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Capítulo 56
— Las cicatrices son la marca de un guerrero, simbolizan cada batalla que ha librado y sobrevivido —
Eitar a Roland
En una de las habitaciones del hospital de los Sitri, se podía ver a Edzard, el cual estaba sentado sobre un banco mientras tenía el pecho descubierto, mostrando sus cicatrices y una herida nueva, la cual goteaba un poco de sangre.
"Uggg…" gruñó Edzard mientras sentía como la herida de su pecho era limpiada por un paño, el cual estaba empapado en vino hervido para poder desinfectar mejor la herida.
"No seas quisquilloso." Regañó Asia a su marido mientras terminaba de limpiarle la herida en el pecho. "Esto sería más fácil si solo me dejases usar «Twilight Healing» para curarte."
"Lo sé, pero sabes también como yo que necesitarías usar mucha energía para curarme. Esa es mi maldición, Asia, no quiero que te sobresfuerzos, has estado curando a todos los otros heridos durante esta farsa de rating game."
"Lo sé, pero…" dijo Asia con voz triste mientras dejaba de limpia la herida, para luego ver como su esposo comenzaba a usar su propia Magicka para curarse. La mirada de la exmonja estaba fija en la herida, viendo como esta lentamente comenzaba a sanar, hasta que finalmente la carne se cerró, pero a diferencia de su sacred gear, el cual curaba las heridas dejando la piel impoluta, la curación con magia de Restauración dejaba una cicatriz donde hubo una herida.
"Parece que ya está." Dijo Edzard al ver la nueva cicatriz que adornaba su cuerpo. La cicatriz era una muy delgada y de un suave color rosado, casi no parecía haber sido letal, pero la verdad era que la hoja de «Ascalon» parecía poder cortar fácilmente por su piel, algo que él no esperaba. "Es algo irregular, pero no es la peor que he tenido. Supongo que me hace ver más rudo ahora, ¿no lo crees?"
Asia miró a su esposo y soltó un suspiro ante sus palabras, para luego acercarse a él y abrazarlo por la espalda. Sus brazos rodearon su pecho, dándole de esa manera un suave abrazó. Aquella posición permitió que sus labios estuvieran cerca de su oído derecho, por lo que le susurró algo. "Dime, Ed… ¿Has pensado alguna vez en dejar todo aquí y volver a Nirm?"
La pregunta de Asia no tomó por sorpresa a Edzard, pues este había tenido momentos en que había pensado en eso, por lo que, tomando las manos de su esposa, la jaló suavemente y haciéndola girar en el aire, hizo que terminara por sentarse en su regazo. Tras aquello, juntó su frente a la de ella y le susurró mientras cerraba los ojos. "Mentiría si dijera que no ha habido momentos en que pensé en tomarlas a todas e irme de regreso a Nirm, para volver a vivir en esa casa en las montañas Druadach… pero al ser daedras los seres que invaden este mundo, me siento con la responsabilidad de ayudar a los nativos a defenderse."
Las palabras de Edzard provocaron que Asia mirara a su esposó un segundo para luego sonreírle de manera triste, pero a la vez se sentía orgullosa de él, ya que siempre había sido una persona que ayudaba a otros en lo que pudiese. Si bien eso podía hacer que piensen que él era ingenuo y que podía ser muy manipulable, la realidad estaba más alejada de eso, ya que él sabía cuándo decir no a las peticiones que le hacían algunas personas. Tras aquellos pensamientos, la joven hibrida acercó sus labios a los de su esposo y los capturó en un suave beso.
Los ojos de ambos esposos se cerraron mientras compartían un simple gesto de afecto entre ambos, demostrando en el cuanto se amaban.
Aquel beso duró un tiempo, hasta que ambos necesitaron respirar, por lo que, liberando los labios del otro, se separaron lentamente. Cuando sus rostros estuvieron uno al frente del otro, sonrieron de manera divertida. Lamentablemente ese ambiente se fue al traste cuando la puerta se abrió de manera intempestiva
"¡Oigan, ¿Qué creen que hacen entrando así?!" fue el gritó de Mittelt, el cual se escuchó desde el exterior de la habitación.
Por la puerta de la habitación entraron Rias y Sona, las cuales eran seguidas por sus respectivas noblezas y tras ellos estaban todo el grupo de Edzard, las cuales no parecían estar muy contentas de que estuviesen allí. El rostro de los dos demonios mostraba que no se encontraban de buen humor.
Al verlas entrar, Edzard bajó a Asia de su regazo y levantándose, se acercó a ellas, pues era más que obvio que habían ido a hablar con él. Sin embargo, cuando él estuvo a menos de un metro de Rias, rápidamente movió su mano izquierda para detener la mano derecha de Rias, la cual tenía como objetivo su mejilla.
Los ojos de Edzard se mantenían fijos en Rias, la cual lo miraba con mucha ira.
"¿Se puede saber que intentaste hacer?" preguntó Edzard, fingiendo ignorancia, ya que sabia porque ella había intentado golpearlo.
"¡Eso es lo que tengo que preguntarte yo!" gritó Rias mientras intentaba mover su mano, pero era en vano, ya que no podía moverla ni un milímetro. "¡Si consideras a Ise y a Saji tus amigos! ¡¿cómo pudiste usar algo tan espantoso como ese hechizo?!"
Las palabras de Rias fueron acompañadas por un asentimiento de Sona, la cual, pese a no ser tan vocal, estaba igual de enojada que su amiga.
"Rias-san, Sona-san…. Si pudieran tranquilizarse…" dijo Asia, en un intento de calmar la situación, pues era obvio que ellas estaban tan alteradas que podrían hacer una estupidez. Lamentablemente, sus palabras no fueron escuchadas por la hermana de Sirzechs, la cual al ver que no podía mover su mano, hizo que esta se rodeara del poder de la destrucción.
La acción de Rias tomó por sorpresa a todos, en especial a sus sirvientes, los cuales al ver la estupidez que estaba por hacer su rey, se lanzaron para detenerla. Sin embargo, todos, Rias incluida, se quedaron quietos como estatuas cuando vieron como el poder demoniaco que conformaba la infame habilidad del clan Bael se disipaba, provocándole un shock a todos.
"Parece que necesitas calmarte un poco, Gremory…" dijo Edzard con voz dura mientras su mano izquierda emitía una pequeña cantidad de humo negro, el cual era el último rastro del uso del hechizo de disipar magia. Tras desaparecer el hechizo que usó para detener a Rias, Edzard soltó la mano del demonio, la cual no hizo nada más, ya que aún estaba en shock de haber presenciado como el poder por el que se llamaba la «La princesa de la destrucción» era neutralizado de forma muy sencilla.
Pese a que quería hablar, Edzard decidió no hacerlo por el momento, pues lo que tenía que decirle a Rias no tendría sentido si esta estaba en shock y no le prestaba atención, por lo que esperó unos segundos. Para su fortuna, la heredera del clan Gremory logró volver en sí, algo que la dejó lista para oír las palabras de Edzard.
"Escúchame claramente Rias, esto también va para ti, Sona y también para el resto de ustedes." dijo Edzard, llamando la atención de todos los presentes que no eran parte de su grupo. "No tengo la obligación de responderles, pero aun así lo voy a hacer."
La forma en como Edzard les había hablado provocaba que los demonios e Irina sintieran un escalofrío recorrer sus cuerpos, pues su voz fue tan fría que daba la sensación de que el mismo ambiente se estaba helando.
"Los considero mis amigos a todos, por lo que les diré esto a la cara." Comenzó Edzard, sorprendió a las noblezas de Rias y de Sona, junto a sus reyes y a Irina. "Es por ese cariño que les tengo que hice lo que hice."
"¿A-a-a-a que te refieres...?" preguntó Kiba, saliendo del shock en el que había estado hace unos segundos.
