Personajes de la Serie Web "Helluva Boss" de Vivziepop.

Contenido: Stolitz, línea alternativa de posible canon

Fan art de la portada: zero_lawliet

Abrázame por Siempre

Blitzo movía los sartenes colocados en la estufa de la cocina del palacio real. Uno de ellos preparaba unos hot cakes y el otro freía ratones muertos.

A pesar de que su cuerpo reaccionaba en automático debido a que desde pequeño se acostumbró a prepararse su comida solo, su mente y pensamientos estaban divagando alejándolo de la cocina de su hogar.

Desde hacía meses tenía un plan que pasaba por su cabeza impidiéndole concentrarse en su vida cotidiana. Sólo había conversado ese tema con un demonio en todo el infierno, pero sabía que tarde o temprano tendría que conversarlo con quien compartía su vida.

Siempre se sentía temeroso al hablar de temas complicados, aunque sentía plena confianza en su marido con el que ya llevaba dos años casado. Conversar nunca le fue fácil, si bien aprendió a hacerlo no podía evitar sentirse incómodo con ciertos asuntos.

Un suspiro salió de su boca mientras continuaba preparando el desayuno.

-Tengo que hablar con Stolas-dijo para sí mismo, ensimismado en sus ideas.

-¿Hablar de qué?

La voz de Stolas hizo que Blitzo se sobresaltara por el susto al punto de que, accidentalmente, golpeó el mango de uno de los sartenes haciendo que este cayera al suelo derramando su contenido.

-¡Aaaggrr, me lleva la chingada!-gritó Blitzo enojado golpeando el piso con el pie.

-¿Estás bien, amor?

Stolas se acercó a Blitzo, sin prestar atención a la comida esparcida en el suelo, agachándose para estar a la altura de su esposo. Lo inspeccionó de arriba abajo, pasando sus manos por el rostro, manos y brazos de Blitzo con preocupación y consternación.

-¿No te quemaste? ¿Te pegó el sartén directamente?

-Estoy bien, Stols-dijo Blitzo con desanimo.

Su actitud fría se debía al hecho de haber estropeado su propio desayuno.

-Deja que yo me encargue de esto-dijo Stolas indicándole al imp que se alejara de la estufa.

Empujó ligeramente a Blitzo animándolo a retirarse mientras él se agachaba a recoger el sartén y los hot cakes tirados en el piso.

-Quería hacerlo yo mismo hoy-comentó Blitzo girando sobre sí en dirección a su esposo.

-Déjame ayudarte, cariño.

La petición afectuosa de Stolas suavizó el corazón de Blitzo que sonrió de medio lado. Cuando Stolas decidía algo era firme en sus convicciones y sabía que su deseo era ayudarlo en las tareas de hogar.

-De acuerdo, pero yo preparo el café-agregó Blitzo caminando hacia la cafetera ubicada en el otro lado de la cocina.

Stolas apagó la lumbre de la estufa donde se encontraba el sartén con los ratones muertos. Sonrió para sí mismo, con ternura, al ver a dichos animales freídos y casi listos para comerse.

-Te agradezco que prepares mis ratones, querido.

Mientras hablaba, Stolas limpió rápidamente el suelo con una escoba y un recogedor ubicados al lado del refrigerador, tirando en el bote de basura la comida desperdiciada.

-Quería aprovechar que desperté primero para encargarme del desayuno, pero ya ves que no se pudo-dijo Blitzo metiendo los granos de café en la cafetera.

-Sabes que los ratones los puedo comer sin necesidad de freírlos-habló Stolas con sutileza.

Aprovechó para abrir el refri y sacar un pedazo de carne que entregó a su planta carnívora.

-Sí, pero quería hacer algo por ti ya que también los comes asados-respondió Blitzo limpiando las tazas de ambos para tomar café.

-Entiendo que quieras atenderme, pero me da miedo que te lastimes cocinando cuando estás tenso.

Blitzo detuvo en seco sus acciones, comprendiendo que ya era muy evidente que algo lo tenía inquieto. Tragó un poco de saliva y giró sobre su hombro.

-¿Cómo sabes que estoy tenso?

-Te conozco lo suficiente como para saber que si te asusté por hablar es porque algo te perturba-comentó Stolas sacando un sartén nuevo y colocándolo en la estufa.

Blitzo agachó la cabeza con pesadez. No podía seguir ocultando lo que llevaba algunos meses meditando y reflexionando.

Lo había conversado con Loona desde aproximadamente 3 meses, así que consideraba que quizá ya era tiempo de hablarlo con su marido.

Suspiró con resignación, buscando las palabras que usaría para tocar el tema con el príncipe búho.

Stolas escuchó el suspiro de Blitzo mientras echaba la masa para hot cakes en el sartén y sintió una punzada en su corazón. Cuando Blitzo actuaba así era porque quería decir algo importante y no sabía cómo iniciar la conversación.

A pesar de que habían sido novios durante bastantes años y llevaban 2 siendo esposos, Stolas entendía que para Blitzo hablar de temas relacionados al matrimonio y la relación le resultaban complicados, así que debía ser algo con respecto a ellos como pareja.

Un escalofrío le recorrió la espalda; para Stolas también era difícil hablar sobre asuntos maritales o de noviazgo, pero había aprendido que en una pareja era importante comunicarse de la manera correcta, es decir, amorosa, abierta, flexible y comprensiva con el otro.

Intentó mantenerse sereno para no perturbar más a Blitzo, respiró hondo y continúo preparando el desayuno de su marido.

-¿Quieres platicar primero o desayunar?

-Mejor el desayuno primero-respondió enseguida Blitzo.

Stolas sonrió y prosiguió con su labor doméstica. Por otra parte, Blitzo vertió el café en las tazas y se sentó en la mesa de la cocina colocando la taza con el símbolo de los Ars Goetia en el lado de Stolas, y su taza con la frase "Boss Bitch" en su lado.

Unos minutos después llegó Stolas con los hot cakes y los ratones servidos en sus respectivos platos y se sentó al lado de su marido. Por la postura de su cuerpo se podía notar que estaba un poco preocupado, lo que alertó a Blitzo así que, con la intención de calmarlo, le tomó la mano afectuosamente.

-No te asustes-habló suave y cariñosamente-. No es nada de qué preocuparse.

Stolas le devolvió la sonrisa con un dejo de alivio. En respuesta, posó su mano sobre la de Blitzo que apretaba la suya.

-Gracias por calmarme, Blitzy.

-No sé porque te asustas tanto cuando quiero hablar de algo importante para nosotros-dijo Blitzo sonriendo francamente.

-Siento temor de no ser un buen esposo para ti-dijo Stolas soltando su agarre para tomar entre sus dedos uno de los ratones asados.

-Eres una gran pareja, Stols-afirmó Blitzo partiendo sus hot cakes.

-Si, pero he cometido muchos errores contigo y con Via así que el temor a volver a lastimarlos me persigue cuando las cosas se ponen serias.

Al oír aquello, Blitzo detuvo a medio camino de su boca el bocado que iba a darle a su hot cakes, perturbado por las palabras de Stolas.

-¿Por qué mencionas a Octavia?-preguntó con curiosidad.

-Porque la herí mucho, así como a ti-comentó Stolas con tristeza-. Ustedes son los que más quiero en todo el mundo y les hice mucho daño creyendo que les demostraba mi amor.

Blitzo permaneció callado, sin animarse a dar bocados a su comida. El hecho de que Stolas mencionara a Via justo en ese momento lo hizo reconsiderar si debía hablar con Stolas sobre el deseo que llenaba su mente y corazón los meses recientes.

No era un asunto sencillo, pero lo consideraba importante en su relación con Stolas así que debía hablarlo con él. No obstante, su inseguridad aumentó al ver que Stolas seguía afectado por el pasado con Via y los errores que había cometido con sus seres queridos.

Sin notarlo, se sumergió en sus pensamientos sin prestar atención a su alrededor, con la mirada perdida en el plato con sus hot cakes cortados en varios pedazos.

Como si sintiera en su corazón que algo perturbaba a su imp, Stolas terminó de comer uno de sus ratones y volteó a ver a Blitzo, notando su ensimismamiento. Frunció el ceño con confusión, pero enseguida supo que algo le sucedía a Blitzo ya que conocía su comportamiento cuando estaba perturbado internamente.

-Mi amor…-llamó al imp, extendió su brazo y le tocó el hombro.

