Nota de autor: está es mi primera historia de Danny phantom, agradezco a Cthulhu rex, emyy250 y Martinseg por ayudarme, y la historia tiene lugar después de los eventos de phantom planet.
Eros, la fantasma del amor, flotando en su reino de corazones y flores, se frotaba la barbilla con una expresión pensativa. "Necesito un plan", murmuró, sus ojos brillando con una intensidad mágica. "¿Cómo puedo ayudar a Paulina a conseguir a Danny? Y más importante, ¿cómo puedo evitar que su futuro se convierta en una tragedia?".
En ese momento, una figura fantasmal se materializó frente a ella. Clockwork, el maestro del tiempo, con su capa violeta y su mirada roja penetrante, se cernía sobre Eros. "¿Sigues decidida a cambiar el pasado?", preguntó Clockwork, su voz grave resonando en el aire.
"Sí, Clockwork. Estoy segura de que puedo ayudar a Paulina. Ella solo necesita una segunda oportunidad, una oportunidad de cambiar las cosas para que su futuro no sea tan doloroso", respondió Eros, con determinación.
Clockwork suspiró. "Eros, ya sabes que no puedes evitar que el tiempo fluya de manera natural. Tienes que recordar que tus intentos anteriores han terminado en desastres. Has fallado en romances emblemáticos: Romeo y Julieta, cuyos destinos estaban marcados por la tragedia; Píramo y Tisbe, cuyas muertes fueron el trágico culminar de un malentendido; Orfeo y Eurídice, separados por la misma muerte; y Tristán e Isolda, donde su amor fue aplastado por la guerra y la ley. La tragedia siempre ha sido su destino, y no puedes interferir".
Eros hizo un gesto de resignación. "Es cierto, Clockwork. Esos fueron mis primeros intentos, mis errores del pasado. Ahora soy mucho mejor en mi trabajo, puedo manipular la realidad de manera más sutil, casi imperceptible. Pero Paulina no es como ellos. Ella merece una oportunidad".
"Mis palabras son serias, Eros. Aunque ahora actúas con más sutileza, tus intervenciones pueden provocar efectos en cadena impredecibles, consecuencias catastróficas que incluso yo no puedo prever. A veces, el tiempo debe seguir su curso, por doloroso que sea. La vida está llena de lecciones que debemos aprender, y no puedo interferir en ese proceso", explicó Clockwork, su tono firme pero comprensivo.
Eros asintió, aceptando el razonamiento de Clockwork. "Lo entiendo, Clockwork. Pero aún así, me siento llamada a ayudar a Paulina. Ella necesita una segunda oportunidad para encontrar la felicidad".
Clockwork se encogió de hombros. "Eso es decisión tuya, Eros. Pero recuerda, no puedo interferir. Tu poder es mucho más grande que el mío, pero no es ilimitado. Sé cuidadosa".
Con un último destello de luz, Clockwork desapareció, dejando a Eros sola en su reino. En su interior ardía un fuego de determinación; ella tenía un plan, uno que no podía compartir con Clockwork. Un plan que dependía de su habilidad para manipular los recuerdos y controlar la percepción de la realidad.
En la casa de Paulina, la cena familiar se convertía en un extraño juego de roles. Los padres de Paulina, sin saber que Paula era realmente su hija del futuro, la trataban con una mezcla de cariño y curiosidad.
"Paula, querida, ¿en qué trabajan tus padres?", preguntó el padre de Paulina, cuyo nombre era Ricardo, su voz llena de interés.
Paula, con una sonrisa nerviosa, inventó una historia que creyó que sería convincente. "Mi madre es azafata y estilista amateur, y mi padre es un consultor itinerante. Viajan mucho, así que no los veo con mucha frecuencia".
Los padres de Paulina, cuyos nombres eran Mariana y Ricardo, aceptaron su respuesta sin sospechas. Paula incluso fingió hablar por teléfono con sus padres, imitando las voces de ambos para hacer creer que estaban realmente hablando. Cuando Ricardo y Mariana intentaron pedirle que les pasara el teléfono para hablar con ellos, Paula fingió que la llamada se cortó.
Un minuto después, el teléfono de Paula volvió a sonar. Ella lo contestó, y en la línea escuchó la voz de Eros. "¡Paula, ahora!", susurró Eros, su voz llena de emoción. "Finge que hablas con tus padres. Puedo imitar cualquier voz. Te ayudaré a convencer a tus 'tíos'".
