El calor de la casa envolvió a las chicas en cuanto entraron, y Frank rápidamente las condujo a la sala de estar. Apagó las luces más fuertes, dejando solo la lámpara de la esquina encendida para crear un ambiente más acogedor. Las chicas, todavía envueltas en las cobijas, se sentaron en el sofá y las sillas, mirando a su alrededor con una mezcla de curiosidad y cautela.
Frank se aclaró la garganta, aún intentando comprender la extraña situación en la que se encontraba-Mi nombre es Frank-comenzó, tratando de sonar calmado y seguro-Este es Mike-añadió, señalando al perro, que había seguido a las chicas a la sala-Y esa es mi sobrina, Sarah-dijo justo cuando escuchó pasos en las escaleras.
Sarah apareció en la puerta de la sala, aún en pijama, sus ojos llenos de confusión y preocupación-Frank, ¿qué está pasando? ¿Quiénes son ellas?-preguntó, mirando a las seis desconocidas sentadas en su sala.
Frank levantó una mano para calmarla, aunque en realidad no tenía una respuesta clara-Sarah, es una larga historia… que aún no entiendo del todo-admitió, pasando una mano por su cabello gris-Las encontré afuera, en el jardín. Están perdidas y… necesitan nuestra ayuda-
Sarah miró a su tío con escepticismo, pero su mirada se suavizó cuando vio la preocupación en sus ojos. Aunque la situación era extraña, conocía a Frank lo suficiente como para confiar en su juicio.
-Está bien-dijo finalmente-Pero, ¿qué hacemos ahora?-
Frank pensó por un momento y luego respondió:-Lo primero es asegurarnos de que estén cómodas. ¿Puedes buscarles algo de ropa para cambiarse? Deben estar congeladas-
Sarah asintió, aún perpleja, y subió de nuevo las escaleras para buscar ropa. Mientras tanto, Frank se volvió hacia las chicas, que parecían más relajadas ahora que estaban dentro de la casa, aunque todavía había una sombra de confusión en sus rostros.
-Lo siento si esto es incómodo para ustedes-dijo Frank, rascándose la barbilla-No sé qué está pasando, pero prometo que haré todo lo posible para ayudarlas-
Twilight, que parecía ser la líder del grupo, le dirigió una pequeña sonrisa-Gracias, Frank. Sabemos que esto debe ser tan extraño para ti como lo es para nosotras-
Antes de que Frank pudiera responder, Mike se levantó y caminó hacia el grupo de chicas, moviendo la cola con entusiasmo. Sin dudarlo, Pinkie Pie se agachó y comenzó a acariciarlo, lo que provocó que Mike se desplomara de lado, feliz de recibir tantas caricias. Fluttershy, que parecía haber encontrado un poco de valor, también se acercó tímidamente y comenzó a rascar detrás de las orejas de Mike, quien cerró los ojos, disfrutando de toda la atención.
Frank observó la escena con una mezcla de asombro y alivio. Ver a Mike, un perro normalmente reservado con extraños, tan cómodo con estas chicas, lo hizo sentir un poco más seguro de su decisión de ayudarlas. Había algo en ellas, algo especial, aunque no podía poner el dedo exactamente en qué era.
En ese momento, Sarah regresó con una pila de ropa en los brazos: su propia ropa y algunas prendas más grandes de Frank que podrían servirles-Aquí tienen-dijo, entregándoles la ropa con una sonrisa amable, aunque su confusión seguía siendo evidente-Sé que no es mucho, pero debería ayudarles a entrar en calor-
Las chicas aceptaron las prendas agradecidas, y una a una comenzaron a vestirse con la ropa seca y cómoda. A medida que se cambiaban, el ambiente en la sala se volvió más relajado, casi acogedor. Las chicas se rieron suavemente al notar lo grandes que les quedaban las camisetas de Frank, y Sarah, aunque todavía desconcertada, no pudo evitar sonreír ante la escena.
