El británico se le acerca y le besa, el flamenco se ríe y se lo devuelve a lo que Gales se separa un poquito y este le mira, sonriendo.

—Voy a hacer que te enamores más de lo que de los otros "más de tres" —sentencia muy decidido.

Luxemburgo se sonroja y traga saliva. Deja de decirle eso que es trampaaaa.

—¿Quiénes son los otros para hacerles mis archienemigos?

—Uh... que Shakesperiano suena eso.

—I love you —Gales se ríe.

Luxemburgo levanta las cejas.

—Es que lo hago, no es exagerado —responde sonrojado.

—¿Por?

—P-Porque eres divertido y no sé qué haces en mi estómago... bloody hell, es que ahora parece que yo soy idiota enamoradizo, ¡tú tienes a más de cuatro!

—Solo tengo a uno aquí —se ríe.

—Uno pesado que no te deja en paz —otro besito.

—Exacto.

Gales le hace un cariño en la cara.

—Tonto —susurra Luxemburgo, mirándole a los ojos.

—Además, tonto —responde, sosteniéndole la mirada.

—Oui

—Empiezo a pensar que debo dejar de decirte puras cosas bonitas.

El flamenco se ríe

—Porque a mí ya me toco que me digas feo y tonto y demasiado parlanchín —sigue Gales.

—Ya, claro, como que vas a hacer eso.

—Puedo empezar a decirte cosas feas.

—Eso no te lo crees ni tú.

—Solo si tú empiezas a decirme cosas bonitas.

—Ya, mira claro.

—¡Es lo justo! ¡Yo te digo todo el rato cosas lindas!

—Yo también.

—Tú... las dices distinto.

—¿A qué te refieres?

—Tú me las dices como si no me las dijeras.

—¿cómo?

—Parece que me dices feo, pero estás aquí sonriéndome así...

—No te estoy diciendo feo —vuelve a sonrojarse.

—Si lo haces... con cierta razón. Lo soy.

—Te he dicho que no hay gente fea, solo gente pobre.

—Pobre —Gales se muere de risa—. Eso parece ser como el PEOR insulto. Casi me haces sentir un país tercermundista.

—No tienes ni un palco privado, cher.

—Ugh!

—Estamos prácticamente viviendo en la inmundicia.

—Shut up... pues quien te manda a enamorarte de un tipo como yo.

—Como plebeyos. Seguro la mujer que no hacía más que callarte antes gana solo unos mil euros al mes.

—Ugh, que asco. ¿Sabes cuánto gano yo con mi trabajo?

—La verdad, es de mala educación preguntártelo porque además sé cuál va a ser la siguiente pregunta y... me temo que no te va a gustar ninguna de las respuestas.

—Yo no ganó nada porque no trabajo... ¿qué me vas a responder tú además de una cobra imposible de equiparar?

—Ninguna cifra.

—¿Tu no ganas en cifras?

—Exacto. Nunca se lo digas a Suisse porque me va a echar un broncazo pero no tengo NI IDEA. O sea, mi equipo de asesores me pasa resúmenes de los extractos bancarios, balances y comparativas. Estadísticas muy completas y complicadas, pero por lo que a mí respecta podrían estar todos de acuerdo para estar robándome la mitad de lo que gano y ni cuenta me daría. Espero que no sea el caso...

—¡No tienes ni idea! —Gales se ríe —. Es... en realidad creo que es lo que a mí me pasaría. ¿Algún día has gastado más de lo que ganas?

—Más les vale a ellos que eso ni pase o los voy a despedir a todos.

—¿Quieres que nos vayamos porque te estas rozando con la chusma? —Gales se ríe un poco y le vuelve a acariciar la mejilla.

—Nah, a veces es interesante, es... como un safari.

Gales frunce el ceño.

—Es como adoptar un cachorro de jaguar para que corra por casa —le mira con cara de circunstancias.

—¿Me estás... llamando tu cachorro jaguar? —Gales levanta una ceja.

—Oui —se muerde el labio y el británico parpadea sin poder creerlo.

—De verdad soy como tú... ¿experimento divertido?

—Como... en esa película de Audrey Hepburn.

—¿Qué película? Mónaco me recuerda a Audrey Hepburn —Gales le mira a los ojos.

—Esa que... no me acuerdo del título, ella es de un barrio bajo y le enseñan a hablar bien por una apuesta.

