Descripción: Saber que algo terrible sucederá en el futuro, pero no poder avisarle a nadie sin poner en riesgo su propia existencia es el dilema que enfrenta Edward, pero decide correr ese riesgo porque por una vez en su vida le importa. Hay una preparación sigilosa hacia un clímax emocionante y aterrador para nuestros personajes.
Descargo de responsabilidad: ¡Hola! Me complace compartir con ustedes mi traducción al español del fanfic "Mysterious Graffiti", escrito por Michaelmas54. Permítanme aclarar que esta traducción es realizada sin ánimo de lucro y con el expreso permiso de la autora con la única intención de compartir esta maravillosa historia al fandom de habla hispana. ¡Muchas gracias, Joan!
Esta historia no ha sido beteada, así que si encuentras errores o tienes sugerencias para mejorar la traducción, te animo comunicarte conmigo. Estoy abierta a aprender y crecer.
Capítulo 12
—Bienvenida a nuestro Club —dice Easy con voz suave y luego me sonríe ampliamente, arrugando la piel alrededor de sus hermosos ojos dorados, lo que suaviza la intensidad de su mirada—. Te daría la mano, pero las mías están cubiertas de pintura —continúa, mostrándolas como evidencia.
Me doy cuenta con vergüenza de que tengo la boca abierta, porque el rostro del hombre que estoy mirando me recuerda a las criaturas divinamente hermosas que adornan los lienzos de las pinturas renacentistas de los siglos XV y XVI. En otras palabras, es como si un ángel celestial hubiera cobrado vida, se hubiera alejado de la superficie de un lienzo y ahora viviera y respirara en mi mundo del siglo XXI.
—Eh…. Hola —tartamudeo después de unos segundos de silencio, después de los cuales me siento totalmente estúpida, ya que probablemente me parezco al muñeco de un ventrílocuo—. Soy, soy, soy Bella, Bella Swan. Trabajo en las oficinas municipales de Seattle. ¿Te gustaría comprobar mi carnet de identificación?
—Por favor —responde y me hace señas para que lo siga hasta su escritorio. Busco en mi bolso, saco mi identificación y se la entrego. Él sonríe y me la devuelve.
—Entonces, ¿cómo puedo ayudarte? ¿He molestado a alguien en el Ayuntamiento? —pregunta cortésmente, pero puedo decir que no es una pregunta seria.
Me siento como papilla en su presencia. Sus ojos son desagradablemente hermosos, tal y como serían los ojos de un dios griego, me imagino. No puedo quitarle los ojos de encima y preguntarme si está usando lentes de contacto ya que el color de sus iris es tan inusual hasta el punto de ser antinatural. Tampoco puedo adivinar su edad. Su piel luce cuidada, impecable, para alguien que supuestamente tiene al menos treinta y tantos años, según el hermano de Kirsty. Parece tener veinte…, tal vez veinticinco, pero tiene los modales de alguien mucho mayor; como si ya hubiera experimentado mucho en la vida.
También hay algo elegante en él, a pesar de que lleva un overol holgado y salpicado de pintura y su cabello hasta los hombros, aunque no desordenado, necesita un cepillado. Sus dedos cubiertos de pintura son largos y delgados; similar al tipo que me abrió la puerta en la tienda. Mientras los limpia con un paño que saca del bolsillo, puedo imaginarlos sosteniendo los mejores pinceles; trabajando delicadamente sobre un lienzo, dando vida a una pintura con su habilidad. Entonces mi mente entra en un modo sórdido y pienso en qué más podría hacer con esos dedos.
—¿Bella? —dice, haciendo que mi nombre suene como una pregunta, lo que me saca de mis pensamientos no cristianos.
—Lo siento —me disculpo mientras lucho por sacar el archivo de fotografías de mi bolso—. Estoy tan desconcertada por lo que está sucediendo aquí, que en realidad me quedé sin palabras —le explico con la esperanza de que no se dé cuenta de que es él quien me deja sin palabras, no su club.
Se ríe de mi cumplido y recibo otra de sus espectaculares sonrisas a cambio.
—Gracias. Es muy amable de tu parte decirlo. Los niños son increíbles, ¿no? Cuando vienen a mí por primera vez, sólo necesitan un poco de orientación, después les doy un suave empujón en la dirección correcta y luego los dejo volar. Cada niño aquí tiene diferentes niveles de habilidad, pero una vez que descubren en qué son buenos, los ayudo a llevar sus habilidades al siguiente nivel y luego al siguiente. Al poco tiempo ya no me necesitan, pueden volar solos.