Cuando todas estuvieron vestidas con ropa seca, se acomodaron nuevamente en el sofá y las sillas. Mike, completamente conquistado por sus nuevas amigas, se acomodó en el suelo junto a ellas, su cola moviéndose lentamente de un lado a otro mientras seguía disfrutando de las caricias.
Sarah, todavía tratando de entender la situación, se sentó en el borde de una silla, mirando a Frank en busca de alguna explicación-¿Qué vamos a hacer con ellas, Frank?-
Frank se sentó en una silla frente al grupo, mirándolas una por una-Primero, creo que necesitamos descansar. Todos hemos tenido una noche larga. Mañana por la mañana, intentaremos descubrir qué está pasando y cómo podemos ayudarlas. Lo importante ahora es que están seguras-
Twilight asintió en nombre de todas, su expresión tranquila pero agradecida-Gracias, Frank. De verdad, gracias a ambos-
Sarah asintió, un poco más tranquila ahora-No hay problema. Pero… todavía tengo tantas preguntas-admitió, mirando a las chicas con curiosidad.
-Yo también, Sarah-respondió Frank con una leve sonrisa-Pero supongo que algunas respuestas tendrán que esperar hasta mañana-
Con un último intercambio de miradas, decidieron que lo mejor sería que las chicas se acomodaran en la sala para pasar la noche. Frank trajo más mantas y almohadas, y Sarah ayudó a cada una a encontrar un lugar cómodo para dormir. Pronto, la casa volvió a sumirse en el silencio, interrumpido solo por los suaves ronquidos de Mike y el ocasional susurro de las chicas antes de que finalmente se quedaran dormidas.
Frank y Sarah se retiraron a sus habitaciones, aunque ambos sabían que sería difícil dormir después de una noche tan extraña. Pero había algo en el aire, algo que sugería que, aunque no entendían lo que estaba sucediendo, estaban haciendo lo correcto.
Mientras Frank se acomodaba en su cama, escuchó el leve sonido de la respiración rítmica de Mike desde la sala. Con una última mirada hacia la puerta, Frank cerró los ojos, esperando que el sueño lo encontrara, aunque una parte de él sabía que la verdadera aventura apenas comenzaba.
El primer rayo de sol apenas se asomaba por el horizonte cuando Frank despertó, mucho antes de lo habitual. A pesar de lo poco que había dormido, se sintió obligado a levantarse, como si algo en su interior supiera que esta mañana traería consigo respuestas. Se puso las pantuflas y bajó las escaleras en silencio, cuidando de no despertar a Sarah ni a las chicas que aún dormían en la sala.
Al llegar al pie de las escaleras, notó que alguien más estaba despierto. Twilight Sparkle estaba sentada en la mesa de la cocina, mirando pensativamente un vaso lleno de agua. Al escuchar los pasos de Frank, levantó la vista y le dirigió una sonrisa cálida pero un poco tensa.
-Buenos días, Frank-dijo en voz baja, para no despertar a las demás.
-Buenos días, Twilight-respondió Frank, sorprendido por lo natural que le resultaba usar su nombre-¿Has estado despierta mucho tiempo?-
Twilight asintió ligeramente-Un poco. No he podido dormir bien… Hay tantas cosas en mi cabeza. Cosas que necesitas saber-
Frank se acercó y se sentó frente a ella, con la misma calma que mostraba cuando Sarah venía a hablarle de algo importante-Soy todo oidos-
Twilight tomó un sorbo de agua, respiró hondo, y comenzó-Lo primero es que quiero agradecerte, Frank. Por todo. Por acogernos en tu casa, por darnos abrigo, y sobre todo, por tu amabilidad. No tenías ninguna obligación de ayudarnos, y sin embargo, lo hiciste sin dudarlo-
Frank asintió, apreciando las palabras, pero también ansioso por entender más-No podía dejarlas ahí afuera, especialmente en ese estado. Pero… ¿qué es lo que está pasando? ¿Cómo es que ustedes…?-
Twilight levantó una mano, pidiendo paciencia mientras encontraba las palabras adecuadas-La historia es complicada, y puede que suene increíble, pero te pido que me escuches hasta el final-
Frank se inclinó un poco hacia adelante, indicándole que tenía toda su atención.
