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Capítulo 4

Hibernalia – Sundas 6 de Fuego del Hogar del 202 de la Cuarta era

Asia miraba asombrada el paisaje que tenía enfrente. Los grandes campos nevados se extendían hasta el horizonte reflejando la luz del sol de mediodía. Actualmente ella estaba viajando sobre una carreta.

Edzard había comprado la carreta para poder viajar cómodamente. Los días después de la llegada de ambos a Ventalia habían sido muy ajetreados, la razón fue que Edzard había sido señalado como el posible actor del asesinato de Rolf y Angrenor. Quienes lo acusaban, decían que era su represalia por como Rolf había maltratado a Asia. Por fortuna para él, los cargos fueron retirados cuando se logró probar que él no había salido de su casa esa noche.

Lamentablemente, esa pelea que él pensó que no había sido vista por nadie, terminó por estar en boca de todos y seria cuestión de tiempo que todo Skyrim supiese sobre esa pelea.

Cinco días después del intento de arresto, Asia y Edzard habían partido de Ventalia en dirección de Hibernalia. El viaje fue relativamente tranquilo. El único problema que habían tenido fue cuando un troll de escarcha los había atacado. Edzard se había ocupado del troll con un hechizo de relámpagos. Asia había visto de primera mano cómo el relámpago convertía al troll en cenizas.

"Asia ten cuidado." Dijo Edzard mientras veía como Asia estaba que se inclinaba sobre la baranda de la carreta.

"Pero así puedo ver mejor el paisaje." Respondió Asia con un puchero.

"Asia, si te caes, es posible que termines enfermándote."

Asia suspiró y se alejó de la baranda de la carreta. Mientras volvía a sentarse, sopló un viento helado. El frio hizo que tiritara y que se ajusté más la capa. Mientras se ajustaba la capa, vio el pequeño broche de oro que sujetaba la capa.

Flashback

Asia se encontraba leyendo un libro en la habitación de Edzard. Si bien ella no debería de estar ahí, los mejores libros de la casa estaban ahí. Así que ella se había colado mientras Edzard no estaba.

"Ahhh... ya terminé con este libro." Suspiró Asia mientras se levantaba de la silla donde estaba sentada. Caminando, se dirigió hacia el estante, pero cuando estaba a punto de dejar el libro en su lugar, una voz habló.

"Siempre quise ver quien era la persona que leía mis libros y que pensaba que no me daría cuenta." Dijo Edzard con una sonrisa al ver a Asia intentar dejar el libro que había tomado en el estante.

Asia parecía un venado acorralado por una manda de lobos. Ella no esperaba que Edzard la descubriera, pero lo había hecho.

"Ed…. Yo… yo…" tartamudeaba Asia.

Edzard usó telekinesis y le arrebató a Asia el libro. Se asombró cuando vio la portada.

'Nórdicos de Skyrim. Un tipo de lectura extraña." Pensó Edzard.

"Asia, ¿Por qué estabas leyendo este libro?"

"Yo intentaba aprender más de tu pueblo." Dijo Asia mientras miraba al piso. Se sentía mal por haber entrado, así como así a la habitación de Edzard.

Edzard suspiró. Camino unos pasos y volvió a poner el libro en su lugar. Luego se acercó a Asia y le puso una mano en su cabeza.

"Si esto es por lo que te conté, no debes de preocuparte. Ya te dije que la xenofobia abunda en las viejas comarca. No todos los Nórdicos son iguales, los del oeste son más cosmopolitas." Dijo Edzard con una sonrisa.

Asia asintió y comenzó a caminar para dejar la habitación de Edzard, pero cuando estaba por salir escuchó que Edzard la llamaba.

"Asia, ven. Tengo algo para ti."

Asia giró y se acercó a Edzard.

Edzard metió la mano a su bolsillo y sacó un pedazo de tela. Desenvolviendo la tela le mostro a Asia un broche.

Asia se quedó mirando el broche. El broche era un disco de oro, el cual tenía una cruz grabada y en el centro de la cruz había una pequeña esmeralda.

"¿Es para mí?" preguntó Asia mirando el broche.

"Si. Lo necesitaras para poder sujetar mejor tu capa."

Asia asintió y tomó el broche. Después de ponerlo en un bolsillo de su vestido, ella saltó y le dio un fuerte abrazo a Edzard.

Fin Flashback

"¡Asia!"

Asia se sobresaltó cuando escuchó ese grito. Mirando al frente, pudo ver que estaban en lo que parecían ser un pueblo. El pueblo tenía varias casas destrozadas, pero era obvio que estaban siendo reparadas. Mirando atrás, pudo ver que incluso estaban construyendo una muralla.

"Ed, ¿Dónde estamos?" pregunto Asia mientras bajaba de la carreta.

"Estamos en Hibernalia." Respondió Edzard mientras les hacía señas a unos jóvenes.

Cuando los jóvenes llegaron, comenzaron a sacar las pertenencias de ambos de la carreta y comenzaron a llevarlas a las puertas de lo que parecía ser un castillo.

"Ed, ¿Qué es este castillo?"

"Es el Colegio de Hibernalia." Respondió Edzard.

"Entonces, ¿Es ahí donde nos quedaremos?" preguntó Asia emocionada, pues nunca había estado en un castillo.

"Sí. Y esta vez no nos quedaremos solo unos días." respondió Edzard. "Nos quedaremos por tres semanas, tengo muchos deberes como Archimago que debo resolver."

Asia sonrió al escuchar eso. Si bien le gustaba viajar, quería quedarse más que solo unos días en cada lugar que visitaban.

