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Capítulo 27
— Tu poder no es lo verdaderamente aterrador de ti, Ed. Lo verdaderamente aterrador es la capacidad que tienes para usarlo. —
Savos Aren a Edzard 201 4E.
Issei se encontraba sentado en el sofá de la sala de su casa mientras pensaba en las cosas habían cambiado en el pequeño transcurso de tiempo que había pasado desde el Rating game contra Riser Phenex. Una de las cosas principales que habían cambiado era que su rey se había mudado a su casa.
Mientras seguía sentado en el sofá, su mente viajó al momento en el que luchó contra Riser en la fase final del Rating game.
Flashback
Issei estaba apoyado en su rodilla izquierda mientras trataba de ponerse en pie. Sentía su cuerpo completamente destrozado, su energía estaba hasta el piso. Sin embargo, no planeaba rendirse, no con todo lo que había en juego. Su voluntad de seguir luchando había evitado que su rey se rindiese ante su enemigo.
El enemigo al que se enfrentaba era un joven guapo de 20 años con cabello rubio corto que vestía un blazer burdeos con bordado dorado a la derecha con pantalones a juego y zapatos de vestir negros. Debajo de su chaqueta abierta hay una camisa de vestir blanca que no está completamente abrochada lo que le da una ligera vista a su pecho. El nombre de este sujeto es Riser Phenex, el actual prometido de Rias Gremory.
"Realmente no sabes cuándo rendirte, ¿verdad?" Dijo Riser mirando a Issei levantándose.
"¿Rendirme? Lo siento, pero esa palabra ya no está en mi vocabulario." Respondió Issei levantándose. "No te preocupes, Buchou. Tu solo retírate, yo me encargo del Yakitori."
"No, Ise. Ya detente. Tu cuerpo está al límite." Dijo Rias con preocupación al ver a Issei levantándose y preparándose para luchar.
"No te preocupes, Buchou." Dijo Issei levantando su brazo izquierdo. "Vamos, Draig."
[¿Estás seguro, compañero? Tu cuerpo está muy debilitado.]
Draig era el espíritu de Dragon emperador rojo que habitaba el sacred gear de Issei. El dragón había estado despierto desde el momento en que Issei logro manifestar completamente su sacred gear. Si bien nadie sabía la razón de su prematuro despertar, el dragón dijo que el había desertado hace unos meses. Según lo que recordaba el dragón, esto se debió a que Issei estuvo cerca de un dragón muy poderoso, el cual inconscientemente lo había forzado a despertar. El dragón había sido indispensable para el entrenamiento de diez días que tuvo Issei.
"Si, Draig."
[Listo compañero. Recuerda que solo tienes una oportunidad]
"Lo sé. Empecemos con esto." Dijo Issei.
"¿Ise?" preguntó Rias confundida.
Issei solo sonrió y extendió nuevamente su sacred gear. De la nada comenzó a brillar de color azul. Cerrando el puño, Issei liberó el hechizo. Este hechizo cubrió el cuerpo completo de Issei.
'Bien. La primera fase ya está lista.' Pensó Issei mientras apretada los dientes. Si bien había sentido un dolor atroz, ahora sentía que su fuerza había aumentado mucho. 'Ahora para la segunda fase.'
Issei extendió nuevamente el brazo y apuntó a Riser. Una pequeña y casi imperceptible bola de relámpagos se formó en la palma del guantelete.
"¿Qué estás haciendo?" preguntó Riser confundido.
"Ya verás, Yakitori." Dijo Issei con una sonrisa. "¡Comete esto, bastardo!"
Al gritar esa palabra, un gran relámpago salió del guantelete e impactó de lleno en el cuerpo de Riser.
"¡Aghhh!" gritó de dolor Riser, ya que sentía que un gran dolor en todo su cuerpo. Luego de unos segundos, Riser cayó al suelo debido a que gran parte de su cuerpo estaba entumecido.
"Ise. ¿Qué fue eso? ¿Desde cuándo puedes usar magia?" preguntó Rias acerándose a su peón.
"Solo es algo de un solo uso." Respondió Issei mirando hacia donde había caído Riser. "Vamos Buchou. Terminemos con esto."
Sin embargo, luego decir eso, Issei tuvo que tomar a Rias en sus brazos y saltar para esquivar una bola de fuego. Cuando estuvieron en un lugar seguro, vieron que el ataque lo había lanzado Riser.
"¡Maldita escoria de clase baja!" gritó Riser levantándose.
El cuerpo del demonio de pura sangre mostraba varias heridas, las cuales se curaban lentamente.
"Maldición. ¿Cómo sigue de pie de recibir ese ataque?" preguntó Issei.
[Tranquilo, compañero. El pajarraco está desgastado. Su nivel de poder demoniaco bajo mucho luego de recibir ese ataque.]
Issei miró a su guantelete y asintió. "¿Cómo vamos? ¿Ya está listo?"
[Sí. Ya podemos hacerlo. Pero te advierto algo. Solo tendrás uno o dos minutos como máximo]
"Bien. Tiempo más que suficiente. ¡Vamos, Draig!"
[Bost]
[Bost]
[Bost]
[Bost]
[Bost]
[Bost]
[Welsh Dragon Over Booster]
Tras ese último grito una luz roja cubrió a Issei. Cuando la luz se disipó, Issei estaba cubierto de una armadura de aspecto draconiano de color rojo con varias gemas verdes en varias partes de la armadura.
"Ise. ¿E- e-ese es?" preguntó Rias asombrada al ver el Balance Breaker del Boosted Gear.
[No, princesa. Este no es su balance breaker. Aún le falta mucho para llegar a ese nivel. Este es un estado incompleto. Pero es más que suficiente para esta batalla.]
"Bien. Vamos Draig. ¡Activa los dos últimos!"
[Charge Frost]
[Charge Shock]
Luego de ese gritó, un aura de relámpagos y escarcha se formaron en los brazos la armadura. Issei miró sus brazos y convocando las alas de su armadura, cargó de frente contra Riser.
