Descripción: Saber que algo terrible sucederá en el futuro, pero no poder avisarle a nadie sin poner en riesgo su propia existencia es el dilema que enfrenta Edward, pero decide correr ese riesgo porque por una vez en su vida le importa. Hay una preparación sigilosa hacia un clímax emocionante y aterrador para nuestros personajes.

Descargo de responsabilidad: ¡Hola! Me complace compartir con ustedes mi traducción al español del fanfic "Mysterious Graffiti", escrito por Michaelmas54. Permítanme aclarar que esta traducción es realizada sin ánimo de lucro y con el expreso permiso de la autora con la única intención de compartir esta maravillosa historia al fandom de habla hispana. ¡Muchas gracias, Joan!


Esta historia no ha sido beteada, así que si encuentras errores o tienes sugerencias para mejorar la traducción, te animo comunicarte conmigo. Estoy abierta a aprender y crecer.


Capítulo 10

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Jueves 27 de abril

Me despierta el sonido ensordecedor de mi alarma, que terminó junto a mi oído en lugar de estar en la mesa de noche. Tan pronto como abro los ojos me doy cuenta de que me quedé dormida recostada sobre las almohadas. Mi lámpara todavía está encendida y la taza de agua que había estado sosteniendo cuando regresé a la cama, después de que las emociones de la noche, se volcó y empapó la colcha que ahora siento fría y húmeda contra mis piernas.

—Mierda —maldigo mientras levanto la colcha de una patada y luego saco las piernas de la cama. Este no es un buen comienzo del día.

Espero que mi habitación esté helada como siempre, pero debido a que abrí las cortinas cuando estaba buscando a mi intruso imaginario (o no), el sol de la mañana encontró un camino hacia mi apartamento. Por eso, el calor primaveral se ha colado y la diferencia resulta gratamente evidente. Tomo nota mental de dejar las cortinas abiertas al menos un poco cada noche a partir de ahora, ya que es un cambio agradable.

Antes de ponerme de pie estiro mis extremidades mientras miro hacia donde había visto esos ojos increíblemente intensos mirándome. Los recuerdos de la noche anterior regresan. Estoy convencida de que estaba en mi habitación, pero siendo realistas no era nada creíble que hubiera logrado escapar sin que yo lo oyera moverse y en una fracción de segundo. Además, si hubiera querido hablar conmigo, ¿por qué no aprovechó la oportunidad? ¿Por qué hacer todo el esfuerzo de irrumpir, simplemente para asustarme y desaparecer en el aire? No tiene sentido.

Desde la ventana miro la pared vecina, esperando que mi visitante se haya disculpado durante la noche, pero no hay nada escrito junto a la palabra «Cree». Miro la acera por un rato, pero él ya nos está ahí; ni está apoyado en mi farola como un personaje de película en blanco y negro; vistiendo una gabardina y un sombrero Fedora de ángulo alegre con un cigarrillo colgando de su boca. Decepcionada, me dirijo al baño que desafortunadamente no ha tenido el beneficio de los rayos del sol, así que mientras tiemblo esperando que el agua se caliente, tomo nota mental de comprar una alfombra mullida para el piso cuando esté en Forks y calentador.

Mientras mastico mi cereal crujiente, pienso en colocar trampas en el apartamento, como rociar talco en los alféizares de las ventanas para registrar sus huellas, pero luego descarto esta idea en caso de que resbale y caiga y muera en la acera de abajo. Considero brevemente ser sensata por una vez e informar a la policía, pero no hay pruebas que demuestren que alguien haya entrado por la fuerza, por lo que sería una pérdida de tiempo. Al final decido que esta noche voy a poner una nota en la ventana mirando hacia afuera para que él pueda verla; diciendo algo como: —Háblame, ¡yo no muerdo!

Salgo a la luz del sol, que instantáneamente calienta mis huesos y me levanta el ánimo enormemente. Me encanta el calor, aunque no favorece mi piel muy pálida, pero corro el riesgo de quemarme un poco y vuelvo la cara hacia el orbe llameante que ya está en lo alto del cielo. Impresionante. Sin la chaqueta, considero dejarla en el apartamento, pero la guardo dentro de mi bolso en caso de que llueva o haga frío esta noche.

Antes de partir hacia Isengard, miro a un lado y a otro de la calle para comprobar si el tipo con capucha me está mirando pero, como siempre, no está ahí. Lo que no es habitual es que alguien haya atado un único clavel rosa a mi farola, lo cual es un poco raro.

En el primer cruce donde giro a la izquierda, la primera farola que paso también tiene un clavel rosa pegado. Me detengo y miro a mi alrededor, pero no hay otras farolas adornadas de esta manera, lo cual es extraño. Continúo caminando hasta el siguiente cruce donde tengo que cruzar la calle y girar a la derecha en la siguiente calle. Efectivamente, tan pronto como doblo la esquina hay otro clavel rosa.