"Todos ustedes son personas que han crecido en una época de relativa paz, no han visto lo que yo he visto, no han sentido lo que yo he sentido." Respondió Edzard, el cual comenzó a rememorar varias cosas. "No han oído las últimas palabras de las personas con las que compartieron un plato de comida, no han oído las maldiciones que sueltan sus enemigos cuando mueren, no han oído los insultos de las familias de las personas bajo su mando cuando sus familiares no regresan a casa, no han visto familias destruirse, niños quedar huérfanos, poblados enteros destruidos, mujeres violadas… No, ustedes no han visto nada de eso, al menos no aun…. Asi que, quiero que, a diferencia mía, estén preparados para cuando eso suceda."
Las palabras de Edzard provocaron que todos lo miraran de otra forma, ya que comenzaron a comprender por qué él había hecho eso con Issei, Saji y Sairaorg. El hijo de un dios dragón parecía querer que ellos no pasasen por lo que sea que él había pasado tras las guerras en las que había luchado. Sin embargo, por muy buena que fuese su intención, ellos sabían que ese no era el camino. Asi que, ya estando algo más calmados de su ira hacia Edzard, pero aun estando en shock por las últimas revelaciones que él les había dado ellos estuvieron a punto de dar sus opiniones sobre eso, pero fueron interrumpidos cuando alguien se les adelantó.
"Yo… yo…" intentó decir Rias, tratando de disculparse por haberlo intentado cachetear, pero para su sorpresa, él la interrumpió.
"Tranquila…" Contestó Edzard, el cual comenzó a alejarse y caminar hacia donde había una mesa. Al acercarse, tomó una camiseta y se la puso, lo que provocó que los recién llegados se dieran cuenta de que había estado medio desnudo. Aquella revelación provocó que todos comenzaran a pensar que había estado pasando algo aquí, siendo Irina la más vocal al reaccionar.
"¿I-i-interrumpimos algo?" preguntó Irina con el rostro sonrojado, imaginándose de que él y Asia habían estado en una sesión de darse cariño íntimo.
"No. Solo llegaron cuando mi esposa terminó de curarme." Respondió Edzard mientras se acercaba a Asia y le daba un beso en los labios, provocando algo de celos en algunas chicas. "Y sobre tus disculpas, Rias. No las necesito, no me has ofendido para nada. De hecho, yo me hubiese sentido ofendido si no hubieses reaccionado como lo has hecho. Y Sona, deberías de ser más expresiva cuando estas molesta. A veces, no es bueno contener las emociones."
Tras aquellas palabras, Edzard pasó entre el grupo formado por varios demonios y un ángel reencarnado. Cuando llegó donde estaba su grupo, comenzó a besar a todas sus amantes sin un orden establecido. Cuando terminó de hacer eso, pasó por entre Rossweisse e Ingvild, a las que procedió a darles pequeños golpecitos amigables en sus cabezas. Al terminar de hacer eso, el siguió caminando hacia la puerta y antes de salir, giró la cabeza y miró a su familia, incluyendo a Rossweisse y a Ingvild.
"Chicas, estaré un rato fuera. Asi que, regresen a casa a descansar."
Las palabras de Edzard causaron confusión en su grupo, por lo que Rossweisse dio un paso al frente para preguntar.
"¿A dónde vas, Ed-kun?" preguntó la valquiria, provocando confusión en las noblezas de Rias y Sona, incluyendo también a Irina, quienes no entendían por qué la ex guardaespaldas de Odín llamaba a Edzard de manera tan cercana.
"A caminar un rato, Rose." Respondió Edzard, para luego mirar a Rias y a Sona. "¿Ya han despertado?"
La pregunta de Edzard fue respondida con un asentimiento de parte de Rias y de Sona, quienes levantaron una ceja en confusión ante la pregunta.
"Vale, entones me los llevare conmigo un rato. Se los devuelvo en un par de horas. Por cierto, Asia, querida, ve a ver a Marie, Yasaka me ha dicho que esta dormida y que quiere que la lleves a su cama."
Cuando Edzard terminó esas palabras, salió de la habitación, dejando a todos los que vivían en Kuoh con algunas dudas.
La oscuridad de la noche estaba siendo disipada por los cientos de luces que iluminaban las calles y los edificios de este lugar. La bullosa ciudad estaba repleta de taxis y carros particulares, los cuales movilizaban a miles de personas de un lugar a otro y en la terraza de un restaurante, la cual estaba ubicada en el piso veinte del mismo, se podía ver a Edzard junto con Issei, Saji y Sairaorg.
Los cuatro jóvenes estaban vestidos con smokings de color negro, con camisas y corbatas de diferentes colores. Issei llevaba una camisa roja mientras usaba una corbata carmesí, Saji, por su parte, usaba una camisa azul con una corbata negra, mientras que el más extravagante era Sairaorg, el cual llevaba una camisa purpura con una corbata dorada. Junto a ellos, estaba Edzard, el cual llevaba una camisa blanca con una corbata negra.
"No entiendo porque tenemos que vestirnos así." Comentó Issei, el cual se miraba de arriba abajo, ya que no era muy común en el usar este tipo de ropa.
"Por lamentable que suene, estoy de acuerdo con Hyoudou. ¿Por qué tenemos que vestirnos así?" preguntó Saji, mirando a Edzard.
Por su parte, pese a que Sairaorg tenía las mismas dudas, el joven demonio no las hizo de manera vocal, sino que simplemente miró a Edzard a los ojos y eso fue todo lo que ambos necesitaron para que se comunicaran.
Al ver que sus compañeros en esta velada estaban algo confundidos por sus vestimentas, el joven dragón decidió responderles rápidamente, pues era más que seguro que los platillos que pidieron para comer llegarían pronto y era mejor mantener esta conversación fuera de los oídos mortales.
"La verdad es que no lo sé, solo que estar vestidos así nos hace vernos importantes en este lugar." Respondió Edzard con una sonrisa en el rostro.
Las palabras de Edzard provocaron que los tres demonios lo miraran con los ojos en blanco, ya que no esperaban esa respuesta. Sin embargo, aquello no fue nada en comparación con las siguientes palabras que el hijo de Akatosh dijo.
"Se ven bien a pesar de la reverenda paliza que les di." Dijo Edzard con una sonrisa divertida pintando su rostro.
Aquellas palabras provocaron que los demonios tuviesen flashbacks de lo que había sucedido en el rating game, lo que a su vez hizo que sintieran que el cuerpo se les entumecía bastante.
"E-e-espera… ¿E-e-eras tu?" preguntó Saji, el cual estaba que apuntaba a Edzard con un tembloroso dedo.
Al oír la pregunta de su amigo, Edzard estuvo por responderle, pero antes de que diga algo, el camarero que los estaba atendiendo había llegado con sus órdenes.
"Traigo lo que han pedido, señores." Dijo el camarero mientras colocaba unas bandejas sobre la mesa.
"Muchas gracias." Dijo Edzard alver que estaba todo lo que habían pedido.
"No hay de que, señor. Si desean algo más, no duden en llamarme. Ahora, si me disculpan me retiro."
Cuando el camarero terminó de decir esas palabras, se retiró del lugar, dejando al grupo de jóvenes solos.
"Bueno…. Ahora, que se ha ido les voy a responder." Dijo Edzard, tomando su tasa de café y llevándola a sus labios, tomó un sorbo, provocando que el líquido amargo del café expreso que había pedido bajara por su garganta. Si bien el habría preferido tomar un poco de cerveza, pero eso no sería posible en este país, ya que la edad mínima para beber alcohol es de veintiún años. Asi que, para su mala suerte, tendría que conformarme con un café. "Si, Saji. El que les dio aquella soberana paliza fui yo."
Las declaraciones de Edzard dejó a los demonios como piedras, pues no habían esperado aquellas palabras. Sin embargo, la confusión inicial que sintieron fue rápidamente sustituida por la ira.
"Maldito hijo de-" dijo Issei, tratando de insultar a su amigo por haberle mostrado algo tan horrible como la muerte de sus seres queridos, solo para que un terrón de azúcar impactase en su frente, haciendo que cayera de su silla.
Aquella escena podría haber sido muy embarazosa para Issei, pero para su buena fortuna no estaban en el área publica, sino que estaba en un área privada.