Paula se sorprendió, pero luego asintió. "De acuerdo, Eros, ¿qué quieres que haga?".
Eros, con una habilidad asombrosa, imitó las voces de los padres de Paula, quienes en realidad no existían. Paula, con el teléfono en la mano, le pasó el dispositivo a sus "tíos".
"¿Mariana? ¿Ricardo?", preguntó Eros, imitando la voz de la madre de Paula, con un tono lleno de cariño en su voz. "Hola Ricardo, hola Mariana. Soy Francesca, quería saber cómo están y cómo está Paula... Sí, estoy bien, la comida aquí es deliciosa...".
Eros, cambiando de voz, ahora imitó la voz del padre de Paula, Rodrigo. "Claro, Ricardo, con gusto hablamos más tarde. Adios, Mariana, hasta pronto".
Ricardo y Mariana, sin sospechar nada, se despidieron de su "hermana" y "cuñados", y Eros, fingiendo ser la madre de Paula, se despidió de su "hermana", "cuñado", "hija" y "sobrina" antes de colgar el teléfono. Sin saberlo, Ricardo y Mariana comenzaron a tratar a Paula como a su propia hija. Sin embargo, Ricardo, notando la extraña situación, se aclaró la garganta. "Mariana, ¿no te parece que estamos siendo demasiado cariñosos con Paula? Es la prima de Paulina, no nuestra hija".
Mariana, sintiéndose un poco incómoda, asintió. "Tienes razón. Es extraño, me siento como si la conociera de toda la vida".
Ricardo y Mariana intercambiaron miradas nerviosas, ambos conscientes de que algo no estaba bien, pero sin saber cómo explicar la extraña sensación. Decidieron no darle mayor importancia al asunto, al menos por ahora, y simplemente mantener una cierta distancia con Paula.
Una vez que Ricardo y Mariana se retiraron a sus habitaciones, Eros se materializó frente a Paula y Paulina, con una sonrisa enigmática.
"Bueno, chicas, ya está hecho. Tus padres no sospechan nada. Ahora, tenemos que centrarnos en Danny", dijo Eros, su tono vuelto más grave, como si la tensión del momento la atravesara.
"¿Crees que funcionará?", preguntó Paula, con incertidumbre palpando su voz.
"Por supuesto que sí", respondió Eros, pero su voz cargaba un eco de la historia. "Soy Eros, la diosa del amor. Puedo ayudar a cualquier pareja, sin importar cuán difícil sea su situación. Pero tengo que advertirte, no todos los amores son sencillos de enmendar. He tenido mis fracasos, como en el caso de Romeo y Julieta, o el desenlace trágico de Píramo y Tisbe, quienes se quitaron la vida por amor, y Orfeo y Eurídice, separados por la muerte misma. El amor de Tristán e Isolda fue prohibido por la guerra y la ley, un amor que nunca pudo encontrar su camino. Aunque he ayudado a miles de parejas a encontrar la felicidad, esos fracasos son lecciones importantes que no debo olvidar. El amor, a veces, puede ser el camino más doloroso".
Paulina y Paula se sorprendieron al escuchar la historia de Eros. ¿Romeo y Julieta eran reales? ¿No solo personajes de un libro? Eros, con una sonrisa melancólica, asintió. "Sí, son reales. Y aunque no puedo cambiar el pasado, puedo ayudarles a tener un futuro mejor".
Eros miró fijamente a las dos Paulinas, sus ojos brillando con una luz mágica, pero el aire se llenaba de tensión. "¿Qué haremos ahora? ¿Cómo convenceremos a Danny?", preguntó, su voz entrecortándose por la gravedad de la situación.
Paulina, con una mirada de esperanza, tomó la mano de Paula. "No lo sé, Eros. Pero juntas, encontraremos la manera. Tenemos que hacer que Danny nos crea, que entienda que nuestro amor es auténtico".
Eros sonrió, pero había en su expresión una sombra de inquietud. "Confío en ustedes, chicas. Juntas, pueden cambiar el destino, pero recuerden—el camino al amor está lleno de incertidumbres, y cada paso que dan podría ser crucial".
"Continuará..."
Nota de autor: que les pareció, comenten porfavor, y Eros quiso decir que hay cosas del pasado que son difíciles de cambiar, por cierto quisiera hacer un cómic de esta historia pero no soy bueno dibujando, si alguien está interesado en ayudarme a convertirla en un comic y lo puede hacer sin cobrar (no es que no quiera pagar es que no puedo) mándeme un mensaje privado.