—Eso es maravilloso —digo efusivamente cuando puedo ver que habla en serio cada palabra que dice mientras mira casi con amor a los niños y no a mí.
Siento que fácilmente podría enamorarme perdidamente de este hombre y ya estoy esperando y rezando para que no haya una «Sra. Easy» acechando en algún lugar cercano. Además de su escandalosa belleza, la forma en que habla de los niños es suficiente para hacer explotar los ovarios de cualquier mujer edad fértil. De hecho, estoy lista y dispuesta a tener sus bebés ahora mismo.
A pesar de estar en la presencia divina del Sr. Ojos Dorados, Sexo con Piernas y aparentemente buena persona, tengo que concentrarme y volver al modo de trabajo, así que abro el archivo y le muestro la fotografía del mural en el Acuario.
—El alcalde quiere que averigüe quién dibujó este y todos los demás murales en este archivo. Él, ella o ellos no están en ningún tipo de problema. Al alcalde le gustaría encargarles que hagan otros trabajos en la ciudad, por lo que es mi trabajo localizar al artista o artistas. ¿Tienes alguna idea de quién podría ser el responsable?
Se acerca y toma el archivo de mis manos y luego hojea las páginas; mirando cada fotografía por turno con mucha atención. Observo que presta mucha atención a cada uno, pero sigue volviendo a la imagen del ataque con armas de fuego cerca de la escuela.
—Eso no es del mismo artista —dice asertivamente y me devuelve el archivo.
—¿Cómo puedes estar tan seguro? —pregunto a pesar de que ha llegado a la misma conclusión que yo cuando lo vi.
—Instinto —responde y luego elabora—. Los demás dibujos han sido pintados con cuidado. Hay florituras adicionales en cada uno. Pequeños detalles que sólo ves si miras de cerca. El artista muestra su habilidad más allá de pintar lo que quiere que vea el público. No hay nada especial en la foto de la escuela; no hay talento, no hay arte. Es sólo un comentario sobre algo que aparece actualmente en las noticias.
Miro fijamente la foto y lo que dice justifica mi propia impresión de que ese no tenía la misma calidad de los demás. Fue sólo Jay quien dijo que le pareció haber visto al chico de la capucha merodeando cerca de la puerta de la escuela lo que le hizo pensar que era uno de los suyos. Nunca me gustó esa imagen, así que no tuve reparos en que la borren de la pared la próxima semana.
Mientras pienso en lo que ha dicho Easy, un niño le pide ayuda. Se disculpa y se acerca al chico que está absorto haciendo modelos. Lo vi interactuar con él de una manera totalmente relajada hasta que está satisfecho de que el problema se haya resuelto y luego regresa hacia mí.
—Esas pinturas han sido dibujadas por alguien con mucha habilidad, pero, aunque mis alumnos pasados y presentes son muy capaces, no hay nada en esas imágenes que indique que fueron hechas por alguno de los míos. Lo siento, no puedo ayudarte.
—Está bien —digo, luego lo miro a sus ojos dorados de nuevo—. ¿Puedes decirme una cosa?
—Claro, dispara.
—¿Easy? ¿Por qué los niños te llaman Easy, Fácil en español?
—Eso es «fácil» —responde y se ríe de su propio chiste—. Mis iniciales son EC. Les dije a los niños que me llamaran así al principio, pero con el tiempo se transformó en Easy (12).
—Entonces, ¿cuál es tu verdadero nombre?
—Esas son dos preguntas. Solamente estuve de acuerdo con una.
—Eso no es justo —me quejo.
—Lo sé —dice y sonríe.
Vuelvo a guardar el expediente en mi bolso y tomo una decisión instantánea que espero que él también responda favorablemente.
—¿Podría quedarme hasta el final de la clase? Me encantaría hablar con los niños si te parece bien.
—Claro —responde y me hace señas para que lo siga. Abre un armario alto y saca un sobretodo delgado para ponerme encima de la ropa, luego me quita la chaqueta y el bolso y los coloca detrás de su escritorio—. Anda, ve. Diviértete —añade.