Blitzo dio un brinco en su asiento, saliendo de su propia mente, miró a su esposo que mostraba angustia.

-Perdón, Stols-fue lo único que pudo decir Blitzo.

-No estás bien-aseveró Stolas-. Estás demasiado tenso y estoy seguro que es algo que te estás guardando desde hace tiempo.

Blitzo no supo qué decir, así que sólo pudo mirar a Stolas sin hablar durante algunos segundos procesando los acontecimientos recientes.

-Siempre me descubres-fue lo único que salió de sus labios.

-Eres mi esposo-dijo Stolas comprensivamente-. Sé cuándo estás acongojado.

"No me gusta verte sufrir, por eso prefiero que hables conmigo y no te guardes las cosas".

El corazón de Blitzo se conmovió por dentro, así que le sonrió con ternura.

-Eres muy atento, Stols.

-Supongo que lo aprendí al estar contigo.

Stolas se encogió de hombros al decir la última frase. Era perfectamente consciente que años atrás no fue alguien muy cuidadoso con las personas que le importaban, es decir, con su hija y su amante. Si bien ahora tenía una buena relación Octavia y Blitzo se había convertido en su esposo después de un noviazgo largo, en ocasiones temía recaer en sus actitudes pasadas con ambos o incluso con Loona, Millie y Moxxie a quienes también tuvo que aprender a comprender al desarrollar empatía.

Hubo silencio en la cocina durante algunos segundos, ambos mirándose fijamente.

-¿Te urge mucho hablarlo conmigo?-preguntó Stolas.

-Un poco-aseguró Blitzo-. Es algo importante para mí y quiero saber tu opinión.

-Cuando hablamos de cosas importantes detenemos nuestras actividades. Me preocupa que no desayunes si nos ponemos a conversar en este momento.

La preocupación de Stolas era sincera. Siempre se aseguraba de que Blitzo comiera antes de salir a algún lugar o cuando querían discutir sobre algo de suma importancia.

-Fue mi culpa al dejarme llevar por mi imaginación-comentó Blitzo volviendo a coger un pedazo de hot cake con el tenedor.

-Terminamos de desayunar y a platicar-sentenció Stolas con el dedo levantado.

-¡Bingo!-respondió Blitzo levantando el pulgar y guiñándole el ojo a su marido.

Los dos soltaron unas risitas divertidas y continuaron disfrutando de sus alimentos esta vez más relajados que antes.

Pasados unos cuantos minutos, los platos de cada uno ya estaban vacíos.

-Ahora sí podemos charlar-dijo Stolas con ánimo, juntando sus manos con un dejo de alegría.

-Ya no te veo asustado por conversar conmigo-comentó Blitzo dando un último sorbo a su café.

-Tengo un poco de nervios, pero sí tú dices que no me debo preocupar, te creeré.

El corazón de Blitzo se llenó de ternura internamente al ver la confianza de Stolas en él.

-No es algo malo, pero no sé qué pienses de mi idea.

Stolas dejó de sonreír y puso una expresión neutral.

-¿Qué te acongoja, querido?

Blitzo se encogió de hombros y se rascó la cabeza, meditando las palabras antes de pronunciarlas para comunicar bien su plan.

-Bueno…pues…he estado pensando mucho sobre esto…

Stolas tragó saliva, evitando moverse para que no se notara que se sentía nervioso y así no alterar a su pareja.

-Yo…quiero…

Finalmente, Blitzo alzó la mirada, enfocándola en el príncipe búho y respiró hondo para darse valor.

-Me gustaría que tuviéramos un hijo, Stols.

.

.

-¿¡Quieres adoptar otro hijo!?

Loona estaba anonadada ante las palabras de su padre, mirándolo con los ojos abiertos de par en par.

-Lo estuve analizando mucho y ahora que estoy la mayor parte del tiempo en el castillo creo que puedo dedicarle ese tiempo a otro hijo.

Blitzo revisaba las prendas de la tienda de ropa mientras charlaba con su hija hellhound.

-¿Crees que esta le guste a Via?-preguntó sacando una blusa morada de entre los ganchos acumulados en los tendederos.

-Sí, es su estilo-respondió Loona con su tono seco e indiferente característico de ella.

Blitzo sonrió con gusto y sacó la blusa revisando las etiquetas de las tallas, luego volvió a mirar a Loona.

-¿Estás enojada de que quiera adoptar otro hijo?-preguntó con cierto temor por la respuesta de su hija.

-No, es tu vida, al fin y al cabo-contestó Loona sacando ropa de otros tendederos para probársela por encima.

Blitzo suspiró con alivio como si le hubieran quitado un peso de su alma.

-No sabes el temor que tenía que no estuvieras de acuerdo.

Loona parpadeó varias veces.

-¿En serio te preocupaba eso, papá?-preguntó con sorpresa Loona.

-No he hablado con Stolas del asunto porque quería saber si tú apoyabas mi idea-habló Blitzo revisando el resto de tendederos de la tienda.

"Después de todo, si Stolas está de acuerdo y decidimos adoptar un hijo será tu hermano y el de Via."

Loona sonrió con ternura, sintiéndose cómoda de mostrar sus sentimientos. Había aprendido a expresarse un poco mejor con Blitzo aunque su personalidad seguía siendo fría y asocial.

Blitzo le devolvió la sonrisa, continuando con su búsqueda de ropa para sus dos hijas. Sacó de entre todas las prendas una blusa negra con un ligero escote.

-¿Te gusta para ti?

-Sí-respondió Loona alzando los hombros.

-Pruébatela, Loony-dijo Blitzo entregándole la ropa-. Mientras voy a buscar algo para Stolas.

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-¡No! ¡No! ¡No! ¡Eso no, por favor!

Stolas se levantó como un resorte del asiento en la mesa de la cocina y comenzó a caminar hacia atrás con el cuerpo tembloroso, moviendo las manos frenéticamente en negación.

La respuesta reactiva de Stolas provocó a su vez que Blitzo abandonara su asiento, cruzó por debajo de la mesa arrastrándose por el piso y miró a Stolas con confusión una vez estuvo frente a él.

-¿Por qué reacciones de esa forma? ¿Qué te sucede?

Una angustia creciente se notó en la voz de Blitzo al hablar con su marido.

-Lo siento, es que…no…-Stolas tartamudeó mientras retrocedía con miedo-…no…no puedo aceptar algo así.

-¿Por qué?-cuestionó Blitzo con el ceño fruncido-. Al menos dame una explicación.

Blitzo comenzó a delatar preocupación y desesperación ante las reacciones de su pareja.

-Es que…-Stolas hizo una pausa para meditar sus palabras-…no estoy capacitado para ser padre.

-Claro que lo estás-afirmó Blitzo muy seguro de lo que decía-. Has sido un buen padre para Octavia e incluso para mi Loony.

-Tú sabes todo lo que le ocasioné a Octavia antes-dijo Stolas con dolor.

Un silencio cayó en la pequeña cocina del palacio. Ninguno supo cómo continuar la conversación por unos cuantos segundos en los que sólo se miraron fijamente, respirando con un poco de agitación y con los corazones acelerados.

-Stolas…

Cuando los apodos desaparecían entre ellos inmediatamente comprendían que la situación se había vuelto sería y fría.

-Ya pagaste por todos los errores que cometiste en el pasado. ¿Por qué los vas a seguir cargando ahora en el presente conmigo?

-Jamás podría olvidar todo lo que le hice pasar a mi hija-sentenció Stolas con pesar en la voz.

"La lastimé, la herí, no supe entenderla ni sus necesidades."

Entonces la voz de Stolas se quebró y el llanto brotó de sus cuatro ojos.

Igual que aquella noche lejana de luna llena hacía tantos años atrás.

-No soy alguien digno de tener otro hijo, ni siquiera contigo.

-Stolas…

Al momento de nombrar a su esposo, Blitzo se colocó las manos en el pecho sintiendo una mezcla de compasión y tristeza por el príncipe búho. Por fuera se veía fuerte, pero por dentro sentía que se rompía en miles de pedazos al ver llorar a Stolas.

-Octavia ha sido siempre la luz de mi vida y lo único que me mantuvo vivo durante mi matrimonio anterior-continúo hablando Stolas-y aun así, no pude apoyarla cuando me necesitó.

"No supe qué era lo que trataba de comunicarme, la descuidé mucho. Creí que le demostraba mi amor, pero sólo le rompí el corazón".

