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Capítulo 12

Arenthia - Morndas 19 de Culminación solar del 203 de la Cuarta era

El sol naciente comenzaba a alumbrar el campamento imperial que se encontraba actualmente en las cercanías de la ciudad de Arenthia. La ciudad era una mescla entre los diseños arquitectónicos de imperiales, Khajiitas y Bosmer. Tenía murallas fuertes y altas. Y los únicos accesos a la ciudad eran por vía fluvial por medio del rio Strid y por medio de los dos puentes de piedra que permitían cruzar de la orilla al interior de la ciudad. Y dentro de esta ciudad estaba estacionada la mitad del segundo ejército Aldmer y una gran guarnición.

En la carpa de mando de las tropas imperiales se encontraban reunidos los líderes del ejército. El ejército reunido estaba compuesto por los soldados de la cuarta legión, soldados de Carrera blanca, Soledad, Markarth, Ventalia y miembros de la rebelión Bosmer.

"Entonces, ¿Qué noticias tenemos sobre la ciudad?" preguntó el capitán Aldis.

El capitán Aldis es el líder de las tropas enviadas por Soledad. Él es un nórdico de cabello negro, tenía una gran barba frondosa. Vestía la armadura típica de los soldados de soledad, pero en vez de llevar una espada de una mano llevaba un mandoble de acero.

"Los superamos dos a uno, pero ellos están bien pertrechados y tienen la ventaja de luchar a la defensiva." respondió el general Tulio. "Por eso recomiendo que no lancemos un asalto frontal para tomar la ciudad."

El general Tulio es un imperial de unos cincuenta años aproximadamente. Su cabello es color gris, iba bien afeitado y tenía una mirada severa en el rostro. Vestía una lorica musculata con diseños en oro, brazales y botas de cuero reforzados.

"Además de que la única forma de tomar la ciudad es atacando por vía fluvial o atacar los dos puentes que conectan la ciudad." comentó Tulio mientras señalaba esas posiciones en el mapa que estaba en la mesa. "No debo decir que eso hará que perdamos muchos soldados."

"Entonces, ¿Qué debemos hacer?" preguntó el Jarl Igmund.

Igmund es el Jarl de la ciudad de Markarth. Él es un nórdico de unos cuarenta años. Tenía el cabello corto y de color gris claro demás de tener una barba pulcramente recortada. Vestía una armadura de placas de acero, con una sobreveste verde con la heráldica de Markarth. En su cadera llevaba una espada de acero.

"Asediar la ciudad y esperar a que nos ataquen fuera de las murallas o a que se rindan." respondió el Jarl Balgruuf. "¿Qué opinan de esta idea?"

Balgruuf es el Jarl de la ciudad de Carrera Blanca. Él es un nórdico de treinta y tantos años, con cabellos rubios y ojos azules, además de llevar una gran barba. Vestía también una armadura de placas de acero, con una sobreveste amarilla con la heráldica de Carrera Blanca. En su espalda estaba enfundado su mandoble de acero.

"Es lo más sensato que podemos hacer en esta situación." dijo el Jarl Brunwulf.

Brunwulf es el Jarl de la ciudad de Ventalia. Él es un nórdico de unos cincuenta años, tenía la cabeza casi calva y una gran barba. Vestía una armadura de escamas de acero, y en su cadera estaba su espada de acero.

"¿No pueden llamar al general Edzard?" preguntó Amiridil.

Amiridil es la lideresa de la rebelión Bosmer que planeaba tomar la ciudad de Arenthia. Ella tiene la apariencia de una Bosmer típica, es decir era baja en estatura, tenía la piel color cobre y ojos rojos. Su cabello era castaño claro, el cual estaba peinado con una cola alta. Vestía una armadura de cuero tachonado completo. En su espalda llevaba un arco y un carcaj con flechas bañadas en veneno, y en su cadera dos espadas cortas.

"No podemos, él se encuentra actualmente preparándose para tomar la ciudad de Falinestu." respondió el general Tulio.

"Ya veo, así que estamos solos en esta batalla." suspiró decepcionada Amiridil. Ella esperaba que pudiesen llamar al joven que ayudó al Imperio a destruir a uno de los ejércitos principales del Dominio.

"Si." respondió Balgruuf.

"Entonces debemos de fortificar mejor nuestra posición." comentó Tulio ganándose la aprobación de los demás.


Mientras se llevaba a cabo la reunión de los líderes del ejército del Imperio y los rebeldes, en el castillo de la ciudad de Arenthia se llevaba a cabo otra reunión. En la sala de guerra del castillo de la ciudad se encontraban Lord Rulorn Highius, Lord Rulotar Elsinthar y el capitán Anglor.

Rulorn Highius es el líder del ejército del Dominio de Aldmer en la región. Él es un Altmer de piel dorada, ojos dorados y cabello corto negro azabache y un pequeño bigote. Vestía una armadura de placas completa de color dorado.

Rulotar Elsinthar es el actual señor de la ciudad de Arenthia. Él es un Bosmer de piel cobriza, ojos verdes y cabello rojizo peinado hacia atrás. Vestía una armadura ligera hecha de cota de mallas con hombreras, grebas y guanteletes de acero.

El capitán Anglor es el líder de la guarnición de la ciudad. Él es un joven Bosmer que posee la piel cobriza de un tono más pálido que sus parientes, ojos rojos como la sangre y el cabello blanco. Vestía una armadura de cuero sobre una cota de malla.

"Entonces, ¿Qué movimientos han hecho esos humanos?" preguntó Rulorn mientras bebía una copa de vino.

"Nada." contestó Rulotar mientras sonreía. "Simplemente están allí, encerrados en su campamento."

"Mis señores, ¿Cómo debemos proceder?" preguntó Anglor mirando de cerca el mapa.