Cuando estuvieron frente a frente comenzaron a golpearse. Issei lograba defenderse muy bien gracias al aumento de poder que le daba su forma incompleta de Balance Breaker y el pergamino de fortalecimiento.
"¡Maldito insecto!" gritó Riser mientras lanzaba un puñetazo a la cara de Issei.
Issei, al ver el ataque llegar, usó su propio puño para bloquear el ataque. El choque de ambos puños generó una pequeña onda de choque. Luego de ese golpe, ambos comenzaron a seguir golpeándose. Este intercambio de golpes duro un buen tiempo y para todos los que veían el combate parecía que ambos estaban al mismo nivel; sin embargo, los que tenían más experiencia en combate veían que la regeneración y la velocidad de movimiento de Riser se ralentizaban con cada golpe que impactaba en su cuerpo.
Ambos continuaron atacándose y mientras lo hacían seguían insultándose.
"¡Cae Maldito bastardo!" gritó Issei mientras le daba un puñetazo en la cara a Riser. "¡La virginidad de Buchou es mía y no te la daré!"
Riser escupió un poco de sangre al recibir el golpe; sin embargo, logró estabilizarse y le devolvió el golpe a Issei en el estómago. "¡Cállate pedazo de mierda, la virginidad de Rias es mía!"
Issei escupió un poco de sangre a través de su casco, pero no cayó, sino que se estabilizo y le dio otro golpe a Riser. El demonio de clase alta contraataco golpeando a Issei. Y así continuaron golpeándose otro rato.
La cantidad de daño recibido forzaron a Riser a aterrizar y a apoyarse en su rodilla derecha al sentir su cuerpo pesado. Sintiendo algo caliente caer por su rostro se llevó las manos y sus ojos se abrieron de shock y miedo al ver su sangre. Rápidamente comenzó a ver su cuerpo y vio que sus heridas no estaban curándose.
"¡¿Qué sucede?! ¿Por qué no se curan mis heridas?!" gritó Riser en pánico. Luego miró al cielo y vio a Issei volar. Aprontando los dientes, le gritó. "¡Maldito bastardo! ¡¿Qué me has hecho?!"
Issei vio a Riser gritarle y recordó que ese bastardo casi había hecho llorar a su rey. Apretando los dientes, extendió sus manos y comenzó a cargar una gran cantidad de poder.
"¡Ya cae maldito Yakitori!" gritó Issei mientras usaba un dragón shoot. El rayo de energía era tan grande que terminó por engullir por completo a Riser. El ataque de Issei terminó impactando en el edificio principal de la réplica de la academia Kuoh, creando así una gran explosión. Al disiparse tanto la explosión como el polvo, se pudo ver a un muy herido Riser que comenzaba a desaparecer en motas de luz blanca.
Fin Flashback
Issei dejó de pensar en la batalla contra Riser al sentir que le tocaban el hombro. Enfocando su mirada, vio a su Buchou mirándolo con preocupación.
"Buchou, ¿qué sucede?" preguntó Issei.
"Estas bien, Ise. He estado tratando de llamar tu atención un buen rato." Respondió Rias mirando a Issei.
Issei se llevó la mano a la cabeza y se disculpó mientras se rascaba la nuca. "Lo siento, Buchou. Estaba pensando en lo que sucedió en la batalla contra Riser."
Rias se sentó al lado de Issei y lo miró antes de hablar. "No me hagas recordarlo. Estuvimos a punto de perder gracias a mi propia debilidad. Si no hubiera sido por ti y esos pergaminos, hubiésemos perdido y yo estaría atada a Riser por toda mi existencia."
Cuando Issei estuvo por decir algo, fue detenido por el sonido del timbre.
"Me pregunto quién será. Ya que no esperábamos visitas." Dijo Rias mientras se levantaba.
Issei se levantó también y comenzó a caminar hacia la puerta mientras era seguido de cerca por Rias. Los ojos de Issei se abrieron de sorpresa cuando abrió la puerta y vio quienes eran las personas que habían tocado el timbre.
"¿Edzard?" preguntó Issei sorprendido de ver a su amigo.
Rias abrió los ojos con sorpresa al ver a Edzard, pero sobre todo cuando vio a la joven que lo acompañaba, ya que esa joven era la misma a la que había intentado reencarnar hace unos meses atrás.
'¿Qué sucede aquí? ¿Por qué ella esta con el amigo de Issei?' pensó Rias preocupada de que alguien tan fuerte como aquella joven estuviese con el amigo de Issei; sin embargo, es en ese momento en que ella recordó algo importante. 'Espera. Se supone que es Edzard quien le entregó a Issei los pergaminos que el usó en la batalla contra Riser.'
Ese pensamiento llegó gracias a que luego de la batalla contra Riser, Issei le había contado sobre los pergaminos y por ende sobre su amigo. Si bien gracias a ellos habían ganado, a ella no le gusto las consecuencias. Esto se debía a que el uso de dichos objetos había reducido significativamente la esperanza de vida de Issei en más de trescientos años.
"Hola, Issei. ¿Cómo estás?" preguntó el joven con una sonrisa en el rostro. Él iba vestido con una camiseta de manga corta de color blanca, un par de pantalones vaqueros negros y botas bajas de cuero. A simple vista de Rias, el parecía un humano normal, pero sus ojos no eran los de un humano. Ya que no había humanos con pupilas en forma de cruz. La joven a su lado vestía una camiseta de manga larga de color azul con pantalones vaqueros color azul, los cuales llegaban hasta la pantorrilla. Además, ella llevaba un par de sandalias con tacones bajos. Finalmente, había una niña en los brazos de la joven. Esta niña vestía un vestido amarillo con volantes en la parte inferior de la misma.
Issei parpadeó un rato y luego puso una sonrisa. "¿Cuándo llegaste?"