-Somos de otro mundo-comenzó Twilight, observando a Frank para ver su reacción-Un lugar llamado Equestria. En nuestro mundo, no somos humanas como aquí. Somos ponis, y cada una de nosotras representa un aspecto diferente de la magia que sostiene a nuestro mundo. La magia de la amistad-
Frank frunció el ceño, no porque no le creyera, sino porque la información era tan sorprendente que necesitaba un momento para procesarla. Pero el tono sincero de Twilight, junto con la extraña familiaridad que había sentido hacia ellas desde el principio, le hizo querer creer, o al menos escuchar más.
-Algo salió mal-continuó Twilight-Un hechizo de alguna manera, nos trajo a este mundo, y no sabemos cómo volver. Ayer por la noche, cuando aparecimos en tu jardín, estábamos tan confundidas como tú. Pero después de dormir un poco y poder pensar con claridad, estoy segura de que podré encontrar una manera de regresar a Equestria. No queremos ser una carga para ti y Sarah, y por eso, si es necesario, nos iremos esta tarde. No queremos causar problemas-
Frank escuchó en silencio, sintiendo la sinceridad en cada palabra de Twilight. No era el tipo de hombre que se dejaba llevar fácilmente por historias fantásticas, pero había algo en la manera en que Twilight hablaba, en la seriedad de su tono, que lo convencía de que ella estaba diciendo la verdad, o al menos su verdad.
Cuando ella terminó de hablar, Frank se quedó en silencio unos momentos, pensando en lo que había dicho. Finalmente, sacudió la cabeza y miró a Twilight directamente a los ojos.
-No voy a dejar que se vayan-dijo con firmeza, pero de manera suave-No son una carga, y no están causando problemas. No entiendo todo lo que me has contado, pero sí sé una cosa: no voy a echarlas a la calle, no mientras pueda ayudarlas-
Twilight pareció sorprendida, pero luego una expresión de gratitud profunda cruzó su rostro-Frank, no sabes cuánto significa eso para nosotras-
Frank sonrió levemente, recostándose en la silla-Lo que sí sé es que si mi madre estuviera aquí, me daría un buen golpe en la cabeza si supiera que dejé ir a seis chicas asustadas y desorientadas sin ayudarlas. No puedo hacer eso-
Twilight dejó escapar una pequeña risa, relajándose un poco más-Gracias, Frank. Prometo que no te causaremos más problemas, y haremos lo posible por volver a nuestro hogar lo antes posible-
Frank asintió-No te preocupes por eso ahora. Lo primero es asegurarse de que están bien. Después, podemos pensar en cómo solucionar lo demás-
En ese momento, Sarah apareció en la puerta de la cocina, su cabello todavía desordenado por el sueño-¿Qué está pasando?-preguntó, claramente confundida por la conversación que había escuchado en parte.
Twilight y Frank intercambiaron una mirada antes de que Frank tomara la palabra-Sarah, hay algo que necesitamos explicarte… Es una historia un poco difícil de creer, pero tienes que escucharla con la mente abierta-
Twilight comenzó a explicar todo de nuevo, esta vez con Sarah escuchando atentamente, sus ojos abriéndose más a medida que la historia continuaba. A pesar de lo increíble que sonaba, la misma certeza que había convencido a Frank parecía afectar a Sarah, quien, al final de la historia, simplemente asintió, aún perpleja, pero dispuesta a aceptar la situación.
-Está bien-dijo Sarah finalmente-Pueden quedarse todo el tiempo que necesiten. Y… veremos cómo podemos ayudarles a volver a su hogar-
Twilight sonrió con alivio, y Frank sentía la determinación de proteger a estas chicas, fueran quienes fueran.
Mientras el sol se elevaba un poco más en el cielo, Frank se dio cuenta de que, aunque el día anterior había sido uno de los más extraños de su vida, lo que vendría a continuación sería aún más extraordinario.
