Los personajes, trama y detalles originales de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto, Shūeisha y Shūkan Shōnen Jump (manga), Hayato Date, Pierrot y TV Tokyo (anime).

En portada: edición vectorial, fondo, texturas, filtros y elementos varios recuperados de freepik y all-free-download. Tipografías: Bordellia.

Esta historia la escribí para una antología NejiTen (100 momentos Neji y Tenten) por allá de 2011, la verdad lo creí perdido, pero lo encontré, así que aquí está. A propósito de su edad, y visto en retrospectiva, quisiera hacer una alerta de OoC.

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Rubores

Neji estaba ruborizado, y eso para Tenten, significaba la mayor de las victorias.

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Lee la podía hacer reír con la misma facilidad con la que conseguía que su instinto asesino se liberara en una explosión poderosa y devastadora. El maestro de taijutsu también era completamente capaz de conseguir que su feliz existencia se resumiera a una exasperada súplica para que la tierra la tragara borrando todo vestigio de su presencia, sobre todo si venía incluido el discurso motivador con poses anatómicamente imposibles para la mayoría de la población humana sin importar que contaran con entrenamiento ninja.

Tenía que reconocer que la mayor parte del tiempo quería dar de baja la cédula de registro poblacional de su compañero de equipo, pero en esa ocasión, para ser total y completamente sincera, la cara de Lee daba gracia.

Sus delgados labios apretados desaparecían casi completamente, de no ser porque el contorno de estos estaba enrojeciéndose por la fuerza que usaba, realmente no sabría que estaban ahí. Sus tupidas cejas eran casi una sola por lo fruncido del ceño, que, sin embargo, más que enojado o pensativo, le hacían más evidente el sufrimiento generado por su autocontrol. Los ojos de negra pupila buscaban con desesperación un sitio para posarse que no fuera ella o Neji, pero como un imán parecía verse irremediablemente atraído a alternar la mirada entre ambos.

Y la razón era bastante simple: quería reírse. Tanto o más que ella.

—Creo que yo ya me voy —dijo el joven rompiendo el silencio y el sello de sus labios apenas controlando la sonrisa que se le pintaba. Se puso de pie en un salto como si los resortes del sofá lo hubieran impulsado de golpe, gritó enseguida un muy elocuente pero breve discurso sobre las maravillas de la vida, aunque la última palabra fue casi cortada por una traidora carcajada finalmente encubierta por la puerta y su sonoro azote.

Tenten dejó de mirar la vía de escape de Lee y dirigió entonces la mirada al otro hombre que quedaba en la sala de su departamento.

Neji era pálido por naturaleza, de alguna extraña manera no importaba cuanto se expusiera al sol, simplemente su piel se rehusaba a generar melanina y por esa razón era más que evidente notar las variaciones de flujo de sangre en su cuerpo, especialmente su rostro que, de hecho, era lo único visible de piel la mayor parte del tiempo.

Sin embargo, debía reconocer que Neji era un genio, y si su cuerpo no le daba melanina a su piel, se las ingeniaba para que de todas formas pareciera estar hecho de porcelana. No por lo perfecto de su piel que en sí era otro punto que ella envidiaba, pues habían pasado juntos la pubertad y ni un solo granito se había atrevido a irrumpir el cutis de su compañero, a diferencia de ella.

Regresando al tema, Tenten se referiría más a la completa inexpresividad que conseguía en absolutamente todas las circunstancias. Aunque se encontrara en el medio de un balneario de mujeres que gustosas se sacaran la poca ropa que quedaba, él simplemente buscaría con calma y tranquilidad la salida, caso contrario a prácticamente cualquier hombre que para esos momentos yaciera en el suelo desangrándose y víctima de un espasmo orgásmico.

Una vez incluso, por razones vengativas que no comprendió nunca, media Konoha se enteró del tipo de ropa interior que usaba el genio Hyūga. Y, sin embargo, Neji solo levantó una ceja, movió la cabeza y caminó como si nada pasara.

Había momentos en que estaba segura de que si Lee no conocía la vergüenza en persona, Neji simplemente no sabía ni qué era eso.

Sus ojos chocolate inspeccionaban minuciosamente la figura sentada al frente. El sillón podía dejar de envidiarlo, ahora aquel mueble era lo único blanco de la habitación y todo porque Neji se había convertido en una mancha rosada que subía gradualmente el tono de su rostro, pronto sería un orgulloso rojo vivo.

Oh sí. Neji Hyūga estaba sonrojado.

No. Más glorioso aún, ella había sonrojado a Neji Hyūga.

No pudo evitar esbozar una sonrisa por su victoria. Cruzó las piernas y se acomodó mejor en su sitio observando complacida al colega que conoció hacía exactamente diez años, que se convirtió en su novio hacía cuatro, su compañero de cama desde hacía uno y sería su esposo en dos semanas.

Usualmente era al revés, desde siempre era ella quien terminaba como un tomate. Cuando recién se conocieron se ruborizaba con el simple hecho de verlo porque le gustaba. Le gustaba en un sentido bastante inocente e infantil, se sonrojaba como cualquier otra niña, aunque ella misma a veces no dejaba que la viera por el orgullo que a veces la sobrecogía.

