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Omake 1 - Cuando doblas una esquina antes en Albuquerque.
Una luz blanca cegó a Edzard y Asia. Cuando abrieron los ojos, se asombraron al ver que bajo ellos se encontraba un campo cubierto de colinas, praderas y bosques de pinos. Edzard comenzó a volar en dirección sur mientras veía como el campo se extendía hasta el horizonte.
Edzard miró el lugar y decidido volar en dirección sur, esperando encontrar un lugar donde descansar antes de que llegase la noche. Luego de volar por un par de horas, sintió que su transformación comenzaba a acabarse, por lo tanto, descendió y aterrizo en un claro. Cuando volvió a su forma humana, cayo de rodillas. No sabía la razón, pero ahora sentía sus reservas estar casi agotadas. Mirando a su alrededor, pudo ver a Asia y a Marie en el mismo estado que él.
Cuando pudieron volver a levantarse, examinaron el lugar. Al darse cuenta de que no había peligro cerca, construyeron su campamento. Luego de una cenar sencilla, todos ingresaron a la carpa para descansar.
El sol estaba en lo alto mientras continuaban caminando. Edzard llevaba la mochila con todas las posesiones, mientras que Asia llevaba a Marie en brazos. Todos estaban vestidos con capas de pieles para mantener mejor el calor.
Mientras caminaba, Edzard iba pensando en qué lugar se encontraban. Ya había descifrado que ya no estaban en Nirm gracias a que en la noche descubrió que solo había una sola luna blanca en el cielo. Además de eso, también descubrió que sus reservas de magia estaban que se regeneraban de manera muy lenta.
'¿En qué mundo hemos acabado?' pensó Edzard preocupado, ya que dudaba que estuviesen en la Tierra.
Caminaron por horas hasta que encontraron un lugar perfecto para descansar.
"Descansemos aquí." Dijo Edzard, dejando caer la mochila al suelo.
Asia asintió y bajó a Marie.
Armando rápidamente su campamento de forma temporal, comenzaron a cocinar el almuerzo. Luego de comer un almuerzo de faisán con patatas, decidieron descansar unos momentos antes de continuar con su viaje.
Edzard estaba sentado mientras Asia descansaba apoyando su cabeza en su regazo, peor no era la única que descansaba, ya que Marie se encontraba durmiendo en el pecho de su madre. Edzard sonrió mientras pasaba su mano sobre el cabello de su esposa; sin embargo, se detuvo abruptamente cuando escuchó pisadas.
"¿Ed?" preguntó Asia al ver a Edzard mirar con los ojos entrecerrados hacía unos árboles que estaban cerca. "¿Qué pasa?"
"Pisadas. Por el sonido, son diez personas." Dijo Edzard.
El tono de voz de Edzard le dijo muchas cosas, por lo que Asia se levantó del regazo de su esposo y caminó hacia la carpa.
Mientras Asia caminaba, Marie se despertó.
"Tranquila Marie. No salgas hasta que te lo diga."
Marie asintió y se metió en la carpa.
Viendo a su hija ya dentro de la carpa, Asia creó una barrera sobre la carpa. Tomando un arco y unas flechas, se acercó a Edzard.
Edzard se posicionó frente a Asia y llevó su mano al pomo de su espada de acero. Asia se posicionó a espaldas de Edzard y puso una flecha en su arco.
Varias siluetas salieron de los arboles cercanos. Tal y como lo había dicho Edzard había diez individuos, quienes por las prendas deberían de ser bandidos.
"Vaya. Miren chicos." Dijo uno de los bandidos mientras miraban a Edzard y a Asia.
"Parece que tenemos suerte." Dijo otro bandido tomando un hacha de piedra. "Nos hemos encontrado con dos sureños más. Siendo uno de ellos una chica bonita. Yo pido el primer turno."
Edzard frunció el ceño. Estaba a punto de matarlos por atreverse a hablar así de su esposa, pero se detuvo cuando vio que los dos últimos del grupo llevaban a dos niños amordazados.
"Asia. Cuando te de la señal, dispara a los más cercanos a nosotros." Susurró Edzard lo más bajo que pudo.
Asia asintió y tenso sutilmente su arco.
Edzard dio un paso y habló. "Les daré una advertencia. Dejen a esos dos niños que tienen amordazados y lárguense antes de que los mate."
Los bandidos se quedaron quietos unos segundos y luego comenzaron reír.
"Ja, ja, ja. Que gracioso. ¿Tu? ¿matarnos a nosotros?" preguntó con burla el bandido.
Edzard apretó el agarre sobre su espada. No sabía que capacidades tendrían estos sujetos, ya que estar en otro mundo podría hacer que ellos sean tan fuertes como un gigante o ese tipo de cosas.
"Ya jefe. Matémoslo de una vez. Luego hay que divertirnos con la chica." Dijo otro bandido lamiéndose los labios.
El jefe bandido se acercó a Edzard, quien no hacía signos de moverse. Estando a unos metros, creyó que Edzard estaba paralizado por el miedo. Así que cargó.
Edzard vio al bandido cargar contra él, y sonrió al instante. La velocidad del bandido era extremadamente lenta, tan lenta que parecía que estaba luchando contra niños. Desenvainando su espada, cargó contra el bandido. Cuando estuvieron frente a frente, dio un rápido corte y decapitó al bandido.
El resto de los bandidos miraron estupefactos como Edzard había matado a su jefe. Para ellos, Edzard había desaparecido y vuelto a aparecer.
"¿Qué …? ¿Que eres…?" preguntó un bandido mientras desenfundaba su arma.
Edzard no respondió verbalmente. Alzando su mano, le hizo una seña a Asia, quien al ver la seña disparó una flecha. La flecha voló rápidamente y se clavó en la cabeza de otro bandido.
"¡Maldita sea! ¡Matémoslos de una vez!" gritó otro bandido.
Los bandidos asintieron y cargaron contra Edzard y Asia.
Asia vio a los bandidos llegar y comenzó a disparar flechas rápidamente. Cada flecha daba en la cabeza de un bandido. Cuando dejó de disparar, vio que Edzard había terminado de matar a los bandidos que quedaban.
"Son muy débiles." Dijo Edzard mientras enfundaba su espada para luego caminar hacia los cuerpos.
Cuando llegó donde los niños, vio las características de ambos. Uno era pelirrojo y de piel pálida. El otro era de cabello castaño con la cara ligeramente larga. Cargándolos, los llevó hacia el campamento.
Mientras Edzard estuvo recogiendo a los niños, Asia había caminado hacia la carpa. Al abrirla, ella vio a Marie sacar la cabeza.
"¿Ya terminó?" preguntó Marie.
Asia asintió en respuesta.
Marie salió de la carpa y vio a su padre acercarse con dos chicos inconscientes en ambos brazos.
Cuando Edzard llego a la carpa, dejó a los chicos sobre sacos de pieles.
Al ver a ambos niños, Asia comenzó a revisarles y a curarles las heridas con su sacred gear, ya que actualmente no tenía mucha magia. Luego de unos momentos, ambos niños estuvieron completamente curados.
