿Ya conociste, cierto?— llevo su mano a su barbilla — Hablo de tus Mellizos, una niña y un niño ¿No? Son esos mismos niños que salvaste esa vez en el centro comercial — miro a su invitado con gran alegría — ¿O me equivoco?— elevo las cejas.

Yuta estaba desconcertado —¿Como diablos es que sabes todo esto?— pregunto confundido.

Satoru volvió a suspirar—¡Hay Okkotsu, Okkotsu, Okkotsu!— Repitió ese apellido tres veces con una mezcla de desaprobación y exasperación. Le asombraba la torpeza de su alumno para no captar las cosas a la primera.
—¿De dónde crees que tu asistente obtuvo toda la información que le encargaste averiguar sobre Maki?— preguntó con una sonrisa irónica— o mejor dicho ¿De quién crees que la consiguió realmente?

Yuta recordó todo lo que Katsumoto le dijo que había investigado. Desde los apellidos de sus hijos, así como aquel registro médico de la "Maki del hospital", recordando incluso el cómo habían dado con aquella tumba y toda la información que este le había proporcionado.
—¡Pero! ¡Katsumoto me dijo que él... había roto los protocolos y...— fue interrumpido.

—¡Permíteme explicarte todo eso!— Miro a su invitado.—Aunque confieso que yo ya estaba enterado sobre que tu mandaste a Katsumoto a averiguar sobre el paradero de tu amada Maki. Así que yo sabía que solo era cuestión de tiempo para que dieras con ella. Así que simplemente dejé que tu asistente buscará la información en nuestra base de datos, mientras que al mismo tiempo te fuimos proporcionando todas las pistas que queríamos que encontraras— explicó — Básicamente él no rompió ningún protocolo, al contrario, nosotros le proporcionamos TODA la información que hoy conoces— tenía una sonrisa de oreja a oreja.

Los ojos de Yuta se agrandaron ante tal confesión.

Satoru elevo la voz para sacar a Yuta de sus pensamientos y después, elevo un dedo como si estuviera dando una clase.—¡Ahora! ¿Recuerdas el caso del centro comercial que tu exactamente resolviste hace 16 días atrás, cuando salvaste a esos niños y mataste a esa maldición?— pregunto con una gran sonrisa. La emoción por explicar aquello se le oía en su tono de voz muy animado.

En cambio, Okkotsu estaba paralizado mientras escuchaba aquella explicación.

Satoru siguió hablando —Pues resulta que tras el incidente del centro comercial es que confirmamos toda la verdad de hace siete años atrás — siguió explicando sin despegar la vista de su invitado— y todo gracias a que Katsumoto estuvo investigando un poco más sobre este caso para así poder rendirnos cuentas sobre cómo había nacido esta maldición y del porque no se nos habían notificado sobre esto con anterioridad — dio unos pasos y empezó a caminar alrededor de Okkotsu.

—Pero tanto a tu asistente como a Ijichi les llamó la atención esos dos niños en especial que salvaste. Sobre todo a Katsumoto le pareció bastante aterrador el hecho de que esos dos pequeños se parecieran bastante a ti y más cuando se suponía que tu "no tenías hijos" y fue ahí donde esos dos empezaron a buscar sus apellidos, así como también empezaron a investigar alguna pista sobre quienes eran sus padres, donde y cuando habían nacido y todas esas cosas que los asistentes directores saben hacer — siguió caminando y explicando.

Dio una gran palmada —¡Y después de unos días de estar investigando en conjunto! ¡Eureka! Ahí fue donde dimos con toda la información que ahora conoces gracias a que esta coincidía con la información que Ijichi logró recuperar de lo ocurrido hace siete años atrás — parecía muy orgulloso de lo que decía.
—Así que básicamente Ijichi fue quien le proporciono a Katsumoto toda esta información, quien a su vez te la proporciono a ti — apunto a las hojas que traía Yuta.—¿No es increíble lo que esos dos pueden hacer juntos? Realmente tu asistente está al nivel de Ijichi.

El hechicero de cabellos negros estaba en shock por todo lo escuchado.