El sol de la mañana apenas se filtraba a través de las nubes cuando Frank salió de la casa, sintiendo la brisa fresca contra su rostro. Mientras cerraba la puerta suavemente tras de sí, sacó un cigarro del bolsillo de su chaqueta y lo encendió, inhalando profundamente el humo mientras sus pensamientos se alineaban en su mente.
Sabía que, a partir de ese día, todo cambiaría. La llegada de Twilight y las demás había sido el catalizador de algo que había estado latente en él desde hacía tiempo. Mientras exhalaba el humo, mirando el pequeño jardín donde había encontrado a las chicas la noche anterior, tomó una decisión que había estado postergando.
Sacó su teléfono del bolsillo y marcó el número de su trabajo. Escuchó el tono de llamada, sintiéndose sorprendentemente calmado, como si la decisión ya hubiera sido tomada hace mucho, y hoy solo estuviera ejecutándola.
Después de un par de tonos, una voz familiar respondió al otro lado-Fábrica de Acero Hillside, buenos días. ¿En qué puedo ayudarte?-
-Hola, es Frank-dijo, manteniendo la voz firme y clara-Necesito hablar con el jefe de planta, por favor-
Hubo una breve pausa antes de que la voz respondiera-Claro, Frank, dame un segundo-
Mientras esperaba que la llamada se transfiriera, Frank inhaló otra bocanada de humo y miró hacia el cielo, sintiendo una calma inusual. A lo lejos, podía escuchar el leve canto de los pájaros, y la vida cotidiana comenzaba a despertar en el vecindario. Era una mañana como cualquier otra, pero para Frank, era el comienzo de algo nuevo.
Finalmente, la línea hizo clic, y una voz grave resonó en su oído-Frank, ¿qué pasa? No me digas que vas a faltar hoy. Tenemos un montón de trabajo acumulado-
Frank dejó escapar un suspiro, sabiendo que lo que iba a decir no sería fácil, pero también sintiendo que era lo correcto-De hecho, jefe, no voy a faltar. Estoy llamando para presentar mi renuncia-
Hubo un silencio al otro lado de la línea, seguido de una carcajada incrédula-¿Estás bromeando, Frank? ¿Renunciar? Sabes que no hay nadie aquí que pueda reemplazarte-
Frank mantuvo su tono firme, pero sin dureza-Lo he estado pensando desde hace tiempo. He estado trabajando allí más de lo que me gustaría admitir, pero la verdad es que ya es hora de que haga algo diferente. He ahorrado lo suficiente, y necesito centrarme en otras cosas, en mi sobrina, en mi vida fuera de la fábrica-
El jefe de planta se quedó en silencio un momento, procesando las palabras de Frank. Finalmente, habló, su tono más suave, casi resignado-Siempre supe que este día llegaría, pero no pensé que sería hoy. Te vamos a extrañar, Frank. Has sido uno de los mejores-
-Gracias-dijo Frank, sintiendo un peso levantarse de sus hombros-Pero es hora de que pase la antorcha. Estoy seguro de que ustedes seguirán adelante sin mí-
-Espero que sepas lo que estás haciendo-respondió el jefe con un tono menos oficial y más personal-Buena suerte, Frank. Cuídate, y si alguna vez necesitas algo, no dudes en llamarnos-
-Lo haré-respondió Frank, sintiendo una extraña mezcla de alivio y nostalgia-Gracias por todo-
Con eso, la llamada terminó, y Frank se quedó allí, mirando el teléfono por un momento antes de guardarlo en su bolsillo. Tiró el cigarro al suelo y lo aplastó con el pie, sintiendo la frescura del aire de la mañana llenar sus pulmones.
Miró hacia la casa donde Sarah y las chicas aún estaban dentro, probablemente discutiendo qué hacer a continuación. Frank sabía que esta decisión no se trataba solo de ayudar a sus inesperadas invitadas, sino también de hacer lo que había pospuesto durante demasiado tiempo: dedicarse plenamente a Sarah, estar presente en su vida de la manera en que no había podido antes.
