Capítulo XXX
Clark no pudo esconder su gran sonrisa y sin pensarlo estiró los brazos para recibir a Conner, que iba corriendo en su dirección. Lex se levantó de inmediato y detuvo a Conner.
–A ver hijo, no seas tan confianzudo con el señor Kent.
Conner se detuvo y se abrazó a su papá, mirando a Clark.
–Lo siento señor Kent.
Clark se entristeció, más tuvo el sentido común de no ponerse en contra de lo que dijo Lex, tampoco deseaba hacer sentir mal a Conner.
–Está bien Conner, también estoy feliz de verte, pero no debes alejarte de tu papá.
Conner asintió, soltó a Lex y corrió de nuevo con Tobey. Lex se giró para verlo y Clark se acercó.
–Para decir que respetas mis condiciones, estás acercándote mucho a Conner.
–Solo quería ver cómo estabas. Escuché a Duncan informar sobre la demanda…por lo de tu padre.
–No malinterpretes lo que le pedí a Duncan. Mi interés es para demostrar que los Luthor no somos tan débiles como para que cualquiera acabe con nosotros y no haya repercusiones. No hay dolor ni nada parecido por Lionel.
Clark metió las manos en su pantalón y continuó.
–No estuviste cuando…
Lex cortó lo que el reportero iba a decir:–Estuve. Con ayuda del único abuelo biológico de Conner. Con todo aclarado, es hora de que te vayas, mi agradecimiento no llega a tanto como para soportar que andes pululando alrededor.
Clark apretó los labios y preguntó con timidez:
–¿Puedo despedirme de Conner?
–Que sea rápido.
Clark agitó la mano hacia el niño, y este caminó ya más tranquilo hasta el moreno.
–¿Se va ya, señor Kent?
–Tengo trabajo que hacer, espero verte… después.
Lex frunció el ceño, más no dijo nada, no frente a su hijo.
Clark se retiró, pero iba volteando para poder ver a Lex y a Conner. La felicidad que había sentido solo un día antes, se convirtió en una amargura y tristeza que lo hicieron querer gritar de dolor, sin embargo, tuvo que encerrar esas emociones bajo llave, pues tenía trabajo que hacer, empezando con investigar sobre como los Luthor obtuvieron las pruebas contra Olliver, pensó en preguntarle a Lex, más este dejó claro que no lo quería ni ver.
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Bruce se enteró de lo sucedido en el juicio de Olliver y lo comentaba con Alfred.
–Lionel no era un buen hombre y hubo muchos que desearon acabar con él, sin embargo, nunca pensé que Olliver estuviera entre ellos.
Alfred sirvió un poco de té y respondió:
–No defiendo al señor Queen, puesto que no sabemos todos los sucesos, pero creo que el señor Luthor pudo llevarlo a su límite.
Bruce asintió.
–También lo creo. Ya veremos si esos motivos pueden ser atenuantes para evitar una gran condena. No podemos olvidar que Duncan Allenmeyer es un perro de presa que no solo trabaja para los Luthor, si no al mismo tiempo es un amigo cercano de estos. Creo que estaré en el juicio y veré todo desde la primera fila.
–Avisaré, que no volveremos por el momento a Ciudad Gótica.
Bruce asintió y decidió revisar sus pendientes, después de todo tomarse unos días en Metrópolis, no quería decir que no trabajaría.
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Duncan llevó a Tess hasta LexCorp, sin embargo, al acompañarla a su oficina, ordenó algo de comida y abrió una botella de vino. Le dio a Tess y se sentó a su lado en el espacioso sillón del lugar. Ella bebió de la copa y enseguida dijo:
–No es como si me hubiera mostrado algo de amor paternal. Vaya, que ni siquiera me dio su apellido hasta su testamento. Siempre creí que Lex tuvo todo…
Duncan frunció la boca.–Si te refieres a que Lex tuvo toda la presión de Lionel, es cierto. Definitivamente fue un tirano con él. La única muestra de infancia que Lex pudo tener, fue el leer cómics.
–Ya lo ví. Lionel nos hizo crecer para ser copias de él.
–Si me lo preguntas, festejo que no lo sean. Lionel no era un buen hombre.
–No. No lo fue , y a pesar de ello, Queen no tenía derecho a matarlo.
–Sabes que usaré todos mis conocimientos para que lo condenen, pero la verdad creo que debió haber un motivo.
La pelirroja miró a Duncan y sonrió levemente.
–Yo también lo creo. Solo deseamos dejar en claro nuestra posición como Luthor.