"No quiero ni pensar en hacerle lo mismo eso a otro hijo".

-Pero ya no es lo mismo, Stols-dijo Blitzo ahora siendo él quien lloraba con exasperación.

"Ya no estás con Stella. Ya no eres ese príncipe que no veía a los imp como iguales."

"Ahora eres comprensivo, empático, libre, sabes trabajar por ti mismo, tienes voluntad propia para hacer lo que deseas hacer sin que otros te obliguen. Eso es lo que amo de ti, Stols."

-Y tú eres testigo de cómo tuve que luchar mucho conmigo mismo para ser todo eso que mencionas y lograr entenderte a ti, a Loony y a los demás.

Stolas se limpió la cara con su mano, sin dejar de mirar a su esposo.

-Y he tenido que pasar muchas dificultades para ser mejor de lo que era antes de casarme contigo.

Stolas volvió a llorar mientras hablaba.

-Si no hubiera vivido tantas experiencias cuando me quitaron todo, quizá no podría ni siquiera ser tu esposo ni estar a tu lado.

"No tendría la madurez para ser pareja de alguien".

-Pero lo eres, Stolas-aseguró Blitzo con las manos en el pecho-. Eres mi esposo ahora; eres muy diferente al Stolas que conocí cuando éramos niños y con el que me acosté por ese libro.

Blitzo estaba alterado, pero no gritaba, sólo hablaba fuerte y claro.

-Eres mucho más maduro ahora e inteligente. Has sido un gran padre para Octavia en los años que llevamos juntos, Loony te quiere mucho igual que MyM.

"Y yo…-hizo una breve pausa-…yo te amo más que a mi propia vida, Stols.

Bajó el volumen de su voz en automático, mientras el corazón de Stolas latía con fuerza sintiendo un calor profundo en su espíritu al oír las palabras llenas de franqueza de su esposo imp.

-Yo no sé qué sería de mí si no tuviera tu compañía y tu amor, por eso es que quiero formar una familia contigo.

-Ya somos una familia los cuatro-aseguró Stolas-. Tú, Via, Loona y yo nos queremos y somos unidos. No necesitamos otro miembro más a menos que se trate de las parejas de nuestras hijas.

"Con nosotros cuatro es más que suficiente."

Una cuchillada atravesó el corazón de Blitzo que permaneció callado unos segundos procesando lo que el búho dijo.

Stolas tembló al darse cuenta que acababa de decir algo imprudente. Nuevamente, como muchos años en el pasado, no estaba escuchando las opiniones y deseos de Blitzo; saber eso le provocó dolor y enojo hacia sí mismo.

-Discúlpame, mi amor.

La disculpa de Stolas sonó dolida y avergonzada de sí mismo, agachando la cabeza con vergüenza.

-Perdón, perdón-repitió con el mismo tono-. De verdad no quise decir eso.

-Supongo que me equivoqué al hablar contigo de esto.

La frase de Blitzo sonó profundamente dolida y sin esperanza. Con los ojos tristes y la mirada gacha, caminó hacia afuera de la cocina con la idea de alejarse del lugar.

-Blitz…no quise…-suplicó Stolas.

Decidido, Blitzo se dispuso a salir de la cocina con paso ligero, pero cabizbajo, cuando sintió la mano de Stolas posarse en su hombro, deteniendo su caminar.

-Perdón, Blitz-suplicó Stolas-. No quise ser así de cruel contigo.

"No quiero hacerte daño ni que pierdas confianza en hablar conmigo. Lo que más deseo es que compartas tus deseos y miedos siempre conmigo."

Respondiendo al gesto de su marido, Blitzo posó su mano sobre la de Stolas que yacía en su hombro. Indicándole con ese simple gesto que estaba dispuesto a perdonarlo y que no había rencor de su parte.

Giró sobre sí mismo para ponerse frente a Stolas y mirarlo a los ojos.

-Escucha, Stols…-habló quedamente-…el último año ha sido muy bonito ya que he podido dedicarte más tiempo gracias a que renuncié a IMP.

"Puedo pasar más rato contigo, con mi hija y mi hijastra y hasta ayudo a MyM con su niño".

Stolas sonrió dulcemente.

-Pero justo todo eso me hizo recordar algo que siempre quise y que nunca creí tener en mi vida-dijo Blitzo con un tono amoroso y cálido.

"Tener un hijo con una pareja formal".

Stolas tragó saliva al escuchar el deseo más profundo y sincero de su cónyuge. Se agachó para estar a la altura de su marido y fijar su mirada en la de su imp.

-Siempre deseé formar una familia, pero mis miedos me impedían tener una relación seria y tú sabes a cuantos demonios alejé de mi vida por eso.

El búho no tardó en comprender a que se refería. Los años podían transcurrir, pero cierta fiesta jamás se podría borrar de sus memorias.

-Adopté a Loony para tener esa familia y al menos cumplir una parte de mi sueño, aunque estaba resignado a la soledad.

"Pero finalmente logré superar ese miedo que me impedía estar con alguien. Ya no tengo temor de estar en una relación monogámica."

Agarró las manos de Stolas entre las suyas apretándolas con amor.

-Por ese motivo es que…-hizo otra pausa-…me gustaría cumplir ese sueño contigo.

"El sueño de criar un hijo con una pareja que me ama y que amo."

"Ahora que estoy la mayor parte del tiempo en el castillo puedo dedicarle ese tiempo a alguien que necesite una familia y así podemos criar un hijo juntos como esposos."

La ilusión creciente con que Blitzo expresó sus planes movió el alma de Stolas que no supo cómo reaccionar ante tal confesión.

Amaba a Blitzo con cada parte de su alma, pero no se sentía capaz de cumplir ese anhelo que implicaba una gran responsabilidad.

Si bien Octavia nació por obligación debido a su deber de príncipe, ella se había convertido en su único sostén durante los años tormentosos de su matrimonio con Stella, su ex mujer.

Gracias al amor que profesaba por Octavia es que logró resistir su difícil vida sin morir en el camino. Luego llegó Blitzo a traer luz y una nueva esperanza a su rutinaria y solitaria vida.

En la actualidad Blitzo se había convertido en el amor de su vida con el que deseaba envejecer por lo menos durante una parte considerable de su larga existencia en el infierno, pero jamás cruzó por su mente o planes la idea de criar otro hijo.

Y temía cometer los mismos errores que lo llevaron a romper el corazón de Octavia en años previos.

-Blitzy…-habló suavemente-tener hijos es una gran responsabilidad y no me siento capaz de llevarla a cabo.

"No soy un buen padre. Ni siquiera tuve un ejemplo de cómo serlo y convertirme en pareja fue tan complicado para mí que…"

Stolas no pudo continuar, como si su garganta se cerrara. Su labio inferior tembló mientras recordaba a su padre.

Blitzo pudo percibir ese temor y soltó una de sus manos para tocarle la mejilla.

-Yo tampoco tuve un buen padre-dijo el imp con voz baja y suave-, pero mi mamá fue un gran ejemplo para mí y he aprendido mucho gracias a Loony y a ti sobre lo que implica ser pareja y padre.

-Lo siento, querido, pero…-volvió a decir Stolas con pesar-…esta vez no puedo aceptar algo así.

Los ojos de Blitzo mostraron decepción y aflicción, lo que lo llevó a lentamente soltar a Stolas y retroceder unos pocos pasos alejándose del búho.

-Blitz…yo…

La súplica de Stolas estaba acompañada de dolor y preocupación.

-Voy a descansar un rato, Stols.

El búho entendió a qué se refería con descanso. Cuando algo no tenía solución o no podían llegar a un acuerdo habían aprendido a alejarse uno del otro para no lastimarse.

Stolas sintió que su corazón se rompía en miles de fragmentos al darse cuenta que Blitzo estaba, a la manera que sólo ellos entendían, pidiendo su espacio.

-¿Vas a la habitación?

-Creo que sí, amor.

La última frase de Blitzo sonó cansada. Si bien Blitzo aún era joven, ya se notaba un poco la vejez llevando a que las cargas emocionales lo agotaran cada vez más.

-Ve arriba, Blitzy-dijo Stolas con suavidad en su timbre de voz.

-Cuídate, amor.

Tras decir lo último, con cansancio, pero con un dejo de cariño, Blitzo se retiró de la cocina dispuesto a volver a la habitación que durante todos sus años de conocerse habían compartido juntos.

