Ese día finalmente había llegado. Todo el entrenamiento, todos los equipos por los que tuvieron que pasar... el esfuerzo del equipo había valido la pena.

Bueno, más o menos.

-¿Has sabido de Aomine, Momoi-san?- pregunto Wakamatsu terminando de guardar su maleta en los casilleros del equipo.

Susa e Imayoshi estaban terminando de afinar detalles del partido, y aun lado de Kosuke estaba Sakurai guardando la comida del equipo y de Aomine.

Que no estaba ahí...

-No me responde las llamadas- seguramente el idiota se quedó dormido como siempre, pensó Momoi enojada mientras guardaba su celular -a este paso Dai-chan se perderá del partido- agrego pensando en alguna forma de que Aomine le hiciera caso.

Pronto cierto castaño llego a su mente.

-Ryou-chan- Sakurai cerro de golpe el casillero que estaba usando asustado por ser llamado repentinamente por Satsuki -¿me prestas tu teléfono, por favor?- pidió con una suave sonrisa extendiendo la mano esperando a que el castaño obedeciera.

-Se-seguro, Momoi-san- y el castaño lo busco en el bolsillo de su pantalón pasándoselo a Momoi que rápidamente lo desbloqueo y comenzó a buscar lo que le importaba -¿Qué busca, Momoi-san?-

-Necesitamos a Dai-chan- y marco el número de Aomine que no respondía aun -seguramente se le olvido que hoy es el partido con Seirin-

Pronto la llamada fue respondida.

-¿Ryou? ¿Es hora de comer?-

-¡¿Dónde demonios estas, Dai-chan?! ¿Debo recordarte con quien jugamos hoy?-

-Ah... eres tú, Satsuki- Aomine soltó un fuerte bostezo -me quede dormido-

-¡Dai-chan!-

-No te sulfures Satsuki, si iré. Hablare con Tetsu si es lo que te preocupa- trono su cuello antes de ponerse de pie -dile a Ryou que espero doble porción de comida por las molestias de este partido y entrenamientos que me obligo Imayoshi a cumplir- termino con la llamada que tenía con Momoi.

Satsuki suspiro regresándole su celular a un temeroso Ryou.

-¿Y bien, Momoi-san?- pregunto Imayoshi terminando de arreglar su uniforme al lado de Susa.

-¿Vendrá Aomine o no?- pregunto esta vez con rudeza Wakamatsu al lado de Ryou quien veía las interacciones de sus compañeros de equipo y la bonita Momoi.

-Se quedó dormido- y al menos los capitanes estaban preparados con su plan de emergencia por la ausencia de Aomine en esos momentos -calculo que llegara a finales del tercer cuarto, pero al final llegara-

-Bueno, podemos manejar a Seirin mientras llega Aomine- afirmo Imayoshi alzándose de hombros -ya saben que hacer, chicos- refiriéndose a Wakamatsu y a Ryou.

-Si-

-S-si-

Susa sonrió levemente por el comportamiento de Kosuke y Ryou. Vio de reojo a Imayoshi quien le veía de igual forma y asintió, el equipo titular estaba listo.

Imayoshi suspiro más relajado, era hora de actuar. El resto del equipo preparaba sus cosas en caso de entrar a jugar.

-Relájate Ryou-chan, lo harás bien- afirmo Momoi dándole un par de palmaditas en la espalda a Sakurai mientras abrazaba sus notas, todos rumbo a la cancha.

-Momoi-san tiene razón- afirmo Wakamatsu revolviendo el cabello de Ryou -hemos estudiado a Seirin las últimas semanas, con ella y todos nosotros tenemos este partido garantizado- afirmo el rubio ceniza dejando su mano sobre la cabeza de Ryou.

Sakurai relajo los hombros.

No quería fallarle a su equipo y mucho menos a Aomine-san.


Tal y como habían predicho Imayoshi y Momoi, Seirin era un equipo fuerte, especialmente teniendo a Kagami Taiga y Kuroko Tetsuya entre sus filas.