Duncan asintió. Entendía completamente el punto.
Duncan se atrevió a agarrar la mano de Tess y ella lo miró antes de besarlo. Al separarse, Tess acarició la mejilla del hombre.
–Estuve con Olliver.
–… Oh, bueno creo que ya lo sabía.
Respondió Duncan con un poco de sequedad. Tess lo agarró de la cara, para que la mirara
–Fue una vez y solo por negocios.
–…
–Eso se escuchó peor, no obstante, necesitaba decírtelo.
–Para el juicio es importante.
Tess gruñó.–Es importante para mí que lo sepas. Los dos conocemos a Olliver y sabemos que es cruel cuando se siente acorralado.
–Lo es siempre.
–Creo que lo es. No quiero que te tome desprevenido y te invente una historia de amor.
Duncan terminó por sonreír.
–Tess, tú y yo tenemos historia antigua , pero lo importante es crear la nuestra.
Tess estuvo de acuerdo.
No hubo trabajo para ellos, pasaron la tarde disfrutando de la compañía del otro.
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Conner ya tenía hambre, por lo que Lex decidió que regresaran al departamento, pues ir a un restaurante no era opción, con los medios de comunicación tratando de acercárseles. Conner le puso la correa a Tobey, lo agarró y con la otra mano se tomó de la de su papá.
–No hemos ido a ver al abuelo. ¿Podemos ir hoy?
–Es una buena idea. Esperemos si vienen o no los tíos y si no lo hacen, vamos.
Conner sonrió y caminó dando saltitos.
–¿Papi, sabes que?
–¿Qué?
–Me agrada el señor Kent. Es fuerte, se parece a mi.
Lex se quedó en silencio, ese era un tema que Conner no debía comentar al abuelo. No confiaba en que Jor-El no le soltará toda la verdad al niño y en ese momento Lex no podía lidiar con eso.
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Chloe ya esperaba en el ático de Olliver. Decidió adelantarse para que no la vieran con Queen. Escuchó la puerta abrirse y esperó. Olliver entró y fue directo a su bar, para servirse un trago.
–Entré para esperarte.
El rubio, bebió de su vaso, caminó, lo colocó en la mesa de centro y se dirigió hasta el sillón, dejándose caer en el.
–No hay problema, Chloe. Para eso te di llaves
La chica se sentó en el sillón individual, frente a Olliver.
–Lamento no haber sido de ayuda.
–No te preocupes. Lo quiera aceptar o no, Lex tiene una tecnología avanzada y muy buena. Gracias por intentarlo.
Chloe se mordió los labios, sin embargo, tuvo que soltar la pregunta:
–¿Es cierto?
–Mis abogados me prohíben hablar sobre ello.
–Somos amigos, sabes que no te traicionaré.
–Tampoco quiero meterte más en este lío. Es mejor que no sepas nada.
Chloe decidió no presionar a Olliver, así que cambió el tema.
–Revisé a los otros. Están bien y recuperándose, pero…
–¿Qué sucede?
–Cyborg necesita algunos arreglos y…
–Ah ya. Si, no hemos podido conseguir sus planos. Ahora sé, que buscar en los negocios de Lex, fue un error.
–LuthorCorp debe tenerlos
–O los tenía. Porque ya la vendieron por pedazos y para encontrarlos será casi imposible.
–Tess podría saberlo.
–En este momento no soy su persona favorita.
–Clark…
–Créeme Chloe, tampoco quiere verme.
La rubia se levantó y tomó su bolso.
–Me voy. Yo hablaré con Clark.
Olliver no dijo nada, no quería quitarle las buenas intenciones a la chica, pero dudaba que el Kryptoniano le ayudara , no después de lo que habían hecho.
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Era de noche, cuando Clark regresó a su casa. Sus padres lo estaban esperando y es que querían saber lo sucedido en el juicio. El más joven, relató con detalle lo sucedido. Tomando un café en la sala, Clark también les contó que fue a ver a Lex y a Conner. Los Kent lo escucharon y al terminar, Jonathan agregó.
–Siempre estuve en desacuerdo con lo dicho y hecho por Lex, más con el tiempo, he aceptado que fueron puros prejuicios. Él puso condiciones y está en su derecho de exigirnos que las respetemos.
–Lo sé, pero lo olvidé por la emoción.–agregó Clark y sacó unas fotografías de su bolso.–Por cierto, le pedí a Jimmy que me diera una copia de esta foto.
El moreno les extendió una foto. En ella aparecía Conner siendo cargado por Lex, los dos estaban sonriendo.