Ambos comenzaron a caminar en dirección a las puertas del colegio. Cuando por fin llegaron a las puertas del colegio, Asia se dio cuenta de que el colegio se encontraba sobre un acantilado, más exactamente, se mantenía sobre una montaña. El colegio estaba unido a la ciudad por un puente que estaba en muy malas condiciones y que parecía que se caería en cualquier momento. El colegio en sí mismo es una fortaleza formada por tres torres unidas por una muralla. Dos de estas torres eran circulares y la última torre era cuadrada, cabe destacar que esta era más grande que las otras. Estas torres estaban separadas por un gran patio circular.

Al momento de cruzar el puente, Asia había tomado la mano de Edzard, pues tenía miedo de caer. Y ese miedo se hizo más grande al momento de ver la gran caída que le esperaba si tropezaba.

Cuando finalmente llegaron a las grandes puertas del colegio, Asia se asombró al ver que allí al frente había varias personas. Personas que tendrían entre treinta y setenta años, todos vestidos con túnicas de manga larga, pantalones negros y botas forradas de piel. Esta vestimenta estaba presente tanto en hombres como mujeres, la única variante era el color de los mantos que llevaban sobre las túnicas.

En el momento en que ambos ingresaron, se acercó el más anciano del grupo. Este tenía el cabello blanco como la nieve, el cual llevaba peinado hacia atrás, además de poseer tres trenzas a cada lado de la cabeza, las cuales tenían cintas de cuero negro en las puntas. También poseía heterocromía, el ojo derecho era de color avellana y el izquierdo era de color verde. Él también vestía las mismas túnicas que sus compañeros, pero llevaba el manto de color verde oscuro.

"Bienvenido de nuevo, Archimago." habló el anciano haciendo una reverencia, mientras que los que estaban atrás le imitaban.

"Gracias Maestro Tolfdir, es bueno volver." respondió Edzard con una sonrisa.

"Veo que ha traído a alguien con usted." dijo con curioso Tolfdir.

"Sí, pero hablaré de esto contigo en mi estudio." ordenó Edzard. "Los demás maestros quedan despedidos, informaré personalmente de esto más adelante."

Al momento de escuchar esto, todos los maestros asintieron y se retiraron del lugar.

Edzard tomó la mano de Asia y la llevó hacia el interior del complejo. Mientras caminaba, Asia pudo ver que en el patio había una gran estatua de una persona que ella no conocía.

Luego de subir por una escalera, ambos llegaron a las dependencias del Archimago ubicadas en el tercer piso de la torre central. Estas dependencias eran una gran habitación, la cual poseía varios estantes, una gran cama para dos personas e incluso un jardín dentro.

Mientras Edzard ponía las pertenencias de ambos en la habitación, Asia miraba el jardín. Estaba asombraba e intrigaba de que pudiera haber uno allí, pero sobre todo lo que más le llamaba la atención eran las bolas de luz que flotaban por ahí.

"Ed, Esas bolas se parecen a la bola de luz que convocaste cuando nos conocimos." Dijo Asia.

"Parece que ya has visto a Edzard hacer magia." respondió Tolfdir mientras entraba a la habitación. Seguía vistiendo sus túnicas y el manto, solo que esta vez tenía un bastón de color gris. Este bastón tenía un detalle de fuego hecho con finos hilos en la parte superior y dentro de este decorado había una gema de color ámbar que brillaba.

Al momento de escuchar al anciano hablar, Edzard se acercó y ambos se abrazaron mientras reían.

"Es bueno verte de nuevo, Ed." habló Tolfdir mientras sostenía los hombros de Edzard y le daba una sonrisa.

"A mí también me da gusto verte de nuevo maestro." respondió Edzard también con una sonrisa.

"Entonces, ¿Quién es la chica?" preguntó Tolfdir a su amigo y ex alumno. "¿Tu nueva amante?"

Edzard y Asia enrojecieron cuando escucharon lo que Tolfdir preguntó.

"¡No tenemos ese tipo de relación!" gritó Edzard mientras Asia asentía.

"Entonces, ¿por qué esta aquí?"

"Es una larga historia, así que recomendaría que te sientes y te pongas cómodo."

Y así, los tres fueron asentarse en una mesa que había cerca, donde Edzard los presentó, y comenzó a contar lo que sucedió en Solstheim. Como había conocido a Asia. También le conto sobre el origen de la misma.

"Así que, encontraste y salvaste a una chica de otro mundo, y ahora deseas encontrar una manera de devolverla a su mundo." dijo Tolfdir con preocupación. Él sabía que era posible hallar ese conocimiento, pero este tipo de conocimiento era muy peligroso.

"Sí, maestro, ese es el plan."

Tolfdir suspiró. Él conocía muy bien a su ex alumno. Él sabía que cumpliría su promesa a toda costa. Así que decidió ver mejor a la niña llamada Asia. La chica era bonita, de eso no había duda. Y era muy notorio ver que Edzard se estaba encariñando de ella. Incluso podría decirse que él estaba comenzando a tener un flechazo por ella.

"Señorita, ¿Puede mostrarme lo que llamas sacred gear?" preguntó Tolfdir a Asia, la verdad es que estaba a muy intrigado sobre estos artefactos.

Asia asintió, para luego convocar dos anillos plateados con gemas de color verde en los dedos medios de cada mano. Al momento en que los convocó, Tolfdir y Edzard se acercaron para ver mejor el artefacto. Si bien Edzard había sabido de su existencia, no le había pedido a Asia que se los mostrara, y estaba contento por tomar esa decisión. Esos anillos emitían un aura y poder mágico similar a un artefacto daedrico de bajo nivel.