"No haremos nada." respondió Rulotar mientras movía sus manos en un gesto desdeñoso. "No pueden asaltar la fortaleza sin tener grandes pérdidas."

"¿Y si con ellos esta quien destruyó al ejército de Lord Tanorian?" preguntó Anglor. "¿Qué deberíamos hacer entonces?"

"No creo que este con ellos." contestó Rulotar frotándose el mentón. "De estar aquí ya hubiesen atacado."

"Así que mantendremos la posición y esperaremos su ataque." dijo Rulorn.

Tanto Rulotar como Anglor asintieron. Después de eso Anglor se retiró de la sala y se dirigió hacia los barracones de la ciudad


Arenthia - Loredas 24 de Culminación solar del 203 de la Cuarta era

La noche era oscura, el cielo estaba sin luna y completamente cubierto por nubes. Y mientras los soldados del dominio estaban bebiendo en una de las tantas fiestas que celebraba Rulotar, en las afueras de la ciudad se acercaban las tropas imperiales sigilosamente. Estas tropas no llevaban ningún tipo de estandarte ni antorchas. Estaban siendo guiados por los rebeldes Bosmer de la zona.

Los líderes de este ejército habían estado planificando esto desde hace días. No habían podido encontrar la manera de conquistar la ciudad sin una gran cantidad de pérdidas para sus fuerzas. Por eso habían decidido usar una táctica similar a la que Edzard usó en la batalla por el fuerte Kastav. Es decir, que infiltrarían a un pequeño grupo de soldados para que estos abrieran las puertas y de esta manera poder lograr ingresar a la ciudad rápidamente.

Se habían escogido a varios magos de batalla, los cuales habían logrado infiltrarse en la ciudad la noche pasada. Ahora ellos estaban que mataban a los pocos guardias que había en las puertas. Una vez que lo hicieron se dispusieron a abrir las puertas de la ciudad.

Tulio y Aldis se acercaron al puente izquierdo, mientras que Balgruuf, Igmund y Brunwulf se dirigieron al puente de la derecha. Los rebeldes Bosmer estaban divididos entre ambas fuerzas. Afortunadamente, no tuvieron que esperar mucho, pues unos momentos después se abrieron las puertas. Haciendo señas, el ejército atacante comenzaron a ingresar lo más silenciosamente posible.

"General Tulio."

Tulio vio como un mago le saludaba.

"Tengo nuevas órdenes para ti y los otros."

"¿Qué órdenes General?"

"Toma a tus compañeros y a otros magos más, y coloquen una barrera con piedras focales y sellen por completo cualquier salida de los barracones de la guarnición de la ciudad."

"Sí, general."

El mago asintió y luego comenzó a dirigirse con sus compañeros a encontrar al otro grupo de magos para transmitir las órdenes.

Tulio vio al mago irse rápidamente y suspiró. Esa orden había sido un pedido de Amiridil. Ella había estado pidiendo que, de ser posible, no se ataque a la guarnición de los soldados Bosmer en la ciudad, tampoco que se haga daño a los civiles. Sacudiendo su cabeza se despejó de las dudas que podría tener. Haciendo señas a sus hombres comenzó a avanzar por la ciudad. Unos momentos después finalmente habían llegado al castillo de la ciudad.

El castillo era una fortaleza con muros altos de unos veinte metros de alto. Gracias a que ingresaron de manera sigilosa no tenían armas de asedio, por eso su única manera de entrar era romper la puerta. Por suerte antes de que mande a sus hombres a romper la puerta, llegó el grueso del ejército nórdico.

"General Tulio." saludó Balgruuf.

"Jarl Balgruuf."

"¿Cuáles son los planes para ingresar al castillo?"

"Romperemos la puerta con el ariete y luego entraremos y mataremos a todos los Aldmer que no se rindan."

"General, ¿sobre mi pedido?" preguntó Amiridil preocupada por sus compatriotas.

"Ya he enviado a unos magos para que coloquen una barrera de contención sobre el barracón de la guardia."

Amiridil suspiró y sonrió, ahora estaba más calmada. Ella no deseaba que sus compatriotas mueran en una guerra en la que no querían luchar. Las pérdidas de la primera gran guerra todavía estaban presentes en el pueblo Bosmer. Este a diferencia de los Altmer no había podido repoblar tanto su tierra. Esto se debe a que, a diferencia de los Altmer, ellos no consumían alimentos de tipo vegetal, por ende, sus cantidades de alimentos eran muy escasas y esos se reflejaba en la poca densidad poblacional que actualmente poseía su pueblo.

Sin embargo, antes de que alguien inicie una conversación, a lo lejos apareció una gran barrera de color azul. Esta barrera parecía ser un gran remolino de magia.

"Parece que ya lo hicieron." dijo Tulio viendo la barrera erigida por los magos.

"Entonces no podemos quedarnos atrás." dijo Balgruuf caminando hasta estar frente a las puertas. Al final se quedó parado a unos treinta metros de las puertas.

"¿Balgruuf?" preguntó Igmund al ver al Jarl de Carrera Blanca comenzar a sacar algo de su bolsa.

Balgruuf simplemente sonrió y sacó un pergamino. Cuando lo abrió, de este pergamino surgió una gran bola de fuego del tamaño de una casa. Esta bola de fuego se dirigió hacia el portón de la fortaleza. Cuando impactó en la puerta, un gran estruendo sacudió el castillo y llamó la atención de los guardias que estaban en los barracones y en el propio castillo.


Anglor se encontraba durmiendo en su habitación en los barracones de la guarnición de la ciudad cuando fue despertado por un gran estruendo. Rápidamente se levantó y se vistió con su armadura. Cuando estuvo afuera de su habitación vio a sus hombres parados en el patio de los barracones.

"¿Qué sucede?" dijo Anglor al ver que sus hombres ni se movían. "¿Por qué no se mueven?"

