Ladies and Gentlemen!

Ahora si me había tardado en actualizar. Pero no crean que he olvidado esta historia. ¡Es imposible! Llevo pensando en esta historia y cada uno de sus capítulos por mucho tiempo. Así que solo me estoy dando mi tiempo para pensar en las palabras correctas con las que me quiero expresar, así como los sentimientos con los que los personajes quieren declamar. ¡Así que apenas vamos calentando! Sera una muy buena historia, ya lo verán.

It's time to read!

It's showtime!

Aclaración: Genshin Impact no me pertenece. Yo solamente pido prestado sus personajes para poder escribir mis historias que se podrán leer a continuación.

Aclaración: Con estas historias no estoy cobrando por ninguna ganancia o regalía. Solo escribo para el entretenimiento de todo público pidiendo permisos al autor. Cualquier aclaración, pueden escribir en los comentarios su opinión al respecto.

-Razor-

Que bien se sentía el suave viento golpear su rostro.

Que bien se sentían aquellas dulces caricias a sus cabellos. Provocaba que quisiera seguir perdido en sus sueños.

Incluso.

Que bien se sentía escuchar ese suave tarareo.

En el momento que Razor abrió los ojos, la primera persona quien se encontró, fue con aquella viajera de dorados cabellos y dulce fragancia.

-¿Dormiste bien?

Fue lo que ella dijo con voz suave en cuanto sus ojos se encontraron.

Lumine le sonreía con cariño, soltaba suaves risitas al ver el pequeño hilo de saliva que se asomaba de sus labios que no dudo en tomar un pañuelo y limpiarlo con ternura. Razor solo asintió embobado ante aquella acción. Era imposible separar su mirada de ella. Por sí misma, era capaz de brillar aun cuando el manto nocturno estuviera a punto de cobijarlos. Parecía una de aquellas lejanas estrellas que se ven en el cielo y que bajo justamente para pasar el rato a su lado.

-Todavía tener mucho sueño -Murmuro.

-Entonces sigue dormido -Aquella dulce caricia a sus cabellos lo reconfortaban.- Aquí estaré cuando despiertes

Prefirió acomodarse un poco mejor en el regazo de ella. Soltó un gran bostezo y volvió a cerrar sus ojos ante aquella calidez que le brindaba. Lo último que escucho de ella, fue una dulce risita y un tierno tarareo.

Se sentía tan bien relajarse con alguien a su lado.

Se sentía tan bien tener a alguien con quien relajarse.

Razor sonrió un poco mientras recordaba cómo es que fue que la conoció.

Conocer a Lumine, fue lo mejor que le pudo pasar.

Le encantaba pasar el día con alguien tranquilo.

Cuando no quería meterse en calabozos difíciles de salir, cuando no quería tomar clases en la biblioteca o cuando prefería alejarse de las bombas que solo provoca que sus presas escapen y que sus oídos duelan. Cuando quería estar con sus hermanos lobos y que nadie lo mirara raro por querer estar entre la naturaleza que estar con los humanos.

Prefería pasar el rato con alguien que le brinda tranquilidad hasta llegar el punto de que pueda dormir a su lado porque sabe que esa persona permanecerá junto a él hasta que despierte. Porque sabe que esa persona será capaz de cubrir sus espaldas si es que el peligro puede llegar a molestarlos.

Creyó que nunca encontraría a una persona así. Creyó que sería difícil más nunca imposible.

Realmente se alegra haberse equivocado.

Sabía muy bien que podía confiar en ella, así como ella podía confiar en él.

Porque aquella viajera de nombre Lumine, llego para quedarse y disfrutar de sus viajes por cada una de las naciones como también, disfrutar de una tarde tranquila a su lado.

Cuando la conoció, era una persona extraña para él. Un aroma desconocido que provenía de ella y del que le provocaba desconfianza.

No podía evitar comportarse un tanto a la defensiva con ella porque era una persona desconocida que había provocado que soltara a sus presas con tal de salvarlas. Siempre la mantenía vigilada, aunque fuera a la distancia. Era imposible separar su vista de ella porque sentía que en algún momento iba a ser capaz de revelar sus intenciones. Él iba a estar preparado para ese momento.

