He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre. Salmos 127:3

Aclaraciones:

Narración

-Diálogo-

- Pensamiento-

-Pensamiento inner Sakura-

"Recuerdo de un diálogo pasado"

Naruto no me pertenece, los personajes e historia son una creación original de Masashi Kishimoto.

CAPÍTULO 1

—No, no, no, no, no— Sakura se llevó una mano a la cabeza y arrojó la pequeña pieza al suelo. Se sentía tan mal, tan confundida y sorprendida. —No, no puede ser cierto, esto… esto no puede estar pasándome —con toda la esperanza del mundo encima y tratando de ser positiva e imaginándose que quizás se habia equivocado, recogió la pequeña paleta de plástico y con temblor la puso a la altura de sus ojos — no— con igual temblor y premura levantó la hoja de las instrucciones y leyó —dos rayas es positivo —Giró de nuevo y miró por tercera vez como dos fuertes rayas púrpuras se pintaban con presunción, insultándola, —no— de nuevo arrojó la hoja y la paleta.

Y como si al ver el resultado le confirmaran y reafirmaran sus sospechas, sintió un leve mareo y una muy desagradable sensación en la boca del estómago que le obligó a correr a toda velocidad al baño de su departamento. Estaba tan ocupada en devolver su desayuno que no escuchó como tocaban a la puerta, ni tampoco sus instintos ninjas le ayudaron al darse cuenta que alguien entró.

Estuvo llamando a la puerta constantemente, pero no obtuvo respuesta alguna, así que se tomó la libertad de entrar al departamento —¿Sakura? —, era extraño, ella no era tan descuidada o confiada como para dejar la puerta sin seguro, escuchó un ruido proveniente del baño — oh, entonces si está en casa —pensó.

Caminó con mayor seguridad y repentinamente sus pies chocaron con algo, bajo la vista y se encontró con una pequeña caja de cartón, al parecer fue abierta con premura y violencia, la levantó y se llevó una gran sorpresa al ver el título del contenido "prueba de embarazo", tratando de reunir mas pistas ante ese inesperado objeto que jamás pensó encontrar en el departamento de Haruno, logró encontrar los otros componentes de la caja a pesar de estar regados por el suelo.

Kakashi pensó por cinco segundos si estaba bien investigar esa clase de cosas, quizás estaba metiéndose demasiado en la vida privada de Sakura, pero la curiosidad le ganó y tomó la hoja de instrucciones y la paleta, con toda la tranquilidad que la sorpresa que recibió le dejó, pudo confirmar un resultado positivo, así que suspiró pausadamente.

Un ruido llamó su atención, y ahí, parada con los ojos abiertos mas de lo normal y con cara de sentirse un poco mareada, estaba ella.

Cuando Sakura notó que traía el instructivo y la prueba de embarazo no pudo sino sonrojarse en gran manera y mirarlo con una profunda vergüenza —Kakashi sensei—, fue lo primero que dijo al verlo con toda la tranquilidad del mundo — ¿qué hace aquí? — preguntó con violencia y atropelladamente.

—Hum…, estaba preocupado porque no llegaste al entrenamiento y vine a ver si estabas bien.

Sakura sintió como si un tren hubiera pasado por ella, ¿desde cuando su sensei se preocupaba por ella?, ¿por qué no mando a los chicos, a Naruto, Sasuke o Sai?, ¿por qué tenía que ser precisamente él?, ¿por qué tenía que ser él el que se enterara de su nueva etapa en la vida?, de por si ya se sentía mal, ¿por qué tenía que ser él quien se enterara primero que todos?, ¿qué pensaría de ella en estos momentos?, él, a quién tanto estimaba, a quién tanto admiraba, a quién le debía tanto, ¿por qué él?, ¿por qué?

—Pues creo que ya sabe que no lo estoy del todo— soltó con pesadumbre y enorme pena, se dejó caer en el sillón de la estancia y colocó la cabeza entre sus manos.

—Si, ya veo—, contestó dejando las cosas en la mesa de estar.

Sakura sintió la mirada de su profesor y un sin fin de emociones le llegaron, ¿qué pensaría?, ¿qué le diría?, de seguro estaba pensando lo peor de ella, ya se esperaba un sermón y un montón de preguntas.