"Escucha, Issei. Puede que estes enojado conmigo, pero como se te ocurra terminar esa frase, me encargare de que nunca puedas tener sexo." Dijo Edzard con voz fría, causándoles escalofríos a todos, en especial Issei, el cual olvidó por completo su ira y se llevó ambas manos a su entrepierna, tratando de proteger a su amiguito de la ira de Edzard.
Tras esas palabras el silencio reinó unos momentos, después de los cuales Issei volvió a sentarse en su silla y tomando su bebida, a cuál era un Late de vainilla. Los otros demonios siguieron su ejemplo y tomaron un sorbo de sus respectivas bebidas. Estas bebidas también eran cafés, pero ninguno era un expreso. Luego de beber un poco, los tres demonios se calmaron un poco. Asi que, sintiéndose más tranquilos, se miraron y tras asentir, Issei volvió a mirar a Edzard y le preguntó con voz más calmada. "Se que fue un combate, pero… ¿Tenías que hacer eso con nuestras mentes?"
Ante la sorpresa de los tres demonios, Edzard sonrió de manera irónica, tras lo cual simplemente extendió una mano y tomando unos tres bocadillos diferentes de las bandejas, miró a los tres demonios.
"Antes de responder a tu pregunta, Issei. Yo les hare una pregunta. ¿Cuáles creen que son los caminos que hay para que alguien despierte un nuevo poder? O ¿Cuáles es la mejor forma de hacer que una persona tenga lo que muchos llaman un desarrollo de personaje?"
Las preguntas de Edzard los dejaron en silencio un buen momento, pues ninguno sabía que responder, por lo que Edzard decidió hacerlo por ellos.
"Hay tres formas conocidas para obtener un nuevo poder. La primera es la más sencilla, y es la manera con la que Sairaorg obtuvo acceso al Touki, entrenando hasta que los limites e ir más allá de eso. La segunda es un poco más complicada y tiene que ver con el linaje, ya que hay técnicas y habilidades que se transmiten por los genes. Finalmente, está la tercera y la más complicada de todas, obtener un aumento de poder gracias a algún evento traumático, el cual fuerce a que el afectado sobrepase sus límites, ya sea para salvar a alguien o por venganza."
Las palabras de Edzard terminaron de brindar luces sobre la razón por la que fue creado ese rating game.
"Ya veo…. Asi que fue por eso…" comentó Sairaorg mientras miraba a Edzard.
"Asi que te has dado cuenta." Dijo Edzard, provocando que Issei y Saji, quienes aún no terminaban de discernir que pasaba, lo miraran con confusión.
Al ver la confusión en sus compañeros demonios, Sairaorg comenzó a contarles lo que había deducido tras las palabras de Edzard. Con cada palabra que salía de la boca del heredero Bael, los dos demonios reencarnados comenzaron a comprender el objetivo del rating game en el que participaron.
"O sea, ¿Me estás diciendo que jugaste con nuestras mentes para que podamos acceder a un nuevo poder?" preguntó Issei con indignación, mirando a su amigo.
"Asi es." respondió Edzard de manera franca. "Aunque el plan inicial no era jugar con sus mentes, sino obligarlos a despertar más poder colocándolos en una situación de peligro. Lamentablemente, algunos sucesos que transcurrían al mismo tiempo demostraron que no era posible, por lo que para que al menos uno de los objetivos secundarios del rating game se cumplieran me vi forzado a usar ese hechizo con ustedes."
La forma en como Edzard mencionó que se vio forzado a usar ese hechizo les hizo ver que al parecer ese hechizo no estaba destinado para ser usado a la ligera.
"Por la forma en que hablas, me haces pensar que ese hechizo no está destinado en usarse como lo has hecho, ¿vedad?" preguntó Sairaorg.
"Parece que eres más perspicaz de lo que pensé, Sairaorg." Respondió Edzard, colocando una sonrisa en su rostro antes de seguir hablando. "La verdad es que ese hechizo lo cree tras varios estudios con un único propósito."
"¿Cuál?" preguntó Issei, el cual sentía que la respuesta que recibiría no sería para nada agradable.
Una sonrisa cruel apareció en el rostro de Edzard, algo que heló la sangre de los tres demonios, pues nunca lo habían visto poner ese rostro antes. Mientras aquella sonrisa permanecía en el rostro de Edzard, este respondió a la pregunta de su amigo. "Torturar al hijo de perra que fue el causante de la excomunión de mi esposa."
La respuesta que recibieron los demonios provocó que estos sintieran algo que nunca creyeron que sentirían en su vida al ver a su amigo… miedo… Por primera vez desde que lo conocieron, vieron una faceta nueva de su amigo, una faceta que no pensaban que él tenía, una faceta muy oscura por lo que parecía.
Pese al miedo que sentía, Saji decidió hacer una pregunta que sabía que sus compañeros también tenían. "Y-y… ¿sabes quién es?"
"Si, se quién es." respondió Edzard de manera rápida.
"De casualidad, ¿Sabemos quién es?" preguntó Sairaorg, teniendo una corazonada de que era un demonio a quien Edzard estaba buscando.
"No tienen que preocuparse, ese imbécil ya está muerto. Me encargué de él hace unos meses."
Aquella respuesta debería de haber calmado los nervios de los demonios, pero para su sorpresa, eso no fue así, sino que fue todo lo contrario, pues comenzaron a preocuparse más y en sus mentes todos hicieron la misma promesa: 'Nunca hay que cabrear a Edzard hasta el punto de que quiera vengarse de ti.'
Afortunadamente, sus lúgubres pensamientos fueron desterrados de sus mentes cuando el hijo de Akatosh volvió a hablar.
"Aunque, no pensemos en eso. Hoy es un dia para celebrar."
Las palabras dichas por Edzard llamaron la atención de los demonios, los cuales lo miraron de manera automática.
"¿Qué quieres decir, Ed?" preguntó Issei.
"Si, ¿Qué es lo que hay que celebrar?" preguntó Saji, seguido de un asentimiento por parte de Sairaorg.
Al oír aquella pregunta, el exgeneral imperial uso una sonrisa de oreja a oreja, la cual hizo que la curiosidad de los demonios aumentara.
"Bueno, hay dos grandes noticias, las cuales los involucran a ustedes." Respondió Edzard, tratando de reprimir una carcajada, pues ya se imaginaba las caras de los demonios cuando se enteren. "Lo primero antes de hablar, es que solo los cuatro maou y los lideres que conforman la cúpula de máximo poder del pacto de Kuoh saben de esto, por lo que ni siquiera Rias y Sona saben, por lo que ustedes serán los primeros en saberlo."
Si la curiosidad de los demonios antes era grande, en este momento, tras esas palabras, estaba por las nubes.
"Ya Ed, no nos tengas con la angustia y dinos que es." pidió Issei, el cual quería saber que pasaba.
Las palabras del Sekiryuutei fueron acompañadas por asentimientos de sus compañeros demonios.
"Bueno, ya que insisten… la primera noticia es que por recomendación de todos los lideres del pacto, Issei, tu y Genshirou serán promovidos a demonios de clase media."
La sorpresa estaba pintada en el rostro de los dos demonios mencionados, los cuales se quedaron en shock total al oír aquello.
"¿Qué?" preguntaron de manera sincronizada ambos demonios reencarnados.
"Lo que oyeron, a partir de mañana ya no serán demonios de clase baja, sino que serán demonios de clase media."
Cuando Edzard terminó de confirmar lo que ambos demonios habían oído, estos se quedaron en shock un momento, para luego dar un gran salto y levantándose de sus sillas, comenzaron a bailar por la sala.
"¡Si! ¡Un paso más cerca de ser un demonio de clase alta y próximo rey del harem!" gritó Issei con una gran sonrisa en su rostro.
"¡Si, Kaichou estará más que complacida por esto!" gritó Saji mientras bailaba de felicidad junto a Issei.
Mientras los demonios reencarnados celebraban, Sairaorg los miraba con una sonrisa, pero era mas que obvio que tenia algunas preguntas sobre el ascenso que habían recibido.
"Parece que tienes algunas dudas." comentó Edzard al mirar a su amigo.
"Si, ¿Crees poder responderlas?"