"Asombroso. La cantidad de energía mágica que desprende es increíble, no solo eso, su diseño y materiales no son algo que haya visto en mi larga vida." comentó emocionado Tolfdir. "Asia, ¿Qué sabes sobre la magia?"

"No mucho, solo se lo que Ed me ha contado."

La verdad es que ella no le había preguntado a Edzard más sobre el tema, pues en la iglesia estaba mal visto el uso de magia.

"Ummm…, Ed, ¿Has medido su potencial mágico?"

"La verdad es que no lo he hecho." respondió Edzard mientras miraba a su maestro. "Mi razonamiento es que, al no ser de este mundo, ella no posee las reservas de magia que poseemos aquí."

"No perdemos nada al intentarlo." comentó Tolfdir mirando a Asia. "Así que Asia, ¿Quieres saber si eres capaz de aprender a usar la magia de Tamriel?"

Asia se sorprendió al escuchar a Tolfdir decir eso. Una parte de ella quería aprender, pero otra no. Estaba dividida, ya que la iglesia Cristiana prohibía el uso de magia, pero mientras pensaba a su mente llegó la frase que le había dicho Cindiri. Así que, suspirando, Asia tomó una decisión.

"Yo quiero aprender magia." Contestó Asia.

Edzard se sorprendió al ver la convicción en los ojos de Asia. Sonriendo se levantó de su asiento y se acercó a ella. Arrodillándose, tomó sus manos entre las suyas. Las manos de Edzard comenzaron a brillar de color azul y sus ojos comenzaron a brillar.

Edzard vio a Asia y sus ojos se abrieron por lo que vio.

'Magia, ella posee reservas de magia, pero ¿cómo es esto posible?, Asia no debería tener reservas para usar la magia de Tamriel.' pensó Edzard preocupado.

Decidido a saber la razón de esto, decidió a usar su variación del hechizo de visión del décimo ojo.

Este hechizo, a diferencia del original, si permite ver cosas que no pueden ser vistas de manera normal, tales como auras o bendiciones. Al usar el hechizo pudo ver que alrededor de Asia había un aura dorada, la cual la rodeaba completamente, también pudo ver claramente los anillos que eran su sacred gear.

'El color del aura no es normal, tampoco lo es la sensación que da, pero siento que he visto ese tipo de aura en algún lugar.' pensó Edzard aún más preocupado que antes, este tipo de aura solo podía significar una cosa; sin embargo, al momento de volver a mirar, se dio cuenta de que apareció un símbolo alrededor de Asia. Este símbolo era una cuerda finamente elaborada, la cual poseía un nudo de rizo al final, uniendo así ambos extremos. Debido al shock de ver ese símbolo, Edzard perdió la concentración y el hechizo finalizó. Edzard terminó cayendo de rodillas y comenzó a jadear, asustando tanto a Asia como a Tolfdir, los cuales se apresuraron a llevarlo a su silla para que descanse y se recupere.

"Ed, ¿Estás bien?" preguntó Asia muy preocupada, pues era la primera vez que veía a Edzard en ese estado.

Edzard asintió. Mágicamente estaba bien, pero estaba agotado tanto mental como físicamente. A pesar de que el hechizo que usó necesitaba de grandes cantidades de magia, él poseía magia más que suficiente para usarlo. El problema radica en que el hechizo pone un gran estrés en la mente y en el cuerpo del usuario. Esto debido a que muetra cosas que no están destinadas a ser vistas por los ojos de un mortal.

Al ver a Edzard asentir, tanto Asia como Tolfdir suspiraron de alivio.

"Entonces, Ed, ¿Asia posee reservas mágicas para aprender magia?" Se podía escuchar el interés en la voz de Tolfdir.

Edzard solo volvió a asentir, obteniendo de esta manera un jadeo de asombro de Asia y Tolfdir.

Si bien Tolfdir había propuesto ver si la joven Asia podía aprender magia, solo lo había hecho para ver el progreso de su exalumno en los hechizos de detección de magia; sin embargo, ahora estaba muy intrigado por los resultados de su pequeña prueba.

Asia también se sorprendió al saber que podía aprender magia, pues ella estaba segura de que no podría. Edzard le había explicado de donde se obtenía la magia en Nirm. Así que al enterarse de que podía aprender a hacer magia la entusiasmó mucho.

"Entonces, Ed, dinos, ¿Cuánta magia posee Asia?" preguntó Tolfdir.

"Asia… posee reservas…. mágicas normales." contestó Edzard entre jadeos, pues aún estaba cansado y le costaba respirar un poco. "Sin embargo, ¿Sabe que significa un símbolo de un circulo hecho con una cuerda que se ata entre ambos extremos con un nudo de rizo?"

Al momento de escuchar esa pregunta, Tolfdir alzó una ceja. Sin embargo, comenzó a pensar en que podría significar ese símbolo.

'Un circulo hecho con una cuerda que se ata entre ambos extremos con un nudo de rizo?' pensaba Tolfdir mientras se frotaba la barba

Tolfdir estuvo pensando un buen rato, hasta que se dio cuenta de lo que significaba. Luego le dio un golpe a Edzard en la cabeza con su bastón. Esta acción hizo que la cara de Edzard terminara estrellándose contra la mesa. Asia, que estaba escuchando la conversación, se asustó por esta acción.

"¡Auch! ¡Qué le pasa, maestro!" gritó Edzard mientras se sobaba la cabeza. "¡¿Por qué me golpeó?!"

"¡Por idiota!" gritó en respuesta Tolfdir. "¡Edzard ese símbolo pertenece a una diosa en particular!"