Pero su sorpresa fue otra.

Al estarla observando por mucho tiempo, se dio cuenta que ella no era malvada.

Le encantaba sonreír y molestar a esa pequeña hada que volaba a su alrededor. Le encantaba jugar las bromas de Kaeya y salir a comer con Amber. Incluso, disfrutaba de hacer pociones con su maestra Lisa y quedarse atrapada en los calabozos con Bennett a pesar de saber que puede atraer la mala suerte, situación en la que muchas veces le ha tocado vivir a su lado. Le gustaba explorar la ciudad y las montañas. Le encantaba salir a pescar o simplemente relajarse en una buena sombra debajo de un árbol.

Sin duda, era una persona muy extraña que siempre sonreía. Que siempre encontraba el momento para soltar una buena carcajada y que no dudaría en brindarle una mano a alguien que lo necesite.

Ser aquella que siempre ayude a los demás cuando se encuentran en peligro.

Muchas veces fue espectador de la misma.

Verla danzar con la espada, ver aquel rostro decidido en la hora de la pelea. Esa postura que solo muestra una persona fuerte, esa seriedad ante cualquier situación, la manera en que corría de un lado a otro para esquivar algún ataque o como era capaz de memorizar los ataques de aquellos monstruos para evitar salir herida.

Al final, aquella gran sonrisa de victoria hacia aparición en su rostro. Verla triunfante mientras alzaba su espada.

Quizá, fue aquello lo que le llamo aún más la atención.

Lo que provocaba que ya no quisiera vigilarla a lo lejos y que con la curiosidad que le causo, quisiera estar a su lado en cuanto ella se iba a alguna misión o cuando la misma regresaba a la ciudad cuando había festivales.

Quería verla de cerca. También quería pelear a su lado y aprender alguno de esos maravillosos trucos. Quería chocar espadas con ella para saber quién era más fuerte, quería vivir muchas aventuras a su lado. Sin importar que se pudieran meter en problemas, solo quería seguir a su lado, solo quería seguir viéndola.

Quería disfrutar de aquella magnifica vista que le ofrecía cuando le brindaba su mano para poder hacer alguna misión juntos, recolectar algo de comida o como lo que estaban haciendo en ese momento, descansar en aquella tranquilidad que solo ella era capaz de ofrecerle.

No hacer nada, era su actividad favorita. Y ella lo comprendía a la perfección.

Razor volvió abrir los ojos para encontrarse con la viajera dormida. Miro, y al lado de la misma se encontraba la pequeña Paimon recargada en ella. Alzo la vista al cielo, ya era muy noche, pero por alguna razón, no era capaz de sentir frio.

¿Cuánto tiempo se quedó dormido?

Se estiro un poco al mismo tiempo que soltaba un gran bostezo. Se levanto para sentarse en la hierba y darse cuenta que su cuerpo había sido cubierto por una manta. Delante de él, una fogata encendida se encontraba al igual que unos trozos de carne siendo cocidos. Con razón su estómago empezó a gruñir en el momento que olio algo delicioso.

Miro a sus espaldas a la viajera dormida y su pequeña acompañante.

Razor sonrió. Todo esto lo había hecho Lumine y Paimon mientras él descansaba. El joven lobo agradeció en silencio, pues al lado de ellos, había dejado varios platos con carne que sus hermanos lobos comían satisfechos. Algunos más jugaban en el pasto y otros más se habían acercado a la fogata para poder calentarse y dormir un rato.

Ella era considerada con todos sus hermanos lobos. Era tan amable con los mismos y ellos respondían a esa amabilidad al protegerlos de todo aquel que pudiera encontrarse en la intemperie.

Con razón había dormido bien.

Con razón ellas podían descansar bien.

Con suavidad se levantó, no quería despertar a ninguna de las dos. Tomo la manta que lo había estado cubriendo y la paso por la espalda de la viajera. No era justo que fuera el único que se mantuviera calientito.

Razor a su lado se sentó para cubrirse con la misma manta y poder recargar su cabeza a su lado.

