Queridos lectores,
Quiero darles la más cálida bienvenida a este nuevo capítulo de mi fanfic. Estoy emocionada de que sigan acompañando a los personajes en este viaje lleno de emociones, giros inesperados y momentos que sé que los mantendrán al borde de sus asientos. Cada palabra está escrita con mucho cariño y pensando en ustedes, quienes hacen que esta historia cobre vida.
Además, quiero agradecer a uno de mis lectores por señalarme algo importante que se me había pasado: ¡el disclaimer! Así que, aquí va:
Los personajes de esta historia no me pertenecen, ya que este fanfic está basado en el universo de Twilight, creado por Stephenie Meyer. Además, la trama es una adaptación moderna de El Conde de Montecristo, la obra maestra de Alexandre Dumas.
Espero que disfruten este capítulo tanto como yo disfruté creándolo. ¡No duden en dejarme sus comentarios, ya que su apoyo y opiniones significan muchísimo para mí!
Gracias por seguir leyendo y ser parte de este increíble viaje.
Capitulo: Resurgir del Pasado
Bella POV.
El corazón me latía a toda prisa mientras corría, llevada por el puro instinto, mi mente racional seguía incrédula, estas imaginando cosas otra vez.
Pero mi corazón y mi cuerpo entero seguían trabajando a toda marcha, corriendo lo mas a prisa que podía, hoy llevaba unos tacones, no muy altos, pero no tenia ni tiempo de prestar atención a ese detalle extraordinario de darme cuenta de que podía correr con ellos sin tropezarme.
Cuando llegué a la esquina ya no había nadie, solo un automóvil se alejaba a toda velocidad.
Mis ojos trataron de ver al conductor, pero se había ido y no pude captar nada, solo que se trataba de un auto color gris, cuando dio la vuelta fue cuando se me ocurrió que pude prestar atención a las placas, pero no lo hice, mi corazón se agitaba gritando que Edward se había ido de nuevo, mi mente dando vueltas entre estar segura de haberlo visto y al mismo tiempo mi parte racional decía que era puras imaginaciones mías, las dos partes empatadas, luchando por imponerse sobre la otra.
Tony llegó a mi lado
—¿Mamá? —preguntó alarmado—¿Qué pasa?
—Era Edward—dije todavía en estado de shock, lo había visto, estaba segura, O no.
Tony se rió.
—No—me dijo llamando mi atención—te dije que se parece un montón, era mi coach, vino a darme mi regalo—me señalo la caja que estaba sosteniendo.
Lo observé muy bien sin entender muy bien sus palabras, volteé a ver por donde se había ido el automóvil.
El corazón me estaba palpitando frenéticamente no sabía muy bien si por la carrera, por la impresión o por amabas cosas.
—Ese era Edward—volví a repetir.
—No mamá, no lo era—el rostro de Tony comenzó a hacer una mueca de preocupación, así que traté de respirar y darle sentido a la situación. No quería preocupar más a mi hijo.
—No, no era Edward–dije para tratar de convencer a mi corazón y a mi cabeza que gritaban que era él. —Tenías razón—le dije a Tony tratando de darle una sonrisa—Es increíble el parecido.
Comenzamos a caminar hacia la casa, yo todavía por dentro repitiéndome como mantra "no era Edward, no era Edward, no era Edward"
—¿Y por qué no se pasó a la fiesta? —pregunté mientras trataba de aplacar mi corazón y el debate interno donde mi subconsciente gritaba a todo pulmón "¡Era Edward!"
—Dijo que sólo paso rápido, porque no quería dejar pasar mi cumpleaños, pero que no se podía quedar, yo no insistí porque me has dicho que no querías que le dijera a mi papá que mi coach se parece mucho a mi papá Edward.
—Si fue lo mejor—dije—¿Qué te regalo?
El rostro de Tony se transformó de inmediato, una sonrisa enorme se instaló en su rostro.
—Es un reloj inteligente—dijo emocionado—cuando has tocado la ventana me estaba explicando lo que podía hacer el reloj, me va a servir un montón para medir mis tiempos de carrera.