Deambulo por la sala y hablo con la mayoría de los niños sobre su trabajo, dónde van a la escuela, qué arte hacen allí, pero sobre todo los escucho hablar efusivamente y sin que nadie les pregunte sobre el hombre que conocen como «Easy». Y cómo este club es tan importante para ellos. Muchos de los niños provienen de familias con ingresos muy bajos; puedo verlo por su ropa, especialmente por sus zapatos, pero todos están llenos de optimismo. A los mayores, el club les ha dado esperanza porque están aprendiendo habilidades que podrían utilizar en su lugar de trabajo, y esto les ha dado cierta confianza sobre su futuro.
Intento obtener información de ellos sobre Easy, como si vive en la zona o si alguna vez tuvo ayuda como algún adulto cerca de vez en cuando, pero los niños simplemente responden a mis preguntas con una mirada en blanco o encogiéndose de hombros. Este hombre es un misterio, al igual que el encapuchado.
El tiempo pasa volando y pronto llega el momento de recoger todo. Ayudo a limpiar los botes de pintura y a guardar todo, luego me despido de los niños cuando los recoge un padre u otro adulto conocido. Cuando el último niño se ha ido, recojo mi abrigo y mi bolso de detrás del escritorio y camino hacia Easy, que está recogiendo la última de las mesas.
—Gracias, realmente lo disfruté —digo—. Tienes un lugar increíble aquí. No puedo empezar a expresar lo impresionada que estoy.
—Me alegro que te hayas divertido —responde—. Puedes volver si quieres.
—¿Puedo? —respondo, tratando de no parecer demasiado desesperada—. Me acabo de mudar a Seattle y no tengo mucho que hacer por las noches. Estaré feliz de poder ayudar.
—Claro —dice—. Siempre estoy un lunes o un viernes, así que ven cuando puedas.
—Me encantaría hacerlo ambos días, pero sólo puedo venir los lunes, ya que vuelvo a casa en Forks los viernes. ¿Estaría bien?
—Muy bien. Te veré la semana que viene y espero que para entonces hayas encontrado a tu artista misterioso.
Me dirijo hacia la puerta y me giro para despedirme agitándole mi mano. Él dejó lo que estaba haciendo y me está viendo partir e inmediatamente empiezo a esperar y rezar para que esté interesado en mí como persona.
—Adiós, entonces —casi susurro y cruzo la puerta antes de empezar a sonrojarme.
Mientras deambulo lentamente hacia el auto, deseo que me siga, pero no lo hace, así que me siento en el auto por unos minutos esperando que pueda reunir el coraje para hablar conmigo nuevamente. También necesité unos momentos para intentar entender lo que acababa de pasar allí antes de partir hacia casa.
Si no fuera por los ojos dorados, podría haber sido el tipo de la capucha. Intenté mirarlo disimuladamente desde un lado para ver si llevaba lentes de contacto, pero no quería que me sorprendiera mirándolo como si fuera un espécimen científico. Su altura era correcta, su estructura corporal y color de cabello podían ser correctos, pero no había pruebas suficientes para condenarlo si lo hubiera elegido en una rueda de identidad.
Su voz era cálida y profunda pero no capté el indicio de acento que había escuchado cuando me habló en la tienda, pero había algo más. Había algo familiar en él que no podía identificar. Estaba segura de no haberlo conocido antes porque tenía una cara que una vez vista nunca olvidarías, pero sentí como si lo conociera de algún lugar, pero no podía pensar dónde. Mientras arranco a Freddie y configuro el GPS a casa, hago el cálculo cauteloso: 50-50. Easy es el hombre que estoy buscando, pero ¿cómo podría probarlo?
Mientras me alejo pienso en lo que me dijo mientras miraba las fotografías. Él negó... no, esa palabra estaba mal, dijo que no había nada que indicara que alguno de sus estudiantes pasados o presentes fuera responsable, pero nunca dijo que no fuera él, y estúpidamente no le hice la pregunta directa. Tengo ganas de frenar bruscamente y regresar, pero me daría vergüenza regresar ahora, así que tendría que dejarlo para la próxima semana. En lugar de eso, me alejo del complejo industrial con la esperanza y la oración de que algo suceda antes del próximo lunes para poder resolver el misterio sin tener que enfrentarlo sin ninguna prueba.
El viaje a casa toma la mitad del tiempo que tomó llegar allí, así que estoy de regreso en el apartamento poco antes de las diez. Estoy cansada, pero sé que no podré dormir sin ayuda, así que abro la botella de vino de emergencia que compré hace una semana y me sirvo un vaso lleno. También tengo hambre, así que me preparo unas tostadas con mantequilla de maní y me siento en el sofá mirando las palabras en mi ventana, que milagrosamente han sobrevivido a la tormenta que azotó Seattle después del miniterremoto del sábado por la noche.