Una sensación familiar de picazón que comienza debajo de la línea del cabello y luego baja por la espalda está presente mientras hago una suposición fundamentada sobre quién ha hecho esto. Sigo caminando y cada vez que cambio de dirección hay otro clavel rosa atado al primer farol de la calle. Cuando llego a mi edificio, he contado once flores.

Cuando llego a mi piso, Kirsty ya está allí y sonríe como un gato de Cheshire.

—Buenos días, Bella —dice de una manera muy extraña, como si supiera un secreto vergonzoso sobre mí. Entonces me pregunto si me estoy sonrojando por las flores, pero realmente no lo creo. Un tipo de mediana edad llamado Clive pasa junto a mí y me guiña un ojo en broma, lo que me convence de que definitivamente algo extraño está pasando.

Me apresuro a llegar a mi oficina y me sorprendo al ver mi escritorio completamente abarrotado por un enorme arreglo de claveles rosados, cuyo aroma casi me abruma.

—¿Qué…?

Casi dejo caer la bomba M, pero logro detenerme a tiempo. Puedo sentir a Kirsty parada detrás de mí y sé que está desesperada por saber quién lo envió. Puedo ver un pequeño sobre con mi nombre asomando en la parte superior, así que lo saco de su soporte y saco la tarjeta en la que están escritas sólo tres palabras...

«Lo siento mucho»

Y me doy cuenta al instante de que esta es su forma de disculparse por asustarme.

—Vamos, Bella. Cuéntamelo todo —chilla Kirsty.

Ella prácticamente está corriendo de un lado a otro emocionada, pero Jay me está dando «la mirada» porque probablemente supuso que hay algo más en esto que la razón obvia.

—No lo sé, Kirsty —respondo disculpándome—. Supongo que podrían ser de mi exnovio en Forks. Sé que quiere volver conmigo, lo cual definitivamente no sucederá, por cierto, pero él no es del tipo de corazones y flores, así que es un misterio para mí.

—¿Hay alguna pista en la tarjeta, como qué florista las entregó?

Le doy la vuelta a la tarjeta, pero está en blanco y no hay nada en las flores que indique de dónde vienen.

—¿Quién las puso en mi escritorio? —pregunto.

—Yo —respondió Kirsty—. Una de las recepcionistas de abajo las trajo hace unos diez minutos. Debieron haber sido entregadas anoche o muy temprano, antes de que llegara nadie.

Recojo el pesado arreglo que ya tiene los tallos empapados en un artilugio de celofán en forma de globo lleno de agua, luego lo coloco con cuidado encima de un archivador fuera del camino. Tendría que quedarse en la oficina ya que no hay manera de que pueda llevarlo a casa, incluso si quisiera. Me siento y miro las flores por un rato, tratando de descubrir cómo funciona la mente de este tipo.

—Un centavo por tus pensamientos —comenta Jay secamente—. ¿Qué está pasando, Bella?

—No lo sé, Jay. Pero sea lo que sea, es totalmente extraño.

—¿Café? —ofrece.

—Por favor —respondo mientras sigo mirando las flores, como si me dieran la respuesta que buscaba.

El zumbido de mi teléfono celular me saca de mis cavilaciones. Es un mensaje de texto de Kate.

~Bella, el chico dirige su club de arte los lunes y viernes, 7 pm.

Te enviaré su dirección por mensaje de texto.

No sé su nombre correcto, pero todos lo llaman «Easy/EeeZee».

Mis ojos se abren ante la última palabra. ¡Easy, «Fácil» en español! ¿Qué clase de nombre es ese?

—¿Qué es? —pregunta Jay mientras coloca una taza de café frente a mí. Le muestro el texto y resopla cuando termina de leerlo—. ¿Quieres ir mañana? —pregunta—. Iré contigo si quieres.

—No puedo —digo mientras le envío un mensaje de agradecimiento a Kate—. Me voy a casa el fin de semana y el viaje es largo, así que quiero salir directamente del trabajo. Podemos ir el lunes.

—No puedo ir el lunes, tengo cita con el dentista y ya la he cancelado dos veces. Tendrá que ser el próximo viernes.

—Por supuesto que no —respondo sacudiendo la cabeza—. No lo pospondré por una semana. Estaré bien si voy sola ya que las posibilidades de que sea el tipo con capucha son prácticamente nulas.

—¿Segura?

—Sí, estaré bien.

—Entonces, ¿quién te envió las flores, Bella?

—No sé —respondo, tratando de parecer indiferente.