Al momento de escuchar eso, tanto Asia como Edzard abrieron los ojos. La primera porque no entendía que pasaba, mientras que Edzard lo hizo por que comenzó a conectar los puntos de lo que estaba pasando.

'Soy un idiota, por supuesto que había sentido ese tipo de aura antes, y eso fue cuando ayudé al templo de Riften a extender la benevolencia de Mara.' pensó Edzard. La benevolencia de Mara es en sí los templos que adoran a Mara, la diosa de la fertilidad, la agricultura y el amor. Estos templos buscan lograr la unidad de todas las criaturas mediante la difusión y la investigación del amor.

Al ver que Edzard ya sabía a qué deidad pertenecía ese símbolo, Tolfdir decidió preguntar el por qué lo preguntaba.

Y así Edzard comenzó a contar qué había creado variaciones de muchos hechizos, gracias a que obtuvo mucho conocimiento de los libros negros de Hermaeus Mora, pues estos libros te transportan al propio plano de Hermaeus Mora.

"Así que ese hechizo que creaste te permitió ver que Asia posee una bendición de la propia Mara." dijo Tolfdir asombrado por el hechizo de su antiguo alumno.

Edzard asintió en respuesta.

"Bueno, cambiando de tema ahora que sabes que Asia puede aprender magia, ¿Qué harás?"

"No es obvio, la inscribiré en el colegio."

Esta respuesta sorprendió a Asia, la cual se levantó y comenzó a saltar de alegría. Esta acción provocó que Edzard y Tolfdir sonrieran. Cuando Asia se calmó lo suficiente, se sentó y así pudieron continuar con la conversación.

"Supongo que Asia participará del examen de ingreso en tres días." comentó Tolfdir.

Al momento de escuchar eso, los ojos de Edzard se abrieron, se había olvidado de eso.

'Asia no tiene entrenamiento en magia.' pensó Edzard entrando en pánico; sin embargo, ahí recordó algo muy importante sobre dicho examen.

"Maestro, el examen se hará por escuelas de magia, ¿verdad?" preguntó Edzard con una sonrisa de oreja a oreja.

Tolfdir asintió como respuesta a la pregunta de Edzard.

"Asia, ¿Qué escuela de magia deseas aprender?" preguntó Edzard.

Al momento de escuchar la pregunta, Asia comenzó a pensar sobre qué escuela elegir. Comenzó a fruncir el ceño mientras pensaba. Ella no sabía que elegir, todas las escuelas tenían algo bueno que enseñar. Pero finalmente se decidió por una.

"Quiero entrar a la escuela de restauración." Respondió finalmente Asia.

"¿Estás segura de esto?, si bien es posible cambiar de escuela, no es muy sencillo." comentó Tolfdir.

"Sí, estoy muy segura." respondió con determinación Asia mientras miraba de reojo a Edzard, el cual se encontraba pensativo.

Tolfdir solo pudo asentir al ver la determinación en los ojos de la niña; sin embargo, se dio cuenta de que ella comenzó a mirar de reojo a Edzard y finalmente entendió lo que pasaba.

'Parece que se está tejiendo una historia muy interesante aquí, será divertido observarlos.' Pensó Tolfdir mientras una sonrisa se formaba en su rostro.

"Bueno, Ed, realmente ha sido interesante hablar contigo sobre esto, pero tengo deberes que hacer para la ceremonia de ingreso de este año. Así que me retiro." dijo Tolfdir mientras se levantaba de la silla y comenzaba a irse; sin embargo, al momento de llegar a la puerta se giró. "Recuerda que debes hablar con los demás maestros, ellos también necesitan información sobre el por qué Asia está aquí."

Después de decir eso, Tolfdir por fin salió de la habitación dejando a Edzard y a Asia solos. Edzard suspiró mientras se levantaba, pues debía preparar las lecciones de Asia, además de que debía dar un informe a los demás maestros, pero no les diría sobre el origen de Asia.

'Sé que Tolfdir no dirá nada, así que debo pensar en una cubierta más elaborada sobre el por qué esta aquí.' pensó Edzard.

Cuando Edzard se levantó, Asia también lo hizo; sin embargo, antes de que ella pudiera hablar, Edzard se adelantó.

"Asia, ¿Puedes quedarte aquí a ordenar las cosas?"

"Está bien Ed." respondió Asia. "Sin embargo, ¿A dónde vas?"

"Voy a la biblioteca, después de todo tengo que prepararte para el examen de ingreso, además de que debo dar un informe sobre el por qué estás aquí."

"Está bien, Ed, cuídate."

Edzard asintió y se dirigió a la biblioteca mientras Asia se quedaba a ordenar sus pertenencias y las de Edzard.

Tres horas después, Edzard volvió con varios libros y pergaminos. Asia se asombró por la cantidad de libros. Cuando Edzard los puso en la mesa, la llamó para empezar las lecciones. Cuando hubieron trascurrido varias horas, Edzard se había dirigido a la cocina a buscar la cena.

Luego de cenar, prosiguieron estudiando, dejando de lado el problema más grande que tendrían esa noche. Donde dormiría cada uno, pues solo había una sola cama y ellos eran dos.


Colegio de Hibernalia – Middas 9 de Fuego del Hogar del 202 de la Cuarta era

Asia se encontraba rodeada de muchas personas. Todos ellos eran magos que habían venido a dar el examen para ingresar al colegio como aprendices y todos eran de diferentes razas y géneros, habían Argonianos, Dunmers, Bretones, Imperiales, Nórdicos y Guardias Rojos. Todos los cuales eran mayores que ella por algunos años. Y todos se hallaban conversando entre ellos; sin embargo, ella se encontraba sola en un rincón.