—Come bien, descansa, recuéstate—. Sakura se sorprendió, no se esperaba eso, al levantar la vista se encontró con que su sensei estaba en el umbral de la puerta, de espaldas —Te espero mañana en el campo de entrenamiento, no llegues tarde.

Y salió, se había ido, dejándola completamente sorprendida y confundida, sin poder seguir mirando por más tiempo la prueba de embarazo, tomó las cosas de la mesa y las arrojó al cesto de la basura. Como realmente no podía comer nada, pues su estómago estaba renuente al alimento, se retiró a la cama y decidió seguir las recomendaciones de su maestro, acostándose en el suave colchón. Estando ahí no pudo sino recordar como fue que iniciaron sus sospechas.

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Se encontraban regresando de una misión fastidiosa, de esas que prefería no haber ido, aburrida y cotidiana, aunque agradecía que hubiese sido así porque últimamente no se sentía muy bien que digamos, se sentía cansada, y con bastante sueño, su apetito cambiaba continuamente, a veces le daba un hambre atroz y en otras no podía probar un solo bocado de nada.

Por un momento pensó tener alguna enfermedad, quizás algún parásito o algo así, pero no encajaban del todo los síntomas, también le dolían las caderas y sus pechos estaban más que sensibles. Intrigada dedujo que la sintomatología no concordaba con la de los parásitos intestinales, así que debía de ser otra cosa.

Pensando en eso y yendo mas rezagada de lo normal, escuchó la estridente voz de Naruto gritándole que se apresurara, que querían comer, que estaba hambriento y un sin fin de mas quejas que no tenía ni el humor ni las ganas de escuchar, miró como los chicos se sentaban a comer y ella apresuró un poco el paso, cerca del tercer o cuarto paso sintió como si todo se le moviera, era un mareo, gracias a Dios estaba cerca de un árbol, así que logró apoyarse evitando caer.

—Hey Sakura, será mejor que te apures o me comeré todo— amenazó Naruto al verla apoyada en el árbol creyendo que estaba descansando, los otros jóvenes la miraron y asintieron, pero Kakashi solo la miró de soslayo por sobre el libro.

—¡Si, ya se! — gritó Sakura —, que caballerosos — agradeció que el suelo ya no se moviera tan amenazadoramente y caminó.

Después de su primer bocado realmente no pudo comer nada, al parecer la comida tenía un aroma y sabor tan desagradables que no podía siquiera imaginarlas dentro de su cuerpo — debe de estar muy condimentada—, pensó, además no ayudaba mucho tener por un costado a un monstruo devorador de ramen que ya hiba por su cuarta porción — ¿cómo es posible que coma tanto?

No pudo evitar ver con cara de desagrado a Uzumaki mientras aspiraba con deseo los fideos, no pudo evitar sentir grandes deseos de ir a un baño a expulsar lo poco que habia comido, pero como no habia baños, la única opción era un pequeño riachuelo que estaba relativamente cerca, sin poder evitarlo por mas tiempo se incorporo con rapidez —lo siento— dijo, y ante los ojos de sorpresa de todos se alejó al río donde expulsó eso que le desagradaba tanto.

Después de vomitar se sintió tan bien que suspiró completamente aliviada, se enjuagó la boca pensando que definitivamente no probaría ramen en un buen tiempo, al estarse lavando las manos se puso a analizar la extraña enfermedad que le acechaba, recaudando el mayor numero de síntomas y tratando de realizar un diagnóstico. Entonces sus ojos se abrieron con sorpresa al dar con un resultado en el cual todos los síntomas encajaban.

—No, no es posible—, sonrió con nerviosismo —, no claro que no, debo estar loca…, pero ¿y los mareos? …debieron ser por no comer bien —, se contestó con esperanzas — ¿ y el asco por la comida y las nauseas? …bueno no pueden culparme después de ver a Naruto comer así—, el desasosiego se incrementó al recordar que su periodo se había retrasado un poco —No, no, después de todo ya me ha pasado antes— se contestó, pero contrargumentó al recordar que siempre era muy regular.

Tenía esperanzas que con el estrés de las misiones le hubiese pasado como en aquella ocasión cuando su periodo se retrasó unos días, era probable, sobre todo porque nunca llevaba un control tan riguroso debido a que no tenía (o no habia tenido la necesidad de hacerlo), tal vez se había equivocado.