¿Cuál era el mensaje? ¿Qué estaba tratando de decirme? ¿Por qué tengo que resolverlo por mí misma? Me devano los sesos por centésima vez porque todavía no puedo ver una conexión entre ninguna de las pinturas, aparte tal vez de las palabras de Eleanor Roosevelt sobre los sueños y la chica de la hamaca soñando con ganar una carrera de caballos.
Había bebido aproximadamente la mitad de la botella antes de recordar que Freddie está estacionado en la calle y que tengo que conducir antes de las ocho de la mañana. Entonces entro en pánico porque todavía podría estar por encima del límite mañana, así que bebo un vaso grande de agua para intentar diluir el alcohol y luego me preparo para ir a la cama sintiéndome un poco irresponsable. Sin embargo, el vino funciona y me quedo inconsciente.
-MG-
Martes 2 de mayo
Llego a trabajar sin que me arresten y estaciono a Freddie en el estacionamiento como de costumbre. No puedo evitar hacer una pausa para mirar al cisne nuevamente, preguntándome si también hay una pista en esta pintura, pero nada salta a la vista, así que suspiro con frustración y me dirijo al ascensor.
El piso está desierto, aparte de Jim, así que me preparo café y tengo media hora de paz y tranquilidad antes de escuchar las voces de mis colegas mientras salen del ascensor listos para otro día de trabajo. La voz de Kirsty suena por encima de todas las demás y puedo decir que está animada por algo, así que asomo la cabeza por la puerta y le pregunto por qué está preocupada.
—Es hora del sorteo, Bella. El Derby de Kentucky será el sábado. Iré por tus cinco dólares más tarde; el ganador se lo lleva todo.
—¡Ay, cielos! —gemí y me dirijo de regreso a mi escritorio. Detesto este tipo de cosas, ya que sería mejor tirar el dinero por el inodoro porque nunca gano nada. En este momento odio a Kirsty, porque sé que terminaré viendo la carrera con Charlie y luego me decepcionaré por no haber ganado nada. Entonces decido no mirar el nombre del caballo que me toque hasta llegar al trabajo el lunes por la mañana.
Entonces Jay entra y murmura «buenos días» y deja su chaqueta en la silla.
—¿Estás bien? —pregunto mientras parece pálido.
Sacude la cabeza y se gira hacia mí y puedo ver que un lado de su cara está hinchado.
—¿Estuviste en una pelea? —pregunto con incredulidad ya que Jay definitivamente no es del tipo que pelea.
—Sí —responde con amargura—, con el puto dentista. La aguja se rompió en mi encía mientras me anestesiaba. Le tomó más de media hora extraer cada pedazo y luego el cabrón intentó cobrarme por una doble consulta porque dijo que me había excedido de mi hora. Le dije que se fuera a la mierda.
—Bien hecho —respondo con simpatía, porque yo también tengo miedo de los dentistas—. ¿Te traeré café, con una pajita si quieres?
—Ja… ja… ja… —dice y luego vuelve a hacer una mueca de dolor.
Le preparo un poco de café y le pido dos Tylenol a nuestra farmacéutica residente, Kirsty, y se los coloco frente a él. Gruñe un gracias y comienza a hojear sus correos electrónicos.
—De nuevo, no hay nada de encapuchado. ¿Crees que lo hemos detenido ahora porque estamos tras él?
—No sé. Es posible, supongo —respondo esperando estar equivocada.
—¿Cómo te fue anoche en el club de arte?— pregunta Jay mientras sorbe su café con un lado de la boca.
—Bien, de hecho, fue asombroso e inspirador. El tipo que lo dirige es fantástico.
—Pero ¿entonces no es nuestro encapuchado?
—No sé. Tenía la altura y la forma adecuadas, pero sus ojos eran del color equivocado, a menos que anoche estuviera usando lentes de contacto, pero no creo eso.
—¿Tal vez llevaba lentes de contacto cuando lo viste en el muelle? —sugiere Jay.
Me golpeo la frente con la mano cuando Jay dice eso de manera indiferente, y no puedo creer lo estúpida que fui al ni siquiera considerar esto como una solución. Quizás su extraño color de ojos sea una condición médica, ¿algo así como cuando las personas albinas tienen ojos rosados, por lo que es posible que tenga que usar lentes de contacto cuando brilla el sol? Esto me brinda un nuevo salvavidas, ya que a regañadientes ya había comenzado a descartar mi fantasía rápidamente floreciente de que Easy sea el chico de la capucha porque no podía solucionar el problema de los ojos. Ahora la posibilidad de que él fuera el culpable estaba en un setenta y cinco por ciento.
