Sinopsis: Vaggie y Angel Dust tienen una complicada relación de amor y odio...más que nada de odio...
Si no fuera porque lo tenían como su paciente estrella, desde hace mucho Vaggie le hubiera metido su lanza a Angel por donde no brilla el sol. Y con más que justa razón, según ella.
"¿¡Cuantas veces te tengo que decir que no puedes tener sexo en el hotel?! ¡Sabes bien que tu tratamiento conlleva lidiar con tu adicción al sexo-¡" Vaggie continuó regañando a la araña demonio tras atraparlo en la cama con un inquilino que se estaba tratando de vestir lo más rápido posible. Una vez que lo hizo, paso de largo a Vaggie como Pedro por su casa y salió casi corriendo de la habitación.
"¡Me estoy hartando de tu mierda!" Vaggie siguió. "Si te vuelvo a atrapar teniendo sexo con alguien más juro que te voy a tirar por la ventana! ¡No es posible que-tú-q-que estás haciendo?" Vaggie frenó extrañada.
"Viendo si la altura vale pena," Respondió Angel asomándose desde la ventana.
"¿¡No puedes ser normal por una vez!"
"Zorra, define 'normal' ¿Quieres?"
"¿Ni siquiera te vas a molestar en pretender que te importa esto?"
"¿Por qué? ¿Gano puntos extras si lo hago o que chingados?
…
Era rara la vez que el compromiso de Angel con el hotel no era puesto en duda.
Vaggie y Charlie estaban en las puertas del hotel con un semblante para nada apacible.
"Debió llegar hace media hora," Dijo Vaggie con los brazos cruzados mientras tocaba incesante el piso con su bota.
"Iré a hacer algo de té."
"Gracias cariño."
Charlie se paró de su asiento y volvió dentro.
Vaggie reviso la hora en su teléfono por décima vez desde que salió. Soltó un gran suspiro y se masajeó las sienes.
"Que le den. Q-quiero decir…ah, ¿Qué importa?" Se levantó y justo cuando estaba a punto de entrar al hotel, vio como un demonio vagabundo llegaba desde el horizonte por la calle, empujaba un carro de supermercado con unas cajas y algo más que Vaggie no podía ubicar que era.
"¿Pero qué mier…" Fue lo primero que paso por su mente. Los alrededores del hotel y sus zonas próximas no era para mendigar, no solo por la naturaleza del hotel, sino porque Vaggie se había asegurado de espantar a los demonios de su poca monta.
Cuando llegó dónde Vaggie, el demonio vagabundo sacó de un empujón todo el contenido de su carrito, entre las varias botellas de alcohol que cayeron, Un Angel Dust semi dormido rodó fuera del carrito, directo al piso con una expresión ida y lengua al aire.
El vagabundo eructó como saludo, o eso es lo que quiso pensar Vaggie. Angel Dust soltó un gruñido al ser Vaggie la primera cosa que vio al despertar.
Angel Dust se levantó torpemente y casi cayéndose sobre su propio peso, al mismo tiempo se limpiaba como podía sus prendas, o más bien las pocas que tenía. Su pelo estaba alborotado hecho greñas, su traje blanco estaba abierto, dejando al aire su prominente pelaje vultuoso, sus mini pantalones estaban bajados hasta sus pies, gracias a dios aún tenía ropa interior.
"Gracias hombre, te buscaré si necesito un aventón de nuevo." Volteó al vagabundo, quien respondió con otro eructo.
"¿Cómo le pagaste? Sé bien que no tienes dinero desde hace semanas." Vaggie se le quedó viendo con una cara estupefacta, el vagabundo tenía un enjambre de moscas a su alrededor que tenía que concentrarse plenamente en no olerlo ni por accidente.
"¿Quién dijo que le pagué con dinero?" Angel Dust tan solo se limpió la boca con el brazo.
…
Otras veces sus arrebatos eran por niñerías.
"¡Angel solo es un maldito sándwich!" Le gritó Vaggie en el comedor.
"¡Me niego a comer esta mierda!" Dijo señalando a la tapa de pan en su sándwich "¡Hay limites, ¿Sabes?!
"¡Es solo una tapa de pan!"
"¡Prefiero morir de hambre!"
"¡Genial! ¡Le harías un favor al mundo!"
"¡No finjas zorra! ¡Tú más que nadie extrañarías todo esto!" Gritó señalando su cuerpo posando por un momento.
Vaggie soltó otro suspiro exasperada, se le estaban agotando las ganas de aguantar con las tonterías y mierdas de Angel. Por su propio bien, dejo pasar sus típicas transgresiones y se quedó en silencio. Cuando todo pareció que iba a volver a la calma, Angel tuvo que abrir su maldito hocico.
"¿Sabes? Estoy dispuesto a follarte si con eso se te quita lo amargada. Quiero decir, no espero que se te quite, pero al menos así puedo presumir de que te la metí."
…
"Entonces, ¿Vas a decirme cómo es que entraste al mundo de prostitución?" Preguntó Vaggie en la terapia personal con Angel.
"Bueno, necesitaba no morir de hambre, duh, y por desgracia todas las tiendas cerca de donde vivía ya habían tomado precauciones para que no pudiera robarle…o acercarme."