Eso debió ser, a decir verdad, ni recuerdo con exactitud el día exacto de mi anterior periodo—, quiso tranquilizarse, pero para su desafortunada suerte, una vocecita interior le constató que ella siempre habia sido muy puntual y que quizás, tal vez, podría ser, y era una pequeña posibilidad, que ese diagnóstico fuera el correcto.

Escuchando los llamados de sus compañeros de equipo logró despejarse un poco y se unió al viaje, durante el transcurso del cual esa "espinita" no la dejaba en paz, por un lado, se consolaba diciendo que no era posible, pero por otro se preocupaba diciéndose que tal vez si.

Después de un tiempo llegaron al gran bosque que rodeaba Konoha y saltando de árbol en árbol no podía quitarse ese desazón de la mente, ni siquiera la platica-pelea de Naruto y Sasuke lograban distraerla, ni los comentarios molestos de Sai, estaba demasiado apremiada, brincó de una rama hacia otro árbol, en la mitad del trayecto pudo ver como la distancia se hacía enorme y las hojas se volvían un torbellino muy, muy largo de color verde que se extendía infinitamente, lo último que escuchó fue su nombre en la voz de Sai, pero se escuchaba tan lejano que parecía que estuviera a varios metros o kilómetros de distancia, simplemente se desvaneció, literalmente, en el aire.

Cuando despertó miró como todos sus compañeros la miraban con cara de preocupación, ella se incorporó, la habían recostado en el suelo.

—¿Sakura chan, estas bien? — preguntó Naruto con su gesto preocupado.

—Si— dijo ella al tomar la mano que le extendiera Sasuke ayudándola a incorporarse— ¿por qué la pregunta?

—Pues como te desmayaste en pleno salto pensamos que no te sentías muy bien — dijo con sarcasmo el Uchiha.

—¿Me…me desmaye? — preguntó sorprendida.

—Si, de verás; nos diste un gran susto — cruzó los brazos, —por suerte Sai se dio cuenta y logró salvarte de un buen golpe— agregó.

—¿De verdad? —, preguntó, Sai asintió.

—Si no te sientes bien debiste habernos dicho, si estas enferma debiste haberlo reportado y no venir— recomendó el ex-anbu.

—No, no, estoy bien, es solo que…

—Eso te pasa por no comer bien, esas dietas te van a matar, de verás, no sé porque las mujeres son así.

Sakura se sintió muy contenta por el comentario de Naruto, pero fingió molestarse para que no sospecharan nada —¡pero es que estoy muy gorda! —, dijo molesta y Naruto la miró con desaprobación—, está bien, está bien, me alimentaré mejor — alegó moviendo las manos a los lados al ver como todos la veían con incredulidad.

—Hum…— Kakashi habia permanecido callado pensando en todo lo que a su alumna le habia pasado por los últimos días, era extraño, de no ser porque Sakura no tenía pareja o siquiera saliera con alguien (aunque si tenía pretendientes), él podía apostar a que ese desmayo y las nauseas no eran precisamente por estar a dieta —, aunque al ver comer a Naruto de esa forma a cualquiera le puede dar un dolor de estómago— pensó —sigamos—, ordenó simplemente, todos le obedecieron. Durante lo que quedaba de camino todos estuvieron pendientes de la kunoichi, ella agradeció a todos los cielos no volver a tener ningún otro percance.

En los días siguientes se sentía mas tranquila por el echo de que esos pequeños incidentes no se llevaban a cabo con tanta regularidad, ni en presencia de sus amigos, ni con ellos presente, eso no evitaba que se presentaran por las noches y las madrugadas, pero eso no le importaba mucho, lo que realmente le acongojaba era el retrazo de su menstruación, eso si que era algo para preocuparse.

Ese día no pudo presentarse en el entrenamiento, a parte de los malestares, la preocupación le quitaba cualquier pensamiento que no fuese el estar embarazada, y fue debido a ese desasosiego que se convenció a salir de una vez por todas de esa terrible agonía confirmándose o no la veracidad de sus sospechas, pero ¿cómo hacerlo? era demasiado tímida, sería algo muy vergonzoso pedir una opinión de otro médico, sobre todo si son tus compañeros de clases, tu maestra, amigos de tu padre y, para complicarlo más, todo el mundo del hospital te conoce.