Me pasó la caja, se trataba de un reloj que parecía demasiado costoso, pero esa era la menor de mis preocupaciones, mi corazón seguía gritando "Era Edward"
Le regresé el reloj a mi hijo murmurándole que estaba muy bonito. Llegamos a la casa y le dije a Tony que le había dejado su hamburguesa con sus amigos. Regresé a la cocina. Alice seguía ahí.
—Parece como si hubieras visto a un fantasma—dijo divertida
—Creo que si—dije todavía desconcertada, la actitud de Alice cambio de inmediato a preocupación.
—¿Qué fue lo que pasó?
—Vi al mismo tipo que tú en la construcción
Alice me miró al principio sin entender y pude ver el momento exacto donde supo a que me refería.
—¿Anthony Masen? —preguntó y yo asentí. Alice me soltó y empezó a caminar por la cocina
—Lo investigué—continúo diciendo—pero no encontré nada, fue frustrante ¿Quién en este siglo no usa redes sociales? —preguntó incrédula.
—Es tan parecido—murmure todavía metida en mis pensamientos.
—¿Dónde lo viste? —preguntó interesada.
No le contesté, mi mente no paraba de dar vueltas, miré hacia todos lados, en ese momento Jacob entró a la cocina.
Me miró y de inmediato su rostro adquirió una mueca de preocupación.
—¿Qué pasa? — preguntó alarmado y acercándose—¿Te está dando otro ataque de pánico?
Eso me hizo reaccionar, me prometí estar bien para Tony, había renunciado a mi matrimonio con Jacob con la esperanza de estar mejor, tenia que estar mejor, por mí, por mi hijo. Inhalé y exhalé. Me levante.
—Estoy bien—dije y me salió la voz normal y calmada—sólo fue un momento.
Jacob sólo asintió.
—¿Partimos el pastel de una vez? —preguntó Jacob. Asentí
—Claro ¿puedes ayudarme a llevarlo al comedor? está en el refrigerador.
Jacob salió de la cocina con el pastel en las manos.
—No te me vas a escapar—dijo Alice, voltee a verla seriamente, por que no, no iba escapar de nada.
—No, tenemos que hablar, porque ese tipo me da muy mala espina—dije mientras preparaba los platos y cucharas para el pastel.
—¿Por qué lo dices? —preguntó alarmada.
—Son demasiadas las coincidencias
—¿Coincidencias? —preguntó confundida.
—Si, te cuento después—dije mientras salía de cocina tras Jacob.
El cumpleaños de Tony me sirvió para darme cuanta de varias cosas.
Jacob y yo funcionábamos mucho mejor como amigos, en ningún momento hubo incomodidad entre los dos y Tony estaba contentísimo.
Y, en segundo lugar, debía estar mas al pendiente de Tony, su amistad con su entrenador no me gustaba nada.
Lo sensato tal vez sería decirle a Jacob que su socio era también el entrenador de Tony, pero no sabía exactamente que tanto sabía Jacob y si sabía cuál era su plan.
Si algo me había servido el estar recordando mi pasado junto a Edward es darme cuenta de que Jacob mentía en muchas cosas, y no sabia hasta donde pudieran llegar sus mentiras.
No sabia exactamente que pensar de él, Jacob siempre había estado ahí, no sabia si realmente era mi amigo, o era un hombre desconocido que era capaz de lo que sea para que yo estuviera a su lado.
Pero mientras no averiguara bien quien diablos era Anthony Masen y que quería con mi familia y si Jacob estaba implicado o no, no le diría nada.
Alice por supuesto se quedó a recoger conmigo la casa, Anthony quiso pasar la noche con Jacob, lo deje ir porque le había prometido que podía visitarlo cuando quisiera, pero ya recelaba de cualquier cosa, sólo le dije que cualquier cosa me marcara, se lo resalté tanto que me dijo que le bajara la intensidad, de que iba estar bien.
—Entonces ¿me vas a contar? —preguntó Alice. Le conté que lo del entrenador de Tony
—y Anthony Masen también es socio de Jacob—le dije—y por lo que hemos visto tu y yo, y Tony por supuesto, se parece mucho a Edward ¿Son demasiadas coincidencias no? —le dije seriamente.
Alice me observo—¿Qué piensas que está pasando?
—No lo sé—dije sin todavía saber que pensar—las únicas opciones que se me ocurren es que Edward tiene un gemelo malvado—me reí yo misma de mi ocurrencia— o que este tipo está tratándose de quedar con algo de Edward.