"Deberemos de quedarnos aquí hasta que ambos se despierten." Dijo Edzard.
Asia asintió mientras tomaba la mano de su hija.
Jon Snow comenzó a moverse mientras se despertaba. Abriendo los ojos vio que estaba en un lugar desconocido.
'¿Dónde estoy?' pensó Jon.
Mientras miraba el lugar, recordó lo que había pasado.
Había viajado con su padre y su hermano a las tierras a los Umber para ver un asunto relacionado con unos vasallos. Mientras su padre estaba en una reunión, él y su hermano habían salido a pasear por las cercanías. De la nada habían sido atacados por Wildings, quienes los dejaron inconscientes.
"¡Robb!" gritó Jon buscando a su hermano.
Mirando frenéticamente a su alrededor, pudo ver a su hermano descansando en un saco de pieles.
"Robb." Dijo Jon acercándose a su hermano. Cuando llego a su lado, vio que su hermano estaba dormido y que estaba ileso.
"Vaya. Con que ya te has despertado."
Jon giró al oír la voz. Al hacerlo vio a un joven entrar en la carpa. El joven no estaba solo, ya que junto a él estaba una joven y una niña pequeña.
"¿Quiénes son ustedes?" preguntó Jon a la defensiva.
Edzard miró al niño y dio una sonrisa amable. Acercándose, se arrodilló frente al niño y habló.
"Tranquilo. No los lastimaremos."
Jon se relajó, el joven no parecía alguien malo.
"Para responder a tu pregunta. Me llamo Edzard Cumberland Rolandson." Dijo Edzard mientras se señalaba. "La hermosa mujer a mi lado es mi esposa, Asia Argento Cumberland. Y esta linda niña es nuestra hija, Marie Argento Cumberland Edzarddottïr."
Jon parpadeo por los nombres tan largos que tenían los extraños. Recordando sus clases de etiqueta se presentó. "Un gusto. Me llamo Jon Snow. Y el quien está a mi lado es mi hermano Robb Stark."
Edzard parpadeó confundido. '¿Hermanos con diferentes apellidos?'
"Chico. ¿Por qué tienen diferentes apellidos si son hermanos?"
Jon bajó la cabeza cuando escucho la pregunta.
"Somos medios hermanos."
Edzard entendió de inmediato lo que pasaba. Así que levanto su mano e hizo que Jon se detuviera.
"Ya entiendo que sucede. Así que no digas nada más."
Jon asintió.
"Entonces, Jon. Puedo llamarte Jon, ¿verdad?" preguntó Edzard.
Jon asintió.
"Bien. ¿Dónde estamos exactamente?"
Jon parpadeo confundido. "¿No saben dónde están?"
Edzard negó.
"Están en el Norte." Dijo Jon.
"¿El Norte?" preguntó Asia.
"Si. El norte." Respondió Jon mirando a Asia.
"¿El norte de que continente o reino?" preguntó Edzard.
"El Norte de Westeros."
Edzard se llevó la mano a la barbilla. Suspirando, supo lo que pasaba. Habían terminado en un mundo completamente diferente al que intentaban llegar. Lamentablemente no podía crear otro portal gracias a que sus reservas de magia no se recuperaban tan rápido como se esperaría. Actualmente, poesía solo el dos por ciento de sus reservas de Magicka. Eso no serviría ni para abrir un portal por cinco segundos.
"Jon. ¿Cómo es la magia por este continente?"
Jon miro a Edzard como si este tuviese dos cabezas. "Según el maestre Luwin, la magia se ha extinguido hace mucho."
"Ya veo. Eso explica muchas cosas."
Jon quería preguntar por qué decía eso, pero no pudo, ya que en ese instante Robb comenzó a despertar.
"¡Robb!" gritó Jon mientras corría hacia su hermano.
Robb Stark lentamente comenzó a levantarse mientras se llevaba una mano a la cabeza. Mirando a todos lados, soltó un suspiro de alivio cuando vio a su hermano.
"Jon. Gracias a los dioses que estas bien."
"Lo mismo digo."
"Jon. ¿Dónde estamos? ¿Qué paso con los wildlings?"
"Tranquilo hermano. Ya no están."
Robb Stark no sabía a lo que se refería Jon. "¿Qué quieres decir, Jon?"
"Edzard se encargó de ellos."
"¿Edzard?" preguntó Robb.
"Ahh. Cierto tu aún no lo conoces."
Girando la cabeza, Jon vio a Edzard y a su familia mirarlos. Robb miró hacia la misma dirección que su hermano y se sorprendió cuando vio a tres personas.
"Robb. Te presento a nuestros salvadores. El hombre es Edzard, la mujer Asia y la niña se llama Marie."
Robb intentó levantarse para saludarlos como se debía, pero no pudo, ya que sus piernas fallaron y casi cae al suelo. Por fortuna, Edzard había reaccionado rápidamente y lo había sujetado antes de que cayera.
"Ten cuidado chico. No querrás volver a caer desmayado."
Robb se sonrojó de vergüenza mientras Edzard sonreía con burla.
"Ed. No te burles de los niños." Dijo Asia dándole un golpe a Edzard en la cabeza.
Edzard hizo un puchero y dejó a Robb en el saco de dormir.
Tanto Jon como Robb miraban lo que sucedía con completa curiosidad y confusión. Para ellos, la forma en que Edzard y Asia se trataban no era algo que viesen muy seguido. De hecho, dudaban que Lord y Lady Stark pudiesen tratarse de esa manera.
Dejando de bromear con su esposa, Edzard se sentó frente a los hermanos.
"Bien. Ya que están despiertos pueden decirme como acabaron en esta situación."
Robb y Jon comenzaron a contar la situación.
"Ya veo. Así que decidieron salir y jugar sin protección. Por lo que acabaron siendo secuestrados por estos wildlings."
Tanto Jon como Robb asintieron.
"¿Son idiotas o solo temerarios?" preguntó Edzard.
Ambos hermanos se sonrojaron, ya que no sabían que responder.
Suspirando, Edzard se levantó de donde estaba sentado. "Bien. Mañana viajaremos hacia ese castillo de donde los raptaron."
El grupo conformado por Edzard, Asia, Marie, Jon y Robb caminaba por el camino real hacia la fortaleza de Last Heart. Habían partido temprano en la mañana para poder recorrer la mayor cantidad distancia antes de que volviese a caer la noche. Mientras caminaban, Edzard seguía pensando en cómo explicarle a un lord que él no había secuestrado a sus hijos. Si tenían suerte, no habría problemas, pero si no, bueno, añadiría unos números más a su ya gran número de vidas segadas.
El cielo había comenzado a pintarse de rojo cuando Edzard escucho el sonido de cascos de caballos dirigirse hacia ellos. Deteniéndose, llevo su mano a la empuñadura de su espada.
"¿Ed?" preguntó Asia.
"Jinetes. Por el sonido de los cascos de los caballos, son unos quince."