—My fair lady

—Oui

—Y... ¿YO soy la chica? —mira, Gales, cosas que no te habían llamado nunca.

—Exacto.

Gales frunce el ceño porque vio esa película con Galia y NUNCA en la vida le pareció ser el la chica. Nunca. A… Para todo hay una primera vez

—Y-Y yo te parezco el chico de clase baja al que estás enseñando a comportarse?

—Oui —se encoge de hombros y sonríe. Él, el PERFECTO caballero de sociedad. El que ponía el ejemplo a sus hermanos, el señoritingo pirruris. Abre la boca ligeramente indignado.

—Yo no sé qué ideas te estás haciendo de mi... —protesta.

—¿Por? —Levanta las cejas.

—¡Yo no soy el hijo de un barrendero!

—Bueno, no. Conozco a tu padre y es bastante impresionante, pero con el aprecio que le tienes...

—¡Él no es lo más impresionante qué hay en mi vida! —chillonea cruzándose de brazos.

—¿Y qué es lo más impresionante que hay en ella?

—Pues sí soy educado... quizás no pago cientos de libras en cremas o en cosas, pero ¡no soy un chico cualquiera sacado de la jungla como crees!

—¿Qué es lo impresionante entonces?

—Pues quizás para ti sea un cachorrillo levemente interesante, pero he vivido mi buena parte de la vida, he peleado, he sacado adelante a mi gente y... leo y tengo mi buena cantidad de información. No soy un mierdecilla como crees.

—¿Y qué eres? —Luxemburgo se ríe, pero es que Gales está un poco indignado, hace una mueca apretando los brazos cruzados.

—Pues un tipo como tú. ¡También tengo dinero y cosas!

—¿Cómo cuáles?

—Look around —hace un gesto para señalar el teatro.

—¿Dos asientos de plebe? —Pregunta para molestarle y este le mira frunciendo un poco el ceño—. En un teatro en un pueblecito —añade.

—Esto no es un pueblecito. Es Cardiff.

—Cardiff ni siquiera es capital de un país de verdad.

Gales le mira a los ojos. Luxemburgo sonríe y saca un poquito la lengua porque solo le está picando.

—Pues... que parejas de mierda te consigues —levanta la nariz y gira la cara.

Luxemburgo se ríe.

—Vuélvete con Mónaco que si está a tu altura... —Gales sonríe solo un poquito, más picado de lo que quisiera.

—Vengaaaaa —le abraza.

—Pues es que... no me interesa ser el más grande ni el más rico del bloody imperio Británico —replica —. Y si soy un país de verdad.

—Tan enfadado.

—Pues tú lo estás diciendo... que soy tu mascota. Como te oyeran mis hermanos... solo me falta ser la mascota de alguien —Le mira de reojo. La verdad es que le has dado donde le duele en un buen Golpe Maestro.

—¿Por? —parpadea un poco.

—Pues porque esto es entre igualeeees —lloriquea un poco—. What?

—No entiendo qué quieres decir — Luxemburgo parpadea y vuelve a parpadear.

—¿M-Me estas tomando el pelo? —Gales parpadea en espejo

—Pues... ¡hace rato! —Luxemburgo vuelve a reírse.

—Eres... eres... eres un menso! —Gales levanta las cejas—. ¡Estaba asustándome! Ugh, ¿¡desde dónde estás tonteando?!

—Hace como... dos semanas.

—Eres un tonto... hasta me has dicho que no soy siquiera un país real —Gales se ríe un poco con eso y le da un codacito.

—Ah, bueno, eso lo mantengo. Eres más como una... provincia.

—Si yo soy una provincia tu país ENTERO es un trocito del mío.

—Pero yo si soy independiente.

—Estas con el hermano inapropiado si lo que quieres es a alguien pro independencia.

—Vaya, tendré que llamar a Ecosse —se ríe.

—Él ya está ocupado.

—Tal vez decida huir a último momento, dicen que no quiere casarse y yo no le obligaré.

—Ahora quieres ponerme celoso—le mira a los ojos.

—¿Esto te pone celoso? —pregunta y bajan de nuevo las luces porque va a empezar la segunda parte de la obra.

—No —se acomoda un poco. Mirando al escenario y acomodándose otra vez.

—Mmm... ¿Por qué lo dices entonces?