Stolas también se retiró, encaminándose hacia su jardín de plantas y flores. Necesitaba estar a solas y asimilar lo que acababa de pasar.

Cruzó por los pasillos del palacio hasta llegar a su jardín botánico personal, aquel que cuidaba desde su infancia de la misma forma que a su planetario mágico donde veía las estrellas y planetas desde su propio hogar.

Observó cada una de las plantas y flores de su preciado jardín, restaurado tras la recuperación de su palacio y trono.

Desde pequeño desarrolló interés en la jardinería, pasatiempo que incluso compartía con Blitzo desde su noviazgo. Cuando ambos sembraban, plantaban, regaban y cuidaban las plantas, Stolas se sentía muy feliz y complacido ya que nadie en su casa, anteriormente, lo ayudaba con su labor botánica.

Durante toda su vida fue algo que disfrutaba hacer solo, y si bien aún hacía la mayor parte por su cuenta, ahora Blitzo se había unido a él en esa actividad cuando ambos comenzaron su largo y difícil noviazgo.

No obstante, criar una planta juntos no es igual que un hijo. Para Blitzo no fue fácil aprender a atender correctamente plantas y desarrollar gusto por la jardinería y botánica, así como Stolas también aprendió equitación y reglas básicas de cuidar caballos con cierta dificultad al principio.

Jamás pensó en tener hijos con Blitzo; su relación era sólo pareja, dar y recibir amor, protegerse mutuamente.

Recorrió el jardín botánico mientras meditaba en su relación tanto con su hija como con Blitzo.

Octavia era importante para él, mucho más de lo que ella misma creía, sin embargo, no supo darle lo que ella necesitaba durante su infancia y adolescencia.

Stolas no conocía lo que era tener un padre que lo amara realmente. Por haber nacido príncipe estuvo durante toda su vida obligado a cumplir deberes de realeza, más no conoció la libertad de elegir hasta que se reencontró con Blitzo y debido a su creciente interés en aquel imp tuvo que vivir muchas dificultades para conseguir la libertad que, muy inconscientemente, siempre anheló experimentar.

Ahora era libre para hacer lo que quisiera.

Jamás obligaría a su hija a casarse ni a tener hijos si ella no lo quería, ni él mismo volvería a estar con una persona que lo maltratara sólo por quedar bien con la sociedad de la realeza.

Por eso no le importaba tener un esposo imp o una hijastra hellhound que amaba como si fuera su propia hija.

Stolas era feliz con su familia, la que había formado tras muchos años de recaídas, lágrimas y experiencias tanto buenas como malas.

Estaba construyendo un matrimonio sano y bello con Blitzo a quien amaba mucho más de lo que creyó llegar a amar a alguien. Era comprendido, escuchado, aceptado y sobre todo correspondido en sus sentimientos.

Logró tener una relación sana y linda con su hija después de muchos pesares y dificultades. Ahora podía conversar con Octavia, compartir actividades, dedicarse tiempo exclusivo para los dos o hasta salir los cuatro juntos como familia.

No había sido fácil, especialmente por parte de Octavia, pero finalmente podía decir que estaba satisfecho con lo que había conseguido en los años previos.

Mientras observaba cada flor de su jardín, deteniéndose a revisar algunas para cerciorarse de que estuvieran en buenas condiciones, Stolas meditó en el anhelo de Blitzo y en los suyos propios.

Ahora que lo conocía mucho mejor se daba cuenta que Blitzo era alguien muy familiar. Contrario a él que siempre fue ensimismado y acostumbrado a estar consigo mismo, Blitzo era muy encariñado a la rutina familiar.

Quizá debido a su crianza en el circo con Fizz, Barbie y su mamá es que Blitzo tenía un concepto de familia muy diferente a Stolas que sólo sintió interés en las ideas familiares cuando nació Octavia.

Desde el noviazgo y hasta en el matrimonio, Blitzo siempre le dedicaba tiempo a Loona, a Fizz y hasta a MyM como si fueran su familia de sangre. Al comienzo fue difícil, pero Octavia pronto se incluyó entre esas personas a las que Blitzo aprecia y dedica tiempo.

Viendo con esta perspectiva, era lógico suponer que para Blitzo tener un hijo con él era significativo. Después de todo, para ambos, era su primera vez teniendo una verdadera relación de pareja.

Blitzo nunca había tenido una relación seria con alguien, ya que ni siquiera Verosika era como tal una novia formal, sino un ligue que escaló a algo más profundo y que por los temores de Blitzo nunca se convirtió en amor genuino.

Stolas por su parte, su única pareja formal fue Stella, pero al ser una obligación de ambos el contraer matrimonio realmente jamás fueron una pareja que se apoyara y amara como era debido.

De allí que todos sus sueños, anhelos y metas de ambos se hubieran visto frustrados hasta el día que pudieron ser novios y empezar una nueva vida uno al lado del otro.

Stolas aprendió mucho al ser pareja de Blitzo y viceversa. Las relaciones no eran como las novelas, pero podía decir que su vida era mil veces mejor ahora que conocía el amor verdadero que cuando sólo fantaseaba con tener una persona a su lado.

Detuvo sus pasos en esta última reflexión, miró fijamente una de las plantas grandes del jardín. Esa planta era la más extensa y grande de todas, pero también la más especial. Su nombre era Güembe, proveniente del mundo humano.

"-¿Estás seguro que quieres esta planta? Puede llegar a crecer mucho".

"-Esa es la idea. Cuando crezca podremos decir que la cuidamos entre ambos".

"-Pero vas a hacer caso a los consejos que te diga sobre botánica".

"-Obvio, será nuestra primera actividad de crianza de plantas como pareja así que tú me guiarás."

Una sonrisa adornó el rostro de Stolas al recordar aquel día, tocó con suavidad una de las hojas del Güembe que había crecido firme, grande y robusto gracias a los cuidados que ambos le dieron.

De pronto pensó que esa planta se había vuelto fuerte justo como su amor y relación con Blitzo.

-Te criamos juntos-le dijo a la planta.

Un sentimiento cálido se apoderó de su corazón al recordar los días en que él y Blitzo se reunían para mirar que la planta creciera correctamente, las conversaciones telefónicas preguntando por el bienestar de ella como si se tratara de un hijo.

"-¿Por qué te preocupa nuestra planta, querido?"

"-Tú mismo lo estás diciendo. Es nuestra; la compramos para cuidarla entre los dos".

Stolas se llevó una mano al pecho, sonriendo para sí.

-Mi amor…

Ya habían transcurrido algunos años de eso. Ahora ya eran esposos, pero la planta seguía viva, con sus hojas grandes y extensas, tal vez podía considerarla incluso la más hermosa de todas sus plantas.

Octavia no era de criar plantas a su lado, pero la tenía presente con cada flor que había crecido en su jardín, especialmente con las hortensias ya que en su primer cumpleaños después de haberse reconciliado con ella por fin, Via le regaló unas hortensias cultivadas en una maceta.

Esas flores ya se habían marchitado, pero florecieron nuevas y ahora tenía una sección de hortensias en su jardín botánico, justo al lado de la planta Güembe.

Tener juntas ambas plantas le recordaba a sus dos más grandes amores: su esposo y su hija.

Fue entonces que entendió que para Blitzo sí era muy importante tener un hijo con él; criar plantas y caballos no era suficiente para alguien tan apegado a su familia.

Muy probablemente ese anhelo siempre estuvo en el corazón de Blitzo guardado en lo más hondo de su ser, esperando el momento perfecto para brotar.

Ese momento había llegado. Como esposos podían dedicarse a criar un hijo dentro de su núcleo familiar construido por ambos.

Tragó saliva, pasando su mirada de un lado otro primero mirando las hortensias y luego el Güembe.

Respiró hondo y sacó el aire. Quizá podía ceder y, como dijo Blitzo, no dejarse manipular por los errores de su pasado.

Continúo observando cada una de sus plantas mientras reconsideraba su paternidad y el deseo de su esposo.

.

.

Se dejó caer boca abajo sobre la cama haciendo sonidos guturales. Las discusiones emocionales lo agotaban en gran manera; aprender a manejar sus emociones había sido uno de los retos más complicados en su vida amorosa con Stolas.

-No debí decirle nada a Stolas.

Aquel sentimiento de arrepentimiento surgió ante la idea de afectar a Stolas por no cumplir su deseo de criar un hijo juntos.

