-Jacob POV-
Corrí hacia la pequeña casa gris, la casa de Sam y Emily. Jared me detuvo en el pórtico, negando con la cabeza.
— No te conviene entrar — murmuró, el grito desgarrador de Sam nos hizo callar — Paul está tratando de calmarlo.
— ¿Qué pasó?
Jared volteó hacia el bosque, mirando a la nada mientras recordaba todo lo que pasó.
— Sam encontró a Emily cuando regresamos.
Por un momento sentí un alivio que me invadía el cuerpo, y Jared aún sin verme solo negó y continuó con el recuerdo:
Sam y Paul caminaban por la delantera, dejándome atrás. Llevaban casi todo el recorrido de regreso quejándose de la reunión con los chupasangre. Ya divisábamos la casa de Sam.
— Les preocupa más la seguridad de Bella, pero como con Emily no han querido intervenir. — murmuró Sam molesto, pateando la roca más cercana.
— Yo les dije en su cara eso mismo.
— Maldito mentiroso, yo fui quien les dijo. — le reclamé.
— Cállate. — comenzó Paul a punto de iniciar una de sus clásicas peleas.
— Cállense los dos — nos frenó Sam, se detuvo haciendo que casi chocara con él. — Es...es su olor.
Sam corrió hacia la casa, Paul y yo le seguimos, no sin antes que me empujara llamándome "soplón". Lo alcancé dándole otro empujón, ambos nos detuvimos en la entrada detrás de Sam quien ya caminaba hacia ella.
Pude verla, allí estaba dentro, a un par de metros de la entrada, lucía muy pálida y más delgada de lo normal, tenía los ojos llorosos cubriéndose la garganta con una mano, todo pasó tan rápido. Sam corrió hacia ella abrazándola.
— ¿Emily? — preguntó Paul extrañado, él vio lo mismo que yo, Sam no reaccionaba aún, dejándose llevar por la emoción.
Escuché como Emily suspiró cuando Sam la levantó con el abrazo.
— Te amo. — susurró Emily, apenas audible, forzado, como si se estuviera ahogando.
Paul y yo sentimos pánico al mismo tiempo.
— Sam — le llamé.
Este bajó a Emily, volteó a vernos extrañado, entonces finalmente la vio, vio la sangre que empezó a escurrir de la mano que cubría la herida, una herida que abarcaba gran parte de su garganta. Paul corrió hacia ellos cuando Emily cayó al suelo, su mano se movió por inercia dejándonos ver la gravedad de la abertura, la sangre seguía saliendo.
— Mierda, mierda, mierda — murmuraba Paul paralizado.
— ¡Haz algo! — gritaba Sam mientras intentaba cubrirla — ¡Llamen a Sue!
Corrí hacia la cocina buscando papel y le aventé el rollo de cocina a Paul, y salí corriendo en busca de Sue Clearwater, la enfermera predilecta de la reserva.
— Para cuando llegué con Sue, ya era demasiado tarde. — confesó Jared aún con la vista en el bosque. — Emily trató de postergar su muerte lo suficiente para ver por última vez a Sam.
— ¿Tenía mordidas del... del chupasangre? — pregunté, él solo asintió.
— Estamos esperando a que llegue la familia de Emily, Sam no quiere separarse de ella.
Miré de reojo a la entrada, la sangre aún seguía allí.
Miraba a la pantalla del programa que Billy estaba viendo, le observé sentado en el otro sillón, ambos vestíamos de negro por el funeral. Escuché los golpes en la puerta, no ocupaba ver por la ventana para saber que era Paul quien se encontraba allí. De igual forma me levanté a abrirle, al igual que nosotros vestía de negro. Lo dejé pasar, este caminó hasta Billy sentándose frente a él.
— Iré por Rachel a la universidad para llegar a tiempo al funeral, ella insistió en querer venir.
— Te lo agradezco — respondió Billy con una sonrisa. Me limité a asentir.
Paul y Billy no tenían la mejor relación, Billy no lo quería como novio de su hija y a Paul le costaba respetarlo como suegro, pero ambos tenían algo en común: amaban a Rachel Black. Una de mis hermanas mayores, cuando Rebecca, su melliza decidió irse para hacer su vida lejos de la reserva, fue Rachel quién vio por mi y Billy antes de partir a la universidad, y Paul amaba el espíritu altruista de mi hermana.
— ¿Cómo sigue Sam? — preguntó.