–Es de la conferencia.–dijo Jonathan.
Martha tuvo que limpiarse unas lágrimas y sonrió.–Voy a enmarcarla.
Ninguno de los tres lo dijo, pero todos pensaron en todo lo que habían perdido por ser intransigentes y egoístas.
Al mismo tiempo, en la Fortaleza de Conner; este ya dormía junto a Tobey, en su habitación. En lo que Lex encriptaba algunos datos.
La IA habló.
–Kal-El preguntó por lo sucedido con Kon-El y contigo.
–¿Y que le dijiste?
–Solo le hablé sobre su nacimiento y algo sobre nuestro trato.
–Está bien.
–Los otros datos están bloqueados para cualquiera, menos ustedes.
Lex asintió y de pronto, algo llamó su atención. Lionel escondió la información de sus experimentos, pero para Jor-El no era difícil sumergirse en todo dispositivo y conseguir, prácticamente cualquier cosa. Pensando en eso, Lex consideró que había alguien más que tenía algunos secretos y a Lex no le agradaba tener deudas con nadie, así que la señorita Lang sería vigilada muy de cerca.
Lex bostezó y tuvo que dejar su entretenimiento y acompañar a su hijo en la cama. La Fortaleza era el sitio más seguro que conocía y lo mejor era, que su privacidad estaba asegurada. No es que alguien los fuera a buscar al ático, ya que Duncan y Tess avisaron que no irían.
Ajeno al paradero de Lex y Conner, Clark voló hasta el ático, para por lo menos ver sus siluetas y al no encontrarlas, frunció el ceño.
–¿A dónde habrán ido?
El Kryptoniano hizo un barrido por el lugar y luego se dirigió al ático de Olliver, para terminar por ir al escondite de los Justicieros.
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Lana tomaba su desayuno, al mismo tiempo que leía el diario. Al terminar, ella bebió lo último de su café y negó moviendo la cabeza…
–Me gusta saber que tomé una buena decisión. Eres muy predecible Olliver.
La mujer dejó el diario y se dispuso a salir rumbo a Isis para pensar en que usaría su ganancia.
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Los Kent estaban terminando de desayunar, cuando vieron llegar el coche de Chloe. La rubia bajó y entró saludando alegremente, más su rostro cambió al ver que Clark no se encontraba. Jonathan se levantó y fue a vestirse para ir a Metrópolis. Martha se quedó con la rubia.
–¿No lo acompañará, Martha?
–No Chloe, tengo algunas cosas que hacer en Smallville. Así que, tómate un café conmigo.
La rubia aceptó y se sentó.
Jonathan salió poco después, ya que sus ayudantes llegaron por él. Se despidió de su esposa y de Chloe.
Martha le sirvió un pedazo de tarta a la rubia y se sentó frente a ella.
–¿Qué pasa Chloe?
La chica se puso un poco nerviosa.
–Martha, quería pedirle a Clark un favor…
–Ya veo. Creo que no es un problema si el favor fuera para tí, pero supongo que ese no es el caso. ¿Verdad?–Chloe negó sin hablar. Por lo que Martha continuó.–No andemos por las ramas Chloe, estuviste con Olliver en el juicio. Sabiendo lo que hizo, lo que hicieron todos. ¿Los ayudaste?
–¡Claro que no, señora Kent!
Martha palmeó la mano de la chica, en un gesto para tranquilizarla.
–No puedo hablar por Clark, pero como su madre lo conozco bien y en este momento, incluso está molesto con nosotros, aunque no lo diga.
–Señora Kent…¿Ese niño de verdad es su hijo?
Martha suspiró.–No debes decírselo a nadie, obviamente ni a Olliver.
–No, no. Lo prometo.
–Es su hijo y uno biológico. Lex…, él lo gestó.
La rubia abrió la boca impresionada.
–¡¿Un experimento?!
Martha negó.–Lo siento Chloe, pero ni de lejos. Clark y Lex tuvieron una relación y si te soy franca, considero que Clark nunca lo superó, sin embargo, sabes cómo es…
–Un negado en aceptar sus sentimientos. Eso siempre le ha traído problemas.
–Y en el que está ahora, no solo lo creo él, todos tenemos parte de culpa.
–…
–Por eso mismo Chloe, dudo que Clark quiera ayudar a alguien en este momento.
–Entiendo y no se lo pediría si no fuera de vida o muerte.
Martha suspiró de nuevo, ella no podía ayudar en eso.
…
Muchas gracias a quien lee.