La vida en la fábrica había sido estable, segura, pero también lo había atrapado en una rutina que le impedía ver más allá de su trabajo. Ahora, con este nuevo cambio, tenía la oportunidad de ser el tío que Sarah realmente necesitaba y, de alguna manera, también ser un apoyo para las chicas que habían llegado a su vida de forma tan inesperada.
Con una última mirada al cielo, Frank volvió a entrar en la casa, sintiendo que, por primera vez en mucho tiempo, estaba comenzando un nuevo capítulo. Aunque no sabía exactamente qué depararía el futuro, estaba listo para enfrentarlo, con Sarah, Twilight, y las demás a su lado.
Era el inicio de una nueva vida, y Frank estaba dispuesto a aprovecharla al máximo.
Cuando Frank abrió la puerta de la casa y entró, lo recibió un ambiente completamente distinto al que había dejado unos minutos antes. El aire estaba lleno de risas y conversaciones animadas. El cambio era tan palpable que Frank se detuvo un momento en el umbral, observando la escena con una leve sonrisa en el rostro.
La sala, que la noche anterior había estado llena de silencio y tensión, ahora era un hervidero de actividad. Sarah estaba en la cocina, ocupada preparando un desayuno sencillo, mientras respondía a las preguntas que las chicas le lanzaban con entusiasmo desde la mesa del comedor.
-¿Así que ustedes hacen esto todos los días?-preguntó Pinkie Pie, mientras veía el televisor, mirándolo con la curiosidad de quien descubre algo nuevo y fascinante.
-Bueno, no todos los días-respondió Sarah, riendo un poco-Pero sí, es bastante común. Ver la televisión con un desayuno fácil y rápido-
-¿Y qué es eso que estás cocinando ahora?-preguntó Applejack, inclinándose un poco hacia adelante para ver mejor la sartén en la que Sarah estaba preparando unos huevos revueltos.
-Son pancakes-dijo Sarah mientras los movía con una espátula-Son bastante fáciles de hacer-
Rainbow Dash se inclinó hacia Twilight, susurrando con un tono divertido-Nunca pensé que las mañanas en este mundo fueran tan… interesantes-
Twilight, aunque seguía algo pensativa, no pudo evitar sonreír ante la ligereza del ambiente-Es definitivamente diferente a lo que estamos acostumbradas, pero en cierto modo, es… refrescante-
Frank se quedó en la entrada por un momento más, simplemente disfrutando de la vista. Sarah parecía estar manejando la situación con una facilidad que lo sorprendía, a pesar de lo extraño que debía ser para ella. Las chicas, por su parte, se veían mucho más relajadas, como si el ambiente cálido de la casa y la amabilidad de Sarah les hubieran dado un respiro necesario.
Finalmente, Frank decidió unirse a ellas, caminando hacia la cocina con una sonrisa-Veo que la mañana está bastante animada-dijo, su tono ligero mientras se acercaba a la mesa.
-¡Frank!-exclamó Pinkie Pie con su habitual entusiasmo, casi saltando de su silla-Sarah es súper amable, nos está enseñando tantas cosas nuevas. ¡Y el desayuno huele delicioso!-
Sarah se giró hacia él, aún removiendo los huevos en la sartén-Decidí que todos necesitábamos un buen desayuno después de la noche que tuvimos. Y las chicas querían saber más sobre cómo vivimos aquí, así que… aquí estamos-
Frank asintió, sintiéndose cálido por dentro al ver a Sarah tan comprometida con la situación. Había sido una noche larga y extraña, pero verla manejar todo con tanta gracia le reafirmó que había tomado la decisión correcta al quedarse en casa y centrarse en ella-Hiciste bien, Sarah. Un buen desayuno siempre ayuda a empezar el día con el pie derecho-
Rarity, que hasta ahora había estado observando la cocina con un interés particular, se inclinó ligeramente hacia Frank-Tu sobrina tiene muy buen gusto para la cocina, Frank. Este lugar es… encantador, en su sencillez-
Frank sonrió-Sarah siempre ha sido buena en la cocina. Y me alegra que se sientan cómodas aquí-
Fluttershy, sentada al lado de Rarity, miró a Frank con sus ojos suaves y amables-Gracias por cuidarnos, Frank. No sé qué habríamos hecho si no nos hubieras encontrado-
Frank negó con la cabeza, restando importancia al asunto-No tienen que agradecerme, de verdad. Estoy feliz de que estén a salvo. Y mientras estemos aquí, vamos a asegurarnos de que estén bien-
Sarah terminó de preparar los pancakes y comenzó a servirlos en los platos que había puesto en la mesa-Aquí tienen. No es nada elaborado, pero espero que les guste-
Cada una de las chicas tomó un plato con una sonrisa agradecida, aunque algunos de sus gestos delataban que aún no estaban completamente acostumbradas usar a los utensilios con las manos. Sin embargo, la charla continuó animadamente mientras comenzaban a desayunar.