— No lo está tomando nada bien. — se limitó a responder Paul.
Jared, Paul y yo sabíamos que era Paul quien tomaría la batuta mientras Sam sufría su duelo, incluso si teníamos que enfrentarnos al vampiro antes de lo contemplado.
Se levantó dispuesto a irse, caminó hacia la puerta, pero se detuvo, debatiéndose entre si decirlo o no, termino cediendo:
— Me preocupa la seguridad de Rachel, estando sola en Seattle y con todo lo que está pasando... — se detuvo porque de solo imaginarlo, ya tenía un nudo en la garganta.
— Trataré de convencer a Rebecca que se la lleve por una temporada. — respondió Billy.
Este se limitó a asentir antes de salir. Sabía que a Paul no le agradaba la idea de tener a Rachel aún más lejos, pero si eso la mantenía más segura estando fuera del radar de Forks era algo con lo que podía vivir. Debo admitir que me sorprendió ver por primera vez una faceta madura de Paul.
Me acerqué al ataúd de madera, Sam estaba parado a mi lado viéndola fijamente, Jared estaba a su lado apoyándolo, sustituyendo a Paul hasta que regresara del viaje. La vi, Emily estaba sobre un acolchonado de tela blanca, usando un vestido blanco. La cicatriz que cubría gran parte de su rostro resaltaba aún más de lo usual sobre su pálida piel, al igual que la herida en su cuello, habían logrado unirla.
— Todo esto es mi culpa, si no me hubiera acercado a ella desde un principio, si le hubiera hecho caso y me hubiera alejado de su vida nada de esto le hubiera pasado. Todo es mi culpa, mi culpa, mi culpa — Sam repetía en una especie de trance mientras la veía.
No pensé mucho en las consecuencias cuando me acerqué a abrazarlo, esperaba el empujón, el grito, el reclamo, pero Sam correspondió el abrazo sin dejar de murmurar una y otra vez que todo esto era su culpa. Sentí que algo se quebró dentro de mí cuando volvió a comenzar a llorar. Le di un par de palmadas para tranquilizarlo cuando Jared asintió y me relevó.
Caminé hacia Billy quien me esperaba en las últimas filas del lugar, me sequé las lágrimas y aclaré mi garganta.
— ¿Cómo va el trato con los Cullen?
— Hemos estado comunicándonos con Carlisle, ellos se están haciendo cargo para dejarnos procesar la perdida de Emily — Billy observó a Sam a lo lejos, Leah se había acercado a Sam a consolarlo, — Dice que Edward y Alice se han mantenido cerca de Bella.
No me agradaba la sola idea de pensar en esos pálidos cerca de ella, pero Billy no ocupaba decírmelo, eso ya lo sabía. Había estado vigilándola al salir de su trabajo por las noches, Edward siempre llegaba a la misma hora por ella, él sabía que yo estaba cerca, ninguno de los dos habíamos sentido la presencia del otro vampiro.
— Tal vez es tiempo de que vuelvas a ver a Bella. — murmuró Billy.
Miré el teléfono viendo el buzón lleno de los mensajes de ella y asentí.
Volteé hacia la salida, donde Rachel y Paul se aproximaban, giré a Billy para que también la viera. Rachel pareció olvidar que venía a un funeral cuando corrió hacia nosotros con los ojos cubiertos en lágrimas, abrazándome a mi primero.
— Escuché de su desaparición en las noticias, pero no quise creerlo — balbuceó.
Le devolví el abrazo. Por un momento me pregunté lo mismo que Paul:
¿Qué tan a salvo estaba mi hermana siendo pareja de uno de nosotros?
Paul pareció escucharme, porque me observó preocupado.
Sentí que todo se detuvo cuando vi llegar a Charlie y detrás de él, a Bella. Caminaban directamente hacia nosotros, Paul maldijo antes de alejarse y dejar a Rachel a mi lado, confundida. Harry y el viejo Quil se acercaron y los saludaron antes que nosotros. La mirada de Bella se cruzó con la mía, lucía sorprendida, pero desvió su atención a los señores. Nos acercamos a ellos.
— Debería ir a darle el pésame a Sam. — dice Charlie.
— No creo que sea lo más adecuado — respondió Harry — no estamos seguros de cómo podría reaccionar Sam, ya sabes, la investigación...
Charlie asiente.
— De igual forma, agradecemos que hayan venido. — intervino Billy.