—¿ Y la posibilidad de que sea Edward?—preguntó Alice, le sonreí.
—¿Pero que razones tendría para seguir oculto? —pregunté incrédula—además Tony dice que se parecen, pero que no son iguales.
Alice no dijo nada, solo se quedó pensando.
—El lunes voy a ir al entrenamiento de Tony—dije seriamente—tengo que saber quién es el tipo, sólo hay dos opciones, o hay una conspiración o me estoy volviendo loca—esto último lo dije con miedo, porque había muchas posibilidades de que estuviera loca, loca de remate.
—o sólo son coincidencias—dijo Alice después de un minuto de silencio—Tal vez todo es tan sencillo como que el socio de Jacob, como sabemos es inversionista, le gusta mucho el deporte y ya—dijo levantando los hombros.
—Si, tal vez solo sea eso—dije pensando que si había muchas probabilidades de eso y eso me llevó a otro pensamiento
—¡Entonces significa que veo cosas donde no las hay Alice! —dije abochornada— que ridícula debí verme persiguiendo al tipo! —dije de repente dándome vergüenza.
—Solo necesitas relajarte Bella—dijo Alice tratando de consolarme
—Tengo una idea! —grito de repente emocionada y yo la observé con pánico— tengamos una noche de chicas—dijo emocionada y dando brincos como si fuera adolescente otra vez, yo empecé a negar con la cabeza— es perfecto, Tony no está, puedes salir de parranda, le marcaré a Rose—dijo mientras sacaba su teléfono— esa chica me calló de maravilla.
—Alice, no tengo ganas—dije, pero ella me ignoró totalmente.
Alice había conseguido que Rose se nos uniera, las dos parecían dos adolescentes mientras me ayudaban a arreglarme, nos iríamos a un bar. Al parecer no a Jasper ni a Emmett les había parecido mal, al contrario, se había puesto de acuerdo, Emmett nos llevaría y Jasper pasaría a recogernos.
Me reí de ellas cuando intentaron ponerme un vestido que tenía desde antes de que tuviera Anthony, lo había guardado por simple descuido, y cuando hice limpieza de closet cuando Tony tendría unos cinco años lo dejé porque me había jurado regresar a mi talla, nunca lo logre, o mas bien nunca lo intenté.
—Ya no tengo el mismo cuerpo—dije mientras ahora luchábamos por sacármelo, se había atorado en mis caderas—ya no estamos para estos trotes, somos unas SEÑORAS—dije enfatizando la palabra.
—Cállate Bella—dijeron al unisonoro, reaccionando como si hubiera dicho una palabrota, me reí de ellas.
Al final Rose tuvo que ir a su casa por algo que me quedara, no había subido demasiado de peso, pero mis caderas si se habían ensanchado.
Hubiera deseado que, si me hubiera quedado ese vestido, en vez de usar lo que me prestó.
Era una falda de tiro alto y de tela azul elástica, así que me quedaba muy pegada, me llegaba hasta por encima de la rodilla con una abertura en la pierna izquierda que dejaba ver parte de mi pierna. El top que combinaba tenía un escote demasiado generoso.
—Parezco como si estuviera buscando compañía—dije mientras veía a esa Bella del espejo demasiado sexy, mostrando demasiado. Ambas se rieron de mí.
—Pue por que la estas buscando—dijo como si nada Alice.
—Alice—dije en tono de regaño—no soy de las que tienen sexo casual, no puedo.
—No tienes que tener sexo—dijo Rose—a nadie le hace daño un poco de coqueteo, tu estas por fin soltera, solo relájate y disfruta.
Alice solo me sonrió.
—Ok, pero no estoy soltera, sigo casada
—Estas separada—dijo Alice— es casi lo mismo.
Yo negué con incredulidad por lo que estaba pasando.
Emmett nos dejó en un bar no muy lejos de mi casa, la música no era tan moderna como lo esperaba y la verdad es que de inmediato me sentí a gusto.
Si había uno que otro joven, pero la mayoría parecían gente de nuestra edad, que iban solo a sentarse a tomarse una copa después de una semana larga de trabajo.
