Los personajes de Inuyasha pertenecen a la gran Rumiko, yo solo los tomó prestados para poder dar forma a la trama la cual si me pertenece. Todo sin lucro y solo con el afán de entretener. Cualquier parecido a la realidad es mera coincidencia o referencia.


33. Trussardi.

Kagome estaba de pie frente a Kouga y de la señora Shouga quien era la jefa de vestuario. La chica les mostraba cómo se veía con aquel vestido largo de un celeste satinado, era el cuarto vestido que se probaba y sentía que ese no era su estilo.

—No, ese no es tu color— dijo la señora Shouga, cuando Kouga le pidió aquel favor para una amiga, no se pudo negar, amaba hacer ver a las personas bellas, pero en esta ocasión le estaba costando encontrar algo que fuese ideal para Kagome.

—Señora Shouga puede hacerlo mejor, tengo fé en usted— alentó Kouga.

—Lo lamento— Kagome se inclinó—. Sus vestidos son realmente bonitos, pero yo…

—No digas que es tu culpa— le interrumpió Shouga—. Esos vestidos fueron hechos para otras chicas, hay más vestidos, algo debe ir contigo— decía mientras buscaba otra opción en los percheros—. Intentemos con este— le pasó un vestido rosa pálido a Kagome, la chica asintió y volvió al vestidor.

—¿La acompañaras?, ¿ya tienes traje?— comenzó a preguntarle Shouga a Kouga.

—Es una cena de su trabajo.

—¿Y?, estás de vacaciones.

—Solo la invitaron a ella.

—Es una lástima, ¿dónde se conocieron?

—Aquí, hace tiempo vino a servir en el buffet— explicó, dejaría fuera el hecho de que "trabaja" para Inuyasha.

—¿Y bien?— preguntó Kagome, aunque le encantaba el vestido, a ella le parecía que era más para alguna gala.

—Se te ve hermoso.

—¿Pero?— preguntó al ver que algo no terminaba de convencer a su amigo.

—No es para esa cena.

—Kouga tiene razón, es una lástima porque te queda maravilloso, tal vez puedas llevarlo para la premier— Shouga codeó a Kouga.

—¿Qué premier?— preguntó confundía Kagome.

—¿Qué dices Kag, irías a la premier de la nueva temporada?— sonrió divertido y le guiñó.

—Lo pensaré— claro que le encantaría, pero no como compañía de Kouga.

Cuatro vestidos más tarde, Kagome estaba de nuevo dentro del vestidor mientras la señora Shouga descartaba otros modelos.

—¿Desde cuándo salen?

—No se confunda, solo somos amigos.

—Debes quererla mucho ya que me pediste este favor.

—Podría decir que es mi mejor amiga— ya había aceptado ese hecho y estaba bien con ello, el corazón de Kagome ya pertenecía a Inuyasha.

—Esto… no creo poder caminar— el vestido era muy entallado, apenas si había dado un par de pasos fuera del vestidor y sentía que, si no tenía cuidado, lo rompería.

—¿No tienes otra cosa?— dijo Kouga.

—Están estos dos, pero no creo que sea apropiado si verás a tu jefe— aquellos vestidos negros tenían un escote al ombligo y la espalda descubierta—. A menos que quieras un aumento de sueldo— Kagome se sonrojo y movió la cabeza en negación—. Tranquila, bromeo, con tiempo le hubiese hecho uno, pero… Esperen— de pronto había recordado un vestido que dejó al fondo del almacén—. Ya regreso, creo que tengo lo que necesitan.

—Cuidado, ¿necesitas ayuda para volver?— Kouga había notado que Kagome tenía problemas para volver al vestidor.

—Por favor, no sé como caminan con esto.

—Jamás lo había pensado— tomó a su amiga por la cintura y la ayudó a entrar al vestidor.

—Gracias por todo, a pesar de no haber encontrado nada, esto ha sido divertido.