"Sabes que robar es un crimen ¿No?"
"¡No mostrar este cuerpazo al mundo también es un crimen y no te veo quejándote!" Angel se pavoneó mientras posaba acostándose sobre el sofá. "Quiero decir, si, te veo quejándote. Para ti todo lo que hago es un 'crimen'." Angel escupió esa última palabra con hartazgo.
Vaggie golpeó la punta de su pluma contra su libreta con fuerza y luchó contra las ganas de apretar sus dedos contra la pluma. Su sesión cayo en un incómodo, pero agradecido silencio. La vista de Vaggie caída en su hoja en blanco, al contrario que su mente.
"De donde yo vengo siempre había mucho crimen." Su voz no denotaba ninguna emoción en particular. "Si no era yo o alguien de mi familia que era asaltado, era una amiga o un conocido. Donde vivía era un 50/50 si la siguiente semana no volvías a ver a alguien porque lo asesinaron en la esquina.
"Lo que la gente nunca imagina es que tu madre sea la ladrona que la gente te dice que tengas cuidado."
Angel, que había estado usando su teléfono, se congeló por unos segundos y volteó a ver hacia Vaggie reacio.
Si Vaggie notó la mirada de Angel sobre ella, no lo mostró, mientras su único ojo seguía perdido en un punto hueco en la habitación.
"Eventualmente un robo sale mal, y la atrapan y toman acción por mano propia. Recuerdo como mi padre llevó lejos de mi casa para que no escuchara los gritos de mi madre a tan solo unas cuadras."
¿Tu viejo?"
"Él era el opuesto a mi madre. Honesto, honrado, amable, sincero y amigable."
"Suena familiar."
Vaggie asintió de acuerdo inconsciente. "Tal vez esa fue la razón por la que estuvieron juntos…hasta que no lo estuvieron."
¿Qué paso con él? Quiero decir, ¿Ella?"
Vaggie hizo una mueca con desgana. "Una probada de lo que pasa aquí abajo."
El silencio llenó el cuarto, y Angel también perdió la mirada en la nada. Memorias brillando por los ojos de los dos. Un dolor tácito y compartido.
"Supongo que tus viejos realmente pueden joderte."
…
Vaggie tocó con fuerza por cuarta vez la puerta de un cuarto.
"¡Frank! ¡Es hora de la sesión de terapia en grupo! ¡Sal de una vez, todo el mundo te está esperando!"
"¡Vete a la mierda!" Gritó una voz desde dentro.
"¡No me vengas con esa mierda! ¡Si quieres quedarte dentro del hotel tendrás que apegarte a las reglas!"
"¿¡Por qué no te apegas a mi miembro?! ¡Te hace falta!"
"Ok, suficiente."
Vaggie abrió la puerta y entró, en unos segundos lanzó a Frank afuera del cuarto y terminó rodando pro el suelo hasta la puerta de la habitación de enfrente. Vaggie salió apuntándole con su lanza y le colocó la punta en el cuello.
"Si digo que salgas tú sa-¡Aaahg!–" Frank tiró de la lanza de Vaggie, haciéndola perder el equilibrio por un segundo y la agarró por el cuello. Aprovechó el agarre para ponerse de pie y poner a Vaggie contra la pared.
"¡Nadie me dice que hacer, Zorra!"
"¡Hey!" Una voz gritó a su lado y antes de que pudieran ver de quién se trataba, Angel Dust se interpuso entre los dos, separándolos. "¡Nadie llama a mi zorra una zorra!"
"¿Y a ti que mierda te importa lo que haga, puta?/Angel qué demonios estás haciendo?"
"¿Pues que crees tú? Haciéndote un favor."
Con sus seis brazos, Angel Dust retuvo a Frank agarrándolo de los brazos y las piernas, lo levantó del suelo, entre gritos, profanaciones y un repentino gritó de auxilio, Angel lo llevo adentro de su cuarto y lo lanzó por la ventana.
Después Angel salió de lo más tranquilo limpiándose las manos y dándose unas palmadas a sí mismo en el hombro. Su actitud ganadora se desvaneció al ver a una perpleja Vaggie con las manos al aire, como si estuviera agarrando algo y apretándolo muy fuerte.
"¿Qué. Mierda. Hiciste?" Soltó rabiosa.
Angel Dust en cambio soltó un suspiro de hartazgo. "Tranquila, solo lo tiré al contenedor de basura, que es donde pertenece, aunque la verdad no vi si cayó dentro o no." Dijo sin mucha importancia. El ademán de Vaggie por querer aplastar algo entre sus manos sr hizo más fuerte. "Relaja la raja, la altura no era suficiente para matarlo, aunque deseo que lo fuera," Dijo esa última parte en voz baja. "Por cierto, de nada."
Vaggie estaba a punto de reclamarle, pero se detuvo antes de que las bocas salieran de su boca, por mucho que detestase admitirlo, pero, por una vez, Angel tenía razón.
Angel Dust estaba haciendo progreso.
A veces.
Una vez encontró que Angel Dust descubrió alcohol escondido en las habitaciones de algunos inquilinos.
