Sinopsis: Charlie encuentra a Vaggie desvelada, otra vez.
Era de noche en el hotel, todos ya estaban dormidos incluso Charlie, quien en mitad de su sueño volteó su cuerpo al otro lado de la cama y estiró su brazo para abrazar a su pareja, solo para encontrarse con un espacio vacío. Su subconsciente notó la falta, o más bien la sobra de espacio y alertó a Charlie para que se despertara.
"¿Vaggie? Divago con una voz vaga. Nada, levantó la cabeza y miró alrededor de su habitación mientras sus ojos intentaban abrirse paso entre la oscuridad, pero de nuevo, nada, ni una luz o algún sonido que delatara alguna presencia.
Se levantó de la cama y se dirigió tambaleante a la puerta, no sin antes chocarse un pie con uno de los muebles.
"¡Por los siete pecad–" ahogó sus palabras y mordió sus labios para contenerse y no gritar mientras se sujetaba el pie. "…colores del alcoirisss…" Chilló en voz baja y se sobó hasta que el dolor desapareció.
Volvió a su cama y buscó su teléfono debajo de sus almohadas para usar la pantalla de su celular, el cual tenía una foto de ella y Vaggie abrazándose en una cita como linterna.
Salió de su cuarto y todo se encontraba en un silencio muerto en cada pasillo y cada piso, a excepción de los ocasionales ronquidos de los demonios inquilinos a medida que bajaba los pisos.
"Genial, empiezan a respetar el toque de queda, ya es algo." Se felicitó Charlie en su mente.
No fue hasta que llegó a una de las oficinas en el primer piso, pasando por la recepción, que encontró la luz prendida.
Al entrar lo primero que noto fueron las pequeñas montañas de papeles en un escritorio. El escritorio de Vaggie. Charlie se movió entre los papeles cautelosa de no derrumbarlos por accidente, al llegar a su destino, encontró a Vaggie dormida en su escritorio, con su cabeza hundida entre papeles y con una pluma en mano y tazas de café a su alrededor. Respiraba tan plácidamente que Charlie no quería levantarla, pero temía que los dolores de espalda de los cuales Vaggie se había quejado últimamente empeoraran a causa de los lugares poco ortodoxos para dormir que Vaggie frecuentaba.
Se acercó preparada, y agitó a Vaggie lo más suave que pudo. Aún ante su delicado toque, Vaggie se levantó sobresaltada y con cierta agresividad al punto de que casi se cae de su silla, pero Charlie se adelantó y la sujetó antes de que eso pasara.
"¿¡Qué!? ¿¡Qué…pasó!?" Farfulló mientras miraba desorientada a su alrededor.
"Ya, ya. Solo te quedaste dormida aquí abajo de nuevo, ven, volvamos a la cama," Propuso Charlie tomó a Vaggie de la mano y jalo de ella, la chica se levantó unos momentos antes de recaer en su silla de nuevo.
"Tan solo…tan solo termino con esto la-la cosa esta y el…" Vaggie balbuceó entre bostezos antes de caer dormida de nuevo en el acto en su silla.
Charlie suspiró profundo antes de acercarse a Vaggie por un costado y se agachó lo suficiente para acomodar el brazo de Vaggie por encima de sus hombros y servirle de apoyo.
"¿Lista?" Preguntó Charlie y solo recibió un ligero gruñido como respuesta. "A la de tres…una, dos…¡Treees! ¡Aaagh!"
Se levantó arrastrando a una dormida Vaggie, ignorante de lo que pasaba, y la sacó de la oficina hasta que llegaron al elevador. Después de llamarlo, checó si Vaggie estaba despierta en vano, pues ya había vuelto a un profundo sueño. Mientras Charlie la sostenía intentó acomodar a Vaggie en una mejor posición, por un segundo su agarre se resbalo y por tratar de recuperarlo, la cabeza de Vaggie terminó reposada en el torso de Charlie lo cual plasmo una sonrisa boba en el rostro de la inconsciente Vaggie.
"Chaaarlie…" Cantó con torpeza. "Aqui…no…"
Un rubor creció en la demonio mientras volteaba a todos lados cada segundo, deseando que no se encontraran con nadie.
"Vamooos, ¡Ábrete por favor!" Le suplicó al ascensor.
El pitido y la luz del ascensor por fin anunciaron su llegada y Charlie entró. Después de pulsar el botón al piso más alto, Charlie no pudo evitar ceder ante el peso que cargaba y se sentó en el suelo.
"Perdón, perdón ¿Estás bien? ¿Vaggie?" Agitó nuevamente a Vaggie pero solo recibió unos ligeros gruñidos y quejas como respuesta.
Se sentó en el piso con la espalda contra la pared del ascensor y acomodó a Vaggie en su regazo mientras esperaba a llegar a su destino. No era muy noche, tal vez podrían descansar un poco si llegaban pronto a su cuarto.
Mientras esperaba, Charlie contemplaba a su novia mientras le acariciaba el pelo y se preguntaba cómo había tenido tanta suerte. Sabía que ni en mil años hubiera llegado tan lejos sin la ayuda de Vaggie. Ella sabía mejor que nadie lo desesperante que Vaggie podía llegar a ser, con su constante actitud de mandamás. Pero de la misma manera, sabía que solo lo hacía porque se preocupaba a su propia manera. Justo como ella lo hacía por Vaggie ahora mismo. Estaría mintiendo si dijera que no había aprendido con gusto una cosa o dos de Vaggie directamente.
Su mente continuó divagando con ideas similares hasta que el sueño le cobró factura, antes de que se diera cuenta, los parpados de Charlie se hicieron pesados como cortinas de teatro y lentamente cayo rendida y se recostó en el piso junto a Vaggie, quedándose dormida allí mismo.
Al día siguiente, una intensa pero breve luz y un CLICK despertó a las dos chicas y se encontraron con Angel en las puertas del ascensor, en la recepción, con detrás de él a varios de los otros residentes del hotel quienes intentaban contener su risa en vano y pasaban por mera curiosidad.
"Todos van a adorar esto cuando lo suba," Dijo Angel mirando a su teléfono mientras le enseñaba la foto a todos los presentes, entre ellos un demonio hecho de fuego. Segundos después Angel se dio cuenta que se despertaron. "Oh, buenos días, bellas durmientes." Y explotó en risas junto a los demás.
"Oh, genial…/¡ANGEL PERO QUE MIERDA!"
Un trabajo no tan rápido pero divertido de todas maneras, a pesar de que es más corto de lo normal me gusta mucho más que el capítulo anterior.
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Nos vemos luego.