Suspiró desanimada, después de todo ser la alumna del mejor ninja médico y hokage también tenía sus desventajas, ni siquiera un dolor de estómago era ignorado, ni que decir de la vez cuando le dio diarrea por comer algo en la calle y todo el nosocomio y las vecinas se enteraron, fue la peor vergüenza que habia pasado, nada pasaba desapercibido en ese hospital ni en los alrededores.

A veces le fastidiaba que las enfermeras, vecinas y algunas kunoichis sin mucho talento, y sin menos que hacer, fueran tan entrometidas, ni pensar eso de ir y preguntar si estaba embarazada; entonces la gran y bendita opción de una práctica y accesible prueba de embarazo que se compra en cualquier botica o farmacia le pareció de lo mas brillante, fue cuando agradeció mentalmente a la brillante mente que ideó ese sencillo test, ¿cómo se llamaría?, de seguro debió ser una mujer en aprietos, sin preguntarse mas se acercó a la farmacia mas cercana, pero al ver como algunos aldeanos la conocían y saludaban no se animó a hacerlo.

—Demonios—, refunfuñó saliendo del establecimiento, las puertas se cerraron automáticamente detrás de ella; al llegar al lugar y ver al señor que amablemente le dijo que si que deseaba no pudo sino decir que simplemente quería una pasta de dientes. Suspiró —bueno, esto también lo necesito—, caminó un poco y se detuvo en la pared de un edificio — Si tan solo hubiese una forma de pasar desapercibida.

—¡ Kya! ¿acaso se te quemaron las neuronas?

—Gracias, por tu apoyo, pero es el momento menos oportuno para insultarme.

—Idiota, yo sólo quiero ayudarnos.

—Pues vaya que encontraste una buena manera, a ver dime.

—Somos ninjas, ¿recuerdas?

—¡Oh inner eres genial!, si pudiera te besaría.

Lo se, lo se, que harías sin mi chica.

Fue así como se adentró en un pasillo y realizó el jutsu de transformación adquiriendo la apariencia de alguna mujer anónima, ajena a la aldea y a quienes todos ignoraban, sin embargo, el tener la imagen de alguien completamente distinto no impidió que a la hora de pedir la prueba el sonrojo y nerviosismo dominaran sus acciones, el señor del lugar solo sonrió y le entregó el tan añorado test, lo tomó y presurosamente salió rumbo a su departamento, a unas cuadras deshizo su jutsu y entró al edificio. Le tomó algunos momentos decidirse, pero después de unos cuantos minutos de pensarlo pudo hacerlo.

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—Un hijo—, dijo con un susurro llevándose la mano al aún plano vientre, sin duda alguna con temor y un sentimiento extraño, mezcla de frustración, tristeza y nerviosismo y, muy dentro de ella, alegría, se preguntó qué sería de ella de ahora en adelante, ¿cómo es que enfrentaría la situación ella sola?

Nunca en toda su vida pensó que sería madre a sus 21 años y estando soltera, definitivamente no era muy alentador, además ¿qué pasaría con su carrera?, se acababa de finalizar en el arte del ninjutsu médico y Tsunade se sentía muy orgullosa, tenía además relativamente poco de subir de rango, todos la felicitaban y decían que le esperaba una brillante carrera, pero y ahora ¿qué pensarían ellos, cómo luchar al estar embarazada y sola?, ¿cómo replantearte una vida?, y todo por ese momento, todo por ese instante, realmente ella no se merecía quedar embarazada en su primera vez, ¡por Dios! fue su primera vez y quedar embarazada, si que tenía mala suerte.

—¿Qué voy a hacer? —, se cuestionó en murmullos con un terrible nudo en la garganta, unas cuantas lágrimas se asomaron en sus ojos y corrieron con libertad por sus suaves mejillas; tenía miedo, mucho miedo, además las cosas se habían complicado, para su muy mala suerte su sensei se habia enterado de su estado, ¿estaría molesto con ella?, pensando y pensando se quedó dormida.

Al día siguiente Sakura llegó puntual al campo de entrenamiento, sabía que él llegaría tarde, siempre llegaba tarde, y, la verdad, por primera vez no se sentía enojada por la falta de puntualidad de su profesor, lo que si le parecía muy extraño es que sus compañeros no llegaran a tiempo, eso si era raro.

Ya habían pasado poco mas de una hora y recargada en un árbol sintió la terrible necesidad de comer un pastelillo, de esos que a tempranas horas de la mañana el señor Fong horneaba en la panadería de la esquina, casi podía oler y sentir la suave textura del pan, ¡oh si!, lo añoraba muchísimo, suspiró.