—Tranquila, aún hay tiempo para pensar en algo más.

La señora Shouga regresó con el vestido antes de Kagome saliese del vestidor, le pasó la prenda y fue a sentarse junto a Kouga a que la chica saliera, tenía un muy buen presentimiento.

—¿Y bien?, tampoco ¿cierto?— estaba desilusionada, en verdad que creyó que finalmente encontraría el vestido adecuado.

—Le falta algo— dijo Kouga.

—Lo mismo pienso.

—Tienes lindos hombros, pero algo no me convence.

—¡Eres un genio muchacho!— Shouga se levantó rápidamente y fue directo a donde tenía las telas, tomó una negra translúcida y cortó dos rectángulos—. No te muevas a podría pincharte— le advirtió a Kagome al comenzar a sujetar con alfileres la tela en los hombros—. ¡Perfecto!, faltaría arreglarlo adecuadamente y terminar de ajustarlo para ti, pero este es tu vestido.

Kagome se veía en el espejo y le encantaba como lucía, ese vestido negro aunque era ajustado a su figura, no le impedía caminar, la tela era muy suave y se sentía elegante, pero sobre todo, cómoda.

—¿Te gusta?— preguntó Kouga, Kagome impactaría a todos con ese vestido.

—Me encanta, ¿seguros que puedo usarlo?

—Por supuesto, ¿lo necesitas para este viernes?— Kagome asintió—. Sin problema te lo tengo, Kouga, puedes venir el miércoles por el.

... ...

Luego de dejar el estudio de grabación Kouga llevaba a Kagome a su casa, al detenerse en un semáforo el chico notó que su amiga iba muy entretenida en su celular, al fijarse mejor, se percató que ella estaba ansiosa.

—¿Todo bien?

—He estado pensando en lo que me dijiste, de usar la tarjeta de Inu.

—¿Quieres comprar algo?

—No tengo zapatillas que combinen con el vestido, encontré unas que llamaron mi atención.

—Deja me estaciono— buscó rápidamente un espacio disponible para estacionarse a un costado de la calle—. ¿Cuáles llamaron tu atención?— Kagome le pasó el celular.

—También vi esta pulsera— pasó a la siguiente imagen, era una fina pulsera de oro blanco con el diseño de un sol.

—Es muy bonita, cómpratela.

—Pero si la compro es la mitad de mi sueldo de un mes.

—¿Te gusta?— su amiga asintió, podía notar un brillo en sus ojos—. Entonces compra lo que necesites, lo pondrás feliz, será una manera en que te acompañe, esas tiendas quedan cerca, te llevo.

—¿No crees que sería un problema si alguien en la plaza te reconoce y nos ve juntos?

—Créeme, con esto nadie me reconoce— abrió la guantera, allí había una gorra y un cubrebocas—.Tranquila, todo irá bien.


Kagome entregó la invitación a la host que estaba a la entrada de la sección reservada, una vez le colocaron un pequeño sello en la muñeca para permitirle el acceso, fue a recorrer el lugar, esperaba encontrar a alguno de sus compañeros de trabajo, pero lamentablemente aún no llegaban. Caminó al ventanal cuando se percató del hermoso jardín bellamente iluminado, recordándole a la navidad.

—Señorita Higurashi, me da gusto que viniese hoy, déjeme decirle que luce realmente hermosa— ese largo vestido negro que ella llevaba era en definitiva único, se ajustaba perfectamente a su cuerpo dejando sus hombros descubiertos, únicamente cubiertos por una capa ligera y translúcida que caía de los hombros, dándole un toque refinado y sofisticado.

—Kagewaki-san, gracias por la invitación— él era la última persona con la que quería hablar en ese momento.

—Le prometí una cena y soy un hombre que cumple sus promesas.

—Este lugar es maravilloso.

—Quería sorprenderla, darle una noche especial, como agradecimiento a todo su trabajo.

—Gracias, todos nos hemos esforzado mucho.