"Ayer en la noche. No quisimos venir a molestarlos tan tarde." Respondió Edzard.
Luego de eso, Issei hizo que ingresaran. Ya estando dentro de la casa, todos se sentaron a la mesa mientras esperaban que llegara la madre de Issei. Cuando la mujer llegó a la sala, sonrió y saludó alegremente a Edzard y a Asia, para luego tomar a Marie en brazos y comenzar a mecer a la pequeña.
Edzard y Asia pusieron una sonrisa al ver la escena.
"Ejem." Rias tosió falsamente para llamar la atención de Edzard y Asia. Su accionar tuvo recompensa, ya que tanto Edzard como Asia voltearon a verla.
Issei dejó de ver a su madre y vio que Rias miraba a Edzard y a Asia. Y fue en ese momento en que recordó que no los había presentado.
"Buchou, sé que te había contado acerca de él hace un tiempo, pero te lo presentare como es debido. Este es mi amigo, su nombre es Edzard Rolandson." Dijo Issei presentando a Edzard. "Y junto a él esta su familia. La linda chica a su lado es su esposa, se llama Asia Argento. Y la pequeña niña que esta con mi madre es la hija de ambos y se llama Marie Argento Edzarddottïr."
Luego de decir eso, Issei giró y viendo a Edzard, habló. "Ed, Asia-san. Les presento a Rias Gremory. Ella es la presidenta del Club de Investigación de lo oculto, el club al que pertenezco."
"Es un gusto conocerte, Rias Gremory. Es bueno ver que el idiota de Issei ha hecho más amigos que esos dos pervertidos." Dijo Edzard con una sonrisa amistosa en el rostro.
"¡Hey!" gritó Issei sintiéndose ofendido por lo que su amigo decía.
Edzard y Asia rieron suavemente al escuchar a Issei, quien comenzó a despotricar contra Edzard.
Después de presentarse, todos se dirigieron a la sala. Una vez sentados, comenzaron a conversar sobre temas triviales. De la conversación, Rias aprendió que los amigos de Issei tenían su edad y que habían tenido a su hija dos años atrás. Esa información hizo que ella comenzase a preguntarse como una niña de dos años podía comportarse tan bien y, sobre todo, hablar fluidamente el japonés. También aprendió, que ninguno de ellos estudiaba, pues viajaban por todo el mundo.
Luego de unas cuantas horas conversando, Edzard, Asia y Marie se retiraron del lugar, no sin antes decirles que era muy probable que se quedasen unas dos o tres semanas en Kuoh.
Rias se encontraba muy pensativa mientras estaba sentada en su escritorio en la habitación que era la sede del ORC en el viejo edificio de la academia Kuoh. Su normalmente suave y sedoso cabello carmesí actualmente se encontraba ligeramente descuidado. Esto se debía a que ella había estado ocupada los últimos dos días gracias a los recientes eventos que habían sucedido. Primero, su caballero recordaba su trauma gracias a una foto que vio en casa de su peón. Segundo, dos exorcistas llegan y le dicen que uno de los líderes de los Ángeles Caídos ha robado algunas de las Excalibur. Tercero, dichas exorcistas lucharon contra Yuuto e Issei, ganando de manera estrepitosa. Y para finalizar estaba su preocupación por el amigo de Issei.
"Buchou. ¿Sigue preocupada por el amigo de Issei?"
Rias dejó de pensar en lo que pasaba cuando escuchó la voz de su reina. Levantando la mirada, vio a Akeno acercarse con una bandeja con una taza de té y galletas en las manos.
"Si, Akeno. He tratado de entender qué tipo de persona es Edzard-san. Pero no he logrado nada hasta ahora." Respondió Rias mirando como Akeno colocaba la bandeja en frente de ella. Así que, extendiendo la mano, Rias tomo la taza de té y dio un sorbo. Soltó un suspiro de tranquilidad cuando sintió el líquido caliente bajar por su garganta. "Gracias, Akeno."
"No hay de que, Buchou." Dio Akeno con una sonrisa. "Entonces, ¿Por qué te preocupas por Edzard-san? De lo poco que me has contado no parece una mala persona."
"Tienes razón. Parece una buena persona, pero…"
"¿Pero?"
"Hay algo en su mirada. Cuando me mira, siento que estoy completamente desnuda frente a él." dijo Rias mientras sentía un escalofrió recorrer su cuerpo.
"Ara, ara. ¿Te preocupa que te mire con ojos pervertidos?" preguntó Akeno con burla.
"No. No es ese tipo de desnudes." Respondió Rias negando rápidamente las palabras de su reina. "Cuando el me mira, siento que él puede saber todo sobre mi. Además, él está con la joven que quise reencarnar hace unos meses."
"Entiendo. Si él está con alguien tan fuerte eso quiere decir que él es muy fuerte también." dijo Akeno llevándose la mano a su mentón pensativa. La sonrisa de burla que anteriormente llevaba se había esfumado, pues este asunto era serio. "¿Has logrado percibir que nivel de poder tiene?"
"Eso es lo que más me asusta. No he logrado detectar nada de poder en él. Ningún sacred gear, ni ninguna herencia demoniaca o angelical. Parece que es lo que aparenta, un humano normal. Pero, ¿Cómo un humano podría tener artefactos tan poderosos como los pergaminos qué le regalo a Issei?"
'Rias tiene razón. Él no es alguien débil, de lo contrario no podrá haber obtenido herramientas como esos pergaminos.' Pensó Akeno con preocupación mientras fruncía el ceño por lo que escuchó. 'Solo hay dos razones para que no puedas sentir el poder de otro ser. Uno, si es extremadamente débil. Dos, y la más peligrosa, que él sea aterradoramente más poderoso que tú.'
"Rias. ¿Qué planeas hacer?" preguntó Akeno mirando a su amiga.
"Inicialmente había planeado enviar a nuestros familiares a espiarlos. Pero con los recientes eventos eso no será posible." Respondió Rias con tristeza. "Debemos de localizar a Yuuto para evitar que haga alguna estupidez que nos obligue a cazarle."