—¡Quiero un panecillo! — gritó apuñando las manos y provocando que unas aves volaran ante su alarido —, de preferencia con nuez, no, no, mejor uno con pequeños pedacitos de chocolate, o los dos —, suspiró— demonios, y tengo que esperar a Kakashi sensei— suspirando se dejo caer sentándose en el pasto y arrancando parte la verde grama que crecía alrededor, sin otro pensamiento mas que los dulces, esponjosos y extremadamente antojables panecillos en la vitrina de la panadería.

Fue así como revisando su reloj se dio cuenta de que ya faltaban escasos 10 minutos para que se cumplieran las dos horas de esperar a su sensei, de quien ni señas y ni rastro había, tampoco de sus compañeros.

—Demonios, de haber sabido—, arrojó una varita del árbol y maldijo a sus compañeros por no llegar, de estar ahí no dudaría en mandarlos a comprar su tan añorado pan —Kakashi sensei ¿por qué tarda tanto? —, dijo con un puchero molesto.

Una nube de humo apareció y de él salió el antes aludido shinobi, la saludó con su mano extendida —hola, soy yo.

Sakura estaba tan malhumorada a causa de su frustrado antojo que solo refunfuño — ¿y qué le pasó ahora?, ¿un gato negro se le atravesó y le dio mala suerte?, ¿se perdió por los senderos de la vida o una viejita le pidió que la cargará? —, preguntó con sarcasmo sin mirarlo siquiera.

—No, simplemente estaba por llegar cuando decidí regresar por esto— un dulce y suave aroma llegó hasta su olfato llenándola por completo, subió la vista y miró como su sensei cargaba una bolsa de papel.

—¡Ah! —, gritó sumamente alegre, los ojos de Sakura brillaron a mas no poder y no dudo en prácticamente arrebatarle de las manos la bolsa y en un rápido movimiento ya estaba masticando el dulce bollo de nuez.

—Claro Sakura, puedes agarrar el que quieras, come — dijo el ninja sorprendido y hasta asustado por su apetito, ella devoraba con premura y al borde del éxtasis los panecillos — creo que es peligroso pedirle alguno, no mejor después compró uno para mi— pensó al ver como la chica acababa con todos.

Después de unos minutos Kakashi carraspeó llamando la atención de su ocupada alumna, tenía la mitad del último panecillo en la mano y al verlo no pudo sino darse cuenta de que habia acabado con las provisiones de su maestro —Ah…, ¿gusta? — preguntó sólo por cortesía, sin ganas de compartir.

—No, gracias.

—Ok—, sin más terminó con el pan de un solo bocado causando.

—Ya te sientes mejor, supongo— dijo sentándose a un lado de la chica.

—Eh si..., ¿por qué?

—Hum, he escuchado que una mujer en tu estado debe de comer bien.

—Si— Sakura recordó — "estaba por llegar cuando decidí regresar por esto"— fue entonces que se dio cuenta — él regreso por eso, entonces me escuchó… gracias – dijo sonrojada al darse cuenta de que fue muy despistada al no darse cuenta de que Kakashi tardó un poco más al ir a comprar los bollos sólo para cumplirle su antojo —Kakashi sensei…

—Hum.

— ¿Dónde están el capitán Yamato, Naruto, Sai y Sasuke?

—Ah…ellos – dijo el shinobi mirando el cielo —, les di el día libre.

—¿Qué?, ¿por qué?

—Porque la prioridad en este momento eres tú.

—Sensei—, bajó la vista y miró el pasto y nuevamente arrancó en un intento de distraerse.

—Supongo que no has considerado…—Sakura lo miró de nuevo —, tu sabes, deshacerte de él— una ráfaga de viento pasó meciendo sus cabellos.

Sakura lo observó estupefacta, era verdad que había sido duro enfrentar eso sola, y también que le esperaba muchas cosas complicadas, pero nunca le pasó por la cabeza deshacerse del bebé.

—No vuelva a repetir eso, por favor – dijo con desdén tocándose el vientre, como protegiéndolo — me insulta— dijo con rencor y miró a su profesor, su mirada cambió a una de sorpresa y confusión, él estaba sonriendo.

—Perdona, no lo volveré a mencionar — contestó con tranquilidad.