Tanto Robb como Jon se sorprendieron de que Edzard pudiera escuchar a los jinetes cuando ellos no habían escuchado nada.
Segundos después de que Edzard hablara, varios jinetes aparecieron.
Un grupo de jinetes iba vestido con cotas de malla con sobrevestes de color blanco con un lobo gris corriendo. El otro grupo de jinetes iban vestidos con una sobreveste roja con un hombre rompiendo cadenas como emblema.
Uno de los jinetes que vestía completamente de negro reconoció a Jon y a Robb.
"Robb. Jon." Dijo el hombre acercándose a ellos.
"¡Tío Benjen!" gritaron al unisonó ambos niños.
Edzard los vio correr hacia el hombre y abrazarlo. También los vio hablar con él. Unos momentos después, el hombre se acercó a Edzard.
"Supongo que tú eres el tío de estos niños." Dijo Edzard mirando al hombre acercarse.
El hombre era un joven de veinte y tantos años. Tenía la cara larga, de cabello castaño y ojos azules. Era de contextura delgada. Vestía una armadura de cuero negro, con botas, guantes y una capa del mismo color.
"Si. Un gusto mi nombre es Benjen Stark." Dijo Benjen. "Mis sobrinos me han contado lo que ha pasado. Me gustaría agradecerte de alguna manera por salvarles la vida."
Edzard negó con la cabeza. No quería meterse en problemas. Pero cuando Edzard estaba por irse, Benjen le detuvo poniendo una mano sobre su hombro.
"Me gustaría que nos acompañases."
Edzard miró a Benjen a los ojos. Por un segundo estuvo tentado a desatar su sed de sangre y dejar inconscientes a todos, pero deicidio no hacerlo. Si varios guardias buscaban a estos niños era por alguna razón. Así que, con un suspiro, asintió.
Edzard y Asia se encontraban en el gran salón de Last hearth. El salón era tan amplio que la menos casi un centenar de personas podrían fácilmente caber dentro. En una mesa en la parte superior del salón estaban reunidos dos lores. Según lo que le había contado Benjen Stark, los lores presentes eran Lord Eddard Stark, Señor de Winterfell y Guardian del Norte y a su derecha estaba Lord Jon Umber, Señor de Last Hearth.
Eddard Stark, llamado coloquialmente Ned, era un hombre de veinticinco años. Su rostro era alargado, sus ojos eran grises y su cabello oscuro. Vestía un jubón de cuero con pantalones de lana y botas de cuero.
Jon Umber, también llamado Gran Jon era un hombre alto y musculoso que vestía una cota de malla sobre una sobreveste marrón.
Eddard Stark se levantó y habló.
"Edzard Cumberland Rolandson, ¿verdad?"
La voz del hombre en la mesa alta tenía cierta autoridad y le recordaba a Edzard al general Tulio.
"Si, mi señor." Respondió Edzard.
"Muestra el respeto que merece tu señor, chico." Dijo el Gran Jon al ver que Edzard no se arrodillaba.
Edzard solo miró al señor del castillo y habló. "Te equivocas en algo. El no es mi señor, ya que no he jurado lealtad a ninguno de ustedes."
El Gran Jon apretó los puños e intentó levantarse, pero fue detenido por Ned.
"¿Ned?" preguntó confundido el Gran Jon.
"El chico tiene razón, Jon. Por lo que me han contado mis hijos, ese joven no es de estas tierras. Así que no le debe lealtad a nadie." Respondió Eddard mientras miraba a Edzard.
Edzard sonrió internamente ante el inútil intento del señor de Winterfell de intimidarlo. Así que para demostrar que no sentía miedo, le devolvió la mirada.
Eddard parpadeó asombrado al ver que el joven que había salvado a sus hijos le devolvía la mirada como si no tuviera miedo de él. Instintivamente casi da un paso hacia atrás, ya que los ojos de ese joven eran similares a los ojos que tenían todos los veteranos de guerra.
"Mis hijos me han contado lo que ha pasado. Es cierto que lo que has hecho es algo que se esperaría de los habitantes del norte, pero nunca pensé que alguien que no conociera nuestra tierra antepusiera la seguridad de los extraños a la suya propia."
Asia resopló cuando escuchó eso, lo que género que llamase la atención de los Señores.
Al ver que se había convertido en el foco de atención de la sala, Asia se sonrojó.
"Disculpe señorita, ¿Le ha parecido graciosa mi pregunta?"
La voz de Eddard Stark hizo que un escalofrió recorriese la espalda de Asia, ya que a ella le recordaba la voz de Edzard cuando estaba serio.
Tomando aire, decidió hablar. "No, mi señor. Es solo que usted no conoce a mi esposo. El suele hacer eso. Salva a otros sin importarle su propia seguridad."
Eddard se llevó la mano a la barbilla cuando escuchó lo que dijo la esposa del joven. Si lo que decía era cierto, el chico era un buen hombre. Suspirando, relajó su postura y decidió tener una conversación un poco más informal.
"Ya veo. La verdad es que quisiera agradecerles por salvar a mis hijos." Dijo Ned mientras se sentaba. "Aunque quisiera saber quiénes son en realidad."
Edzard y Asia se miraron y asintieron. Dando un paso al frente, Edzard habló.
"Bueno. Como le dije a sus hijos, mi nombre completo es Edzard Cumberland Rolandson. Mi esposa se llama Asia Argento Cumberland. Y nuestra hija se llama Marie Argento Cumberland Edzarddottïr."
El Gran Jon silbó al escuchar los nombres tan largos.
"Esos son nombres muy largos." Dijo Jon.
Edzard sonrió. "Si, lo son. Pero no todos son nombres. El termino Rolandson en mi nombre se traduce como «Hijo de Roland», mientras que Argento es el apellido que mi esposa recibió en el orfanato donde creció. Finalmente, el termino Edzarddottïr significa literalmente «Hija de Edzard»."
"Ya veo. Son una especie de apellido no noble que poseen, pero no has mencionado para nada el Cumberland."
"Si. Sobre eso." Dijo Edzard mientras se rascaba la nuca. "Cumberland es el nombre de la casa noble a la que pertenecemos tanto mi esposa como yo."
"¿Casa noble?" pregunto confundido Eddard. "¿Ambos son nobles?"
"Si. Ambos pertenecemos a la casa Cumberland." Respondió Asia.
"Espera. Entonces, ¿ella pertenece a esa casa por matrimonio?"
Asia negó. "No. Yo nací como la hija de Marcoryan Cumberland. Y mi esposo nació de Selene Cumberland."
El Gran Jon miró a Edzard y preguntó. "¿Tu padre no era noble?"
Esa pregunta era porque normalmente es el nombre de la casa del padre el que perdura.
"Mi padre también era noble, pero ambos eran de diferentes lugares. En Skyrim, la tierra natal de mi padre, no suelen usarse nombres de casas nobles. Además, mi padre descendía de forma directa del Gran rey Jorunn."
Esa respuesta dejó sorprendidos a Eddard y al Gran Jon.
"¿Tienes pruebas sobre lo que dices?"