Fijó su mirada en una almohada con un estampado de caballos que yacía sobre la cama, la tomó y la abrazó cual si fuera un peluche. Olió la almohada, respirando la fragancia de las plumas de Stolas; esa almohada era especial para Blitzo ya que fue el regalo de bodas de Stolas para él cuando se casaron.

Se acomodó en el centro de la cama, con la almohada entre sus brazos, y sacó su celular para mirar las fotos que tenía guardadas.

Tenía el hábito de ver fotos de sus seres queridos cuando se sentía triste o preocupado, tanto los que estaban como los que se fueron para siempre de su vida.

Algunas fotos eran viejas, mostrando su infancia en el circo con Fizz, Barbie y su mamá, a Verosika cuando salían juntos, Moxxie y Millie años atrás, el día de la adopción de la Loona, incluso había una foto de Stolas dormido a su lado abrazándolo, sabiendo por la fecha que fue tomada cuando aún estaban bajo el acuerdo por el Grimorio.

Pronto pasó a fotos de años más recientes donde estaba él con Octavia y Loona a su lado, en algunas Octavia dormía plácidamente o acomodaba sus adornos de animales disecados sin percatarse de la presencia de Blitzo.

Había muchas fotos de él con Stolas en citas románticas comiendo en restaurantes, cabalgando juntos a caballo, mirando el cielo estrellado con la magia de Stolas, el día de su boda acompañados de Millie, Moxxie, Octavia, Loona, Fizz, Asmodeus y Vassago.

No tardó en toparse con fotos de él y su esposo cuidando la planta Güembe que compraron juntos. Sonrió para sí mismo al rememorar aquella etapa de su noviazgo cuando buscaban conectar y conocerse más como pareja.

Respiró hondo sacando aire.

-No puedo comparar un hijo con una planta.

Se acurrucó más cerca de la cabecera de la cama, dejó el celular en la mesita de noche y miró el techo de la cortina para cama con la almohada apretada entre sus brazos.

Quería de todo corazón tener un hijo con Stolas, criar a alguien acompañado de una pareja, pero tampoco podía obligar a Stolas a hacer algo desagradable para él.

Algo que aprendió al formalizar una relación es que ambas partes deben estar de acuerdo cuando se trata de realizar proyectos importantes, como casarse, tener hijos, viajar, mudarse, etc.

Lo más complicado de una relación era justo llegar a acuerdos donde ambas partes estuvieran de acuerdo y que pudieran sentirse satisfechos con el resultado.

Sin embargo, en esta ocasión, Blitzo no sabía cómo se sentiría a largo plazo. Como alguien que gozaba de estar en familia desde su infancia, tener hijos era una parte fundamental de formar un hogar.

Durante una gran parte de su vida, no se consideró a si mismo capaz de tener una relación seria con otra persona, de allí que comenzó a considerar la adopción como una posibilidad de conseguir lo que deseaba.

Su relación con Loona fue complicada justo por el hecho de haberla adoptado siendo ya casi una adulta con traumas, aunque jamás se arrepintió de convertirla en su hija. Todo lo contrario; la amaba muchísimo.

No obstante, ahora tenía la oportunidad de tener un hijo acompañado de una pareja que amaba más que a sí mismo. Deseaba ser padre de un hijo junto con Stolas; a pesar de que ambos tenían dos hijas, cada una fue criada por separado cuando aún no eran esposos, así que ahora podían adoptar un hijo para su matrimonio.

Loona fue adoptada para ser criada por un padre soltero mientras que Octavia nació para convertirse en heredera al trono sin importar si era criada con amor o no; aún así, Stolas la amaba y, casi como un padre soltero, la crío en medio de una relación tormentosa.

Blitzo lanzó un suspiro, abrazó más fuerte su almohada mientras se colocaba en posición fetal.

Quizá era mejor sólo disfrutar su matrimonio sin criar otro hijo; Loona y Octavia eran todo lo que necesitaban, ya eran felices juntos.

No todos los sueños se cumplen; Blitzo nunca logró tener un circo lleno de caballos como deseaba de pequeño, pero siendo honesto, era más feliz ahora que en su infancia.

-Tal vez sea mejor dejar las cosas así.

Se aferró a la almohada como si necesitaba asirse a algo. Por primera vez en mucho tiempo, no encontraba una respuesta que lo satisficiera.

No quería abandonar su deseo, pero jamás obligaría a Stolas a hacer algo que no quisiera. Eso lo convertiría en alguien parecido a los Ars Gothia que tanto daño le hicieron a su amado.

Comenzó a temblar ante ese sentimiento, consternado ante la idea de que estuviera presionando a Stolas a hacer algo que no quería.

Tuvo miedo y sólo pudo hundir su rostro en la almohada.

.

.

-Blitzy…

El príncipe búho abrió la puerta de su habitación llamando a su marido. Trataba de disimular su preocupación, aunque se notaba el ligero temblor en su voz.

Vio a Blitzo acostado en la cama leyendo uno de sus libros. La escena le pareció tierna a Stolas y sonrió mientras entraba en la recámara.

-¿Qué pasa, Stolas?-preguntó Blitzo alzando la mirada.

-Ya es hora de comer así que quería saber si quieres que te prepare algo u ordeno.

La pregunta de Stolas era honesta, la tarde ya había caído en el infierno y ya estaba cerca la hora de la comida, pero también buscaba una forma de romper el silencio con su marido.

Blitzo suavizó sus facciones, sabiendo las intenciones de Stolas. Él también deseaba hablar con su príncipe.

-¿Te parece que ordenemos algo para los dos?

-Claro, ¿qué se te antoja?

Blitzo meditó por unos segundos. Realmente no tenía mucha hambre, pero sabía lo que Stolas intentaba hacer.

-¿Quieres pizza, amor?-preguntó Blitzo con un tono jovial.

Stolas identificó el tono de voz de Blitzo y sus ojos brillaron al darse cuenta que su imp estaba buscando la forma de comunicarse con él nuevamente.

-Si, hace tiempo que no comemos pizza-respondió Stolas animadamente.

Blitzo esbozó una gran sonrisa abierta, luego dio golpecitos en el colchón indicándole que se sentara a su lado.

-Ven un rato, Stolas.

Una sensación de alivio se apoderó del búho, se acercó y se acostó en la cama justo al lado de Blitzo, recargándose en la cabecera de la cama.

-Ya estoy aquí, Blitzy.

-¿Podrías leerlo para mí?-preguntó Blitzo extendiendo el libro que tenía en la mano hacia su marido.

El corazón de Stolas latió con alegría. Conocía a Blitzo perfectamente y sabía con qué intenciones le pedía esos favores.

Tomó el libro entre sus manos, lo abrió donde indicaba el separador y leyó unas cuantas líneas.

-He luchado en vano. Ya no puedo más. Soy incapaz de contener mis sentimientos. Permítame que le diga que la admiro y la amo apasionadamente.

"El estupor de Elizabeth fue inexpresable. Él lo interpretó como un signo favorable y siguió manifestándole todo lo que sentía por ella desde hacía tiempo. Se explicaba bien, pero no sólo de su amor tenía que hablar, y no fue más elocuente en el tema de la ternura que en el del orgullo."

Mientras oía la voz de Stolas leyendo aquella vieja novela, Blitzo abrazó sus piernas, apoyando la cabeza en sus rodillas, con la mirada fija en su marido. Su mente continuaba divagando sobre su situación con Stolas.

Lo amaba más que a su misma existencia, deseaba con todo su corazón hacer feliz a Stolas y seguir compartiendo aventuras con él. No quería presionarlo a tener un hijo, así que respetaría la voluntad de Stolas.

Tras leer ese pequeño fragmento de la novela, Stolas detuvo la lectura y miró a Blitzo con una sonrisa cálida.

-Amo cuando lees historias románticas-comentó con alegría.

-Bueno, tú también disfrutas usar armas y montar a caballo conmigo-dijo Blitzo con las mejillas ligeramente enrojecidas.

Se encogió de hombros y desvió la mirada de su búho. Stolas le dedicó una sonrisa y luego puso su mano en la barbilla de Blitzo para girarle el rostro hacia él.

-Eres tan romántico, aunque lo niegues con otros.

-Es nuestro secreto-respondió Blitzo quitando la mano de Stolas de su barbilla para tomarla entre la suya y apretarla con cariño.