"Claro, no le veo problema."
"Gracias. Se que para que subas de rango hay formas, pero no se cual ha sido la que han usado para su promoción. ¿Han sido los ratings games que han tenido? ¿o que otro método han usado para esta promoción?"
"No tiene nada que ver con los ratings game, sino con los logros en el campo de batalla." Respondió Edzard a la pregunta de Sairaorg.
"¿Logros en el campo de batalla?" preguntó Sairaorg con confusión y curiosidad, ya que no sabía que se hubiese librado una batalla lo suficientemente importante como para que un demonio obtenga tal premio como lo era una promoción.
"Si, logros en el campo de batalla. Lamentablemente, por el momento toda esa información es clasificada, pero como puedes ver sucedió algo tan grande que tanto Issei como Saji han sido promovidos para demonio de clase media. Aunque, la verdad es que casi todos los demonios que pertenecen al segundo año de preparatoria de la academia Kuoh cumplen con el requisito de experiencia en el campo de batalla, lo único que ha prohibido ese asenso es el nivel de poder individual de cada uno de ellos."
"¿Tan complicado fue eso que ha sucedido?" preguntó Sairaorg, comprendiendo que había pasado algo mas grave que el ataque de Loki o el de Kokabiel.
"Mucho, pero no tendrás que quedarte con la duda por mucho tiempo. En menos de un mes o tal vez el mes completo esa información será desclasificada. Asi que, solo espera un poco y lo sabrás." Respondió Edzard, para luego cambiar de tema. "Ahora, mejor hablemos de la razón por la que te traje con ellos. Recuerdas que dije que era un dia de celebración, ¿verdad?"
Sairaorg respondió a la pregunta con un asentimiento.
"Bien, porque ahora mismo te daré la noticia que te involucra…. Sairaorg, tu madre ha despertado."
Las palabras de Edzard dejaron como piedra al demonio del clan Bael, el cual no sabía que hacer ni decir, pues su mente solo repetía la misma palabra una y otra vez: Mi madre esta despierta…
Tras estar en un estado de shock por unos segundos, el joven demonio hizo la primera pregunta que le vino a la mente.
"¿Cómo? Nadie pudo encontrar una cura para esa enfermedad…. ¿Cómo es posible eso?"
"Eso es fácil, fui yo quien curó a tu madre."
"¿Qué? … pero… ¿Cómo lo hiciste?"
"Lo hice con una poción para curar enfermedades de mi mundo natal, la cual modifiqué para que funcionase en esta enfermedad." Respondió de manera directa y veraz el hijo de Akatosh. "La verdad es que fue difícil, pero logre hacerla. Aunque, me tomó bastante tiempo hacer esta cura."
"Y-ya veo… una cura de otro mundo…. Asi que fue por eso…" susurró Sairaorg mientras comprenda lo que sucedía. Cuando comprendió todo, el miró a Edzard y le hizo otra pregunta.
"Edzard. Quisiera saber, ¿Por qué lo hiciste? ¿Qué te hizo crear esa poción?"
Edzard miró a Sairaorg y tras unos segundos, decidió contestar. "Fue la madre de Rias la que me pidió de favor si podía hacer algo para curar a tu madre."
"¿Venelana-sama?"
"Si, ella."
"P-pero… ¿Cuándo te hizo esa petición?" preguntó Sairaorg confundido.
"Fue hace un tiempo, después de que maté a Loki." Respondió Edzard, hablando libremente de cómo había matado a un dios. Aquello sorprendió a Sairaorg, el cual comenzó a hacerse más consiente del nivel de poder de la persona que estaba frente a él. "Ese dia, la madre de Rias me habló de tu madre y me preguntó si podía hacer algo. Le respondí que podría tener algo que le ayude, pero que tendría que investigar sobre eso. Fue así como luego de aquello, le pedí a ella toda la información que tuviese de esa enfermedad. Su respuesta fue decirme que le pediría a la madre de Sona toda la información que tuviese de la enfermedad. Cuando me dieron aquella información, comencé a experimentar y cuando obtuve una poción que pudiese funcionar, se la di de beber a tu madre."
Tras oír esa explicación, el joven heredero bael, habló. "Yo sé que no es mucho, pero…"
"No tienes por qué agradecerme, Sairaorg. Se lo que es sufrir por ver a uno de tus padres en un estado así." Respondió Edzard, el cual vio que Sairaorg quería preguntarle algunas cosas más, pero el decidió que mejor era que el joven demonio vaya a ver a su madre. Por lo que, levantando una mano, interrumpió cualquier cosa que pensase decir Sairaorg. "No tienes que decir nada más, Sairaorg. Lo mejor sería que vayas a ver a tu madre. No te preocupes por esos dos, yo los voy a cuidar."
"Gracias." Dijo Sairaorg de manera rápida, para luego levantarse e irse del lugar corriendo, para teletransportarse al lugar donde estaba su madre.
Cuando el joven bael salió de la sala, Edzard se levantó y caminó donde estaban Saji e Issei, pues era hora de que salgan a celebrar su ascenso y que mejor lugar para que dos demonios celebren que han subido de rango que en la ciudad del pecado.
El cielo nocturno del inframundo se encontraba nublado, haciendo que la noche sea más oscura de lo normal. En una de las zonas más remotas se estaba llevando a cabo una reunión, entre tres facciones de la Khaos Brigade. Dichas facciones eran Hexennacht, Nilrem y Qlippoth.
En una sala del palacio que antaño le perteneció a Rizevim, se encontraban reunidos los tres lideres de aquellas tres facciones de la Khaos Brigade.
"Bienvenidos. Es un verdadero placer volver a verlos." Saludó Mannimarco, el cual no estaba que se esforzaba mucho en actuar como el demonio, pues la forma en como este hablaba era muy similar a la forma en como él se expresaba cuando actuaba como el Archimago Arcano.
La líder de Hexennacht, una mujer llamada Walburga miró al demonio, sin saber quién era actualmente. Walburga era una mujer de unos veinte años, con el cabello corto. Dicho cabello estaba adornado con varias cintas. Su vestimenta consistía en un traje de lolita gótica de color purpura.
Walburga miró a Euclid y levantó una ceja con un poco de confusión, ya que la mano derecha de Rizevim estaba actuando un poco diferente de lo normal, pero decidió no decir nada, ya que no era algo que le importara.
"Es un honor volver a verlo, Euclid-sama." Dijo un hombre, cuyo rostro no era visible, pues vestía una túnica de mago con una capucha que tapaba su rostro por completo.
"¿Dónde está Rizevim-sama?" preguntó Walburga mientras miraba a Euclid, el cual ni se inmutó para nada.
"Rizevim-sama se encuentra ocupado por ahora, por lo que no podrá asistir a esta reunión." Respondió Mannimarco mientras miraba a Walburga, tratando de recordar todo lo que pudiese de esta mujer. Tras unos cuantos segundos, al fin pudo recordar algo sobre ella. La mujer frente a él era la líder de una de las facciones de magos rebeldes, además, de ser una maga más que competente, si se compara con él, aunque, ella también tenía uno de esos renombrados Sacred Gear. Dicho sacred gear se llamaba «Incinerate Anthem», una de los sacred gear que eran considerados como una de las santas reliquias por parte de la iglesia cristiana.
"Ya veo, bueno, es una lástima." Dijo Walburga para luego mirar al mago que había hablado anteriormente. "No sabía que Nilrem tenía un nuevo líder."
"El anterior líder murió cuando atacamos la academia Kuoh hace un tiempo." Respondió el mago rápidamente.
"Ummm… je, je, je… parece que son menos poderosos de lo que se jactan si fueron derrotados por un par de niños." Comentó Walburga mientras sentía satisfacción al mencionar la inferioridad de aquel grupo de magos.
El rostro que se encontraba bajo la capucha se agrio, mostrando el sentimiento de molestia que sentía el mago de Nilrem al ser llamados inferiores.
"Walburga, cierra la boca un momento." Dijo Mannimarco, liberando su instinto asesino y parte del poder que tenía como Altmer, provocando que su Magicka se fusionara temporalmente con el poder demoniaco del cuerpo del demonio que habitaba ahora.