—Kawegaki-sama, disculpe que le interrumpa—dijo un joven de mirada gélida y vacía—. Es urgente, el inversionista estadounidense ha llegado y le busca.

—Llegó en mal momento— dijo claramente molesto Hitomi—. Me va a disculpar señorita, siga disfrutando la velada, nos vemos más tarde, le guardaré un asiento a mi lado en la cena.

Kagome suspiró aliviada una vez que Hitomi se marchó, se paró junto a una mesa alta de esas que solo son para poner los tragos, en cuanto pasó un mesero, tomó una copa de vino, se sentía tan abrumada solo escuchaba conversaciones sobre acciones y viajes al extranjero. Se terminó su copa y salió a la barra que estaba fuera del área VIP.

—¿Todo bien?— preguntó Kouga cuando su amiga se sentó junto a él.

—Es tan… no sé qué hago aquí, ni siquiera he visto a la doctora Tama y no veo a mis compañeros— agradecía que hubiesen tenido ese lugar donde Kouga pudiese esperarla.

—¿Quieres irte?

—Es lo que más deseo, pero aún no es la cena, no quiero ser grosera.

—Di que te sientes mal.

—Higurashi, finalmente te encuentro.

—Doctora, buenas noches— ver a su mentora la hizo sentir aliviada.

—Veo que tu amigo te acompañó, un placer, soy la doctora Tama.

—Un honor conocerla, Okamiyama Kouga.

—¿Por qué no lo invitaste a pasar?

—Solo tengo un pase y…

—No hay problema, yo tengo uno extra, vengan.

—No es necesario, no quiero importunar, yo solo salí a disfrutar un trago y nos encontramos— contestó Kouga.

—Por favor, insisto, no hagamos que se desperdicie mi pase— finalmente los dos amigos siguieron a la doctora, la host se le quedó viendo a Kouga, claramente lo había reconocido—. Entremos, pronto llegarán algunos representantes de la cadena.

—¿Qué cadena?— preguntó Kagome con curiosidad.

—Shikon Tv, Kagewaki-san los invitó, al parecer necesitarán un consultor en historia para la próxima temporada, nosotros los apoyamos y ellos hacen una donación al museo, creo que son ellos— dijo al ver a dos hombres con finos trajes.

—¿Sabías algo?— Kagome vio interrogante a su amigo.

—No, nunca nos enteramos de estas cosas— él también estaba sorprendido.

—Y aquí están las dos mujeres que han sacado adelante la investigación de los restos— dijo con entusiasmo Hitomi al ver a Kagome y la doctora Tama—. Traen un invitado— miró a Kouga con curiosidad.

—Okamiyama, ¿qué hace aquí?— preguntó uno de los ejecutivos.

—Señor Isao, Señor Hirano— saludó a los dos hombres—. Por casualidades de la vida me encontré a Kagome, es amiga mía y la doctora me invitó a pasar.

—¿Una amiga?, ¿Cómo se conocieron?— Isao le vio con sospecha.

—Una gran amiga, nos conocimos en Nueva York, coincidimos en una cafetería.

—Doctora Tama, estos caballeros necesitarán asesoría para un par de capítulos en uno de sus programas más populares, les comentaba que usted es la persona indicada— explicó Hitomi.

—Me alaga, pero lamentablemente mi agenda está saturada, la señorita Higurashi podría ayudarles en mi representación, es de las mejores asesoradas que he tenido.

—¿Es fan del programa Tokio ACC?— preguntó Hirano a Kagome.

—No exactamente, lo he visto algunas veces.

—¿Qué le ha parecido?

—Entretenido, las escenas de acción son impactantes.

—Kagewaki-sama, en cinco minutos ya pueden pasar a la mesa— anunció aquel joven que Kagome había visto minutos atrás.

—Iré a ver qué todo esté en orden, nos vemos en un momento.

