-0-

No puedes luchar contra el destino

- ¿Cómo te sientes?

-Algo adolorida - contestó sentada en el sillón del departamento tomando la taza de humeante chocolate que Ranma le extendió- gracias.

- ¿Estás segura de que no quieres seguir con tu carrera de enfermera cariñosa? - cuestionó el joven con cierta burla en la voz.

-Lo estoy- repuso la aludida riendo- sé que decepcionaré a muchos de mis fans pero por ahora prefiero continuar con mis estudios.

-Me parece muy bien- exclamó Ranma - espectáculos como el que diste hoy deben de ser sólo para un público selecto.

Avergonzada apenas iba intentar responder algo cuando su espacio personal fue invadido por el atlético varón, a tientas dejó la taza que aún tenía en las manos para darle su completa atención al joven.

Besándola, Ranma se sentó sobre el sillón y colocó a la chica a horcajadas sobre él, la pasión se avivaba y estaba dispuesto a continuar donde se había quedado.

Con apuro se encargó de despojarla de la sudadera que la cubría para dejar al aire los apetitosos pechos con los que había estado fantaseando durante las últimas dos horas.

-No traes nada más- suspiró agradablemente sorprendido.

-En casa no uso- contestó la chica intentando cubrirse.

El varón impidió que llevase sus manos al torso apropiándose rápidamente de sus senos con boca y manos, un suspiro escapó de Akane ante las agradables caricias. Sin dejar de atenderla le recostó sobre el sillón mientras él se colocaba por encima suyo recargado sobre uno de sus brazos; ocupaba su boca succionando alternadamente las rosáceas puntas mientras aventuraba la otra mano por debajo del pantalón, eludió el estorbo de la pantaleta hasta percibir con el tacto la humedad entre los pliegues de la mujer. Primero la invadió con uno de sus dedos, explorando el interior y disfrutando las reacciones de la muchacha, luego se animó a introducir una segunda falange gozando verla retorcerse mientras continuaba succionando sus pechos con devoción.

-Ranma- pronunció con voz cargada de lujuria.

Continuó moviendo los dedos, podía sentir las paredes que los rodeaban palpitando y estrechándose a su alrededor al tiempo que la respiración de la joven se volvía errática y acelerada. Akane tapó su boca con una de sus manos ante la vehemencia de los sonidos que emitía.

-Déjame escucharte- pidió sumamente excitado.

Retiró el obstáculo dejando salir eróticas quejas combinadas con suspiros ante la intensidad de las arremetidas que Ranma le prodigaba. Fue sólo cuestión de minutos hasta que su cuerpo tembló y su humedad empapó la mano del chico, signo inequívoco del clímax que acababa de experimentar.

Delicadamente se retiró del recoveco de su amada para luego ladearse un poco con el propósito de acomodar el punzante y agigantado miembro. Al notarlo, Akane colocó su mano sobre éste acariciándolo suavemente.

-Es mi turno- dijo por lo bajo subiendo y bajando por encima de la prenda.

Ranma echó la cabeza para atrás extasiado por el anhelado toque, tomándolo como una buena señal, ahora fue ella quien se introdujo por debajo de la ropa interior masculina para finalmente liberar el turgente miembro. Aprisionó con su mano el crecido músculo empezando a ascender y descender, el joven temblaba perdido en la sensación.

Aprovechando que él tenía los ojos cerrados, ella se colocó hasta quedar frente a aquella enormidad, animada por el momento, tímidamente acercó la boca y lamió la punta. Del chico emanó una ronca exclamación, ella sintió palpitar la parte sur de su anatomía al tiempo que se animaba a continuar; prosiguió recorriendo con su lengua desde la base hasta la cúspide sin dejar de bombear la erección.

-Más rápido- escuchó.

Cerró las falanges alrededor del venoso músculo y apresuró el ritmo de sus caricias, entre más tiempo pasaba más se engrosaba y endurecía.

-Voy a terminar- pronunció él.

Se inclinó tan sólo un poco para evitar que su semilla cayera sobre la chica, un gran chorro de líquido salió expulsado embarrándose en el sillón.

-Eso fue...- dijo finalmente recuperando la respiración- extraordinario.

Jaló hacia él a la joven para abrazarla, sentir la piel del otro tan cálida y tan cerca los llenó de una agradable sensación. Semidesnudos y satisfechos los sorprendió la mañana siguiente.

-0-

Los toquidos en la puerta los despertaron.

-Ranma, Akane, abran por favor que no encuentro mi llave.

Despegaron los ojos de a poco al percibir la familiar voz.

- ¡Ya la encontré!

Ante el sonido de la cerradura fueron conscientes de la comprometedora situación en la que estaban. Rápidamente saltaron a colocarse la ropa que faltaba, Akane corrió al baño mientras Ranma recogía la taza abandonada la noche anterior.

- ¿Qué hacían que no abrían? ¿Acaso se les olvidó que iba a venir a visitarlos?

-No, mamá, para nada, es sólo que nos desvelamos viendo una serie y apenas despertamos- contestó el joven Saotome besando a su progenitora en la coronilla.

- ¿Qué tienes? - lo miró acusadoramente.