Empezamos a hablar de todo y nada, empezamos con unas cervezas y cuando acordé me encontré disfrutando enormemente, riéndome de las ocurrencias de Alice, de los comentarios en doble sentido de Rose.
Rose estaba diciéndome que a lo mejor llegábamos a ser consuegras, me atragante y las dos se rieron.
—Son muy pequeños—dije
—Ya tenemos que hacernos a la idea querida Bella—me dijo muy sonriente Rose—veo a mi hija muy entusiasmada con Tony, siempre me dice lo verdes que son sus ojos.
—Igual que a los de su padre—dije soñadora, ya sentía los estragos del alcohol en mi cuerpo, Rose me miro confundida.
—¿Jacob no es su padre?—dijo confundida.
—No—contestó Alice—el padre de Tony es mi hermano Edward.
—¿Entonces ustedes son cuñadas?—dijo asombrada—ahora entiendo porque tu familia estaba en fiesta—le dijo a Alice.
—¿Y dónde esta Edward?—preguntó. Alice solo subió sus hombros y yo no tenia ganas de responder tampoco.
—Es la razón por la que estamos aquí—dijo Alice—Por que aquí mi excuñada, sigue viendo a mi hermano hasta en la fiesta de Tony, corrió detrás del entrenador de Tony pensando que era Edward
—¡Alice!—dije regañándola. Rose me volteó a verme interesada, hice un gesto con la mano quitándole importancia.
—No es mi culpa que sean tan parecidos—dije— es una larga historia—le dije a Rose—pero en resumen Edward fue el gran amor de mi vida, el padre de mi hijo, pero nunca se enteró que estaba embarazada porque tuvo un accidente, nunca lo encontraron. —esa última parte la dije casi a susurros.
Rose no dijo nada, solo asintió como si por fin entendiera la situación.
—Necesito un tequila—dije porque no quería seguir pensando en Edward.
Alice pidió ahora unos shots de tequila, me tomé el mío en unos segundos, pedí otro.
Note que estaba ligeramente borracha porque ya me reía de todo y me sentía ligera como una pluma.
Y fue cuando lo vi.
Se encontraba al otro lado del bar, sentado frente a mí, Alice y Rose le daban la espalda.
Estaba sólo y me miró directamente a los ojos. No había equivocación, era él.
La respiración se me quedó contenida en la garganta de la impresión.
Me sostuvo la mirada unos segundos antes de levantarse y comenzar a salir del bar.
Me paré en automático.
—Voy al baño—dije a las chicas que se encontraban parloteando muy felices, solo asintieron y caminé hacia donde había salido.
No sabía si era el alcohol en mi sangre que mi hizo actuar de manera tan tranquila o el hecho de que esta misma tarde había corrido tras él y ahora estaba insegura, pensando que otra vez me iba desilusionar y al final no iba ser él.
Cuando al fin salí del bar, miré en todas direcciones buscándolo, el aire hizo que la mente me despertara y de pronto el corazón comenzó a latirme rápido, por fin entendiendo que él había estado sentado en el bar, mis ojos no podrían haberme engañado tanto.
Era demasiado para mi imaginación, porque el Edward que había visto sentado en el bar, no era el mismo de mis sueños, no era el mismo que imaginaba en mi cabeza, ni el que había visto por última vez hace 13 años. Este Edward era un Edward mayor, con los ojos tan verdes como siempre, pero enmarcados por unas cejas a las que se le notaba el paso del tiempo, con esas pequeñas arrugas en las esquinas de los ojos, con el pelo diferente, mas corto y no tan abundante, con algunas canas que resaltaban por las luces del bar, con la barba abundante, más robusto.
El Edward de mi mente había sobrevivido al paso del tiempo, este Edward no, por él habían transcurrido los años.
Lo encontré recargado en el auto gris que había visto esta tarde, me acerque despacio en caso de que fuera una alucinación y desapareciera si me acercara demasiado deprisa.
…
Edward POV
En cuanto subí al carro arranque y pisé el acelerador, por el retrovisor vi que Bella había llegado a la esquina, pero estaba lo suficientemente lejos para que no me reconociera, di vuelta a la derecha.
En cuanto sentí que estaba a salvo deje salir el aire que llevaba conteniendo desde que había tocado la ventana.
—Ya casi te atrapa—me dijo Ben, se encontraba en el asiento del copiloto.