Twilight, que parecía haber estado reflexionando desde antes, finalmente se dirigió a Frank mientras tomaba un pequeño bocado-Frank, sobre lo que hablamos esta mañana…-
Frank levantó una mano, interrumpiéndola suavemente-Twilight, sé que quieres solucionar todo esto lo más rápido posible, pero no hay prisa. Quédense el tiempo que necesiten. Ya tomé algunas decisiones que nos darán un poco más de libertad-
Sarah lo miró, claramente intrigada por sus palabras, pero Frank no ofreció más detalles, prefiriendo no preocuparla por ahora.
-De acuerdo-respondió Twilight, visiblemente aliviada-Pero aún así, haremos lo posible por no ser una carga para ti y Sarah-
Frank asintió, satisfecho con esa respuesta. Sabía que estaban en una situación única, pero también sentía que, de alguna manera, todo esto tenía un propósito. Y mientras las chicas reían y compartían el desayuno con Sarah, Frank no pudo evitar sentir que, a pesar de lo inusual de la situación, habían encontrado un pequeño remanso de paz en medio del caos.
El desayuno transcurría en un ambiente de alegría cuando el sonido del teléfono de Frank interrumpió el bullicio. El timbre resonó, captando la atención de todos. Frank miró la pantalla con el ceño fruncido, una expresión de concentración que no pasó desapercibida para nadie.
-Disculpen un momento-dijo mientras se levantaba de la mesa, dirigiéndose hacia el pasillo para tomar la llamada en privado.
Las chicas intercambiaron miradas curiosas, y Twilight fue la primera en preguntar, con preocupación evidente en su voz-¿Todo está bien?-
Sarah, notando la inquietud en sus nuevas amigas, trató de calmarlas-Estoy segura de que no es nada serio. Frank tiene algunas cosas que necesita resolver, pero no se preocupen. Él siempre se encarga de todo-
En la cocina, las chicas intentaron seguir conversando, aunque la intriga flotaba en el aire como una sombra ligera. Los minutos pasaron lentamente hasta que Frank regresó, su expresión ahora más seria pero sin perder la calma.
-Sarah-dijo, captando de inmediato su atención-Tengo que salir un rato para arreglar unos asuntos. No me tomaré mucho tiempo-
-¿Todo está bien?-preguntó Sarah, ahora algo preocupada.
Frank asintió-Sí, no es nada grave. Solo algo que necesito resolver cuanto antes. Vuelvo en un par de horas-
Sarah lo miró por un momento, queriendo preguntar más, pero finalmente asintió, confiando en que Frank sabría manejar lo que fuera que estuviera ocurriendo.
Las chicas observaban en silencio mientras Frank se dirigía a la puerta, sus pensamientos ahora centrados en la llamada que había recibido. Subió a su viejo sedán y, tras cerrar la puerta, encendió el motor. Mientras se alejaba de la casa, su mente trabajaba en cómo resolver la situación que se le había presentado.
