Los personajes no me pertenecen , hago esta historia sin fines de lucro.
Escrito especial para participar en el #Sextember5 de la página Fanfics y Fanarts de Ranma Latino.
ADVERTENCIA : el presente fic tiene contenido fuerte, no apto para personas sensibles o que se ofendan con facilidad. En próximos capítulos incluirá escenas de sexo no consensuado.
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Recargado sobre la puerta de su habitación en penumbras, con el murmullo del tránsito en el exterior como música de fondo, el vencedor de temibles peligros, poderosos enemigos y que no retrocedía ante ningún reto, temblaba. Todo su cuerpo se estremecía como si una fiebre de cuarenta grados se hubiera apoderado de él en los últimos minutos. Efectivamente "algo" se había posesionado de su ser, pero no era una enfermedad.
Años viviendo bajo el mismo techo, olfateando su perfume, disfrutando su compañía, mirándola día y noche, habían terminado por mellar en su autocontrol. No era de palo, no podía fingir que no percibía su voluptuosidad, su aroma especial, el cambio en el cuerpo de ambos. Aunque las otras siempre se le acercaban encimándole sus curvas y no podía negar que en ciertos momentos tuvo pensamientos para caer en la tentación, ella aparecía en su mente cada que tenía sus fantasías "especiales".
Estoicamente soportaba cuando algún pusilánime se le acercaba con intenciones nada santas, pero Akane se encargaba de ponerlos en su lugar con una mano en la cintura. Sin embargo, hoy su paciencia había llegado al límite.
La había visto quedarse después de su última clase platicando con Kato, uno de sus compañeros de la universidad: veinte años, atlético, comprometido con el judo, de hermosos ojos verdes, dotado para los estudios, apuesto y extremadamente galante. Vio con claridad cuando él le tomaba la mano delicadamente al tiempo que le decía algo mirándola a los ojos, ella se quedó embelesada para luego sonrojarse y reír con esa cantarina voz que embrujaba.
Ranma echaba humo por las orejas, más el tiempo le había enseñado a dominar su carácter, por lo menos frente a los compañeros.
-¿Los estoy interrumpiendo?- exclamó bastante alto después de carraspear desde la puerta del salón- si quieren vuelvo más tarde.
-No, Ranma, ya me estaba despidiendo de Tendo- dijo el joven dirigiéndose al recién llegado para luego decirle a Akane- por favor piénsalo.
Al girar después de despedirse de ella miró de manera enigmática a Ranma mientras le guiñaba un ojo.
-Te recuerdo, Akane, que tienes un compromiso – reclamó el de ojos azules rumbo al departamento después de pasar casi todo el camino en silencio.
-También te recuerdo, Ranma, que solo es un papel- contestó la chica con serenidad pasando por enfrente cuando le abrió la puerta del edificio.
Él sabía por qué lo decía, recordaba perfectamente cuando endosaron aquel documento con los sellos familiares, rememoró la mirada de decepción de ella cuando pronunció esas mismas palabras ante la emoción de la familia.
-Oficialmente - recalcó cuidadosamente – me debes respeto- continuó, pulsando el tercer botón del elevador.
-Y nunca te lo he faltado yéndome a comer cada que puedo con una "amiga" o permitiendo que alguien más me pegue el cuerpo de manera seductora ¿O si?- comenzaba a ser notoria su molestia.
-¡No, claro! Nada más dejas que te tomen de la mano mientras te proponen no sé qué cosas estando a solas- prosiguió desplegando la puerta permitiéndole pasar primero.
-Lo que haga o deje de hacer no es de tu incumbencia- contestó elevando un poco la voz mientras se descalzaba en la entrada.
-¡Claro que me incumbe! - dijo entre dientes intentando calmarse mientras la esperaba después de quitarse los zapatos.
-¿¡Por qué, Ranma!? ¿Por qué te importa lo que haga? - reclamó parada justo frente a él alzando la barbilla.
Apenas rebasaba su pecho estando totalmente erguida, él se inclinó levemente para verla de cerca, los ojos de ambos llameaban con emociones acumuladas.
-¡Porque eres mi esposa! -
-¡Sólo por un papel! Y nada más como requisito, en realidad tú y yo…
Ranma había llegado a su límite, sintió cómo la furia subió desde las entrañas hasta su cabeza, una ola de ira lo arrastraba inevitablemente haciéndolo perder todo dominio de sí y el autocontrol se fue por la borda.
Sin delicadeza, tomó la faz de Akane entre sus manos, desesperado acercó su rostro y juntó torpemente sus labios con los de ella arrinconándola contra el muro a su espalda en un arrebato de celos; arremetió contra aquella boca de la única manera que sabía: como un combate, intentando someterla con posesión e inexperiencia.
La chica, sorprendida ante el acto, no reaccionó. Era el primer beso que recibía de manera consciente y se lo estaba dando aquél que le provocaba pasar del amor al odio en cuestión de segundos. Antes de que pudiera hacer otra cosa, Ranma se separó dejándola con una sensación de vacío e incredulidad al mismo tiempo.
-No lo olvides, Akane, estamos casados así que acostúmbrate.
Dio la media vuelta sintiendo que las piernas le flaqueaban, llegó hasta su habitación cerrando tras él y se dejó caer en el piso; alegría, excitación, miedo, ansiedad, todo al mismo tiempo bullía en su interior.
Al fin había besado a Akane.
Mientras tanto, ella seguía parada en el mismo sitio sin saber qué pensar, tocaba sus labios pues los sentía arder luego de aquel inesperado contacto con su "esposo".
¿Acostúmbrate? ¿Ranma había dicho eso? ¿Qué significaba? ¿Acaso él pensaba…? Sacudió la cabeza desechando sus ideas, tenía todo el rostro afiebrado por lo que se dirigió a su propio cuarto para abrir la ventana y recibir el frío aire del invierno.
Esa noche evitaron encontrarse, más tarde cada uno en su lecho libraba una lucha personal.
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¡Hola de nuevo! Ha pasado mucho tiempo ¿cierto ?
Pido humildemente me disculpen, no tengo pretextos que exponer, así que simplemente les diré que disfruten y esperen prontas noticias mías .
Gracias por seguir aquí .