—Shhh... no me pone nada celoso, nada. Yo no soy celoso —levanta el brazo y lo abraza un poco otra vez.

—Eso no suena muy sincero —susurra y vuelve a apoyársele en el pecho.

—Bueno, es que si te parece que yo tengo cosas que no te gustan... Alba es un BESTIA

—Siempre está Irlande como opción.

—¿No has hablado con Seychelles y te ha contado de los calcetines?

—Oui, shhh —igual se ríe.

—Y lo más importante, en encantador al que le gustas es a mí.

—Pero a lo mejor yo podría gustarles a ellos.

—Seguro les gustarías más que a mí... a este paso.

—Anda ya... venga, calla que no me entero.

—Quizás yo pueda ir tras tu hermano también... —Gales le recarga la boca en el pelo, mirando al escenario.

Pat pat en la rodilla.

—Vale, vale... me callo. No me diste mi beso...

Le mira de reojo un instante y luego se vuelve al escenario, empieza a acariciarle la ingle con la mano que tenía en su rodilla, de arriba abajo.

A Gales le cambia la cara del todo, poniéndose inmóvil de golpe, levantando las cejas.

Vaya, parece que hemos encontrado el truco del silencio.

Mira cómo no va a emitir una sola... exacto. SILENCIO sepulcral. Traga saliva... un poco en shock.

Así que... Luxemburgo no para, acercándose cada vez más a la zona de peligro.

Es que... está en shock. ¡No esperaba esto! WTF! Mírale, recto y sin moverse. Más silencioso que una tumba. Solo... se revuelve un poquito en algún momento.

Sabíamos que era un problema de aburrimiento. Luxemburgo no se detiene, mientras sigue viendo la obra. De momento sin ir tampoco a más.

Gales... es que... dejo de funcionar casi en su totalidad.

Success!

Pero debes oírle respirar bastante más intensamente cuando te acercas a la zona de peligro. Maldita sea... sí.

Vamos a ir... a la zona de peligro entonces a ver qué ocurre.

El SALTO. Porque además la zona de peligro está en un momento de peligro después de todo ese toqueteo previo. Le detiene de la muñeca con la mano, mirando al escenario estupidizado. No está viendo la obra, claramente. Si esto fuera un libro lo estaría leyendo de cabeza.

Igual estira los dedos tocándole con la puntas de los dedos solo un segundo cuando le sujeta la muñeca.

Sonidito gutural. Mira, ya no habla... ya solo emite sonidos suaves.

—Por algún motivo, también me gusta de ti cuando estás irremediable e inapropiadamente excitado a mi merced —le susurra.

Desafortunadamente está AMBAS. Nunca mejor dicho. Gales cierra los ojos y se muerde el labio.

Luxemburgo hace fuerza con la mano para volver a pasarle los dedos por encima del pantalón.

Ni siquiera pelea tanto, teniendo un tremendo escalofrío. Debes sentir que esta irremediable e inapropiadamente ESO. Admite que ahora ni siquiera tú estás prestando tanta atención. Gales intenta decir algo. Intenta. Suena así como... pff... eh... Sdktsss... Crowley estaría orgulloso.

El flamenco baja un poco el ritmo porque no quiere que se acabe la fiesta.

No por Dios. No aquí. No así. Gales se revuelve un poco.

—S-Shhh... —creo que eso fue un intento de hacer que pares.

—No se te ocurra terminar ahora en mitad del teatro con todo el mundo aquí... —le advierte.

—Shhh! —protesta volviendo a hacer fuerza contra su mano. ¡Acabas de descubrir cómo controlarle!

Luxemburgo se ríe un poquito y vuelve a la pierna, mirando el escenario. Uy, sí, muy interesado en la obra que estás.

El británico le mira de reojo porque... porque! Traga saliva otra vez. Se revuelve otra vez.

Pero ahí está él, como si no acabara de hacer eso.

¡Sí! No lo había soñado, ¿verdad?

Tan inocente, "yo solo intentaba ver el final en silencio, su señoría."

Se acomoda un poco la zona en cuestión aun sintiendo ahí Justo en la zona de peligro esa descarga eléctrica de cuando ha dicho "irremediable e inapropiadamente excitado a mi merced" Ni te creas que le pones tanto. ¡Además ningún juez te creería!

Ya vemos que no. Casi no ha tenido ni que tocarle. Una sola frase con un par de adverbios precisos y... ya está sintiendo electricidad.