Un silencio cayó sobre la habitación, mientras sus miradas estaban fijas uno en el otro, Blitzo sosteniendo la mano de su marido y Stolas pensando en cómo retomar la conversación anterior.

Finalmente dejó el libro en la mesita de noche, tragó saliva e hizo una respiración profunda.

-Querido…

Movía los ojos de un lado a otro, por primera vez en su matrimonio no se atrevía a mirar directamente a Blitzo. El imp se dio cuenta y sólo mantuvo se agarre para animarlo a hablar.

-Yo…no estoy seguro aún sobre adoptar un hijo.

Aquellas palabras hicieron que el corazón de Blitzo se rompiera en mil pedazos, pero permaneció callado sin interrumpir al príncipe.

-Primero quiero hablar con Via para saber qué opina de…

Hizo una pausa, girando hacia Blitzo para verlo a los ojos, pero una vez hizo contacto visual no supo cómo continuar.

-Me gustaría la opinión de ella para tomar una decisión-respondió tras varios segundos de silencio.

-Te entiendo, amor.

Ahora fue Stolas el que sintió una punzada en su corazón; podía reconocer la mirada rota de Blitzo aunque intentara fingir que no le afectara.

-Perdóname, Blitz.

Volvió a romperse, las lágrimas se asomaron por sus orbes rojos, encorvó su espalda y refugió su rostro entre sus manos.

-Sé que deseas formar una familia propia conmigo, pero necesito más tiempo para pensarlo.

Blitzo apretó su mandíbula, con el corazón apachurrado y adolorido por lo que estaba viendo.

-Perdón, no quería llorar, pero me sien…

Pero Stolas no alcanzó a terminar la frase, porque sintió un cuerpo delgado y pequeño que lo apretó fuertemente en un abrazo. Blitzo se había arrodillado en la cama para acercarse a él y abrazarlo.

Debido a que estaban encima de la cama, era más fácil para Blitzo estar a la altura de su esposo para apretarlo contra su cuerpo.

-No debí decirte nada, amor.

Stolas notó el arrepentimiento de Blitzo en su voz, lastimándolo por dentro.

-Prefiero que platiques conmigo tus inquietudes e intereses-dijo Stolas correspondiendo al abrazo.

-No pensé que te pudiera afectar tanto mi plan para nosotros-dijo Blitzo con tristeza.

-Lo estuve pensando detenidamente.

Stolas separó el abrazo, alejando suavemente a Blitzo, para mirarlo directo a los ojos; su mirada desbordaba amor verdadero.

-Tú…inconscientemente siempre has deseado tener un hijo conmigo.

Blitzo abrió sus ojos de par en par con sorpresa.

-¿Por qué piensas eso, Stols?

-¿Recuerdas nuestra planta Güembe?

Blitzo sonrió alegremente.

-¿Cómo la olvidaría? La compramos juntos cuando éramos novios.

-La hemos cuidado juntos desde entonces.

-Y es la planta que más me gusta de tu jardín.

Los latidos del corazón de Stolas aumentaron por el gozo que sintió al escuchar esas palabras.

-Creo que esa fue tu forma indirecta de decir que querías criar un hijo conmigo, pero no supiste expresarlo.

Blitzo mostraba una expresión confusa en el rostro, pero no tardó en suavizar sus facciones para luego sonreír con ternura.

-No lo había pensado, pero es probable-aseguró el imp tras meditarlo por unos segundos.

-Otra de tus maneras de demostrar tu amor-afirmó Stolas contento.

Blitzo sonrió dulcemente, acarició la cara y cabeza de Stolas con movimientos suaves de la mano y los dedos.

-Stols…-lo llamó en voz baja-…si sientes tanto miedo, entonces olvidemos el asunto.

Aquello asombró a Stolas, quedando boquiabierto.

-Pero…es importante para ti.

-Sí, pero no quiero que sufras.

-Lo hablaré con Via y ya podré pensar mejor las cosas.

La seriedad con que Stolas dijo lo último le hizo ver a Blitzo que el búho no deseaba descartar la opción de que tuvieran un hijo juntos.

-¿Estarás bien?

Stolas asintió con un movimiento de cabeza.

-Quiero saber qué piensa ella y así aclarar mejor mis ideas.

"Siendo honesto contigo, una parte de mí piensa que sería lindo, pero aún me siento inseguro".

Blitzo se conmovió internamente, con un sentimiento de amor desbordando de su espíritu. Sus ojos brillaron un poco mientras sus ojos se humedecían ligeramente.

-Awww, Stolas…

Lo volvió a abrazar amorosamente y el príncipe correspondió aquel gesto. Pasaron varios segundos unidos en ese abrazo afectuoso; a veces era lo único que necesitaban para sentirse bien consigo mismos.

Paulatinamente, Blitzo fue soltando su agarre, descendiendo sus brazos a velocidad lenta mientras con sus manos recorría la espalda y brazos del búho acariciándolos.

Pasó una de sus manos por la cintura de Stolas, al tiempo que la otra la pasaba por debajo de las piernas del búho y lo alzó, elevándolo unos cuantos centímetros de la cama para acomodarlo y recostar la cabeza de Stolas en una de las almohadas de la cabecera.

-Aún me puedes levantar en brazos-comentó Stolas seductoramente.

-Soy joven aún-reclamó Blitzo con una mirada seria, achicando los ojos, agudizando la mirada.

Stolas río ante la actitud molesta de Blitzo.

-No te rías-volvió a reclamar Blitzo con el mismo tono-. ¿Crees que soy viejo para cargarte?

-No, Blitzy. Eres joven, fuerte y siempre serás mi caballero de brillante armadura.

Stolas posó su mano en la mejilla blanca de Blitzo, sonriéndole con afecto, el imp cerró los ojos para sentir el calor de la mano de su amado.

Acercó su rostro al cuello de Stolas y lo besó repetidas veces.

-Blitzy…

Llamó Stolas a su pareja mientras sentía los besos de Blitzo recorrer su cuello, descendiendo hasta llegar a su pecho y besarle las plumas.

Pudo sentir los besos dulces de Blitzo en su pecho, tocando sus plumas con los labios hasta que, transcurridos unos segundos, Blitzo acurrucó su rostro en el pecho emplumado del príncipe y cerró los ojos, respirando relajamente.

Blitzo acomodó su cuerpo pequeño encima de Stolas, con la cabeza descansando sobre el pecho del búho y el resto del cuerpo en el abdomen del príncipe. Su respiración se volvió más calmada.

-No descansaste nada, ¿verdad, querido?-preguntó Stolas acariciando con los dedos la cabeza de Blitzo.

-No estoy tranquilo cuando discutimos-respondió con fatiga Blitzo, aún con los ojos cerrados.

-Tampoco me gusta discutir contigo.

Blitzo se acomodó de nuevo sobre el cuerpo de Stolas, cual si fuera una almohada, abrazándolo. Las plumas del pecho de Stolas eran suaves y cálidas reconfortando el alma de Blitzo.

-Te amo.

-Yo también te amo, Blitzy.

-Cualquier decisión que tomes estará bien para mí.

Stolas tuvo un retortijón en el estómago; siendo consciente que Blitzo estaba dispuesto a renunciar a su sueño de ser padre con una pareja a su lado con tal de que él estuviera feliz.

Aquello le dolía, pero Stolas agradecía la comprensión y paciencia de Blitzo para con él.

Volvió a sumergirse en los recuerdos de ambos cuidando la planta que compraron juntos y se reafirmó su idea de que Blitzo era un imp muy de familia y que, muy en su interior, siempre deseó tener un hijo con él.

Continúo acariciando a Blitzo con los dedos como si arrullara un bebé.

-Descansa, mi amor.

Pero Blitzo ya se había relajado lo suficiente como para dormir una pequeña siesta en el pecho de su esposo.

.

.

-¿Están pensando en adoptar un hijo?

Octavia quedó estupefacta ante la confesión de su papá que la miraba con preocupación.

-Bueno, primero quería saber tu opinión puesto que si adoptamos tendrías un hermano de otra especie.

Stolas hablaba con la voz un poco temblorosa. Temía la reacción de Octavia, aunque ahora se llevaban bastante bien.

La sensación del miedo se apoderaba de él con la sola idea de lastimar nuevamente a su familia.

-¿Desde cuándo se les ocurrió tener hijos?-preguntó Octavia mientras limpiaba con un paño uno de los libros de la gran librería del palacio.

