Ryou sentía una extraña sensación en su estómago.

No era hambre porque se había asegurado de preparar un rico bento para su consumo durante todo ese día en la escuela. Su "castigo" fue levantado exactamente ese día, lo que significaba que podría entrenar como es debido con el resto del equipo principal de Too y el resto de chicos.

Un calorcito en su corazón sintió por aquel pensamiento. Quizá esta sería la oportunidad ideal de hacer amigos que compartieran su afición por el baloncesto. No incluye cocinar porque... bueno, ninguno de sus conocidos gustaban de las artes culinarias.

Curiosamente Momoi-san comparte su gusto por la cocina... pero tenía el extraño presentimiento que eso no era una buena señal de parte de su nueva amiga.

¿Estaba bien temer por su existencia cuando hablaba con la bonita chica sobre comida? Esperaba que no, no quisiera juzgar antes de tiempo las habilidades de Momoi.

Regresando al punto central de su estado de ánimo... su estómago le dolía un poquito y eso nunca sería una buena señal, especialmente cuando se trataba de él.

Le gustaría mucho saber porque eso.

-Me sorprendiste cuando te vi calentando en la cancha esta tarde antes de iniciar con el entrenamiento vespertino, Dai-chan- expreso Momoi Satsuki sin ver a su amigo pues estaba haciendo anotaciones en su tabla sobre lo que estaban haciendo los chicos del equipo antes de hacerle caso al moreno de cabellos azules que estaba acostado desinteresadamente en la banca que usaba Momoi para sus anotaciones -aunque... de nada de sirve que estés aquí si no tocas un balón con el resto de los chicos Dai-chan-

Y Momoi tenía razón. Pero obviamente Aomine lo ignoraría.

Como siempre.

-No me interesa entrenar para algo en el que soy el mejor, Satsuki. El único que puede vencerme soy yo- respondió Daiki con su toalla sobre la cara.

Nada de lo que dijera Momoi le importaba.

Satsuki rodo los ojos, nunca entendería porque Aomine era tan egocéntrico.

Abrazo su tabla de anotaciones, solo esperaba que el plan de Tetsu-kun funcionara con el energúmeno de chico que tenía por mejor amigo.

Pronto se escuchó el sonido de un balón entrando limpiamente por la canasta del tablero interrumpiendo la conversación de ambos amigos.

Aomine no iba a admitirlo pero ese ruido fue lo suficientemente fuerte para desubicarlo por completo ¿de cuándo acá una canasta acertada podía confundirlo completamente?

-Así que esta es tu habilidad dentro de la cancha, Sakurai- Momoi paro la oreja interesada en la conversación de Wakamatsu con el peculiar castaño de ojos caramelos. Ryou estaba botando un poco el balón antes de ponerse en posición para lanzarlo a mitad de cancha y encestar limpiamente la pelota sin mucho esfuerzo -ahora entiendo porque los capitanes no quieren soltarte-

-¿Soltarme, Wakamatsu-san?- definitivamente no entendía mucho de lo que decía el mayor.

Wakamatsu soltó una pequeña carcajada justo en el momento que revolvió el cabello castaño de Ryou amistosamente con su amplia mano, este chico era curiosito -un poco más de pulido a tus habilidades y los capitanes no te dejaran ir del equipo fácilmente, no te cuesta trabajo hacer tiros de tres puntos, especialmente bajo presión. Esas habilidades no lo tiene cualquiera-

"Cualquiera que no sea yo" pensó Aomine sintiéndose extrañamente molesto por la plática de ese par. Especialmente por la cercanía repentina de Wakamatsu con Sakurai.

¿Tan pronto ya eran amigos?

-¿Dai-chan?- llamo Satsuki a Aomine quien para extrañeza de la chica tenía el ceño fruncido, según recuerda no había dicho nada malo para que su amigo se mostrara enojado. Sus ojos rosas buscaron la causa del repentino comportamiento de su desinteresado amigo y oh sorpresa, no esperaba que su nuevo amigo estuviera involucrado en eso -¿pasa algo malo con Ryou-chan?-

-No, nada- respondió con simpleza Aomine tomando un balón de los que tenían a su disposición mientras aventaba su toalla a la banca con molestia reflejada en su ceño fruncido -solo daré cátedra de cómo se hacen las cosas dentro de la cancha, Satsuki-

Momoi tomo la mano de Aomine temiendo lo que fuera hacer Daiki -no hagas nada raro, Dai-chan-

-¿Raro, yo? Me ofendes Satsuki- y se soltó con suavidad del agarre de su amiga quien solo vio como caminaba hasta el centro de la cancha con balón en mano siendo visto de reojo por el resto del equipo que sabían de sus antecedentes dentro de la Generación de los Milagros.

Completamente ignorante de los pensamientos que invadían la mente de Aomine, era Sakurai quien se preparaba para hacer otro lanzamiento de tres punto ahora desde tres cuartos de cancha siguiendo platicando con Kosuke.

Con lo que no contaban ambos chicos era que otro balón chocaría con el que Ryou había lanzado provocando que saliera de su dirección inicial y el otro balón entrara limpiamente por la canasta.

Ryou ladeo la cabeza confundido pero pronto su rostro se pintó de sorpresa por ver a Aomine Daiki botando otro balón a la misma distancia que estaba Ryou y lanzándolo de nuevo a la canasta. Sakurai tembló asustado cuando los ojos azules de Aomine chocaron con los suyos. La mirada que le dirigía Aomine no era nada amistosa, ni siquiera comprensiva.

Quería saber que pasaba por la mente de Aomine en ese momento.

-Tensas demasiado los hombros, espalda y piernas al momento de lanzar el balón. A ese paso solamente conseguirás lastimarte sin siquiera meter el balón por la canasta y por consiguiente harás que el equipo pierda por tus movimientos tan rígidos. Relaja más el cuerpo, tu eres quien maneja el balón, no el balón a ti. Si esto es lo único que sabes hacer entonces asegúrate de hacerlo bien, no quiero que Imayoshi me moleste porque no saben jugar sin mí al rededor- y luego de eso Aomine lanzo el balón del lado contrario de la cancha sin ver la canasta encestando sin problema alguno. Regreso sobre sus pasos a la banca que estaba usando Momoi, tomo su toalla y salió sin mayor escándalo del gimnasio.

Dentro del equipo todo era... tenso. Incluso Imayoshi y Susa se mostraron impresionados por lo que dijo Aomine.

¿Qué fue todo eso?

-¿Estas bien, Sakurai?- pregunto Wakamatsu enojado por la actitud de Aomine hacia el castaño que abrazaba ahora el balón que tenía en mano, Ryou solo asintió ante la pregunta de Kosuke -ese Aomine... como se atreve a-

-Pero... tiene un poco de razón, Wakamatsu-san- Kosuke le vio con la ceja alzada, detalle que puso nervioso a Ryou -si esto es lo único que puedo ofrecerle al equipo... debo perfeccionarlo, no quiero que por mis habilidades el equipo se vea perjudicado-

Kosuke se mordió la lengua, Sakurai se estaba tomando muy apecho lo que dijo Aomine.

Ryou soltó un pequeño suspiro en un intento de relajar su cuerpo tembloroso, sinceramente no esperaba que Aomine Daiki se dirigiera específicamente a él y mucho menos de la forma en que la hizo solo por su técnica de encestar.

Aomine estaba... ¿enojado con él?

¿Por qué?

No lo tenía claro todavía pero lo averiguaría en su momento.

Al menos... si su personalidad se lo permite.

Por favor.