- ¿Yo? ¿A qué te refieres? - repuso extrañado.

-Estás demasiado... feliz. Eso no es normal en ti- contestó Nodoka sin dejar de observarlo.

Ranma soltó una sonora carcajada.

-No es nada, mamá. Sólo que no he peleado con Akane, todo está bien en la universidad y hasta he podido arreglar unos asuntos que tenía pendientes.

Tras mirarlo por unos segundos más con escepticismo, la señora Saotome también sonrió conforme.

- ¿Y dónde está mi nuera hermosa? - pronunció asomándose por detrás de su hijo.

- ¡Hola, tía Nodoka!- contestó la habitante del departamento saliendo por el pasillo yendo a abrazarla- ¡Qué gusto tenerte aquí!

-No puedo estar separada mucho tiempo de mis niños ¡Ya los extrañaba! Desde que Genma nos dejó estoy muy sola - exclamó afligida - claro que si tuviera nietos yo los cuidaría y podría dejar de molestarlos tanto - pronunció con fingida inocencia y ánimo renovado.

-Mamá, tú sabes que...- comenzó Ranma.

- ¡Sí, sí, ya! Pero qué quieres, no pierdo la esperanza- repuso cruzando los dedos- estoy algo cansada del viaje, me sentaré ¿sí?

Caminó hasta llegar al sillón, de inmediato Ranma se percató de la sospechosa mancha sobre el respaldo del sofá por lo que corrió a sentarse justo enfrente y recargar la espalda.

-Pero a ti te toca allá- señaló a su madre en dirección del otro extremo del asiento- este es mi espacio, ya tiene mis huequitos.

Y para darle peso a su afirmación (y de paso limpiar la evidencia), restregó la espalda contra la tela vinipiel de manera exagerada.

-Eres igual que tu padre- suspiró la recién llegada con resignación.

Pasaron la siguiente hora platicando amenamente hasta que Ranma estuvo seguro de que no quedaba más qué limpiar con su ropa y pidió permiso para retirarse a bañar.

Estando solas, Nodoka comenzó a hablar.

-Akane ¿mi hijo se ha intentado propasar contigo?

-¡No, tía! ¡Para nada!- repuso notablemente nerviosa.

-Lástima- exclamó decepcionada- creí que después de un mes sin que nadie les estorbe al fin podrían avanzar en su relación.

-No vamos tan mal, tía- se confesó bajando la voz- no hemos peleado últimamente. Además, si no funciona, existe el divorcio - la señora mayor la miró rencorosa- ¡Es un chiste! Sabes que... es difícil- suspiró interrumpiendo lo que realmente deseaba decir.

-No desesperes, mi niña- le dijo Nodoka colocándole su mano en la rodilla para reconfortarla- mi Ranma puede ser muy bruto, sólo tenle paciencia, ya verás.

La tarde transcurrió de la mejor manera con los tres conviviendo como en los viejos tiempos.

-0-

-Mamá, ya te dejé mi habitación lista.

-Ranma, te dije que yo puedo quedarme perfectamente aquí- exclamó señalando el sillón.

-No voy a permitir eso- repuso el joven ofendido- mi cama es cómoda y puedes usarla todo el tiempo que estés con nosotros.

-Me da tanta pena despojarte de tu cuarto, aunque ¿No será que tienes a tu disposición otro sitio para dormir? - exclamó la respetable dama con picardía mirando a Akane.

El color rojo se apoderó de los rostros de la pareja al tiempo que ambos negaban exageradamente con palabras y gestos la posibilidad, Nodoka dejó escapar una carcajada poco característica de ella.

-Nabiki tenía razón, me hicieron perder la apuesta - pronunció apenas dejó de reír- Bueno, voy a descansar, chicos, el viaje fue largo y tengo sueño. Buenas noches.

Los jóvenes se despidieron, Ranma procedió a acomodar en la sala, con la ayuda de Akane, la que sería su cama durante los próximos días.

- ¿Estás seguro de que podrás descansar aquí?

-No está mal, he dormido en lugares peores- repuso el chico para luego agregar coqueto- ¿O acaso quieres hacerle caso a mi madre y darme posada en tu cuarto?

- ¿Y que nos descubran?

- ¿Qué es lo peor que podría pasar? ¿Que nos casen? Pero si eso ya sucedió - los dos sonrieron cómplices.

El joven Saotome jaló a Akane hacia él rodeándola con sus brazos, luego le alzó el rostro con su índice.

- ¿Tú quieres decirles? - le cuestionó viéndola embobado.

-No por ahora- repuso ella con embeleso- estamos bien sin entrometidos.

Se alzó sobre sus puntas para alcanzar los carnosos labios masculinos, besándolo con anhelo.

-Buenas noches.

-Buenas noches.

-0-

¡Hola nuevamente!

Les dejo otro capítulo cortito que espero les guste.

Ya sé que van algo lento los muchachos pero se aguantaron mucho tiempo, denles oportunidad, ya verán. Además eso les está sirviendo para "conocerse" mejor (inserten cara del niño del Oxxo).

Pronto les traeré el capítulo siguiente.

¡Gracias por continuar leyendo!