—¿Es él?— murmuró Kouga a Kagome una vez Kagewaki se hubo marchado.

—Sí, ¿lo has visto en el estudio?

—Nunca, pero algo en él me es familiar— si tan solo pudiese recordarlo.

... ...

Hitomi había hecho que Kagome se sentase a su derecha, mientras que Kouga estaba al otro extremo de aquella larga mesa rectangular junto a la doctora Tama. Kagome finalmente veía a sus compañeros de trabajo, habían llegado justo a tiempo para la cena, por un momento pensó que Hitomi no los había invitado, aun así, se preguntaba el por qué ellos habían llegado tarde.

—¿La está pasando bien señorita Higurashi?— Kagome asintió ya que estaba terminando de masticar un trozo de carne—. ¿Más vino?, ¿Champán?— preguntó Hitomi al ver que la copa de Kagome estaba vacía.

—Así estoy bien, pero si quisiera algo de refresco— sentía que estaba llegando a su límite alcohol.

—Ya se lo traen— dijo al hacer una seña a su asistente.

—¿Cómo es que los conoce?— preguntó Kagome al referirse a los ejecutivos de Shikon Tv.

—Durante una caridad nuestros caminos se cruzaron, se enteraron de que estoy involucrado en el museo y pidieron mi ayuda. Usted hará un magnífico trabajo al asesorarlos y le pagarán extra.

—No es necesario, sería como si estuviese en el museo.

—Por favor acepte ese pago extra, se lo merece.


Esperar a que saliera su vuelo tenía a Inuyasha aburrido, por el mal tiempo se había retrasado la salida. El chico bufó de frustración al no poder decidir qué película ver en su laptop. Miro de reojo a Kikyou y ella parecía muy entretenida viendo algo en su celular.

—Parece que a Kouga le va bien, no sabía que tenía novia, dicen que la acompañó a una cena privada en "Trussardi" donde estuvieron ejecutivos de la televisora, hasta ha pasado la noche con él, parece que es muy bonita— hizo zoom a la imagen, pero no se apreciaba bien el rostro de la chica—. No le tomaron bien la cara, ¿la has visto con él?— le mostró la pantalla.

—No ha llevado nunca a nadie al set— tomó el celular y debió hacer un esfuerzo inhumano para controlarse, él sí que reconocía a esa chica, era Kagome.

—¿En verdad?, tal vez próximamente la presente.

—Ya vengo, no me he reportado con Sesshoumaru— mintió, le entregó el celular y fue directo a uno de los baños privados.

En cuanto entró fue directo a mojarse la cara, tenía que haber una explicación para la foto, desde su celular buscó todas las fotos de la supuesta relación de Kouga. Entre más veía, más paranoico se volvía, llamó a Kagome sin importarle la hora que fuese en Tokio, ella no contestó y le mandó las fotos, justo en ese momento su novia le llamó.

—¿Por qué no contestaste?

—Me bañaba, ¿Qué tienes?— estaba confundida por el tono molesto en que Inuyasha le habló, la emoción de poder hablar con él se esfumó tan rápido como llegó.

—¿Me puedes explicar las fotos que te mandé?— exigió cortante.

—¿Qué fotos?— entró al chat de ellos y las vio, ella entrando al edificio donde vive Kouga, ella saliendo al otro día con la misma ropa, ella y Kouga saliendo del restaurante "abrazados" otra donde Kouga le ayudaba a entrar al coche de él.

—Me dijiste que solo fue una comida.

—Inu…— no sabía que decir, era la primera vez que veía esas fotos—. No… yo… no sabía nada de eso.

—¿Cómo no ibas a saber?

—En verdad que no, solo fue una cena en su apartamento, comenzó a llover y me quedé, lo del restaurante está fuera de contexto, me sentí mal y Kouga me llevó a mi casa. Me crees ¿cierto?— preguntó a punto de llorar—. Inu…

—¿Por qué no le llamaste a alguien más?— en los últimos días luchaba contra el cansancio y para aguantar se repetía que todo era para bien, mantendría a todos felices y podría estar con Kagome, pero en ese momento sentía que todo había sido en vano.