Este último siendo el famoso "sexto hombre fantasma" de La Generación de los Milagros.

Hicieron bien en no confiarse con ese equipo.

Sakurai en el descanso veía tal búho al chico de cabellos celestes, era el famoso "Tetsu" que menciono en su momento Aomine-san y Momoi-san. Ahora entendía un poco porque la chica le tenía cierto aprecio a Kuroko.

¿Pero podía decir lo mismo con Aomine?

Y Kagami Taiga podía compararse un poquito con el propio Daiki.

-Pero sigue estando lejos del nivel de Aomine-san- susurro bajito y para sí mismo Ryou sintiéndose extrañamente orgulloso de su compañero de equipo.

El resto del equipo se le quedó viendo pero lo dejaron pasar, Sakurai era rarito.

-He de suponer que hiciste nuevos amigos con Seirin antes de venir aquí, ¿verdad, Aomine?- expreso Imayoshi cruzándose de brazos viendo como Aomine se sentaba a un lado de Sakurai y comenzaba a cambiarse sin hacerle mucho caso a Imayoshi.

-Solo les dije que espero puedan entretenerme y su equipo también, Imayoshi- le restó importancia al asunto mientras rodeaba los hombros de un concentrado Sakurai -espero tres porciones de comida luego de este partido, Ryou-

El castaño solo asintió viendo de reojo a Aomine quien sonrió complacido. Había trotado hasta el estadio y estaba hambriento, al menos Ryou lo alimentaria como corresponde.

-Es raro que no terminaran con el equipo de Tetsu antes del tercer cuarto, Imayoshi- expreso Aomine atrayendo hasta su pecho a Ryou que puso sus manos sobre su cintura por el repentino movimiento de Daiki con él.

-Yo le pedí a Imayoshi-san que no fueran tan rudos con el equipo de Tetsu-kun, Dai-chan- respondió Momoi abrazando sus notas y lapicero.

Aomine alzo la ceja intrigado -¿Querías que terminara de hacer el trabajo rudo, eh, Satsuki?-

-Se trata de Tetsu-kun, Dai-chan-

-Prometo no ser tan rudo con Tetsu, Satsuki- afirmo Aomine levantándose junto con Ryou que ahora se encontraba más relajado con la presencia de Aomine en la cancha -pero no prometo nada con aquel Kagami, Imayoshi-

-Solo no lo rompas tan rápido, Aomine- expreso Shoichi con calma -el resto ya saben que hacer-

-Denme el balón y no me estorben- expreso Aomine viendo de reojo a Wakamatsu -Ryou- llamo al castaño que seguía rodeando con su brazo, el castaño le vio con algo de dificultad -concéntrate en el balón y no dejes de verme. Terminare esto rápido- Sakurai parpadeo un par de veces y asintió.

El pitido del silbato se escuchó dando por finalizado el descanso.

-¿Estás seguro de esto, Imayoshi?- pregunto Susa inseguro de lo que iban a presenciar a continuación, Satsuki apretó su tabla un poco pues estaba en juego el ego de su amigo de la infancia y el orgullo de Tetsu-kun.

-Dejemos que Aomine se divierta un poco, Susa- respondió Shoichi saliendo a la cancha junto con Susa -estando Sakurai, Aomine no se descontrolara tanto-

"Eso espero" pensó Satsuki preocupada.

El último cuarto de ese partido iba a ser decisivo.


Final del partido.

El pitido del árbitro se escuchó por toda la cancha.

Esos quince minutos fueron intensos y abrumadores para Seirin. Pero relajantes y estimulantes para el equipo titular de la academia Too. Aomine sonrió con suficiencia viendo desde arriba del hombro a Tetsuya y a Kagami en el suelo.

Justo como estaban sus esperanzas de ganarle alguna vez.