Satoru Movió las manos de un lado a otro— Aunque admito que sigo sorprendido de que esto pasara de esta forma. A veces parece que al destino le gusta jugar con uno, pero debo decir que gracias a ese incidente en el centro comercial, es que tanto nosotros pudimos confirmar nuestras sospechas como tanto que tu pudiste conocer a tus hijos. Que si mal no recuerdo ¿Sus nombres son Yurika y Yuudai Fushiguro? ¿No? El destino si que nos preparó esta sorpresa y este encuentro de la manera menos pensada— suspiro.

Okkotsu estaba furioso, tenía el rostro rojo—¡Yo le dije a Katsumoto que no investigara nada de esos niños!

—Pero si él no lo hubiera hecho ¿Nunca hubieras dado con tu amada Maki y tus hijos, cierto?— comento Satoru con un toque de ironía.

Yuta apretó los labios ante tal respuesta.

—Así que todo esto de que tu descubrieras la verdad, sucedió gracias a que Katsumoto hablo con Ijichi quien a su vez, este hablo exclusivamente conmigo sobre este caso. Y ahí fue donde todas las piezas para nosotros tres se conectaron— dio otra palmada— Y después de siete años, confirmamos nuestras sospechas sobre que Maki no había muerto y que efectivamente esos niños seguían vivos, así como todos los demás — movió juguetonamente sus manos.

Yuta estaba paralizado del coraje.

—Y Supongo que por la cara que has puesto, puedo suponer que ya has encontrado y convivido con ella y con tus hijos ¿Cierto?— preguntó Satoru con una gran sonrisa en los labios.—Tu asistente sí que hizo un gran trabajo guiándote a ellos. Cosa que fue a petición mía.

—¡ENTONCES TU SIEMPRE SUPISTE QUE MAKI SEGUÍA VIVA! ¡¿TU SABIAS DE MIS HIJOS?!—Grito Okkotsu con la furia consumiendo su ser.

—Yo siempre sospeche que ella nunca murió, y simplemente le perdimos el rastro hace siete años atrás, así como a todos los demás— se encogió de hombros —Simplemente dejamos que tuvieran su vida tranquila— comento Satoru con una sonrisa —Y sí. Yo ya sabía que ella estaba embarazada desde esa vez que los vi hace siete años atrás cuando me los tope en el callejón de las geishas— soltó una risita —En serio Okkotsu, tardaste demasiado en darte cuenta de lo que ocurría— se apuntó a si mismo con su dedo índice — Aun así me doy algo de crédito por todo esto que has descubierto, porque como dije todo tiene un porque lo hice de esta manera.

Esa fue la gota que derramó el vaso para Yuta.

Lo siguiente ocurrió tan rápido que el choque de esos dos sacudió todo el lugar, haciendo que la madera del dojo crujiera. El primer golpe había venido de Okkotsu, quien tenía su espada contra el infinito de Satoru. Mientras que Rika trataba de penetrar aquella barrera desde el lado contrario.

Yuta había desenfundado rápidamente su espada y había invocado a Rika. Quien al sentir toda la ira de Okkotsu, sabía que quien tenían frente a él era el enemigo en ese instante.

—Pero que ataque tan predecible ¿Acaso no aprendiste nada en el extranjero? — se burló Satoru, con su mano alzada.

—¡¿POR QUE?! ¿POR QUE ME OCULTASTE TODO ESTO? ¡ME HE PERDIDO CASI SIETE AÑOS EN LA VIDA DE MIS HIJOS! — Grito Okkotsu.

—¡Ya te dije que lo hice para protegerte a ti y a todos los demás! Pero sobre todo a ti, tenía que asegurar tu futuro como mi sucesor.

—¡Esta sociedad sí que está podrida!— respondió Yuta recordando las palabras de Yuki.—¡Y más si la estas gobernando tu desde la cima!

Rápidamente Okkotsu fue lanzado por Satoru contra el piso, y cuando esté iba a empezar a contra atacar con un golpe en la cara, Yuta logró moverse con ayuda de Rika, quien logró aventar a Satoru.

