Buenas a todos mis queridos lectores.
Les suplico paciencia, porque puede que se me hayan pasado errores ortográficos y errores de escritura.
Kung fu panda es propiedad de dreamworks
Capítulo 4
Un extraño viajero
Los primeros rayos de sol tocaban la aldea con su delicada luz inicial, tales destellos ingresaban a las moradas por las ventanas abiertas, incitando a los moradores a levantarse y retomar sus labores cotidianas, junto a aquello también se oyó el eco del gong matutino. Como siempre, el palacio de jade no estaba al margen de todo eso.
—Po... — lo llamó la felina. Ella se encontraba sentada en la cama de Po mientras le acariciaba una mejilla con delicadeza. Po no parecía reaccionar a su tacto ni a sus llamados. Ella lo sujetó del hombro y lo meció con cuidado. Un somnoliento gemido involuntario fue lo que recibió como respuesta de parte de Po.
—no... No voy a levantarme... Hoy no hay clases —Po murmuró somnoliento. La felina hizo una ligera mueca de enfado. Le hizo cosquillas en la nariz con una pluma y Po se la restregó mientras se quejaba involuntariamente— déjame —susurró.
Un par de minutos después Po desperto, se lavó la cara y empacó comida.
Aquella mañana Po y Tigresa se dirigieron montaña arriba, hacia el estanque de lágrimas sagradas. Solían frecuentar a ese lugar muy seguido, pues les gustaba entrenar a solas y al terminar, tenían algo de tiempo para ellos mientras compartían la comida. Pero aquella mañana fue inusual para la pareja, porque cuando terminaban de subir la cuesta, vieron a una persona sentada en la orilla del estanque de lágrimas sagradas. Fue una sorpresa par ambos maestros, nadie de la aldea y de los alrededores subía a este sitio, pues no era fácil subir hasta ahí, además porque consideraban el lugar sagrado para los maestro y preferían no molestarlos con su presencia.
Se acercaron caminado hasta él. Cuando aquel extraño personaje los miró, sonrió levemente. Se levantó, tenía todo el cuerpo cubierto por una túnica y una capucha sobre la cabeza, solo se le veía el rostro, notaron que se trataba de un lobo de pelaje blanco— maestros, qué maravillo y honorable momento conocerlos, he oído hablar demasiado sobre ustedes a lo largo de mi trayecto hasta aquí —tenía la voz suave y un tono muy sereno, similar a la de cualquier devoto sacerdote.
—buenos días —lo saludó Tigresa— él es el Guerrero dragón y yo soy la Maestra Tigresa —se presentó por ambos de manera muy formal.
—buenos días... Extraño... ¿Viajero? —Po lo saludó.
Se quitó la capucha mostrando la cabeza, definitivamente era de pelaje blanco— mi nombre és Cosmo, y estoy seguro de que este regocijante momento de conocernos al fin, será uno de los recuerdos más memorables que me lleve conmigo cuando tenga que retomar mi camino —habló con reconfortante calma.
—imagino que conocernos fue el motivo de su viaje hasta aquí ¿en qué podemos servirle? —dijo en tono formal la felina.
—verán, estoy encaminándome hacia una misión del destino y voy a necesitar su ayuda, voy a necesitar la ayuda de todos aquí —respondió con ligero entusiasmo sin perder su serenidad.
—pues has llegado al lugar indicado, mi buen amigo Cosmo, porque nosotros, los mejores maestros de China, podremos ayudarte en todo lo que requieras —le dijo Po.
—gracias, respetable guerrero dragón, estaré muy agradecido de recibir su ayuda. Bueno, vinieron aquí a entrenar, supongo, por favor continúen. Bajaré a la aldea y los esperaré en el puente cercano a las escaleras —sin decirles nada más, Cosmo tomó el camino montaña abajo y desapareció de la vista de ambos.
— ¿has oído hablar algo sobre él? —preguntó Tigresa.