Llegar al corazón de Neji fue un trabajo difícil, pero no para ella, más bien para él mismo y aunque al principio dolía la escarcha, finalmente consiguió hacer que floreciera algo ahí dentro. Aun así, el día en que se hicieron novios casi sentía que hasta el pelo se tornaría carmín… y la primera vez que pasaron la noche juntos…

Pese a todo, a lo más que había llegado en cuanto a expresión, era que el semblante de su rostro no fuera tan rígido, que se relajara vagamente cuando se quedaba dormido entre sus brazos. Alguna esporádica sonrisa tal vez. Pero nunca, absolutamente en ningún momento un sonrojo.

La primera vez que sus instintos sexuales pudieron más que su propia voluntad anulada a base de besos y recorridos sobre la ropa, realmente estaba oscuro porque era un armario, se estaban sofocando y los jadeos eran prueba de ello. Los detalles ocurridos eran tantos que prefería reservarse el encanto de guardarlos, además no tenía sentido compararlo con la cama cubierta con pétalos de rosa de Ino, la playa de Temari o hasta el jacuzzi de Hinata, que habían sido mucho más glamorosos, románticos y decorosos que el armario de un vestidor luego de una sesión ardua de entrenamiento.

Los cuerpos sudorosos y agotados encontraron las energías suficientes para que su pasión se mezclara con su amor en dosis perfectas, terminando de llenar esa pequeña brecha de su relación. Pero lo importante de la anécdota fue que al salir Tenten estaba roja, casi a punto de desfallecer debido a que toda la sangre de su cuerpo estaba en su cabeza haciendo al mundo girar entre palpitaciones sincronizadas con su corazón desbocado, y Neji…

Sintió ganas de llorar, había sido la primera vez de ella, pero al parecer la experiencia de pareja no causaba mellas en el chico que ¡seguía pálido!

"¿Acaso una de tantas?"

"Te equivocas, también fue mi primera vez"

Por supuesto que le pareció como una mentira educada para no hacerla sentir mal, una verdad que ella nunca creyó por el simple hecho de que ese sonrojo nunca apareció, ni en esa ni en ninguno de sus encuentros siguientes.

No importaba que se acercara a su oído y a petición de ella le revelara todo lo que era capaz de hacer con su cuerpo con las palabras más soeces que jamás se le hubieran ocurrido, realmente no importaba porque al final eran sus propias piernas las que temblaban y se disolvían en el placer que le daba hasta quedar ahogada en sus labios.

"¿Qué debo hacer para sonrojarte?"

Le había preguntado más de una vez. Y él no sabía qué responder, o bien, no le quería confesar aquel secreto que le teñiría de turbación el rostro.

Pronto se volvió su obsesión comprobar que aquél hombre que adoraba no era un muñeco imperturbable, mientras Neji solo parecía divertirse a costa de aquella testarudez que no tenía un sentido lógico ni necesario para su relación, al menos a su parecer, y dispuesto a demostrarle que no era una contención forzada, sino una imposibilidad tan natural como Naruto debatiendo la filosofía de Buda con otros eruditos, llevó el juego de la castaña a más allá de las palabras susurradas tomando su cuerpo en las más excéntricas de las situaciones.

A medida que avanzaba el frenesí por el que la conducía, la mujer sentía que perdía la vergüenza y solo lo esperaba ansiosa, pero aun así, era ella quien terminaba con las mejillas teñidas del adorable carmín que solo él podía contemplar el resto de la noche cuando su femenino cuerpo se había dejado vencer por el sueño, y si por momentos este descendía su intensidad al relajarse, tan solo debía bajar un poco la mano hasta la entrepierna pulsando un botón maestro, besarle el cuello o solo susurrando su nombre con aquella voz profunda que solo decía cosas importantes, como lo que ella era para su vida resumido a dos palabras, a veces menos, que la hacían vibrar y entregarse una vez más…

Tenten pareció despertar del letargo en el que había entrado al recordar al inexpresivo Neji Hyūga, y, había que destacar, estaba nuevamente sonrojada al recordar su falta de pudor.

"¿Qué debo hacer para sonrojarte?"

La pregunta la torturaba cuando lograba recobrar la compostura de sus actos, pero miraba todos sus intentos fallando al devolvérsele con fuerza a sí misma que terminaba sintiéndose morir al ser examinada con esa contemplación blanca. Siempre terminando por encontrarse en sus ojos, aunque se muriera de vergüenza le daba el gusto de mirarla con el rubor sobre su piel ligeramente bronceada simplemente porque lo amaba.

Y el mundo se desvanecía para él solo por verla así

Con esas palabras la castaña intensificó sus esfuerzos y cuando se puso la fecha de la boda fue para ella como un límite de tiempo para conseguir lo que quería, aunque esperaba que, al verla de blanco, descrita como en las novelas, luciendo como en las más flamantes películas podría hacerlo sentir el calor en sus mejillas de imaginar la vida que tendrían juntos.