El sonido del motor y la carretera solían tener un efecto calmante en Frank, permitiéndole organizar sus pensamientos. Pero esta vez, apenas había recorrido un par de calles cuando un sobresalto le recorrió el cuerpo. Una voz inesperada sonó en el interior del coche.
-¿A dónde vamos?-preguntó alegremente Pinkie Pie, quien, de alguna manera, estaba sentada en el asiento trasero, sonriéndole con entusiasmo.
Frank casi dio un volantazo, agarrando el volante con fuerza para mantener el coche en la carretera. Su corazón latía con fuerza mientras trataba de comprender lo que estaba sucediendo-¡Pinkie! ¿Cómo…? ¿Qué…?-
Pinkie simplemente sonrió más ampliamente-Oh, no podía dejar que fueras solito, Frank. ¡Suena aburrido! Y además, quería ver un poco más de este mundo tuyo. ¡Es tan emocionante!-
Frank tomó una profunda respiración, intentando calmarse. De todas las chicas, debía haber sabido que Pinkie Pie sería la que haría algo así, pero aún así, la sorpresa era difícil de manejar. Miró a la carretera por un segundo, luego a Pinkie, y finalmente volvió a enfocarse en conducir.
-Pinkie… No puedes simplemente aparecer de la nada y saltar al coche-dijo, su voz intentando ser firme, aunque con un tono de resignación.
-Pero lo hice-respondió ella con una risa ligera, como si fuera la cosa más natural del mundo-¿A dónde vamos?-
Frank suspiró, dándose cuenta de que era inútil intentar discutir con Pinkie Pie-Voy a… resolver un asunto personal, Pinkie. No quería que ninguna de ustedes se preocupara, por eso salí solo-
Pinkie lo miró con esos ojos grandes y brillantes que parecía que podían leer a través de él-Bueno, ahora no estás solo. Estoy aquí para ayudar. ¿Quién sabe? ¡Quizás necesites un poco de mi especialidad para alegrar el día!-
Frank no pudo evitar una leve sonrisa. Había algo en la energía inagotable de Pinkie que era contagiosa, y aunque no estaba seguro de cómo explicaría su presencia si llegaba a encontrarse con alguien en su destino, una parte de él estaba aliviada de no estar completamente solo en este momento.
-Está bien, Pinkie-dijo finalmente, aceptando su destino-Vamos a manejar este asunto juntos, pero necesito que sigas mis instrucciones y que seas discreta-
Pinkie levantó una mano como si estuviera haciendo un juramento solemne-¡Discreta como un ninja, Frank! ¡Nadie se dará cuenta de que estoy aquí!-
Frank dudó de esa promesa, pero no tuvo tiempo de objetar. Con un suspiro, giró el coche en la dirección que necesitaba y continuó su camino, ahora acompañado por la presencia inesperada pero de alguna manera reconfortante de Pinkie Pie.
El coche avanzó por una serie de calles menos transitadas hasta que Frank y Pinkie Pie llegaron a un área más alejada de la ciudad. Las casas y tiendas parecían haberse detenido en el tiempo, con ventanas rotas, letreros descoloridos y paredes cubiertas de graffitis que habían perdido su brillo original. Al girar en una esquina, Frank condujo hacia un edificio viejo y abandonado que, en otro tiempo, había sido un próspero negocio.
El local tenía una fachada de ladrillo, con ventanas cubiertas de polvo y una puerta de madera desgastada por los años. El letrero que alguna vez anunciaba su propósito estaba tan descolorido que era ilegible, solo quedaban algunas letras rotas colgando precariamente.
Frank apagó el motor y salió del coche, seguido rápidamente por Pinkie Pie, quien miraba el lugar con curiosidad, su usual entusiasmo ligeramente contenido por la atmósfera melancólica del lugar.
-¿Qué es este lugar?-preguntó Pinkie, mirando a su alrededor con una mezcla de curiosidad y asombro.