—¡Mierda! —Jay casi escupe—. Te estaba mirando cuando entraste por la puerta. No hay una chica en el mundo que no se hubiera sonrojado o no hubiera gritado de alegría, o no hubiera tenido una reacción totalmente «femenina» (Jay hace eso de las comillas), pero tú estabas completamente fuera de fase como si estuvieras esperándolas. Entonces, ¿qué está pasando?

Sabía que tenía que decir que sospechaba que eran del chico de la capucha, pero si le hubiera dicho que había estado en mi apartamento mientras yo dormía no habría podido evitar que llamara a la policía aunque no había pruebas para demostrarlo. No pude soportar más drama durante mi primera semana en el trabajo, pero aún así tenía que darle una respuesta plausible.

—Está bien… cuando salí de mi apartamento esta mañana había un clavel rosa atado al poste de luz en mi cuadra. En cada esquina de camino hasta acá había otro. El tipo con capucha conoce la ruta que tomo hacia y desde el trabajo, pero ya lo sabíamos porque me siguió a casa el lunes.

—¿Entonces crees que son del Artista-Araña?

—Supongo que sí. Estoy pensando que se arrepiente de haberme asustado cuando vi el mural de fútbol y esta es su forma de disculparse. La tarjeta simplemente dice «Lo siento mucho».

—¡Eh! —fue la elocuente respuesta de Jay.

Le lanzo una de mis duras miradas y miro la tarjeta de nuevo.

Si él mismo escribió las palabras en lugar del florista, tiene una hermosa letra en cursiva y además usó la tinta negra adecuada, como en un manuscrito antiguo. Paso mi pulgar sobre la tarjeta imaginándolo tocándola mientras acepto que esta habilidad es de alguna manera otra pista de su carácter.

Se me ocurre que, cuando nuestros ojos se encontraron anoche, él se dio cuenta de inmediato de que me había asustado, y probablemente por eso había visto la expresión de dolor en sus ojos. Esto confirma sin lugar a dudas, él estuvo en mi habitación anoche y no me lo había imaginado. Pero ¿cómo entró? ¿Cómo se movió tan rápido? Finalmente, ¿cómo escapó por la ventana de la cocina sin que yo lo oyera?

Algo muy extraño y totalmente inexplicable estaba sucediendo aquí y no estaba más cerca de descubrir qué era.

-MG-

El resto del jueves transcurre sin incidentes en comparación con mis primeros tres días. Me quedo en la oficina todo el día y ayudo a Jay a procesar las instrucciones para que los equipos de limpieza eliminen evidencia de grafitis sin valor en las áreas residenciales y comerciales de Seattle, incluidos los murales de los tiradores de la escuela y el submarino. Hay algunos grafitis nuevos que reservé para una mayor investigación, incluido el caso en el que alguien con tendencias cómicas había utilizado la presencia de un arbusto que sobresalía en la parte superior de una pared para dibujar caras debajo, de modo que la planta tupida se convirtió en el cabello de los personajes. Ya había visto esto varias veces antes y fue muy efectivo. Jay dijo que comprobaría si el propietario del muro realmente quería que lo quitaran; si no, podría quedarse allí.

Paso el jueves por la tarde limpiando el apartamento, haciendo la maleta para el fin de semana y escribiendo una larga lista de compras. Me las arreglo para meter todo lo que necesito en un bolso de tamaño mediano, ya que tendría que llevarlo al trabajo, pero como traeré a Freddie de regreso aquí el domingo por la noche, podré traer cosas de casa, incluyendo algunos de mis libros. Antes de irme a la cama, voy a casa de Jessica para decirle que estaré fuera el fin de semana y le pregunto si tiene algún trozo grande de papel normal, que afortunadamente tiene. Cuando regreso escribo el siguiente mensaje antes de pegarlo al interior de la ventana.

«Gracias por las flores. Estás perdonado, pero por favor no vuelvas a hacerlo. En lugar de eso, ven y habla conmigo. Prometo que mantendré nuestra conversación confidencial si eso es lo que quieres».

Cierro las cortinas, pero esta vez dejo un lado abierto unos quince centímetros y luego apago la luz. No puedo conciliar el sueño inmediatamente porque no puedo evitar mirar por la ventana, pero finalmente el cansancio gana y duermo como un tronco hasta la mañana siguiente.

-MG-

Viernes 28 de abril

Cuando me despierto puedo ver el papel con mi mensaje desde la cama y no se ha movido durante la noche. La grieta en la cortina permite que un rayo de luz mágico se filtre en la habitación y por un momento observo motas de polvo bailando bajo el sol antes de sacar las piernas de la cama. Es viernes; el final de una semana larga pero sorprendentemente llena de acontecimientos; uno que nunca podría haber imaginado en mis sueños más locos hace cinco días.