Un soldado respondió apuntando hacia el cielo. Cuando Anglor levantó la vista, se asombró cuando vio una barrera mágica sobre los barracones. Tratando de salir y de ver qué pasaba en la ciudad, corrió hacia las puertas y cuando estuvo por pasarlas, la barrera de magia lo mando a volar contra una pared.

"Les recomiendo no hacer nada así de imprudente."

Anglor y sus hombres voltearon y vieron a un mago imperial parado en la parte externa de la barrera.

"¿Qué está pasando?"

"Ha comenzado la toma de la ciudad. Ustedes están aislados por petición de la líder de los rebeldes."

"¿Amiridil?"

El mago asintió.

Anglor se asombró. No había escuchado nada de su antigua prometida desde que ambos se habían peleado cuando comenzó la guerra; sin embargo, una sonrisa apareció en su rostro cuando vio que ella aún se preocupaba por él. Girando vio a sus soldados y los vio preocupados, pues muchos tenían familia en la ciudad y temían que sean dañados.

"¿Qué pasará con los civiles?"

"El general y los líderes Nórdicos han ordenado que ningún civil sea dañado."

Todos los Bosmer prisioneros en los barracones soltaron el aire que inconscientemente estaban que retenían cuando supieron que sus familiares no serían dañados.

Al ver a sus hombres más tranquilos, Anglor ordenó que se sentaran y esperaran el desenlace de la batalla.


"Balgruuf, ¿Qué mierda fue eso?" preguntó Igmund cuando vio que la bola de fuego había destruido por completo el portón del castillo.

"Es un pergamino de hechizo que le gané a Edzard en una apuesta hace unos meses."

La respuesta de Balgruuf hizo que varios se llevaran la mano a la cara. Solo alguien como Edzard apostaría un pergamino con un hechizo así de poderoso.

"Solo por curiosidad, ¿Qué hechizo es?" preguntó Amiridil un poco asustada por el poder del hechizo desatado.

"Pues… Edzard dijo que era un hechizo llamado sol prohibido o algo así." respondió Balgruuf sin darle demasiada importancia al nombre del hechizo. "Creo que mejor dejamos el interrogatorio para más tarde."

Todos los presentes asintieron.

"¡Matad a todos los Aldmer que se resistan, pero dejad vivos a los que se rindan!" ordenó Tulio.

Todos los soldados asintieron y comenzaron a entrar en el castillo.

El otrora silencioso castillo ahora estaba lleno de sonido de luchas. Los Aldmer intentaron defenderse cuando vieron a los legionarios ingresar, pero estaban tan ebrios que a duras penas podían mantenerse en pie. Los legionarios pasaron por la espada a todos los Aldmer que no se rindieron, y los que se rindieron fueron tomados como prisioneros. Para cuando llegaron al gran salón varios cadáveres Aldmer estaban regados por el palacio.

Todos los líderes del ejército imperial se encontraban junto a sus hombres en las afueras del gran salón del castillo. Antes de que entrasen, Amiridil dio órdenes a sus hombres.

"Suban por las escaleras y diríjanse a los balcones."

Sin embargo, antes de que los soldados Bosmer cumplieran las órdenes, el general Tulio dio órdenes a sus legionarios.

"Ustedes, acompáñenlos y ayúdenlos a ganar la posición."

Los legionarios señalados asintieron y partieron junto a los soldados Bosmer.

"Muy bien, traigan el ariete."

Los legionarios se acercaron con un ariete. Una vez que se posicionaron en la puerta, comenzaron a golpearla con fuerza. Cuando las puertas se abrieron algunos legionarios corrieron dentro del salón, solo para morir por una descarga de flechas.

"¡Formación de testudo, ahora!" ordenó Tulio.

Los legionarios cerraron los escudos e ingresaron en la formación de tortuga. Esta formación les permitió ingresar sin tener bajas. Una vez que entraron los legionarios rápidamente formaron en una línea de cuatro personas de grosor.

Tulio y los Jarls junto con Amiridil ingresaron al salón. Allí pudieron ver a Rulotar y a Rulorn, los cuales estaban detrás de unos cientos de soldados Aldmer.

"¡Rulotar, Rulorn! ¡Ríndanse y se les permitirá vivir!" gritó Tulio. "¡Avanzad y moriréis!"

"¡Cállate maldito humano de mierda!" respondió Rulotar.

"¡Orgullosos Aldmer, maten a esas escorias!" ordenó Rulorn.

Los soldados Aldmer comenzaron a avanzar, pero cuando dieron unos cuantos pasos comenzaron a morir. Desde los balcones, los arqueros Bosmer de Amiridil llovían flechas sobres las tropas Aldmer.

"¡Legionarios cargad!"

Los legionarios corrieron y arrojaron sus lanzas, las cuales acabaron con la vida de varios de los soldados Aldmer presentes. Después de eso, los legionarios cargaron y en menos de una hora todos los Aldmer estaban muertos. Los dos lores encontraron la muerte a causa de las flechas Bosmer.

Para cuando amaneció, la ciudad ya estaba en poder del Imperio.


Falinesti - Middas 18 de Ultima Semilla del 203 de la Cuarta era

Edzard se encontraba en una reunión con los líderes del ejército que se preparaba para atacar la ciudad de Falinesti. La ciudad de Falinesti era la capital del reino de Bosque Valen. Era una ciudad construida en un gran árbol.

"Entonces, ¿Cómo atacamos?" preguntó Thorianion.

Thorianion es el líder de los rebeldes de la zona, pero además de eso, también es un pariente lejano de la anterior dinastía reinante de Bosque Valen. Él es un Bosmer de piel cobriza, cabellos rojizos, los cuales lleva en una trenza alta, también tiene una barba pulcramente cortada. Viste una armadura de placas de acero completa.

"No podemos atacar con catapultas ni ningún tipo de ataque que use fuego." contestó Darryn.