Edzard asintió y llevó su mano hacia un bolsillo de su mochila. De ese bolsillo sacó unos objetos. Estos objetos eran tres pergaminos y un libro grueso. Caminando, Edzard se acercó a la mesa y dejó ahí los documentos.
Eddard vio los documentos y comenzó a leerlos detenidamente. Uno de esos documentos certificaba el origen noble de la pareja frente a él. De hecho, su linaje era muy extenso, con casi más de mil años de antigüedad. Tal linaje los ponía en casi la misma categoría de antigüedad que muchas de las casas nobles más antigua de Westeros. Dejando de lado ese pergamino, Eddard vio otro. En ese pergamino estaba escrito que Edzard era un caballero y un Thane. Si bien no sabía que era un Thane, si sabía que era un Caballero. Finalmente, el libro era una crónica de los últimos cien años de la casa Cumberland. En este libro, Ned leyó sobre las hazañas del padre de Edzard y las del propio Edzard. Levantando la vista, habló.
"Estos documentos parecen ser reales, pero aun así hare que el maestre de este castillo lo revise. Luego hare que mi propio maestre lo refrende."
Edzard asintió.
"Supongo que podemos dar por terminada la charla. Mañana continuaremos." Dijo Eddard levantándose de su silla.
El Gran Jon también se levantó y ordenó a sus sirvientes que preparasen una habitación para Edzard y su familia.
Eddard Stark se encontraba en su estudio en el castillo de Winterfell. Ya había pasado un año desde el día en que casi pierde a sus dos hijos. Él sabía que mentiría si mencionaba que no había estado a punto de convocar a todos sus estandartes para atacar las tierras más allá del muro. Afortunadamente no tuvo que hacerlo, ya que sus dos hijos fueron salvados por alguien a quien ahora consideraría como un buen amigo.
Cuando volvió a Winterfell después de ese día le entregó al maestre Luwin los documentos que Edzard le había entregado. Dos días después, el maestre confirmo que dichos documentos eran reales y que, por lo tanto, Edzard y su familia eran nobles. Al final, había decidido contratar los servicios de Edzard como caballero.
Actualmente, él y su familia vivían en una casa de tamaño mediano en Winter Town.
Edzard trabajaba como una especie de Caballero Errante, ya que viajaba por las tierras del norte cazando bandidos y librando la tierra de peligro. De hecho, Edzard había ganado fama y renombre por eso. Asia, por su parte, se había labrado una reputación como sanadora. Las pociones creadas por ella eran capaces de curar gran cantidad de enfermedades. Aunque, ella también había ganado reputación como una mujer capaz de darte una paliza si intentabas propasarte con ella. Marie se había convertido en una niña muy querida por los residentes del castillo.
'Es sorprendente que una niña de su edad pueda hablar tan bien y fluidamente.' Pensó Ned. Le había sorprendido ver a una niña de tres años hablar como un niño de más edad. De hecho, era gracioso ver a Robb y a Jon perder discusiones con la niña.
Pensando en su hijo Jon, comenzó a recordar una conversación que tuvo con Edzard.
Flashback
"¿Quieres a Jon como tu escudero?" pregunto Eddard con asombro.
"Si. El chico tiene potencial para ser un gran guerrero." Respondió Edzard.
Eddard se recostó en su silla mientras pensaba en la petición que Edzard le acababa de hacer. Si bien quería mantener al único hijo que tuvo con Ashara cerca de él, esta oportunidad era única. Jon era su hijo ilegitimo y por ley no podría heredar nada, pero un título de caballero sería algo bueno para él.
"Ed. ¿Por qué tomar a Jon y no a Robb?"
Edzard suspiró. "Eso es fácil. Robb es tu heredero y recibirá Winterfell, pero Jon no obtendrá nada. Así que quiero que él tenga algo por lo que enorgullecerse y que pueda llamar propio."
Eddard asintió. Sabía a lo que Edzard se refería. Pero aun así estaba preocupado. No quería que su hijo se alejase de su hogar. Así que comenzó a pensar, luego de unos minutos había tomado una decisión.
Fin Flashback
Eddard fue sacado de sus pensamientos cuando la puerta de su estudio fue abierta abruptamente. Girando la cabeza, vio al Maestre Luwin entrar con un pergamino en la mano.
"Maestre. ¿Qué sucede?" pregunto Ned preocupado, ya que el maestre tenía la cara sudorosa y le faltaba el aliento. Era como si hubiese corrido desde su torre hasta el estudio.
"Un cuervo de Kings Landing, mi señor."
'¿Kings Landing?' pensó Eddard preocupado.
"¿Ha sucedido algo con el rey?" preguntó Eddard preocupado por su viejo amigo.
El maestre no respondió verbalmente, sino que le entregó el pergamino a su señor.
Eddard Stark recibió el pergamino y lo leyó.
Ned.
Los krakens se han rebelado.
Al leer eso, Ned apretó los puños. Mirando al maestre, habló.
"Maestre. Llama a los estandartes."
Luwin asintió y se retiró hacia su torre a escribir las cartas.
Ned miró a la chimenea de su estudio y suspiró. Llamando al guardia que protegía su puerta, le ordenó que llamase a su familia.
Asia se encontraba sentada frente a la chimenea en la sala de su hogar. Frente a ella, Edzard estaba que jugaba con Marie.
"Ja, ja, ja. Papá, para." Decía entre risas Marie mientras su padre le hacía cosquillas.
"No. Este es tu castigo por no comer tus verduras." Dijo Edzard mientras aumentaba la velocidad con la que le hacía cosquillas a su hija.
Asia sonrió cuando vio esa escena.
'Tres meses más y podrás conocer a tu familia.' Pensó Asia con una sonrisa mientras frotaba su abultado vientre. Actualmente se encontraba en su sexto mes de embarazo. La noticia había alegrado a su familia, Edzard había sonreído como loco ese día y Marie no paraba de preguntar cuando llegaría su hermanito o hermanita.
Si bien ella y Edzard habían estado felices, también estaban preocupados. Se suponía que ella no podría quedar embarazada tan fácilmente, ya que la inmortalidad que habían obtenido gracias a Edzard debería de bajar su tasa de natalidad enormemente. Luego de varios estudios, Edzard había llegado a la conclusión de que habían pedido su inmortalidad. De hecho, el aspecto dragón de Edzard había vuelto a ser como antes, es decir que lo envolvía en una armadura de energía.
Otro descubrimiento que habían hecho fue que la magia estaba casi extinta en este mundo. Y cada vez que intentaban hacer uso de hechizos como bolas de fuego no podían, ya que la magia era arrastrada hacia el norte. Las únicas magias que podían usar eran las de reforzamiento de sus cuerpos y las de curación de heridas.
El no poder usar hechizos había hecho que decidieran quedarse en este mundo y no intentar ir a la Tierra.
La paz de la familia se interrumpió cuando se escuchó un golpe en la puerta.
"¿Quién puede ser a esta hora?" preguntó Asia.
"No lo sé." Respondió Edzard mientras dejaba de hacerle cosquillas a su hija y se levantaba.