Camino hacia la ventana y tiro la otra cortina hacia atrás para dejar entrar un poco más de luz y calidez, que es cuando veo su respuesta. Había pintado un mensaje en el cristal con la misma hermosa cursiva que en la tarjeta, pero primero tengo que sacar mi mensaje y caminar hacia atrás para leerlo completo y asimilar lo que había escrito.

«Gracias por tu perdón, Bella, pero no podemos encontrarnos hasta que resuelvas el rompecabezas por ti misma. Sabré cuando esto suceda y luego me daré a conocer ante ti. Será pronto, lo prometo».

Miro el mensaje con asombro. Había escrito en el exterior de la ventana, lo que significaba que había tenido que escribir cada letra al revés, de derecha a izquierda para que yo pudiera leer el texto fácilmente desde el interior, pero increíblemente cada palabra había sido escrita absolutamente perfectamente. La fuente en cursiva me recordó las letras que verías en los vitrales de las antiguas iglesias europeas y esto en sí mismo es evidencia de que este tipo es un maestro en su arte.

Aunque ayer recibí flores y una tarjeta escrita de él, este mensaje es la primera vez que realmente hace algún tipo de contacto intencionado conmigo sobre los murales y sus palabras han confirmado efectivamente mi sospecha de que hay un mensaje en ellos. También está infiriendo que de alguna manera sabrá cuando haya «resuelto el rompecabezas», lo que me hace preguntarme, muy seriamente, si mi oficina tendrá micrófonos ocultos. Esto también resolvería el misterio de cómo sabe mi nombre.

Tomo algunas fotografías obligatorias, en caso de que la fuerte lluvia que se pronostica para el fin de semana borre el mensaje, luego me ducho mientras todavía estoy sumida en mis pensamientos. Al prometerme que se dará a conocer, supongo que me está diciendo que no gaste mi energía tratando de descubrir quién es, sino que me concentre en el significado detrás de sus murales. De esto deduzco que es importante para él. Resuelvo este rompecabezas por mi cuenta en lugar de que él me lo diga, y solamente puedo pensar que quiere que saque mi propia conclusión sobre algo que está tratando de decirme; en otras palabras, necesita que realmente «crea» el mensaje, en lugar de tomar lo que dice como un evangelio.

En mi camino al trabajo lo imagino columpiándose de una cuerda atada al techo, escribiendo esas palabras en mi ventana en la oscuridad. A mí, una simple mortal, no me parece posible que alguien sea capaz de hacer esto, especialmente sin apenas luz. Pienso de nuevo en sus murales que debieron estar dibujados con la misma técnica y además en la oscuridad. Recuerdo la conferencia a la que asistí después de visitar la Capilla Sixtina en el Vaticano, donde el tutor nos contó cómo Michelangelo (10) y otros pintores de la época habían logrado crear obras maestras perfectamente precisas en los techos mientras estaban acostados boca arriba, a menudo cuando había mínima luz natural para trabajar.

Las flores de mi ruta han sido retiradas, ya sea por el encapuchado o por la sección de mi departamento responsable de mantener las calles limpias. Estoy triste por esto, pero probablemente ya habrían lucido marchitas. Cuando salgo del ascensor en el trabajo, el aroma de mis claveles todavía es evidente en todo el pasillo, así que al menos han sobrevivido a la noche. Tomo nota mental de reponer el agua antes de desaparecer durante el fin de semana.

La enorme mochila de campamento de Kirsty está apoyada detrás de su escritorio, pero a ella no se la ve por ninguna parte. Continúo hasta mi oficina donde descargo mi propio bolso y me alegra ver el café esperándome. Cuando abro el cajón donde guardo mi bolso durante el día, veo una bolsa de papel marrón en la parte de atrás. La abro silenciosamente para que no suene y veo que está llena de galletas de todo tipo imaginable y sé que Kirsty las colocó allí, obviamente para mantenerlas alejadas de las miradas indiscretas de Jay.

Las deslizo subrepticiamente en mi bolso sin que Jay se dé cuenta y me siento un poquito culpable por ocultarle mi codicia, pero cuando están en juego productos horneados no existe la lealtad entre amigos o colegas. Sé que se burlaría de todos.

Jay y yo tenemos una reunión con Jim justo después del almuerzo, donde le informo sobre mi búsqueda del chico de la capucha. No menciono que creo que hay un significado oculto en sus murales, o que mi cara había aparecido en uno de ellos. Ya le habían hablado del mural del cisne en el estacionamiento, pero en realidad no le preocupaba quién lo haya dibujado, lo cual me convenía. Lo único que realmente le interesaba a Jim era hacerle la pelota al alcalde, lo que significaba entregar al tipo de la capucha como prueba A.