"Entonces no podemos usar el dragón del general Edzard." comentó Rodyn.

Rodyn es el capitán de las tropas de Roca Alta que habían acompañado a la legión. Él es un Bretón de cuerpo delgado. Tiene el cabello largo color negro con dos trenzas en los lados. Viste una armadura de brigantina con cota de malla por debajo de esta, pantalones de cuero oscuro, botas y brazales de cuero reforzado.

"No, a menos que quieran la ciudad reducida a cenizas." comentó Edzard con los ojos en blanco. "¿Por qué construyeron su capital en un maldito árbol gigante?"

"Esa ciudad ha sido construida desde los inicios de la primera era." contestó Thorianion con una gran gota en su frente.

"Bien, entonces debemos matarlos de hambre." comentó Darryn señalando diversos puntos del mapa. "Podemos estacionar nuestras tropas para cortar sus líneas de suministros."

"No lo creo." contestó Edzard pensativo mientras se tomaba el mentón con una mano. "Si te das cuenta, el terreno a cubrir es muy amplio."

"El general Edzard tiene razón. Si dejamos nuestras tropas tan separadas, no podrán apoyarse en caso de que sean atacadas." contestó Thorianion. "¿Qué otra idea tenemos?"

"No podemos asaltar la ciudad, no tenemos los números." comentó Edzard. "No nos queda otra opción, tenemos que sacarlos a luchar a campo abierto."

"Esa es la única manera de poder obtener la victoria." habló Darryn. "Pero, ¿cómo los sacamos de la ciudad? y ¿Dónde lucharíamos?"

"La mejor manera sería matarlos de hambre hasta que decidan salir a romper el asedio." habló Hadvar mientras tomaba las fichas que representan el ejército imperial y las movió hacia las carreteras."

"Es como dijimos antes, no tenemos los hombres suficientes para ese curso de acción" dijo Edzard volviendo a poner las fichas en el lugar donde estaban antes.

"Parece que estamos en un callejón sin salida." comentó Darryn.

"Hay otra forma de obligarles a salir sin necesidad de cortar las líneas de suministros." dijo Edzard con una sonrisa. "Thorianion, ¿Dónde están los almacenes de alimentos en la ciudad?"

Al escucharlo, Thorianion abrió los ojos por a sorpresa, pero una pequeña sonrisa comenzó a formarse en sus labios y luego señaló un punto en el mapa de la ciudad.

Asintiendo, Edzard se giró hacia los otros líderes y habló. "Nos retiraremos hasta un terreno que nos favorezca para la batalla."

"¿Qué planeas hacer?" preguntó Hadvar con una sonrisa.

"Los obligaré a salir de esa ciudad." respondió Edzard mientras salía de la carpa.


Mientras el ejército imperial se retiraba de la zona cercana a la ciudad. En el gran salón del palacio, donde se encontraba el trono se encontraban reunidos el general de las tropas Aldmer y el actual regente de la provincia de Bosque Valen.

"Entonces, ¿Los imperiales se retiran?" preguntó Draulduin.

Draulduin es el actual rey de Bosque Valen. Es un Bosmer de piel Cobriza, pero de un tono más oscuro que sus compatriotas, tiene la cabeza calva. Viste una túnica de color carmín, pantalones de color negro, ambas prendas están hechas de seda. Calza unas botas de cuero con hebillas de plata y sobre sus hombros una capa de color verde oscuro hecha de seda y bordada en hilos de oro.

"Si." contestó Envaril.

Envaril es el líder del ejército Aldmer estacionado en la ciudad. Es un Altmer de contextura gruesa, cabellos dorados largos, pero su mayor característica era la gran cicatriz que recorría su cara en diagonal. Viste una armadura de placas plateada con detalles en oro.

"¿Sabemos la razón de su partida? "

"No, pero son buenas noticias. Sin ellos aquí podemos planear como recuperar las ciudades perdidas." contestó Envaril mientras comenzaba a pensar en cómo recuperar la ciudad de Arenthia.

"¿No sería mejor darles caza?" comentó Draulduin. "Ya sabes, para evitar que se unan con el ejército de Arenthia."

"Puede que tengas razón." Envaril se frotó la barbilla. "¿Qué dicen nuestros exploradores sobre sus números?"

"Están en inferioridad numérica."

"¿Por qué cantidad?"

"Los superamos por casi dos mil soldados." contestó Draulduin con una sonrisa en su rostro.

"Ya veo, enton…"

Las palabras de Envaril fueron silenciadas por un gran estruendo que sacudió la ciudad.

Rápidamente ambos se dirigieron a las ventanas. De donde pudieron observar como una nube de humo se elevaba a la distancia.

"Draulduin, ¿Qué edificios están en ese lugar?" preguntó Envaril señalando el lugar de donde salía el humo.

"¡Los almacenes de alimentos!" gritó Draulduin en pánico al ver los edificios donde se almacenaba el alimento de la ciudad.

Rápidamente ordenaron que se lleve a cabo una revisión para saber cuántas provisiones tenían. Cuando les trajeron los resultados ambos estaban preocupados.

"¿Cuánto alimento nos queda?" preguntó un preocupado Draulduin.

"Solo tenemos provisiones para unas dos semanas como mucho. Y eso es solo si hacemos un racionamiento extremo del alimento."

"¿Cuánto tiempo demorarán en llegar provisiones desde Alinor?" preguntó Draulduin mirando a Envaril.

"No podemos recibir provisiones, los principales puertos de la zona están bloqueados por la armada imperial." la molestia era clara en la voz de Envaril. "Además de que esa misma armada ha hecho un fuerte bloqueo en alta mar."

"¿Qué hacemos ahora?"

"Debemos de acabar con esos imperiales y tomar sus provisiones." respondió Envaril resignado. "Parece que tendremos que luchar a campo abierto."