La maga de Hexennacht sintió un escalofrió recorrer su cuerpo mientras su mente imaginaba varios escenarios donde ella moría. Los instintos de supervivencia de la maga se encendieron, provocando que ella quisiese huir. Sin embargo, antes de que ella huyese del lugar, sintió que el aura que rodeaba a la mano derecha de Rizevim se disipaba, permitiendo que ella volviese a ser la de siempre.
"Los magos de Nilrem fueron tomados por sorpresa por un factor inesperado que apareció en el campo de batalla durante el ataque a la reunión de las tres facciones." Dijo Mannimarco.
"Je, un ataque sorpresa por un factor inesperado. ¿Qué, acaso fueron seres de otro mundo?" se burló la maga, la cual no creía nada de aquel rumor que se estaba esparciendo por todo el mundo sobrenatural, no, para ella esos magos habían sido derrotados por los jóvenes demonios. Sin embargo, lo que escuchó como respuesta, le causó consternación y preocupación, pero sobre todo sorpresa.
"Si, fueron seres de otro mundo."
"¿Que?"
"Lo que oíste, la reunión fue atacada por dos seres de otro mundo, uno de los cuales logró mutilar de un solo ataque al líder de los Caídos."
"¿Q-q-q-que…?"
"Si, lo que oíste. Han aparecido seres de otro mundo. Se ha abierto una puerta a un mundo desconocido."
"Ya veo, por eso él no está aquí, ¿verdad? Él está preparando los planes para iniciar su invasión, ¿verdad?"
Mannimarco miró a la maga, casi sin entender todo lo que salía de su boca. La verdad era que él no tenía todos los recuerdos que habían pertenecido a Euclid. Sin embargo, si recordaba algunas partes del plan que habían estado tejiendo Euclid y Rizevim.
"Asi es."
"Entiendo. Supongo que se adelantaran los planes. Asi que tenemos que obtener a la Dhampir esa para revivir a los dragones malignos muertos." Dijo Walburga mientras comenzaba a despotricar sobre el plan que habían estado planeando desde hace tiempo.
"Me temo que eso tendrá que esperar." Dijo Mannimarco, llamando la atención de la maga y provocando que esta dejase su diatriba al instante.
"¿Qué?"
"Como has oído, no podemos seguir con los planes como estaban planificados desde el inicio."
"¿Y eso por qué?" preguntó Walburga mirando al demonio con confusión.
"Porque los seres de ese mundo han resultado ser más fuertes de lo que esperábamos." Contestó Mannimarco con voz melosa. "Además de esos dos que aparecieron en el ataque contra las tres facciones, también estaba un joven que era natal de este nuevo mundo. El joven era fuerte, muy fuerte si se toma los estándares de este mundo."
"¿Qué tan fuerte?" peguntó Walburga mientras miraba a Mannimarco.
Mannimarco no respondió de manera verbal, sino que miró al mago que pertenecía a Nilrem. El mago miró al "demonio" y asintiendo, comenzó a narrar lo que había sucedido en el ataque de hace meses.
Los ojos de Walburga se abrían cada cierto tiempo, mientras las palabras del mago de la otra organización contaban lo transcurrido. Aquella narración duró varios minutos, minutos en los cuales nadie dijo nada, permitiendo que el mago contase todo. Para cuando terminó, Walburga miraba a "Euclid" con sorpresa.
"Asi que… El pacto ese ha obtenido un aliado poderoso, ¿verdad?"
"Asi es. El joven Edzard Cumberland Rolandson es alguien muy peligroso y poderoso. En un inicio no sabíamos nada de él, pero hemos logrado contactar con unas cuantas sectas de adoradores de seres llamados Daedras. Estos sectarios nos confirmaron muchas cosas sobre Edzard y la información brindada es preocupante en muchos sentidos." Mintió Mannimarco, pues no había contactado con ningún tipo de culto daedrico en este mundo, ya que no deseaba que supieran que estaba vivo, pues si Bal se enteraba, enviaría ejércitos de daedras a matarlo. "Además, la joven Dhampir es la amante de Edzard, por lo que puede considerarse que está fuera de nuestro alcance."
"Entonces, ya no podremos seguir con el plan." Dijo Walburga, solo para ver después como "Euclid" negaba con la cabeza.
"No necesariamente. Rizevim-sama ha descubierto una forma de obtener el poder necesario para lograr resucitar a los dragones malignos muertos."
"¿Qué forma?" preguntó Walburga, solo para recibir una hoja de papel con la respuesta. Los ojos de la maga se enfocaron en la hoja y cuando leyó lo que allí decía, sintió que su alma escaparía de su cuerpo en cualquier instante, pues lo que estaba allí escrito era un plan más que suicida.
"E-e-e-e… ¡Estas loco! ¡¿Sabes lo que estas pidiendo?!"
"Si, pero tranquila. Tu no traerás esos tres objetos." Respondió Mannimarco con una mirada fría en el rostro, pero con una sonrisa divertida en la mente.
"¿Qué quieres decir?" preguntó Walburga cuando logró calmar su mente y su cuerpo.
"Tu y los miembros de tu facción irán por uno de los objetos. Los miembros de Nilrem irán por otro y los miembros de Qlippoth irán por el ultimo."
"¿Cuál es el que tengo que obtener?"
"Este." Dijo Mannimarco mientras señalaba un objeto de la lista que estaba en el papel.
Cuando la maga vio que es lo que tenía que buscar, soltó un suspiro, ya que, de los tres objetos, el que le toco a ella había sido el más sencillo de los tres. Sin embargo, si bien era el más sencillo de los tres, eso no quería decir que sea super sencillo de obtener.
"¿Cómo se supone que lo obtenga? ¿No se supone que es un guerrero muy poderoso?" preguntó Walburga, quien volvió a sentir un escalofrío al recordar lo que contó el mago de Nilrem, ya que lo que su colega mago le mencionó, le hizo saber que ese sujeto estaba al nivel de un maou.
"Si, es cierto que es poderoso, eso no quiere decir que no tenga debilidades." Respondió Mannimarco, llamando la atención de Walburga. Cuando vio que la maga lo miraba, el Altmer reencarnado le entregó un pergamino.
"¿Qué es esto?" preguntó Walburga mientras intentaba abrir el pergamino, solo para ser detenida por "Euclid". Al ver esto, la maga miró al "demonio" y le hizo una pregunta. "¿Qué?"
"Ese pergamino ha sido construido específicamente para ser usado contra él. Cuando lo uses, todos los guerreros que estén en un radio de cien metros podrán luchar contra el en casi igualdad de condiciones. Asi que, solo Ábrelo cuando estes por luchar contra él, de lo contrario, perderás una oportunidad única para poder vencerle. Lo mejor que puedes hacer es usar esos idiotas a los que les diste de beber esa poción que te envíe hace unos meses."
Las palabras de "Euclid" hicieron que la maga recordara que él le había dado una poción especial, la cual le otorgaría el control total de las personas que lo bebieran y ella había usado eso en los lideres de un grupo que le había pedido ayuda. Con eso, ella había tomado el control de facto de aquella agrupación, por lo que le podrían ser de ayuda para este asunto. Ahora, ya era momento de saber cuáles eran las debilidades de su enemigo.
La líder de Hexennacht miró al "demonio" y le hizo la pregunta. "Mencionaste una debilidad. ¿Cuál es esa debilidad?"
Una sonrisa siniestra apareció en el rostro de Mannimarco, la cual asustó no solo a Walburga, sino tambien al mago de Nilrem. Ignorando lo que estaba causando, Mannimarco abrió la boca y le respondió a su aliada temporal. "Su familia."
Los pasos de Edzard resonaban por todo el pasadizo, el cual daba como destino final su laboratorio de Alquimia. El ritmo de caminata del último Dovahkiin era tranquilo, pues no tenía prisas para llegar al lugar al cual tenía planeado ir. Mientras caminaba, su mente iba cavilando sobre lo que había ocurrido tras aquel rating game que tuvo contra los jóvenes demonios.