Kakashi sabía que su alumna realmente no sería capaz de algo así, sólo lo menciono para ver su reacción. Que feliz se sentía, que orgulloso se sintió de la joven kunoichi a la que había entrenado por esos años, era valiente, sería una buena madre.

Sakura estaba confundida, ¿por qué le preguntaría algo así?, Kakashi sensei no le propondría un aborto ¿no?, además, ¿por qué sonreía ante su contestación?, era como si el ya supiera de antemano su respuesta, definitivamente su sensei era extraño y misterioso, quizás nunca sabría o por lo menos tendría una leve idea de lo que pasaba por la mente de Hatake Kakashi.

—¿Quién es? —, preguntó después de unos momentos que a la kunoichi le parecieron eternos.

—¿Quién?, ¿quién qué? —, respondió dudosa mirando el perfil de su sensei, él seguía con la vista en el cielo.

—¿Quién es el padre? —preguntó de nuevo, bajó la vista para mirarla cara a cara.

Sakura lo miró por unos momentos totalmente sorprendida, con tristeza bajó la vista al césped que había dejado de cortar por lo menos unos instantes – Mi hijo…— se tocó el vientre —, mi hijo no tiene padre— dijo con tristeza, sin poder observarlo.

Kakashi bajó la vista al césped y una alegría extraña le invadió al ver a Sakura tocarse el vientre y decir "mi hijo", alegría que se transformó en pena al verla tan triste al escuchar "no tiene padre".

—De ahora en adelante quedas suspendida de mi equipo.

—¿Qué?

—Que quedas suspendida.

—Si lo escuche bien— dijo molesta —¿pero por qué?

—No dejaré que vayas a misiones en tu estado— dijo con seriedad.

Realmente estaba confundida y molesta, ¿acaso su sensei la marginaría solo por estar embarazada? —pe...pero.

—Pero nada… —dijo con tranquilidad y autoridad —, no quiero que les pase algo, no es bueno, ni seguro que viajes así, es peligroso.

—Pe…pero…

—Fue irresponsable de tu parte exponerte de esa forma en la misión pasada, ¿acaso no recuerdas que estuviste a punto de sufrir un accidente? —dijo con un tono molesto y serio, Sakura recordó como estuvo a punto de caer desde los árboles y solo bajó la cara avergonzada al darse cuenta de que su sensei solo se preocupaba por ella —, no quiero que vuelva a pasar algo así.

—Está bien, sensei, pero es…es que...yo no sabía aún que estaba…— sintió como surgió el rubor. Así permanecieron en silencio hasta que Kakashi se incorporó para retirarse.

—Hum… —, suspiró y le tendió una mano que, a Sakura, ella la tomó con confusión, y se incorporó con su ayuda, Kakashi se encaminó unos pasos frente a ella y le dijo —vamos.

—¿A dónde?

—Iremos con Tsunade sama— le contestó con su tono despreocupado.

—¿Qué, para qué? — preguntó nerviosa.

—Para comentarle de la situación.

—Pe…pero sensei…

—Vamos— dijo con autoridad, con ese tono de voz que no acepta refutaciones.

—Bien— contestó resignada, tenía un gran torbellino de emociones y cuestiones en su atormentada cabeza, así que solo lo siguió.

—Adelante— dijo la mandamás dispuesta a recibir en esos momentos a quien fuera con tal de no seguir con sus ojos sobre la montaña de papeles que Shizune le trajo en su última intromisión a la oficina —oh, adelante Sakura, Kakashi, ¿a qué debo su visita?

Ambos entraron y se colocaron como siempre, frente a la quinta uno al lado del otro, la kunoichi echa un manojo de nervios y sin poder mirar a los ojos a la hokage, y el shinobi con su semblante tranquilo y despreocupado.

—¿Y bien? — preguntó la quinta.

—Esto…— dijo Kakashi sin saber muy bien por donde iniciar —Tsunade sama…— miró a Sakura y al verla ahí parada tan nerviosa, casi temblorosa, con sus manos en la ropa, supo que tenía que ser rápido, no era bueno para el bebé recibir tanto estrés —, quiero informarle que Sakura estará suspendida de mi equipo por un buen tiempo.

—¿Y a qué debo esa decisión? — preguntó con un tono de incredulidad, diversión y sarcasmo —¿cuál es el motivo?