Frank se acercó a la puerta principal y, después de un breve momento de búsqueda en su bolsillo, sacó una llave oxidada-Este era el negocio de mi hermana, la mamá de Sarah-explicó mientras insertaba la llave en la cerradura, que emitió un chasquido seco al girar-Cuando falleció, me dejó este lugar para garantizar el futuro de Sarah. Pero con el tiempo… dejé de venir-
La puerta se abrió con un crujido, y Frank empujó la pesada hoja de madera, revelando el interior del local. La luz del sol que entraba por las ventanas rotas apenas iluminaba el polvo que flotaba en el aire. El lugar había sido claramente abandonado durante años. Estantes vacíos, cajas viejas apiladas en las esquinas, y un mostrador cubierto de telarañas daban testimonio del tiempo que había pasado desde que alguien puso un pie allí.
Pinkie entró detrás de Frank, mirando con ojos grandes cada rincón del lugar. A pesar del evidente deterioro, había una especie de aura nostálgica que ella podía sentir, aunque no entendiera completamente el peso emocional que cargaba para Frank.
-Mi hermana, Lisa, abrió este negocio cuando Sarah era muy pequeña-continuó Frank mientras caminaba lentamente por el local, sus pasos resonando en el suelo de madera-Era su sueño, su forma de asegurar un buen futuro para Sarah. Quería que Sarah tuviera todo lo que ella no pudo tener, que tuviera un lugar seguro, una base para construir su vida-
Frank se detuvo frente al viejo mostrador, apoyando una mano en él y sintiendo la madera áspera bajo sus dedos-Pero cuando Lisa enfermó y se fue… yo no pude seguir. No pude mantener el lugar, y simplemente… lo cerré. He mantenido la propiedad, pero dejé que se deteriorara. Hasta hoy, no sabía si alguna vez volvería-
Pinkie, siempre perceptiva a las emociones de los demás, se acercó a Frank y le puso una mano en el hombro-Este lugar tiene mucho significado para ti, ¿verdad?-dijo con una voz sorprendentemente suave y seria.
Frank asintió, sus ojos recorriendo el espacio como si reviviera los recuerdos de su hermana y la vida que una vez tuvo aquí-Sí. Pero también es una carga que no he sabido cómo manejar. Lisa confiaba en mí para cuidar de Sarah, para garantizar su futuro. Pero he estado tan atrapado en mi propio dolor que dejé de lado este lugar, dejé de lado lo que significaba para ella-
Pinkie, con su usual optimismo, sonrió ampliamente-Bueno, ¡parece que ahora tienes la oportunidad de hacer algo al respecto! Tal vez este lugar esté un poco… viejo, pero con algo de trabajo, puede volver a ser genial. Y si es para Sarah, estoy segura de que vale la pena intentarlo-
Frank se quedó en silencio por un momento, dejando que las palabras de Pinkie resonaran en él. Había estado tan enfocado en simplemente seguir adelante, en cumplir con sus obligaciones, que había olvidado lo que realmente importaba. Este lugar era más que un simple edificio; era el legado de su hermana, un símbolo de su amor y esperanza para el futuro de Sarah.
-Sabes, Pinkie-dijo finalmente, girando hacia ella con una expresión más decidida-Tienes razón. Este lugar tiene potencial, y es hora de que haga algo con él. No puedo cambiar el pasado, pero sí puedo asegurarme de que el futuro de Sarah esté protegido. Este lugar podría ser un nuevo comienzo-
Pinkie aplaudió entusiastamente-¡Esa es la actitud! Y quién sabe, con un poco de creatividad y esfuerzo, ¡podríamos convertir este lugar en algo increíble! ¡Una fiesta de renovación, sí!-
Frank rió, contagiado por el entusiasmo de Pinkie-Bueno, una cosa a la vez, Pinkie. Pero sí, creo que puedo hacer algo con esto. No será fácil, pero por Sarah… vale la pena-
Este edificio, dejado atrás durante tanto tiempo, ahora representaba una nueva esperanza. Y Frank estaba decidido a hacer todo lo posible para honrar la memoria de su hermana y asegurar el futuro de Sarah, comenzando con la renovación de este lugar tan lleno de nostalgia.