"Diles a los soldados que partiremos de inmediato." ordenó Envaril a un soldado, recibiendo un asentimiento como respuesta.

Draulduin asintió, pues entendió el razonamiento de este curso de acción. No podían ir a conquistar alguna ciudad bajo control imperial o rebelde, ya que si lo hacen quedarían indefensos a un ataque por la retaguardia. Así que debían de acabar primero con los imperiales que se retiraban y luego ya podrían luchar contra los otros ejércitos.


Malabal Tor - Fredas 20 de Ultima Semilla del 203 de la Cuarta era

El sol brillaba sobre la costa quebrada, la cual está ubicada en la región más occidental de Malabal Tor. El ejército conformado por la legión imperial, los bretones y los rebeldes Bosmer se había retirado hasta estas costas para obtener una ventaja táctica. La costa era de suelo rocoso y a diferencia de las cercanías de Falinesti, la cual estaba rodeada de árboles, aquí se encontraban en campo abierto sin ningún árbol a la vista.

En medio de la playa con el mar a sus espaldas se encontraba el ejército imperial y frente a ellos a lo lejos se acercaba el ejército del dominio de Aldmer.

Las fuerzas imperiales habían formado lo más extendido posible para de esta manera evitar quedar encerrados por la superioridad numérica Aldmer. En el centro se encontraban los legionarios con armadura pesada liderados por Edzard. Atrás de los legionarios se encontraban los arqueros y magos de batalla imperiales. La caballería imperial se encontraba en ambos flancos, el flanco derecho estaba liderada por el General Darryn y el flanco izquierdo estaba siendo liderados por Hadvar. En el flanco izquierdo se encontraban las tropas de Roca Alta lideradas por el Capitán Rodyn y entre las tropas de caballería imperial y los legionarios estaban los guerreros Bosmer liderados por Thorianion.

Los Thalmor marchaban en una formación similar. En el frente se encontraban la infantería pesada del Dominio, atrás de ellos estaban los soldados Bosmer junto con los magos Aldmer y en sus flancos la caballería pesada élfica. Draulduin y Envaril se encontraban en la retaguardia con sus propios guardaespaldas.

Edzard miró a sus lados y vio a sus compañeros en armas. Él se destacaba entre todos, pues a diferencia de ellos el no llevaba la armadura pesada imperial, si no que llevaba su lorica musculata con el casco puesto. En su mano derecha estaba su espada de hueso dragón y en la izquierda su mandoble.

'No tengo tiempo para estupideces, debo comenzar a atacar con todo.' pensó Edzard mientras apretaba el agarre de sus espadas al momento que accedía al poder que le brindaba la sangre de lobo en su cuerpo. Mientras se preparaba mentalmente para la batalla, comenzó a recordar la reunión estratégica que tuvieron para planificar la batalla.

Flashback

"Lideraré la vanguardia." dijo Edzard mientras tomaba la pieza en el mapa que representaba la vanguardia del ejército.

"¿Por qué?" preguntó Thorianion.

"Los Aldmer luchan en formación de falange." respondió Edzard mirando a los presentes a los ojos. "En esa formación son resistentes, pero si la formación se rompe son presa fácil."

"Los arqueros y magos imperiales atacarán desde la espalda de la infantería." dijo Darryn ganándose un asentimiento por parte de los presentes. "Yo liderare la mitad de la caballería, la cual estará en el flanco derecho. Hadvar tú lideraras la otra mitad en el flanco izquierdo."

Hadvar asintió.

"Y ¿Qué haremos nosotros?" preguntó Thorianion.

"Estarán en el flanco derecho entre la caballería y la infantería." respondió Darryn.

"¿Qué haremos durante el combate?"

"Darán fuego de cobertura a la caballería."

"Las tropas bretonas irán en el flanco Izquierdo." dijo Edzard señalando el mapa. "Debéis de esperar hasta que la infantería ya esté en combate y luego tratar de flanquear a las tropas enemigas."

Rodyn asintió. Y así estuvieron un rato pensando en la estrategia.

Fin Flashback

Edzard suspiró y movió su cabeza para despejar cualquier duda que quedara en su mente. Centrando su mirada al frente, vio a las tropas Aldmer acercarse.

"¡Avanzad!"

Los soldados comenzaron a avanzar cuando escucharon la orden que Edzard había dado. Su paso fue lento, pues no querían llegar a la zona de alcance de los proyectiles enemigos sin contar con el apoyo de sus propias tropas de proyectil.

Cuando habían avanzado unos doscientos metros, Edzard vio como los arqueros Aldmer se preparaban para lanzar una andanada de flechas.

"¡Alto! ¡Escudos arriba!" ordenó Edzard mientras creaba una barrera protectora sobre sí mismo con magia.

Los legionarios detuvieron su avance y levantaron sus escudos, comenzando a parar las flechas Aldmer.

'Más cerca.' pensaba Edzard mientras veía a los soldados enemigos acercarse.

"¡Arqueros! ¡Fuego a discreción!" Edzard escuchó la orden del líder de los arqueros.

Los arqueros imperiales soltaron andanadas de flechas. Las flechas volaron sobre la infantería imperial y comenzaron a caer sobre la infantería Aldmer, pero como ellos tenían armaduras pesadas las flechas rebotaban al momento de impactarlas; sin embargo, hubo algunas flechas que impactaron en las partes más vulnerables de las armaduras, causando así algunas bajas.

Las tropas Aldmer continuaron avanzando como si nada pasara, pues sus pérdidas habían sido minúsculas.

Volviendo su mirada hacia el enemigo, Edzard continúo esperando el momento preciso.

"¡Infantería! ¡Cargad!" ordenó Edzard cuando vio que la infantería Aldmer estaba a unos cincuenta metros de distancia.