Había pasado los últimos tres días estudiando en la habitación de Edzard. Él se había asegurado de que ella aprendiera todo lo necesario para poder ingresar al colegio. Esos tres días habían sido muy incómodos, pues debido a que ella no podía salir de la habitación y al haber solo una cama, ella y Edzard habían compartido dicha cama. El solo hecho de recordar eso hacía que su cara se enrojeciera de vergüenza; sin embargo, no pudo pensar mucho en eso, pues se abrieron las puertas que daban al salón principal del colegio, saliendo de ella todos los maestros. Un Orco que iba con ellos se dirigió hacia una pequeña mesa que había sido puesta cerca de donde se pararon los maestros. El Orco se sentó en la silla, tomando una hoja en blanco y una pluma con un tintero asintió a Tolfdir, el cual se paró frente a los aspirantes y aclarándose la garganta comenzó con el examen.

"Sean bienvenidos todos ustedes al examen de ingreso al colegio de Hibernalia." anunció Tolfdir, llamando así la atención de todos.

Al momento de escucharlo, todos los aspirantes prestaron total atención al anciano maestro.

"Como todos sabrán, en este examen deberán demostrar que poseen los conocimientos básicos necesarios para ingresar al colegio." anunció Tolfdir mirando a la multitud presente. "Serán llamados por sus nombres en orden alfabético. Se les preguntarán sus datos completos y deberán decir a que escuela desean ingresar y por qué motivo. Posteriormente, se les hará una prueba la cual estará dirigida por el maestro de la escuela mágica a la que hayan decidido ingresar."

Todos los presentes se alejaron del centro del patio, dejando así espacio suficiente para que se lleven a cabo las pruebas.

"Muy bien, empezaré por el primer aspirante." anunció Tolfdir. "Asia Argento, un paso al frente."

Al escuchar su nombre, Asia se asustó, no esperaba ser la primera convocada. Todos los aspirantes voltearon inmediatamente a verla, lo cual la asustó aún más. Así que con pasos pequeños comenzó a acercarse al centro del patio. Al llegar frente a Tolfdir, este le dio una sonrisa de apoyo.

"Muy bien, diga su nombre completo, fecha de nacimiento, lugar de procedencia y signo bajo el cual nació."

"M... me llamo A.… Asia A…. Argento, nací el 11 de S…. Segunda Semilla, provengo de E... Evermore, nací bajo el signo de la Sombra." respondió Asia tartamudeando.

Mientras hablaba, el Orco escribía en el papel los datos de Asia, luego asintió a Tolfdir, el cual respondió de la misma manera.

"Muy bien, ¿A qué escuela mágica desea ingresar y por qué?"

"A la escuela de la restauración." respondió Asia tímidamente. "Y deseo estudiarla para ayudar a las personas que lo necesiten."

Al escuchar eso, varios de los aspirantes comenzaron a reírse de ella por escoger esa escuela.

"¿Enserio desea entrar a esa escuela?" susurró un Imperial.

"Esa escuela solo es para sacerdotes."

"No vale la pena juntarse con magos como ellos."

"Ja, ellos ni siquiera pueden ser considerados magos." susurró un Bretón.

Esos eran los susurros que se escuchaban por parte de los otros aspirantes.

Asia bajó la cabeza por las burlas que recibía, pero todas esas risas cesaron cuando un aura asfixiante se sintió en todo el patio.

Todos los aspirantes estaban de rodillas, mientras que los maestros se mantenían en pie a duras penas. La razón de esto fue que el aura estaba saturada de magia e instinto asesino a tal grado que muchos comenzaron a temblar.

Asia por su parte estaba aterrorizada, era la primera vez que sentía algo así. Cuando las lágrimas amenazaron con caer por sus mejillas, el aura dejó de sentirse.

"Bueno, parece que el Archimago ha calmado las cosas." dijo Tolfdir con una gota de sudor por lo sobreprotector que se estaba volviendo Edzard. Esta era la primera vez que veía a su antiguo alumno tan enojado. "Debo decirles que el Archimago no aprecia que se burlen de ninguna de las escuelas de magia, él considera que todas las escuelas de magia son importantes para el avance de los estudios mágicos en Tamriel".

Todos los aspirantes jadearon de sorpresa al enterarse de que dicha aura mágica había sido producida por una sola persona.

Asia estaba asustada, nunca creyó que Edzard pudiese hacer algo así, pero en ese momento, recordó lo que le habían dicho Cindiri antes, que Edzard podría ser alguien amable, pero que también era alguien aterrador cuando se enojaba.

"Ahora, si no hay más interrupciones." anunció Tolfdir. "Su razón es completamente válida y se ajusta al carácter de la escuela de la restauración. A continuación, la dejaré con la Maestra dicha escuela, la maestra Colette Marence."

Al momento de ser llamada, la maestra dio un paso al frente. Ella es una mujer bretona que se encuentra entre los cuarenta y cincuenta años. Posee el cabello castaño oscuro, en el cual se podían ver algunas canas. Tenía un rostro serio y ojos de color oscuro. Ella viste la típica túnica de mago maestro, pero posee un manto de color marrón oscuro. Cuando estuvo al frente de Asia, sacó una daga y se hizo una pequeña herida en la palma de la mano, asombrando a todos los aspirantes presentes.

"Muy bien señorita, mi nombre es Colette Marence y soy la maestra de la escuela de restauración." habló Colette mirando a Asia a los ojos. "Tendrás tres pruebas. La primera es que debes de usar un hechizo para curar el corte en mi mano."