Dejando a Marie junto a Asia, caminó hacia la puerta y cuando la abrió, fue recibido por Ser Rodrick.
"Ser Rodrick." Saludó Edzard. "¿Qué ha sucedido para que llamara a mi puerta tan tarde?"
"Guerra, Ser Edzard. Lord Stark ha ordenado que se convoquen a sus estandartes."
La respuesta del Maestro de armas de Winterfell hizo que Edzard suspirara.
'Ah, diablos. Aquí vamos de nuevo.' Pensó Edzard.
Había pasado un mes desde la noche en que Ser Rodrick le había dicho a Edzard que iban a la guerra. Actualmente se encontraba en las puertas de Winterfell. Junto a él se encontraban Asia y su hija.
"Esta es la segunda vez que te despido antes de que vayas a la guerra." Dijo Asia mientras miraba Edzard en su nueva armadura.
Edzard vestía una armadura que consistía en una cota de malla de ébano sobre un gambesón de color azul. Además, contaba con hombreras, brazales, quijotes y grebas, todas estas piezas de armadura también estaban forjadas en ébano. Sobre la cota de malla llevaba una sobreveste de color azul claro que mostraba la heráldica de la casa Cumberland. Un león rampante de plata sobre fondo azur. La nueva armadura había sido forjada por él hace unos meses y la sobreveste había sido hecho por Asia.
"Lo sé, pero tranquila. Las guerras aquí parecen ser más fáciles." Dijo Edzard con una sonrisa.
"¿Por qué serían más fáciles?" pregunto Asia confundida.
"Fácil. Aquí no hay magos."
Asia negó con la cabeza por la respuesta de Edzard.
"Ten." Dijo Asia mientras le entregaba a Edzard su espada.
Edzard tomó la espada y la aseguro en su cinturón. Entonces, sintió un tirón en su sobreveste. Mirando hacia abajo, vio que su hija le estaba dando su casco. Sonriendo, Edzard tomó el casco y despeino los cabellos de su hija.
Marie hizo un puchero, pero luego sonrió. "Buena suerte. Papá."
"Gracias, hija. Pórtate bien y hazle caso a tu madre." Dijo Edzard mientras se agachaba y le daba un beso a Marie en la frente.
Marie sonrió y miró a sus pies. "Lo prometo."
Esta acción hizo que Edzard sonriera. Cuando su hija actuaba así, significaba que no cumpliría lo que prometía.
"Bueno, supongo que es un hasta luego." Dijo Edzard tomando las manos de Asia entre las suyas.
Asia sonrió tristemente mientras lagrimas comenzaban a caer por sus mejillas. Ella se sentía triste. Era como volver a los días en que Edzard luchaba en la segunda gran guerra.
Edzard la miró y se quitó los guantes y extendiendo su mano, limpio las mejillas de su esposa. "Tranquila. Volveré. Te lo prometo"
Asia asintió y luego besó a su esposo.
Cuando se separaron, un joven que llevaba las riendas de un caballo se acercó a Edzard.
"Ser." Dijo el joven haciendo una reverencia hacia Edzard.
El joven se llamaba Harwin y era el hijo del mozo de cuadras de Winterfell.
"Gracias Harwin." Dijo Edzard mientras tomaba las riendas de su caballo.
El caballo de Edzard era un Destrier negro como la noche. El caballo tenía un porte orgulloso y de nobleza que ningún otro caballo poseía en todo el norte. Era más delgado que un destrero normal, pero era más fuerte y resistente que ellos. Esto se debía a que Edzard lo había estado alimentando con alimento de Nirm. Este alimento hizo que este caballo no necesitase tanto alimento como un Destrier normal.
Mirando a su esposa por última vez, Edzard se acercó y la besó.
"Oye. Deja de estar meloso con tu esposa que haces que los que estamos solteros tengamos envidia." Dijo Jory Cassel acercándose a Edzard.
"Entonces deberías de casarte, Jory." Dijo Edzard cuando se separó de Asia.
"Y abandonar mi libertad. gracias."
Edzard negó con la cabeza y se subió a su caballo. Tomando las riendas, hizo que el caballo girara.
"Adiós, Ed." Dijo Asia mientras tomaba la mano de Marie.
"¡Adiós, papá!" gritó Marie mientras se despedía.
Edzard asintió y comenzó a alejarse junto al ejército Stark.
La noche había caído sobre la isla de Pyke mientras Edzard observaba como las máquinas de Asedio disparaban continuamente contra el castillo del mismo nombre que la isla. Actualmente él se encontraba dentro de la carpa de Lord Stark.
"¿Cuándo crees que asaltaremos la fortaleza?" preguntó Jorah Mormont.
"No lo sé. Pero es probable que al amanecer hagamos otro ataque." Respondió Medger Cerwin.
"HA. Esta vez me aseguraré de acabar con tantos calamares como pueda." Dijo el Gran Jon.
Edzard miró a los señores reunidos y sonrió. Para él, fue como volver a Skyrim y ver a los Jarl reunidos. Si bien eran diferentes, cada uno era similar de alguna manera a los Jarl.
"¡Oye, Ed. Ven!" gritó el Gran Jon al ver a Edzard mirar por la puerta de la carpa hacia el castillo.
Edzard suspiró y se dirigió hacia la mesa. Cuando llegó, se sentó en una silla.
"¿Cómo vez el asedio?" preguntó Ned.
"Va bien. Si tenemos suerte, podría haber una brecha en dos días o incluso en menos tiempo."
"Ya veo. Esperemos que tengas razón."
Edzard asintió.
Cuando todos los otros señores se habían retirado, la carpa se abrió y entró un hombre corpulento.
"¡Ned!" gritó el hombre.
Eddard y Edzard se arrodillaron inmediatamente.
"Su majestad." Dijeron ambos al unisonó.
"Maldita sea, Ned. Levántate" gritó Robert Baratheon.
Eddard se levantó, pero Edzard siguió arrodillado.
"¿Y quién es este?" preguntó Robert mirando a Edzard.
"Su majestad, me gustaría presentarte a Edzard Cumberland." Respondió Eddard presentando a Edzard.
"El maldito «León del Norte»." Dijo Robert con asombro. "Maldita sea chico. Levántate."
Edzard hizo una ligera mueca. Preferiría que le dijeran dragón del norte a león del norte, pero no podía hacer eso, ya que el odio de Robert hacia cualquier cosa relacionada con los Targaryen haría que atacase a s familia. El apodo se lo habían dado los pobladores del norte por el emblema de su casa. Luego de dejar de hacer la mueca, se levantó y pudo ver bien al rey de Westeros.
El rey era alguien alto, ya que fácilmente mediría casi dos metros. Su cabello era negro y tenía ojos de color azul brillante. Si bien parecía alguien fornido, Edzard podía ver que un poco de grasa comenzaba a aparecer en el cuerpo del monarca.
"Pensé que alguien de tal renombre seria alguien ya mayor." Dijo Robert viendo a Edzard desde todos lados.