"Entiendo." dijo Akeno colocando una mano sobre el hombro de su amiga en forma de consuelo. "Tienes razón. Primero debemos de ayuda a los nuestros. Además, por lo que dije Issei-kun de él, parece que es una buena persona."
Rias asintió mientras miraba a su amiga. "Tienes razón. Confiaremos en el juicio de Ise en esto."
Edzard se encontraba mirando a dos exorcistas comer todo lo que tenían en frente como si hubiese un mañana. Estas dos exorcistas eran Xenovia Quarta e Irina Shidou. La primera es una joven de alrededor de los diecisiete años con el cabello corto de color azul claro con un mechón verde a altura de la frente y ojos color café. Ella lleva una capa blanca con detalles en azul y dorado. Pero, Edzard había logrado ver que debajo de esa capa había un leotardo negro ceñido de manga corta con hombreras, largos guantes sin dedos que se extienden hasta sus bíceps y botas hasta los muslos, todo adornado con cintas. Su compañera, Irina era una joven de la misma edad con un largo cabello de color castaño claro atado en dos coletas y ojos de color violeta. Al igual que su compañera vestía ese mismo traje ajustado y también llevaba la misma capa.
"Ahhh~. Esta tan bueno." Gimieron tanto Xenovia como Irina mientras seguían comiendo sin parar.
Las jóvenes exorcistas habían estado en un aprieto financiero desde que Irina fue estafada al comprar una imagen falsa de un santo. Eso había hecho que ambas perdiesen los fondos que poseían para la misión. Así que al ver que no tenían dinero, decidieron recurrir a la caridad de las personas. Lamentablemente, Japón no es un país cristiano, por lo que no pudieron recaudar casi nada.
Y así fue como Edzard las encontró, casi al borde de desmayarse por la falta de comida. Inicialmente había decidido no involucrarse; sin embargo, al ver que llevaban la misma ropa de batalla que llevaba Lint, decidido darles una mano. Así que se acercó a ellas y les ofreció llevarlas a comer.
"Eso estuvo bueno." Dijo Xenovia limpiándose la boca con una servilleta. "Muchas gracias por la comida."
"No hay de qué." Dijo Edzard con una sonrisa mientras bebía un vaso de cola.
"Muchas gracias, Edzard-san." Dijo Irina mientras veía a Edzard con lágrimas en los ojos. "No sé qué habríamos hecho sin tu ayuda. Rezare para que Dios te brinde bienestar a ti y a tu familia."
"Gracias." Dijo Edzard mientras levantaba la vista y se preparaba para llamar a un camarero para que le traiga la cuenta. Sin embargo, cuando estuvo por hacerlo, vio como Issei y tres personas más ingresaban al lugar.
Edzard vio que Issei miraba por todo el lugar, hasta que su vista se posó en su mesa. Mirando por el rabillo de su ojo, vio como las dos chicas se tensaban ligeramente.
'Así que se conocen. Me pregunto qué historia habrá detrás de esto.' Pensó Edzard mirando entre ambos grupos.
"No esperaba verte por aquí, Ed." dijo Issei acercándose a la mesa.
"Lo mismo digo, Issei."
Tanto Xenovia como Irina miraron confundidas el intercambio de palabras entre Edzard e Issei.
"Disculpen, pero. ¿Se conocen?" preguntó Xenovia.
"Ah. Sí. De hecho, Issei es un amigo que tengo en esta ciudad." Respondió Edzard mirando a Xenovia.
"Ya veo." Dijo Xenovia entrecerrando los ojos mientras miraba a Edzard.
Luego de eso, Edzard se presentó a los compañeros de Issei, quienes hicieron lo mismo. Después de estas presentaciones, Edzard los invitó a sentarse y que pidiesen algo si tenían hambre. Los jóvenes pidieron algo para comer cada uno.
'Vaya, esta tensión es realmente incomoda.' Pensó Edzard al sentir la tensión en el aire entre las exorcistas y los jóvenes demonios.
"Entonces, Edzard-san. ¿Cómo conociste a Issei-kun?" preguntó Yuuto Kiba. Yuuto es un joven con el cabello corto rubio y ojos grises. Al igual que Issei vestía el uniforme masculino de la academia Kuoh.
"Lo conocí hace varios meses atrás cuando lo salvé de una turba de mujeres que planeaban golpearlo." Respondió Edzard bebiendo un sorbo de su bebida
"Espera. Salvaste a este idiota de ser golpeado por mujeres." Dijo Saji Genshiro. Saji es un joven con el pelo rubio corto y ojos grises. El también llevaba el uniforme la academia Kuoh, pero sin la chaqueta.
"Sí. De hecho, fue algo gracioso, ya que usé demasiada fuerza en el agarre y terminé por dejarlo inconsciente. Así que tuve que quedarme a su lado para evitar que le hagan algo."
"Issei-sempai, idiota." Dijo Koneko Toujou mientras miraba a Issei. Koneko es una pequeña chica con el cabello blanco y los ojos de color avellana. En el frente, su cabello tiene dos flequillos largos que van más allá de sus hombros y varios flequillos sueltos colgando sobre la frente, mientras que la parte trasera tiene el cabello corto. También lleva un broche de cabello en forma de gato negro a ambos lados de la cabeza. Ella viste el uniforme femenino de la academia Kuoh, pero sin la capa.
'Te falto la palabra pervertido.' Pensó Edzard mientras se llevaba la mano a su bolsillo. Cuando sacó la mano, sostenía su celular, el cual vibraba mostrando que estaba recibiendo una llamada.
"Buenas tardes. Ya veo. Entonces, ¿Estará para hoy en la noche? Bien, entonces partiré de inmediato." Dijo Edzard mientras una sonrisa comenzaba a mostrarse en su rostro. Colgando el teléfono, pudo ver que todos lo miraban. Así que, suspirando, decidido contarles. "Acabo de recibir una llamada que me confirma la reservación de una habitación a mi nombre en un hotel de Italia."