Al momento de escuchar que debía curar la herida, Asia de forma inconsciente casi usa su sacred gear; sin embargo, se dio cuenta a tiempo, lo que le permitió usar el hechizo de manos sanadoras. El hechizo funciono mejor de lo que uno esperaría, ya que no demoró casi nada de tiempo en curar las manos de Colette.

Colette miró su mano realmente asombrada. Ella había recibido junto a los demás la explicación formal del Archimago sobre la razón por la que Asia estaba ahí. La explicación había hecho que todos los maestros se preguntaran por qué Edzard estaba tan interesada en ella. Cuando la vieron parada en el centro del patio para saber a qué escuela pertenecería, ella y todos los demás maestros decidieron ver el nivel de sus reservas de magia y no encontraron nada especial en ella; sin embargo, ahora veía que ella realmente tenía talento para la magia de restauración.

"Muy bien hecho. Has pasado la primera parte de la prueba." habló Colette con una pequeña sonrisa en su rostro. "Para tu segunda prueba. Debes usar una custodia para protegerte de un hechizo que te lanzaré."

Asia asintió y se alejó de Colette. Cuando estuvo lo suficientemente lejos, conjuró la custodia, la cual era una barrera mágica. Colette vio la custodia y decidió poner a prueba la cantidad de magia que tenía Asia, así que decidió no atacar por unos cuantos segundos. Cuando vio que la custodia no disminuía su poder, conjuró una bola de fuego y se la lanzó. Cuando la bola de fuego golpeó la custodia, fue completamente bloqueada por esta y Asia se encontraba sin daño alguno.

"Oye, ¿viste eso?"

"Si, como pudo mantener la custodia tanto tiempo."

"Ni idea."

Esos eran los susurros de varios de los aspirantes, pues estaban asombrados por la resistencia de la custodia de Asia. Si bien era relativamente fácil crear una custodia, el problema recaía en que estas necesitan una concentración constante para mantener su forma. Además de que debe ser alimentada de magia constantemente, por lo que los magos principiantes no pueden mantenerla por mucho tiempo.

"Muy bien, también pasas la segunda prueba." respondió Colette aún más feliz que antes. La chica estaba resultando ser una verdadera prodigio en cuanto al uso de la magia de restauración. "La última parte de la prueba es opcional. Debes de usar un hechizo de la escuela de la restauración que sea de tipo ofensivo."

Todos los aspirantes alzaron una ceja, pues no entendían la prueba. Se sabía que la escuela de la restauración tenía algunos hechizos ofensivos, pero estos pedían gran cantidad de magia. Es por eso que muchos de los aspirantes estaban que se reían mentalmente.

"Está bien, tomaré la última prueba." dijo Asia firmemente, asombrando así a los presentes. "¿Podría levantar una custodia, por favor?"

Colette asintió y creó una custodia simple. Mientras esto pasaba, todos los presentes, desde maestros hasta los aspirantes miraban muy extrañados y preguntándose el por qué Asia había aceptado esa última prueba.

Cuando Asia vio que la maestra había conjurado la custodia, comenzó a reunir magia en su mano derecha. La luz dorada comenzó a reunirse en su mano y luego ella lanzó una pequeña bola de fuego color dorado. Bola de fuego que al impactar en la custodia de Colette logró debilitarla hasta el punto en que casi se había desvanecido.

"¿Qué hechizo fue ese?"

"Ni idea, ¿tú sabes que hechizo fue?"

"No, nunca vi un hechizo así, pero se parece mucho a una bola de fuego."

Esos eran los susurros de los aspirantes. Y es que todos, desde los maestros incluida Colette a los aspirantes estaban con la boca abierta. Ya que Asia había usado un hechizo de tipo ofensivo de la escuela que se decía solo era para curar.

"Excelente señorita, has aprobado todas las pruebas y es un gusto para mi darte la bienvenida a la escuela de la restauración del Colegio de Hibernalia." dijo Colette una vez superó su asombro.

Al momento de que Colette terminó de hablar se escucharon aplausos, mirando hacia la fila de maestros, Asia vio a un sonriente Tolfdir aplaudiendo, acción que fue imitada por el resto de maestros.

"Felicidades por aprobar el examen, realmente me ha sorprendido su demostración de habilidad mágica." comentó Tolfdir una vez que terminó de aplaudir. "Realmente debes de haber tenido un gran tutor."

Todos los aspirantes levantaron una ceja, al no entender lo dicho por Tolfdir. Asia comenzó a sonrojarse por la cantidad de atención que le estaban dando.

"La verdad es que no podría haber pedido a alguien mejor." comentó Asia con una gran sonrisa en su rostro.

"Ya veo." contestó Tolfdir mientras se acariciaba la barba, aún mantenía una sonrisa en el rostro. "Entonces señorita, le pido que se dirija al área asignada donde estarán los que aprobaron el examen."

Al mencionar eso, Tolfdir señaló hacia su derecha. Asintiendo, Asia se dirigió allí para poder descansar. Y mientras avanzaba, daba pequeños saltos de felicidad.

Las pruebas duraron cuatro horas más, finalizando cerca de la hora del almuerzo. De los más de cien aspirantes a ingresar solo cuarenta lograron pasar las pruebas para poder ingresar al colegio. De estos cuarenta solo siete incluyéndola a ella ingresaron a la escuela de restauración, la mayor cantidad de ingresantes pertenecían a la escuela de destrucción y a la de conjuración, y en menor medida ilusión y alteración, mientras que casi nadie fue a restauración.