Rika jalo a Yuta, y de nuevo, ambos se lanzaron contra Satoru, quien no había recibido ni un rasguño.

—¡¿Eso es lo mejor que tienes?!— grito el albino, quien veía como su ex alumno estaba cerca de él. Al igual como veía a Rika gruñir.

—¿POR QUÉ LO HICISTE?— grito Yuta —¡¿POR QUÉ A ABANDONASTE A TODOS MIS AMIGOS?! PERO LO MÁS IMPORTANTE AÚN ¿POR QUE ME SEPARASTE DE MAKI?— exigía la verdad.

—¡YO NO LOS SEPARE! — Satoru uso la fuerza de su barrera para alejarlo de él. Mandándolo a volar hacia uno de los pilares del dojo, sacudiendo con su energía todo el lugar —¡AL CONTRARIO! ¡HICE TODO ESTO PARA PROTEGERTE A TI Y A TODOS LOS DEMÁS!— grito— ¡TODOS TENEMOS A ALGUIEN A QUIEN PROTEGER! ¡OKKOTSU!

La espada se incrusto en el suelo de la madera.

Yuta por suerte no se golpeó contra aquel pilar, ya que incluso su agilidad en el aire era mucho mejor que antes.
Ahora era más experimentado y estaba el doble de coordinado con Rika, quien logró atraparlo.

—¡Maldito! — gruñó la maldición, quien se lanzó de nuevo contra Satoru para servir de distracción, mientras sus garras trataban de penetrar aquel campo invisible que la detenía.

—Parece que la reina es igual de terca que su amo— se burló Satoru al ver como Rika le gruñía de cerca. Mostrando sus afilados dientes y garras.

En cambio, el hechicero de cabellos negros de nuevo tomo la espada y corrió hacia donde estaba su maestro.

Ambos volvieron a atacar a Satoru en un ataque combinado, donde el intercambio de golpes se dio de manera intensa.

—¿De nuevo este débil ataque?— pregunto el albino con soberbia. Mientras aplicaba una vez más su infinito y se preparaba para lanzar un azul.

—¡Tengo algo que te sorprenderá!— comento Yuta mientras en un rápido movimiento, soltó su espada y desenredo de su muñeca derecha, lo que parecía ser una herramienta maldita, la cual, era lo más parecida a una cuerda con unas cuentas en color esmeralda al inicio, al medio y al final de esta.

Aquel objeto parecía hacerse más larga conforme era impregnada de la energía maldita del usuario.

Rápidamente Yuta salto hacia arriba y en un movimiento, logro poner aquella cuerda sobre aquel campo invisible de su maestro, el cual logró perturbar un poco.

Satoru miro extrañado ese ataque, el cual le parecía bastante familiar. Y más cuando su infinito empezó a evaporarse al toque de esa cuerda.

Ese era el momento ideal, Yuta logró atravesar el infinito, el cual simplemente fue apagado por Satoru, logrando golpear a su maestro dos veces, pero el albino rápidamente se defendió tratando de golpear a puño limpio a Okkotsu, quien se movía al mismo nivel y velocidad que él. Aun así, Yuta no se libró de recibir un golpe en la cara. Pero este logro esquivar todos los demás, dejando sorprendido a Satoru.

—Nada mal— se burló el albino —Esta forma de pelea se parece bastante a la de Miguel ¿Él te enseñó esto, cierto?

—Si, y hasta puedo confirmar que Miguel si es buen maestro, No como tú — escupió con coraje.

—¡Auch!— Satoru soltó ese ruido en forma de burla.

Los golpes con los puños siguieron, de verdad ahora Yuta le seguía el ritmo y eso estresaba a Satoru, quien pateo a su alumno mandándolo a volar varios metros.

Pero Yuta no se dio por vencido. De nuevo se acercó para tratar de acertarle algún golpe a Satoru, aprovechando que la cuerda, cada vez que se cruzaba con el infinito, lo perturbaba.