—Si—dije sonriendo—pero salió bien.
—¿Seguro? —preguntó mientras levantaba una ceja de incredulidad
—¿Qué es lo que quieres decir?
—¿Acaso no recuerdas como reaccionó en la iglesia? —me regaño—¿Te gusta mandarla al hospital por los múltiples ataques de pánico que le has causado o que sucede contigo?
—No es mi culpa que sienta remordimientos—dije, pero sabia que no era verdad.
—Bien sabes que eso es una mentira, ambos sabemos que la perdonaste desde que la viste en la iglesia—se burlo de mi—no es que tuvieras algo que perdonarle en realidad, porque ella no hizo nada malo.
—Se caso con el que me metió en ese calabozo—le grite.
—Por Dios Edward ¿la culpas por confiar en tu mejor amigo cuando tu hiciste exactamente lo mismo?
—No soporto la idea de que la haya tocado—dije apretando los dientes.
—Esa es la peor excusa que has dicho—se carcajeo—lo soportarías en cuanto te acostaras con ella y descubras que sigue siendo solo tuya.
—Eso no lo sé
—¿Y no lo quieres comprobar? —preguntó burlón, no dije nada, seguí conduciendo.
—Lo que pasa es que deseas que te descubra, porque ya no soportas verla y no tocarla
—¿Quieres callarte?—le grite.
—Sabes que no puedo—me dice sonriente—¿Por qué no terminas con esta maldita locura y te presentas frente a ella?
—No acabas de decir que solo le provoco ataques de pánico?
—¿Y si le provocaste uno hoy? ¿Justo en el cumpleaños de Tony? ¿No quieres si quiera ir a ver si todo está bien?
Ya no dije nada, sólo di media vuelta y regresé para cerciorarme que todo estaba bien, y no había hecho sentir mal a Bella otra vez.
Pero estaba bien, frente a su casa no parecía haber pasado nada, se escuchaban el canto y el alboroto propio de una fiesta.
Vi como se fueron uno a uno los invitados, me sorprendí cuando vi salir a Tony en compañía de Jacob con una maleta pequeña y se iban en su carro. La bilis me invadió, pero traté de calmarme.
Al poco tiempo regresó a la casa una vecina de Bella, la vi entrar, salir y otra vez entrar, lo cual me causo curiosidad. Al final vi como salían de casa de Bella con Alice, todas vestidas como si fueran de fiesta.
Seguí el vehículo hasta llegar un bar, no sabía si debía entrar o solo quedarme ahí.
Me quedé meditando los pros y los contras.
Había planeado esta venganza por tantos años, y cuando me había enterado de que ella se había casado con Jacob decidí incluirla en la venganza, pero ahora no estaba seguro.
Ella había sido una víctima igual que yo ¿se merecía caer junto a Jacob? No, no se lo merecía, por Tony me había enterado de que ella en realidad nunca me había olvidado.
¿Sería tan malo si me presento frente a ella?
—No—respondió Ben—No sería tan malo, mereces ser feliz después de los años de encierro que vivimos.
Sonreí decidido
—Te prometo que no me apareceré en algún momento inoportuno—dijo sonriendo.
Salí del carro rumbo al bar.
Estaba hermosa, vestida con aquella tela tan pegada a su cuerpo y resaltando el color marfil de su piel, me senté donde podía obsérvala a mi gusto.
No sabía si me vería o no, y que haría si lo hacía. Estaba dejando que el destino decidiera.
No tardó mucho cuando sus ojos me atraparon, a pesar de la semioscuridad del bar pude percatarme del brillo de sus ojos chocolates.
Me levante despacio, no quería acercarme por que Alice me arruinaría el momento, hice el camino a la salida despacio, esperando que ella me siguiera.
Y no me decepciono cuando la vi salir del bar buscándome con la mirada.
En cuanto sus ojos me registraron y se fue acercando sabía exactamente que quería hacer.
La besaría, porque moría de ganas por besarla.
Sentía que si no lo hacía me ahogaría, sentía tan cerca el oxigeno de la vida con su beso que me estaba hormigueando las manos de la impaciencia, pero ella se acercaba tan lento que mi respiración comenzó a agitarse, mis labios estaban preparados. La necesitaba urgentemente.