A las cinco, todo el mundo sale puntualmente para la reunión no obligatoria del personal en un bar del paseo marítimo, mientras Kirsty y yo nos dirigimos al estacionamiento. Por supuesto, Kirsty no había visto mi cisne antes, así que me bombardea con preguntas sobre quién lo dibujó, etcétera. La engaño con un «No tengo idea, pero es encantador, ¿no?», lo que sorprendentemente parece satisfacer su curiosidad, a pesar de que conoce al chico de la capucha y sus murales.

Lleno a Freddie en la gasolinera más cercana y luego conduzco hasta el muelle para coger el ferry a Bainbridge Island. El cruce es tranquilo y el Rainier luce magnífico en el horizonte contra un cielo azul brillante. La cima de sus laderas casi simétricas todavía está cubierta de nieve después de un largo y frío invierno, pero su base se está derritiendo lentamente bajo el cálido sol del verano, lo que da la impresión de que se ha desprendido de la tierra y flota en la atmósfera. Cuando llegamos a la isla, me dirijo al norte hacia el puente que une Bainbridge con el continente y luego sigo esta carretera hasta cruzar en Port Gamble. Seguimos por esta carretera hasta incorporarnos a la 101 que nos lleva por el Parque Nacional Olympic y directamente a Port Angeles. Había recorrido esta ruta con Charlie muchas veces, así que la conocía bien, pero nunca la había conducido yo misma.

Dejo a Kirsty en las afueras de Port Angeles, en un popular punto de encuentro para caminantes que recuerdo de cuando solía caminar con amigos de la escuela. Ella es la primera en llegar y me ofrezco a esperar con ella, pero ella dice que estará bien, así que me voy con un gesto de la mano. Kirsty había sido una gran compañía durante el viaje, pero me siento aliviada de tener algo de paz y tranquilidad para poder ordenar mis pensamientos y pensar en Charlie, incluido lo que vamos a hacer este fin de semana. Tengo muchas ganas de verlo, y ahora que he aceptado los cambios en su apariencia, sé que tendré que empezar a acostumbrarme al hecho de que no es el mismo Charlie que el hombre estoico e invencible que había habitado su cuerpo antes de recibir la noticia de que tenía cáncer de hígado.

Mi papá siempre ha sido un luchador. Es un tipo duro, tranquilo pero tenaz que, aunque vio los peores aspectos de la sociedad, sigue siendo enormemente optimista sobre la vida en general y siempre busca lo bueno en las personas. Su comportamiento brusco oculta el hecho de que es un blandengue de corazón; pero al Charlie que dejé en la estación de autobuses el sábado pasado le han quitado el relleno y está enojado, y eso es porque no quiere que yo esté sola en el mundo sin una figura paterna que cuide de mí. ¿Cómo voy a lidiar con su estado de ánimo a medida que pasan los meses?, no tengo ni idea.

Me siento absolutamente destrozada mientras conduzco los últimos kilómetros. Aunque sabía aproximadamente cuánto duraría el viaje antes de partir, todavía me sorprende ver que el reloj en el auto dice que son casi las nueve. He estado conduciendo durante casi cuatro horas, aparte del tiempo que pasamos en el ferry de Bainbridge, y no recuerdo que el viaje haya durado tanto antes, pero normalmente me quedaba dormida cuando Charlie conducía y me despertaba cuando llegábamos a Seattle o de regreso.

Giro hacia el camino familiar y puedo ver nuestra casa en la distancia, parcialmente oculta por los árboles. La patrulla que normalmente está estacionada enfrente se ha ido y esto me entristece porque ser policía es una parte muy importante de la vida de papá. Sigue siendo el «Jefe» ya que sólo está de baja por enfermedad, pero supongo que perder el automóvil será importante para él, ya que está orgulloso de su estatus en la comunidad.

Mientras me acerco, me alivia ver que no hay otros autos estacionados en el camino porque no estoy de humor para tener compañía, aparte de la de Charlie, por supuesto. Sólo quiero entrar, comer algo y luego dormir.

La puerta se abre antes de que pueda salir del auto y el delgado cuerpo de Charlie aparece en el escalón superior. La camisa de cuadros le queda dos tallas más grande y los pantalones se sujetan con un cinturón, pero visualmente no parece distinto de la última vez que lo vi hace una semana, lo que me hace suspirar aliviada. Recuerdo con un escalofrío el momento en que lo vi por primera vez al llegar a casa desde Escocia, que fue una de las experiencias más traumáticas de mi vida. Se había convertido en la mitad del hombre que había dejado sólo nueve meses antes, cuando volé a casa desde Nueva York antes de volar a Escocia, y todavía no sé cómo me contuve cuando me abrazó. Podía sentir fácilmente los estragos del cáncer en su cuerpo, aunque más tarde supe que sólo se debía a la pérdida de peso porque el tratamiento de radiación le quitaba las ganas de comer.