Cada que esa cuerda tocaba las manos de Gojo mientras esquivaba los latigazos, este sentía una extraña corriente eléctrica, seguida de un vapor, señal de que su infinito se estaba evaporando y eso lo estresaba demasiado.

—¿Qué carajos fue eso?— pregunto Satoru bastante molesto, por fin acercándose a darle una patada a Yuta directamente en el estómago para mandarlo de nuevo a volar.

Yuta fue atrapado por Rika, haciendo que rápidamente se reincorporara a la pelea, mientras se trataba de acercar usando la cuerda, la cual Satoru esquivaba, pero ahora le hacía sentir un extraño hormigueo en todo el cuerpo.

Aquel objeto maldito era del mismo material que una vez uso Miguel contra él en su pelea de hace mucho tiempo atrás, en el desfile nocturno de los cien demonios.

—Con razón sentía a esa estúpida cuerda tan familiar— dijo Satoru mientras daba algunos puñetazos directos, los cuales Yuta esquivo —Pensé que yo la había eliminado por completo hace casi diez años atrás — trato de alejar a Okkotsu de nuevo.

Pero este, logró atrapar las manos de Satoru y uso rápidamente el discurso maldito.

—¡No te muevas!— grito, haciendo que Satoru se quedara pasmado por solo unos segundos mientras Rika lo sujetaba entre sus garras.

—¿Sorprendido?— Yuta tenso la cuerda para evitar que Satoru usará sus manos y activará el infinito o su dominio —Pues efectivamente en África este material se había agotado, pero fue una grata sorpresa al ver que en América Latina, tienen un material igual. En sí, toda América Latina tiene muchas herramientas interesantes y está la encontré al sur de México, más específicamente en Yucatán— explicó con una gran sonrisa al ver atrapado a su maestro.

Satoru gruñó un poco.
—Engreído. ¡Deberías agradecerme de que por mi recorriste el mundo! — uso sus pies para golpear fuertemente a Rika y de paso, hizo un rápido movimiento jalando aquella cuerda para acercar a Okkotsu a él y darle un golpe con la cabeza—¡Y que gracias a mí, al fin diste con tu amada Maki!— grito.

Con ese rápido movimiento, Satoru logro sacarse la cuerda de las manos para después agarrarla con una mano e imbuirla en su abrumadora energía maldita para hacerla desaparecer, aplicando el principio de que si a un objeto se le imbuía energía maldita de golpe, este podría romperse o quedaría inservible, así esa cuerda empezó a quemarse en su mano.

Yuta cayó al suelo contra su espalda, pero rápidamente se puso de pie impulsándose con sus manos—¡Tú en realidad solo me separaste del amor de mi vida!— de nuevo corrió contra su sensei.

—¡Ya te dije que lo hice por el bien de ustedes dos!— grito Satoru logrando darle un golpe de lleno en la cara, lanzándolo contra la pared.

Después logro golpear a Rika, quien también trataba de atraparlo —¡SI NO HUBIERA SIDO POR MI, TUS HIJOS Y MAKI DE VERDAD ESTARÍAN MUERTOS! ¡TUS AMIGOS POR IGUAL!— se acercó con paso pesado contra Okkotsu para tratar de patearle, pero Yuta se puso de pie rápidamente.

—¡SI NO HUBIERA SIDO POR TI, YO HUBIERA ESTADO PRESENTE EN LA VIDA DE MIS HIJOS Y DE PASO HUBIERA CUIDADO A MIS AMIGOS!

—¡YO LES DI LA LIBERTAD A TUS AMIGOS! ¡LOS LIBERE DE ESTE JODIDO MUNDO DE LA HECHICERÍA!— volvió a soltar varios puñetazos, los cuales Okkotsu lograba detener con sus manos. Aun así, el pobre ya estaba herido.

—¿LIBERAR? ¡JA! ¡LO UNICO QUE HICISTE FUE ABANDONARLOS!— Yuta logro golpear una vez a Satoru en la cara, quien no se quedó quieto, se movía con gran agilidad.