-Te dije que tu estilo de juego era una pérdida de tiempo, Tetsu- expreso con indiferencia Aomine caminando un poco lejos de los otros dos -ríndete de una vez, pudiste ganarle a Kise y Midorima pero tú nunca podrás ganarme a mí. Y tu nueva luz es débil comparado conmigo, te sugiero que dejes esto antes si no quieres verme realmente molesto contigo- se fue de ahí a alcanzar a Ryou quien lo esperaba un par de metros lejos de los jugadores de Seirin.

-No es una pérdida de tiempo jugar con amigos y divertirse, Aomine-kun. Y aunque hoy no te ganamos, ten la seguridad que lo haremos después- expreso Kuroko viendo seriamente los ojos azules de Aomine.

El moreno chasqueo la lengua, Tetsu seguía igual de terco que siempre.

-¿Aomine-san?- llamo bajito Ryou mientras Aomine rodeaba sus hombros con su brazo sin darle la oportunidad de ver a los jugadores de Seirin en el suelo.

-Ignóralos Ryou, no valen la pena- el castaño ladeo la cabeza confundido -vamos a terminar esto, muero de hambre- Ryou apretó un poco su playera por como Aomine se estaba comportando.

Luego de la aplastante derrota de Too a Seirin el ambiente dentro de la cancha era silenciosa.

Terminadas las reverencias luego de aquel partido fue como el equipo de Too junto con sus titulares entraron a los vestidores que le habían prestado para el partido.

-Como siempre, la comida de Sakurai sabe a gloria- expreso un complacido Susa apoyándose en el hombro de Imayoshi que bebía un poco de agua.

-¿Y a qué sabe la gloria, Susa-senpai?- pregunto curioso Ryou sentando a un lado de Momoi y Aomine que comían en silencio escuchando la conversación de ambos.

Susa se alzó de hombros -no lo sé, lo que si se es que seguramente sabrá a tu comida, Sakurai-

Las mejillas de Ryou se pintaron de rojo para molestia de Aomine que no dudo en demostrar su enojo por el gruñido bajo que soltó.

Él era el único que podía hacer sonrojar de esa forma a Ryou.

-Por cierto, Ryou-chan- llamo Momoi al castaño que se dedicaba a guardar lo utilizado por sus compañeros en su mochila -¿no viste de casualidad mi bálsamo cereza? No lo encontré hace tres días en mi cosmetiquera-

Aomine esculpió el bocado de comida atrás de los casilleros.

Demonios.

Ryou alzo la ceja extrañado -lo siento pero no Momoi-san. Esa noche me acompaño a casa Aomine-san y no vi su bálsamo entre mis cosas-

Satsuki vio con seriedad a Aomine que seguía tosiendo por lo que había pasado. Daiki sabia más de lo que estaba diciendo.

-Si ya terminaron de jugar, es hora de ir a casa- informo Imayoshi quitándose de encima a Susa quien le vio con un puchero indignado -Yoshinori, ven conmigo un momento- se llevó arrastrando a Yoshinori dejando en la banca su comida a medio terminar para extrañeza del resto del equipo.

-¿Qué se traen esos dos, Satsuki?- pregunto Aomine recargando su cabeza en el hombro de Ryou.

-Siempre son así luego de enfrentar un partido importante- explico Wakamatsu alzándose de hombros -sinceramente, sugiero que no indaguen más entre ese par-

-¿Por qué no, Wakamatsu-san?- pregunto Ryou ladeando la cabeza curioso.

-Acaso... ¿son novios?- pregunto Satsuki intrigada.

Kosuke no respondió.

-Oh- exclamo Ryou -qué bonito-

Aomine le vio un momento y luego a Wakamatsu.

-Eso es nuevo e interesante- agrego Satsuki guardando sus notas en su mochila -pero se respeta ¿cierto, Dai-chan?-

-Lo que digas, Satsuki- y rodeo de nuevo los hombros de Ryou con su brazo -¿nos vamos ya? Tengo sueño, Ryou.

Sakurai sonrió levemente por la queja de Aomine.

Daiki sonrió para sus adentros, quizá mañana le pondría aquel bálsamo en sus labios a Ryou.

Ese día no lo beso mucho, así que quería su recompensa.