"Escúchame bien enano inútil sin cerebro, el alcohol no lo puedes tomar fuera del Bar y mucho menos puedes a esta hora, así que aprovecha el hueco vacío en tu cabeza que usas para meterte droga barata y grábate las reglas del lugar, ¿O qué? ¿Me dirás qué tus papás son primos?"
Vaggie lo había observado todo, estaría mintiendo si dijera que nos estaba impresionada.
"Wow," Soltó Vaggie de lleno detrás de Angel.
"¿Qué puedo decir? Soy fabuloso, duh," Dijo haciendo una de sus típicas poses.
"¿Y el alcohol? Si metieron alcohol al Hotel deberemos guardarlo con Husk."
"No te preocupes, ya me encargué de eso," Dijo dándole unas palmadas a su estómago sonriendo.
…
Esta semana para Vaggie había sido una desastrosa, cuanto menos.
Husk y varios inquilinos se habían empeñado en apostar al jugar a las cartas a altas horas de la noche, todo generosamente patrocinado por Alastor.
Charlie la habría ayudado, pero recientemente ella se había tenido que enfocar en la imagen publica del hotel, dejando a Vaggie sola para lidiar con los problemas internos.
En toda la semana, la cantidad de horas de sueño que Vaggie había podido acumular se podían contar con los dedos de las manos y los pies, y para terminar de hacer las cosas peor, cuando Vaggie había logrado convencer a Husk y compañía de desistir en sus actividades, Charlie pensó que era una oportunidad perfecta para hacer una fiesta por para celebrar el progreso de todos.
Durante la fiesta, Vaggie rompió su regla de no alcohol, todo en un intento por mantenerse despierta. Unas horas era todo lo que necesitaba, pero su mente batallando para estar en como tres lugares al mismo tiempo no ayudaba en lo absoluto.
Entre la música zumbando sus oídos y las luces intermitentes de colores del arcoíris y demás, el bailar con Charlie mandó a Vaggie a un viaje express a un mundo de nauseas, forzando a la demonio polilla a sentarse lejos de la acción.
No supo cómo o cuando, pero en algún momento entre su falta de lucidez Vaggie se había unido a Angel, Husk y un grupo de inquilinos a un juego de girar la botella.
Vaggie pudo discernir entre sus voces distantes los retos explícitos rozando lo lascivo, desde pasar siete minutos en el paraíso, hasta beber shots de los cuerpos de alguien, Vaggie estaba tan fuera de sí misma que no podía importarle más que mantenerse en una pieza sobre su silla.
Justo en lo que las últimas de sus fuerzas se escapaban a través de su aliento, pudo apreciar como Angel giro la botella en su turno, y terminó apuntando a ella; todo a su alrededor se volvió negro y se desmayó.
Al volver a sí misma y abrir los ojos, Vaggie sintió como si alguien le hubiera clavado dos cuchillas en la cara, pero a pesar del dolor, lo primero que hizo la mente rutinaria de Vaggie fue recapitular todo lo que había pasado la noche anterior, hasta el punto que recordó con quienes, donde y como se había quedado dormida.
El cuerpo de Vaggie se levantó del sofá como un resorte y vio el-
Espera ¿Ella estaba en el sofá?
Vaggie examinó sus cercanías y efectivamente, estaba sentada en un sofá cerca del salón principal donde Charlie había organizado la fiesta.
Para su sorpresa, en lugar de encontrar el lugar patas pa' arriba, todo estaba sumergido en un inquietante e inusual silencio, con nada más que su propia compañía, y la de Angel levantando perezosamente su vista de su teléfono. Una sonrisa picara se dibujó en los labios de Angel mientras que Vaggie dejaba de ver doble.
"¿Qué-¿Qué pasó?"
"Pff, relájate, solo te desmayaste. ¿Qué nunca has ido a una rave? ¿De verdad no recuerdas que pasó?" Preguntó en un tono burlón.
"Te juro que te mato si tu o alguien me dibujo en la cara un-"
La colera de Vaggie se detuvo cuando unas ganas tremendas de vomitar subieron por su garganta. Se apresuró al baño más cercano y vomitó apenas se arrodilló frente al retrete.
Vaggie respiró pesadamente por unos minutos, entonces cuando recupero fuerzas se revisó, descubriendo que esos idiotas-
No habían hecho nada en realidad.
Ningún dibujo. Ninguna broma. De hecho se vio a si misma mejor que la última vez que se vio en un espejo.
Ella abrió su boca para cuestionar a Angel, pero a la primera que lo hizo, otra vez tuvo ganas de vomitar y otra vez volvió a arrodillarse frente al retrete.
Para su sorpresa, una mano se posó gentilmente sobre su hombro, y escuchó a Angel hablándole.
"Entre más rápido lo saques de tu sistema, mejor. Créeme."
A regañadientes Vaggie aceptó su consejo y los siguientes minutos se dedicaron a vomitar hasta mejorar.
Mientras tanto, Angel publicaba en Voxtragram una foto de él con Vaggie durmiendo sobre su pecho esponjoso con el titular de:
"Todas caen"