—Hum, no es bueno que una mujer embarazada ande brincando de árbol en árbol — dijo sin muchos preámbulos, Haruno abrió los ojos sorprendida pensando que su maestro no tenía mucho tacto.

—Pero Kakashi, Sakura no esta emba…— miró a su alumna, Sakura estaba completamente sonrojada, mirando el suelo, temblorosa y apunto de ceder a las lágrimas —…razada—finalizó con un hilito de voz, pausó sorprendida —¿tengo razón, verdad Sakura?, ¿tú no estás embarazada, o si? — preguntó con seriedad. La pobre y temblorosa aludida no respondía, parecía estar completamente ajena a la conversación. —Sakura— habló con voz severa, pero su llamado no logró levantar el semblante de su alumna — Sakura—, dijo con una voz más fuerte, incorporándose poniendo sus manos en el escritorio —, mírame y dime si Kakashi tiene o no tiene razón.

—La... la tiene—, contestó sin siquiera poder levantar el rostro, de haberlo echo hubiera visto como Tsunade estaba completamente sorprendida, con la boca ligeramente abierta y sin poder creer lo que pasaba.

Tsunade suspiró profundamente, tratando de controlarse, se dejó caer en la silla, estaba molesta, sumamente molesta —¿Cuánto tienes? —, preguntó llevándose una mano a la sien, casi podía sentir el dolor de cabeza surgiendo de la nada.

—Cre...creo qu semanas.

Kakashi recordó que en ese tiempo habían ido a una misión, al finalizarla y para festejar la victoria, fueron a un bar; Hatake bajó el semblante con tristeza, ahora comprendía más — "mi hijo no tiene padre"

—Supongo que ya no importa ni tiene caso decirte que actuaste de una manera estúpida e inconsciente —, la quinta sonaba dura y enojada, Sakura se sentía mal, muy mal —, que debiste haber puesto mas atención en tus clases de sexualidad.

Estaba cada vez más nerviosa y se sentía peor, como si las palabras de Tsunade le lastimaran más que cualquier cosa; la había defraudado, la desilusionado tan tontamente que no podía soportar sus palabras, Tsunade shishuo era para ella una persona muy importante, recibir sus reprimendas siempre le dolían mucho.

Kakashi la miró tan quebradiza, tan sola, tan afectada, tan frágil, que no pudo evitar sentirse un poco enojado consigo mismo por haber aceptado ir, darles permiso, beber y retirarse dejándola en ese bar, también se sentía molesto con la quinta por ser tan poco sutil, aunque, en realidad, la hokage se estaba conteniendo mucho.

—¿Quién fue el que te hizo eso? —, preguntó con su tono implacable, Sakura pareció haberse alterado mas con solo escuchar esa pregunta.

"Mi hijo no tiene padre" —recordó Kakashi.

—¿Quién es? — cuestionó Tsunade levantando su tono de voz, la negativa y nerviosismo de Sakura no le daba buena espina.

Sakura tembló nerviosa y a punto de ceder a las lágrimas —Tsu…

—Yo— Sakura y Tsunade no podían creer lo que Kakashi acababa de decir, ambas lo veían tan admiradas que era evidente que no se esperaban eso. Tsunade estaba sorprendida y Sakura estaba por perder la guerra contra los nervios y el llanto, pero se contuvo cuando sintió como su Kakashi la tomó de la mano y sonriendo dijo —yo soy el padre.

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Saludos desde Sinaloa, México.

Hola, acá con el primer episodio de "Papá sustituto", este fic es muy amado para mí, en realidad todos, pero este fic me da tanta ternura y nostalgia… le agradezco a Kattarina que no ha dejado de preguntarme cuando subia esta tierna historia, pues bien, acá está, espero que los lectores aun la recuerden y que a los nuevos lectores les guste.

Saludos.

Nota original:

Hola, hola, aquí con esta nueva historia, como si tuera tanto tiempo libre, jejej ., espero sus comentarios. La verdad estaba indecisa si publicar o no mas historias, es que tengo muchas en mi cabecita, pero con eso de la falta de tiempo y como me tardo en publicar pues estaba dudando si hacerlo o no, pero bueno, no pude resistir ante la tentación de ventilar y escribir esta historia, jejeje.

Espero su apoyo y su ayuda con sus comentarios que me ayudan tanto en la redacción, bueno ya no digo mas, me despido enviándoles un abrazo y que dios me los cuide.

Hasta pronto.