—¡Hola, papá! —grito alegremente—. Quédate donde estás, solamente traigo una pequeña bolsa conmigo —agrego cuando puedo ver que está un poco inestable en el escalón superior.

Recojo mi abrigo y mi bolso del baúl y subo las escaleras donde papá me abraza y me besa la frente. Me abraza un poco más de lo habitual y sé instintivamente que está contando las veces que le queda para saludarme así.

—Bienvenida a casa, Bells. Resguárdate del frío. Sue nos trajo una cazuela, así que espero que tengas hambre.

—Muero de hambre —respondo agradecida. Incluso si no tuviera hambre, siempre encontraría espacio para uno de los fantásticos guisos de Sue. Entonces me doy cuenta de lo que acaba de decir papá acerca de que hace frío. Es una tarde encantadora y cálida, por lo que debe sentir frío incluso cuando no lo hay, pero no hago comentarios sobre esto.

Llevo mi bolso a mi habitación, me lavo la cara rápidamente y luego bajo corriendo las escaleras mientras papá prepara los platos. Mientras se sirve una cerveza, me siento en mi lugar habitual en la mesa de la cocina y es como si los últimos tres años no hubieran pasado en absoluto y todavía estuviera en la escuela secundaria. Si pudiera retroceder el tiempo lo haría, para poder obligarlo a acudir a sus controles, pero no tiene sentido desear algo que no es posible.

Estoy sorprendida y muy contento de verlo comer una comida completa esta noche, ya que había perdido el apetito durante la semana que estuve con él. Antes de mi llegada, acababa de terminar un tratamiento de radiación, que era el último intento para evitar que los tumores se propagaran, y el tratamiento lo había aniquilado. Esta noche parecía más como antes y es sólo el ligero color amarillento de su tono de piel y su cuerpo encogido lo que confirmó su pronóstico limitado.

Después de cenar hablamos de mi trabajo y logro convencerlo de que hasta ahora me estoy divirtiendo mucho. Le hablo de los murales del encapuchado, pero nada de las rarezas asociadas con la historia. Se alegra cuando le digo que Jay es un buen tipo y que me he hecho amiga de Jessica y Kirsty. Ya le había dicho que me había topado con Mike, así que al final de la conversación dijo que ahora se sentía mucho más relajado porque yo no estaba sola en la ciudad.

Hablamos de su tratamiento y de la infructuosa búsqueda de un donante con el que dijo estar de acuerdo. La comunidad se estaba uniendo para que nunca le faltara compañía o transporte hacia y desde el hospital. Sus amigos de la reserva, especialmente Billy Black, también lo han apoyado mucho, lo que por supuesto lleva la conversación hacia Jake.

—Él nunca ha superado que lo abandonaras, Bells —dice Charlie filosóficamente—. Recibí mucho dolor por su parte durante un tiempo, como ya sabes, y Billy me dijo que Jake hizo todo lo posible para encontrarte, así que ten cuidado cuando andes por aquí.

—Lo haré —respondo y le doy una palmadita en el brazo—. Ya soy mayor, papá. Pasé dos años en New York, así que sé cómo tratar con imbéciles. No te preocupes.

Me da una mirada divertida y luego me sonríe.

—No lo dudo, Bella, pero físicamente es un animal. No hay nadie por aquí que pueda ganarle una pelea justa o injusta, así que la mayoría de la gente se mantiene alejada de su camino. Una vez tuve que apuntarle con mi arma para evitar que matara a golpes a un tipo. Cumplió tres meses por eso.

—No sabía que había estado en una prisión —me atraganté—. ¿Qué pasó?

—El otro tipo le dio cuerda; le dijo que debía ser pariente de Pie Grande o algo así. Jake había estado bebiendo y simplemente fue por él. Afortunadamente estaba cerca y los separé, pero si no hubiera estado allí, estoy seguro de que Jake lo habría matado. Jake me pidió disculpas cuando salió de la cárcel. Dijo que una niebla roja lo había envuelto, pero vi la mirada en sus ojos esa noche y estaba loco por sangre.

—Jesús —respondo sacudiendo la cabeza—. Tuve suerte de escapar.

—Lo hiciste, aunque dudo que él tocara a una mujer así. Los chicos de la reserva no lo tolerarían. Jake gana sus peleas con mujeres mediante intimidación y amenazas, o eso he oído.

No puedo evitar estremecerme cuando dice esto, ya que recuerdo algunas de las amenazas veladas que Jake me dijo, como sería mi «primero», o mataría a cualquier tipo que se acercara a diez metros de mí en el futuro. Esto no era un problema ahora, por supuesto, ya que era demasiado tarde para ser mi primero, o segundo, o... bueno, no necesito ir más lejos. Tal vez tendría el placer de decirle eso algún día, lo que podría darle una razón para dar marcha atrás.