—¡ERES TAN TERCO OKKOTSU! ¡NO LO ESTAS VIENDO CORRECTAMENTE, YO LO HICE PARA PROTEGERLOS A TODOS USTEDES Y DE PASO, PARA PROTEGER A UNA PERSONA MAS! — Mando a Okkotsu una vez más contra el suelo, pero este rápidamente se levantó.

Yuta logro agarrar su espada, se puso en posición de ataque.
—Pero eso no te daba el derecho de separarme de Maki, ahora entiendo porque no me dejaste bajar del tren, solo querías alejarme de ella.

Satoru puso sus manos en sus caderas.
—¿Supongo que ella ya te contó toda su versión sobre ese día, cierto? — suspiro secando su sudor.

—¡Maki me contó que tu hablaste con ella en esa estación del tren hace siete años atrás!— sujeto con fuerza el mango de su espada —¡Y QUE TU LE METISTE DUDAS SOBRE MI!

—¡NO FUE ASI!— Grito Gojo —Admito que hable con ella, pero mi objetivo era ponerlos a ustedes dos a prueba, pensé que su amor lo podría todo— dio unos pasos— pero los "otros" fueron más rápidos que yo.

—¿Y no pudiste decirme nada?— comento Yuta aun firme.

—No podía decírtelo directamente ya que no podía romper mi voto, tu más que nadie sabes por qué no se puede romperlos. O ¿Acaso no te enseñe teoría?

—¡Para empezar, nunca fuiste un buen maestro! Y en segunda, ¡Tú me jodiste la felicidad junto a Maki y mis hijos!— Yuta seguía en posición de en cualquier momento atacar de nuevo.

Satoru bajo los hombros y torció la boca—¡Como dije, lo hice para protegerlos a todos ustedes! ¿Qué no me estas prestando atención?— gruñó.

—¡No te creo!— Yuta grito muy furioso.

—De acuerdo, no me creas pero esa es la verdad— el albino se encogió de hombros, parecía harto de todo eso.

—¡Mientes!

—¡Okkotsu, yo también tenía algo en juego!—elevo ambas manos.—Así que trata de apuñalarme si de verdad no vas a escuchar mi versión de los hechos.

Yuta tomo con más fuerza su espada. Parecía que de verdad, Satoru había desactivado su infinito, esa era su oportunidad.

—¡MATAME SÍ ES QUE PUEDES! ¡REALMENTE HAY MAS DETRÁS DE ESTO! ¡YO TAMBIEN TENGO A ALGUIEN A QUIEN PROTEGER ACTUALMENTE, POR ESO HE TENIDO QUE MENTIR Y OCULTAR MUCHAS COSAS!— grito Gojo muy furioso.

En ese momento, cuando Okkotsu se iba a disponer a acercarse a Satoru, algo le llamo la atención. Y eso fue que sintió como una mirada estaba fija sobre él.

La mirada de Yuta se clavó en uno de los pilares. Un fugaz movimiento entre las sombras le hizo entrecerrar los ojos, convencido de haber visto una figura asomarse por el pilar más cercano a la entrada, la cual estaba entreabierta. Yuta recordaba que esa puerta la había cerrado una vez ingreso al dojo.

¿Había sido solo su imaginación?

Parecía que no, ya que "ese alguien" volvió a asomarse y a esconderse rápidamente detrás del pilar.

—¿Quién está ahí?— gritó Okkotsu con seriedad—¡Muéstrate!— apunto con su espada.

De nuevo, aquel ser volvió a asomarse levemente, mostrando así dos hermosos ojos azules, los cuales brillaban como diamantes.

Satoru suspiro y bajo las manos.
—Anda, sal de ahí, ya notamos que nos andas espiando— comento llevándose las manos a las caderas con una leve sonrisa en los labios— Me pregunto de quien habrá heredado el ser muy chismoso...

Las cejas de Okkotsu se elevaron mientras sus hombros y sus manos bajaron al ver que de aquel pilar, se asomaba casi por completo un niño, quien se asustó al verlo con esa espada en mano.

Aquel niño volvió a medio esconderse detrás de aquel pilar.
—Papá...— dijo con voz temblorosa—¿Quién es él?