'La prensa del Inframundo estalló en un caos cuando terminó aquel juego. Eso provocó que se haga una rueda de prensa super improvisada.' Pensó Edzard mientras trataba de recordar lo que había pasado, ya que el mismo había estado allí presente, mirando desde las sombras a los reunidos en esa sala para ver si había algún posible espía o enemigo infiltrado entre los asistentes de mayor rango.
Flashback
La sala que se estaba usando para la conferencia de prensa tras el rating game era una habitación amplia, en la cual podían entrar más de cien personas fácilmente. La sala estaba dividida en tres partes, el stand donde estaban los cuatro maous y Azazel, mientras que frente a ellos estaban varias sillas, en las cuales se encontraban sentados los periodistas. Sin embargo, dicha sala tenía un área elevada, un lugar donde se encontraban algunos nobles demonios, los cuales estaban allí para ver de primera mano la respuesta de los maous y el líder de los Grigori por el rating game
Para sorpresa de muchos, el rating game había mantenido una cantidad de espectadores muy alto hasta el final. Según los cálculos de las maquinas demoniacas, casi el noventa por ciento de los demonios que vivían en el territorio de los demonios habían visto los combates de principio a fin. Si bien pareció que mostrar la derrota de los jóvenes demonios fue algo desconcertante para los espectadores, los cuales pensaban que ellos vencerían, las críticas en los foros y en los canales de Deviltube habían sido buenas, sobre todo los que se referían al combate final entre Issei, Saji, Sairaorg, Regulus y Edzard. Sin embargo, no todo podía ser color de rosas, ya que había varios demonios que se estaban quejando de lo que se vio.
'Al final no puede llover para todos.' Pensó Edzard, el cual estaba en una de las esquinas de la sala, usando un hechizo de invisibilidad para ver y examinar las reacciones de los presentes, no de los periodistas, sino de los nobles que asistían. 'Muchos de los nobles que asisten son miembros de la «Facción del Gran Rey». Esto hace que esta reunión sea un lugar especial, del cual obtener información sobre lo que sea que estén planeando estos idiotas, además de saber si están ocultando otras cosas.'
Tras aquellos pensamientos, Edzard miró hacia el estrado donde vio como iniciaba la conferencia de prensa. Viendo que todo estaba por iniciar, comenzó a mantener un ojo en la conferencia y otro en los nobles.
Fin Flashback
'Al final la conferencia fue buena, en especial la parte en que ellos respondieron las preguntas.' Pensó Edzard, el cual esbozó una pequeña sonrisa al recordar aquello.
Flashback
"Parece que ya estamos todos. Asi que, iniciemos con la conferencia de prensa." Dijo Sirzechs, dando así inicio a la conferencia.
Al momento en que terminó de decir aquellas palabras, Sirzechs y los otros presentes en el stand vieron como todos los periodistas comenzaron a alborotarse, pues todos querían ser el primero en hacer una pregunta. Al final, para evitar que haya desmanes, Sirzechs señaló a uno de los periodistas, el cual pertenecía a un periódico independiente.
"Buenas noches." Saludó el periodista, el cual recibió un asentimiento por parte de los presentes en el stand. Tras ello, el joven demonio hizo su pregunta. "Lucifer-sama. Usted ya había mencionado que se haría un evento de dos días para suplir la cancelación de los ratings game de los jóvenes demonios, pero la previa a la desvelación de este nuevo tipo de Rating game se hizo algo similar a los ratings game de los jóvenes demonios, solo que a mayor escala. Entonces, ¿No habría sido mejor dejar los ratings game de los jóvenes demonios y luego haber hecho esto sin la necesidad de cancelar los primeros?"
La pregunta del periodista demonio provocó que los lideres presentes se miraran unos segundos, tras los cuales, Sirzechs respondió. "La verdad es que si, se pudo haber hecho eso. Sin embargo, la cancelación de los ratings game fue una decisión que se tomó de manera apresurada, por lo que cuando se planificó este nuevo evento, nos dimos cuenta de que fue innecesario hacer eso. Fue por ello por lo que se decidió hacer ese torneo entre todos los jóvenes demonios, contando así con más participantes que en el formato original."
Cuando el lucifer actual terminó de responder la pregunta, este pudo ver que el demonio que se la hizo parecía satisfecho, por lo que vio cómo se sentaba y le daba paso a otro demonio.
"Maous, Gobernador general." Dijo el nuevo periodista para luego soltar su pregunta. "Quisiera saber… ¿Qué fue lo que les inspiró para hacer este nuevo tipo de rating game? Ya que, como se puede ver, es completamente diferente a todos los tipos de rating game que se han hecho hasta ahora."
A diferencia de la vez anterior, esta pregunta fue respondida por Falbium, el cual habló de manera clara y sin sueño, algo realmente asombroso tratándose de él.
"Como todo saben los ratings game son simulaciones de batallas, en los que se intenta que los demonios ganen experiencia de combate sin la necesidad de poner su vida en riesgo, ¿verdad?"
La pregunta hecha por el maou fue respondida con un asentimiento de todos los periodistas presentes.
"Entonces, como todos los campos de batalla, los ratings game tienen que cambiar para adaptarse a nuevos tiempos. Por lo que, mirando la coyuntura actual de lo que sucede en el mundo, nos hemos visto forzados a crear un tipo de rating game que haga que los demonios que participen tengan que lucharen grupo contra otros seres, mas no contra otros demonios. Además, de ser forzados a pensar sobre la marcha, sin tener alguna información previa y forzándolos a realizar estrategias en conjunto con personas que no conozcan."
La respuesta del actual Asmodeus no pareció calmar la curiosidad del periodista, pero antes de que este último hiciese alguna pregunta más, otro periodista se levantó e hizo una pregunta.
"Por lo que menciona, Asmodeus-sama, estos "jefes de mazmorra" están diseñados para forzar a los demonios a confiar en camaradas inesperados, ¿verdad?"
La interrupción del demonio provocó que el otro periodista, el que había estado haciendo su pregunta antes, se enojara y lo tomara de la manga y lo jalara hacia él. Aquel acto fue el primero de lo que sería una escalada que amenazaba con terminar con la sala en un caos absoluto. Sin embargo, para fortuna de todos, Sirzechs logró calmar los ánimos, devolviendo todo a una paz un poco tensa.
Fin Flashback
Lo que siguió a ese momento fueron más preguntas, las cuales solo eran dudas sobre el sistema del nuevo modo de rating game. Aquellas preguntas fueron respondidas por Azazel, el cual comenzó a dar los detalles técnicos de este nuevo tipo de Rating game.
Los detalles fueron que los jefes y las mazmorras se generarían de manera aleatoria, por lo que nadie debería de volver a luchar contra esos seres con los que lucharon los jóvenes demonios. Aquella respuesta causó un poco de decepción en los periodistas, pero sobre todo en algunos de los nobles que estaban en el balcón.
'Esos nobles con un palo en el culo mencionaron con decepción que esperaban poder tener una forma de que alguno de los demonios que están en el top diez de los Rating game se enfrentara a esos seres para de esa manera captar más ganancias para ellos, pues era más que notable a simple vista que los tres primeros ranqueados podrían enfrentarse fácilmente a esos "jefes".' Pensó Edzard con un poco de enojo, ya que sintió que esos nobles de tercera estaban menospreciando a su grupo. Cuando los oyó hablar así, estuvo tentado a decirle a Azazel y a Ajuka que volviesen a activar ese mapa para que él pueda patearles el culo a los tres rankeados de los Rating game, pero al final decidió no hacerlo, pues eso causaría algunos problemas en la facción de los demonios, problemas que no eran requeridos en este momento.
Los pensamientos sobre la conferencia de prensa se interrumpieron cuando él llegó al lugar al que quería ir. El lugar era ni más ni menos que la celda donde estaban sus padres encerrados. Aquella celda era especial, pues había sido diseñada y construida por el propio Edzard, el cual había usado varios materiales de gran calidad para crear esta celda de contención. La puerta que daba al exterior era similar a la puerta que se usaba en los conocidos rompecabezas nórdicos, es decir una puerta que tenía tres anillos móviles para colocar una contraseña para poder abrirla. Sin embargo, aparte de la contraseña, para poder ingresar a la celda era necesario usar una llave especial, la cual solo el poseía.