Necesitaba ir a la ciudad para hacer algunas compras, lo cual ahora era un problema. Había planeado visitar la tienda de los padres de Mike para comprar calentadores y otros artículos esenciales, pero ahora estaba aún más preocupada por encontrarme con Jake. Lo último que quiero es discutir con él y que Charlie se entere. Decido entonces levantarme temprano y estar en la tienda cuando abra. Con suerte, a esa hora de la mañana Jake todavía estaría en la reserva durmiendo para recuperarse de la resaca y yo podría entrar y salir sin que nadie me viera.

Limpio después de cenar, le doy un beso a papá y subo a mi habitación. Siempre es extraño estar de vuelta en mi antigua habitación, pero me encanta estar aquí porque siempre duermo como un tronco. Abro un poco la ventana para poder oler los pinos y escuchar los gemidos y crujidos que hacen cuando se doblan con la brisa. Es una noche relativamente tranquila, pero el bosque todavía está lleno de sonidos y sé que esta familiar canción de cuna me hará dormir muy rápidamente.

Mientras me acomodo en la almohada pienso en el chico de la sudadera con capucha y en si volverá a visitar mi apartamento esta noche. Dejé las cortinas bien abiertas para que pudiera ver y así, con suerte, se dará cuenta de que no estoy ahí. ¿Quizás debería haberle dejado otro mensaje? No recuerdo mucho después de tener ese pensamiento.

-MG-

Sábado 29 de abril

A la mañana siguiente me despierto sintiéndome renovada después de una noche de sueño ininterrumpido. Me doy cuenta de que ya son casi las ocho y media y había planeado llegar a la tienda a las nueve, así que estoy enojada conmigo misma por dormir hasta tarde. Salto de la cama, me doy una ducha rápida, me pongo algo de ropa y luego salgo después de dejarle a Charlie una nota diciéndole dónde he ido.

Estoy afuera de la tienda poco después de las nueve y el señor y la señora Newton me saludan como a una hija perdida hace mucho tiempo. Siempre habían esperado que yo fuera su nuera algún día y no lo ocultaron conmigo y ocasionalmente frente a Mike, lo que siempre fue un poco vergonzoso para los dos. Tengo la sensación de que todavía tienen esperanzas.

—Te levantaste temprano —comenta el señor Newton mientras me da un abrazo envolvente.

—Sí, bueno, estoy tratando de evitar a Jacob, así que te agradecería que no le dijeras a nadie que estaré en casa este fin de semana.

—Claro, Bella —responde sabiamente el señor Newton—. Jake es un caso desagradable y no me gusta cuando entra a la tienda. Será mejor que te mantengas apartada de su camino.

—Esa es mi intención —respondo.

—Entonces, ¿en qué puedo ayudarte, jovencita?

Le entrego mi lista al señor Newton y paso los siguientes quince minutos apilando todo lo que necesito en el mostrador. Recuerdo que tengo que dejar espacio para Kirsty y su mochila para el viaje a casa, así que si esta vez no podía meter todas mis compras y ella en el auto, podría llevarme las cosas menos esenciales el próximo fin de semana.

—Eso es genial —digo después de que la señora Newton me ha totalizado la compra. Supongo que me habrán hecho un gran descuento, pero no lo cuestiono. Simplemente entrego mi tarjeta de crédito y veo cómo se va la mitad de mi primer mes de salario después de pagar el alquiler.

—Te ayudaré a meter todo esto en el auto —ofrece el señor Newton y comienza a recoger algunas de mis compras. Hago lo mismo y apenas nos dirigimos hacia la puerta cuando ambos escuchamos el sonido de una potente moto que viene por la calle. Antes de ver la cara del piloto sé quién es.

—Métete atrás —sisea el señor Newton, así que me giro, dejo mis cosas en el suelo y me sumerjo en la oficina detrás del mostrador. La señora Newton cierra la puerta con llave, pero todavía puedo oír todo lo que sucede en la tienda porque la ventana de cristal está entreabierta. La campana de seguridad encima de la puerta suena cuando Jake entra seguido de su voz que le ladra al Sr. Newton.

—¿Quién es el dueño de ese auto? —gruñe.

—¿Por qué? —oigo al señor Newton responder inocentemente.

—No importa por qué, quiero saber quién es el dueño de ese auto.

—Estaba estacionado aquí cuando llegamos esta mañana. Tu suposición es tan buena como la mía.

—Anoche estaba afuera de la casa del jefe Swan. Yo lo vi.