Pero el calendario perdía sus hojas e hiciera lo que hiciera solo se sentía que cada vez perdía más la decencia y el sentido de lo correcto, y Neji, seguía pálido e inexpresivo.

Acortó la distancia que los separaba en la sala hasta llegar frente a él poniéndose en cuclillas a lo que el respondido ladeando la cara.

No podía evitarlo, ver a Neji sonrojado había resultado en una de las más grandes satisfacciones de su vida, dejada atrás y por mucho por el día de su graduación, ascenso y recientemente asignación como jefa de departamento. Tal vez solo competía con el día en que le pidió matrimonio.

—Neji, vamos, mírame.

—Estoy… demasiado avergonzado —fue todo lo que dijo tragando grueso, sin querer mirarla.

Tenten rio aunque cuidó de no hacerlo enojar, el momento era demasiado bueno como para matarlo con uno de sus berrinches, pues si alguna manía tenía el hombre, era que su orgullo era demasiado sensible y una vez ofendido, más aparte burlado, tardaba días en perdonar incluso a ella.

—Ya Neji, no es para tanto, no hay problema, de verdad.

Pero de momento tal parecía que no había palabras que aminoraran su humillación.

—De igual manera no importa, no lo usaré más —insistió.

El joven resopló poniéndose de pie con las manos en los bolsillos.

—¿Cómo no va a importar? Nos conocemos desde hace diez años.

Tenten también se incorporó dándole el encuentro y abrazándolo por la espalda.

—De verdad lo siento…

Escucharlo disculparse era demasiado conmovedor, en primera instancia porque nunca lo hacía, y en segunda porque lo hacía sinceramente, con todo el arrepentimiento que era capaz de expresar.

—Tranquilo.

Los ojos de Tenten seguían atentos a esa coloración que probablemente nunca volvería a ver. Bajó la mirada un momento sintiéndose indecente, ella había tratado de causarlo por los métodos perversos y él había reaccionado a algo tan… dulce.

Le dedicó una sonrisa.

—Ya dime que pasó —preguntó.

Neji soltó otro suspiro, reseñando brevemente sobre la cita con el encargado del departamento de asuntos civiles para ninjas donde empezaría los trámites de la boda, le hicieron varias preguntas, varios formularios para llenar en los que Lee ayudó porque, por absurdo que sonara en un principio, exigía detallar las circunstancias bajo las que se conocieron y las interacciones, así como datos referentes a personas que podían dar testimonio de que los hechos eran verídicos.

La burocracia era desgraciada, y para hacer cosas simples como pedir un acta matrimonial, peor aún.

Cuidadosamente y haciendo su letra pequeña para que alcanzara todo lo solicitado, no titubeo ni una sola vez, cada detalle estaba perfectamente guardado en su memoria y supo dar nombre y direcciones de todos sus testigos. Finalmente llegó a ventanilla donde solo quedaba unos detalles más.

—¿Número de registro ninja del contrayente?

—Cero, uno, dos, cinco, ocho, siete.

—¿Nombre del contrayente?

—Hyūga, Neji.

—¿Número de registro ninja de la contrayente?

—Cero, uno, dos, cinco, siete, tres.

—¿Nombre de la contrayente?

… Neji volvió a agachar la cabeza para no ver a Tenten reírse de él.

—Hablaré con Tsunade-sama para reactivar el trámite. Lo… lo suspendieron, asumieron que en realidad no te conozco tan bien y…

Ya para ese momento la chica no pudo soportarlo más y estalló en una sonora carcajada que debió acallar al ver como él volvía a girar el rostro evadiéndola.

Se levantó en puntas de pie, aunque en realidad él debió agacharse un poco para que pudiera acercar los labios a su oreja. Primero dejó un pequeño beso y enseguida susurró algo solo para él, enseguida, sin retirarle los brazos del cuello le miró subir finalmente al color rojo absoluto que tanto había ansiado.

—Qué vergüenza —dijo ella — ¿Cómo es que no sabes el apellido de tu novia? Creo que te mereces… un castigo — sugirió enseguida con evidente connotación provocativa.

—Eres una perversa…

—Entonces consideralo un premio por concederme mi capricho de verte sonrojado…

Casi por inercia Neji volvió a colorarse hasta las orejas.

—No vas a dejarme olvidarlo nunca, ¿verdad?

Ella negó.

—Aunque…— esta vez fue Neji quien tomándola de la cintura empezó a empujarla de regreso al sillón donde con cuidado disimulado de brusquedad, la dejó caer colocándose encima de ella casi enseguida.

—Si de ruborizar se trata…

Acercó su boca al oído de ella y con la voz ronca le murmuró algunas cosas, Tenten en reacción involuntaria entrecerró los ojos empezando a colorarse sabiendo que aquella pequeña victoria Neji se la haría pagar caro…

Neji jugaba sucio.

Neji era un sucio.


Comentarios y aclaraciones:

El apellido de Tenten es algo que siempre me ha dado cierta curiosidad, por ahí muchos usan "Ama" pero eso no es canon, más bien es la suposición de los fansub y fandom.

¡Gracias por leer!