Edzard se mordió la lengua para no contestar con burla. Normalmente en Nirm no le hubiese importado, pero decidió no hacerlo para evitarle problemas a Eddard.
Mientras Robert miraba a Edzard, dos hombres ingresaron a la tienda.
El primero era un hombre mayor con la cabeza con canas y ojos azules. El porte del anciano hizo que Edzard recordase a Kodlak. El segundo, era un joven atractivo de cabello rubio y ojos verdes. Ambos vestían la misma armadura de placas color blanco, con escudos y largas capas del mismo color.
Robert se sentó en una de las sillas y les ordenó a todos que se sentasen.
Edzard se sentó al lado de Eddard. El rey los otros comenzaron contar sobre las batallas en las que habían luchado. Luego de unos momentos, el rey giró y vio a Edzard.
"Entonces, ¿En cuántas guerras has luchado?"
"Con esta serian tres guerras, su majestad."
"¿Tres?" preguntó Barristan Selmy.
"Si, Ser. Tres. La primera fue la rebelión de los Capas de la Tormenta. La segunda, la segunda gran guerra entre el Imperio y el Dominio."
"¿Imperio? ¿Dominio?" preguntó Jaime Lannister.
"Los dos reinos más grandes de mi tierra natal. Ambos lucharon dos veces. Y ambas guerras fueron devastadoras."
Y así, Edzard comenzó a contarles sobre las guerras en las que había luchado.
El sonido de los gritos de dolor y agonía de los soldados llenaba el campo de batalla mientras los arqueros de ambos bandos se lanzaban andana tras andanada de flechas.
Edzard se encontraba con su escudo en alto, deteniendo las flechas que le lanzaban los enemigos. Mientras que su alrededor, muchos desafortunados soldados morían a causa de las flechas enemigas.
El asalto a la fortaleza había comenzado al amanecer, lo que significaba que no tenían más de tres horas de combate. En este corto período de tiempo, la maquinaria de asedio no había podido abrir brechas en los muros del castillo de Pyke. Así que habían decidido asaltar el castillo con escaleras. Desafortunadamente, no habían podido tomar ninguna de las paredes.
'Si esto sigue así, se perderán muchas más vidas antes de que logremos tomar la muralla.' Pensó Edzard mientras miraba las murallas.
Tomando aire, comenzó a reunir magia en sus piernas. Cuando sintió su cuerpo reforzado, comenzó a correr hacia las murallas. Mientras corría, descartó su escudo y tomó la espada de un soldado caído.
Los arqueros Greyjoy vieron a Edzard correr hacia la muralla y comenzaron a lanzarle flechas.
Edzard entrecerró los ojos al ver las flechas dirigirse hacia él. Tomando aire, comenzó a desviar cada flecha que amenazaba con impactarle. Sus movimientos eran tan rápidos y fluidos que ninguna flecha lograba darle. Mientras hacía eso, no se percató de que muchos de los soldados del rey le vieron hacer algo que muchos considerarían imposible.
"Por los siete infiernos." Dijo Barristan al ver tal muestra de habilidad, ya que era la primera vez que veía a alguien desviar flechas con espadas mientras corría.
Cuando Edzard estuvo a escasos metros de las murallas, dio un salto colosal, para luego correr por las paredes en zigzag. Cuando llegó a la parte superior de la muralla, comenzó matar a todo soldado que encontraba. Estuvo matando a los soldados por varios minutos y cuando vio que no había más comenzó a correr en dirección del portón. Cuando llego al portón lo encontró protegido por varios solados Greyjoy. Sin perder tiempo, Edzard comenzó a atacarlos y a matarlos. Minutos después, no había soldado Greyjoy vivo en la zona. Así que, caminando, bajó la palanca y abrió las puertas para el ejercito atacante.
Los soldados atacantes miraron con asombro como el portón del castillo se abría. Cuando el portón estuvo completamente abierto, Robert Baratheon ordenó cargar.
Mientras se desarrollaba la batalla por Pyke, Asia se encontró en una cama sudando y sintiendo un dolor tan insoportable que la hizo maldecir mentalmente a su esposo por ponerla en esta situación.
"Ya puedo ver la cabeza. Solo necesita pujar un poco más." Dijo Luwin.
"¡Arggg…!" Gritó Asia mientras seguía pujando.
Ella había entrado en labor de parto la madrugada de ese mismo día. Por fortuna para ella, Lord Stark había ordenado que ella y su hija se quedasen en el castillo. También le había ordenado a Luwin que ayudase en el nacimiento del niño.
"Solo un poco más." Dijo Luwin.
Asia dio un último empujón y sintió que algo salía de ella. El llanto del recién nacido resonó por toda la habitación.
"Ya salió." Dijo Luwin tomando al bebe en sus brazos, luego de cortar el cordón umbilical, llamó a una sirvienta para que traiga agua caliente.
"Felicidades, es un niño." Dijo Luwin entregándole a Asia a su hijo envuelto en mantas.
Asia extendió sus brazos y recibió a su hijo. Mirándolo, pudo ver a su hijo durmiendo.
"Hola. Es un gusto conocerte al fin, mi pequeño Roland." Dijo Asia mientras lágrimas de alegría caían por sus mejillas.
"¿Roland?" preguntó el Maestre Luwin.
"Si. Es el nombre del padre de Edzard, el nombre que llevo uno de los mejores centuriones que tuvo el Imperio."
El sol ya se había ocultado mientras Edzard se encontraba frente a Roberth Baratheon y a Eddard Stark. La batalla había terminada al medio día gracias a que Edzard había usado la misma maniobra para abrir las puertas de los castillos que conformaban Pyke.
"¿Es una especie de broma?" Preguntó Edzard sin poder creer lo que decía el documento que estaba frente a él.
"No, Ed. No es ninguna broma." Respondió Eddard.
"¿Los otros señores del norte estuvieron de acuerdo con esto?"
"Extrañamente sí. Todos estuvieron de acuerdo."
"Pero…"
"Maldita sea chico. Toma la maldita recompensa y listo." dijo Robert perdiendo la paciencia.
Edzard suspiró y releyó por enésima vez el papel frente a él.
En nombre del Robert Baratheon el primero de su nombre, Rey de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros Hombres, Señor de los Siete Reinos y Protector del Reino.
Que todos sepan que a Ser Edzard se le concede las tierras ubicadas al Noroeste de los Rills y al sureste de Sea Dragon Point y el Wolfwood, para que se establezca allí y gobierne en lo sucesivo como Señor de Stony Shore. Edzard Cumberland y sus hijos y nietos conservarán y disfrutarán de estos honores hasta el fin de los tiempos, y todos los señores de aquella región le rendirán homenaje como su legítimo señor.
Edzard solo podía pensar en lo irónico que era esto. Se había ido de Aurbis para evitar ser emperador, pero ahora era un señor. Por fortuna, no tendría que gobernar un continente entero, solo una pequeña porción de tierra.
'Hablando de pequeña porción de tierra. ¿De qué tamaño es mi feudo?' pensó Edzard.