"Muy bien, felicito a los que han logrado pasar el examen de ingreso." anunció Tolfdir a los aspirantes que habían logrado ingresar. "Por favor, sigan a Onmund, él los llevará a los que serán sus dormitorios."

Cuando terminó de hablar, Tolfdir señaló a un joven nórdico. El cual poseía túnicas de mago de estudiante de destrucción, sus ojos eran azules; sin embargo, su cabello y demás facciones no eran muy visibles ya que este usaba una capucha de mago.

"Una vez que hayan sido asignados a sus habitaciones, serán llevados al comedor para almorzar. Luego deberán prepararse para la ceremonia de admisión en el salón de los elementos, esta será dentro de tres horas." anunció Tolfdir. "Eso es todo, gracias."

Terminando de hablar, Tolfdir junto con los demás maestros y el orco se retiraron adentro del edificio principal del colegio.

Onmund los llevó a todos al salón de la conquista, el cual eran los dormitorios de los magos aprendices. Este salón se encontraba en la torre ubicada a la mano izquierda desde el portón de entrada del colegio. Cuando llegaron, fueron llevados a sus respectivas habitaciones. A Asia le tocó una habitación en el tercer piso. Su habitación era pequeña y tenía una cama para una persona, además de tener un escritorio y varios estantes.

Después de que Asia terminara de ordenar sus pertenencias. Se vistió con la ropa que le habían dado y se dirigió al comedor a almorzar. La nueva ropa que vestía eran una túnica de mago, pantalones negros y botas del mismo color. Además de que llevaba un manto de color marrón, el cual estaba unido a su túnica por un broche con forma de ave con las alas extendidas

Después de almorzar, se dirigió junto a los otros nuevos alumnos al salón de los elementos para la ceremonia de admisión.

El Salón de los Elementos es una habitación de gran tamaño, la cual tenía una gran cantidad de bancos. Poseía muchas ventanas, las cuales mantenían muy bien iluminado el lugar. En el centro del salón había una especie de fuente, la cual desprendía unas pequeñas cantidades de magia. Desde la entrada hacia la mano izquierda hay una puerta que lleva a las dependencias del Archimago y a la mano derecha se va hacia la biblioteca, también conocida como Arcanaeum.

Cuando todos los alumnos estuvieron dentro del salón, comenzaron a entrar los maestros y junto a ellos había varias personas. Había un Khajiita, una Dunmer, un Bosmer, y también estaba Onmund. Cuando todos los recién llegados estuvieron formados frente a los nuevos alumnos, Tolfdir dio un paso al frente para comenzar la ceremonia.

"Sean bienvenidos todos ustedes al salón de los elementos." anunció Tolfdir. "Ahora para comenzar con la ceremonia de bienvenida, el Archimago dirá unas palabras."

Al momento de decir eso, todos en el salón se quedaron callados, pues ahora conocerían al Archimago, quien era el director del colegio. Además de ser quien hizo callar a todos los aspirantes cuando liberó una potente aura mágica durante el examen de ingreso; sin embargo, nadie apareció y esto hizo que Tolfdir se llevara la mano a la cabeza y comenzara a maldecir en susurros.

"Por favor, Archimago, podría dejar de estar entre los nuevos alumnos." habló con enojo Tolfdir mientras aparecía una marca en su frente. "Y también podrías dejar de comer esa manzana."

Cuando Tolfdir terminó de decir eso, Asia escuchó un suspiro a su costado. Mirando hacia ese lado, pudo ver a Edzard ahí parado comiendo una manzana. Su rostro mostraba despreocupación.

Edzard ahora vestía una camisa manga larga de color azul, guantes sin dedos de color negro, pantalón y botas del mismo color y poseía una gran capa gris, la cual se extiende sobre su pecho. En la parte de la espalda de dicha capa está impreso el símbolo del Colegio de Hibernalia, un ojo rodeado por un circulo el cual posee cinco puntas de lanza. Al ver que todos lo observaban, Edzard se acabó la manzana de un solo mordisco. Le dio un guiño con el ojo a Asia y luego prosiguió a dirigirse hacia el frente para comenzar la ceremonia.

Muchos de los nuevos alumnos, menos Asia y algunos Nórdicos estaban asombrados, pues no esperaban que el Archimago sea alguien tan joven.

"Oye, ¿ese es el Archimago?"

"Parece muy joven."

"Parece que tiene la edad de mi hermana menor."

"Es lindo."

"Tienes razón, yo me llevaría a casa y nunca lo dejaría salir."

Esos eran unos cuantos de los muchos susurros de los nuevos alumnos; sin embargo, fueron silenciados por un carraspeo por parte de Edzard. El cual ya se había posicionado frente a los alumnos.

"Como Archimago del colegio de Hibernalia, les doy la bienvenida a la institución que será su hogar durante su tiempo de aprendizaje aquí."

"Si bien el colegio es muy permisivo en lo que respecta a la investigación de la magia, hay ciertas reglas a cumplirse para evitar sanciones, estas sanciones dependerán de la magnitud de la infracción." anunció Edzard. "Estas reglas son: uno, no hacer ningún tipo de daño a tus compañeros, y dos, no robar a tus compañeros."

Todos los alumnos presentes asintieron en señal de aceptación a las reglas impuestas.

"En cuanto a sus horarios de estudio." dijo Edzard mientras Tolfdir le entregaba una hoja en la cual había unas notas escritas. "Todos ustedes estudiarán desde Morndas(lunes) hasta Loredas (sábado). Las clases se dividen en dos horarios, el de la mañana que es desde las ocho de la mañana hasta el mediodía y la de la tarde que es desde las dos de la tarde hasta las seis de la tarde."