— No tengas miedo, él no te hará daño lo prometo— Satoru miro a ese pequeño —solo estamos "hablando"— dijo con voz calmada— Vamos, sal de ahí.

Ese pequeño dio un paso hacia un lado para mostrarse por completo.

Aquel niño tenía alrededor de seis años, tenía el cabello en un color tan negro como el carbón. Tenía la piel muy blanca y su rostro era bastante similar al de Satoru. Vestía un hakama gris y llevaba puestas unas camisetas tradicionalmente en negro y blanco. Pero lo que más llamaba la atención de ese niño, eran sus hermosos ojos azules.

—¿Un niño?— dijo Yuta confundido sin soltar la espada. Incluso parpadeo varias veces.

—Papá ¿Esta todo bien?— pregunto el niño con miedo al ver a Yuta con algo de sangre en la cara.

—Lo está, ahora ven que quiero presentarte a alguien — ordeno Satoru, poniendo una de sus rodillas en el suelo.

Yuta rápidamente bajo su espada, estaba bastante confundido.

Aquella mirada, le recordó la vez que se encontró a sus hijos en el callejón. Pensaba en el miedo que sus hijos tendrían de él si lo vieran en una situación similar.

Una vez el niño vio que el otro adulto bajo esa arma y que Rika se desvanecía muy rápidamente, este corrió a los brazos de Satoru.

—Papá ¿Quién es él? ¿Acaso es un caza recompensas? ¿Por eso estaban peleando? — pregunto el niño con el ceño fruncido, mientras Satoru lo levantaba en sus brazos.

—Qué bueno que lo preguntas hijo, él es alguien importante a quien quiero que conozcas — Satoru al decir eso, se giró hacia su invitado —Yuta, quiero que conozcas a mi hijo, Yoshio Iori.

—¿Hijo? ¿Iori?— Yuta ahogo un grito al escuchar el apellido que tenia ese niño—¡Entonces! ¿Es hijo de Utahime sensei?

—Correcto, su madre es Utahime — miro a su hijo, a quien aún traía en brazos— Saluda Yoshi, saluda a tu tío Yuta.

—Hola hombre que quiere matar a mi padre— comento aquel niño sacándole la lengua y después soltó una risa muy escandalosa, ya no parecía tenerle miedo.—Debo decir que entre ambos se estaban dando una buena paliza— golpeo su mano derecha con su puño contrario— aunque parecía que Papá te tenía contra las cuerdas. Por algo es el hechicero más fuerte.

—¿No es un niño muy tierno?— contesto Gojo con orgullo al escuchar a su hijo decir aquello.

—Pensé que usted no podía tener hijos...— comento Yuta parpadeando varias veces.

Aquello le llamo bastante la atención a Satoru.
—¿Quién te dijo eso?— elevo una ceja.

—Bueno— Yuta soltó un largo suspiro— Cuando fui a la residencia Zenin, el señor Naobito me dijo que había un rumor que decía que te habías declarado incapaz de tener hijos— apuntó hacia Satoru y al niño que tenía en sus brazos.

El albino rio por eso.
—Como puedes ver, es solo un rumor que yo no he querido aclarar por el bien de los míos. Aunque sospecho que ese viejo borracho sabe más de lo que imaginamos.

—Aun así papá no me ha querido dar un hermanito— comento Yoshio con una mueca metiéndose en la conversación.

—Ya te dije que no te metas en charlas de adultos— Satoru le llamo la atención.—Quizás algún día te de uno o hasta dos hermanos— sonrió demasiado al decir aquello mientras miraba a Okkotsu. Parecía tener algún plan en mente.

—Tu nunca me dices eso, quien lo dice es Mamá o la abuela Umeko— comento Yoshio en un puchero, por aquel llamado de atención.

Yuta estaba bastante confundido, no podía creer lo que sus ojos estaban viendo.
—Entonces ¿Todo este tiempo estabas ocultando a tu hijo, así como mis hijos han estado escondidos?— pregunto atónito.