La infantería de legionarios cargó contra las tropas enemigas, las cuales detuvieron su avance y cerraron más la formación de la falange en espera del impacto.

Antes de que los legionarios llegasen a chocar contra la infantería Aldmer, los magos imperiales comenzaron a lanzar bolas de fuego. Las cuales causaron varias bajas a las tropas Aldmer.

Los Aldmer no se quedaron atrás y comenzaron a lanzar flechas y bolas de fuego contra lo legionarios. Esto, por supuesto, causó bajas en las tropas imperiales, pero aun así los legionarios no detuvieron su carga.

Cuando ambos ejércitos estuvieron a metros de chocar, Edzard comenzó a correr más rápido que sus soldados. Adelantándose, gritó. "¡FUS! ¡RO! DAH!"

El grito envió volando a los soldados que estaban frente a él, rompiendo de esta manera la formación de falange enemiga. Los soldados imperiales impactaron contra la infantería Aldmer, la cual en ese momento se encontraba desorganizada y confundida por lo que acababa de pasar. Los golpes de acero comenzaron a resonar mientras la infantería imperial comenzaba a obligar a la infantería Aldmer a retroceder.


Mientras Edzard estaba que avanzaba lentamente hacia sus enemigos, en el flanco izquierdo, Hadvar estaba sobre su caballo mirando el campo de batalla. Se le había ordenado mantener el flanco izquierdo seguro y eso iba a hacer.

'Hah, menudo lio. Debería ser Edzard quien esté aquí.' Pensó Hadvar mientras suspiraba. Esto se debe a que era bueno luchando a pie, pero no era tan bueno luchando a caballo. Edzard por su parte era bueno luchando tanto a pie como a caballo.

'Pero no hay tiempo para dudas.'

Una vez que pensó eso, volvió su mirada hacia sus hombres. Junto a él iban la mitad de la caballería imperial. Unos setecientos jinetes, los cuales iban vestidos con una armadura de placas completa de color gris oscuro. Llevaban un escudo redondo, una espada larga y una lanza.

Hadvar apretó las riendas de su caballo cuando vio como los Aldmer lanzaban flechas contra su infantería. Él estaba preocupado más por sus soldados que por Edzard, ya que su amigo fácilmente saldría literalmente ileso de esta batalla; sin embargo, sus tropas no tendrían tanta suerte.

"Centurión."

Hadvar se giró cuando escuchó a su soldado llamarlo, cuando lo vio, vio que el señalaba al frente. Siguiendo su dedo, vio que la caballería Aldmer comenzaba avanzar lentamente.

"¡Avanzad lentamente y mientras lo hacéis, id cerrando la formación!"

Los jinetes imperiales hicieron caso a la orden y lentamente comenzaron a avanzar. Mientras lo hacían, iban cerrando la formación. Para cuando avanzaron doscientos metros, habían formado en siete líneas de cien hombres cada una. Los jinetes iban lo más junto posible, casi hasta el punto de que los soldados podían hacerse heridas por los roces que había entre sus armaduras.

Hadvar apretó el agarre en su espada, y espero hasta que se desatar el infierno. Y como si de una señal divina se tratase, el grito de Edzard dio inicio a la batalla.

"¡Cargad!" gritó Hadvar mientras apuntaba su espada al frente y espoleaba a su caballo.

Lo jinetes obedecieron y cargaron junto a su líder. Los Aldmer tampoco se quedaron atrás y también cargaron.


Al igual que Hadvar en el flanco izquierdo, Darryn había hecho a sus tropas cerrar la formación mientras avanzaban lentamente. Habían cargado en tres filas de unos doscientos y tantos jinetes cada una. Esto lo hicieron para tener una mayor línea de combate para poder envolver a los jinetes Aldmer.

Por su parte, los Aldmer habían formado sus tropas en cuatro filas de unos ciento cincuenta jinetes cada una. Eso les permitió tener una mayor profundidad de ataque y fuerza de choque.

El choque de ambas caballerías fue brutal, ya que varios jinetes eran mandados a volar cuando la lanza de su enemigo impactaba en su armadura. Después de esta carga, ambas caballerías habían dejado la lanza a un lado y habían tomado sus espadas para comenzar atacarse. El acero comenzó a sonar mientras los soldados de ambos bandos se embestían una y otra vez.

Afortunadamente para Darryn, mientras se llevaba a cabo la batalla de caballería, Thorianion habían logrado bordear el flanco derecho con una pequeña fuerza de arqueros, a los cuales ordeno comenzar a atacar. Y así los Bosmer comenzaron a enviar descargas de flechas hacia la retaguardia de la caballería Aldmer. Esta acción tomó a los Aldmer por sorpresa y los forzó a tratar de retirarse para evitar perder más tropas; sin embargo, la caballería imperial no les permitió escapar.


En la retaguardia de las tropas Aldmer, todo era un caos. Esto se debe a que los imperiales estaban que daban más batalla de la que se esperaba.

"¡Arqueros seguid disparando!" gritó Draulduin a sus arqueros.

Los arqueros Bosmer continuaron lanzando flechas a la infantería de legionarios.

Mientras continuaba viendo el campo de batalla, se escuchó la orden de Envaril.

"¡Magos! ¡Bolas de fuego a discreción!"

Las bolas de fuego comenzaron llover sobre el ejército imperial. Los gritos de los soldados imperiales que se quemaban vivos y el hedor de la carne quemada comenzó a llenar el campo de batalla.

Draulduin comenzó a sonreír cuando vio eso. Los magos estaban que causaban muchas bajas en el ejército del Imperio, esto se debía a que poseían más magos que los imperiales. Los magos imperiales estaban muy ocupados tratando tanto de atacar y como de reducir el daño de los hechizos que los magos Aldmer le arrojaban a la infantería de legionarios. Pero como eran relativamente pocos en número no podían hacer muy bien ambas labores. Cosa que no pasaba en el bando Aldmer, donde la mayor parte de las tropas de proyectil Altmer eran magos, mientras que los Bosmer eran los arqueros.