—Bueno, tal vez tenga visitas. ¿Por qué no le preguntas?

—Lo haré, y si descubro que sabías de quién era...

—¿Qué, Jacob? ¿Qué harías? Estás en libertad condicional, recuerda.

—¡No por mucho tiempo más, imbécil!

Escucho un fuerte estrépito que probablemente sea Jake empujando algo por despecho, luego la campana suena de nuevo, lo que espero signifique que ha salido de la tienda. Oigo a la señora Newton suspirar de alivio. Después de esperar otros treinta segundos más o menos para estar segura de que realmente se ha ido, abre la puerta y salgo sigilosamente de mi escondite.

—¡Santo cielo! —exclamo cuando veo el desastre que ha hecho. Jake había empujado todo un pasillo de productos con solo un movimiento de su brazo, así que me quedo y ayudo a limpiar el desorden y volver a apilar los estantes, lo que nos lleva a los tres casi media hora.

Después de que el Sr. Newton revisó la calle para asegurarse de que Jake no estuviera mirando, cargamos el auto y me dirigí a casa sintiéndome bastante conmocionada mientras mi valentía inicial de enfrentarme a Jake se había desvanecido rápidamente hasta quedar en nada. Sé que tendré que enfrentarlo algún día, incluso si logro evitarlo hasta el funeral de mi padre, pero no pensaré en eso ahora. Sólo quiero llegar a casa y estar segura adentro. Charlie todavía tiene un arsenal de armas legales cuidadosamente almacenadas alrededor de la casa con las que podría amenazar a Jake, pero lo último que quiero es que se vea involucrado en una confrontación.

Sólo llevo un par de kilómetros de camino cuando a través de la ventanilla abierta escucho el sonido que tanto temía. Una poderosa motocicleta se acerca rápidamente detrás de mí y en mi espejo retrovisor puedo ver fácilmente que es Jake mientras su largo cabello negro ondea detrás de él. No lleva casco ni ropa protectora y, a medida que se acerca, la expresión de su rostro es una imagen de pura rabia. Me quedo fría, ya que fácilmente me doy cuenta de que no voy a llegar a casa antes de que él me alcance.

Derrapo en una curva cerrada que es un atajo a casa a través del bosque y pisé el acelerador lo más que puedo. No puedo permitir que Jake me atrape en este lugar desierto ya que nadie me oiría gritar, pero es mi única oportunidad de llegar a la puerta principal antes de que me atrape. Mantengo la vista en los espejos y menos de tres segundos después él también dobla la curva. Mientras avanzo por el camino recto pero ondulado, intento decidir si estoy preparada para usar a Freddie como ariete para obligarlo a salir del camino, que probablemente sea mi única opción dadas las circunstancias.

Ahora me está ganando terreno rápidamente. Aprieto los dientes mientras coloco mis manos en el volante lista para intentar desequilibrarlo, pero internamente estoy gritando de terror. Cuando está casi detrás de mí, miro por el espejo retrovisor y pienso que tal vez debería frenar bruscamente sin previo aviso, lo que provocaría que me chocaría por detrás.

Pero mientras me preparo para dar este paso desesperado, al mismo tiempo rezando a Dios o a cualquier otra deidad que esté escuchando mis súplicas para salvarme de este monstruo, en mi espejo lateral veo un destello de algo grande y flashes negros desde los árboles del lado derecho de la carretera. Una aterradora fracción de segundo después, Jacob Black y su enorme motocicleta han desaparecido por completo de la vista.

—¡Mierda!

-MG-

(10) Michelangelo di Lodovico Buonarroti Simoni, conocido en español como Miguel Ángel, fue un arquitecto, escultor, pintor y poeta italiano renacentista, considerado uno de los más grandes artistas de la historia tanto por sus esculturas como por sus pinturas y obra arquitectónica.


Nota de la autora: ¿Qué pasó aquí?

En el próximo capítulo, habrá el primer «desencadenante» dolorosamente obvio que debería poner a Bella y Jay en el camino correcto para descubrir la conexión en los murales. Con suerte, se darán cuenta cuando suceda, pero otros factores desencadenantes comenzarán a ocurrir inmediatamente después de eso y finalmente el centavo caerá. Edward se hará cargo de la historia muy pronto (te encantará saberlo), pero sólo después de que hayas descubierto a qué conducen los murales.

Nota de la traductora: ¡Hola! La traducción de esta historia estará pausada durante la semana entrante (de lunes a sábado), tiempo en el que actualizaré únicamente la traducción de "Revolution". Las actualizaciones de "Mysterious Graffiti" se reanudarán el lunes 7 de octubre hasta el sábado 12 de octubre. En otras palabras, las actualizaciones irán una semana sí, la siguiente no, alternando las semanas entre las dos historias.