Anderson, el doctor en turno en la morgue del Forks Community Hospital entró a la fría sala empujando la fría camilla con el cuerpo cubierto por una blanca sábana. Le pidió ayuda a Charlie para pasarla a la mesa de autopsia.

— Revisé el expediente de tu investigación, pero me tomé la libertad de hacer el mío. — comentó el doctor — ¿Comenzamos?

— Adelante. — le indiqué poniéndonos al extremo.

— Paciente femenina de veinticuatro años, cabello pelirrojo.

— Robert — le llamó a su ayudante para que quitara la sábana.

El joven pelinegro camino hacia el frente, acercándose al otro extremo a punto de descubrir su cabeza.

— Lucy. — la llamó Charlie al verla entrar a la sala.

La pelirroja mayor entró al lugar con los brazos cruzados sobre su pecho, nerviosa y más pálida de lo usual.

— Charlie... ¿es? — la voz se le quebró conforme más se acercaba.

Anderson le dio su espacio mientras examinaba sus hojas.

— Lo siento, pero necesitamos que nos confirmes si es o no es... — tosí incómodo, el ambiente no ayudaba. — Polly.

— De acuerdo... — tomó aire antes de que Robert quitara la sábana.

El llanto inundó la sala, Lucy se rompió cayendo de rodillas. Me acerqué a ella para ayudarla a levantarse.

— Lo lamento mucho. Ven aquí. — La tomé de la cintura para ayudarla. — Ben.

— Claro, claro.

El pelinegro entró para sacar a Lucy de allí. Le comenzó a hacer falta el aire y Ben trastabilló reforzando el agarre. Cuando Lucy salió sentí que pude respirar de nuevo.

— De acuerdo, comencemos.

Mientras el doctor comenzó a repasar su expediente, volví a la escena del crimen del fin de semana.

— ¡Dejen de estar jugando! — exclamé estresado — Tenemos que avanzar rápido.

Mark y William volvieron a su posición inicial y acataron la orden. Me sobé las sienes harto de los comportamientos infantiles que tenían los nuevos. No terminaban de asimilar la seriedad de todo esto que estaba sucediendo en Forks.

Viendo hacia el frente distinguí las figuras de dos de los chicos de Billy corriendo hacia aquí. Llegaron recuperando el aire, uno de ellos habló.

— Encontramos algo.

Llegamos detrás de ellos al lugar, Harry y el viejo Quil estaban examinando algo a la distancia y por su expresión al verme lo supe.

— Llama a Anderson. — le indiqué a Jasper. Quién se había acercado cauteloso.

Me acerqué al cuerpo, y a pesar de estar cubierta por una capa de una extraña sustancia, pero eso no impidió que pudiera reconocerla, la conocía desde pequeña, Lucy había sido mi compañera en gran parte de mi estadía en Forks High School. Recordaba la noticia de una Lucy adolescente molesta por la "imprudencia" de sus padres al anunciarle que tendría un nuevo hermano o hermana muy pronto. Y esa bebé en camino, veinte cuatro años después estaba frente a mí, en una posición extraña y con la vista perdida.

Cerré la carpeta con el nombre de Polly Brown escrito a máquina, observé la pizarra a mi izquierda con la imagen de ella sujeta con una tachuela roja. Las palabras del doctor comenzaban a resonar en mi cabeza mientras veía los documentos una y otra vez.

— Fue encontrada en el bosque cubierta de fango. El análisis preliminar indica que la víctima ha sido sometida a un período prolongado de agresión y maltrato, lo que sugiere un posible secuestro y tortura durante... — se detuvo a ver sus apuntes — el último mes de su vida. El cuerpo presenta evidentes de deterioro debido a la exposición al ambiente y el fango. Se aprecian múltiples laceraciones, contusiones y heridas en diversas partes del cuerpo.

— Continúa. — le indiqué.

— Se encontraron evidencias de ataduras en muñecas y tobillos, lo que sugiere que la víctima estuvo restringida durante su período de tortura. También se observan fracturas en el cráneo y la cara, indicando lesiones graves durante la agresión.

Observé de nuevo su imagen y decidido saqué los expedientes de investigación de homicidios que había logrado construir de nuevo en los últimos días. Antes de ponerme en acción y comenzar a entrelazar algunos hilos vi el teléfono sobre el escritorio. Tal vez debería llamar a Billy Black y agradecerle por el apoyo que había sugerido noches atrás antes del gran incidente, insistiendo en que ellos podrían ser de gran ayuda para la policía.

Dejé el orgullo a un lado y tecleé su número.

Uno, dos y al tercer timbre respondió.

— ¿Hola? — Preguntó, esperé unos segundos antes de responder.

— Billy, soy yo, Charlie.

— Oh...

— Gracias por pedirle a Sam que se acercara.

— Me dijeron que encontraron algo.

Tomé aire, algo agobiado viendo la pizarra intentando descifrar cuanto tiempo me llevaría resolver esto.

— Si, fue la hermana de Lucy, no terminó nada bien. — Escuché a Billy maldecir. — En fin, no te llamaba por esto, sino porque... ¿Por qué decidiste intervenir? Después de, ya sabes.

— Es lo que hacen los amigos, Charlie. — No respondí — Harry, Quil y yo sabemos que esto te está volviendo loco. No tienes por qué enfrentar esto solo, lo haríamos cuantas veces fueran necesarias.

— Gracias... — me limité a decir. — En serio yo...

No pude terminar cuando se escuchó una serie de ruidos extraños por la otra línea. Desde lo que parecía ser un portazo, Jacob llamando la atención, Billy intentando cubrir mal el teléfono.

"Esto no se había acordado" Sonó a lo lejos, una persona muy alterada y un "tranquilízate, Sam" de parte de Jacob.

Pensé en dejar todo e ir hacia allá a calmar lo que sea que ocurriría, cuando Billy volvió a la llamada.

— Lo siento, tengo que... tengo que irme. — Se limitó a decir.

No era la primera vez que Billy colgaba mal el teléfono y la llamada continuaba.

— ¡No me pidas que me calme! No cuando se trata de Emily.

— Sam, tienes que pensar con la cabeza fría.

— ¡¿Qué no me estás escuchando?!Emily no está por ningún lado. — dijo Sam a lo lejos, gritando alterado. — Él se la llevó gracias tu maldito plan de ser los héroes, Billy.

— Todo esto debe ser un malentendido, vamos a buscarla y vamos a encontrarla, tenemos que... — Sam interrumpió a Jake.

— Es suficiente, ese pálido está muerto.