Draulduin vio como las tropas de los bretones comenzaban a acercarse, así que decidió dividir sus fuerzas. Envió una considerable cantidad de arqueros a que frenaran el paso de los caballeros bretones. Estos iban a pie y estaban ataviados con armaduras de cota de mallas, brazales de acero, pantalones y botas de cuero. Llevaban sobreveste de las ciudades de las que provenían. Sus armas eran una espada a una mano, además de que no llevaban escudos, por lo que llevaban la otra mano libre.

Las flechas Bosmer comenzaron a llover sobre los bretones, causando varias bajas. Esto se debía a que las flechas habían tomado por sorpresa a las tropas bretonas, las cuales no pudieron crear barreras para bloquear los proyectiles.


Edzard se encontraba en el centro del campo de batalla avanzando y matando a todos los soldados Aldmer que encontraba en su camino. Había clavado su espada en el pecho de un soldado Aldmer cuando escuchó los gritos de sus soldados. Al ver que sus hombres eran quemados vivos, decidió pagarles a los Aldmer con la misma moneda.

"¡YOL! ¡TOOR! ¡SHUL!" gritó Edzard, esto convocó llamas desde su boca, quemando así a varios soldados que estaban frente a él.

Después de eso, volvió a cargar contra las tropas Aldmer que estaban frente a él. Apuñalo a un soldado Aldmer con su espada a una mano mientras dividía por la mitad a otro con su mandoble. Levantando la vista, pudo ver que las tropas bretonas estaban recibiendo fuego continuo por parte de los arqueros Bosmer enemigos y que gracias a eso no podrían mantener el flanco por mucho tiempo.

'Maldita sea, los bretones no aguantaran mucho tiempo así, debo de hacer algo rápido.' pensó mientras clavaba su espada en el pecho de un Aldmer.

'Qué bueno que elegí este terreno para la batalla.' pensó Edzard, para luego mirar al cielo y gritar.

"¡STRUN! ¡BAH! ¡QO!"

Cuando se escuchó el grito, el cielo despejado fue reemplazado por un cielo oscuro lleno de nubes y por fuertes vientos. Cuando comenzó a llover, todos los soldados pararon por un segundo la batalla y en ese momento comenzaron a sonar truenos. Y cuando nadie se lo esperaba, comenzaron a caer rayos sobre las tropas Aldmer, causando así una gran cantidad de bajas en el ejército elfo.

Edzard había elegido este terreno por una buena razón, y esa fue que si usaba este Thu'um el suelo no se volvería fangoso. Lo que permitiría que la caballería y la infantería pueda luchar sin muchas complicaciones adicionales.

Los arqueros de ambos bandos comenzaron a no poder realizar disparos, pues las cuerdas de los arcos se mojaron entorpeciendo su uso. Los magos ya no podían usar magia de fuego, pues la lluvia apagaba las bolas de fuego y no podían usar rayos porque atraían a los rayos que caían de las nubes.

Edzard sonrió al ver eso, pues a diferencia de los Aldmer, los arqueros imperiales también eran infantería ligera, así que cargaron contra los soldados Aldmer. Y sus magos también podían usar magia de escarcha, magia que muchos Aldmer no usaban.

Rodyn al ver que los Bosmer enemigos ya no podían atacar comenzó a avanzar con sus soldados para hacerse con el flanco derecho enemigo. Cuando sus tropas cargaron lo hicieron con tal furia que los Bosmer no pudieron resistir el embate y comenzaron a tener grandes pérdidas.

En el otro flanco, la lluvia había hecho que los Bosmer que apoyaban al imperio también fueran a luchar cuerpo a cuerpo. Mientras que la caballería imperial había logrado reducir en gran medida los números de la caballería Aldmer. La caballería del flanco izquierdo también había ganado terreno y había obligado a la caballería Aldmer a retirarse del campo de batalla.

Mientras Edzard se preparaba para avanzar, vio como las tropas de Thorianion cargaban por el flanco derecho, logrando tomar por sorpresa a la vanguardia Aldmer, la cual comenzó a tener grandes pérdidas.

Viendo eso, Edzard comenzó a avanzar con más fuerza, logrando atravesar completamente las líneas de infantería. Finalmente estuvo frente a frente con los arqueros y magos Aldmer. Los cuales al verlo se lanzaron contra él.

Edzard quería abalanzarse contra ellos rápidamente, pero sabía que necesitaría más poder para eso.

"¡MUL!" gritó Edzard, y al hacerlo, escamas negras comenzaron a formarse en su cuerpo.

Recibiendo un gran aumento de fuerza y velocidad al acceder al poder brindado por la primera palabra de poder del aspecto de dragón, se abalanzó rápidamente y comenzó a causar una masacre matando a todos los soldados Aldmer que veía. Mutilaba y decapitaba a todos los enemigos que entraban en su campo de visión. Mientras avanzaba con furia sangrienta, Edzard no sabía dónde estaba, hasta que finalmente se percató que había avanzado hasta estar frente a los dos líderes enemigos.

"Pero, ¿Qué tenemos aquí?" comentó Edzard mientras avanzaba.

"¡Ataquen!" ordenó Draulduin a sus guardaespaldas. Los cuales atacaron rápidamente a Edzard; sin embargo, no llegaron demasiado lejos, pues todos cayeron muertos rápidamente gracias unos rayos que cayeron del cielo.

"Vale, ¿Qué sigue?" preguntó Edzard con sarcasmo.

Envaril estaba viendo a Edzard muy detenidamente. Miraba muy bien su rostro, pues sentía que lo había visto antes.

"Oye, lo siento tío, pero no me gustan de mí mismo sexo." dijo Edzard con una mueca al ver como el Altmer lo miraba intensamente.

