Placer
Lelouch había regresado, se veía bien y ahora Zero estaba mejor que nunca.
Y estaban solos…
Kallen no había olvidado lo que había pasado, ¿hablaba en serio? No, ese no era Lelouch. Sin embargo…
—¿Lelouch?
—¿Qué pasa, Kallen?
Ante la mirada incrédula del joven, Kallen se sentó sobre sus piernas.
—Sí puedo darte placer, pero no solo por ser una chica, si no por ser Kallen y porque tú eres Lelouch.
—Espera, si es por lo del otro día, solo dije cosas sin pensar, no me hagas caso.
—Sé que tal vez fue así, pero creeré que muy en el fondo de ti, sí querías eso.
La chica se deshizo de su blusa y lo miró.
—Estoy aquí por Zero, pero hago esto por Lelouch.
Kallen lo besó sin que él pusiera resistencia.
Una hora después, Lelouch acariciaba su cabello, mientras ella dormía a su lado.
—No estoy seguro de que esto esté bien, pero espero que sí.
Una cosa fue su estricta relación con Zero y otra muy diferente con Lelouch a partir de ese día.
Nadie más necesitaba saberlo, era algo entre ellos, por lo menos hasta que el día de la despedida llegara.