Con suavidad, aspiro el aroma de ella.

Lo guardaba en su mente, así cuando ella volviera a regresar, sería uno de los primeros en enterarse.

Ahora, era un aroma agradable. Un aroma que le causaba tranquilidad.

-¿Razor?

Se separo despacio de ella cuando la misma se reincorporo mientras rascaba sus ojos y soltaba algún que otro bostezo. Lumine se estiraba un poco mientras tomaba a Paimon entre sus brazos y la sentaba en sus piernas para que estuviera calientita. La joven viajera tardo un poco en ubicarse, pero en cuanto miro a los lobos durmiendo a su alrededor y a Razor sentado a su lado con la manta en sus espaldas. Ella no dudo en sonreír y alzar su mano para darle unas cuantas palmadas en la cabeza del joven lobo.

Si fuera un lobo, sin duda estaría moviendo su cola ante aquella caricia a sus cabellos. Rodaría por el pasto para enseñarle su estómago y mostrarle la gran confianza que tenía con la misma.

Pero no era un lobo.

Era un humano que podía mostrarle la sonrisa más grande.

Como humano, podía aprovechar la oportunidad de hablar como le había enseñado su maestra.

-Gracias

-¿Por qué? -Pregunto Lumine con curiosidad.

-Eres demasiada buena con todos nosotros -Razor señalo a sus hermanos dormidos y los platos limpios.- Cuidas muy bien de todos

-Lo hago porque quiero y porque me gusta ver a tus hermanos felices -Sonrió la viajera al ver a esos lobos mover sus patas entre sueños.- Me gusta ver a Razor feliz

Razor abrió los ojos con cierta sorpresa. Una sonrisa apareció en su rostro.

-Me gusta ver a la viajera feliz también

Lumine carcajeo con suavidad. Razor encontró algo más que grabar en su corazón cuando piense en ella. Esa cantarina risa que provocaba que él también se sintiera feliz y que tampoco pudiera evitar reírse. Entre ellos había cierta complicidad que únicamente los dos entendían. Así como ahora, tenían que aprovechar a comer ahora que se encontraba calientito antes de que Paimon despertara y quisiera devorar con sus brochetas de carne.

Por alguna razón, sentía a la viajera más como una amiga. No era como su maestra, tampoco era como Klee o Bennett. No tenía por qué pensar de más cuando sabia a la perfección lo que Lumine era para él.

La sentía más como una hermana más de su familia.

La manera en que permanece siempre a su lado cuando encuentra tiempo únicamente para él. La manera en que sus demás hermanos lobos se emocionan al olerla regresar, siendo los primeros que le avisan sobre ella y él se echa a correr para poder ser el primero en saludarla.

Sin duda, ella también era como ellos.

Alguien más de su manada con quien poder comer y relajarse. Con quien poder luchar codo a codo y ayudar a las personas. Pero también con quien disfrutar de un momento a solas con la naturaleza de fondo.

Eso era lo que Lumine significaba para Razor. Era de esa manera especial en la que siempre la miraba.

Alzo la mirada al cielo.

Estaría eternamente agradecido a la luna y las estrellas por dejar bajar a una compañera suya para que pueda estar a su lado. Como lobo, sin duda la cuidaría y la apreciaría, solo pedía que no se la llevaran lejos de él o se sentiría muy triste.

Una vez que presento su agradecimiento. Volvió a enfocarse en ella y las historias que le traía de las demás naciones.

Si, esto era lo que realmente le encantaba de ella. Un momento a solas, un lugar donde solo se encuentran ellos dos.

No hay nada mejor que Lumine y Razor. Solo ellos dos contra el mundo.

¡Muchas gracias por leer!

¡Mi niño es demasiado hermoso! Hay sentimientos de amor, de amistad, pero también hay de hermandad. Esa era la forma en que quería que Razor se expresara de nuestra querida viajera. ¿Acaso no fue demasiado hermoso? Estos son los sentimientos que me gusta expresarles.

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Atte.: AnZuZu Dragneel

Fecha: Domingo 22 de Septiembre de 2024