-Blitz es muy familiar y tiene muchos deseos de que tengamos un hijo juntos, como pareja-dijo Stolas acomodando los libros limpios.

La biblioteca del palacio estaba desordenada debido a que habían sacado los libros para desempolvarlos y acomodarlos de nuevo. Era una actividad que Stolas y Octavia realizaban juntos con el pretexto de convivir y fortalecer su lazo.

El palacio ya no tenía tanta servidumbre como en los años de infancia de Via debido a que Stolas prefería hacer las cosas por sí mismo y sabía que para Blitzo era un poco complicado ser atendido y servido por otros imps o hellhound.

Ese asunto ya lo habían arreglado entre ellos como pareja, pero tal resolución llevó a Stolas a tener menos sirvientes y por ello, ser él quien atienda su hogar.

-¿Y tú tienes el mismo deseo?

La interrogante de Octavia retumbó en el corazón de Stolas que, con las manos temblorosas, detuvo su acción y su mirada quedó perdida entre los libros acomodados. Con la cabeza agachada, meditó qué decir.

Octavia lo veía, esperando la respuesta de su padre, pero su alma ya sabía qué era lo que Stolas quería, incluso antes de que él mismo lo supiera.

-Sí…me gustaría…

Octavia apretó la mandíbula; sus suposiciones eran correctas.

-Quiero…tener un hijo con Blitz…

Stolas dejó el libro que tenía en la mano en el librero y se abrazó a sí mismo.

-Yo…quiero que Blitz sea feliz, pero…también quiero darme la oportunidad a mí mismo de criar otro hijo.

"Cometí muchos errores contigo y quiero enmendarlos dándole a alguien un hogar y una familia".

"Sé que no puedo volver al pasado para corregir lo que hice contigo, pero deseo ser un mejor padre para ti y para el hijo que adoptemos Blitz y yo. De la misma manera que quiero ser un buen esposo."

Una sensación de amor, calidez y compasión se apoderó de Stolas, con sus manos colocadas en su pecho. Giró hacia su hija que tenía una expresión neutral en el rostro.

-Perdón, Via-dijo Stolas con un semblante triste-. Lo he pensado mucho desde que Blitz habló conmigo.

"Tú eres importante para mí, más que nada en todo el mundo, pero Blitzo también es mi familia y lo amo profundamente".

Las miradas de ambos estaban fijas uno en el otro.

-¿Por qué me pides perdón por lo que sientes?

-Porque no quiero volver a herirte como lo hice hace años.

Octavia sonrió con ternura; ahora que conocía a su papá podía entender mejor las situaciones complicadas que vivió por tratar de protegerla del mal de los Ars Goethia.

-Papá…

Esta vez fue la voz de Octavia la que se quebró.

-¿Tú…crees que yo también sea una buena hermana mayor?

Los orbes de Stolas se abrieron de par en par, con asombro y perplejidad por la respuesta de su hija.

-Via…¿lo preguntas por…?

Stolas tampoco pudo continuar hablando, las palabras parecían atoradas en su garganta.

Las mejillas de Octavia se pusieron ligeramente rojas mientras se encogía de hombros con un poco de timidez.

-Bueno…yo tampoco fui justa contigo-habló con tristeza-, pero creo que es lo mejor para ti y todos nosotros.

"Después de todo, ya tienes alguien que te aprecia realmente".

Repentinamente, sin que Octavia lo esperara, sintió como el cuerpo de su padre se abalanzaba sobre ella y unos brazos delgados la apretaban en un abrazo fraternal.

En un principio no supo cómo reaccionar, le tomó unos cuantos segundos procesar lo que pasaba hasta que, finalmente, pudo corresponder al gesto de su padre abrazándolo de igual forma.

-Muchas gracias, Via.

Y como ya era parte de su personalidad ser sentimental ante las muestras de cariño, unas cuantas lágrimas humedecieron el rostro de Stolas por la felicidad que sentía en su corazón.

Octavia hundió su rostro en el pecho de su papá, sintiéndose amada por él incluso mucho más que en su infancia y adolescencia.

-Espero que me acepte como hermana el nuevo miembro de la familia.

-Claro que lo hará-exclamó Stolas lleno de ánimo, soltando su abrazo para mirar a su hija-. Como adoptaremos a alguien sin familia, estoy seguro que le agradara tener dos papás y dos hermanas tan bellas como tú y Loona.

-Una hermana que ama los animales disecados, una hermana asocial y dos papás locos-dijo Via con sarcasmo.

-Oye, Via-reclamó Stolas con el ceño fruncido.

Octavia se río al ver la reacción de su papá.

-Creo que ese pequeño será afortunado de tener unos papás como ustedes-comentó Octavia con una sonrisa alegre.

-Gracias por todo, Via-respondió Stolas con el mismo gozo y se abrazaron otra vez.

.

.

La puerta doble de la entrada principal se abrió dando paso a Blitzo, que llevaba una bolsa de tela con un estampado de caballo colgada de su hombro.

-¡Stolas! ¡Ya volví!

Caminó por el vestíbulo rumbo a la escalera principal para subir al piso superior, pero justo cuando iba a dar el paso en el escalón frenó en seco al percatarse de que no obtuvo respuesta.

Aquello le pareció extraño ya que Stolas no avisó nada sobre salir a algún lugar y generalmente mantenían esa comunicación para así saber la ubicación del otro en caso de que algo sucediera y se necesitaran mutuamente.

Blitzo miró alrededor buscando a su marido con la mirada.

-¿Stolas?

Silencio. Una sensación de miedo comenzó a apoderarse de su cuerpo.

-¡Stolas!-repitió el llamado y subió las escaleras a paso veloz.

Recorrió el pasillo del piso de arriba, buscando y mirando los alrededores con la desesperación creciendo en su corazón.

-¡Stolas! ¡Amor! ¿Dónde estás?

-¡Blitzy! ¡Aquí estoy!

Se detuvo al oír la voz dulce de Stolas, su corazón latió con más fuerza que antes.

-¿Dónde?

-En el comedor.

Corrió hacia el lugar donde su amado le había dicho que se encontraba y abrió la puerta del salón comedor con brusquedad.

Stolas se encontraba en la larga mesa del comedor acomodando platos, vasos y manteles en uno de los extremos de la mesa. El búho giró cuando escuchó la puerta abrirse agresivamente.

-Blitz, ¿qué te…?

-¿Por qué no me respondías? Me asustaste horrible-reclamó Blitzo molesto.

Stolas parpadeó varias veces mostrando confusión.

-No te escuché, querido.

Blitzo lanzó un suspiro de alivio, con la mano en el pecho.

-Creí que te habían secuestrado mientras no estuve.

Stolas no pudo evitar sentir ternura por la preocupación de su esposo, así que sonrió afectuosamente.

-Eso ya nunca volverá a pasar, querido.

La mirada se Blitzo se concentró en la mesa larga y notó un pastel con algunas velas encendidas, los platos y cubiertos estaban ordenados para dos personas.

-¿Tú preparaste esto?

-Si, quería tenerlo listo para cuando volvieras de visitar a Fizz.

-Por cierto, Fizz y Asmodeus te mandan saludos-comentó Blitzo para no olvidar entregar el mensaje de sus amigos.

-Ah, me da gusto saber de ellos-dijo Stolas con afecto.

Como indicando que era importante la merienda, Stolas señaló el pastel con un leve movimiento de cabeza y colocó su mano en el borde de la mesa. Blitzo miró y comprendió la señal así que dio unos pasos hacia el comedor, colgó su bolsa en el soporte de una de las silla, más no se sentó en ella.

-¿Cuál es el motivo por el que estás haciendo esto?

-Es una pequeña sorpresa que tengo para ti-dijo Stolas con un ligero toque de misterio.

Blitzo arqueó las cejas, con una sonrisa torcida en la comisura de sus labios.

-Estás tramando algo.

Su comentario fue una afirmación, muy seguro de lo que decía, a lo que Stolas sólo le sonrió traviesamente.

-Se podría decir que sí.

-¿Y cuál es el misterio?-preguntó Blitzo cruzando los brazos y dándose golpecitos con los dedos.

Su actitud era la de un jefe hablando con sus clientes y empleados, lo que provocó una ligera risita en el búho que se encogió de hombros. Su sonrisa delataba tanta alegría que Blitzo a frunció el ceño aún más.