Le envío un mensaje de texto a Kate para contarle cómo me fue anoche y agregué que esperaba vernos pronto. También le envié un mensaje a Mike, ya que él me había enviado un mensaje de texto sobre nuestro encuentro en los próximos días. Jessica también se había ofrecido a llevarme a un lugar de música una noche de esta semana, por lo que mi vida social estaba mejorando rápidamente.
Kirsty irrumpe y luego me exige cinco dólares, que le entrego de mala gana y luego saco un trozo de papel doblado de una bolsa. Ni siquiera me molesto en comprobar cómo se llama el caballo. Simplemente lo guardo en el cajón donde permanecerá hasta el próximo lunes.
—¿No vas a mirar? —Kirsty se lamenta.
—No, porque sé que va a perder. De todos modos, no soy fanática de las carreras de caballos.
Kirsty se encoge de hombros y se acerca a Jay, quien elige su caballo e inmediatamente busca las probabilidades en Internet. No son buenas noticias.
Kirsty está a medio camino de salir por la puerta cuando se da vuelta y susurra furtivamente—: ¿Oyeron lo último sobre el alcalde y sus problemas matrimoniales?
—No —respondo con entusiasmo porque me encantan los chismes. Noto que las cejas de Jay se elevan y sacude la cabeza como si estuviera levemente disgustado con nosotros, pero sé muy bien que escuchará con avidez lo que Kirsty tiene que decir.
—Bueno… llevó a su amante al restaurante giratorio en lo alto de la Needle el sábado por la noche. Estaban allí cuando ocurrió el sismo, lo que significó que no se les permitió usar los ascensores para bajar hasta que los ingenieros les dieran el visto bueno. Además de eso, el suministro eléctrico y el respaldo de emergencia fallaron, lo que significó que las cocinas estuvieron fuera de servicio por lo que ni siquiera podían cenar mientras esperaban, además las escaleras estaban a oscuras así que los comensales quedaron atrapados allí hasta que se restableció la energía. Cuando bajaron, alrededor de la una de la madrugada, las estaciones de televisión estaban afuera entrevistando a las personas que habían quedado atrapadas y lo vieron tratando de escaparse con la chica.
—¡Ay, cariño! —comento secamente.
—Eso no es todo —continúa Kirsty con deleite—, una de las secretarias de arriba es amiga de su esposa. Aparentemente ella ha estado insistiendo durante años para que la lleve a cenar allí, pero él nunca lo ha hecho, así que está doblemente metido en problemas.
—Se lo merece —digo mientras imagino al alcalde esquivando los misiles que le lanzaron tan pronto como cruzó la puerta de su casa.
—Hoy vino, pero todos se mantienen alejados —se ríe mientras se dirige a la puerta para extrapolar cinco dólares del resto del personal desprevenido.
—Gracias por la advertencia —comenta Jay mientras busca en Internet cualquier chisme obsceno sobre el alcalde y la «otra», lo que demuestra que había disfrutado escuchar sobre el alcalde y sus problemas tanto como Kirsty y yo.
—Eres peor que una vecina chismosa —lo acuso cuando veo que sus ojos se abren cuando obviamente encontró la noticia correcta.
—¡Mierda!, ven y mira esto —dice emocionado y me hace señas. Supongo que ha reconocido a la chica en cuestión, así que me acerco para ver cómo es. En lugar de eso, Jay está mirando una fotografía tomada de largo alcance de la Space Needle que obviamente fue tomada con una lente de zoom desde otro edificio alto durante el corte de energía, donde se puede ver claramente que algunos de los comensales del restaurante sostienen un cartel que dice: «¡Envíen comida!»
—¡¿Qué…?! —murmuro y luego corro hacia mi escritorio y tomo de mi impresión del mural en el patio de recreo, que a primera vista es casi una copia exacta de lo que acababa de ver en la computadora de Jay. Le tiro la imagen a Jay, quien la sostiene frente a la pantalla para comparar las imágenes que son casi idénticas; la única diferencia es que el mural es obviamente una pintura, no una fotografía.
—¡Jesús! —Jay exclama y se rasca la cabeza—. ¿Cómo diablos explicamos esto? ¿Este tipo también es un maldito psíquico?