"Disculpen. ¿De qué tamaño es mi feudo?"
"Son como unos 800 000 acres." Respondió Eddard con una sonrisa.
Edzard se quedó quiete un momento. No sabía cómo responder a eso. Eso no era pequeño. Su maldito feudo era colosal.
"Espera. ¿Por qué tanto?" preguntó Edzard confundido.
"Ed. ¿Sabes cuánto mide el norte?"
Edzard negó, ya que no sabía cuánto medía el norte.
"El norte mide 505 734 769.504 acres." Dijo Eddard
"Y los siete reinos miden 1 408 500 674 acres en su totalidad." Dijo Robert.
Las murallas de Winterfell se veían a lo lejos mientras Edzard cabalgaba junto a su sequito de veinte jinetes. Estos eran los soldados que vivían en los pueblos cercanos donde estaba el torreón que sería su hogar. Actualmente iban junto al sequito de Eddard Stark.
Había habido quinientos hombres de Stony Shore en el ejército. De estos quinientos, cien habían muerto en la guerra. Cuando se enteró de esto, Edzard había ordenado a sus hombres que buscases los cadáveres de sus compañeros. Cuando vio los cadáveres reunidos, Edzard ordeno que los juntaran por pueblo de procedencia. Luego de eso los cadáveres fueron quemados y las cenizas puestas en urnas que irían con los sobrevivientes de cada pueblo.
El gesto que había hecho Edzard junto con su reputación y las habilidades mostradas en la batalla habían hecho que sus hombres lo respetaran.
'¿Cómo le digo a Asia que ahora viviremos en un castillo?' pensó Edzard.
Cuando llegaron a las afueras del castillo, Edzard vio que todos los habitantes se habían reunido para saludar a Eddard.
Cuando Eddard desmontó de su caballo, todos se arrodillaron. Luego de caminar unos pasos, les dijo que podían levantarse.
Edzard desmontó de su caballo y buscó a su familia. Cuando vio el peculiar mechón de cabello de Asia, sonrió. Caminando se acercó y vio a su esposa sonriendo mientras sostenía un pequeño bulto de pieles.
Edzard no había dado muchos pasos cuando tuvo que agacharse para atrapar a su hija.
"¡Papá!" gritó Marie mientras sonreía.
Edzard cargó a su hija y comenzó a hacerla girar.
"Hola, Marie. ¿Te has portado bien?"
"Si. He estado haciendo mis deberes y he ayudado a mamá a cuidar de Roland."
Edzard parpadeó y luego sonrió. Besando a su hija en la frente, caminó hacia su esposa.
"Ed." Saludó Asia a su esposo
Edzard no respondió verbalmente, sino que la besó. Cuando se separaron, Edzard giro la cabeza y vio a su hijo.
"Hola. Roland. Soy tu padre." Dijo Edzard mientras veía como su hijo lo miraba con sus ojos de color verde.
Abrazando a su esposa, Edzard comenzó a agradecerle. "Gracias. Gracias."
Asia negó con la cabeza y luego lo besó.
El viento soplaba por las llanuras mientras Edzard, su sequito y una carroza viajaban hacia Stony Shore. Habían estado viviendo en Winterfell hasta que el castillo que sería su hogar estuviese acabado.
Ya habían pasado medio año desde el fin de la rebelión Greyjoy. Al final, Balon Greyjoy tuvo que arrodillarse y rendir pleitesía a Robert Baratheon. Había perdido a sus hijos mayores en la guerra. El primero, en los muros de Seagard. El segundo, asesinado por Edzard. Al final, solo había quedado el hijo menor, quien ahora era rehén de Eddard Stark.
Edzard ralentizó el paso de su caballo y se puso al lado de la carroza donde viajaban Asia, Marie y Roland.
"¿Cómo están ahí dentro?" preguntó Edzard.
"Estamos bien. Roland está dormido, pero Marie está aburrida y me temo que hará algo que hará que se despierte", respondió Asia.
"Ya veo. Por fortuna ya estamos por llegar."
"En serio." Dijo Asia con emoción.
Edzard asintió.
Cuando el grupo estuvo en la cima de la colina, Edzard pudo ver su nuevo hogar. La torre de piedra original había sido derrumbada y se había construido un gran castillo.
El castillo estaba ubicado sobre una pequeña isla que se encontraba rodeada por mar. Esta isla estaba unida al continente por un gran puente de piedra de siete metros de ancho. El castillo estaba hecho de piedra gris y tenía un estilo similar al castillo de Wyrest. El castillo era circular con dos murallas, siendo la externa el doble de grande que la interna. Cada muralla tenía ocho torres con almenas. El muro exterior media veinticinco metros de alto y el interior treinta. En el centro de ambos anillos de murallas se encontraba una gran torre escalonada de cuarenta metros. Esta torre central era cuadrada y estaba formada por quince pisos. Esta torre era el último regalo de Akatosh para Edzard, esta torre era especial, ya que dentro contenía una gran cantidad de tesoros y muchas pinturas que mostraban la historia de Edzard como héroe.
"¿Ese es nuestro nuevo hogar?" preguntó Marie mientras ella y su madre sacaban sus cabezas por la ventana de la carroza.
"Si. Este es nuestro nuevo hogar. El castillo de Wyrest." Respondió Edzard. El y Asia habían elegido el nombre del castillo en el que habrían vivido en otra vida, una ida donde ambos nacieron en la Segunda Era.
Continuaron viajando por un tiempo hasta que llegaron a la entrada de la torre principal. En las afueras estaban todos los sirvientes y miembros de su hogar. Todos se arrodillaron cuando vieron llegar a la familia Cumberland.
Edzard los vio y desmontó. Luego ayudó a Asia y a Marie a bajar. Mientras caminaban para ver mejor el castillo, Rolland despertó de su siesta y sus pequeños ojos se posaron en el castillo.
"Estamos en casa." Dijo Edzard mientras tomaba las manos de Asia y Marie.
Tanto Asia como Marie estuvieron de acuerdo con lo que había dicho Edzard. Pero antes de ingresar al castillo, Edzard giro y sonrió. "Ven. Es hora de que conozcas el que será tu hogar por muchos años, Jon."
Jon Snow miró a Edzard y comenzó a caminar. Cuando estuvo al lado de Edzard, ingresaron todos a la torre.
El Norte – Ciudad de Wyrest - 298 A.C.
La briza del mar despeinó el cabello de Edzard mientras el miraba la ciudad que se había creado alrededor de su castillo. Ya habían pasado nueve años desde el día en que recibió estas tierras. Actualmente tenía el cabello corto y llevaba una barba recortada. Vestía un jubón de cuero, con pantalones y botas, todo de color negro.