—Kouga estaba allí, creí que confiabas en él, sobre todo, creí que confiabas en mi— agregó dolida.

—Ya no sé qué pensar, tengo que irme— no la dejó decir algo más y colgó.


El sonido insistente a la puerta de su habitación hizo que Inuyasha se levantase del sillón, le extrañaba que le fuesen a buscar ya que él no había pedido servicio a la habitación y la cena estaba programada para dentro de tres horas. Al abrir se sorprendió de ver a Miroku, Sango y Kouga.

—¿Y esa cara?, ¿no te alegras de ver a tu mejor amigo?— dijo Miroku.

—¿Qué hacen aquí?

—Nosotros— Sango se señaló a ella y Miroku—. Estamos de vacaciones y al ver que coincidíamos decidimos venir a verte.

—Yo tenía que estar aquí en las entrevistas y te traigo una entrega especial— no le sorprendió para nada la actitud de Inuyasha, ya se esperaba algo así.

—¿Podemos pasar?— preguntó Miroku.

—Hagan lo que quieran— contestó de mala gana, volviendo al sillón.

—Me dijeron que si los perdía jamás me volvería a hablar— Kouga le entrego una bolsa negra a Inuyasha, a lo que él la puso en el piso.

—Hola, un gusto en verlos.

—Kikyou, ¿qué haces aquí?— soltó Sango en automático al verla salir del baño.

¿Por qué esa mujer estaba la habitación de Inuyasha?

—Le traje a Inu una pequeña "tarta Victoria"— vio a la mesita frente a Inuyasha—. Pero al sacarla de la caja me ensucie las manos, Kouga muchas felicidades por tu relación.

—¿Relación?— le tomó algunos segundos en entender a qué se refería—. ¡Ah!, ¿te refieres a aquella chica? Es solo una amiga.

—¿En verdad?, se ven tan bien juntos.

—En verdad, solo somos amigos.

—Bueno, por algo se inicia, nos vemos más tarde en la comida— les sonrío antes de salir de la habitación.

Se formó un silencio incómodo, Sango intentaba que Miroku dijese algo, una de las razones por las que estaban en Londres fue intentar averiguar qué había pasado entre Inuyasha y Kagome.

—Sabes que ella y yo…— finalmente Kouga había sido el primero en hablar.

—Cállate— interrumpió Inuyasha con fastidio—. No me interesan sus excusas.

¿Excusas?

—¡Eres un grandísimo idiota!— exclamó con enfado Kouga—. No iba a decir nada, pero no voy a tolerar esta actitud de mierda que tienes, ella te extraña como no tienes idea, por eso fue a visitarme para distraerse, se quedó a dormir por la tormenta, la llevé al estudio por el vestido que usó porque aunque le insistí en que se comprase uno con tú dinero, no se lo permite porque no quiere abusar de eso, cualquier otra estaría despilfarrando tu dinero en tonterías, pero ella no, fui a ese restaurante por si ella necesitaba irse y que bueno que lo hice, el alcohol la puso mal…

—Jamás se emborracha— Inuyasha le interrumpió, Kagome no era de beber alcohol.

—Bueno, algo pasó, porque claramente no estaba bien y ese tipo Hitomi se la quería llevar, era él o yo— por un momento pudo notar como Inuyasha apretaba los puños al escuchar el nombre de Hitomi—. En los últimos días te has portado frío y distante con ella, solo la estas lastimando— a él le había dolido ver a su amiga tan triste—. Y para colmo, apareces en las fotos tomando de la mano a Kikyou, aun con todo eso, ella te manda un regalo— señaló la bolsa—. Que ni hiciste el intento de ver, solo lo botaste en el piso como si fuese cualquier cosa. No te la mereces.