—Okkotsu, no eres el único que tuvo y que aún tiene que mentir para proteger lo que más quiere en esta vida... sobre todo en esta nueva era de la hechicería — Contesto Gojo con la mirada fija en Yuta, quien estaba sorprendido por lo que había escuchado y visto en aquel instante.

—Yo no sé qué decir... ¿Esto no es un sueño? ¿Verdad?— dijo Yuta con total confusión.

—¡No lo es! ¡Efectivamente soy padre!— contesto Satoru con una gran sonrisa.

—Yo le digo papá Jirafa por lo alto que es o también le digo anciano por el color de su cabello— contesto el niño en un tono de burla.

—¡Hey! Más respeto señorito— regaño Satoru.

Yoshio solo le saco la lengua a su padre y después soltó unas risas

De verdad, Yuta estaba en shock.

Satoru suspiro mientras regresaba a su hijo al suelo.
—Hay mi espalda, hacía años que no tenía una pelea así.

Aquel niño río por ese comentario.
—Eso es porque ya estas anciano. Por eso ya te duelen los huesos.

—¡Claro que no lo estoy, solo tengo el cabello blanco!

—Aun así, te hace ver como uno— dijo aquel risueño niño—Además que la tía Shoko siempre lo dice.

Yuta solo miraba atónito esa escena de padre e hijo, realmente la energía que desprendía ese pequeño se sentía como la de Satoru.

—Ahora entiendo porque había dos botellas de agua... y el porqué se sentía otra presencia— susurro.

—Por cierto, Yoshio, Te dije que fueras con tu madre mientras hablaba con el invitado ¿Por qué volviste? Te dije que nuestro entrenamiento para enseñarte la emoción de los pétalos la haríamos después— Satoru puso sus manos en sus caderas.

El niño hizo un gran puchero.
—Mamá está con sus dolores de cabeza de nuevo y la verdad yo si quería seguir entrenando contigo. Así que por eso me regrese— explicó.

Satoru suspiro.
—Esos dolores de cabeza me preocupan... — bajo los hombros —Y en ese caso ¿Por qué mejor no fuiste a molestar a tu tía Shoko? Por cierto ¿Dónde está tu abuela? — pregunto llevándose una mano a la cabeza.

Yoshio se movió juguetonamente.
—La tía Shoko estaba ocupada atendiendo a un hombre en traje que cuatro ojos llevo al consultorio, el pobre diablo estaba llorando demasiado así que por eso me regrese aquí, no me gusta escuchar a los débiles llorar y la abuela Umeko — llevo sus manos a su espalda y se movió levemente de adelante hacia atrás —Ella está en la cocina, y como no quiero que me ponga a ayudarle, mejor me quede acá.

—Si que eres un niño muy consentido, por eso haces lo que te da la gana—
Satoru suspiro.
—Bueno, por ahora debemos invitar a tu tío Yuta a comer ya que debo hablar con él algunos asuntos importantes — miro a su invitado —¿Confundido, cierto?

El hechicero de cabellos negros hizo un si con la cabeza.

—Como dije, yo también tengo a alguien muy importante a quien proteger... y ese alguien es este niño al igual que tengo que proteger a Utahime ya que ambos son mi familia— comento Satoru despeinando a su hijo, mientras este se aferraba a su pierna mientras miraba al invitado.

Los pequeños ojos azules de ese niño, llamaban bastante la atención de Okkotsu. Realmente ese niño les recordó a sus hijos.

¿Qué pensarían ellos si lo vieran pelear de esa manera? ¿Realmente fue buena idea que el conociera a sus hijos? Varias preguntas más empezaron a invadir la cabeza de Okkotsu hasta que la voz de Yoshio le saco de sus pensamientos.

—Tío Yuta— ese niño parecía ya haberle tomado confianza— Estas sangrando, deberías ir a ver a la tía Shoko— dijo en un puchero.

Yuta Se limpio la frente con la manga.
—Gracias... yo creo que si será buena idea ir a verla.

—Ven Okkotsu, vamos a explicarte todo punto por punto, pero por el momento, vayamos a comer— dijo Satoru con una sonrisa mientras acariciaba una vez más el cabello de su hijo— Después de la comida comeremos un delicioso postre.