Issei lo miró confundido un momento hasta que se dio cuenta de lo que pasaba. "Espera. ¿Ya se van de Japón?"
"No. El único que se ira seré yo. Y solo será por unos dos o tres días como máximo."
"Ya veo. Eso es bueno, ya que no quiero decirle a mi mamá que no vas a estar para la cena del domingo." Dijo Issei sintiéndose aliviado de que su madre no estaría triste por no poder pasar el fin de semana con la pequeña Marie.
"Bueno. Me voy. Las maletas no se hacen solas." Dijo Edzard mientras se levantaba de su silla. Cuando estuvo de pie, metió la mano a su bolsillo y sacó su billetera. Metiendo la mano, sacó varios billetes de diez mil yenes. "Issei, ten. Encárgate de pagar la cuenta con esto."
Issei tomó la cantidad de dinero y sus ojos se abrieron, pues nunca había visto tantos billetes de diez mil yenes juntos. Levantado la vista, vio que no era el único, pues Saji e Irina veían con asombro la cantidad de dinero.
Luego de aquello, Edzard se despidió de todos y se retiró del lugar.
Los demonios y las exorcistas se vieron las caras unos segundos en un incomodo silencio, el cual fue roto cuando una de las partes habló.
"Entonces. Sekiryuutei, ¿Qué te trae por aquí?" preguntó Xenovia mirando a Issei.
La pregunta de Xenovia hizo que Issei dejase de estar en shock por la cantidad de dinero que tenía en sus manos. Así que, levantado la vista, miró a la exorcista y habló. "Tengo una propuesta para ustedes."
Un sedán blanco avanzaba por la carretera en dirección de un pequeño pueblo de la Toscana.
'Este sitio es hermoso. Ya entiendo por qué te gustaba tanto comentar sobre este lugar, Asia.' Pensó Edzard mientras veía el paisaje de los alrededores del pueblo al que iba de visita. Había partido no hacía ni una hora de Japón haciendo que Mittelt lo teletransportara a la ciudad de Florencia. Cuando llegó a ese lugar, tomó un taxi y le pidió que lo llevase a este pueblo, el cual estaba ubicado a más de doscientos kilómetros de Florencia.
El coche estuvo avanzado varios minutos más, hasta que finalmente llegó a su destino.
"Ya hemos llegado, señor." dijo el chofer del taxi.
"Gracias." Dijo Edzard mientras salía del taxi, pero antes de salir, le pagó al chofer.
El chofer recibió el dinero y sus ojos se abrieron cuando vio que allí había más dinero del que debía de cobrar. "Espere, señor. Aquí hay más dinero del que se acordó."
Edzard giró la cabeza y con una sonrisa, habló. "Lo sé, puedes quedarte con el cambio."
El taxista miró a Edzard y sonriendo asintió. Guardando el dinero, miró a Edzard caminar hacia el edificio donde se había estacionado. Negando con la cabeza, encendió el coche y se fue del lugar mientras agradecía a Dios por la suerte que había tenido el dia de hoy, pues le habían pagado como si hubiese hecho este viaje tres veces.
Edzard vio el edificio que tenía enfrente. El edifico era tal y como se lo había descrito Asia hace mucho tiempo, cuando aún estaban que se conocían en Skyrim. El edificio era una iglesia de arquitectura romana clásica. Estaba completamente construida de piedra, la cual mostraba evidentes signos de deterioro por el tiempo que llevaba construido. Su techo estaba cubierto por tejas de color rojo, pero si uno miraba bien podría vera que algunas eran más nuevas que otras.
'Sí. Es tal y como lo describías. El ambiente no parece para nada hostil e incluso el aire huele ligeramente dulce.' Pensó Edzard mientras seguía caminando hacia la puerta. Sin embargo, antes de que llegase a la puerta, vio algo que no cuadraba con la descripción que Asia le había dado del lugar. Aquello que no cuadraba con la descripción era un nuevo edificio, el cual era muy grande y parecía ser una especie de barracones militares.
'¿Qué será ese lugar?' pensó Edzard; sin embargo, antes de que avanzase, vio como una mujer salía por la puerta de dicho edificio.
La mujer que Edzard vio era una mujer de unos treinta años que llevaba una cofia que no permitía que se viera el color de su cabello. Además, ella también vestía un atuendo de monja color negro con los bordes de color blanco adornado de cruces doradas.
La mujer parecio percatarse de la presencia de Edzard, por lo que calmadamente se acercó a él. Cuando estuvo frente a Edzard, habló. "Buenas tardes, hijo mío. ¿Qué te trae a la casa de Dios?"
Edzard estuvo por responderle, pero no pudo hacerlo, pues una pequeña gota de agua impactó en su nariz. Mirando al cielo, vio como este se había vuelto gris oscuro. Además, sus oídos captaron el sonido de los truenos a lo lejos.
"Oh. Parece que ha comenzado a llover." Dijo la monja mirando al cielo. "No le importaría ingresar a la iglesia hasta que pase la lluvia, ¿verdad?"
"No. Si no es mucha molestia." Respondió Edzard.
"No se preocupe. No es ninguna molestia."
La monja comenzó a caminar hacia una puerta ubicada a la derecha de la capilla principal.
Una vez dentro de la iglesia, Edzard vio que el suelo estaba hecho con losas de piedra gris y que las paredes también eran de piedra gris.
'Este lugar necesita muchas mejoras.' Pensó Edzard al ver que varias paredes tenían grietas.
"Disculpe el aspecto del lugar. Pero hace mucho que no recibimos muchos fondos." Dijo la monja mientras se sentaba en un banco.
"No se preocupe." Dijo Edzard mientras se sentaba frente a la monja.