Al terminar de decir eso, Edzard usó magia para enviar unas hojas que contenían los horarios a los alumnos.

Cuando Asia vio su horario, se asombró, ya que solo tendría clases los días Tirdas (martes) en las mañanas y Turdas (jueves) en la tarde, los otros días había clases de las otras escuelas.

"Como ven, todos tendrán clases con su propia escuela dos veces a la semana. Las clases de encantamiento son obligatorias para todos y luego de esa clase habrá conferencias de cualquier escuela, cuyo ingreso es libre." anunció Edzard. "Ahora, si alguien tiene preguntas, por favor levante la mano."

Cuando Edzard dijo eso, todos comenzaron a tratar de hacer preguntas, haciendo así un alboroto, alboroto que terminó cuando Edzard lanzó un hechizo de rayo al techo, cuyo sonido silenció el salón.

"¿Qué parte de levantar la mano no entendieron?" comentó Edzard con una sonrisa en la cara. La sonrisa era amable, pero él tenía un aura negra a su alrededor, un aura que prometía mucho dolor si no hacían caso.

Todos los alumnos se callaron, y comenzaron a temblar al ver al Archimago con esa aura; sin embargo, un Bretón levantó la mano. Al notarlo, Edzard asintió para confirmar que podía hacer la pregunta.

"¿Qué debemos hacer los días que no tenemos clases?" preguntó el joven Bretón, el cual poseía sobre su túnica de mago un manto de color granate, lo que indicaba que pertenece a la escuela de destrucción.

"Pueden hacer lo que quieran, practicar hechizos, ir al Arcanaeum o si lo deseas puedes ir a trabajar." respondió Edzard con una sonrisa. Esa era una muy buena pregunta.

"¿Trabajar? ¿A qué se refiere?" preguntó el Bretón totalmente confundido.

"Me refiero a que pueden ir a la ciudad a buscar un trabajo, después de todo, debes de obtener materiales para tus clases e investigaciones." respondió muy feliz Edzard. "Como ya saben, Hibernalia está en proceso de reconstrucción y para tratar de crear buenas relaciones con los lugareños es muy posible que trabajéis ayudando en la reconstrucción. Y así ganamos todos. Ganan los pobladores de Hibernalia, pues consiguen más mano de obra para agilizar la reconstrucción de la ciudad. Ganan ustedes, pues obtendrán fondos para los suministros que necesitan y gana el colegio al mostrar que sus integrantes ayudan a la comunidad."

Al escuchar su respuesta todos los estudiantes asintieron, comprendiendo la situación. Los alumnos que no podrían recibir suministros de sus familias por ser pobres o por haberse ido sin su bendición vieron aquí la oportunidad para obtener ingresos para sus necesidades.

"Muy bien, ¿Alguien más tiene preguntas?" volvió a preguntar Edzard.

Cuando parecía que no habría más preguntas, una joven Imperial levantó la mano. Edzard asintió para que ella pudiera preguntar.

"¿Cuáles son nuestras obligaciones con el colegio?" preguntó la joven Imperial, la cual vestía un manto azul oscuro, es decir que pertenecía a la escuela de Ilusión.

"Esa es una muy buena pregunta señorita." respondió Edzard con una sonrisa, haciendo que la joven Imperial se sonrojara, provocando que Asia hiciera un puchero. "La verdad es que este lugar es para estudiar y practicar magia libremente. Las únicas obligaciones son respetar las normas. Y si haces descubrimientos en tus investigaciones, esperamos que comparta esos descubrimientos para poder agregarlos a la biblioteca del colegio."

Al momento de escuchar eso, Asia se asombró. Edzard les estaba dando carta blanca para que estudien, practiquen e investiguen sobre la magia sin ninguna restricción. Cuando levantó la vista vio a otro estudiante, esta vez un Dunmer, el cual poseía un manto purpura oscuro, demostrando que pertenece a la escuela de la conjuración.

"Archimago, si necesitamos materiales raros para nuestra investigación, ¿Cómo los conseguiremos?" preguntó el Dunmer.

Todos los presentes se estremecieron ligeramente. Era bien sabido que el colegio de Hibernalia no prohibía la nigromancia, pero tampoco la alentaba, es decir, solo lo veían como un campo más de investigación. Los materiales raros, son partes de un cuerpo humano.

"Sí, sobre los materiales más raros. Estos deben ser obtenidos por ustedes mismos." dijo Edzard con una mueca muy bien disimulada. Para luego mirar de reojo a Enthir, un Bosmer de ojos rojos y cabello castaño claro con un peinado mohicano.

Enthir entendió y asintió. Al parecer, tendría que obtener partes de cadáveres para vender.

"Muy bien, ahora para finalizar, si alguien tiene preguntas o dudas sobre los temas de investigación no duden en preguntar a sus maestros. Si las dudas son sobre temas administrativos lleven sus consultas al maestro hechicero Tolfdir." anunció Edzard mirando tanto a los nuevos alumnos como a los maestros. "Y con esto doy por concluido la ceremonia de admisión, les deseo buena suerte en sus estudios, hasta la próxima."

Al terminar de hablar Edzard, este y todos los maestros se despidieron. Luego se retiraron del salón, siendo seguidos por los alumnos los cuales se alejaban en pequeños grupos. Unos se dirigían hacia la taberna local para beber y para pasar la noche con algunas mujeres u hombres, y otros como Asia se dirigieron a sus respectivas habitaciones a descansar para el día siguiente.


Nota de autor:

A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer. La verdad es que este no es el capítulo original, ya que lo he reescrito casi por completo. Espero que este me haya ido mejor y que no tenga tantos errores como el original.

Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.