Luego de colocar la contraseña y la llave en su lugar, los tres anillos que eran los cerrojos de la celda se movieron hasta que finalmente la celda fue completamente abierta, permitiendo ver el interior.
El interior de la celda era la de una ceda común, es decir un cuarto simple de piedra con un retrete, o al menos eso sería el caso de las mazmorras normales del castillo, pues esta celda era especial, ya que tenía cientos de runas especiales, las cuales servían para mantener encarcelados a sus padres.
Cuando Edzard vio a sus padres, su corazón pareció hundirse hasta su estómago. Los dos adultos estaban ataviados con algunas túnicas simples de lino, las cuales eran de color blanco. Sus cuatro extremidades tenían los grilletes con los que él le había ordenado a Tiamat que les restringiera cuando los encerrara. Aquellos grilletes eran artefactos que permitían que sus padres no puedan usar Magicka, a la vez que les impedía usar toda su fuerza, de lo contrario podrían haber tratado de escapar cuando los sirvientes les traían las comidas. De hecho, las sirvientas no veían de manera muy seguida para hacer eso, ya que esa labor era algo que el hacía en persona. Por esa razón, había una bandeja con dos platos de comida en sus manos.
Cuando ingresó a la celda, vio la habitación que era esta. La celda de sus padres era una celda amplia, adornada con dos camas de muy buena calidad, junto con una mesa y sillas. Las sillas, la mesa y las bases de las camas estaban hechas de piedras, las cuales estaban unidas al suelo, pues si fuesen muebles normales serian usados como armas por sus padres. Asi que, soltando un suspiro, Edzard caminó por la celda y dejó la comida en la mesa, para luego tomar los dos platos que estuvieron antes allí.
Los ojos de Edzard se abrieron con un poco de sorpresa cuando vio como los dos platos estaban vacíos. Aquello provocó que una sonrisa apareciera en el rostro del joven, pues hasta hace dos días, sus padres no tocaban las comidas de manera seguida, pero ahora parecía que al fin habían llegado al punto en que subconscientemente sabían que necesitaban comer para no morir.
'Por mucho que sus mentes estén en blanco, su cuerpo aún mantiene sus instintos de supervivencia… algo muy inteligente, ya que un soldado sin instintos de supervivencia es un soldado inútil en ciertos momentos.' Pensó Edzard mientras miraba a sus padres, los cuales estaban sentados en el suelo, uno en cada esquina. Ellos le devolvían la mirada, provocando que sus ojos de color azul le causaban bastante incomodidad.
Tras estar viendo a sus padres unos momentos más, Edzard no perdió tiempo y decidió irse mientras sus padres estaban de buen humor. Por mucho que le doliese verlos en ese estado, el aun debía de mantener las distancias, ya que no quería que intentasen luchar contra él.
'Me parece extraño que se hayan detenido luego de tan pocos intentos de huir.' Pensó Edzard mientras recordaba que sus padres intentaron huir en más de diez ocasiones, siendo el intento seis el que más cerca los dejó de estar a las afueras del Palacio. Sin embargo, para su mala suerte, aquellos grilletes les impidieron escapar a Puerto Gélido usando magia.
Dejando de pensar en aquellos momentos, Edzard siguió caminando, pero cuando llegó a la puerta, se detuvo de manera abrupta, pues sintió peligro a sus espaldas. Moviéndose de manera veloz, dejó caer la bandeja y los platos vacíos. Tras eso, movió una mano y rápidamente detuvo un puño dirigido hacia su rostro. Dicho puño pertenecía a su padre, el cual estaba en una postura de ataque de las artes marciales de las legiones imperiales. Edzard frunció el ceño cuando detuvo a su padre, pero no pudo decir nada, ya que su madre se movió rápidamente y salió corriendo de la sala.
La acción de su madre provocó que Edzard se sorprendiera, pues era la primera vez que uno de ellos decidía abandonar al otro. Frunciendo el ceñó, el Dovahkiin estuvo a punto de dejar inconsciente a su padre, pero se detuvo en seco cuando vio algo. Lo que sus ojos captaron fueron algunas pequeñas cosas brillar tras los pasos de su madre y no le tomó mucho tiempo descubrir que era eso. Aquello que brillaba eran las lágrimas que su madre estaba soltando, talvez por la tristeza y el dolor que estaba sintiendo al realizar tal acto. Ver eso hizo que el quisiera detenerla, pero cuando intentó moverse, Roland evitó que pueda moverse. Sin embargo, para la sorpresa de todos, un relámpago impacto en Selene, provocando que esta terminase volando hasta la habitación de la celda.
Tras ver esto, Edzard fijó su vista en su padre y moviendo su brazo hizo que este se acercase a él y colocando magia en su otra mano, lo paralizó de manera inmediata. Tras aquello, atrapó el cuerpo de su padre y lo dejó en el suelo, para luego correr hacia donde estaba su madre. Al estar a su lado, tambien usó el hechizo de parálisis en ella, para luego tomarla y dejarla en la cama. Con su madre allí, el vio que ella estaba un poco herida por el ataque recibido, por lo que, moviendo su mano, procedió a curarla. Cuando terminó de hacerlo, se dirigió hacia su padre y tambien lo llevó a la cama para que descanse allí.
Ya con sus padres en sus respectivas camas, Edzard decidió salir de la celda. Recogiendo la bandeja y los platos, caminó hasta la salida y cuando estuvo tras las puertas, cerró la puerta y activó la cerradura. Los engranajes de la cerradura comenzaron a moverse y con cada centímetro que se cerraba, el corazón de Edzard volvía a sentirse pesado. Cuando la puerta se cerró por completo, Edzard soltó un suspiro, el cual contenía todos los sentimientos que sentía en este momento. Tras aquello, una sonrisa apareció en el rostro del último Dovahkiin, quien se volteó y vio a la persona que había ayudado a evitar que sus padres escapasen.
"Gracias por evitar que huya, Rose." Dijo Edzard mirando a la joven Valquiria, la cual estaba vestida con su uniforme de profesora, lo que indicaba que recién volvía de las clases que impartía en la academia Kuoh.
Rossweisse miró a Edzard y asintió. Ella recién había llegado al palacio desde la academia y debido a que tendría que quedarse revisando unos exámenes, había ido al laboratorio de Edzard para pedirle a él una poción de aguante para poder trabajar sin problemas toda la noche. Asi que, fue gracias a ello que ella llegó justo para poder detener a la madre de Edzard antes de que huya.
"¿Cómo te sientes, Ed-kun?" preguntó Rossweisse con preocupación, pues sabía que su amigo siempre se ponía un poco deprimido cada vez que venía a ver a sus padres.
"Estoy bien." Respondió Edzard con una sonrisa en su rostro para luego comenzar a caminar hacia la cocina para dejar la bandeja y los platos.
Rossweisse frunció el ceño al momento en que ella escuchó a su amigo responder. Antes ella no podría haberlo visto, pero ahora la cosa era diferente, ya que al haber pasado tanto tiempo juntos, ella al fin pudo ver sobre las mentiras que podía decir Edzard. Si bien no podía ver sobre todas, si podía ver cuando él estaba mintiendo cuando se trataba de sus sentimientos, sobre todo cuando trataban sobre sus emociones negativas. Por lo que cuando ella vio que el pasaba por su lado, ella le dio un abrazó.
Edzard sentía los brazos de Rossweisse alrededor de su cintura y sus pechos en su espalda. Aquella acción le tomó un poco por sorpresa, pero cuando estuvo por decirle algo, ella se le adelantó.
"No deberías de cargar con esto solo… sé que es doloroso para ti verlos en ese estado, pero debes de tener más fe en ti mismo. Estas trabajando mañana, tarde y noche para poder salvarlos, por lo que pronto podrías hacerlo. Yo tengo plena confianza en ello."