"Ya que estamos protegidos de la lluvia. ¿Podría decirme la razón por la que vino a esta iglesia?" preguntó la Monja.
"Curiosidad más que nada." respondió Edzard. "Vera…. Disculpe, pero, ¿Cómo se llama?"
La Monja parpadeó unos segundos, pues no entendía la pregunta. Sin embargo, en ese momento recordó que no se habían presentado.
"Oh. Lo siento mucho. Olvide presentarme." Dijo la Monja con una sonrisa tímida y el rostro ligeramente sonrojado. "Me llamo Mariella."
"Ya veo. Un Gusto conocerla, Hermana Mariella. Me llamo Edzard Rolandson." Dijo Edzard con una sonrisa.
El rostro de Mariella se sonrojó al ver la sonrisa que tenía Edzard en su rostro. Volviendo en sí, se acordó que él no le había dicho la razón de su visita a la iglesia. "También es un gusto conocerte Edzard. Ahora, ¿podrías decirme la razón por la que has venido a esta iglesia?"
"Sí. Vera hermana, solo vine aquí por curiosidad. Ya que tengo una conocida que vivió en este pueblo por varios años." Dijo Edzard tratando de mantener la identidad de Asia lo más secreta posible.
"Ya veo. Supongo que tu conocida te habrá dicho mucho sobre este lugar, ¿verdad?"
"Sí. Ella siempre hablaba de este lugar con mucho cariño." Dijo Edzard con una sonrisa al recordar las veces en que Asia le habado contado sobre su lugar natal. Siempre había alegría en su tono de voz, pero también se podía escuchar una pequeña cantidad de tristeza.
"Supongo que ella te contó de este lugar cuando este estaba en su mejor momento." Dijo Mariella con un poco de tristeza en su voz.
"¿Qué quiere decir con el mejor momento de esta iglesia?" preguntó Edzard haciéndose el confundido, ya que el entendía lo que había pasado. 'Supongo que después de la pérdida de su «Santa Doncella» perdieron una gran cantidad de fondos y ahora están luchando para sobrevivir con lo que tienen.'
"Esta iglesia está en decadencia desde que perdimos a nuestra «Santa Doncella» hace unos tres años atrás." Dijo Mariella mientras miraba al suelo.
"¿Perdieron a su «Santa Doncella»? preguntó Edzard con supuesta curiosidad. "¿Cómo sucedió eso?"
Los hombros de Mariella comenzaron a temblar ligeramente mientras comenzaba a sollozar. "E- e- ella fue e-e-excomulgada por un crimen que no cometió."
Los ojos de Edzard se abrieron en shock cuando escuchó eso.
'¿Cómo que un crimen que no cometió?' pensó Edzard confundido, ya que Asia le había contado acerca de cómo ella fue excomulgada por curar a un demonio.
"Disculpe, pero usted dice que ella fue excomulgada por un crimen que no cometió. ¿Qué quiere decir con eso?" preguntó Edzard, tratando de saber que había pasado exactamente.
"Supuestamente ella había curado a un demonio. Por lo que fue acusada de hereje y expulsada de la iglesia. Aunque, varios días después descubrimos que todo era falso." Dijo Mariella. "Eso hizo que su excomunión sea levantada, pero lamentablemente cuando tratamos de encontrarla lo único que encontramos fue su malea con las pocas pertenecías que tenía."
"¿Entonces, ella está desaparecida?" preguntó Edzard disimulando muy bien la sorpresa que tuvo al saber que la excomunión de Asia había sido revocada.
"Eso es lo que espero. Pero, con el tiempo que ha pasado creemos que es muy posible que haya muerto." La voz de Mariella parecía quebrarse con cada palabra que decía y que lloraría en cualquier momento.
Edzard extendió su mano y tomó la mano de Mariella y comenzó a tratar de consolarla. Varios minutos después, la monja había logrado tranquilizarse lo suficiente como para poder hablar.
"Lo siento mucho." Dijo Mariella con pena al ser visto en ese estado por Edzard.
"No se preocupe. Es mejor llorar y desfogar las emociones que contenerse." Dijo Edzard. "Por la forma en que lloró, supongo que usted quería mucho a la «Santa Doncella»."
El rostro de Mariella volvió a ponerse triste. "Sí. Conocí a la pequeña Asia hace diez años cuando llegué a esta iglesia por primera vez."
Después de eso, Mariella comenzó a contar como había conocido a Asia. Sobre todo, enfatizando la manera en que siempre la vio como a una hermana pequeña. También le contó sobre las consecuencias que había tenido la infundada excomunión de Asia. Al parecer, los altos mandos decidieron lavarse las manos y culparon de todo a la pequeña iglesia, lo que hizo que esta se quedase sin fondos adicionales. Y eso terminó ser un problema muy serio para la iglesia de este pueblo, pues habían comenzado a construir un orfanato adyacente. Al final tuvieron que usar parte de los fondos que recibían para el mantenimiento de la iglesia junto con algunas donaciones de los pobladores para terminar este proyecto.
'Así que ese es el nuevo edificio.' Pensó Edzard; sin embargo, en ese momento su nariz captó el olor de algunas personas acercándose al lugar. 'Espera. ¿Este olor no es el de…?'
Edzard metió la mano en su camisa y sacó un pequeño sobre blanco. Colocando el sobre en la mesa, habló. "Hermana Mariella. Se que esto no es mucho, pero espero que les ayude con sus gastos."
"Muchas gracias. Me asegurare de que tu donación sea usada correctamente." Dijo Mariella mientras tomaba el sobre.
"Bueno. Parece que la lluvia ya cesó. Así que me despido. Ha sido un gusto conocerla, hermana. Cuídese."
Luego de decir eso, Edzard se levantó y salió de la iglesia. Cuando estuvo fuera, se aseguró de caminar lo más sigiloso posible mientras iba a un lugar donde poder abrir un portal a Kuoh. Mientras caminaba, pasó al lado de dos personas. Una de ellas era una joven y el otro era un anciano extremadamente alto. Edzard puso una sonrisa cuando se percató de que la chica había girado en su dirección al momento en que se habían cruzado.