—No lo sé —murmuro mientras camino de regreso a mi escritorio y me siento antes de que mis piernas cedan.
Ya había aceptado que algo muy extraño, insondable, inexplicable y cualquier otro adjetivo que básicamente implique «raro», estaba sucediendo aquí, pero ahora necesitaba entender si este último descubrimiento podría ser la pista que había estado buscando, lo que podría comenzar a orientarme en la dirección de descubrir lo que está tratando de decirme.
Era muy probable que la Needle hubiera sido afectada por sismos anteriores, y el mensaje «Envíen comida» publicado en las ventanas del restaurante era el viejo chiste que se hace cuando la gente se queda atrapada allí, pero era demasiada coincidencia. Sucedió tres semanas después de que se pintó el mural. ¿Había «visto» que esto sucediera? Sólo había una manera de averiguarlo.
Hojeo los otros murales hasta que encuentro otra imagen que esperaba pudiera demostrar si realmente había predicho el futuro. Busco el número de teléfono que necesitaba en Internet y luego lo llamo.
Me lleva unos cinco minutos comunicarme con el curador del Museo de Arte Frye, quien afortunadamente es el tipo con el que habló Jay cuando fue a inspeccionar su mural. Me presento y le hago la pregunta.
—¿La galería fue afectada por el terremoto del sábado por la noche, señor?
—Sólo un poco, señorita Swan —responde—. El personal tardó casi todo el domingo en volver a colgar los cuadros adecuadamente y tuvimos daños menores en una estatua que se cayó, pero aparte de este pequeño inconveniente no hubo otros problemas por los que preocuparse.
Puedo ver que Jay me observa atentamente mientras hablo con el curador, ya que obviamente ha entendido hacia dónde me dirijo con mis preguntas. Le pregunto lo siguiente.
—Supongo que no hay ninguna posibilidad de que hayan tomado fotografías de la galería antes de organizarla.
—Sí, lo hicimos, señorita Swan. El Seattle Times quería una selección para un artículo que estaban haciendo sobre el terremoto. ¿Quieres que se las envíe?
—Por favor —respondo y le doy mi dirección de correo electrónico.
—¿Puedo preguntar por qué las necesitas? —pregunta—. Los temblores son algo común en esta parte del mundo, como usted sabe.
—No lo sé con certeza, señor —miento—. Mi jefe me pidió que los llamara.
—Está bien entonces. Las enviaré en breve. Adiós.
Se me revuelve el estómago mientras espero el correo electrónico que confirmaría si estoy lidiando con algo totalmente inexplicable. Apenas puedo quedarme quieto. Mi pie golpea el costado del escritorio y mis dedos tamborilean en la superficie. Puedo decir que Jay está intrigado, pero no está ni cerca del nivel de emoción que yo tengo, pero claro, todavía no ha estado en presencia de Easy.
—¿Estás tratando de hacer una imitación de Dave Grohl? —se queja mientras mis golpes con el pie y los dedos obviamente lo están volviendo loco.
—¿Quién? —pregunto porque nunca había oído hablar de Dave Growl o cualquiera que sea su apellido.
—El baterista de Nirv… Oh, no importa.
—¿No era Nevermind (13) el nombre del mejor álbum de Nirvana? —respondo inocentemente.
—No puedo creer que esté teniendo esta conversación —murmura justo cuando mi correo electrónico suena.
Me siento enferma de nervios cuando abro los archivos adjuntos de la galería, ya que el cincuenta por ciento de mí quiere confirmación de que «Envíen comida» en el mural es sólo una coincidencia, lo que significa que todavía estoy buscando una solución plausible, pero el otro cincuenta por ciento está rezando para que esto confirme que de alguna manera es capaz de predecir el futuro, y aunque esto sería el colmo de la rareza, este es el mensaje que me ha estado diciendo todo el tiempo.
Las primeras fotos son del área del vestíbulo que no se vio gravemente afectada. Las dos siguientes son vistas amplias de la sala principal y, como predijo el mural, muchas de las pinturas están ligeramente desalineadas. Hojeo todas las fotos hasta que encuentro la que más se parece al mural y la amplié para que ocupe toda la pantalla. Para entonces, Jay está detrás de mí sosteniendo la impresión del mural para compararlas e incluso él deja escapar un ligero grito ahogado cuando aparece por primera vez. Aparte de los temas de las imágenes enmarcadas, el mural es casi exactamente idéntico a la fotografía en la pantalla.