Envaril comenzó a enojarse por lo dicho por Edzard. Lo miro bien hasta que al fin recordó por que se le hacía conocido.

Frente a él estaba el joven que era considerado el mayor activo del imperio. El última sangre de dragón estaba frente a él.

"Cometiste un error al venir aquí chico." dijo Envaril.

"¿A qué te refieres?"

Envaril no respondió y solo saltó de su caballo. Una vez que tocó el suelo, a sus pies comenzó a formarse una runa de color rojo sangre.

Edzard alzó una ceja, pues no entendía lo que pasaba, pero rápidamente saltó hacia atrás cuando su nariz captó un olor peculiar. El olor de la magia de sangre.

Edzard observó extrañado como de la runa del elfo comenzaron a salir varios zarcillos de color rojo. Estos zarcillos comenzaron a atacar a los soldados que se encontraban en las cercanías. Incluso el propio Draulduin había sido alcanzado por el hechizo de su aliado.

"¿Qué mierda haces?" preguntó Edzard mientras veía como los cuerpos comenzaban a secarse hasta que se volvieron polvo.

Para cuando el hechizo terminó, el elfo habría matado a más de cien de sus aliados. El propio elfo había cambiado, su cuerpo ahora era ligeramente más musculoso y sus niveles de magia habían aumentado.

"Prepárate para morir escoria humana." gruñó Envaril mientras convocaba una espada conjurada.

Edzard simplemente tomó una posición defensiva. Y esperó a que el elfo lo atacase. Y la verdad es que no tuvo que esperar mucho.

Envaril se abalanzó sobre Edzard rápidamente tratando de abrumarlo con su nueva fuerza física. Lamentablemente para él, Edzard era más fuerte que él. Cada golpe fue bloqueado por la espada de Edzard, el cual ni se movía de su lugar. Cada vez más enojado, Envaril lanzó un hechizo de rayos contra Edzard, hechizo que fue fácilmente esquivado por Edzard. Envaril entonces decidió continuar atacando con otros hechizos, tales como familiares conjurados, estacas de hielo y otros más. Todos los hechizos acabaron de la misma manera, fallando.

"Sabes, hay muy pocas cosas que odie, pero lo que si odio realmente son los traidores que apuñalan a sus camaradas de armas." dijo Edzard mientras caminaba hacia donde se encontraba Envaril. Una vez que estuvo lo suficientemente cerca gritó.

"¡FUS! ¡RO! ¡DAH!"

El Thu'um de Edzard mandó a volar al elfo, el cual terminó por estrellarse contra el suelo varios metros de donde estaba inicialmente.

Cuando Envaril trató de levantarse no pudo, pues varias lanzas de hielo se incrustaron en sus extremidades. Alzando la vista pudo ver a Edzard, el cual caminaba lentamente hacia él. Así que, rápidamente usó magia para sacarse las estacas y de un gran salto se puso de pie y volvió a cargar contra Edzard.

Edzard vio al elfo que corría hacia él. Esperó hasta que el elfo alzó su espada para hacer su propio movimiento.

"¡WULD!" el grito de Edzard le permitió avanzar rápidamente hacia el elfo.

Tomándolo de la cara, Edzard lo levantó y lo arrojó con fuerza. el elfo terminó estrellándose contra el suelo a unos veinte metros de donde estaba Edzard.

Cuando Envaril se levantó vio como a su alrededor aparecieron tres pequeños portales. No les dio importancia hasta que vio como de cada uno de los portales salieron una ráfaga de hielo, una llamarada de fuego y finalmente un rayo. Los cuales al impactar no le hicieron mucho daño, pues había ganado mucha resistencia mágica cuando absorbió la magia y la fuerza vital de sus compañeros.

Edzard vio un poco asombrado de como el hechizo conocido como apocalipsis no le hacía efecto al elfo, suspirando decidió acabar con esto rápido. Enfundó su espada a una mano y tomó su mandoble con ambas manos.

"¡SU!" el gritó de Edzard hizo que su mandoble se cubriera con el poder del viento.

"¡WULD!"

Edzard apareció frente a Envaril y usando toda su fuerza junto con la potencia agregada que le brindaba el haberse movido a gran velocidad, lo decapitó con su mandoble.

Al ver a sus líderes muertos, los soldados Aldmer y Bosmer perdieron la moral y comenzaron a huir del campo de batalla.

Para cuando terminó la tormenta creada por Edzard, el campo estaba lleno de cadáveres tanto de imperiales como de elfos. Al final la cuenta de bajas fue de cuatro mil novecientos entre muertos y heridos para el bando imperial y de ocho mil muertos y heridos para el bando Aldmer.

Esta batalla le dio un nuevo apodo a Edzard, quien había causado más de dos mil bajas enemigas él solo, los soldados imperiales ahora le decían el dragón sangriento, pues a pesar de la lluvia, Edzard aun estaba cubierto complemente de sangre élfica.

Después de la batalla, el ejército imperial marchó a la ciudad de Falinesti para ocuparla. Días posteriores a la batalla, se llevaría a cabo la coronación de Thorianion como nuevo monarca de Bosque Valen.


Ubicación desconocida - Turdas 2 de Fuego hogar del 203 de la Cuarta era

"¿Esta información es confiable?" preguntó una voz masculina.

"Sí, la hemos confirmado." respondió una voz femenina a través de una proyección mágica.

"Entonces, ¿ahí es donde se encuentran?"

"Así es." respondió la proyección. "¿Cuáles son las órdenes?"

"Mata a las dos chicas."

La figura en la proyección asintió antes de desaparecer.

"Esta guerra muy pronto abrirá el camino para lograr mi más grande ambición y tú perderás todo lo que te importa, pequeño hijo de Akatosh."


Nota de autor:

A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.

Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un comentario si les gusto el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.