Mariella miró el sobre con curiosidad. Por la sensación que daba al tocarlo, en el interior era muy posible que solo hubiera unos ocho papeles, los cuales seguro eran billetes. Sin embargo, antes de que pudiese abrir el sobre, la puerta de la iglesia se abrió y por ella ingresaron dos personas.
Una de ellas era un anciano de dos metros de altura con el cabello blanco que poseía un cuerpo extremadamente musculoso. Este anciano vestía las ropas típicas de un sacerdote. Junto a él iba una joven exorcista de cabello negro y blanco.
"Cardenal Strada." Dijo Mariella mientras hacía una reverencia al darse cuenta de que tenia de visitante a un cardenal.
"Hermana Mariella. ¿Cómo ha estado?" preguntó el anciano con una sonrisa amable en el rostro.
"Muy bien, cardenal." Respondió Mariella con una sonrisa para luego mirar a quien acompañaba al cardenal. "Disculpe, pero, ¿Quién es la joven que esta con usted?"
"Oh. Ella es Lint, actualmente está trabajando como mi guarda espaldas en esta visita."
"Ya veo. Es un gusto conocerte, Lint."
"Lo mismo digo, Hermana Mariella." Dijo Lint con una sonrisa al ver a la monja.
Los tres caminaron y se sentaron en la mesa para poder conversar más tranquilamente.
"Entonces, Cardenal. ¿Alguna noticia de Asia?" preguntó Mariella con esperando que hayan podido encontrar algún rastro de Asia.
Vasco Strada negó con la cabeza. "Lo lamento, hermana. Pero no hemos podido encontrar nada sobre la joven Asia."
"Ya veo." Dijo Mariella con tristeza. "Sobre el otro pedido."
"Me temo que es la misma respuesta que antes."
Mariella asintió con tristeza. Al parecer este tampoco era un buen dia para ella, pues no aún no había noticias sobre Asia ni tampoco obtuvo más fondos para el pequeño orfanato que había en la iglesia.
La mente de Lint no estaba concentrada en la conversación entre el cardenal y la monja, sino que estaba en la silueta que vio en el camino hacia aquí. Aquella silueta se parecía bastante a la del joven que la había salvado hace varios meses.
'No podría ser él. Después de todo, ¿Qué negocios tendría el aquí?' pensó Lint. La persona en la que ella pensaba era en Edzard. 'Me pregunto que estará haciendo ahora mismo.'
Luego de pensar eso, un ligero sonrojo apareció en su rostro cuando recordó la sonrisa y la amabilidad con la que la había tratado a pesar de ser una completa desconocida para el en ese momento. Negando con la cabeza, trató de quitarse esos pensamientos de la cabeza. Así que, para tratar de olvidarlos, comenzó a ver mejor el lugar. Hizo eso unos segundos hasta que su vista se posó en un sobre blanco en medio de la mesa.
Levantado la vista, vio que tanto el Cardenal Strada como la Hermana Mariella habían dejado de conversar. Sintiendo su curiosidad aumentar, preguntó.
"Hermana, disculpe." Dijo Lint llamando la atención no solo de Mariella, sino también la de Strada. "¿Qué hay en ese sobre?"
Mariella parpadeó unos segundos y luego recordó el sobre que había en la mesa. Así que, tomando el sobre, habló. "Es la donación de un joven que estuvo aquí antes."
"¿Un joven que estuvo aquí antes?" preguntó Strada.
"Sí, Cardenal. El joven vino de visita a la iglesia y dejó este sobre como donación."
"Entonces, hermana. ¿Por qué no lo abre?" dijo Vasco con una sonrisa. "Talvez allí haya buenas noticias para usted."
Mariella suspiró y comenzó a abrir el sobre. Cuando lo terminó de abrir, lo primero que vio fue una tarjeta negra.
"¿Una tarjeta de débito?" preguntó Lint al ver la tarjeta.
Tanto Mariella como Vasco miraron la tarjeta sin saber qué hacer. Mariella tomó la tarjeta y lo segundo que vio fue un papel doblado. Tomándolo y desdoblándolo, sus ojos casi se salen de su rostro al ver lo que contenía dicho documento.
"¿Hermana?" preguntó Lint preocupada al ver que Mariella estaba en shock. Así que lentamente tomó el papel y lo leyó. Al hacerlo, sus ojos también se abrieron, pero a diferencia de Mariella, ella tuvo una respuesta más vocal. "¡¿Un millón de Euros?!"
Así es, aquel documento era el estado de cuenta de la tarjeta junto con la contraseña de la misma.
Mariella salió de su asombro y comenzó a agradecer a Dios por lo que acaba de pasar, pues con ese dinero ella podría terminar de arreglar el edificio para los niños. Con una sonrisa de alegría, decidió ver lo último que contenía el sobre.
"¿Un sobre?" preguntó Lint confundida al ver el sobre, ya que ella no entendía quien ponía un sobre dentro de otro sobre.
Mariella abrió el ultimo sobre y sus ojos se abrieron en shock mientras se llenaban de lágrimas.
"¿Hermana?" preguntó preocupado Vasco al ver a Mariella llorar.
"E-e-ella ella está viva, Cardenal." Dijo Mariella entre llanto.
Strada se levantó y se acercó a Mariella para consolarla, pero cuando lo hizo vio las fotos y sus ojos también se abrieron de sorpresa. Esta reacción de Vasco hizo que Lint también se levantara y mirara la foto, y al igual que los anteriores sus ojos se abrieron como platos al ver la foto. Sin embargo, a diferencia de los anteriores, ella sí logró reconocer a una persona en la foto.
"¿Edzard?" preguntó Lint mirando la foto.