—nada, ni siquiera se me ocurrió preguntarle de donde venía ni a donde iba— respondió él— bien, a lo que hemos venido.
Ambos maestros realizaron su sesión de entrenamiento, múltiples ejercicios físicos y mentales. Al finalizar degustaron el alimento que habían traido.
Cuando bajaron a la aldea, encontraron a Cosmo en el lugar antes indicado.
—maestros, les suplico que me permitan acompañarlos para visitar el palacio de jade.
—claro, no hay problema —tigresa concedió su petición.
Una vez arriba, se llamaron a todos los Maestros al patio principal y a los sirvientes— Shifu, amigos míos, tenemos una grata visita. Él es Cosmo —les notificó Po.
Lo invitaron al comedor para comer una sopa de fideos.
—y ¿de dónde vienes, Cosmo? —le cuestionó amablemente Shifu.
—vengo desde los ahora desolados reinos de Noruega — respondió él. Por unos instantes todos guardaron silencio— mi ciudad y casi todo el reino tuvieron que ser asolados por razones incomprendidas —les fue muy evidente para los maestros, que el lugar en donde Cosmo vivía había sido purgado por alguna desconocida razón.
Una vez terminaron de comer, todos se prepararon para el entrenamiento.
Invitaron a Cosmo a pasar, aunque amablemente negó la oferta de ser entrenado, pasó la sesión contemplando las habilidades de todos.
Una vez concluída la sesión. Cosmo se acercó a Po.
—guerrero dragón, qué increíbles habilidades, si no te ofente, permíteme decirte que, aunque tu constitución física sea la de un indefenso y voluminoso ser, tus movimientos y técnicas no parecen tener dificultad para tí.
—wow, gracias. Pues mira, resulta que soy el elegido por el destino, así que nada ni nadie puede interponerse en mi camino —agradeció para luego alardear como de costumbre.
—Cosmo, ¿tu habías visto kung fu antes? —preguntó Víbora.
—No, nada de eso. En mis tierras desarrollan distintos tipos se habilidades, observen —Cosmo inmediatamente hizo movimientos lentos y raros con las manos, tomo un trozo de madera del suelo y la hizo levitar sobre una de sus palmas, miró al objeto fijamente hasta que este despremdió una luz azul y desapareció. Todos quedaron sorprendidos.
—desapareció —pronunciaron al unísono.
—no exactamente, sigue formando parte del universo —aclaró Cosmo.
Durante esa noche, todos bajaron al restaurante del Sr. Ping a comer fideos. Las personas se acercaron a saludar a los maestros y conocían a Cosmo, quien era el foco de atención, y a causa de las múltiples preguntas, les mostró su habilidad de desaparecer objetos.
—wow es asombroso —decía Po, observando junto a la multitud. En algún instante, sintió que alguien le tocaba repetidamente la espalda, él volteó sin decir nada y vio a Tigresa atrás de él. Ella sin decir nada le hizo la señal de silencio con el dedo índice sobre sus labios, posteriormente le tomó de la mano y lo llevó a un lugar despejado.
—su magia es asombrosa —decía él, aún fascinado.
—nuevo y raro —adicionó ella— pero sabes, él había dicho que su nación fue arrasada. Me pregunto si el responable cuente con los medios para seguirlo hasta aquí —cuestionó ella, como siempre, precavida y dubitativa.
—no lo sé, pero no hay por qué preocuparnos, cielo, nosotros podemos con todo —afirmó con su peculiar confianza. Ella sonrió, aún tomados de la mano camianron sobre las silenciosas calles de la aldea con tono plateado puesto que la luna llena les regalaba su luminiscencia esa noche. Ella guió a Po hasta un angosto callejón en donde ni la luz de la luna podía hacerles compañía y empujó suavente a Po contra la pared. En aquella oscuridad, él solo podía notar los brillantes ojos de su amada.