La voz de Rossweisse y sus palabras resonaron en la mente del hijo de Akatosh, dispersando los sentimientos de culpa y tristeza que tenía en su corazón cada vez que veía a sus padres. Volviendo a poner una sonrisa en su rostro, el joven dragón soltó la bandeja y los platos por segunda vez en el dia y llevando sus manos a las de Rossweisse, las tomó y suavemente las separó de su cuerpo. Aquella acción tiempo por sorpresa a Rossweisse, quien sintió un pequeño dolor en su pecho, pues pensó que Edzard estaba enojado con ella por sus palabras. Asi que, no queriendo que él se enoje con ella, estuvo por disculparse. Sin embargo, las palabras que planeaba decir murieron en su garganta cuando Edzard se giró y le dio un abrazo.
"Gracias por esas palabras, Rose." Dijo Edzard mientras abrazaba a Rossweisse con una sonrisa.
El rostro de la valquiria se sonrojó bastante al escuchar aquellas palabras, lo que terminó provocando que ella tartamudease al intentar responderle. Si bien el rostro de Rossweisse ya estaba rojo, este sonrojo aumento a niveles atómicos cuando Edzard acercó su rostro al de ella y terminó tocando su frente con la suya.
"A-a-a-a-a-a-ah…" Cualquier intentó de hablar de Rossweisse murió en su garganta, pues ella estaba tan nerviosa que no podía ni hablar. Su corazón latía con mucha fuerza, provocando que la sangre se moviera a gran velocidad por su cuerpo, lo que conllevó a que su vista comenzase a nublarse. Finalmente, la joven valquiria terminó por caer inconsciente, siendo atrapada por Edzard, el cual la miró con desconcierto.
Edzard miraba a Rossweisse unos momentos para finalmente poner una sonrisa divertida en el rostro mientras negaba con la cabeza por lo que le había pasado a su amiga. Cuando terminó de negar, cargó a la valquiria y tras mirar la bandeja y los platos, decidió que volvería por ellos más tarde, ya que primero necesitaba dejar a su amiga en su habitación.
Luego de caminar por los pasillos del palacio, por fin llegó al área que eran los dormitorios. Una vez dentro de esa área, comenzó a caminar por uno de los pasillos y tras subir unas escaleras llegó al lugar donde estaban las habitaciones principales. Caminando por el pasillo, logró llegar a la habitación de Rossweisse. Abriendo la puerta de la habitación, ingresó a ella. La habitación de Rossweisse era una habitación espaciosa, en la que había una cama doble, un armario de roble de gran tamaño, junto con una mesa de noche donde se podía ver una jarra con agua y unos vasos. Además, en una de las esquinas, cerca de la ventana que tenía la habitación, se encontraba un escritorio de roble, en el cual había algunos documentos. Al terminar de ver dicha habitación, Edzard vio que como siempre esta estaba muy ordenada, por lo que sonriendo caminó hacia la cama.
Cuando llegó al lado de la cama, la acostó suavemente, tratando de que no se despierte. Cuando la vio acostada, el comenzó a desvestirla un poco para que pueda dormir más tranquila. Asi que, comenzó sacándole los zapatos y luego le quitó la chaqueta y cuando quedo solo con su blusa blanca, el procedió a desabrocharle los dos primeros botones de la blusa. Posteriormente, le desabrochó el botón del pantalón y luego la cubrió con una sábana, pues él sabía que ella se despertaría en unas pocas horas y aún era temprano, por lo que estaría presente para la cena.
Al momento en que el la vio descansar, un suave viento meció la cortina y movió unos pocos mechones plateados de Rossweisse. Al ver esto, el movió su mano y acomodando su cabello suavemente, vio que ella puso una sonrisa de paz y tranquilidad en su rostro. A ver esto, el tambien puso una sonrisa y acercando su rostro al de ella, le besó la frente suavemente.
"Gracias por preocuparte por mí, Rose." Susurró Edzard mientras se alejaba y comenzaba a salir del cuarto.
La noche ya había caído en el mundo humano, permitiendo que el cielo estrellado sea visible para todos los que estaban despiertos a esas horas. Una de las personas que estaban despiertas a estas horas era Le Fay, la cual estaba mirando el cielo desde la parte superior de un edificio alto.
"Ahh…. el dia fue divertido. Nunca creí que Kuroka-sama pudiese comprar tanto en tan poco tiempo." Dijo Le Fay con una sonrisa mientras recordaba que habían ido a comprar ropa todos juntos, pues no tenían más ropas que las que cargaban. Por lo que aprovechando que ahora tenían una tarjeta con varios millones de dólares, decidieron comprar ropa y a la vez alquilar unas buenas habitaciones en un hotel caro para variar de sus días de descanso en cuevas.
'Fue divertido. Aunque… creo que habría sido más divertido si Ed hubiese venido tambien.' Pensó Le Fay, la cual sacó un libro de un círculo mágico. Tomando el libro entre sus manos, Le Fay vio la portada del libro. La imagen que aparecía en la portada era el rostro de un hombre muy anciano, el cual tenía poco cabello. Si bien solo aparecía el rostro del hombre. Tambien aparecía la mano de ese anciano, ya que este la estaba extendiendo, dando la apariencia de que quería capturar al lector. El nombre del libro decía: «Cuentos de un héroe, el Agente».
Una sonrisa apareció en el rostro de Le Fay al leer aquel título, el cual demostraba que se trataba de segundo libro de Edzard. Este libro, a diferencia del anterior, le había llegado como regalo, por lo que no tuvo que comprarlo. Además, lo había obtenido días antes de que saliera de manera oficial, por lo que fue una de las primeras en leerlo. Si bien ya lo había leído más de dos veces, ella tenía planeado leerlo nuevamente, pues en cada lectura ella encontraba algunas cosas nuevas de las cuales no se había percatado en las lecturas previas.
Sin embargo, cuando estuvo por abrir el libro, ella vio como un vórtice purpura se abría a sus espaldas. La sorpresiva aparición de este vórtice hizo que ella se moviera rápidamente y extendiera una mano, conjurando un círculo mágico. Los ojos de la joven maga se entrecerraron cuando vio una silueta comenzar a caminar hacia ella. Por fortuna, cuando reconoció a quien aparecía por el vórtice, ella se tranquilizó lo suficiente como para descartar el circulo mágico.
"Es bueno ver que ya volvió, Zakir-sama." Saludo de manera alegre Le Fay al ver llegar al viejo Lilmothiit. Sin embargo, aquella alegría murió al ver el rostro del zorro humanoide, pues el rostro de Zakir no mostraba nada de alegría, solo preocupación.
"Mocosa, contacta con el Dovahkiin." Ordenó Zakir con voz grave. "Dile que lo vere en unos días en la Riviera Italiana, en una costa cercana a La Spezia. Que vaya solo."
Las palabras de Zakir causaron curiosidad en Le Fay, la cual estuvo tentada a preguntarle que pasaba, pero decidió no preguntar nada porque vio que el rostro del Lilmothiit estaba mostrando una seriedad mayor a la usual.
"E-e-está bien… yo le digo."
"Bien, gracias." Dijo Zakir antes de comenzar a caminar hacia algún lugar a pasar la noche.
Le Fay vio como el Lilmothiit se alejaba y tomando poco de aire, conjuró un círculo mágico en su oído. Cuando este brilló de manera más intensa que al momento de ser convocado, ella habló. "Hola, Ed-kun…. Si, si estamos bien, gracias por preguntar. La verdad es que te llamaba para decirte que Zakir-sama quiere hablar contigo."
Nota de autor:
A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.
Y el capitulo 56 está listo, este capítulo ha demorado más de lo habitual porque no solo he tenido que posponer su escritura dos semanas por temas personales, sino que tambien tuve reescribir la mitad, ya que me di cuenta de que estaba redundando en varias conversaciones.
Por lo demás, ya con este capítulo termina este arco y en el proximo iniciamos un arco que va a ser difícil de escribir y que contendrá varios sucesos sucediendo en paralelo.
Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar o si tienen alguna duda sobre la historia. Además, cualquier consejo constructivo es bienvenido. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.