Sabiendo que ya era momento de tocar el tema, Stolas tomó un sobre que se hallaba en medio de los platos de ambos y lo entregó a Blitzo que lo miró confundido.

-¿Qué es esto?

-Es una sorpresa, amor.

-¿No es algo malo?

Blitzo se encogió de hombros ligeramente al recordar algo parecido que sucedió hacía muchísimos años atrás. Un dejávu desagradable para él.

Stolas respiró hondo, observando a Blitzo y entendiendo su lenguaje corporal.

-Nunca te haría eso de nuevo, Blitzy.

Blitzo se relajó y sacó aire, relajando los hombros. Abrió el sobre con cuidado descubriendo unos papeles perfectamente ordenados.

Su cuerpo quedó petrificado al ver lo que eran esos papeles. Con los ojos abiertos enormemente y la respiración lenta, alzó la mirada hacia su esposo.

-No entiendo, Stolas.

Hablaba despacio, separando cada sílaba y pronunciándola con cuidado.

-Quería darte la sorpresa, así que le pedí a Via y Loona que no te dijeran nada-habló Stolas con calidez, como normalmente se expresaba.

"Estuve checando los trámites de adopción durante los últimos días para asegurarme de que todo estuviera en orden."

Stolas se rascó la cabeza tímidamente, encogiéndose de hombros igualmente.

-Me dijeron que podemos ir el día que queramos a adoptar, al menos por este mes.

Blitzo escuchaba las palabras de Stolas mirándolo fijamente, petrificado. Sus manos, que sostenían los papeles, comenzaron a temblar poco a poco.

-Por eso te traje el pastel que nos gusta ya que quería celebrar contigo que ya podremos adoptar pronto un hijo-finalizó Stolas.

Blitzo dejó caer sus brazos en automático, soltando su cuerpo y sus extremidades de tal manera que los trámites se resbalaron por sus dedos y cayeron al suelo.

-Blitz, ten cuidado.

Stolas hizo un movimiento para agacharse a recoger los papeles, pero no tardó en ver a su marido, congelado de pies a cabeza, con la mirada fija en él, los ojos brillosos y lacrimosos.

El corazón del príncipe se conmovió al ver a su amado pasmado ante él.

-Blitzy…-sólo puso pronunciar su nombre.

Como si respondiera al llamado, Blitzo logró alzar los brazos abriéndolos grandemente hacia el búho.

-Abrázame…-pidió con la voz quebrada.

Stolas obedeció, agachó completamente el cuerpo acercándose a Blitzo y lo estrechó entre sus brazos para luego alzarlo y erguirse con él. No tardó en sentir las lágrimas de Blitzo cayendo sobre las plumas de su hombro.

Blitzo enroscó su cola en la cintura del búho y lo abrazó también con las piernas para aferrarse al cuerpo de su cónyuge. Pasados unos segundos en los que Blitzo no paraba de gemir y llorar, Stolas comenzó a tener las mismas sensaciones.

-Me contagias el llanto-dijo Stolas con una risita de nervios.

-No sabes lo feliz que soy en este momento-dijo Blitzo con la voz entrecortada por los sollozos.

-Deseaba tanto verte así de feliz-respondió también Stolas entre lágrimas.

Blitzo soltó su agarre, sosteniéndose gracias a sus piernas y cola aferradas al búho, tomó el rostro de su marido entre sus manos y comenzó a besarlo por toda la cara con cariño y pasión.

Le besó las mejillas, la barbilla, los labios, la frente y el pico repetidas veces pasando por las mismas zonas del rostro varias veces. Sus besos eran rápidos y tronados.

-No sabes cuando te amo-dijo Blitzo mirando fijamente a su pareja mientras continuaba llorando.

-Yo también te adoro, Blitzy.

-Pensé que no querrías tener hijos-comentó Blitzo con evidente curiosidad.

-Tengo un poco de miedo, pero Via me animó mucho y…-Stolas hizo una pausa para meditar lo que diría a continuación-…quiero que formemos una familia propia.

El semblante de Blitzo se tornó afectuoso y agradecido.

-Aunque Loona y Via son importantes para nosotros y lo serán por siempre, me encantaría que tener un hijo que sea tuyo y mío.

"Y siendo franco, quiero tener hijos con alguien que me ama."

Ahora fue el corazón de Blitzo el que se conmovió, volvió a llorar y acarició el rostro de Stolas con los dedos, haciendo movimientos suaves y cariñosos.

-Muchas gracias, Stols.

El aludido le sonrió de vuelta y acercó sus labios a los de Blitzo para besarlo amorosamente. Blitzo le devolvió el ósculo, rodeó con sus brazos el cuello delgado de Stolas y aumentó la pasión del beso, aunque sin perder ese toque de dulzura que los caracterizaba desde el comienzo de su relación.

Tras finalizar su beso, ambos permanecieron viéndose con cariño, Stolas acarició la mejilla roja de Blitzo.

-Por cierto, debemos organizar su habitación.

-Puede ser la recámara de Loony ahora que ya vive con su novio-exclamó Blitzo animadamente.

-Via dice que si es una cachorra no tiene problemas en compartir habitación.

-Entonces la habitación de Loony Toony sería sólo si es cachorro.

-También podemos mandar a construir una recámara para él o ella-agregó Stolas pensativamente.

-Y la voy a decorar con caballos-dijo Blitzo con los ojos brillosos por la alegría y el gozo.

-Con estrellas-afirmó Stolas con los ojos entrecerrados.

-Via ya tiene su recamara adornada con estrellas; que nuestro hijo la decore con caballos.

-Bueno, te daré la razón en ese aspecto-sonrió Stolas.

-Y le enseñaré a usar armas-volvió a decir con excitación Blitzo.

-No…sin armas-sentenció severamente Stolas.

-Tiene que defenderse-reclamó Blitzo.

-Si se te ocurre enseñarle a usar pistolas juro que practicaré abstinencia por una semana contigo-aseveró Stolas con un tono frío.

-No, no, no, no, jamás me vas a negar los apapachos ni el sexo-Blitzo hizo negaciones con las manos, aumentando el volumen de su voz.

-Puedo aguantar una semana sin tocarte-aseguró Stolas arqueando las cejas de arriba abajo con coquetería.

-Dudo mucho que puedas resistirte a mis encantos.

Blitzo colocó su brazo derecho en la cintura y la mano del izquierdo en su clavícula haciendo una pose sexy y engreída mientras Stolas achicaba los ojos.

-Resistiré una semana-afirmó.

-Ni un día podrás aguantar sin besarme-aseguró Blitzo traviesamente.

-¿Cómo estás tan seguro, mi bello esposo?-cuestionó Stolas con picardía alzando las cejas y sonriendo de medio lado.

-Ya estoy sintiendo las vibraciones de tu cloaca y todavía no inicio el ritual para penetrarte-dijo Blitzo mostrando una mirada pícara.

Stolas soltó una carcajada sonora.

-Me descubres muy fácilmente.

-Tengo ocho años siendo tu pareja y otros más conociéndote-sonrió triunfalmente Blitzo.

-Y he sido muy feliz contigo-comentó Stolas con las mejillas rojas.

-Y yo mucho más-agregó Blitzo con dulzura.

Volvieron a acercar sus rostros, esta vez para recargar sus frentes una con la otra. Stolas tomó una de las manos de Blitzo y la estrechó con la suya entrelazando los dedos de ambos.

-Vamos a celebrar nuestra próxima adopción.

-Primero con el pastel y luego a nuestro modo-dijo Blitzo con un tono cariñoso y pícaro al mismo tiempo.

-Andas caliente-comentó Stolas con gozo y excitación.

-Tendré que aprovechar para hacer el amor antes de tus intentos fallidos de abstinencia.

El par se río por lo bajo y apretaron aún más el agarre de sus manos juntas, apoyadas las frentes una con la otra.

Y ninguno se atrevió a decirlo, pero una parte de sus corazones sabía que tener un hijo era sólo un complemento a su relación; un sueño frustrado que ambos deseaban realizar, una meta en pareja.

Porque Blitzo y Stolas sólo necesitaban la presencia, amor, empatía y comprensión que compartían mutuamente para disfrutar la vida que ahora habían formado.

FIN

Espero les haya gustado. Fue un poco difícil por el tema de la paternidad y el tener que involucrar a Loona y Octavia (en especial la segunda).

Ciertamente, espero que en el canon oficial sí se conviertan todos en una familia feliz independientemente de si adoptan otro hijo o no.