—eres mío, gordito. Ahora confiesa —le dijo ella, con todo serio pero juguetón.
—pues confieso que me comí el helado que yo mismo había comprado para tí —dijo él. Ella sonrió y descansó todo su cuerpo sobre el de Po.
—ay, mi querido panda —susurró ella, levantó la mirada y lo besó.
Sus besos desbordaban su cariño con ternura y delicadeza, pues ambos deseaban vivir aquello que, por diferentes motivos, no habían podido disfrutar en su adolescencia. Unos minutos después, oyeron sonidos extraños sobre ellos, miraron hacia arriba al mismo tiempo y notaron una ventana abierta por donde salía la luz de la casa, un instante después, cayó agua sobre ellos, residuos de lo que se había usado para lavar ropa.
Ambos salieron corriendo de ahí completamente empapados.
Llegaron al inicio de las escaleras al palacio, se miraron sorprendidos unos segundo para luego explotar a carcajadas.
Al día siguiente, después del desayuno, Cosmo había bajado a la aldea y cuando regresó al palacio, era seguido por un rinoceronte adulto. El rinoceronte se encontraba notablemente enfurecido. Al oir los gritos, los maestros salieron y vieron la inusual escena, el rinoceronte sujetaba a Cosmo del cuello de la túnica levantándolo del suelo.
— ¡¿dónde está mi hija?! —cuestionó iracundo mientras lo sacudía.
Intervino inmediatamente Tigresa, acercándose con cuidado incitando a que lo baje— señores, necesitamos saber qué ha sucedido, les pido que nos expliquen —solicitó ella.
El rinoceronté soltó molesto a Cosmo— este brujo ha desaparecido a mi hija, lo desapareció frente a mis ojos —se quejó.
— ¿Cosmo? —cuestionó ella mientras miraba al aludido.
—yo solo cumplí con la petición de su hija —se excusaba el acusado con el mismo tono sereno de siempre y la postura recta y tranquila.
— ¡manipulador! —le gritó el rinoceronte lanzándole un golpe. Cosmo evadió el golpe haciéndose dando un ligero paso hacia atrás.
— ¡basta! —suplicó Víbora— Cosmo, por favor explícanos qué pasó —le pidió con cierta preocupación.
—claro, su hija quedó prendida a mis encantos, yo correspondí su afecto, nos hicimos promesas. Pero aclaro que mis promesas no son vacías palabras ilusorias producto de una felicidad fugaz, no. Yo le hice promesas tomando muy encuenta las utilidades e invovenientes que estas puedan acarrear —hablaba él, pero se detuvo para retroceder un paso al percibir que el rinoceronte tenía intenciones de embestirlo.
—vamos a solucionar esto —habló Tigresa, parándose en medio de ellos —Cosmo, sé directo y habla de una vez ¿qué pasó? —exisgió con un tono tajante esta vez.
—por favor maestros, yo solo quiero a mi hija, solo estar con mi hija —les imploró el rinoceronte cambió su estado de manera súbita, esta vez se mostraba muy dolido.
—está bien, ya no te preocupes, te devoleveré a tu hija —habló Cosmo y se acercó a él. Estando frente a frente, Cosmo hizo sus característicos movimientos con las manos hasta irradiar la luz azul. Un instante después, fue el rinoceronte quien emitió la luz azul hasta convertirse en una esfera translúcida la cual se encogió y desapareció entre las palmas de Cosmo —te devolveré a tu hija, llevándote hasta done está ella —se volteó hacia los maestros— no se preocupen, venerables maestros, él ya está con su hija, ellos están juntos, ellos siguien siendo parte de este maravilloso universo.
Fin del capítulo.
Muchas gracias por leer, no olviden visitar mi canal de youtube, pueden encontrarme como Egsren, subo animaciones de contenido variado que puede dar cringe.
TheAlienHeart: Pobre Tigresa, qué triste, pero son cosas que pasan, es por el bien de la trama.