Shutup. No está tan excitado

Risita. Vamos a dibujarle circulitos en la ingle a comprobar eso.

Pega otra vez un saltito. Y sigue sin emitir palabra útil.

—Mmmm... —bien, ya ha dicho una letra.

Jaque.

—¿Todo bien? —le mira de reojo.

—O-O... Of course —YA HA DICHO ALGOOOOO

—Te estás portando muy bien esta segunda parte. Muy silencioso.

—... course.

Palmaditas en la pierna.

—E-Eres… —Mueve la mano y entrelaza sus dedos con los de Luxemburgo.

—Ah, no, ni hablar. Esta no, la otra —hace para soltarle y volver a ponerla en la pierna y le da la otra para entrelazar los dedos.

Fuck. Le toma la otra, si... pero peroooo

Mientras la peligrosa sigue haciendo de las suyas.

Gales le aprieta la otra mano y con el brazo con el que le está abrazando busca tocarle un poquito el pecho metiéndole un dedo entre botones.

Y... se va a acabar la segunda parte que suele ser más corta que la primera, porque Gales tiene mala suerte.

Gales no tiene IDEA de si lo han hecho bien o medio bien o no. Los aplausos lo sacan del todo de la burbuja en la que estaba.

Luxemburgo le suelta para aplaudir también.

—Ugh... —Gales les suelta a todo, aplaudiendo y apretando los ojos porque todos se están poniendo de pie.

—¿Qué te ha parecido el final? —Luxemburgo se levanta tranquilamente, por supuesto, sonriéndole.

—Ehm... muy buena. N-No hable nada como lo pediste —Gales se levanta, bajando las manos u echando el culo atrás para cubrirse. Termina guardándose las manos en los bolsillos

—Lo hiciste muy bien —le toma del codo.

—Lo que quiero hacer... —le mira de reojo sin hacerles mucho caso a los pobres actores

—Ya sé lo que quieres hacer, pero hay que cenar primero.

—E-Esto... y-yes —vacila haciéndole reír. Gales carraspea u poco, sonrojándose más y es que iba a buscar saludar a los actores. La verdad... ha decidido que eso será otro día—. La cita sigue.

—Oui ¿vas a poder soportarlo?

—O-Of course —Gales le mira de reojo.

—Debí hacer esto en la primera parte.

—¡No me calle por eso!

—Ya, claro —se ríe.

—Fue porque a ti no te gusta... anda, vámonos.

—Seh, seh...

—Tú eres el que se portó mal toda la segunda mitad.

—Que va, yo estuve callado también.

—No me dejaste ver la obra —tira un poco de él siguiendo a la masa de gente.

—Porque no quisiste. No te dije nada.

—No tenías que decir nada, sino hacer esas cosas con las manos y-tan...

—¿Tan?

—¡Esas cosas! —le mira de reojo, saliendo del teatro.

—Eso no es tan nada.

—Pervertidas y... sucias e... irresistibles.

Luxeburgo se ríe, porque la descripción.

—Y hábiles, por cierto —añade—. Ven, vamos a ir caminando.

—¿Hábiles? —le sigue.

—Te pones así, con las manos a... toquetearme —se saca una de las dos manos de los bolsillos, levanta el brazo y se lo pasa por encima de los hombros.

—Mjm...

—¿Y yo qué? —susurra acercándole hacia él y dándole un beso en la mejilla.

—Tú te aguantas —se ríe, dejándole.

—Esa parece ser en general la premisa para todo —media protesta sacando la otra mano de su bolsillo y yendo a abrazarle del todo, interrumpiendo un poco el seguir caminando—. Yo empezó a tener dificultades para aguantármelo todo.

—Ah, ¿sí? ¿Y qué vas a hacer? —Se detiene y le toma de la cintura.

—Tomar lo que quiero sin preguntar—Gales sonríe.

—Primero hay que ir a cenar... —susurra.

—Yes, hombre... eso otro también lo quiero. Pero unos besos... la cena puede esperar.

—¿Vas a poder aguantar unos besos cómo estás?

—¿¡P-Pues qué besos me vas a dar?!

Luxemburgo se acerca a darle uno bastante guarro. Uff... Se lo devuelve, desde luego, pero es él el que se tiene que separar después de unos segundos porque... es que te trae unas bloody ganas...

—Hay q-que... c-cenar.