—¿Y tú si?, ¿eso quieres?— Inuyasha se levantó y caminó hasta Kouga—. ¿Quieres quedártela?

—Cálmense— intervino Miroku, poniéndose entre los dos.

—Que conteste— exigió Inuyasha.

—Cuando me dio tu regalo, tenía ojeras, primero me dijo que fue por desvelarse, ponía de excusa el trabajo, al final me lo dijo, fue por una estúpida revista— de su chamarra sacó la revista y se la aventó a Inuyasha—. Estuvo llorando toda la noche, pero se levantó temprano para alcanzarme en el aeropuerto a las 5 de la mañana.

—Esto no…— Inuyasha no sabía que decir, en la portada de la revista estaba él y Kikyou comiendo solos en la cafetería de la sala del aeropuerto de Paris, comenzó a hojearla y había más fotos de ellos juntos, tomando vino y comiendo pasta en Italia, en algunas hasta parecía que se besarían, había una donde recorrían juntos un viñedo y el sostenía una sombrilla, en otra parecía que la tomaba de la mano al caminar, él no había hecho eso último.

—Si no puedes aceptar que somos amigos es tu jodido problema.

—Kouga, salgamos— pidió Sango, Kouga asintió y se dejó guiar afuera.

—Ya habíamos hablado de esto— Miroku suspiró y se sentó junto a su amigo—. Te recuerdo que tú mismo le pediste que la acompañara a una cena.

—Fue diferente.

—¿Por qué?, ¿Por qué le diste permiso? Si es por eso, te estas portando como un completo cretino.

—No me dijo que se quedó en su casa, ni que fueron a esa cena.

—¿Acaso han tenido tiempo de hablar?, en texto no te iba a explicar todo. ¿Y qué explicación tienes para esas fotos? Nosotros también las vimos, ¿cómo pudiste hacerle eso?— se sentía tan decepcionado de su amigo—. ¿Ya terminaron?

—No hemos terminado, esto no pasó así, el día que discutimos, es verdad que regrese y acepte la invitación de Kikyou de ir a comer algo, el vuelo no saldría en dos horas más… en el viñedo si llevé la sombrilla, pero fue por educación, jamás hemos caminado tomados de la mano.

—No es a mí a quien se lo debes decir.

—¿Qué hora es allá?— debía hablar cuanto antes con Kagome.

—Una de la mañana.

—¿Crees me perdone?

—Si yo fuera ella, te mandaba a la mierda por comportarte como…— suspiró al ver que en la cabeza de su amigo ya era un hecho que su novia no lo perdonaría—. No seas infantil y háblale con la verdad, solo debes esperar cinco horas para llamarle.

—Voy a necesitar una excusa para abandonar antes la cena.

—Ya pensaremos en algo, te ayudaré, Sango y yo los acompañaremos, pero dime ¿en verdad solo vino a dejarte ese pastel?

—Sí, no ha pasado nada entre nosotros.

—Bien, porque eso es lo peor que podrías hacer, ¿te lo comerás?

—No, puedes llevártelo si quieres— en ese momento lo que menos tenía era hambre.

—Gracias, ahora iré a buscar a Sango e iré a dormir, estoy realmente agotado.


23/09/2024

Hola, hola… hahahaha volvía a aparecer, bueno, se dieron algunos percances en las últimas semanas y no me era posible llenarme de inspiración, todo lo que escribía no me gustaba, aun tengo algunas dudas, espero les guste y pueden estar tranquilos, aun que todo parece perdido, no lo está. Por otro lado, sé que es difícil de creer, pero Kikyou no hace lo que hace de mala fe, próximamente se entenderá más a lo que me refiero. Y si, Inu no le ha sido infiel a Kagome, solo hizo cosas tontas, pero lo pagará.

Muchas gracias a todas las personas que han dejado sus mensajes, me gusta mucho recibirlos. Cualquier cosa estamos a un mensaje de distancia.