Rachel se lanzó hacia Bella atrapándola en un fuerte abrazo, sorprendiéndola. Bella y mi hermana solían ser amigas cercanas cuando venía en las festividades con Charlie cuando todos éramos pequeños. No pude evitar sentir que mi corazón se aceleraba al tenerla tan cerca, sentir su aroma. Casi podía sentir la advertencia tan palpable que Jared y Paul me lanzaban desde lejos, rogando porque me comportara. Finalmente se acercó a mí, saludándome de beso.
— Siento mucho lo de Emily...
"Aleja a Bella, antes de que Sam decida moverse del ataúd" me advirtió Paul.
"¡Sácala de aquí, ahora!" gritó Sam a través del lazo de la manada.
Paul, Jared y yo nos paralizamos.
Mierda, mierda, mierda.
Tomé a Bella del brazo, ella me observó.
— Ven, hablemos.
No puso resistencia y me acompañó fuera del lugar, caminamos hacia el recibidor donde había una mesa improvisada con café y algunas galletas, tomé una nervioso.
— Desaparecer de mi vida un tiempo y vuelves totalmente cambiado. — murmuró.
Sonreí.
— Es parte de mi etapa rebelde.
A pesar de la situación por la que volvimos a vernos, el escuchar su voz de nuevo, tenerla tan cerca me hacía sentir de una manera... completo.
— Y ¿cómo has seguido?
— Parece ser que las cosas por fin están mejorando, — respondió con una sonrisa, que de inmediato ocultó al recordar donde estábamos — lo siento.
— Tranquila.
— ¿Por qué no has respondido mis llamadas? — me quedé en silencio — Creí que, creí que había hecho algo que te había molestado.
— ¿Qué? No ¡No! — dije apresurado — He estado ocupado con los chicos. — me observó extrañada — En estos días me he acercado a la pandilla de Sam.
— Pero tú los odias.
— Las cosas cambian con el tiempo.
Bella se limita a asentir.
— Bueno, tal vez tengas razón, me pasó algo similar.
— ¿Con quién?
— Un compañero de la escuela, al principio creo ambos compartíamos el sentimiento de no querer vernos ni en pintura — rio recordando algo — cuando el doctor Cullen estaba en prisión, su hijo, Edward parecía ser mi enemigo número uno, pero, por alguna extraña razón eso ha cambiado últimamente, creo que podría caerte bien.
No pude evitar reírme ante la ironía de lo que decía. Negué.
— No estoy tan seguro de eso. — antes de que pudiera decir otra cosa continué — Por cierto ¿qué ha pasado con tu super guardaespaldas?
El semblante de ella cambió por completo. El corazón se me aceleró.
— ¿Está todo bien?
Bella titubea antes de hablar. Dejé la galleta y me acerqué a ella a abrazarla.
— Sabes que puedes contarme lo que sea — dije con mis labios cerca de su frente.
No quería terminar el abrazo, se sentía tan bien, sentía que podía protegerla teniéndola entre mis brazos, pero tenía que calmarme, lentamente la solté. Ella asintió y confesó, lo confesó todo. El otro lado de la historia que no había escuchado, los mismos escenarios que compartimos, pero vivimos tan diferentes, como se acercó a ella, la aterró, la incomodó, la forzó e incluso confirmó la historia del hijo de Carlisle, pero Bella no sabía que en ese momento pudo comenzar su verdadero terror.
Sentía la sangre hervir cuando ella terminó, observaba el piso mientras intentaba calmarme, compartí cada oración de ella con los demás. Escuchaba que Bella me llamaba mientras intentaba volver a tener control de mí mismo, podía sentir como Jared se acercaba, no quería que me alejara de ella. De alguna forma lo logré, utilizarla a ella como ancla para volver.
— ¿Por qué no le has dicho a Charlie? — me limité a preguntar.
Jared se detuvo y regresó hacia Sam.
— Está tan concentrado en su trabajo y está tan empeñado en encontrar al responsable que, últimamente cuando llegamos a hablar solo termina en discusiones, siempre es lo mismo, devolverme con Renée.
La observé, tan frágil y vulnerable, le pasé un brazo por el hombro, mientras volví a divagar en mis pensamientos. Ella no tenía ni idea de lo que había provocado con su llegada a Forks.
¿Por qué ella?
Le acaricié la mejilla.
Si a ella le llegara a pasar algo... ¿terminaría como Sam o peor?