—Esto es totalmente extraño —dice mientras mira la imagen.
—Más que extraño —concuerdo—. ¿Crees que Mulder y Scully estarían interesados en encargarse de esto?
—Probablemente, esto es más de su área —responde y luego regresa a su escritorio, agarra su silla y la acerca a la mía.
»Correcto, Bella —dice en un tono oficial «profesional». Repasemos los otros murales y veamos si predijo algo más. Si es así, iré directamente al alcalde.
—No, no lo harás —respondo con fuerza y sin titubear—. Ni tú ni yo diremos nada sobre esto a nadie hasta que sepamos quién es este tipo y por qué. Obviamente hay una razón por la que nos envía mensajes a través de sus murales, pero no es únicamente eso, si hubiera querido que el alcalde supiera lo que podía hacer, lo habría estado acosando a él, no a una consultora de artes urbanas recién nombrada. Además, Jay, el alcalde está bastante enojado en este momento, por lo que si nos apresuramos a ir a su oficina para decirle, en primer lugar, que yo tenía razón y él estaba equivocado acerca de que no había una pandilla involucrada y, en segundo lugar, sospechamos que el artista está prediciendo el futuro al «Pintar murales» por toda la ciudad probablemente no sería muy bien recibido y probablemente me despedirían en el acto por ser una psicópata.
Jay parece descontento por un momento, pero incluso él acepta que hoy no es el día adecuado para molestar al alcalde debido a la situación de su hogar. Hace un sonido gruñón y luego comienza a repasar las imágenes una por una. Primero selecciona el mural del café en llamas y lo examina de cerca en busca de pistas, mientras yo hago clic en Google y escribo «Café en llamas en Seattle». Al instante aparece una lista que se remonta a años atrás; el incidente más reciente se encuentra en la parte superior de la página.
Se refiere a un informe de noticias locales del día que llegué al SeaTac, que fue el sábado 22 de abril. Los últimos 45 minutos de mi vuelo habían sido horrendos mientras estábamos sentados sobre el mar esperando que amainara una violenta tormenta antes de aterrizar. Acababa de soportar una travesía transatlántica de doce horas y todo lo que quería hacer era aterrizar y llegar a casa con Charlie. Además de eso, estaba aterrorizada porque la turbulencia era bastante aterradora y muchos de los pasajeros estaban angustiados. Al final, el piloto tuvo que arriesgarse a aterrizar en la cola de la tormenta porque nos estábamos quedando sin combustible, por lo que tuvimos un aterrizaje muy accidentado o lo que algunos idiotas masoquistas podrían llamar «emocionante».
Mientras leo la primera línea del informe de noticias sobre el incendio del café, contengo la respiración mientras las siguientes palabras confirman, sin lugar a dudas, que de alguna manera el chico de la capucha había predicho el destino de este restaurante.
Durante la violenta tormenta que azotó Seattle el sábado por la noche, «Beelzebub», un popular restaurante de carnes en el distrito de Queen Anne, fue alcanzado por un rayo y sufrió graves daños. Los comensales se vieron obligados a abandonar sus comidas cuando el restaurante se incendió, pero afortunadamente nadie resultó herido. Los propietarios de Beelzebub estiman que volverán a abrir sus puertas antes de finales de mayo.
La imagen del café en Internet era idéntica a la del mural, aparte del hecho de que el nombre del café al otro lado del frente del edificio ya no estaba oscurecido por el humo. Beelzebub es otro nombre para el diablo y, en mi opinión, es un gran nombre para un restaurante que sirve filetes a la parrilla. Y entonces recordé dónde había escuchado antes el nombre «Beelzebub». Fue cuando Jay y yo estuvimos donde Joe y Del después de que él me rescatara luego de ver mi cara en el mural de fútbol. Si alguno de nosotros hubiera captado el nombre del restaurante cuando el camarero lo mencionó, podríamos haberlo investigado y habernos dado cuenta de lo que estaba pasando el martes pasado. No puedo creer lo densos que estábamos ambos.
—Necesito un trago —murmura Jay—. y no me refiero al café.
—Esto no es normal —murmuro filosóficamente mientras las implicaciones de lo que estábamos descubriendo se estaban volviendo demasiado asombrosas para contemplarlas. La ahora familiar sensación de picazón estaba presente en la parte posterior de mi cuello nuevamente y me estremecí porque ahora no hay duda de que Jay y yo habíamos descifrado el misterio de los temas de sus murales.