La ciudad de Wyrest era la sexta ciudad más grande de todo Westeros. La fundación de la ciudad se dio principalmente por la afluencia de personas a las que Edzard había salvado de la esclavitud en los Stepstones. Este suceso se llevó a cabo cuando Edzard fue a Braavos a comprar los barcos que se convertirían en la flota que protegería la costa occidental del Norte. Mientras regresaban de Braavos sus barcos se enfrentaron a una gran cantidad de piratas. Luego de la batalla lograron rescatar a miles de personas que estaban siendo esclavisadas. En los últimos nueve años Stony Shore se había convertido en el granero del Norte gracias a las plantas que Edzard había traído de Aurbis, plantas como la patata que se había convertido en el principal alimento en el Norte. La ciudad tenía una gran cantidad de afluencia de comerciantes de todos los rincones del mundo conocido. Los principales productos que se exportaban eran patatas secas, vino de Jasbay, joyería nórdica y muchas otras cosas.
"Mi señor. Todos están reunidos en su estudio."
Edzard giró y vio a su antiguo escudero. Jon había crecido y ahora se había convertido en el sueño de muchas chicas que vivían en la ciudad, lamentablemente para ellas, Jon se había casado con una joven que había salvado de los piratas de Stepstone. El nombre de la chica era Val y provenía de las tierras más allá del muro. Luego de que ambos aceptaran casarse cuando tenían doce años, Jon fue más allá del muro y regresó con la tribu de Val.
Actualmente Jon llevaba su cabello largo en una cola alta y una pequeña cicatriz en forma de garra de águila surcaba el lado izquierdo de su rostro. Desde que fue nombrado caballero hace unos meses comenzó a vestir una armadura de cota de mallas con una sobreveste azul con un escudo que tenía un lobo blanco sobre campo negro. Ese sería el escudo de la nueva rama cadete de la casa Stark que Jon fundaría en un año, cuando reciba las tierras que Edzard planeaba darle en su próximo onomástico.
"Bien. Vamos, hay mucho de qué hablar."
Jon asintió y siguió a su señor.
Edzard abrió la puerta y vio a su familia reunida.
Asia se encontraba sentada mirando en el lado derecho de la silla donde él se sentaba. Ella era su más cercana consejera y aliada, la persona en la que le confiaría todo. Su relación era muy comentada en el Norte, ya que el poder que ejercía Asia en el feudo no era algo que muchas mujeres en Westeros recibiesen. Ella seguía tan hermosa como siempre, de hecho, para él, ella se había vuelto más hermosa con el paso de los años.
Su pequeña Marie, por su parte, se había convertido en una chica tan hermosa como su madre. Ahora a sus doce años de edad, era una de las mujeres nobles mas pedidas en Norte. Edzard ya había perdido la cuenta de la cantidad de propuestas matrimoniales había rechazado, de hecho, él sabía que su hija no se casaría nunca, ya que a ella no le gustaban los hombres, sino que le gustaban las mujeres.
Su hijo Roland se había convertido en una mini copia de él y a sus nueve años era el único de sus hijos que estaba comprometido. La «afortunada chica» era la hija menor de Ned Stark. Extrañamente había sido Roland quien había pedido el compromiso con insistencia, al parecer, se había enamorado de ella a primera vista. Había sido un gracioso ver a su hijo tratar de ganar el corazón de la pequeña Arya y fallar repetidamente, hasta que finalmente lo había logrado regalándole un potro y una espada.
Finalmente estaban sus dos últimos hijos. Los gemelos Selene y Marcoryan. Selene era una versión de cabello negro de Asia y Marcoryan una versión rubia de él. Ambos tenían actualmente siete años y eran tan revoltosos que no había día en que no hagan travesuras por el castillo.
Luego de sentarse en su silla, vio a Jon sentarse a su izquierda.
"Ed. ¿Por qué nos has llamado?" preguntó Asia preocupada, ya que vio que Edzard tenía un semblante muy serio.
"Ha pasado algo inesperado y terrible. Jon Arryn ha muerto. Ha sido asesinado con veneno."
Los presentes en la sala jadearon.
"Padre, ¿Quién lo hizo?" preguntó Marie seria, ya que entendía las consecuencias de lo que acaba de suceder.
"Aún no lo sé. Pero tengo algunos sospechosos."
"¿Quiénes?" preguntó Roland.
"Los Lannsister. El consejero de la moneda, Baelish. Y el consejero de los rumores, Varys. Ellos son mis principales sospechosos." Respondió Edzard mientras sacaba un papel de su bolsillo.
"Ed. ¿Qué tienes allí?" preguntó Asia.
"Uno de mis espías me ha mandado una nota. El rey se dirige a Winterfell. Supongo que se dirige a nombrar a Ned como mano del rey."
Jon abrió los ojos cuando escuchó eso.
"Jon. Viajaras a Winterfell y medirás a los Lannsister."
"¿Por qué?" preguntó Jon internamente feliz de volver a ver a sus hermanos y a su padre.
"Si tu padre acepta el puesto, el Norte enfrentara un gran peligro."
"¿Qué clase peligro?" preguntó Jon.
"Peligro político. Tu padre es un buen guerrero y general, pero es un pésimo político. Lo destrozaran en Kings Landing." Respondió Edzard. "Por eso hay que ser precavidos, esto puede terminar en una guerra."
"Ya veo. Si Lord Stark muere en el sur, Robb se levantará en rebelión." Dijo Asia, entendiendo lo que Edzard temía que pasase.
"Si. Por eso le pediré a Ned que envié a Arya a Wyres para protegerla, pero hare que la petición se presente como propuesta de enseñanza."
Asia asintió con una sonrisa. Pero no era la única, ya que Marie, Roland, Selene y Marcoryan también sonreían. A todos les gustaba la hija menor de Eddard Stark, ya que se parecía mucho a ellos. A diferencia de su insípida hermana mayor, a ella le gustaba usar espadas y aprender otras cosas que no sean canto y costura.
"Bueno. Comenzare los preparativos para la estadía de mi futura nuera." Dijo Asia mientras se levantaba y se retiraba de la sala, siendo seguida por todos sus hijos.
Edzard asintió y miró a Jon. "Jon, ten cuidado cuando estés en Winterfell. Recuerda, los ojos sobre la presa."
"Y nunca en el horizonte." Terminó Jon la frase.
Edzard asintió para luego despedirse de su antiguo escudero. Caminando, se dirigió hacia la sala de guerra a planear una posible futura guerra contra los Lannister.
'Los Lannister están muy equivocados si creen que son los más poderosos de Westeros. Desde que vine a este mundo no he luchado con todo mi poder, pero si se atreven a hacer sufrir a la gente que he llegado a considerar como mi pueblo, los destruiré y me encargare de que no quede nada de ellos.' Pensó Edzard mientras veía el horizonte y pensaba en el futuro cercano.
Nota de autor:
A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.
Mi primer omake, un triple crossover entre DxD, Elder Scrolls y Asoiaf. Este omake ha estado escrito desde que escribí el capítulo 8, así que ha estado guardado desde hace tiempo. Puede que en el futuro escriba más omakes, los cuales serán con otros mundos.
Antes irme, quiero mencionar que hoy he publicado tres capítulos. Uno es una hoja con las "habilidades" que tienen Edzard, Asia y Marie. El capítulo 19 de este Fic y este omake.
Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.