La foto que Lint miraba mostraban a un sonriente Edzard abrazando a una sonriente Asia, quien a su vez sostenía a una pequeña Marie en sus brazos. Aquella foto era la réplica de un cuadro pintado durante la recepción de la boda de Edzard con Asia.
Tanto Vasco como Mariella comenzaron ver a Lint, quien se sintió incomoda por eso.
"Disculpe, hermana Lint. Pero, ¿Sabes quién es el joven de la foto?" preguntó Vasco.
"Esto…. Sí, Cardenal." Respondió Lint frotándose la nuca con nerviosismo. "Se llama Edzard Rolandson y lo conocí hace unos meses atrás."
"Espera, hermana. Si usted conocía a esta persona y sabía que estaba con Asia Argento, ¿Por qué no lo menciono?" preguntó Vasco.
"Yo no sabía que la «Santa Doncella» estaba con él." respondió Lint rápidamente. "Cuando lo conocí él estaba solo."
"¿Cuándo y cómo lo conociste?"
"Lo conocí hace unos siete u ocho meses. Y lo conocí en Rumania cuando me salvó la vida al asesinar a un dragón."
"¿Un dragón?" preguntó Mariella confundida, pero luego sus ojos se abrieron de sorpresa. "Me estas diciendo que él asesinó a un dragón."
"Sí. De hecho, era un dragón de alto nivel. Y lo hizo con una espada con propiedades dragón Slayer. Una espada que, según él, había forjado solo y sin ayuda."
Vasco se llevó una mano a la barbilla y comenzó a pensar. En su mente pasaban cientos de posibles teorías sobre este joven. Sin embargo, al final solo llegó a una. Ese joven era alguien peligroso, pero talvez no malvado, ya que una joven como Asia no formaría una familia con alguien malvado. Al final una sonrisa apareció en su rostro.
"Al parecer pudo encontrar la felicidad." Dijo Vasco con cariño al ver la sonrisa que poseían los tres que aparecían en la foto.
"Sí. Y al parecer se ha casado con el joven." Dijo Mariella con una sonrisa al ver el hermoso vestido que usaba Asia en la foto.
La sonrisa de ambos miembros de la iglesia creció cuando vieron las otras fotos. En ellas aparecían los tres en diferentes lugares del mundo. Algunos lugares eran la catedral de Notre Dame, El Big Ben de Londres, la Catedral de Santiago de Compostela, entre otros lugares más.
Lint mirabas las fotos y se llevó una mano al corazón al sentir que este se estrujaba ligeramente. '¿Qué me pasa? ¿Qué es este dolor que siento?'
Al amparo de la noche en ese mismo dia y a varios kilómetros del pueblo, se abrió un portal en espiral de color púrpura. De dio portal aparecieron dos personas. Ambos iban vestidos con armaduras completas de placas negras con líneas rojas.
"Entonces, ¿Cuándo iniciamos?" preguntó uno de los individuos con voz femenina.
"En dos días. Hay que esperar hasta que tengamos el hechizo listo." Respondió el otro con voz masculina.
Nota de autor:
A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.
Y aquí esta, un nuevo capítulo. Quería subir este capítulo hace unos días, pero no pude porque me han extraído dos dientes por fractura de raíz, por lo que estuve en reposo total. Tal y como lo mencione hace un tiempo, hay varios cambios en el canon, lo primero, que la excomunión de Asia ha sido levantada desde hace tiempo, porque ella no curo a ese demonio usando su sacred gear. La forma en que lo curó se explicará en unos capítulos más adelante. También aproveche para ponerle un poco más de trasfondo al pasado de Asia.
Además, Issei ha perdido parte de su vida útil gracias a los pergaminos que usó en la batalla contra Riser. Originalmente había planeado incluir a Ravel como miembro del ORC, pero al final desistí.
También han aparecido dos problemas, que la verdad no serán tanto un problema, pero eso sí, en el siguiente capítulo se viene el primer choque entre seres de Nirm y Terrícolas, pero será un choque para medir las aguas.
enumeaelish666:
Gracias por el Review y me alegro que te esté gustando la historia. Bueno, cualquier persona cambiaria si cae en el mundo de Elder Scrolls, ya que si no te matan los bandidos lo harán las bestias. Así que tienes que cambiar para sobrevivir.
Sobre ser una nueva raza de Dovahkiin, bueno Asia es algo similar, ya que la sangre de Edzard, es decir la de Akatosh recorre su cuerpo cómo lo que sucede cuando te conviertes en vampiro u hombre lobo en Skyrim, aunque para ser un Dovahkiin se tiene que tener tanto la sangre como el alma de un dragón, y eso es algo que ella no tiene. Sobre lo de quedar embarazada, Asia si puede quedar embarazada, pero es un poco más difícil que un humano normal, por ejemplo, si un humano tiene que hacerlo como mínimo 30 veces, ella tendría que hacerlo como 5000, así que, resumiendo, ella no es estéril, solo tiene baja tasa de fertilidad.
Y por supuesto que habrá armas legendarias, sobre todo daedricas, de hecho, en el siguiente capítulo aparecerá una.
Sobre el tema de los dioses, mencionare que los niveles de poder que puse en aquel capitulo son referenciales al poder en bruto, pero este poder puede cambiar si los Aedras y los Daedras usan sus respectivos artefactos. Además, Akatosh ya le ha partido su madre al gran Rojo cuando el mundo mortal aún no había surgido, lamentablemente ellos han pedido poder con la creación del mundo mortal.
Sobre los dioses maquinas, bueno, leí las novelas ligeras hace años y por motivos de tiempo no he podido retomarlas, por lo que no sé cómo va la historia. Pero acabó de revisar la wiki y santa cachucha, se chingaron al gran rojo como si nada.
Sobre poner las reacciones de otros a las batallas, me temo que es necesario en algunas para poder darle sentido o explicar que pasa. Por lo que, si seguirán apareciendo, pero lo harán en momentos puntuales y de necesidad.
Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar o si tienen alguna duda sobre la historia. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.