—Estoy de acuerdo, es extraordinario —coincide Jay mientras lee el informe de noticias y capta el significado del nombre del café—, pero ¿qué vamos a hacer al respecto?
—No lo sé —respondo honestamente—. Tengo que pensar en esto detenidamente, pero sigamos con las otras imágenes y veamos qué encontramos.
Digité «Accidentes submarinos» en Google pero no aparece nada reciente, pero eso no es sorprendente ya que dudo que la marina declararía si uno de sus submarinos nucleares se convirtiera en tortuga. A continuación, intento con «Ataque de tiburón» y, después de investigar mucho, finalmente encuentro una historia de hace unos días que informaba sobre un buzo que fue atacado por un tiburón frente a la costa de Oregon. El tiburón se había enredado en la red de un pescador y había atacado al buzo que intentaba rescatarlo, posiblemente porque pensó que él mismo estaba siendo atacado. El buzo mordió la aleta dorsal del tiburón en defensa propia, tras lo cual el tiburón se alejó nadando. Le muestro la historia a Jay, quien señala que no hay arrecifes de coral en esta parte del Pacífico.
Le doy una mirada sucia por ser tan pedante y luego salgo en defensa del chico de la capucha.
—Probablemente hizo que el mural fuera más atractivo e interesante para los visitantes, Jay.
—Está bien, buen punto —gime y luego me entrega la foto de la niña soñando con la carrera de caballos—. Entonces, ¿qué piensas de este?
—No sé. Podría ser cualquier carrera de caballos. ¿Hay alguna jinete femenina en el Derby de Kentucky?
—No tengo idea —dice y luego se lanza a través de la oficina en su silla y echa un vistazo a Internet. Puedo verlo escaneando la lista de caballos y jinetes y luego sus ojos se abren ligeramente, lo que interpreto como que hay al menos una yóquey. Al principio no dice nada, pero se recuesta en su silla y mira la pantalla.
—¿Qué pasa? —pregunto con curiosidad.
—Sé que dijiste que no querías saber el nombre de tu caballo, pero ¿podría echarle un vistazo a tu boleto?
—Claro —respondo y abro el cajón donde guardé mi boleto del sorteo. Jay se levanta, se acerca a mí y abre el papel. Mientras lee el nombre, asiente con la cabeza, lo que significa que ya había adivinado lo que dice. Ahora no hay forma de que no descubra qué caballo he seleccionado al azar. Voy a arrebatárselo, pero él lo pone fuera de su alcance.
—¿Estás segura de que quieres saberlo? —se burla.
—Sólo dame el puto boleto, Jay —siseo, sin molestarme en haber dejado caer la bomba p en la oficina, después de lo cual él endereza el tiquete y la coloca frente a mí.
Lo leí una vez y otra vez, mientras mi mente recuerda la imagen de la niña en la hamaca. El nombre de mi caballo es «Soñando Siempre» y no puedo evitar soltar un pequeño chillido.
Nuestro chico puede ser psíquico, pero ¿cómo diablos logró esto?
-MG-
(12) En inglés, la unión de las letras EC [i, si] se pronuncian muy similar a la palabra anglosajona easy [ee·zee], de ahí el apodo.
(13) Acá es un juego de palabras porque en inglés Jay dice: «never mind», que se traduce como «no importa», y Bella hace referencia al segundo álbum de estudio de la banda estadounidense Nirvana, Nevermind, de la que Jay es fanático.
Nota de la autora: Bueno, esto es un poco extraño y algunos podrían decir «descabellado», que ella haya sacado el boleto correcto de la bolsa. ¡Mmmmm!
Entonces, se dieron cuenta de que nuestro chico de alguna manera puede predecir el futuro, pero aún no han descubierto por qué está haciendo esto, especialmente porque no busca ningún tipo de reconocimiento por su habilidad, lo que significa que debe haber otra razón.
En el siguiente capítulo, Bella, con un poco de ayuda de Jay, comenzará a pensar de transversalmente (por fin), y mientras lo hace, el encapuchado volverá a hacer uso de sus trucos artísticos y pintará el mural que responderá a todas las preguntas de Bella (y las tuyas), y ¡Oh, sí!, entonces Edward se hará cargo de la historia. «¡Ya era hora!», los escucho gritar.
Nota de la traductora: Ya hay un chat para debatir y compartir opiniones sobre esta historia. Más información en mi grupo en Facebook.