—Quiero un helado. Papá quiero que de postre haya helado.— Exigió Yoshio haciendo un puchero.

Satoru suspiro ante tal demanda—En serio, eres un niño muy mimado— sonrio porque le recordaba bastante a él— Entonces helado será.

—¡Yupi!— grito Yoshio muy emocionado.

—Anda Yoshi, ve a decirle a tu abuela y a los sirvientes que pongan un plato más en la mesa, y que esta vez comeremos en el kiosko que está en el jardín— ordeno Satoru dándole una palmada a su hijo en la espalda.

—¡Enseguida!— dijo ese niño muy alegremente mientras salía de aquel dojo.

—Vamos Yuta — Satoru también le dio una palmada en el hombro – Vamos a comer y después de la comida te contaré toda la verdad.

Realmente Okkotsu estaba confundido, pero era momento de escuchar la versión de su sensei.


Notas:

Chan! Chan! Chan!

¿Qué les ha parecido este capítulo? 👀
¿Cómo les está pareciendo esta historia?

Espero se haya dado a entender lo que Gojo quiso decir con su explicación sobre que él e Ijichi fueron quienes le dieron la información a Katsumoto sobre el caso de Maki Zenin asi como de sus hijos, si no, en el siguiente capítulo lo explicaré mejor 🙇 ️ porque si, ellos dos sospechaban de toda la verdad.

Se que quizás tengan muchas preguntas, pero esas se las contestaré en un especial, así que aquí pueden irme dejando sus dudas, preguntas o lo que quieran saber de este fic para sacarles ahora sí, un capítulo especial contestando a las preguntas de ustedes los lectores ️

No se preocupen, también en el siguiente capítulo descubrirán más cosas sobre el pasado de Gojo y también sabrán que pasó con Utahime antes de que volvamos a centrar toda la atención hacia Kioto para centrarnos en como Yuta tratara de ganarse el corazón de Maki, así como veremos más de su convivencia con sus hijos y al mismo tiempo, el enfocarse en atrapar al "asesino" o, mejor dicho, a la asesina. La cual, empezará a mover sus piezas de nuevo.

Así que la tensión y el deseo entre Maki y Yuta va a aumentar ❤️ 🔥 así como tendremos momentos tiernos entre padre e hijos.

También, ya tengo decididas las técnicas malditas de Yuudai y Yurika, muy pronto las descubrirán, así que vayan haciendo sus apuestas ️ ¿Qué técnica heredo cada niño? Aunque por ahí, ha habido propuestas muy pero muy interesantes ✨️

Y Como pudieron leer, aquí decidí traer a Yoshio Iori ️

Se que en el fic de "el bebé de Utahime sensei" y en el fic de "Cuatro estaciones", he agregado a sus tramas al otro hijo que me he inventado entre Utahime y Gojo de nombre Takeru, pero aquí he decidido traer a Yoshio de "El niño de los ojos azules" (si algún día volveré a actualizar ese fic, denme chance) ️ ya que siento que en esta historia queda mejor con este niño extrovertido para esta trama.

Ahora díganme
¿Ustedes creen que Yoshio conocerá pronto a Yuudai y a Yurika? ¿Cómo creen que se lleven esos tres? 👀

Porque tengo planes de que Yoshio conozca en especial a uno de los mellizos 👀

También ¿Qué opinan de lo que hizo Katsumoto de ocultarle sobre cómo realmente obtuvo esa información a Okkotsu? ¿Siguen sospechando de él o creen que es bueno? Los estaré leyendo 👀

Lo mismo va para Satoru, ¿Realmente creen que es el malo de esta historia o solo una víctima más de las circunstancias? 👀

En fin, también les quiero agradecer el apoyo que sigue teniendo esta historia ️ en serio, muchas gracias por sus comentarios, votos y hasta recomendaciones 🙇 ️ eso se vuelve en combustible para seguir trayendo más de este fic.

Nos seguimos leyendo ️ Espero traer pronto el siguiente capítulo o el especial de las preguntas y respuestas.