Ese día... estaba lloviendo. Algo curioso considerando que estaban en plena primavera. Como siempre, Aomine no llevaba nada para la lluvia pues no fue pronosticada a tiempo cuando salió de su casa esa mañana y aunque hubiera sabido que llovería no cargaría nada para evitar mojarse.
Le daba flojera cargar alguna sombrilla o impermeable, así que no lo juzguen.
Gruño por lo bajo, el tenía ganas de llegar a su casa a ver sus nuevas revistas de Mai-chan y jugar el nuevo videojuego que su padre le compro recientemente.
Ahora con esto...
-¿Estás seguro de que quieres quedarte a limpiar el gimnasio tu solo, Ryou-chan?- pronto su oído escuchó la voz de Satsuki del otro lado del pasillo. Justo en el salón de su amiga estaban saliendo los últimos chicos en ir a casa pero faltaban ellos dos exactamente -sabes que no es tu obligación, les toca a los otros chicos de segundo-
Ryou negó con una suave sonrisa -ya me había ofrecido a Imayoshi-senpai a ayudarlos con esto, además... no tengo muchas cosas que hacer en casa, ya deje preparada la cena de mis padres y mía para cuando ellos lleguen a casa igual que yo- explico Sakurai asegurándole a Momoi que iba a estar bien.
No tenía tarea pendiente, así que podría perder el tiempo un rato en la escuela todavía.
Aomine vio aquella escena con la ceja alzada.
¿Debería...?
-Aun así no me parece justo que tú hagas toda la limpieza del gimnasio luego de la suspensión del entrenamiento vespertino de hoy-
Ryou sonrió con un poco de vergüenza -Wakamatsu-san me hará compañía mientras termino de limpiar el piso y acomodar los balones- explico Ryou con calma pues en compañía de su compañero no se haría tan aburrido sus actividades extracurriculares.
Satsuki suspiro, bueno, al menos se sentía más tranquila sabiendo que Wakamatsu se quedaría un rato más acompañando a Sakurai.
-Está bien Ryou-chan. Pero asegúrense de no salir tan tarde ¿si?-
-Lo prometo, Momoi-san-
"Vaya, este par son muy cercanos ¿no?" pensó Aomine acomodando su mochila sobre su hombro mientras se acercaba a Momoi y Sakurai quienes estaban hablando todavía entre ellos completamente ignorantes de su presencia.
-Me quedare con Sakurai si es lo que te preocupa, Satsuki- la chica y Ryou vieron confundidos a Aomine quien se había ofrecido a ser compañía de Sakurai.
-¿Dai-chan?-
-No es necesario, Aomine-san- respondió Ryou aun nervioso por lo acontecido en la azotea del edificio el otro día. Mas no por eso se le olvida lo que Aomine le dijo -Wakamatsu-san me esperara al final de la limpieza del gimnasio-
-No me importa, te esperare de todas maneras Sakurai- respondió Daiki sin esperar otra negativa del castaño.
Satsuki vio la interacción de este par y la repentina actitud mandona de Aomine con Sakurai... comenzaba a sospechar algo pero quería estar segura de sus conjeturas antes de cualquier cosa.
Ryou suspiro derrotado. Si ya no había de otra.
-Gracias por ofrecerse a hacerme compañía, Wakamatsu-san- exclamo agradecido Ryou mientras iba a la par de Kosuke caminando al gimnasio. La lluvia se había detenido un poco pero no lo suficiente. Wakamatsu había ofrecido su sombrilla y ambos iban juntos.
Aomine estaba viendo de reojo los movimientos de los otros dos un par de pasos atrás de Wakamatsu y Sakurai. Un poco de agua no le haría daño a alguien de su condición como lo era él.
Siendo "ignorado" por ambos.
-No es nada Sakurai, somos compañeros de equipo, debemos ayudarnos entre todos, además, es divertido estar contigo- respondió Kosuke entrando al gimnasio junto con Sakurai ignorando completamente la presencia de Aomine quien se quedó atrás de las puertas de cristal del edificio viendo con atención la interacción del otro par.
Llego a él un destello de luz, un recuerdo que hace tiempo no tenía contemplado.
Un chico bajito de cabellos celestes y el propio Aomine.
Eran Tetsu y el, en su época de Teiko.
-Emm- Daiki parpadeo un par de veces al oír la voz de Sakurai sacándolo de sus recuerdos -¿no va a entrar, Aomine-san? Está haciendo demasiado frio afuera- y abrió la puerta de cristal tomando la muñeca de Daiki obligando al moreno a entrar a las instalaciones. Una vez entraron al edificio Ryou volvió a hablar -vaya al gimnasio, iré por algo caliente para Aomine-san-
-No es necesario, Sakurai- respondió Aomine notando el agarre de Ryou en su muñeca todavía.
-Insisto, no trajo nada para la lluvia o algún cambio de ropa, no quiero que se enferme y por consiguiente preocupar a Momoi-san-
-Creí que estabas enojado conmigo todavía-
-Lo estoy- afirmo Ryou -pero eso no deja de lado que sea mi compañero y me preocupo por usted- agrego el castaño soltando finalmente a Aomine -no tardo mucho, obedezca por favor- y salió del gimnasio con sombrilla en mano.
Daiki le vio de reojo tocando con las yemas de sus dedos donde Sakurai lo había tocado. Las manos de Ryou eran suaves y cálidas.
Nada que ver con las suyas.
Curioso, sinceramente.
-Sigo diciendo que la presencia de Aomine aquí es innecesaria, no ayuda en nada en la limpieza del gimnasio, corremos el riesgo de que se enferme por su impulsividad y solo se la pasa durmiendo- se quejó bajito Wakamatsu mientras ayudaba a Ryou a limpiar el piso mientras el castaño tiraba del carrito de balones.
Sakurai soltó una risita divertida por la queja de su amigo -ya, ya, no se enoje Wakamatsu-san. Ya casi terminamos y podremos ir a casa- agrego Ryou con calma cuidando sus pasos para no ensuciar el piso que había limpiado Kosuke -iré a dejar los balones y después podremos irnos, Wakamatsu-san-
-Me parece bien-
Aomine les vio de nuevo de reojo mientras se mantenía acostado en una de las bancas del gimnasio con el vaso de chocolate caliente que Ryou le consiguió sobre el pecho. Vio algún punto del techo aburrido.
Seguía intentando averiguar porque se había ofrecido a esperar a Sakurai cuando él ya tenía planes.
Quizá era porque veía a Wakamatsu mucho más interesado en Sakurai de lo que hubiera imaginado.
Aquello lo estaba haciendo enojarse.
Sentía que si no expresaba las emociones que le aquejaban se volvería loco.
-¿Aomine-san?-Daiki vio con seriedad al castaño que le había llamado -ya terminamos, es hora de ir a casa- y cuando estaba dándole la espalda a Aomine fue ahora este quien tomo su muñeca poniendo ansioso a Sakurai por su acción -¿A-Aomine-san?-
-¿Puedo llamarte por tu nombre, Sakurai?-
¿Eh?
